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Bible in 90 Days

An intensive Bible reading plan that walks through the entire Bible in 90 days.
Duration: 88 days
Spanish Blue Red and Gold Letter Edition (SRV-BRG)
Version
Gálatas 3:26 - Colosenses 4:18

26 Porque todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús.

27 Porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis vestidos.

28 No hay Judío, ni Griego; no hay siervo, ni libre; no hay varón, ni hembra: porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.

29 Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente la simiente de Abraham sois, y conforme á la promesa los herederos.

TAMBIÉN digo: Entre tanto que el heredero es niño, en nada difiere del siervo, aunque es señor de todo;

Mas está debajo de tutores y curadores hasta el tiempo señalado por el padre.

Así también nosotros, cuando éramos niños, éramos siervos bajo los rudimentos del mundo.

Mas venido el cumplimiento del tiempo, Dios envió su Hijo, hecho de mujer, hecho súbdito á la ley,

Para que redimiese á los que estaban debajo de la ley, á fin de que recibiésemos la adopción de hijos.

Y por cuanto sois hijos, Dios envió el Espíritu de su Hijo en vuestros corazones, el cual clama: Abba, Padre.

Así que ya no eres más siervo, sino hijo, y si hijo, también heredero de Dios por Cristo.

Antes, en otro tiempo, no conociendo á Dios, servíais á los que por naturaleza no son dioses:

Mas ahora, habiendo conocido á Dios, ó más bien, siendo conocidos de Dios, ¿cómo os volvéis de nuevo á los flacos y pobres rudimentos, en los cuales queréis volver á servir?

10 Guardáis los días, y los meses, y los tiempos, y los años.

11 Temo de vosotros, que no haya trabajado en vano en vosotros.

12 Hermanos, os ruego, sed como yo, porque yo soy como vosotros: ningún agravio me habéis hecho.

13 Que vosotros sabéis que por flaqueza de carne os anuncié el evangelio al principio:

14 Y no desechasteis ni menospreciasteis mi tentación que estaba en mi carne: antes me recibisteis como á un ángel de Dios, como á Cristo Jesús.

15 ¿Dónde está pues vuestra bienaventuranza? porque yo os doy testimonio que si se pudiera hacer, os hubierais sacado vuestros ojos para dármelos.

16 ¿Heme pues hecho vuestro enemigo, diciéndoos la verdad?

17 Tienen celos de vosotros, pero no bien: antes os quieren echar fuera para que vosotros los celéis á ellos.

18 Bueno es ser celosos en bien siempre; y no solamente cuando estoy presente con vosotros.

19 Hijitos míos, que vuelvo otra vez á estar de parto de vosotros, hasta que Cristo sea formado en vosotros;

20 Querría cierto estar ahora con vosotros, y mudar mi voz; porque estoy perplejo en cuanto á vosotros.

21 Decidme, los que queréis estar debajo de la ley, ¿no habéis oído la ley?

22 Porque escrito está que Abraham tuvo dos hijos; uno de la sierva, el otro de la libre.

23 Mas el de la sierva nació según la carne; pero el de la libre nació por la promesa.

24 Las cuales cosas son dichas por alegoría: porque estas mujeres son los dos pactos; el uno ciertamente del monte Sinaí, el cual engendró para servidumbre, que es Agar.

25 Porque Agar ó Sinaí es un monte de Arabia, el cual es conjunto á la que ahora es Jerusalem, la cual sirve con sus hijos.

26 Mas la Jerusalem de arriba libre es; la cual es la madre de todos nosotros.

27 Porque está escrito:

Alégrate, estéril, que no pares:

Prorrumpe y clama, la que no estás de parto;

Porque más son los hijos de la dejada, que de la que tiene marido.

28 Así que, hermanos, nosotros como Isaac somos hijos de la promesa.

29 Empero como entonces el que era engendrado según la carne, perseguía al que había nacido según el Espíritu, así también ahora.

30 Mas ¿qué dice la Escritura? Echa fuera á la sierva y á su hijo; porque no será heredero el hijo de la sierva con el hijo de la libre.

31 De manera, hermanos, que no somos hijos de la sierva, mas de la libre.

ESTAD, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no volváis otra vez á ser presos en el yugo de servidumbre.

He aquí yo Pablo os digo, que si os circuncidareis, Cristo no os aprovechará nada.

Y otra vez vuelvo á protestar á todo hombre que se circuncidare, que está obligado á hacer toda la ley.

Vacíos sois de Cristo los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído.

Porque nosotros por el Espíritu esperamos la esperanza de la justicia por la fe.

Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión; sino la fe que obra por la caridad.

Vosotros corríais bien: ¿quién os embarazó para no obedecer á la verdad?

Esta persuasión no es de aquel que os llama.

Un poco de levadura leuda toda la masa.

10 Yo confío de vosotros en el Señor, que ninguna otra cosa sentiréis: mas el que os inquieta, llevará el juicio, quienquiera que él sea.

11 Y yo, hermanos, si aun predico la circuncisión, ¿por qué padezco persecución todavía? pues que quitado es el escándalo de la cruz.

12 Ojalá fuesen también cortados los que os inquietan.

13 Porque vosotros, hermanos, á libertad habéis sido llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión á la carne, sino servíos por amor los unos á los otros.

14 Porque toda la ley en aquesta sola palabra se cumple: Amarás á tu prójimo como á ti mismo.

15 Y si os mordéis y os coméis los unos á los otros, mirad que también no os consumáis los unos á los otros.

16 Digo pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis la concupiscencia de la carne.

17 Porque la carne codicia contra el Espíritu, y el Espíritu contra la carne: y estas cosas se oponen la una á la otra, para que no hagáis lo que quisieres.

18 Mas si sois guiados del Espíritu, no estáis bajo la ley.

19 Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, disolución,

20 Idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías,

21 Envidias, homicidios, borracheras, banqueteos, y cosas semejantes á éstas: de las cuales os denuncio, como ya os he anunciado, que los que hacen tales cosas no heredarán el reino de Dios.

22 Mas el fruto del Espíritu es: caridad, gozo, paz, tolerancia, benignidad, bondad, fe,

23 Mansedumbre, templanza: contra tales cosas no hay ley.

24 Porque los que son de Cristo, han crucificado la carne con los afectos y concupiscencias.

25 Si vivimos en el Espíritu, andemos también en el Espíritu.

26 No seamos codiciosos de vana gloria, irritando los unos á los otros, envidiándose los unos á los otros.

HERMANOS, si alguno fuere tomado en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restaurad al tal con el espíritu de mansedumbre; considerándote á ti mismo, porque tú no seas también tentado.

Sobrellevad los unos las cargas de los otros; y cumplid así la ley de Cristo.

Porque el que estima de sí que es algo, no siendo nada, á sí mismo se engaña.

Así que cada uno examine su obra, y entonces tendrá gloria sólo respecto de sí mismo, y no en otro.

Porque cada cual llevará su carga.

Y el que es enseñado en la palabra, comunique en todos los bienes al que lo instruye.

No os engañeis: Dios no puede ser burlado: que todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.

Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.

No nos cansemos, pues, de hacer bien; que á su tiempo segaremos, si no hubiéremos desmayado.

10 Así que, entre tanto que tenemos tiempo, hagamos bien á todos, y mayormente á los domésticos de la fe.

11 Mirad en cuán grandes letras os he escrito de mi mano.

12 Todos los que quieren agradar en la carne, éstos os constriñen á que os circuncidéis, solamente por no padecer persecución por la cruz de Cristo.

13 Porque ni aun los mismos que se circuncidan guardan la ley; sino que quieren que vosotros seáis circuncidados, para gloriarse en vuestra carne.

14 Mas lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por el cual el mundo me es crucificado á mí, y yo al mundo.

15 Porque en Cristo Jesús, ni la circuncisión vale nada, ni la incircuncisión, sino la nueva criatura.

16 Y todos los que anduvieren conforme á esta regla, paz sobre ellos, y misericordia, y sobre el Israel de Dios.

17 De aquí adelante nadie me sea molesto; porque yo traigo en mi cuerpo las marcas del Señor Jesús.

18 Hermanos, la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. Amén.

PABLO, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, á los santos y fieles en Cristo Jesús que están en Efeso:

Gracia sea á vosotros, y paz de Dios Padre nuestro, y del Señor Jesucristo.

Bendito el Dios y Padre del Señor nuestro Jesucristo, el cual nos bendijo con toda bendición espiritual en lugares celestiales en Cristo:

Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él en amor;

Habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos por Jesucristo á sí mismo, según el puro afecto de su voluntad,

Para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado:

En el cual tenemos redención por su sangre, la remisión de pecados por las riquezas de su gracia,

Que sobreabundó en nosotros en toda sabiduría é inteligencia;

Descubriéndonos el misterio de su voluntad, según su beneplácito, que se había propuesto en sí mismo,

10 De reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra:

11 En él digo, en quien asimismo tuvimos suerte, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el consejo de su voluntad,

12 Para que seamos para alabanza de su gloria, nosotros que antes esperamos en Cristo.

13 En el cual esperasteis también vosotros en oyendo la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salud: en el cual también desde que creísteis, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,

14 Que es las arras de nuestra herencia, para la redención de la posesión adquirida para alabanza de su gloria.

15 Por lo cual también yo, habiendo oído de vuestra fe en el Señor Jesús, y amor para con todos los santos,

16 No ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones;

17 Que el Dios del Señor nuestro Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación para su conocimiento;

18 Alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál sea la esperanza de su vocación, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos,

19 Y cuál aquella supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, por la operación de la potencia de su fortaleza,

20 La cual obró en Cristo, resucitándole de los muertos, y colocándole á su diestra en los cielos,

21 Sobre todo principado, y potestad, y potencia, y señorío, y todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, mas aun en el venidero:

22 Y sometió todas las cosas debajo de sus pies, y diólo por cabeza sobre todas las cosas á la iglesia,

23 La cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que hinche todas las cosas en todos.

Y DE ella recibisteis vosotros, que estabais muertos en vuestros delitos y pecados,

En que en otro tiempo anduvisteis conforme á la condición de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora obra en los hijos de desobediencia:

Entre los cuales todos nosotros también vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos; y éramos por naturaleza hijos de ira, también como los demás.

Empero Dios, que es rico en misericordia, por su mucho amor con que nos amó,

Aun estando nosotros muertos en pecados, nos dió vida juntamente con Cristo; por gracia sois salvos;

Y juntamente nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los cielos con Cristo Jesús,

Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.

Porque por gracia sois salvos por la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios:

No por obras, para que nadie se gloríe.

10 Porque somos hechura suya, criados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó para que anduviésemos en ellas.

11 Por tanto, acordaos que en otro tiempo vosotros los Gentiles en la carne, que erais llamados incircuncisión por la que se llama circuncisión, hecha con mano en la carne;

12 Que en aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la república de Israel, y extranjeros á los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.

13 Mas ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo.

14 Porque él es nuestra paz, que de ambos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación;

15 Dirimiendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos en orden á ritos, para edificar en sí mismo los dos en un nuevo hombre, haciendo la paz,

16 Y reconciliar por la cruz con Dios á ambos en un mismo cuerpo, matando en ella las enemistades.

17 Y vino, y anunció la paz á vosotros que estabais lejos, y á los que estaban cerca:

18 Que por él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre.

19 Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino juntamente ciudadanos con los santos, y domésticos de Dios;

20 Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo;

21 En el cual, compaginado todo el edificio, va creciendo para ser un templo santo en el Señor:

22 En el cual vosotros también sois juntamente edificados, para morada de Dios en Espíritu.

POR esta causa yo Pablo, prisionero de Cristo Jesús por vosotros los Gentiles,

Si es que habéis oído la dispensación de la gracia de Dios que me ha sido dada para con vosotros,

A saber, que por revelación me fué declarado el misterio, como antes he escrito en breve;

Leyendo lo cual podéis entender cuál sea mi inteligencia en el misterio de Cristo:

El cual misterio en los otros siglos no se dió á conocer á los hijos de los hombres como ahora es revelado á sus santos apóstoles y profetas en el Espíritu:

Que los Gentiles sean juntamente herederos, é incorporados, y consortes de su promesa en Cristo por el evangelio:

Del cual yo soy hecho ministro por el don de la gracia de Dios que me ha sido dado según la operación de su potencia.

A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, es dada esta gracia de anunciar entre los Gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo,

Y de aclarar á todos cuál sea la dispensación del misterio escondido desde los siglos en Dios, que crió todas las cosas.

10 Para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora notificada por la iglesia á los principados y potestades en los cielos,

11 Conforme á la determinación eterna, que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor:

12 En el cual tenemos seguridad y entrada con confianza por la fe de él.

13 Por tanto, pido que no desmayéis á causa de mis tribulaciones por vosotros, las cuales son vuestra gloria.

14 Por esta causa doblo mis rodillas al Padre de nuestro Señor Jesucristo,

15 Del cual es nombrada toda la parentela en los cielos y en la tierra,

16 Que os dé, conforme á las riquezas de su gloria, el ser corroborados con potencia en el hombre interior por su Espíritu.

17 Que habite Cristo por la fe en vuestros corazones; para que, arraigados y fundados en amor,

18 Podáis bien comprender con todos los santos cuál sea la anchura y la longura y la profundidad y la altura,

19 Y conocer el amor de Cristo, que excede á todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.

20 Y á Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos ó entendemos, por la potencia que obra en nosotros,

21 A él sea gloria en la iglesia por Cristo Jesús, por todas edades del siglo de los siglos. Amén.

YO pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que sois llamados;

Con toda humildad y mansedumbre, con paciencia soportando los unos á los otros en amor;

Solícitos á guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.

Un cuerpo, y un Espíritu; como sois también llamados á una misma esperanza de vuestra vocación:

Un Señor, una fe, un bautismo,

Un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todas las cosas, y por todas las cosas, y en todos vosotros.

Empero á cada uno de nosotros es dada la gracia conforme á la medida del don de Cristo.

Por lo cual dice:

Subiendo á lo alto, llevó cautiva la cautividad,

Y dió dones á los hombres.

(Y que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero á las partes más bajas de la tierra?

10 El que descendió, él mismo es el que también subió sobre todos los cielos para cumplir todas las cosas.)

11 Y él mismo dió unos, ciertamente apóstoles; y otros, profetas; y otros, evangelistas; y otros, pastores y doctores;

12 Para perfección de los santos, para la obra del ministerio, para edificación del cuerpo de Cristo;

13 Hasta que todos lleguemos á la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, á un varón perfecto, á la medida de la edad de la plenitud de Cristo:

14 Que ya no seamos niños fluctuantes, y llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que, para engañar, emplean con astucia los artificios del error:

15 Antes siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todas cosas en aquel que es la cabeza, á saber, Cristo;

16 Del cual, todo el cuerpo compuesto y bien ligado entre sí por todas las junturas de su alimento, que recibe según la operación, cada miembro conforme á su medida toma aumento de cuerpo edificándose en amor.

17 Esto pues digo, y requiero en el Señor, que no andéis más como los otros Gentiles, que andan en la vanidad de su sentido.

18 Teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón:

19 Los cuales después que perdieron el sentido de la conciencia, se entregaron á la desvergüenza para cometer con avidez toda suerte de impureza.

20 Mas vosotros no habéis aprendido así á Cristo:

21 Si empero lo habéis oído, y habéis sido por él enseñados, como la verdad está en Jesús,

22 A que dejéis, cuanto á la pasada manera de vivir; el viejo hombre que está viciado conforme á los deseos de error;

23 Y á renovarnos en el espíritu de vuestra mente,

24 Y vestir el nuevo hombre que es criado conforme á Dios en justicia y en santidad de verdad.

25 Por lo cual, dejada la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros.

26 Airaos, y no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo;

27 Ni deis lugar al diablo.

28 El que hurtaba, no hurte más; antes trabaje, obrando con sus manos lo que es bueno, para que tenga de qué dar al que padeciere necesidad.

29 Ninguna palabra torpe salga de vuestra boca, sino la que sea buena para edificación, para que dé gracia á los oyentes.

30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual estáis sellados para el día de la redención.

31 Toda amargura, y enojó, é ira, y voces, y maledicencia sea quitada de vosotros, y toda malicia:

32 Antes sed los unos con los otros benignos, misericordiosos, perdónandoos los unos á los otros, como también Dios os perdonó en Cristo.

SED, pues, imitadores de Dios como hijos amados:

Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó á sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio á Dios en olor suave.

Pero fornicación y toda inmundicia, ó avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene á santos;

Ni palabras torpes, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen; sino antes bien acciones de gracias.

Porque sabéis esto, que ningún fornicario, ó inmundo, ó avaro, que es servidor de ídolos, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios.

Nadie os engañe con palabras vanas; porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia.

No seáis pues aparceros con ellos;

Porque en otro tiempo erais tinieblas; mas ahora sois luz en el Señor: andad como hijos de luz,

(Porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, y justicia, y verdad;)

10 Aprobando lo que es agradable al Señor.

11 Y no comuniquéis con las obras infructuosas de las tinieblas; sino antes bien redargüidlas.

12 Porque torpe cosa es aun hablar de lo que ellos hacen en oculto.

13 Mas todas las cosas cuando son redargüidas, son manifestadas por la luz; porque lo que manifiesta todo, la luz es.

14 Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo.

15 Mirad, pues, cómo andéis avisadamente; no como necios, mas como sabios;

16 Redimiendo el tiempo, porque los días son malos.

17 Por tanto, no seáis imprudentes, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.

18 Y no os embriaguéis de vino, en lo cual hay disolución; mas sed llenos de Espíritu;

19 Hablando entre vosotros con salmos, y con himnos, y canciones espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones;

20 Dando gracias siempre de todo al Dios y Padre en el nombre de nuestro Señor Jesucristo:

21 Sujetados los unos á los otros en el temor de Dios.

22 Las casadas estén sujetas á sus propios maridos, como al Señor.

23 Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia; y él es el que da la salud al cuerpo.

24 Así que, como la iglesia está sujeta á Cristo, así también las casadas lo estén á sus maridos en todo.

25 Maridos, amad á vuestras mujeres, así como Cristo amó á la iglesia, y se entregó á sí mismo por ella,

26 Para santificarla limpiándola en el lavacro del agua por la palabra,

27 Para presentársela gloriosa para sí, una iglesia que no tuviese mancha ni arruga, ni cosa semejante; sino que fuese santa y sin mancha.

28 Así también los maridos deben amar á sus mujeres como á sus mismos cuerpos. El que ama á su mujer, á sí mismo se ama.

29 Porque ninguno aborreció jamás á su propia carne, antes la sustenta y regala, como también Cristo á la iglesia;

30 Porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos.

31 Por esto dejará el hombre á su padre y á su madre, y se allegará á su mujer, y serán dos en una carne.

32 Este misterio grande es: mas yo digo esto con respecto á Cristo y á la iglesia.

33 Cada uno empero de vosotros de por sí, ame también á su mujer como á sí mismo; y la mujer reverencie á su marido.

HIJOS, obedeced en el Señor á vuestros padres; porque esto es justo.

Honra á tu padre y á tu madre, que es el primer mandamiento con promesa,

Para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.

Y vosotros, padres, no provoquéis á ira á vuestros hijos; sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.

Siervos, obedeced á vuestros amos según la carne con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como á Cristo;

No sirviendo al ojo, como los que agradan á los hombres; sino como siervos de Cristo, haciendo de ánimo la voluntad de Dios;

Sirviendo con buena voluntad, como al Señor, y no á los hombres;

Sabiendo que el bien que cada uno hiciere, esto recibirá del Señor, sea siervo ó sea libre.

Y vosotros, amos, haced á ellos lo mismo, dejando las amenazas: sabiendo que el Señor de ellos y vuestro está en los cielos, y que no hay acepción de personas con él.

10 Por lo demás, hermanos míos, confortaos en el Señor, y en la potencia de su fortaleza.

11 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.

12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne; sino contra principados, contra potestades, contra señores del mundo, gobernadores de estas tinieblas, contra malicias espirituales en los aires.

13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y estar firmes, habiendo acabado todo.

14 Estad pues firmes, ceñidos vuestros lomos de verdad, y vestidos de la cota de justicia.

15 Y calzados los pies con el apresto del evangelio de paz;

16 Sobre todo, tomando el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.

17 Y tomad el yelmo de salud, y la espada del Espíritu; que es la palabra de Dios;

18 Orando en todo tiempo con toda deprecación y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda instancia y suplicación por todos los santos,

19 Y por mí, para que me sea dada palabra en el abrir de mi boca con confianza, para hacer notorio el misterio del evangelio,

20 Por el cual soy embajador en cadenas; que resueltamente hable de él, como debo hablar.

21 Mas para que también vosotros sepáis mis negocios, y cómo lo paso, todo os lo hará saber Tichîco, hermano amado y fiel ministro en el Señor:

22 Al cual os he enviado para esto mismo, para que entendáis lo tocante á nosotros, y que consuele vuestros corazones.

23 Paz sea á los hermanos y amor con fe, de Dios Padre y del Señor Jesucristo.

24 Gracia sea con todos los que aman á nuestro Señor Jesucristo en sinceridad. Amén.

PABLO y Timoteo, siervos de Jesucristo, á todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos, con los obispos y diáconos:

Gracia sea á vosotros, y paz de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

Doy gracias á mi Dios en toda memoria de vosotros,

Siempre en todas mis oraciones haciendo oración por todos vosotros con gozo,

Por vuestra comunión en el evangelio, desde el primer día hasta ahora:

Estando confiado de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;

Como me es justo sentir esto de todos vosotros, por cuanto os tengo en el corazón; y en mis prisiones, y en la defensa y confirmación del evangelio, sois todos vosotros compañeros de mi gracia.

Porque Dios me es testigo de cómo os amo á todos vosotros en las entrañas de Jesucristo.

Y esto ruego, que vuestro amor abunde aun más y más en ciencia y en todo conocimiento,

10 Para que discernáis lo mejor; que seáis sinceros y sin ofensa para el día de Cristo;

11 Llenos de frutos de justicia, que son por Jesucristo, á gloria y loor de Dios.

12 Y quiero, hermanos, que sepáis que las cosas que me han sucedido, han redundado más en provecho del evangelio;

13 De manera que mis prisiones han sido célebres en Cristo en todo el pretorio, y á todos los demás;

14 Y muchos de los hermanos en el Señor, tomando ánimo con mis prisiones, se atreven mucho más á hablar la palabra sin temor.

15 Y algunos, á la verdad, predican á Cristo por envidia y porfía; mas algunos también por buena voluntad.

16 Los unos anuncian á Cristo por contención, no sinceramente, pensando añadir aflicción á mis prisiones;

17 Pero los otros por amor, sabiendo que soy puesto por la defensa del evangelio.

18 ¿Qué pues? Que no obstante, en todas maneras, ó por pretexto ó por verdad, es anunciado Cristo; y en esto me huelgo, y aun me holgaré.

19 Porque sé que esto se me tornará á salud, por vuestra oración, y por la suministración del Espíritu de Jesucristo;

20 Conforme á mi mira y esperanza, que en nada seré confundido; antes bien con toda confianza, como siempre, ahora también será engrandecido Cristo en mi cuerpo, ó por vida, ó por muerte.

21 Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.

22 Mas si el vivir en la carne, esto me será para fruto de la obra, no sé entonces qué escoger;

23 Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de ser desatado, y estar con Cristo, lo cual es mucho mejor:

24 Empero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros.

25 Y confiado en esto, sé que quedaré, que aun permaneceré con todos vosotros, para provecho vuestro y gozo de la fe;

26 Para que crezca vuestra gloria de mí en Cristo Jesús por mi venida otra vez á vosotros.

27 Solamente que converséis como es digno del evangelio de Cristo; para que, ó sea que vaya á veros, ó que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, unánimes combatiendo juntamente por la fe del evangelio,

28 Y en nada intimidados de los que se oponen: que á ellos ciertamente es indicio de perdición, mas á vosotros de salud; y esto de Dios;

29 Porque á vosotros es concedido por Cristo, no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él,

30 Teniendo el mismo conflicto que habéis visto en mí, y ahora oís estar en mí.

POR tanto, si hay alguna consolación en Cristo; si algún refrigerio de amor; si alguna comunión del Espíritu; si algunas entrañas y misericordias,

Cumplid mi gozo; que sintáis lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa.

Nada hagáis por contienda ó por vanagloria; antes bien en humildad, estimándoos inferiores los unos á los otros:

No mirando cada uno á lo suyo propio, sino cada cual también á lo de los otros.

Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús:

El cual, siendo en forma de Dios, no tuvo por usurpación ser igual á Dios:

Sin embargo, se anonadó á sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante á los hombres;

Y hallado en la condición como hombre, se humilló á sí mismo, hecho obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.

Por lo cual Dios también le ensalzó á lo sumo, y dióle un nombre que es sobre todo nombre;

10 Para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y de los que en la tierra, y de los que debajo de la tierra;

11 Y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, á la gloria de Dios Padre.

12 Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor;

13 Porque Dios es el que en vosotros obra así el querer como el hacer, por su buena voluntad.

14 Haced todo sin murmuraciones y contiendas,

15 Para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin culpa en medio de la nación maligna y perversa, entre los cuales resplandecéis como luminares en el mundo;

16 Reteniendo la palabra de vida para que yo pueda gloriarme en el día de Cristo, que no he corrido en vano, ni trabajado en vano.

17 Y aun si soy derramado en libación sobre el sacrificio y servicio de vuestra fe, me gozo y congratulo por todos vosotros.

18 Y asimismo gozaos también vosotros, y regocijaos conmigo.

19 Mas espero en el Señor Jesús enviaros presto á Timoteo, para que yo también esté de buen ánimo, entendido vuestro estado.

20 Porque á ninguno tengo tan unánime, y que con sincera afición esté solícito por vosotros.

21 Porque todos buscan lo suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús.

22 Pero la experiencia de él habéis conocido, que como hijo á padre ha servido conmigo en el evangelio.

23 Así que á éste espero enviaros, luego que yo viere cómo van mis negocios;

24 Y confío en el Señor que yo también iré presto á vosotros.

25 Mas tuve por cosa necesaria enviaros á Epafrodito, mi hermano, y colaborador y compañero de milicia, y vuestro mensajero, y ministrador de mis necesidades;

26 Porque tenía gran deseo de ver á todos vosotros, y gravemente se angustió porque habíais oído que había enfermado.

27 Pues en verdad estuvo enfermo á la muerte: mas Dios tuvo misericordia de él; y no solamente de él, sino aun de mí, para que yo no tuviese tristeza sobre tristeza.

28 Así que le envío más presto, para que viéndole os volváis á gozar, y yo esté con menos tristeza.

29 Recibidle pues en el Señor con todo gozo; y tened en estima á los tales:

30 Porque por la obra de Cristo estuvo cercano á la muerte, poniendo su vida para suplir vuestra falta en mi servicio.

RESTA, hermanos, que os gocéis en el Señor. A mí, á la verdad, no es molesto el escribiros las mismas cosas, y para vosotros es seguro.

Guardaos de los perros, guardaos de los malos obreros, guardaos del cortamiento.

Porque nosotros somos la circuncisión, los que servimos en espíritu á Dios, y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne.

Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne. Si alguno parece que tiene de qué confiar en la carne, yo más:

Circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, Hebreo de Hebreos; cuanto á la ley, Fariseo;

Cuanto al celo, perseguidor de la iglesia; cuanto á la justicia que es en la ley, irreprensible.

Pero las cosas que para mí eran ganancias, helas reputado pérdidas por amor de Cristo.

Y ciertamente, aun reputo todas las cosas pérdida por el eminente conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y téngolo por estiércol, para ganar á Cristo,

Y ser hallado en él, no teniendo mi justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe;

10 A fin de conocerle, y la virtud de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, en conformidad á su muerte,

11 Si en alguna manera llegase á la resurrección de los muertos.

12 No que ya haya alcanzado, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si alcanzo aquello para lo cual fuí también alcanzado de Cristo Jesús.

13 Hermanos, yo mismo no hago cuenta de haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome á lo que está delante,

14 Prosigo al blanco, al premio de la soberana vocación de Dios en Cristo Jesús.

15 Así que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos: y si otra cosa sentís, esto también os revelará Dios.

16 Empero en aquello á que hemos llegado, vamos por la misma regla, sintamos una misma cosa.

17 Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad los que así anduvieren como nos tenéis por ejemplo.

18 Porque muchos andan, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo:

19 Cuyo fin será perdición, cuyo dios es el vientre, y su gloria es en confusión; que sienten lo terreno.

20 Mas nuestra vivienda es en los cielos; de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;

21 El cual transformará el cuerpo de nuestra bajeza, para ser semejante al cuerpo de su gloria, por la operación con la cual puede también sujetar á sí todas las cosas.

ASÍ que, hermanos míos amados y deseados, gozo y corona mía, estad así firmes en el Señor, amados.

A Euodias ruego, y á Syntychê exhorto, que sientan lo mismo en el Señor.

Asimismo te ruego también á ti, hermano compañero, ayuda á las que trabajaron juntamente conmigo en el evangelio, con Clemente también, y los demás mis colaboradores, cuyos nombres están en el libro de la vida.

Gozaos en el Señor siempre: otra vez digo: Que os gocéis.

Vuestra modestia sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca.

Por nada estéis afanosos; sino sean notorias vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con hacimiento de gracias.

Y la paz de Dios, que sobrepuja todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros entendimientos en Cristo Jesús.

Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si alguna alabanza, en esto pensad.

Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz será con vosotros.

10 Mas en gran manera me gocé en el Señor de que ya al fin ha reflorecido vuestro cuidado de mí; de lo cual aun estabais solícitos, pero os faltaba la oportunidad.

11 No lo digo en razón de indigencia, pues he aprendido á contentarme con lo que tengo.

12 Sé estar humillado, y sé tener abundancia: en todo y por todo estoy enseñado, así para hartura como para hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.

13 Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.

14 Sin embargo, bien hicisteis que comunicasteis juntamente á mi tribulación.

15 Y sabéis también vosotros, oh Filipenses, que al principio del evangelio, cuando partí de Macedonia, ninguna iglesia me comunicó en razón de dar y recibir, sino vosotros solos.

16 Porque aun á Tesalónica me enviasteis lo necesario una y dos veces.

17 No porque busque dádivas; mas busco fruto que abunde en vuestra cuenta.

18 Empero todo lo he recibido, y tengo abundancia: estoy lleno, habiendo recibido de Epafrodito lo que enviasteis, olor de suavidad, sacrificio acepto, agradable á Dios.

19 Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme á sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.

20 Al Dios pues y Padre nuestro sea gloria por los siglos de los siglos. Amén.

21 Saludad á todos los santos en Cristo Jesús. Los hermanos que están conmigo os saludan.

22 Todos los santos os saludan, y mayormente los que son de casa de César.

23 La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.

PABLO, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo,

A los santos y hermanos fieles en Cristo que están en Colosas: Gracia y paz á vosotros de Dios Padre nuestro, y del Señor Jesucristo.

Damos gracias al Dios y Padre del Señor nuestro Jesucristo, siempre orando por vosotros:

Habiendo oído vuestra fe en Cristo Jesús, y el amor que tenéis á todos los santos,

A causa de la esperanza que os está guardada en los cielos, de la cual habéis oído ya por la palabra verdadera del evangelio:

El cual ha llegado hasta vosotros, como por todo el mundo; y fructifica y crece, como también en vosotros, desde el día que oísteis y conocisteis la gracia de Dios en verdad,

Como habéis aprendido de Epafras, nuestro consiervo amado, el cual es un fiel ministro de Cristo á favor vuestro;

El cual también nos ha declarado vuestro amor en el Espíritu.

Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad, en toda sabiduría y espiritual inteligencia;

10 Para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, fructificando en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios:

11 Corroborados de toda fortaleza, conforme á la potencia de su gloria, para toda tolerancia y largura de ánimo con gozo;

12 Dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la suerte de los santos en luz:

13 Que nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo;

14 En el cual tenemos redención por su sangre, la remisión de pecados:

15 El cual es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda criatura.

16 Porque por él fueron criadas todas las cosas que están en los cielos, y que están en la tierra, visibles é invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fué criado por él y para él.

17 Y él es antes de todas las cosas, y por él todas las cosas subsisten:

18 Y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia; él que es el principio, el primogénito de los muertos, para que en todo tenga el primado.

19 Por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud,

20 Y por él reconciliar todas las cosas á sí, pacificando por la sangre de su cruz, así lo que está en la tierra como lo que está en los cielos.

21 A vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos de ánimo en malas obras, ahora empero os ha reconciliado

22 En el cuerpo de su carne por medio de muerte, para haceros santos, y sin mancha, é irreprensibles delante de él:

23 Si empero permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído; el cual es predicado á toda criatura que está debajo del cielo; del cual yo Pablo soy hecho ministro.

24 Que ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia;

25 De la cual soy hecho ministro, según la dispensación de Dios que me fué dada en orden á vosotros, para que cumpla la palabra de Dios;

26 A saber, el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, mas ahora ha sido manifestado á sus santos:

27 A los cuales quiso Dios hacer notorias las riquezas de la gloria de este misterio entre los Gentiles; que es Cristo en vosotros la esperanza de gloria:

28 El cual nosotros anunciamos, amonestando á todo hombre, y enseñando en toda sabiduría, para que presentemos á todo hombre perfecto en Cristo Jesús:

29 En lo cual aun trabajo, combatiendo según la operación de él, la cual obra en mí poderosamente.

PORQUE quiero que sepáis cuán gran solicitud tengo por vosotros, y por los que están en Laodicea, y por todos los que nunca vieron mi rostro en carne;

Para que sean confortados sus corazones, unidos en amor, y en todas riquezas de cumplido entendimiento para conocer el misterio de Dios, y del Padre, y de Cristo;

En el cual están escondidos todos los tesoros de sabiduría y conocimiento.

Y esto digo, para que nadie os engañe con palabras persuasivas.

Porque aunque estoy ausente con el cuerpo, no obstante con el espíritu estoy con vosotros, gozándome y mirando vuestro concierto, y la firmeza de vuestra fe en Cristo.

Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él:

Arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis aprendido, creciendo en ella con hacimiento de gracias.

Mirad que ninguno os engañe por filosofías y vanas sustilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme á los elementos del mundo, y no según Cristo:

Porque en él habita toda la plenitud de la divinidad corporalmente:

10 Y en él estáis cumplidos, el cual es la cabeza de todo principado y potestad:

11 En el cual también sois circuncidados de circuncisión no hecha con manos, con el despojamiento del cuerpo de los pecados de la carne, en la circuncisión de Cristo;

12 Sepultados juntamente con él en el bautismo, en el cual también resucitasteis con él, por la fe de la operación de Dios que le levantó de los muertos.

13 Y á vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os vivificó juntamente con él, perdonándoos todos los pecados,

14 Rayendo la cédula de los ritos que nos era contraria, que era contra nosotros, quitándola de en medio y enclavándola en la cruz;

15 Y despojando los principados y las potestades, sacólos á la vergüenza en público, triunfando de ellos en sí mismo.

16 Por tanto, nadie os juzgue en comida, ó en bebida, ó en parte de día de fiesta, ó de nueva luna, ó de sábados:

17 Lo cual es la sombra de lo por venir; mas el cuerpo es de Cristo.

18 Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad y culto á los ángeles, metiéndose en lo que no ha visto, vanamente hinchado en el sentido de su propia carne,

19 Y no teniendo la cabeza, de la cual todo el cuerpo, alimentado y conjunto por las ligaduras y conjunturas, crece en aumento de Dios.

20 Pues si sois muertos con Cristo cuanto á los rudimentos del mundo, ¿por qué como si vivieseis al mundo, os sometéis á ordenanzas,

21 Tales como, No manejes, ni gustes, ni aun toques,

22 (Las cuales cosas son todas para destrucción en el uso mismo), en conformidad á mandamientos y doctrinas de hombres?

23 Tales cosas tienen á la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, y humildad, y en duro trato del cuerpo; no en alguna honra para el saciar de la carne.

SI habéis pues resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado á la diestra de Dios.

Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.

Porque muertos sois, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.

Cuando Cristo, vuestra vida, se manifestare, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria.

Amortiguad, pues, vuestros miembros que están sobre la tierra: fornicación, inmundicia, molicie, mala concupiscencia, y avaricia, que es idolatría:

Por las cuales cosas la ira de Dios viene sobre los hijos de rebelión.

En las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo viviendo en ellas.

Mas ahora, dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, maledicencia, torpes palabras de vuestra boca.

No mintáis los unos á los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos,

10 Y revestídoos del nuevo, el cual por el conocimiento es renovado conforme á la imagen del que lo crió;

11 Donde no hay Griego ni Judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni Scytha, siervo ni libre; mas Cristo es el todo, y en todos.

12 Vestíos pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañas de misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de tolerancia;

13 Sufriéndoos los unos á los otros, y perdonándoos los unos á los otros si alguno tuviere queja del otro: de la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.

14 Y sobre todas estas cosas vestíos de caridad, la cual es el vínculo de la perfección.

15 Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, á la cual asimismo sois llamados en un cuerpo; y sed agradecidos.

16 La palabra de Cristo habite en vosotros en abundancia en toda sabiduría, enseñándoos y exhortándoos los unos á los otros con salmos é himnos y canciones espirituales, con gracia cantando en vuestros corazones al Señor.

17 Y todo lo que hacéis, sea de palabra, ó de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias á Dios Padre por él.

18 Casadas, estad sujetas á vuestros maridos, como conviene en el Señor.

19 Maridos, amad á vuestras mujeres, y no seáis desapacibles con ellas.

20 Hijos, obedeced á vuestros padres en todo; porque esto agrada al Señor.

21 Padres, no irritéis á vuestros hijos, porque no se hagan de poco ánimo.

22 Siervos, obedeced en todo á vuestros amos carnales, no sirviendo al ojo, como los que agradan á los hombres, sino con sencillez de corazón, temiendo á Dios:

23 Y todo lo que hagáis, hacedlo de ánimo, como al Señor, y no á los hombres;

24 Sabiendo que del Señor recibiréis la compensación de la herencia: porque al Señor Cristo servís.

25 Mas el que hace injuria, recibirá la injuria que hiciere; que no hay acepción de personas.

AMOS, haced lo que es justo y derecho con vuestros siervos, sabiendo que también vosotros tenéis amo en los cielos.

Perseverad en oración, velando en ella con hacimiento de gracias:

Orando también juntamente por nosotros, que el Señor nos abra la puerta de la palabra, para hablar el misterio de Cristo, por el cual aun estoy preso,

Para que lo manifieste como me conviene hablar.

Andad en sabiduría para con los extraños, redimiendo el tiempo.

Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal; para que sepáis cómo os conviene responder á cada uno.

Todos mis negocios os hará saber Tichîco, hermano amado y fiel ministro y consiervo en el Señor:

El cual os he enviado á esto mismo, para que entienda vuestros negocios, y consuele vuestros corazones;

Con Onésimo, amado y fiel hermano, el cual es de vosotros. Todo lo que acá pasa, os harán saber.

10 Aristarchô, mi compañero en la prisión, os saluda, y Marcos, el sobrino de Bernabé (acerca del cual habéis recibido mandamientos; si fuere á vosotros, recibidle),

11 Y Jesús, el que se llama Justo; los cuales son de la circuncisión: éstos solos son los que me ayudan en el reino de Dios, y me han sido consuelo.

12 Os saluda Epafras, el cual es de vosotros, siervo de Cristo, siempre solícito por vosotros en oraciones, para que estéis firmes, perfectos y cumplidos en todo lo que Dios quiere.

13 Porque le doy testimonio, que tiene gran celo por vosotros, y por los que están en Laodicea, y los que en Hierápolis.

14 Os saluda Lucas, el médico amado, y Demas.

15 Saludad á los hermanos que están en Laodicea, y á Nimfas, y á la iglesia que está en su casa.

16 Y cuando esta carta fuere leída entre vosotros, haced que también sea leída en la iglesia de los Laodicenses; y la de Laodicea que la leáis también vosotros.

17 Y decid á Archîpo: Mira que cumplas el ministerio que has recibido del Señor.

18 La salutación de mi mano, de Pablo. Acordaos de mis prisiones. La gracia sea con vosotros. Amén.

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