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Bible in 90 Days

An intensive Bible reading plan that walks through the entire Bible in 90 days.
Duration: 88 days
Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Version
Isaías 66:19 - Jeremías 10:13

19 Pondré entre ellos una señal y enviaré a los sobrevivientes de ellos a las naciones: a Tarsis, a Fut y a Lud que disparan arco, a Tubal y a Javán, a las costas lejanas que no han oído de mí ni han visto mi gloria. Y publicarán mi gloria entre las naciones.

20 »Y traerán a todos vuestros hermanos de entre todas las naciones, como una ofrenda para Jehová, en caballos, en carros, en literas, en mulos y en camellos, a mi santo monte de Jerusalén», dice Jehová, «al modo que los hijos de Israel traen la ofrenda en utensilios limpios a la casa de Jehová. 21 Y tomaré también de ellos para sacerdotes y levitas», dice Jehová.

22 «Porque como los cielos nuevos
y la nueva tierra que yo hago
permanecerán delante de mí»,
dice Jehová,
«así permanecerá
vuestra descendencia y vuestro nombre.

23 »Y de mes en mes, y de sábado en sábado,
vendrán todos a adorar delante de mí»,
dice Jehová.
24 «Saldrán y verán los cadáveres de los hombres
que se rebelaron contra mí;
porque su gusano nunca morirá
ni su fuego se apagará.
Y serán abominables
para todo ser humano.»

Llamamiento y misión de Jeremías

Las palabras de Jeremías hijo de Hilcías, de los sacerdotes que residieron en Anatot, en tierra de Benjamín. Palabra de Jehová que le vino en los días de Josías hijo de Amón, rey de Judá, en el año decimotercero de su reinado. Le vino también en días de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, hasta el fin del año undécimo de Sedequías hijo de Josías, rey de Judá, hasta la deportación de Jerusalén en el mes quinto.

Vino, pues, palabra de Jehová a mí, diciendo:

«Antes que te formara en el vientre, te conocí,
y antes que nacieras, te santifiqué,
te di por profeta a las naciones.»

Yo dije:

«¡Ah, ah, Señor Jehová! ¡Yo no sé hablar, porque soy un muchacho!»

Me dijo Jehová:

«No digas: “Soy un muchacho”,
porque a todo lo que te envíe irás,
y dirás todo lo que te mande.
No temas delante de ellos,
porque contigo estoy para librarte,
dice Jehová.»

Extendió Jehová su mano y tocó mi boca, y me dijo Jehová:

«He puesto mis palabras en tu boca.
10 Mira que te he puesto en este día
sobre naciones y sobre reinos,
para arrancar y destruir,
para arruinar y derribar,
para edificar y plantar.»

11 La palabra de Jehová vino a mí, diciendo: «¿Qué ves tú, Jeremías?» Yo respondí: «Veo una vara de almendro.» 12 Me dijo Jehová: «Bien has visto, porque yo vigilo sobre mi palabra para ponerla por obra.»

13 Vino a mí la palabra de Jehová por segunda vez, diciendo: «¿Qué ves tú?» Yo dije: «Veo una olla hirviendo, que se vierte desde el norte.»

14 Me dijo Jehová:

«Del norte se soltará el mal
sobre todos los moradores de esta tierra.
15 Porque yo convoco
a todas las familias de los reinos del norte,
dice Jehová;
vendrán, y pondrá cada uno su campamento
a la entrada de las puertas de Jerusalén,
junto a todos sus muros en derredor
y contra todas las ciudades de Judá.
16 A causa de toda su maldad,
proferiré mis juicios
contra los que me abandonaron e incensaron
a dioses extraños, y la obra de sus manos adoraron.
17 Tú, pues, ciñe tu cintura,
levántate y háblales todo cuanto te mande.
No te amedrentes delante de ellos,
para que yo no te amedrente en su presencia.
18 Porque yo te he puesto en este día
como ciudad fortificada,
como columna de hierro
y como muro de bronce contra toda esta tierra,
contra los reyes de Judá, sus príncipes,
sus sacerdotes y el pueblo de la tierra.
19 Pelearán contra ti, pero no te vencerán,
porque yo estoy contigo, dice Jehová, para librarte.»

Jehová y la apostasía de Israel

Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

«Anda y proclama a los oídos de Jerusalén,
diciendo que así dice Jehová:
“Me he acordado de ti, de la fidelidad de tu juventud,
del amor de tu desposorio,
cuando andabas en pos de mí en el desierto,
en tierra no sembrada.”
Santo era Israel a Jehová,
primicias de sus nuevos frutos.
Todos los que lo devoraban eran culpables;
mal venía sobre ellos,
dice Jehová.»

¡Oíd la palabra de Jehová, casa de Jacob y todas las familias de la casa de Israel! Así dice Jehová:

«¿Qué maldad hallaron en mí vuestros padres,
que se alejaron de mí,
y se fueron tras la vanidad
y se volvieron vanos?
No dijeron: “¿Dónde está Jehová,
que nos hizo subir de la tierra de Egipto,
que nos condujo por el desierto,
por una tierra desierta y despoblada,
por tierra seca y de sombra de muerte,
por una tierra por la cual no pasó varón
ni habitó en ella hombre alguno?”
Os introduje en tierra de abundancia,
para que comierais su fruto y sus bienes;
pero entrasteis y contaminasteis mi tierra,
e hicisteis abominable mi heredad.
Los sacerdotes no dijeron: “¿Dónde está Jehová?”,
y los que tenían la Ley no me conocieron;
los pastores se rebelaron contra mí,
los profetas profetizaron en nombre de Baal
y anduvieron tras lo que no aprovecha.

»Por tanto, pleitearé aún con vosotros,
dice Jehová.
Con los hijos de vuestros hijos pleitearé.
10 Pasad, pues, a las costas de Quitim y mirad;
enviad a Cedar y considerad cuidadosamente.
Ved si se ha hecho cosa semejante a ésta.
11 ¿Acaso alguna nación ha cambiado sus dioses,
aunque estos no son dioses?
Sin embargo, mi pueblo ha cambiado su gloria
por lo que no aprovecha.
12 ¡Espantaos, cielos, sobre esto, y horrorizaos!
¡Pasmaos en gran manera!,
dice Jehová.

13 »Porque dos males ha hecho mi pueblo:
me dejaron a mí,
fuente de agua viva,
y cavaron para sí cisternas,
cisternas rotas que no retienen el agua.

14 »¿Es Israel un siervo?
¿Es un esclavo?
¿Por qué ha venido a ser presa?
15 Los cachorros del león rugieron contra él,
alzaron su voz y asolaron su tierra;
quemadas están sus ciudades,
sin morador.
16 Aun los hijos de Menfis y de Tafnes
te quebraron el cráneo.
17 ¿No te acarreó esto el haber dejado a Jehová, tu Dios,
cuando te conducía por el camino?
18 Ahora, pues, ¿qué tienes tú en el camino de Egipto
para que bebas agua del Nilo?
¿Y qué tienes tú en el camino de Asiria
para que bebas agua del Éufrates?
19 Tu maldad te castigará
y tus rebeldías te condenarán;
reconoce, pues, y ve cuán malo y amargo
es el haber dejado tú a Jehová, tu Dios,
y no tener temor de mí,
dice el Señor, Jehová de los ejércitos.

20 »Porque desde hace mucho tiempo rompiste tu yugo y tus ataduras,
y dijiste: “No serviré.”
Con todo eso, sobre todo collado alto
y debajo de todo árbol frondoso
te acostabas como una prostituta.
21 Te planté de vid escogida,
toda ella de buena simiente,
¿cómo, pues, te me has vuelto sarmiento de vid extraña?
22 Aunque te laves con lejía
y amontones jabón sobre ti,
la mancha de tu pecado permanecerá aún delante de mí,
dice Jehová, el Señor.
23 ¿Cómo puedes decir: “No soy impura,
nunca anduve tras los baales”?
Mira tu proceder en el valle,
conoce lo que has hecho,
dromedaria ligera que corre de un lado a otro,
24 asna montés acostumbrada al desierto,
que en su ardor olfatea el viento.
De su lujuria, ¿quién la detendrá?
Ninguno que la busque se fatigará,
porque en el tiempo de su celo la hallará.

25 »Guarda tus pies de andar descalzos
y tu garganta de la sed.
Mas dijiste: “No hay remedio en ninguna manera,
porque a extraños he amado y tras ellos he de ir.”

26 »Como se avergüenza el ladrón cuando es descubierto,
así se avergonzará la casa de Israel,
ellos, sus reyes, sus príncipes,
sus sacerdotes y sus profetas,
27 que dicen a un leño: “Mi padre eres tú”,
y a una piedra: “Tú me has engendrado.”
Me volvieron la espalda y no el rostro,
pero en el tiempo de su calamidad dicen:
“¡Levántate y líbranos!”
28 ¿Y dónde están tus dioses que hiciste para ti?
¡Levántense ellos, a ver si pueden librarte
en el tiempo de tu aflicción!,
porque según el número de tus ciudades, Judá,
han sido tus dioses.

29 »¿Por qué pleiteas conmigo?
Todos vosotros os rebelasteis contra mí,
dice Jehová.
30 En vano he azotado a vuestros hijos:
no han admitido la corrección.
Vuestra espada devoró a vuestros profetas
como león destrozador.
31 ¡Oh generación!,
atended vosotros a la palabra de Jehová.
¿He sido yo un desierto para Israel
o una tierra de tinieblas?
¿Por qué ha dicho mi pueblo:
“Somos libres; nunca más vendremos a ti”?
32 ¿Se olvida la virgen de su atavío
o la desposada de sus galas?
Pero mi pueblo se ha olvidado de mí
por innumerables días.

33 »¡Cómo adornas tu camino para buscar amor!
¡Cómo aprendiste los caminos de maldad!
34 Aun en tus faldas se halló la sangre
de los pobres, de los inocentes.
No los sorprendiste en ningún delito;
sin embargo, en todas estas cosas dices:
35 “Soy inocente, de cierto su ira se apartó de mí.”
Yo entraré en juicio contigo,
porque dijiste: “No he pecado.”
36 ¿Por qué eres tan ligera para cambiar tus caminos?
También serás avergonzada por Egipto,
como fuiste avergonzada por Asiria.
37 También de allí saldrás con tus manos sobre la cabeza,
porque Jehová desechó a aquellos en quienes tú confiabas,
y no prosperarás con ellos.

»Dicho está:
“Si alguno deja a su mujer,
y ésta se va de él
y se junta a otro hombre,
¿volverá de nuevo a ella?
¿No será tal tierra del todo mancillada?”
Tú, pues, que has fornicado con muchos amigos,
¿habrás de volver a mí?,
dice Jehová.

»Alza tus ojos a las alturas,
y ve si hay algún lugar donde no te hayas prostituido.
Junto a los caminos te sentabas para ellos
como un árabe en el desierto,
y con tus fornicaciones y tu maldad
has contaminado la tierra.
Por esta causa las aguas fueron detenidas
y faltó la lluvia tardía.
Te has mostrado como una prostituta,
y no has querido avergonzarte.
¿Acaso no me llamas ahora mismo
Padre mío, y Guía de mi juventud?
Tu dices: “¿Guardará su enojo para siempre?
¿Eternamente lo guardará?”
He aquí que has hablado así,
pero has hecho cuantas maldades pudiste.»

Jehová exhorta a Israel y a Judá al arrepentimiento

Me dijo Jehová en días del rey Josías: «¿Has visto lo que ha hecho la rebelde Israel? Se ha ido a todo monte alto y bajo todo árbol frondoso, y allí ha fornicado. Y dije: “Después de hacer todo esto, se volverá a mí”, ¡pero no se volvió! Y lo vio su hermana, la rebelde Judá. Ella vio que por haber fornicado la rebelde Israel, yo la había despedido y dado carta de repudio; pero no tuvo temor la rebelde Judá, su hermana, sino que también fue ella y fornicó. Y sucedió que por juzgar ella cosa ligera su fornicación, la tierra fue contaminada, pues adulteró con la piedra y con el leño. 10 Con todo esto, su hermana, la rebelde Judá, no se volvió a mí de todo corazón, sino fingidamente, dice Jehová.»

11 Y me dijo Jehová: «Ha resultado justa la rebelde Israel en comparación con la traidora Judá. 12 Ve y proclama estas palabras hacia el norte, y di:

»“Vuélvete, rebelde Israel,
dice Jehová;
no haré caer mi ira sobre ti,
porque misericordioso soy yo,
dice Jehová;
no guardaré para siempre el enojo.
13 Reconoce, pues, tu maldad,
porque contra Jehová, tu Dios, te has levantado,
y has fornicado con los extraños
debajo de todo árbol frondoso,
y no has escuchado mi voz,
dice Jehová.

14 »”Convertíos, hijos rebeldes, dice Jehová, porque yo soy vuestro esposo; os tomaré, uno de cada ciudad y dos de cada familia, y os introduciré en Sión. 15 Os daré pastores según mi corazón, que os apacienten con conocimiento y con inteligencia. 16 Y acontecerá que cuando os multipliquéis y crezcáis en la tierra, en esos días, dice Jehová, no se dirá más: ‘¡Arca del pacto de Jehová!’ No vendrá al pensamiento ni se acordarán de ella, no la echarán de menos ni será hecha de nuevo. 17 En aquel tiempo llamarán a Jerusalén Trono de Jehová, y todas las naciones vendrán a ella en el nombre de Jehová, a Jerusalén; y no andarán más tras la dureza de su malvado corazón.

18 »”En aquellos tiempos irán de la casa de Judá a la casa de Israel, y vendrán juntamente de la tierra del norte a la tierra que hice heredar a vuestros padres.

19 »”Yo preguntaba: ¿Cómo os pondré por hijos
y os daré la tierra deseable,
la rica heredad de las naciones?
Y dije: Me llamaréis Padre mío,
y no os apartaréis de en pos de mí.
20 Pero como la esposa infiel abandona a su compañero,
así os levantasteis contra mí, casa de Israel,
dice Jehová.

21 »”Una voz se oye sobre las alturas,
llanto de los ruegos de los hijos de Israel,
porque han torcido su camino,
se han olvidado de Jehová, su Dios.
22 ¡Convertíos, hijos rebeldes,
y os sanaré de vuestras rebeliones!”»

«Aquí estamos, venimos a ti,
porque tú, Jehová, eres nuestro Dios.
23 Ciertamente vanidad son los collados
y el bullicio sobre los montes;
ciertamente en Jehová, nuestro Dios,
está la salvación de Israel.

24 »Confusión consumió el trabajo de nuestros padres
desde nuestra juventud:
sus ovejas, sus vacas, sus hijos y sus hijas.
25 Yacemos en nuestra vergüenza,
nuestra ignominia nos cubre;
porque pecamos contra Jehová, nuestro Dios,
nosotros y nuestros padres,
desde nuestra juventud y hasta este día,
y no hemos escuchado la voz de Jehová, nuestro Dios.»

«Si te has de volver, Israel»,
dice Jehová,
«vuélvete a mí.
Si quitas de delante de mí tus abominaciones
y no andas de acá para allá,
y si con verdad y conforme al derecho y la justicia juras:
“Vive Jehová”,
entonces las naciones serán benditas en él,
y en él se gloriarán.

»Porque así dice Jehová a todo hombre de Judá y de Jerusalén:

»Arad campo para vosotros
y no sembréis entre espinos.
Circuncidaos para Jehová,
quitad el prepucio de vuestro corazón,
hombres de Judá y moradores de Jerusalén,
no sea que mi ira salga como fuego,
que se encienda y no haya quien la apague
a causa de la maldad de vuestras obras.

Judá es amenazada de invasión

»Anunciadlo en Judá, proclamadlo en Jerusalén, diciendo:
“Tocad trompeta en la tierra”;
gritad a voz en cuello y decid:
“¡Reuníos y entremos
en las ciudades fortificadas!”
Alzad bandera en Sión,
huid, no os detengáis,
porque del norte hago yo venir
mal y quebrantamiento grande.
El león sube de la espesura,
el destructor de naciones está en marcha;
ha salido de su lugar para poner tu tierra en desolación;
tus ciudades quedarán asoladas y sin morador.
Por eso, vestíos con ropas ásperas,
lamentaos y gemid,
porque la ira de Jehová
no se ha apartado de nosotros.

»En aquel día», dice Jehová,
«desfallecerá el corazón del rey
y el corazón de los príncipes,
los sacerdotes estarán atónitos
y se espantarán los profetas.»

10 Yo dije: «¡Ay, ay, Jehová, Dios,
verdaderamente en gran manera has engañado a este pueblo y a Jerusalén,
diciendo: “Tendréis paz”,
pues la espada ha entrado hasta el alma!»

11 En aquel tiempo
se dirá a este pueblo y a Jerusalén:
«Un viento seco de las alturas del desierto
viene hacia la hija de mi pueblo,
y no para aventar ni para limpiar.
12 Un viento más impetuoso que éste vendrá a servirme,
y ahora yo pronunciaré juicios contra ellos.

13 »Subirá como las nubes,
y su carro como un torbellino.
Más ligeros son sus caballos que las águilas.
¡Ay de nosotros, porque entregados somos al despojo!
14 Lava tu corazón de maldad, Jerusalén,
para que seas salva.
¿Hasta cuándo permitirás en medio de ti
los pensamientos de iniquidad?
15 Porque una voz trae las noticias desde Dan
y hace oír la calamidad desde los montes de Efraín.
16 Decid a las naciones, hacedlo oír sobre Jerusalén:
“Invasores vienen de tierra lejana,
y lanzarán su voz
contra las ciudades de Judá.”
17 Como guardas de campo la rodearán,
porque se rebeló contra mí,
dice Jehová.

18 »Tu camino y tus obras
te hicieron esto;
ésta es tu maldad,
por lo cual la amargura penetrará hasta tu corazón.»

19 ¡Mis entrañas, mis entrañas!
Me duelen las fibras de mi corazón;
mi corazón se agita dentro de mí, no callaré,
porque sonido de trompeta has oído, alma mía:
¡un pregón de guerra!
20 Se anuncia quebranto tras quebranto,
porque toda la tierra es destruida.
¡De repente son destruidas mis tiendas,
en un momento mis cortinas!
21 ¿Hasta cuándo he de ver bandera
y he de oír sonido de trompeta?
22 Porque mi pueblo es necio, no me conocieron;
son hijos ignorantes y faltos de entendimiento;
son sabios para hacer el mal,
pero no saben hacer el bien.

23 Miré a la tierra, y vi que estaba desordenada y vacía;
y a los cielos, y no había luz en ellos.
24 Miré a los montes, y vi que temblaban,
y todos los collados fueron destruidos.
25 Miré, y no había hombre,
y todas las aves del cielo se habían ido.
26 Miré, y vi que el campo fértil era un desierto,
y todas sus ciudades estaban asoladas
delante de Jehová,
delante del ardor de su ira.

27 Así dijo Jehová:
«Toda la tierra será asolada,
pero no la destruiré del todo.
28 Por esto se enlutará la tierra,
y los cielos arriba se oscurecerán,
porque hablé, lo pensé
y no me arrepentiré ni desistiré de ello.
29 Al estruendo de la gente de a caballo y de los flecheros
huye toda la ciudad;
entran en las espesuras de los bosques
y se suben a los peñascos;
todas las ciudades fueron abandonadas
y no queda en ellas morador alguno.
30 Y tú, destruida, ¿qué harás?
Aunque te vistas de grana,
aunque te adornes con atavíos de oro,
aunque pintes con antimonio tus ojos,
en vano te engalanas,
pues te desprecian tus amantes,
los que buscan tu vida.
31 Porque he oído una voz como de mujer
que está de parto,
angustia como de primeriza.
Es la voz de la hija de Sión,
que lamenta y extiende sus manos, diciendo:
“¡Ay de mí, pues mi alma desfallece
a causa de los asesinos!”»

Impiedad de Jerusalén y de Judá

«Recorred las calles de Jerusalén,
mirad ahora e informaos; buscad en sus plazas
a ver si halláis un solo hombre,
si hay alguno que practique la justicia,
que busque la verdad,
y yo lo perdonaré.
Aunque digan: “Vive Jehová”,
juran en falso.»

Jehová, ¿no miran tus ojos la verdad?
Los azotaste, y no les dolió;
los consumiste, y no quisieron recibir corrección;
endurecieron sus rostros más que la piedra,
y no quisieron convertirse.

Entonces yo dije:
«Ciertamente, éstos son pobres, han enloquecido
pues no conocen el camino de Jehová,
el juicio de su Dios.
Iré a los grandes y les hablaré,
porque ellos conocen el camino de Jehová,
el juicio de su Dios.
¡Pero ellos también quebraron el yugo,
rompieron las coyundas!

»Por tanto, el león de la selva los matará,
los destruirá el lobo del desierto,
el leopardo acechará sus ciudades.
Cualquiera que salga de ellas, será arrebatado,
porque sus rebeliones se han multiplicado,
se han aumentado sus traiciones.

»¿Cómo te he de perdonar por esto?
Tus hijos me dejaron
y juraron por lo que no es Dios.
Los sacié y adulteraron,
y en compañías se juntaron en casa de prostitutas.
Como caballos bien alimentados,
cada cual relinchaba tras la mujer de su prójimo.
¿No había de castigar esto?,
dice Jehová.
De una nación como ésta,
¿no se había de vengar mi alma?
10 Escalad sus muros y destruid,
pero no del todo;
quitad las almenas de sus muros
porque no son de Jehová.
11 Porque resueltamente se rebelaron contra mí
la casa de Israel y la casa de Judá,
dice Jehová.»

12 Negaron a Jehová,
y dijeron: «Él no existe,
y no vendrá mal sobre nosotros
ni veremos espada ni hambre.»
13 Los profetas serán como viento,
porque no hay en ellos palabra;
así se hará a ellos.

14 Por tanto, así ha dicho
Jehová, Dios de los ejércitos:
«Por haber dicho esto,
yo pongo mis palabras
en tu boca como fuego,
y a este pueblo como leña,
y los consumirá.

15 »Yo traigo sobre vosotros
gente de lejos, casa de Israel,
dice Jehová;
gente robusta, gente antigua,
gente cuya lengua ignoras
y no entenderás lo que diga.
16 Su aljaba es como un sepulcro abierto;
todos son valientes.
17 Comerá tu mies y tu pan,
comerá a tus hijos y a tus hijas;
comerá tus ovejas y tus vacas,
comerá tus viñas y tus higueras,
y a espada convertirá en nada
tus ciudades fortificadas en que confías.

18 »No obstante, en aquellos días, dice Jehová, no os destruiré del todo. 19 Y cuando digan: “¿Por qué Jehová, el Dios nuestro, hizo con nosotros todas estas cosas?”, entonces les dirás: “De la manera que me dejasteis a mí y servisteis a dioses ajenos en vuestra tierra, así serviréis a extraños en tierra ajena.”

20 »Anunciad esto en la casa de Jacob
y hacedlo oír en Judá, diciendo:
21 Oíd ahora esto, pueblo necio y sin corazón,
que tiene ojos y no ve,
que tiene oídos y no oye.
22 ¿A mí no me temeréis?, dice Jehová.
¿No os amedrentaréis ante mí,
que puse la arena por límite al mar,
por estatuto eterno que no quebrantará?
Se levantarán tempestades, mas no prevalecerán.
Bramarán sus olas, mas no lo traspasarán.
23 Pero este pueblo tiene corazón falso y rebelde;
se apartaron y se fueron.
24 Y no dijeron en su corazón:
“Temamos ahora a Jehová, Dios nuestro,
que da lluvia temprana y tardía en su tiempo,
y nos guarda los tiempos establecidos de la siega.”
25 Vuestras iniquidades han estorbado estas cosas;
vuestros pecados apartaron de vosotros el bien,
26 porque hay en mi pueblo malhechores
que acechan como quien pone lazos,
que tienden trampas para cazar hombres.
27 Como jaula llena de pájaros,
así están sus casas llenas de engaño;
así se han hecho poderosos y ricos.
28 Engordaron y se pusieron lustrosos,
y sobrepasaron los hechos del malo.
No juzgaron la causa, la causa del huérfano,
y sin embargo, prosperaron.
¡La causa de los pobres no juzgaron!
29 Dice Jehová: ¿No castigaré esto?
¿De tal gente no se vengará mi alma?

30 »Cosa espantosa y fea
es hecha en el país:
31 los profetas profetizan mentira
y los sacerdotes dominan por manos de ellos.
¡Y mi pueblo así lo quiere!
¿Qué, pues, haréis cuando llegue el fin?»

El juicio contra Jerusalén y Judá

¡Huid, hijos de Benjamín,
de en medio de Jerusalén!
¡Tocad bocina en Tecoa!
¡Alzad señales de humo sobre Bet-haquerem!,
porque del norte
asoma el mal, un gran quebrantamiento.
Destruiré a la bella y delicada hija de Sión.
Contra ella vendrán pastores con sus rebaños;
junto a ella y a su alrededor plantarán sus tiendas.
Cada uno apacentará su manada.
«¡Anunciad guerra contra ella!
¡Levantaos! ¡Asaltémosla a mediodía!
¡Ay de nosotros,
que va cayendo el día
y las sombras de la tarde se han extendido!
¡Levantaos! ¡Asaltemos de noche
y destruyamos sus palacios!»

Así dijo Jehová de los ejércitos:

«Cortad árboles y levantad un terraplén
contra Jerusalén.
Ésta es la ciudad que ha de ser castigada,
pues toda ella está llena de violencia.
Como de la fuente nunca cesan de manar las aguas,
así de ella nunca cesa de manar la maldad;
injusticia y robo se oyen en ella;
continuamente en mi presencia hay enfermedad y herida.
¡Corrígete, Jerusalén,
para que no se aparte mi alma de ti,
para que no te convierta en desierto,
en tierra deshabitada!»

Así dijo Jehová de los ejércitos:
«Del todo rebuscarán como a vid
al resto de Israel;
vuelve a pasar tu mano
como vendimiador entre los sarmientos.»

10 «¿A quién hablaré y amonestaré, para que escuchen?
Sus oídos son incircuncisos,
y no pueden escuchar;
y la palabra de Jehová les es cosa vergonzosa,
¡no la aman!
11 Por tanto, estoy lleno de la ira de Jehová,
estoy cansado de contenerme.

»Derrámala sobre los niños en la calle,
e igualmente sobre la reunión de los jóvenes,
porque será preso tanto el marido como la mujer,
tanto el viejo como el muy anciano.
12 Sus casas serán traspasadas a otros,
sus heredades y también sus mujeres,
porque yo extenderé mi mano
sobre los moradores de la tierra,
dice Jehová.

13 »Desde el más chico de ellos hasta el más grande,
cada uno sigue la avaricia;
y desde el profeta hasta el sacerdote,
todos son engañadores.
14 Curan la herida de mi pueblo con liviandad,
diciendo: “Paz, paz”,
¡pero no hay paz!
15 ¿Se han avergonzado
de haber hecho abominación?
Ciertamente no se han avergonzado,
ni aun saben tener vergüenza;
por tanto, caerán entre los que caigan;
cuando los castigue caerán,
dice Jehová.»

16 Así dijo Jehová:
«Paraos en los caminos, mirad
y preguntad por las sendas antiguas,
cuál sea el buen camino.
Andad por él y hallaréis descanso para vuestra alma.»
Mas dijeron: «¡No andaremos!»

17 «Puse también sobre vosotros atalayas, que dijeran:
“¡Estad atentos al sonido de la trompeta!”
Y ellos dijeron: “¡No lo estaremos!”»

18 Por tanto, oíd, naciones, y entended, congregación, lo que sucederá.

19 «Oye, tierra:
Yo traigo el mal sobre este pueblo,
el fruto de sus pensamientos,
porque no escucharon mis palabras
y aborrecieron mi Ley.
20 ¿Para qué me traéis este incienso de Sabá
y la buena caña olorosa de tierra lejana?
Vuestros holocaustos no son aceptables
ni vuestros sacrificios me agradan.»

21 Por tanto, Jehová dice esto:
«Yo pongo a este pueblo
tropiezos, y caerán en ellos
los padres y los hijos juntamente;
el vecino y su compañero perecerán.»

22 Así ha dicho Jehová:
«Un pueblo viene de la tierra del norte,
una nación grande se levantará de los confines de la tierra.
23 Arco y lanza empuñarán;
crueles son, y no tendrán compasión;
su estruendo brama como el mar,
y montan a caballo
como hombres dispuestos para la guerra,
contra ti, hija de Sión.»

24 Al oír de su fama,
nuestras manos se han descoyuntado.
De nosotros se ha apoderado la angustia,
un dolor como de mujer que está de parto.
25 ¡No salgas al campo
ni andes por el camino,
porque espada de enemigo
y temor hay por todas partes!

26 ¡Hija de mi pueblo, cíñete de ropas ásperas
y revuélcate en ceniza!
¡Ponte de luto como por el hijo único, y llora amargamente,
porque pronto vendrá sobre nosotros el destructor!

27 «Por fortaleza y por torre de vigilancia te he puesto en mi pueblo: conoce, pues, y examina el camino de ellos.»

28 Todos ellos son rebeldes, porfiados y calumniadores.
Son bronce y hierro;
todos ellos son corruptores.
29 Se quemó el fuelle,
por el fuego se ha consumido el plomo;
en vano fundió el fundidor,
pues la escoria no se ha desprendido.
30 Plata desechada los llamarán,
porque Jehová los desechó.

Mejorad vuestros caminos y vuestras obras

Palabra de Jehová que vino a Jeremías, diciendo: «Ponte a la puerta de la casa de Jehová y proclama allí esta palabra. Diles: “Oíd palabra de Jehová, todo Judá, los que entráis por estas puertas para adorar a Jehová. Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Mejorad vuestros caminos y vuestras obras, y os haré habitar en este lugar. No fiéis en palabras de mentira, diciendo: ‘¡Templo de Jehová, templo de Jehová, templo de Jehová es éste!’

»”Pero si de veras mejoráis vuestros caminos y vuestras obras; si en verdad practicáis la justicia entre el hombre y su prójimo, y no oprimís al extranjero, al huérfano y a la viuda, ni en este lugar derramáis la sangre inocente, ni vais en pos de dioses extraños para mal vuestro, yo os haré habitar en este lugar, en la tierra que di a vuestros padres para siempre.

»”Vosotros confiáis en palabras de mentira, que no aprovechan. Hurtáis, matáis, adulteráis, juráis en falso, quemáis incienso a Baal y vais tras dioses extraños que no habíais conocido, 10 ¿y ahora venís y os presentáis delante de mí en esta Casa sobre la cual es invocado mi nombre, y decís: ‘Somos libres’, para seguir haciendo todas estas abominaciones? 11 ¿Es cueva de ladrones delante de vuestros ojos esta Casa, sobre la cual es invocado mi nombre? Esto también yo lo veo, dice Jehová. 12 Id ahora a mi lugar en Silo, donde hice habitar mi nombre al principio, y ved lo que le hice por la maldad de mi pueblo Israel. 13 Ahora, pues, por cuanto vosotros habéis hecho todas estas cosas, dice Jehová, y aunque os hablé sin cesar, no escuchasteis, y aunque os llamé, no respondisteis, 14 haré también a esta Casa, sobre la cual es invocado mi nombre, en la que vosotros confiáis, y a este lugar que os di a vosotros y a vuestros padres, como hice a Silo. 15 Os echaré de mi presencia, como eché a todos vuestros hermanos, a toda la generación de Efraín.”

16 »Tú, pues, no ores por este pueblo; no eleves por ellos clamor ni oración, ni me ruegues, porque no te oiré. 17 ¿No ves lo que estos hacen en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén? 18 Los hijos recogen la leña, los padres encienden el fuego y las mujeres amasan la masa para hacer tortas a la reina del cielo y ofrendas a dioses ajenos, para provocarme a ira. 19 ¿Me provocarán ellos a ira?, dice Jehová. ¿No obran más bien ellos mismos su propia confusión? 20 Por tanto, así ha dicho Jehová, el Señor: Sobre este lugar, sobre los hombres, sobre los animales, sobre los árboles del campo y sobre los frutos de la tierra se derramarán mi furor y mi ira. Se encenderán y no se apagarán.»

Castigo de la rebelión de Judá

21 Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: «¡Añadid vuestros holocaustos a vuestros sacrificios, y comed la carne! 22 Porque no hablé yo con vuestros padres, ni nada les mandé acerca de holocaustos y de víctimas el día que los saqué de la tierra de Egipto. 23 Pero esto les mandé, diciendo: Escuchad mi voz, y yo seré vuestro Dios y vosotros seréis mi pueblo; y andad en todo camino que os mande, para que os vaya bien. 24 Pero no escucharon ni inclinaron su oído, antes caminaron en sus propios consejos, en la dureza de su corazón malvado. Fueron hacia atrás y no hacia adelante, 25 desde el día que vuestros padres salieron de la tierra de Egipto hasta hoy. Os envié todos los profetas, mis siervos; los envié desde el principio y sin cesar. 26 Pero no me escucharon ni inclinaron su oído, sino que endurecieron su corazón e hicieron peor que sus padres.

27 »Tú, pues, les dirás todas estas palabras, pero no te escucharán; los llamarás, pero no te responderán. 28 Les dirás, por tanto: “Ésta es la nación que no escuchó la voz de Jehová, su Dios, ni admitió corrección; pereció la fidelidad, de la boca de ellos fue arrancada.”»

29 ¡Córtate el cabello, arrójalo
y levanta llanto sobre las alturas,
porque Jehová ha aborrecido
y dejado a la generación objeto de su ira!

30 «Los hijos de Judá han hecho lo malo ante mis ojos, dice Jehová; pusieron sus abominaciones en la Casa, sobre la cual fue invocado mi nombre, y la profanaron. 31 Y han edificado los lugares altos de Tofet, que está en el valle del hijo de Hinom, para quemar en el fuego a sus hijos y a sus hijas, cosa que yo no les mandé ni me pasó por la mente. 32 Por tanto, vendrán días, dice Jehová, en que no se dirá más Tofet ni valle del hijo de Hinom, sino valle de la Matanza. Y serán enterrados en Tofet, por no haber otro lugar. 33 Los cuerpos muertos de este pueblo serán comida para las aves del cielo y para las bestias de la tierra, y no habrá quien las espante. 34 Yo haré desaparecer de las ciudades de Judá y de las calles de Jerusalén la voz de gozo y la voz de alegría, la voz del esposo y la voz de la esposa, porque la tierra será desolada.»

«En aquel tiempo, dice Jehová, sacarán de sus sepulcros los huesos de los reyes de Judá, los huesos de sus príncipes, los huesos de los sacerdotes, los huesos de los profetas y los huesos de los habitantes de Jerusalén. Los esparcirán al sol y a la luna y a todo el ejército del cielo, a los cuales amaron y sirvieron, en pos de los cuales anduvieron, a los cuales consultaron y ante los cuales se postraron. No serán recogidos ni enterrados; serán como estiércol sobre la faz de la tierra. Y escogerá la muerte antes que la vida todo el resto que quede de esta mala generación, en todos los lugares adonde arroje yo a los que queden, dice Jehová de los ejércitos.

»Les dirás asimismo que así ha dicho Jehová:

»El que cae, ¿no se levanta?
El que se desvía, ¿no vuelve al camino?
¿Por qué es este pueblo de Jerusalén rebelde con rebeldía sin fin?
Abrazaron el engaño y no han querido volverse.
Escuché con atención:
no hablan rectamente,
no hay hombre que se arrepienta de su mal,
diciendo: “¿Qué he hecho?”
Cada cual se volvió a su propia carrera,
como caballo que se lanza con ímpetu a la batalla.
Aun la cigüeña en el cielo
conoce su tiempo,
y la tórtola, la grulla y la golondrina
guardan el tiempo de su venida;
pero mi pueblo
no conoce el juicio de Jehová.

»¿Cómo decís: “Nosotros somos sabios,
y la ley de Jehová está con nosotros”?
Ciertamente la ha cambiado en mentira
la pluma mentirosa de los escribas.
Los sabios se avergonzaron,
se espantaron y fueron consternados;
aborrecieron la palabra de Jehová;
¿dónde, pues, está su sabiduría?
10 Por tanto, daré a otros sus mujeres,
y sus campos a quienes los conquisten;
porque desde el más pequeño hasta el más grande,
cada uno sigue la avaricia;
desde el profeta hasta el sacerdote
todos practican el engaño.
11 Y curan la herida de la hija de mi pueblo con liviandad,
diciendo: “Paz, paz”,
¡y no hay paz!
12 ¿Se han avergonzado de haber hecho abominación?
Ciertamente no se han avergonzado en lo más mínimo,
¡ni saben lo que es la vergüenza!
Caerán, por tanto, entre los que caigan;
cuando los castigue caerán,
dice Jehová.»

13 «Los eliminaré del todo,
dice Jehová.
No quedarán uvas en la vid
ni higos en la higuera,
y se caerá la hoja,
y lo que les he dado pasará de ellos.»

14 ¿Por qué permanecemos sentados?
¡Reuníos! ¡Entremos en las ciudades fortificadas
y perezcamos allí!
Porque Jehová, nuestro Dios, nos ha destinado a perecer,
y nos ha dado a beber aguas envenenadas,
porque hemos pecado contra Jehová.
15 Esperamos paz,
y no hubo nada bueno;
día de curación,
y hubo turbación.
16 Desde Dan se oyó el resoplar de sus caballos;
al sonido de los relinchos de sus corceles tembló toda la tierra.
Vinieron y devoraron la tierra y todo lo que en ella había,
la ciudad y a los que moraban en ella.

17 «Yo envío sobre vosotros
serpientes, víboras contra las cuales no hay encantamiento,
y os morderán,
dice Jehová.»

Lamento sobre Judá y Jerusalén

18 A causa de mi intenso dolor,
mi corazón desfallece.
19 Se oye la voz del clamor de la hija de mi pueblo,
que viene de la tierra lejana:
«¿No está Jehová en Sión?
¿No está en ella su Rey?»
«¿Por qué me hicieron airar con sus imágenes de talla,
con vanidades ajenas?»

20 ¡Pasó la siega, se acabó el verano,
pero nosotros no hemos sido salvos!
21 ¡Quebrantado estoy por el quebrantamiento de la hija de mi pueblo;
abrumado estoy, el espanto se ha apoderado de mí!
22 ¿No hay bálsamo en Galaad?
¿No hay allí médico?
¿Por qué, pues, no hubo sanidad para la hija de mi pueblo?

¡Ay, si mi cabeza se hiciera agua
y mis ojos fuentes de lágrimas,
para llorar día y noche
a los muertos de la hija de mi pueblo!
¡Ay, quién me diera en el desierto
un albergue de caminantes,
para abandonar a mi pueblo y apartarme de ellos!,
porque todos ellos son adúlteros,
una congregación de traidores.
Hicieron que su lengua lanzara mentira como un arco,
y no se fortalecieron para la verdad en la tierra,
porque de mal en mal procedieron.
«Me han desconocido»,
dice Jehová.

Guárdese cada cual de su compañero
y en ningún hermano tenga confianza,
porque todo hermano engaña falazmente
y todo compañero anda calumniando.
Cada uno engaña a su compañero
y ninguno dice la verdad.
Han acostumbrado su lengua a decir mentiras
y se ocupan de actuar perversamente.

«Su morada está en medio del engaño;
engañadores como son, no quisieron conocerme»,
dice Jehová.
Por tanto, así dice Jehová de los ejércitos:
«Yo los refinaré y los probaré,
porque ¿qué más he de hacer por la hija de mi pueblo?
Saeta aguda es la lengua de ellos:
sólo habla engaño.
Con su boca dicen: “Paz” al amigo,
pero dentro de sí le ponen asechanzas.
¿No los he de castigar por estas cosas?,
dice Jehová.
De tal nación, ¿no se vengará mi alma?

10 »Por los montes levantaré lloro y lamentación,
y llanto por los pastizales del desierto,
porque han sido desolados
hasta no quedar quien pase
ni oírse el bramido del ganado;
desde las aves del cielo hasta las bestias
de la tierra huyeron, se fueron.

11 »Reduciré a Jerusalén a un montón de ruinas,
a una guarida de chacales,
y convertiré las ciudades de Judá en una desolación
donde no quede un solo morador.»

Amenaza de ruina y exilio

12 ¿Quién es hombre sabio que entienda esto?, o ¿a quién habló la boca de Jehová, para que pueda declararlo? ¿Por qué causa la tierra ha perecido, ha sido asolada como un desierto, hasta no haber quien pase por ella?

13 Dijo Jehová: «Dejaron mi Ley, la cual di delante de ellos, y no obedecieron a mi voz ni caminaron conforme a ella; 14 antes bien, se fueron tras la imaginación de su corazón y en pos de los baales, según les enseñaron sus padres. 15 Por tanto, así dice Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: A este pueblo yo les daré a comer ajenjo y les daré a beber aguas envenenadas. 16 Los esparciré entre naciones que ni ellos ni sus padres conocieron; y enviaré la espada en pos de ellos, hasta que los acabe.»

17 Así dice Jehová de los ejércitos:
«Sed sabios y haced venir a las plañideras;
buscad a las hábiles en su oficio.»
18 ¡Que se den prisa
y levanten llanto por nosotros!
¡Desháganse nuestros ojos en lágrimas,
y nuestros párpados destilen aguas!,
19 porque de Sión fue oída una voz de lamentación:
«¡Cómo hemos sido destruidos!
En gran manera hemos sido avergonzados,
porque abandonamos la tierra,
porque han destruido nuestras moradas.»
20 Oíd, pues, mujeres, palabra de Jehová;
reciba vuestro oído la palabra de su boca.
Enseñad lamentaciones a vuestras hijas
y un canto fúnebre cada una a su amiga,
21 porque la muerte ha subido por nuestras ventanas
y ha entrado en nuestros palacios,
para exterminar a los niños en las calles,
a los jóvenes en las plazas.
22 Di: «Así dice Jehová:
Los cuerpos de los hombres muertos caerán
como estiércol sobre la faz del campo,
como manojos tras el segador,
y no hay quien los recoja.»

El conocimiento de Dios es la gloria del hombre

23 Así ha dicho Jehová:
«No se alabe el sabio en su sabiduría,
ni en su valentía se alabe el valiente,
ni el rico se alabe en sus riquezas.
24 Mas alábese en esto el que haya de alabarse:
en entenderme y conocerme,
que yo soy Jehová,
que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra,
porque estas cosas me agradan,
dice Jehová.»

25 «Vienen días, dice Jehová, en que castigaré a todo circuncidado y a todo incircunciso; 26 a Egipto y a Judá, a Edom, a los hijos de Amón y de Moab, y a todos los que se rapan las sienes, los que habitan en el desierto, porque todas las naciones son incircuncisas, y toda la casa de Israel es incircuncisa de corazón.»

Los falsos dioses y el Dios verdadero

10 Oíd la palabra que Jehová ha hablado sobre vosotros, casa de Israel. Así ha dicho Jehová:

«No aprendáis el camino de las naciones
ni tengáis temor de las señales del cielo,
aunque las naciones las teman.
Porque las costumbres de los pueblos son vanidad:
cortan un leño del bosque,
luego lo labra el artífice con su cincel,
con plata y oro lo adornan
y con clavos y martillo lo afirman
para que no se mueva.
Derechos están como una palmera, pero no hablan;
son llevados, porque no pueden andar.
No tengáis temor de ellos,
porque ni pueden hacer mal
ni tienen poder para hacer bien.»

No hay nadie semejante a ti, Jehová;
grande eres tú
y grande en poder es tu nombre.
¿Quién no te temerá,
Rey de las naciones?
A ti es debido el temor,
porque entre todos los sabios de las naciones
y en todos sus reinos,
no hay nadie semejante a ti.
Todos se infatuarán y entontecerán.
Enseñanza vana es el leño.
Traerán plata batida de Tarsis y oro de Ufaz,
obra del artífice y de manos del fundidor;
los vestirán de azul y de púrpura,
pues obra de peritos es todo.
10 Mas Jehová es el Dios verdadero:
él es el Dios vivo y el Rey eterno;
ante su ira tiembla la tierra,
y las naciones no pueden sufrir su indignación.

11 Les diréis esto: «Los dioses, que no hicieron los cielos ni la tierra, desaparezcan de la tierra y de debajo de los cielos.»

12 Él hizo con su poder la tierra,
con su saber puso en orden el mundo
y con su sabiduría extendió los cielos.
13 A su voz se produce en el cielo un tumulto de aguas;
él hace subir las nubes del extremo de la tierra,
trae los relámpagos con la lluvia
y saca el viento de sus depósitos.

Reina-Valera 1995 (RVR1995)

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