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The Daily Audio Bible

This reading plan is provided by Brian Hardin from Daily Audio Bible.
Duration: 731 days

Today's audio is from the NIV. Switch to the NIV to read along with the audio.

Reina Valera Contemporánea (RVC)
Version
Génesis 5-7

Los descendientes de Adán(A)

Éste es el libro de los descendientes de Adán. El día en que Dios creó al hombre, lo hizo a su semejanza. Los creó hombre y mujer,(B) y los bendijo.(C) El día en que fueron creados les puso por nombre Adán.

Y Adán vivió ciento treinta años, y engendró un hijo a su imagen y semejanza, y le puso por nombre Set. Después de engendrar a Set, Adán vivió otros ochocientos años, y engendró más hijos e hijas. Y todos los días que Adán vivió fueron novecientos treinta años. Entonces murió. Set vivió ciento cinco años, y engendró a Enós. Después de engendrar a Enós, Set vivió otros ochocientos siete años, y engendró más hijos e hijas. Y todos los días que Set vivió fueron novecientos doce años. Entonces murió.

Enós vivió noventa años, y engendró a Cainán. 10 Después de engendrar a Cainán, Enós vivió otros ochocientos quince años, y engendró más hijos e hijas. 11 Y todos los días que Enós vivió fueron novecientos cinco años. Entonces murió.

12 Cainán vivió setenta años, y engendró a Malalel. 13 Después de engendrar a Malalel, Cainán vivió otros ochocientos cuarenta años, y engendró más hijos e hijas. 14 Y todos los días que Cainán vivió fueron novecientos diez años. Entonces murió.

15 Malalel vivió sesenta y cinco años, y engendró a Yared. 16 Después de engendrar a Yared, Malalel vivió otros ochocientos treinta años, y engendró más hijos e hijas. 17 Y todos los días que Malalel vivió fueron ochocientos noventa y cinco años. Entonces murió.

18 Yared vivió ciento sesenta y dos años, y engendró a Enoc. 19 Después de engendrar a Enoc, Yared vivió otros ochocientos años, y engendró más hijos e hijas. 20 Y todos los días que Yared vivió fueron novecientos sesenta y dos años. Entonces murió.

21 Enoc vivió sesenta y cinco años, y engendró a Matusalén. 22 Después de engendrar a Matusalén, Enoc anduvo siempre con Dios durante trescientos años, y engendró más hijos e hijas. 23 Y todos los días que Enoc vivió fueron trescientos sesenta y cinco años. 24 Enoc anduvo siempre con Dios,(D) y un día desapareció porque Dios se lo llevó. 25 Matusalén vivió ciento ochenta y siete años, y engendró a Lamec. 26 Después de engendrar a Lamec, Matusalén vivió otros setecientos ochenta y dos años, y engendró más hijos e hijas. 27 Y todos los días que Matusalén vivió fueron novecientos sesenta y nueve años. Entonces murió.

28 Lamec vivió ciento ochenta y dos años, y engendró un hijo, 29 al que puso por nombre Noé,[a] pues dijo: «Este niño nos hará descansar de las obras que tenemos que hacer con nuestras manos, por causa de la tierra que el Señor maldijo.» 30 Después de engendrar a Noé, Lamec vivió otros quinientos noventa y cinco años, y engendró más hijos e hijas. 31 Y todos los días que Lamec vivió fueron setecientos setenta y siete años. Entonces murió.

32 Cuando Noé tenía quinientos años, engendró a Sem, a Cam y a Jafet.

La maldad de los hombres

Cuando los hombres comenzaron a multiplicarse por toda la faz de la tierra, y les nacieron hijas, sucedió que los hijos de Dios vieron que las hijas de los hombres eran hermosas. Entonces tomaron mujeres para sí, las que escogieron de entre ellas. Y el Señor dijo: «No va a estar mi espíritu peleando siempre con el hombre, pues él no es más que carne. Vivirá hasta ciento veinte años.»

En esos días había gigantes en la tierra,(E) y también después de que los hijos de Dios se unieran a las hijas de los hombres y les engendraran hijos. Éstos fueron los grandes héroes que desde la antigüedad ganaron renombre.

El Señor vio que era mucha la maldad de los hombres en la tierra, y que todos los planes y pensamientos de su corazón eran siempre los de hacer sólo el mal. Y le pesó al Señor haber hecho al hombre en la tierra. Le dolió mucho en el corazón. Y dijo el Señor: «Borraré de la faz de la tierra al hombre que he creado, lo mismo que a las bestias, los reptiles y las aves del cielo. ¡Me pesa haberlos hecho!» Pero Noé halló gracia a los ojos del Señor.(F)

Noé construye el arca

Noé era un hombre justo.(G) En sus acciones fue perfecto, pues siempre anduvo con Dios. Éstos fueron sus descendientes: 10 Noé engendró tres hijos, que fueron Sem, Cam y Jafet. 11 Delante de Dios la tierra se corrompió y se llenó de violencia. 12 Cuando Dios miró la tierra, encontró que estaba corrompida; de hecho, toda carne había corrompido su camino sobre la tierra. 13 Entonces Dios le dijo a Noé:

«He decidido acabar con todo ser, pues por causa de ellos la tierra está llena de violencia. ¡Yo los destruiré, junto con la tierra! 14 Hazte un arca de madera de gofer, con aposentos en ella, y recúbrela con brea por dentro y por fuera. 15 Hazla de esta manera: su longitud será de ciento treinta y cinco metros, su anchura será de veintidós y medio metros, y su altura de trece y medio metros. 16 Hazle una ventana, y termínala a medio metro de altura desde la parte de arriba. Pon en su costado la puerta del arca, y hazle un piso inferior, y un segundo y un tercer piso. 17 Yo voy a traer sobre la tierra un diluvio, y destruiré a todo ser bajo el cielo en que haya hálito de vida. ¡Todo lo que hay en la tierra morirá! 18 Pero contigo estableceré mi pacto, y tú entrarás en el arca, y contigo tus hijos, tu mujer, y las mujeres de tus hijos. 19 De todos los seres vivos meterás en el arca dos de cada especie, un macho y una hembra, para que sobrevivan contigo. 20 De las aves según su especie, de las bestias según su especie, y de todo reptil de la tierra según su especie, entrarán contigo dos de cada especie, para que sobrevivan. 21 Lleva contigo de todo aquello que se puede comer, y almacénalo, pues eso les servirá de alimento.»

22 Y Noé lo hizo así.(H) Todo lo hizo conforme a lo que Dios le ordenó.

El diluvio

Después el Señor le dijo a Noé:

«Entra en el arca, tú y toda tu casa, porque en esta generación he visto que tú eres justo delante de mí. De todo animal limpio tomarás siete parejas, cada macho con su hembra; pero de los animales que no son limpios sólo una pareja, un macho con su hembra. También de las aves de los cielos tomarás siete parejas, macho y hembra, para conservar viva su especie sobre la faz de la tierra. Porque dentro de siete días yo haré llover sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches, y borraré de la faz de la tierra a todos los seres vivos que hice.»

Noé hizo todo en conformidad con lo que le mandó el Señor. Cuando el diluvio de las aguas cayó sobre la tierra, Noé tenía seiscientos años. Para protegerse de ellas, Noé entró en el arca,(I) junto con sus hijos, su mujer, y las mujeres de sus hijos. Los animales limpios, y los que no eran limpios, y las aves, y todo lo que se arrastra sobre la tierra entraron en el arca de dos en dos, macho y hembra, junto con Noé, tal y como Dios se lo ordenó, 10 y al séptimo día las aguas del diluvio cayeron sobre la tierra.

11 El día diecisiete del mes segundo del año seiscientos de la vida de Noé, se rompieron todas las fuentes del gran abismo y se abrieron las cataratas de los cielos,(J) 12 y llovió sobre la tierra durante cuarenta días y cuarenta noches. 13 Ese mismo día, Noé y sus hijos Sem, Cam y Jafet entraron en el arca, junto con la mujer de Noé y las tres mujeres de sus hijos, 14 así como todos los animales salvajes según su especie, todos los animales domésticos según su especie, todos los reptiles que se arrastran sobre la tierra según su especie, toda clase de pájaros según su especie. 15 En el arca entraron, junto con Noé, y de dos en dos, todos los seres que tenían hálito de vida. 16 Los que entraron eran un macho y una hembra de cada ser vivo, tal y como Dios se lo había ordenado. Después el Señor cerró la puerta.

17 El diluvio duró cuarenta días sobre la tierra, y las aguas subieron y levantaron el arca, y ésta flotaba por encima de la tierra. 18 Tanto arreciaron y aumentaron las aguas sobre la tierra que el arca flotaba sobre la superficie de las aguas. 19 Arreciaron tanto las aguas sobre la tierra que aun los montes más altos quedaron cubiertos. 20 Después de haber cubierto los montes, las aguas subieron todavía siete metros más. 21 Así murieron todos los seres que pululaban sobre la tierra, tanto las aves como el ganado y las bestias, y todo reptil que se arrastraba sobre la tierra, y todos los seres humanos. 22 Murió todo lo que había en la tierra, todo lo que tenía en su nariz aliento de espíritu de vida. 23 Fueron borrados de la faz de la tierra todos los seres que la habitaban, lo mismo los hombres que las bestias, los reptiles y las aves del cielo. Fueron borrados de la tierra, y sólo quedaron con vida Noé y los que estaban con él en el arca. 24 Y las aguas permanecieron sobre la tierra ciento cincuenta días.

Mateo 3:7-4:11

Cuando él vio que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: «¡Generación de víboras!(A) ¿Quién les enseñó a huir de la ira venidera? Produzcan frutos dignos de arrepentimiento, y no crean que pueden decir: “Tenemos a Abrahán por padre”,(B) porque yo les digo que aun de estas piedras Dios puede levantar hijos a Abrahán. 10 El hacha ya está lista para derribar de raíz a los árboles; por tanto, todo árbol que no dé buen fruto será cortado y echado en el fuego.(C)

11 »A decir verdad, yo los bautizo en agua en señal de arrepentimiento, pero el que viene después de mí, de quien no soy digno de llevar su calzado, es más poderoso que yo. Él los bautizará en Espíritu Santo y fuego. 12 Ya tiene el bieldo en la mano, de modo que limpiará su era, recogerá su trigo en el granero, y quemará la paja en un fuego que nunca se apagará.»

El bautismo de Jesús(D)

13 Jesús fue de Galilea al Jordán, donde estaba Juan, para ser bautizado por él. 14 Pero Juan se le oponía, diciendo: «Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?» 15 Jesús le respondió: «Por ahora, déjalo así, porque conviene que cumplamos toda justicia.» Entonces Juan aceptó. 16 Después de ser bautizado, Jesús salió del agua. Entonces los cielos se abrieron y él vio al Espíritu de Dios, que descendía como paloma y se posaba sobre él. 17 Desde los cielos se oyó entonces una voz, que decía: «Éste es mi Hijo amado, en quien me complazco.»(E)

Tentación de Jesús(F)

Luego Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo.(G) Después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. El tentador se le acercó, y le dijo: «Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan.» Jesús respondió: «Escrito está: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.»(H) Entonces el diablo lo llevó a la santa ciudad, lo puso sobre la parte más alta del templo, y le dijo: «Si eres Hijo de Dios, lánzate hacia abajo; porque escrito está:

»“A sus ángeles mandará alrededor de ti”,(I)

y también:

“En sus manos te sostendrán,
Para que no tropieces con piedra alguna.”»(J)

Jesús le dijo: «También está escrito: “No tentarás al Señor tu Dios”.»(K) De nuevo el diablo lo llevó a un monte muy alto. Allí le mostró todos los reinos del mundo y sus riquezas, y le dijo: «Todo esto te daré, si te arrodillas delante de mí y me adoras.» 10 Entonces Jesús le dijo: «Vete, Satanás, porque escrito está: “Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás.”»(L) 11 Entonces el diablo lo dejó, y unos ángeles vinieron y lo servían.

Salmos 3

Oración matutina de confianza en Dios

Salmo de David, cuando huía de su hijo Absalón.(A)

Señor, ¡cómo han aumentado mis enemigos!
Son muchos los que me atacan,
son muchos los que me dicen
que tú no vendrás en mi ayuda.
Pero tú, Señor, me rodeas como un escudo;
eres mi orgullo, el que sostiene mi vida.
Con mi voz clamaré a ti, Señor,
y tú me responderás desde tu lugar santo.
Yo me acuesto, y duermo y despierto,
porque tú, Señor, me sostienes.
Aun si me rodean legiones de soldados,
no tengo nada que temer.

Señor y Dios mío, ¡acude a rescatarme!
¡Hiere a todos mis enemigos en la mejilla!
¡Rómpeles los dientes a esos malvados!
A ti, Señor, te corresponde salvar;
¡derrama tus bendiciones sobre tu pueblo!

Proverbios 1:10-19

10 Hijo mío, si los pecadores quisieran engañarte,
no te dejes llevar por ellos.
11 Tal vez te digan: «¡Ven con nosotros!
Estemos al acecho para derramar sangre.
Acechemos sin motivo a los incautos.
12 Seamos como el sepulcro, como el abismo,
y traguémonos viva y entera a la gente.
13 Hallaremos toda clase de riquezas
y llenaremos con despojos nuestras casas.
14 Comparte tu destino con nosotros,
y compartiremos todos una misma bolsa.»
15 Pero, hijo mío, no vayas por su camino;
¡aleja tus pasos de sus veredas!
16 Sus pies corren hacia el mal,
¡se apresuran a derramar sangre!
17 No tiene caso tender una trampa
a la vista de todas las aves;
18 pero ellos atentan contra su propia vida;
¡ellos mismos se tienden la trampa!
19 Así son las sendas de la gente ambiciosa:
¡su propia ambición les quita la vida!

Reina Valera Contemporánea (RVC)

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