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The Daily Audio Bible

This reading plan is provided by Brian Hardin from Daily Audio Bible.
Duration: 731 days

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Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
Isaías 43:14-45:10

14 El SEÑOR, tu Libertador,
    el Santo Dios de Israel, dice esto:
«Por ustedes enviaré un ejército a Babilonia
    para que derribe todos los barrotes.
Los gritos de victoria de los caldeos
    se convertirán en lamentos.
15 Yo soy el SEÑOR, su único Dios,
    el Creador de Israel, su Rey».

16 Esto dice el SEÑOR,
    el que hizo un camino en medio del mar,
    una ruta en medio de las aguas turbulentas.
17 El que destruyó un poderoso ejército,
    con carros y todo, caballos y guerreros.
Quedaron tendidos
    y no volvieron a levantarse.
Se extinguieron, se apagaron
    como cuando se apaga una mecha:
18 «No recuerden lo que pasó antes
    ni piensen en el pasado.
19 Fíjense, voy a hacer algo nuevo.
    Eso es lo que está pasando ahora,
    ¿no se dan cuenta?
Haré un camino en el desierto
    y ríos en tierra desolada.
20 Los animales salvajes me respetarán,
    los chacales y las lechuzas.
Porque yo daré agua en el desierto
    y haré ríos en tierra desolada
    para que beba mi pueblo elegido.
21 Ese pueblo que yo mismo formé
    contará mis alabanzas.

22 »Jacob, tú no me llamaste;
    en realidad, tú Israel, te cansaste de mí.
23 No me has traído ovejas para los sacrificios que deben quemarse completamente.
    No me has honrado por medio de sacrificios.
Yo no te cansé pidiéndote ofrendas de cereal,
    ni te molesté pidiéndote incienso.
24 No tuviste que gastar dinero comprándome incienso,
    ni que complacerme con la grasa de tus sacrificios de animales.
Pero tú me agobiaste con tus pecados
    y me cansaste con tus maldades.
25 Yo soy quien, por amor propio,
    perdona tus crímenes
    y no tendrá presentes tus pecados.
26 Defiende tu causa contra mí,
    vamos juntos al tribunal.
Presenta tu caso
    y demuestra que tienes razón.
27 Tu primer antepasado pecó
    y tus voceros se rebelaron contra mí.
28 Por eso destituí a los líderes del santuario,
    dejé que destruyeran a Jacob
    e insultaran a Israel.

El Señor es el único Dios

44 »Pero ahora oye, Jacob, siervo mío,
    Israel, mi elegido.
Esto dice el SEÑOR,
    el que te hizo y te formó en el vientre,
    el que te va a ayudar:
“No tengas miedo, Jacob, siervo mío,
    Jesurún[a], mi elegido.
Porque yo regaré con agua el país sediento
    y con ríos la tierra seca.
Derramaré mi espíritu sobre tus descendientes
    y mis bendiciones sobre tus hijos.
Ellos crecerán como hierba de regadío,
    como sauces a orillas de ríos.
El uno dirá: Yo pertenezco al SEÑOR,
    y el otro se pondrá a sí mismo el nombre de Jacob.
Otro se escribirá en la mano: Soy del SEÑOR,
    y añadirá a su nombre el de Israel”».

La idolatría es una tontería

Así habla el SEÑOR, el Rey de Israel, el Salvador, el SEÑOR Todopoderoso:

«Yo soy el primero y el último;
    el único Dios que existe soy yo.
¿Quién hay como yo?
    Que hable y se dé a conocer,
    que me convenza.
¿Quién ha dicho lo que va a pasar,
    mucho antes de que suceda?
Que nos cuenten
    lo que va a pasar en el futuro.
No tengan miedo, no teman.
    ¿No se lo dije y se lo anuncié a ustedes desde hace tiempo?
Ustedes son mis testigos.
    ¿Acaso existe otro Dios que no sea yo?
    No hay otro refugio[b] que yo conozca».

Todos los que hacen ídolos son indignos.
    Los ídolos que ellos atesoran no sirven para nada.
Los que los adoran son sus testigos,
    no ven ni entienden nada,
    por eso serán avergonzados.
10 ¿Cómo se le ocurre a alguien hacer un ídolo
    que no sirve para nada?
11 Todos los que lo adoren quedarán en ridículo,
    porque los que lo hicieron son tan solo seres humanos.
Que se junten todos ellos,
    que se presenten a juicio.
    Estarán temerosos y avergonzados.

12 El herrero corta el metal
    y trabaja sobre el calor.
Va formando el ídolo con el martillo,
    y lo trabaja usando sus fuertes brazos.
Pasa hambre y se siente débil;
    no toma agua y se agota.
13 Un tallador mide con su regla,
    hace a lápiz un bosquejo.
Cincela el ídolo con el cepillo
    y lo marca con un compás.
Lo hace con figura y belleza humanas
    para que esté en un templo.
14 Corta cedros o escoge un ciprés o un roble.
    Lo deja crecer entre los árboles del bosque.
Siembra un cedro
    y la lluvia lo hace crecer bastante.
15 Cuando está lo suficientemente crecido
    como para servir como leña para la gente,
    él usa una parte para calentarse.
También usa otra parte
    para hacer fuego y hornear un pan.
Pero también usa otra parte del árbol
    para hacer un dios y adorarlo.
    Hace un ídolo y se inclina ante él.
16 La mitad del árbol la quema en el fuego y hace un asado;
    come la carne y queda satisfecho.
También con ella se calienta y dice:
    «Me caliento en el calor del fuego».
17 Con el resto, hace un dios, su ídolo,
    se inclina y lo adora.
Le reza y dice:
    «Sálvame, porque tú eres mi dios».

18 No saben ni entienden.
    Sus ojos están cerrados
    para que no puedan ver.
Lo mismo pasa con su mente,
    para que no entiendan.
19 Ninguno se detiene a pensar
    y no cuentan con el conocimiento
    o entendimiento necesario para decir:
«La mitad del árbol la quemé en el fuego
    y horneé pan sobre ella,
    asé carne y me la comí.
¿Cómo es que hago con el resto
    algo tan despreciable?
¿Cómo es que me estoy inclinando
    ante un pedazo de madera?»
20 Es como alimentarse de cenizas.
    Su mente trastornada lo ha llevado a desviarse.
No se puede salvar a sí mismo, ni dirá:
    «Lo que tengo en mi mano es un fraude».

El Señor ayudará a Israel

21 «Recuerda todo esto, Jacob,
    porque tú eres mi siervo, Israel.
Yo te hice, tú eres mi siervo.
    Israel, nunca te echaré al olvido.
22 Como se disipa una nube,
    yo he disipado tus maldades,
y tus pecados como la neblina.
    Vuelve a mí, porque yo te salvé».

23 Canten, cielos, por lo que ha hecho el SEÑOR.
    Griten, partes más profundas de la tierra.
Lancen gritos de alegría,
    montañas, el bosque y cada árbol que hay en él.
Porque el SEÑOR ha salvado a Jacob
    y muestra su gloria a través de Israel.

24 Esto dice el SEÑOR, tu Salvador,
    el que te formó en el vientre:
«Yo soy el SEÑOR, el Creador de todo,
    el que extendió los cielos él solo,
    el que expandió la tierra sin ayuda de nadie.
25 Yo soy el que frustra las predicciones de los profetas falsos,
    y quien hace quedar en ridículo a los adivinos.
Yo confundo a los sabios
    y convierto su conocimiento en estupidez.
26 Yo confirmo la validez de la palabra de mi siervo
    y hago que se cumplan los planes de mis mensajeros.
Yo soy el que dice de Jerusalén:
    “Volverá a ser habitada,
    la gente volverá a vivir allí”.
Y acerca de las ciudades de Judá:
    “Serán reconstruidas”
y de sus ruinas:
    “Las voy a restaurar”.
27 Yo soy el que le dice al océano:
    “Sécate, voy a secar tus afluentes”.
28 Yo soy quien dice de Ciro[c]: “Es mi pastor”,
    y estará haciendo mi voluntad
cuando diga acerca de Jerusalén:
    “Que sea reconstruida”,
y cuando diga del templo:
    “Que nuevamente se echen sus cimientos”».

Ciro, instrumento de Dios

45 Esto le dice el SEÑOR a su ungido Ciro.
    Él ha llevado a Ciro de la mano
para conquistar naciones,
    quitarles el poder a reyes,
y abrir puertas ante sí
    de tal manera que no se cierren:

«Yo iré delante de ti
    y allanaré las montañas.
Romperé las puertas de bronce
    y cortaré las rejas de hierro.
Te daré riquezas depositadas en lo oculto
    y tesoros escondidos en sitios secretos.
Así sabrás que yo soy el SEÑOR,
    el Dios de Israel, quien te llama por tu nombre.
Por amor a mi siervo Jacob
    y a Israel, mi elegido,
te he llamado por tu nombre
    y te he dado un título,
    aunque tú no me conoces.
Yo soy el SEÑOR, no hay ningún otro,
    yo soy el único Dios que existe.
Te he fortalecido,
    aunque tú no me conoces.
Es para que toda la gente, de oriente a occidente,
    sepa que yo soy el único Dios que existe.
    Yo soy el SEÑOR, no hay ningún otro.
Yo hago la luz y creo la oscuridad.
    Yo traigo prosperidad y creo el desastre.
    Yo, el SEÑOR, hago todo eso.

»Que los cielos hagan llover desde lo alto,
    y las nubes derramen justicia.
Que la tierra se abra
    y que brote la salvación
para que produzca justicia.
    Yo, el SEÑOR, lo he creado».

Pobre de la vasija de barro que se pone a discutir con el que la hizo,
    siendo que es una vasija como cualquier otra.
¿Acaso dice la arcilla al que la trabaja:
    «¿Qué es lo que haces?» o:
    «¿No te quedó bien lo que hiciste?»
10 Pobre del hijo que le dice a su papá:
    «¿Por qué me engendraste?»
o a la mamá:
    «¿Por qué me trajiste a este mundo?»

Efesios 3

Misión de Pablo a los no judíos

Así que yo, Pablo, soy prisionero de Jesucristo para bien de ustedes que no son judíos. Seguramente habrán oído del trabajo que Dios, en su generoso amor, me ha dado para ayudarles a ustedes. Por revelación, él me dio a conocer su plan secreto, como antes les escribí brevemente. Si ustedes leen lo que escribí, podrán captar cómo entiendo el plan secreto que se ha dado a conocer con Cristo. En otras generaciones ese plan secreto no se dio a conocer a la gente, pero ahora Dios, por medio del Espíritu, lo ha revelado a los santos apóstoles y profetas. Este es el plan secreto: los que no son judíos recibirán lo mismo que Dios les ha prometido a los judíos. Los judíos y los que no son judíos son miembros del mismo cuerpo y participan juntos de la promesa que Dios hizo en Jesucristo. Los que no son judíos reciben todo esto por medio de la buena noticia de salvación.

Por el generoso amor de Dios quien quiso actuar en mí con poder, recibí el don de ser un siervo dedicado a anunciar la buena noticia de salvación. Aunque soy el menos importante del pueblo de Dios, él me concedió el privilegio de anunciar a los que no son judíos la buena noticia de las infinitas riquezas de Cristo. Dios me encargó el trabajo de sacar a la luz su plan secreto, pues él, Creador de todo lo que existe, tenía oculto su plan desde el principio. 10 Esto sucedió para que todas las autoridades y poderes en el cielo conocieran por medio de la iglesia la sabiduría de Dios en todas sus formas. 11 Esto está de acuerdo con el plan eterno que Dios cumple en Nuestro Señor Jesucristo. 12 Por nuestra fe en Cristo[a] tenemos la libertad de presentarnos ante Dios con plena confianza para hablar con él. 13 Por eso les ruego que no se desanimen por los sufrimientos que soporto por ustedes; al contrario, mis sufrimientos deben ser un honor para ustedes.

El amor de Cristo

14 Por eso me arrodillo para orar ante el Padre, 15 de quien toda familia en el cielo y en la tierra recibe su verdadero nombre. 16 A él le pido que en su infinita grandeza les conceda a ustedes fortaleza interior a través del Espíritu. 17 Pido al Padre que Cristo viva en ustedes por la fe y que su amor sea la raíz y el cimiento de su vida. 18 Así podrán comprender con todo el pueblo santo de Dios cuán ancho y largo, cuán alto y profundo, es su amor. 19 El amor de Cristo es tan grande que supera todo conocimiento. Pero a pesar de eso, pido a Dios que lo puedan conocer, de manera que se llenen completamente de todo lo que Dios es.

20 Por el poder de Dios que obra en nosotros, él puede hacer mucho más de lo que jamás podríamos pedir o imaginar. 21 ¡Gloria a Dios en la iglesia y en Jesucristo por todas las generaciones para siempre! Así sea.

Salmos 68:1-18

El Dios que nos salva

Al director. Canción de David. Canto.

Que Dios se levante y destruya a sus enemigos.
    Que todos los que lo odian salgan huyendo.
La gente mala desaparece de la presencia de Dios
    como humo que se lleva el viento.
Sus enemigos se destruyen
    como cera que se derrite en el fuego.
Pero los justos se alegran y festejan ante la presencia de Dios.
    ¡Que rebosen de alegría!

Canten a Dios, canten canciones de alabanza a su nombre.
    Alaben al que cabalga sobre las nubes;
su nombre es YAH[a].
    ¡Alaben su nombre!
En su templo santo, Dios es un padre para los huérfanos
    y hace justicia a las viudas.
Dios le da hogar a los desamparados
    y libertad a los prisioneros.
En cambio, los que se rebelan en su contra vivirán en el desierto.

Dios mío, tú ayudaste a tu pueblo a salir de Egipto,
    los guiaste a través del desierto. Selah

Cuando el Dios de Israel llegó al monte Sinaí,
    el cielo se deshizo y el monte tembló ante su presencia.
Dios mío, tú hiciste caer lluvia sobre la tierra vieja y cansada
    para que recobrara su fuerza.
10 Tu pueblo habitó en esa tierra,
    la que bondadosamente preparaste para el pobre.

11 El Señor dio la orden
    y muchas son las mujeres que fueron a contar las buenas noticias:
12 «¡Los ejércitos de los reyes poderosos se han ido lejos de aquí!
    La mujer que se quedó en casa reparte todo el botín.
13 Hasta para los que se quedaron entre los rebaños
    hay alas de paloma cubiertas de plata,
    con plumas de oro refulgente».

14 Cuando Dios Todopoderoso hizo huir a los reyes enemigos,
    se volaron como la nieve[b] que cae sobre el monte Zalmón.
15 El monte de Dios, el monte de Basán,
    es un monte de cumbres muy altas.
16 Pero, ¿por qué los montes altos desprecian al monte
    donde el SEÑOR decidió quedarse a vivir para siempre?
17 Los carros de combate de Dios se cuentan por millones,
    vino en ellos del Sinaí a su templo.
18 Tú subiste a lo alto,
    llevando cautivos a los prisioneros.
Allí recibiste ofrendas de los seres humanos,[c]
    incluso de los que se habían rebelado contra ti, SEÑOR Dios.

Proverbios 24:1-2

—19—

24 No sientas envidia de los perversos,
    ni quieras andar con ellos.
En su mente traman violencia
    y no hablan más que de hacer el mal.

Palabra de Dios para Todos (PDT)

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