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Bible in 90 Days

An intensive Bible reading plan that walks through the entire Bible in 90 days.
Duration: 88 days
Nueva Traducción Viviente (NTV)
Version
Ezequiel 23:40-35:15

40 »Ustedes, hermanas, enviaron mensajeros a tierras lejanas para conseguir hombres. Cuando ellos llegaron, ustedes se bañaron, se pintaron los párpados y se pusieron sus mejores joyas para recibirlos. 41 Se sentaron junto a ellos en un sofá con hermosos bordados y pusieron mi incienso y mi aceite especial sobre una mesa servida ante ustedes. 42 Desde su habitación llegaba el ruido de muchos hombres en plena juerga. Eran hombres lujuriosos y borrachos[a] provenientes del desierto, que les pusieron brazaletes en las muñecas y hermosas coronas sobre la cabeza. 43 Entonces dije: “Si realmente quieren tener sexo con prostitutas viejas y estropeadas como estas, ¡que lo hagan!”. 44 Y eso fue lo que hicieron. Tuvieron sexo con Aholá y Aholibá, esas prostitutas desvergonzadas. 45 Sin embargo, gente recta juzgará a esas ciudades hermanas por lo que verdaderamente son: adúlteras y asesinas.

46 »Ahora bien, esto dice el Señor Soberano: manda a un ejército contra ellas y entrégalas para que las aterroricen y las saqueen. 47 Pues sus enemigos las apedrearán y las matarán a espada. Masacrarán a sus hijos e hijas y quemarán sus casas. 48 De ese modo acabaré con la lascivia y la idolatría en la tierra y mi castigo servirá de advertencia a todas las mujeres para que no sigan el mal ejemplo de ustedes. 49 Recibirán su merecido por su prostitución: por rendir culto a ídolos. Así es, recibirán todo el castigo. Entonces sabrán que yo soy el Señor Soberano».

Señal de la olla

24 El 15 de enero,[b] durante el noveno año de cautividad del rey Joaquín, recibí este mensaje del Señor: «Hijo de hombre, anota la fecha de hoy, porque en este preciso día el rey de Babilonia comenzará el ataque contra Jerusalén. Luego transmíteles a esos rebeldes, mediante una ilustración, este mensaje de parte del Señor Soberano:

»“Pon una olla al fuego
    y échale un poco de agua.
Llénala con trozos selectos de carne:
    de cadera, de lomo
    y de los cortes más tiernos.
Usa solo las mejores ovejas del rebaño
    y amontona leña en el fuego, debajo de la olla.
Hierve el contenido de la olla,
    y cocina los huesos junto con la carne.

»”Ahora bien, esto dice el Señor Soberano:
¡qué aflicción le espera a Jerusalén,
    ciudad de asesinos!
Ella es una olla de cocina
    cuya corrupción no puede limpiarse.
Saca los trozos de carne al azar,
    porque ningún pedazo es mejor que otro.
Pues la sangre de sus homicidios
    quedó salpicada en las rocas.
¡Ni siquiera se derramó en el suelo
    donde el polvo podría cubrirla!
Así que yo salpicaré su sangre en una roca
    para que todos vean
una expresión de mi enojo
    y mi venganza contra ella.

»”Esto dice el Señor Soberano:
¡Qué aflicción le espera a Jerusalén,
    ciudad de asesinos!
    Yo mismo amontonaré leña debajo de ella.
10 ¡Sí, échale más leña!
    Que ardan las llamas para que hierva la olla.
Cocina la carne con muchas especias
    y después quema los huesos.
11 Luego deja la olla vacía sobre los carbones encendidos.
    ¡Que se caliente al rojo vivo!
    Que se quemen la inmundicia y la corrupción.
12 Pero es un caso perdido;
    la corrupción no puede limpiarse.
    Así que échala al fuego.
13 Tu impureza es tu lascivia
    y la corrupción fruto de tu idolatría.
Yo traté de limpiarte,
    pero tú te negaste.
Ahora quedarás en tu inmundicia
    hasta que sacie mi furia contra ti”.

14 »¡Yo, el Señor, he hablado! Ha llegado la hora y no me contendré. No cambiaré de parecer ni tendré compasión de ti. Serás juzgada por tus acciones perversas, dice el Señor Soberano».

Muerte de la esposa de Ezequiel

15 Luego recibí este mensaje del Señor: 16 «Hijo de hombre, de un solo golpe te quitaré tu tesoro más querido; sin embargo, no debes expresar ningún dolor ante su muerte. No llores; que no haya lágrimas. 17 Gime en silencio, pero sin que haya lamentos junto a su tumba. No te descubras la cabeza ni te quites las sandalias. No cumplas con los ritos acostumbrados en el tiempo de duelo ni aceptes la comida de los amigos que se acerquen a consolarte».

18 Así que, por la mañana, anuncié ese mensaje al pueblo y por la tarde mi esposa murió. A la mañana siguiente hice todo lo que se me indicó. 19 Entonces la gente me preguntó: «¿Qué significa todo esto? ¿Qué tratas de decirnos?».

20 Así que les contesté: «Recibí un mensaje del Señor, 21 quien me dijo que se lo transmitiera a los israelitas. Esto dice el Señor Soberano: “Contaminaré mi templo, que es fuente de seguridad y orgullo para ustedes, el lugar en el que se deleita su corazón. Los hijos y las hijas que dejaron en Judá serán masacrados a espada. 22 Entonces ustedes harán lo mismo que hizo Ezequiel. No harán duelo en público ni se consolarán entre ustedes comiendo lo que les traigan sus amigos. 23 Se dejarán la cabeza cubierta y no se quitarán las sandalias. No harán luto ni llorarán, pero se consumirán a causa de sus pecados. Gemirán entre ustedes mismos por todo el mal que hicieron. 24 Ezequiel les sirve de ejemplo; ustedes harán lo mismo que él. Y cuando llegue ese tiempo, sabrán que yo soy el Señor Soberano”».

25 Luego el Señor me dijo: «Hijo de hombre, el día que les quite su fortaleza—su alegría y su gloria, el deseo de su corazón, su tesoro más querido—también les quitaré a sus hijos e hijas. 26 Ese día, un sobreviviente llegará desde Jerusalén a Babilonia para contarte lo que sucedió. 27 Cuando llegue, enseguida recuperarás la voz para que hables con él y serás un símbolo para los de este pueblo. Entonces ellos sabrán que yo soy el Señor».

Mensaje para Amón

25 Luego recibí este mensaje del Señor: «Hijo de hombre, ponte de cara a la tierra de Amón y profetiza contra sus habitantes. Comunica este mensaje a los amonitas de parte del Señor Soberano: “¡Escuchen la palabra del Señor Soberano! Ustedes se alegraron cuando mi templo fue contaminado, se burlaron de Israel y de su desolación y se rieron de Judá cuando la llevaron al destierro. Permitiré que invadan su país los nómadas de los desiertos orientales. Ellos establecerán su campamento entre ustedes y levantarán carpas en su tierra. Se llevarán el fruto de sus cosechas y se tomarán la leche de sus animales. Convertiré la ciudad de Rabá en un pastizal para camellos y todo el territorio de los amonitas en un lugar de descanso para ovejas y cabras. Entonces ustedes sabrán que yo soy el Señor.

»”Esto dice el Señor Soberano: dado que ustedes aplaudieron, bailaron y gritaron de alegría por la destrucción de mi pueblo, yo alzaré mi puño de juicio contra ustedes. Los entregaré como botín a muchas naciones. Los eliminaré y dejarán de ser nación, los destruiré por completo. Así sabrán que yo soy el Señor”.

Mensaje para Moab

»Esto dice el Señor Soberano: dado que los moabitas[c] dijeron que Judá es igual a las demás naciones, les abriré el flanco oriental y destruiré sus gloriosas ciudades fronterizas: Bet-jesimot, Baal-meón y Quiriataim. 10 Entregaré a los moabitas en manos de los nómadas de los desiertos orientales, tal como hice con los amonitas. Es cierto, los amonitas dejarán de ser contados entre las naciones. 11 Del mismo modo, haré caer mi castigo sobre los moabitas. Entonces sabrán que yo soy el Señor.

Mensaje para Edom

12 »Esto dice el Señor Soberano: los edomitas pecaron grandemente al vengarse contra el pueblo de Judá. 13 Por lo tanto, dice el Señor Soberano, alzaré mi puño de juicio contra Edom. Exterminaré a sus habitantes y a sus animales a filo de espada. Convertiré en una tierra baldía el territorio desde Temán hasta Dedán. 14 Lo llevaré a cabo por medio de mi pueblo Israel. Con enojo los israelitas ejecutarán mi venganza, y los edomitas sabrán que esa venganza es mía. ¡Yo, el Señor Soberano, he hablado!

Mensaje para Filistea

15 »Esto dice el Señor Soberano: los filisteos arremetieron contra Judá por amarga venganza y por desprecio acumulado. 16 Por lo tanto, esto dice el Señor Soberano: alzaré mi puño de juicio contra la tierra de los filisteos. Exterminaré a los cereteos y destruiré por completo a la gente que vive junto al mar. 17 Ejecutaré contra ellos una terrible venganza para castigarlos por lo que han hecho. Y una vez que me haya vengado, sabrán que yo soy el Señor».

Mensaje para Tiro

26 El 3 de febrero, durante el año doce de cautividad del rey Joaquín,[d] recibí este mensaje del Señor: «Hijo de hombre, Tiro se alegró por la caída de Jerusalén diciendo: “¡Ajá! La que era la puerta de entrada a las prósperas rutas comerciales del oriente ha sido destruida y ¡ahora es mi turno! ¡Dado que ella quedó desolada, yo me enriqueceré!”.

»Por lo tanto, esto dice el Señor Soberano: oh Tiro, yo soy tu enemigo y haré que muchas naciones se levanten contra ti como las olas del mar que rompen contra tu costa. Ellas destruirán las murallas de Tiro y derribarán sus torres. ¡Yo rasparé su suelo hasta dejarlo como roca desnuda! No será más que una roca en el mar, un lugar donde los pescadores tiendan sus redes, pues yo he hablado, dice el Señor Soberano. Tiro se convertirá en presa de muchas naciones, y sus aldeas de tierra adentro serán destruidas a espada. Entonces sabrán que yo soy el Señor.

»Esto dice el Señor Soberano: del norte haré que se levante el rey Nabucodonosor[e] de Babilonia contra Tiro. Él es rey de reyes y viene con sus caballos, sus carros de guerra, sus conductores y un gran ejército. Primero destruirá las aldeas de tierra adentro. Luego te atacará construyendo un muro de asalto y una rampa y levantando un techo de escudos. Golpeará tus murallas con arietes y demolerá tus torres a golpe de martillo. 10 Las patas de sus caballos ahogarán de polvo la ciudad y el estruendo de las ruedas de los carros de guerra y sus conductores hará temblar tus murallas cuando entren por tus puertas derrumbadas. 11 Los caballos de sus jinetes pisotearán todas las calles de la ciudad. Masacrarán a tu gente y derribarán las fuertes columnas.

12 »Saquearán tus riquezas y mercancías, y demolerán tus murallas. Destruirán tus preciosas casas y arrojarán al mar las piedras, los maderos y hasta el polvo de la ciudad. 13 Pondré fin a la música de tus cánticos. Nunca más se oirá entre tu pueblo el sonido de las arpas. 14 Transformaré tu isla en una roca desnuda, un lugar donde los pescadores tiendan sus redes. Jamás serás reconstruida, porque yo, el Señor, he hablado. ¡Sí, el Señor Soberano ha hablado!

Efectos de la destrucción de Tiro

15 »Esto dice el Señor Soberano a Tiro: toda la costa temblará ante el ruido de tu caída, mientras se oyen los gritos de los heridos que retumban en la prolongada masacre. 16 Los gobernantes de las ciudades portuarias dejarán sus tronos y se quitarán las vestiduras reales y su hermosa ropa. Se sentarán en el suelo, temblando de terror a causa de tu destrucción. 17 Después se lamentarán por ti entonando este canto fúnebre:

»¡Oh famosa ciudad isleña,
    que antes gobernaba el mar,
    cómo has sido destruida!
Tu gente, con su poderío naval,
    antes sembraba terror por todo el mundo.
18 Ahora las tierras costeras tiemblan de miedo por tu caída.
    Decaen las islas a medida que desapareces.

19 »Esto dice el Señor Soberano: convertiré a Tiro en ruinas despobladas, como muchas otras. La sepultaré bajo las terribles oleadas del ataque enemigo. Los grandes mares te tragarán. 20 Te enviaré a la fosa para que te reúnas con los que descendieron allí hace mucho tiempo. Tu ciudad quedará en ruinas, sepultada bajo tierra, como los que están en la fosa, quienes entraron al mundo de los muertos. Aquí, en el mundo de los vivos, no tendrás ningún lugar de honor. 21 Te daré un fin terrible y dejarás de existir. Te buscarán, pero nunca más te encontrarán. ¡Yo, el Señor Soberano, he hablado!».

Fin de la gloria de Tiro

27 Luego recibí este mensaje del Señor: «Hijo de hombre, entona un canto fúnebre por Tiro, esa poderosa ciudad y portal al mar, el centro comercial del mundo. Dale a Tiro este mensaje de parte del Señor Soberano:

»“Oh Tiro, te jactaste diciendo:
    ‘¡Mi belleza es perfecta!’.
Extendiste tus fronteras hacia el mar.
    Tus constructores hicieron perfecta tu belleza.
Eras como un gran barco
    construido con los mejores cipreses de Senir.[f]
Con un cedro del Líbano
    te fabricaron un mástil.
Te labraron los remos
    con robles de Basán.
Tu cubierta hecha de pino de las costas de Chipre[g]
    se incrustó con marfil.
Confeccionaron tus velas con el mejor lino de Egipto,
    y ondeaban sobre ti como una bandera.
Estabas bajo toldos azules y púrpura,
    abrillantados con tinturas de las costas de Elisa.
Tus remeros venían de Sidón y de Arvad;
    tus timoneles eran hombres hábiles de Tiro.
Sabios ancianos artesanos de Gebal calafateaban la nave.
    De todos los países llegaban naves con mercancías para comerciar contigo.

10 »”Hombres de las lejanas tierras de Persia, Lidia y Libia[h] servían en tu gran ejército. Ellos colgaban sus escudos y yelmos en tus muros y así te daban gran honor. 11 Hombres de Arvad y de Helec montaban guardia en tus murallas. Tus torres estaban al mando de hombres de Gamad. Sus escudos colgados en tus murallas completaban tu belleza.

12 »”De Tarsis enviaban mercaderes para comprar tus productos a cambio de plata, hierro, estaño y plomo. 13 Mercaderes de Grecia,[i] Tubal y Mesec llegaban con esclavos y objetos de bronce para comerciar contigo.

14 »”De Bet-togarmá traían caballos para montar, caballos para carros de guerra y mulas para cambiarlos por tus mercancías. 15 También te llegaban mercaderes desde la tierra de Dedán.[j] Tenías el monopolio del mercado en muchos lugares costeros; te pagaban con colmillos de marfil y madera de ébano.

16 »”De Aram[k] enviaban mercaderes para comprar tu gran variedad de artículos. Comerciaban con turquesa, tinturas de púrpura, bordados, lino fino y joyas de coral y de rubíes. 17 Judá e Israel te ofrecían trigo de Minit, higos,[l] miel, aceite de oliva y bálsamo a cambio de tus mercancías.

18 »”De Damasco enviaban mercaderes a comprar tu gran variedad de artículos, a cambio de vino de Helbón y lana blanca de Zahar. 19 Llegaban griegos desde Uzal[m] con hierro forjado, canela y cálamo aromático para cambiar por tus mercancías.

20 »”Desde Dedán enviaban mercaderes para intercambiar contigo sus costosas mantas para montura. 21 Los árabes y los príncipes de Cedar enviaban mercaderes para obtener tus mercancías a cambio de corderos, carneros y chivos. 22 Llegaban mercaderes de Saba y Raama para conseguir tus mercancías a cambio de toda clase de especias, joyas y oro.

23 »”También de Harán, Cane, Edén, Saba, Asiria y Quilmad llegaban con sus mercancías. 24 Traían telas de alta calidad para comerciar: tela de color azul, bordados y alfombras multicolores, enrolladas y atadas con cordeles. 25 Las naves de Tarsis formaban una caravana acuática. ¡Los depósitos de tu isla estaban llenos hasta el techo!

Destrucción de Tiro

26 »”¡Pero mira! ¡Tus remeros
    te han llevado hacia mares tempestuosos!
¡Un poderoso viento oriental
    te ha causado destrozos en alta mar!
27 Has perdido todo:
    tus riquezas y tus mercancías,
tus marineros y tus pilotos,
    tus constructores de naves, tus mercaderes y tus guerreros.
En el día de tu ruina,
    todos a bordo se hundirán en lo profundo del mar.
28 Tiemblan tus ciudades junto al mar
    mientras tus pilotos gritan de terror.
29 Todos los remeros abandonan sus naves;
    los marineros y los pilotos están de pie en la orilla.
30 Gritan fuerte por ti
    y lloran amargamente.
Se echan polvo sobre la cabeza
    y se revuelcan en cenizas.
31 Se rapan la cabeza en señal de duelo por ti
    y se visten de tela áspera.
Lloran por ti con gran amargura
    y profundo dolor.
32 Mientras se lamentan y gimen por ti,
    entonan este triste canto fúnebre:
‘¿Hubo alguna vez una ciudad como Tiro,
    que ahora está en silencio, en el fondo del mar?
33 Las mercancías que comerciabas
    saciaron los deseos de muchas naciones.
Reyes de los confines de la tierra
    se enriquecieron con tu comercio.
34 Ahora eres una nave que naufragó,
    deshecha en el fondo del mar.
Toda tu mercancía y tu tripulación
    se hundieron contigo.
35 Todos los habitantes de las costas
    se horrorizan de tu terrible destino.
Los reyes están llenos de terror
    y lo ven con la cara retorcida de espanto.
36 Los mercaderes de las naciones
    menean la cabeza al verte,[n]
pues llegaste a un horrible final
    y dejarás de existir’”».

Mensaje para el rey de Tiro

28 Después recibí este mensaje del Señor: «Hijo de hombre, dale al príncipe de Tiro este mensaje de parte del Señor Soberano:

»“En tu gran arrogancia afirmaste: ‘¡Soy un dios!
    Estoy sentado en un trono divino, en el corazón del mar’;
pero eres solo un hombre y no un dios,
    aunque te jactes de ser un dios.
Te crees más sabio que Daniel
    y piensas que ningún secreto está oculto de ti.
Con tu sabiduría y entendimiento has acumulado mucha riqueza:
    oro y plata para tus tesoros.
Sí, tu sabiduría te hizo muy rico,
    y tus riquezas, muy orgulloso.

»”Por lo tanto, esto dice el Señor Soberano:
ya que te crees tan sabio como un dios,
    haré que te ataque un ejército extranjero,
    el terror de las naciones.
¡Ellos desenvainarán sus espadas contra tu maravillosa sabiduría
    y profanarán tu esplendor!
Te hundirán en la fosa,
    y morirás en el corazón del mar,
    traspasado de muchas heridas.
¿Te jactarás, entonces, diciendo: ‘¡Soy un dios!’
    frente a tus asesinos?
¡Para ellos no serás un dios,
    sino un simple hombre!
10 Morirás como un pagano[o]
    en manos de extranjeros.
    ¡Yo, el Señor Soberano, he hablado!”».

11 Luego recibí otro mensaje más del Señor: 12 «Hijo de hombre, entona este canto fúnebre para el rey de Tiro. Dale este mensaje de parte del Señor Soberano:

»“Tú eras el modelo de la perfección,
    lleno de sabiduría y de exquisita belleza.
13 Estabas en el Edén,
    el jardín de Dios.
Tenías la ropa adornada con toda clase de piedras preciosas[p]
    —cornalina rojiza, peridoto verde pálido, adularia blanca,
    berilo azul y verde, ónice, jaspe verde,
    lapislázuli, turquesa y esmeralda—,
todas talladas especialmente para ti
    e incrustadas en el oro más puro.
Te las dieron
    el día en que fuiste creado.
14 Yo te ordené y te ungí
    como poderoso ángel guardián.[q]
Tenías acceso al monte santo de Dios
    y caminabas entre las piedras de fuego.

15 »”Eras intachable en todo lo que hacías,
    desde el día en que fuiste creado
    hasta el día en que se encontró maldad en ti.
16 Tu abundante comercio te llevó a la violencia,
    y pecaste.
Entonces te expulsé en deshonra
    de la montaña de Dios.
Te eché, guardián poderoso,
    del lugar que tenías entre las piedras de fuego.
17 Tu corazón se llenó de orgullo
    debido a tu gran belleza.
Tu sabiduría se corrompió
    a causa de tu amor por el esplendor.
Entonces te arrojé al suelo
    y te expuse a la mirada curiosa de los reyes.
18 Profanaste tus santuarios
    con tus muchos pecados y tu comercio deshonesto.
Entonces hice brotar fuego de tu interior
    y te consumió.
Te reduje a cenizas en el suelo
    a la vista de todos los que te miraban.
19 Todos los que te conocían se horrorizaron por tu destino.
    Has llegado a un final terrible,
    y dejarás de existir”».

Mensaje para Sidón

20 Luego recibí otro mensaje del Señor: 21 «Hijo de hombre, ponte de cara a la ciudad de Sidón y profetiza contra ella. 22 Dale a la gente de Sidón este mensaje de parte del Señor Soberano:

»“Oh Sidón, yo soy tu enemigo,
    y revelaré mi gloria en lo que te haré.
Cuando traiga juicio sobre ti
    y revele mi santidad en medio de ti,
todos los que observen sabrán
    que yo soy el Señor.
23 Enviaré una plaga contra ti
    y correrá sangre por tus calles.
El ataque llegará de todas direcciones,
    y tu gente quedará masacrada dentro de tus murallas.
Entonces todos sabrán
    que yo soy el Señor.
24 Los vecinos burlones de Israel ya no la provocarán
    punzándola y desgarrándola como zarzas y espinos.
Pues entonces sabrán
    que yo soy el Señor Soberano”.

Restauración de Israel

25 »Esto dice el Señor Soberano: el pueblo de Israel volverá a vivir en su propio país, la tierra que le di a mi siervo Jacob. Pues reuniré a los israelitas de entre las tierras lejanas adonde los había esparcido. A la vista de las naciones del mundo, revelaré mi santidad en mi pueblo. 26 En Israel, ellos vivirán seguros, construirán casas y cultivarán viñedos; y cuando yo castigue a las naciones vecinas que los trataron con desprecio, ellos sabrán que yo soy el Señor su Dios».

Mensaje para Egipto

29 El 7 de enero,[r] durante el décimo año de cautividad del rey Joaquín, recibí este mensaje del Señor: «Hijo de hombre, ponte de cara a Egipto y profetiza contra su rey—el faraón—y contra todo el pueblo egipcio. Dales este mensaje de parte del Señor Soberano:

»“Yo soy tu enemigo, oh faraón, rey de Egipto,
    monstruo enorme que acechas en las corrientes del Nilo.
Pues has dicho: ‘El Nilo es mío;
    lo hice para mí’.
Te pondré garfios en las mandíbulas
    y te arrastraré hasta tierra firme
    con peces pegados a tus escamas.
Te dejaré a ti y a tus peces
    abandonados en el desierto para que mueran.
Quedarás sin sepultura tirado en campo abierto,
    pues te daré como comida a los animales salvajes y a las aves.
Todos los habitantes de Egipto sabrán que yo soy el Señor,
    pues para Israel no fuiste más que una vara de juncos.
Cuando Israel se apoyó en ti,
    te astillaste y te rompiste
    y te clavaste en su axila.
Cuando Israel dejó caer su peso sobre ti,
    te quebraste y sus piernas le fallaron.

»”Por lo tanto, esto dice el Señor Soberano: oh Egipto, enviaré un ejército contra ti y destruiré tanto a la gente como a los animales. La tierra de Egipto se convertirá en una desolada tierra baldía y los egipcios sabrán que yo soy el Señor.

»”Debido a que dijiste: ‘El Nilo es mío; yo lo hice’, 10 ahora soy enemigo tuyo y de tu río. Haré de Egipto una tierra totalmente desolada y baldía, desde Migdol hasta Asuán, y tan al sur como la frontera con Etiopía.[s] 11 Durante cuarenta años nadie pasará por allí, ni personas ni animales. Quedará totalmente despoblada. 12 Haré de Egipto un lugar desolado, rodeado por otras naciones desoladas. Sus ciudades quedarán vacías y desoladas durante cuarenta años, rodeadas por otras ciudades en ruinas. Esparciré a los egipcios por tierras lejanas”.

13 »Esto también dice el Señor Soberano: pasados los cuarenta años traeré a los egipcios nuevamente a su patria de entre las naciones donde fueron esparcidos. 14 Restauraré la prosperidad de Egipto y haré volver a sus habitantes a la tierra de Patros, en el sur de Egipto, de donde provenían. Sin embargo, Egipto seguirá siendo un reino menor y sin importancia. 15 Será la más insignificante de todas las naciones y nunca volverá a destacarse por encima de las naciones vecinas.

16 »Entonces Israel ya no tendrá la tentación de confiar en la ayuda de Egipto. Egipto quedará tan devastado que servirá para recordarle a Israel la magnitud del pecado que cometió al haber confiado en Egipto en tiempos pasados. Entonces Israel sabrá que yo soy el Señor Soberano».

Nabucodonosor conquistará Egipto

17 El 26 de abril, el primer día del año nuevo,[t] durante el año veintisiete de cautividad del rey Joaquín, recibí este mensaje del Señor: 18 «Hijo de hombre, el ejército del rey Nabucodonosor[u] de Babilonia combatió tan ferozmente contra Tiro que los guerreros quedaron con la cabeza calva y los hombros llagados y ampollados; pero ni Nabucodonosor ni su ejército recibieron botín en recompensa por todo su esfuerzo. 19 Por lo tanto, esto dice el Señor Soberano: le entregaré el territorio de Egipto a Nabucodonosor, rey de Babilonia. Se llevará la riqueza de Egipto saqueando todo lo que haya para poder pagarle a su ejército. 20 Así es, le he entregado la tierra de Egipto como recompensa por su esfuerzo, dice el Señor Soberano, porque trabajaba para mí cuando destruyó a Tiro.

21 »Llegará el día cuando haré revivir la antigua gloria de Israel,[v] y por fin, Ezequiel, respetarán tus palabras. Entonces sabrán que yo soy el Señor».

Día triste para Egipto

30 Este es otro mensaje que recibí del Señor: «Hijo de hombre, profetiza y comunica este mensaje de parte del Señor Soberano:

»“Lloren y giman
    por ese día,
porque ya se acerca el día terrible,
    ¡el día del Señor!
Será un día de nubes y de penumbra,
    un día de desesperación para las naciones.
Vendrá una espada contra Egipto
    y los masacrados cubrirán el suelo.
Se llevarán sus riquezas
    y destruirán sus cimientos.
La tierra de Etiopía[w] será saqueada.
    Etiopía, Libia, Lidia, toda Arabia[x]
y sus demás aliadas
    serán destruidas en esa guerra.

»”Esto dice el Señor:
caerán todos los aliados de Egipto
    y acabará la soberbia de su poder.
Desde Migdol hasta Asuán[y]
    serán masacrados a filo de espada,
    dice el Señor Soberano.
Egipto quedará desolado,
    rodeado de naciones desoladas,
y sus ciudades quedarán en ruinas,
    rodeadas de otras ciudades en ruinas.
Los egipcios sabrán que yo soy el Señor
    cuando le prenda fuego a Egipto
    y destruya a todos sus aliados.
En ese tiempo enviaré veloces mensajeros por barco
    para aterrorizar a los tan confiados etíopes.
Un gran pánico se apoderará de ellos
    el día de la indudable destrucción de Egipto.
¡Espérenlo!
    ¡Sin falta, llegará!

10 »”Esto dice el Señor Soberano:
con el poder del rey Nabucodonosor[z] de Babilonia,
    destruiré a las multitudes de Egipto.
11 Él y sus ejércitos—los más despiadados de todos—
    serán enviados para destruir el país.
Harán guerra contra Egipto
    hasta cubrir el suelo con egipcios masacrados.
12 Secaré el río Nilo
    y venderé el país a hombres perversos.
Haré destruir la tierra de Egipto y todo lo que haya allí
    por manos de extranjeros.
    ¡Yo, el Señor, he hablado!

13 »”Esto dice el Señor Soberano:
romperé en pedazos los ídolos[aa] de Egipto
    y las imágenes que están en Menfis.[ab]
Ya no quedarán gobernantes en Egipto;
    el terror se apoderará del país.
14 Destruiré el sur de Egipto,[ac]
    prenderé fuego a Zoán
    y traeré juicio sobre Tebas.[ad]
15 Derramaré mi furia sobre Pelusio,[ae]
    la fortaleza más fuerte de Egipto,
y pisotearé
    a las multitudes de Tebas.
16 ¡Sí, le prenderé fuego a todo Egipto!
    Pelusio se retorcerá de dolor;
Tebas será despedazada;
    Menfis vivirá en constante terror.
17 Los jóvenes de Heliópolis y Bubastis[af] morirán en batalla,
    y las mujeres[ag] serán llevadas como esclavas.
18 Cuando yo quiebre el orgullo de la fuerza de Egipto,
    también será un día oscuro para Tafnes.
Una nube oscura cubrirá Tafnes,
    y sus hijas serán llevadas cautivas.
19 Así traeré un gran castigo sobre Egipto
    y los egipcios sabrán que yo soy el Señor”».

Los brazos rotos del faraón

20 El 29 de abril,[ah] durante el año once de cautividad del rey Joaquín, recibí este mensaje del Señor: 21 «Hijo de hombre, le he roto el brazo al faraón, rey de Egipto. No le han enyesado el brazo para que se cure, ni se lo han entablillado para que pueda sostener una espada. 22 Por lo tanto, esto dice el Señor Soberano: ¡yo soy enemigo del faraón, rey de Egipto! Le romperé ambos brazos—el que tiene sano y el que tiene roto—y haré que se le caiga la espada. 23 Esparciré a los egipcios por muchos países alrededor del mundo. 24 Fortaleceré los brazos al rey de Babilonia y le pondré mi espada en la mano. En cambio, le romperé los brazos al faraón, rey de Egipto, y quedará tendido, herido de muerte, gimiendo de dolor. 25 Fortaleceré los brazos del rey de Babilonia, mientras los brazos del faraón caerán inservibles a ambos lados de su cuerpo. Cuando ponga mi espada en la mano del rey de Babilonia y él la levante contra la tierra de Egipto, Egipto sabrá que yo soy el Señor. 26 Esparciré a los egipcios entre las naciones; los dispersaré por todo el mundo. Entonces sabrán que yo soy el Señor».

Comparación entre Egipto y la Asiria derrotada

31 El 21 de junio,[ai] durante el año once de cautividad del rey Joaquín, recibí este mensaje del Señor: «Hijo de hombre, dale este mensaje al faraón, rey de Egipto, y a todas sus multitudes:

»“¿Con quién compararás tu grandeza?
Eres como la poderosa Asiria,
    que alguna vez fue como un cedro del Líbano,
con hermosas ramas que daban una intensa sombra al bosque
    y su copa llegaba hasta las nubes.
Los manantiales profundos lo regaban
    y lo ayudaban a crecer alto y frondoso.
El agua corría a su alrededor como un río
    y fluía hacia todos los árboles cercanos.
Este gran árbol se elevaba
    muy por encima de los demás árboles que lo rodeaban.
Creció y desarrolló ramas gruesas y largas
    por el agua abundante que recibían sus raíces.
Las aves anidaban en sus ramas
    y bajo su sombra parían los animales salvajes.
Todas las grandes naciones del mundo
    vivían bajo su sombra.
Era fuerte y hermoso,
    con ramas que se extendían ampliamente
porque sus raíces llegaban a lo profundo,
    donde había agua en abundancia.
Ningún otro cedro del jardín de Dios
    podía hacerle competencia.
Ningún ciprés tenía ramas como las suyas;
    ningún plátano oriental tenía ramas comparables.
Ningún árbol del jardín de Dios
    tenía una belleza parecida.
Como hice tan hermoso este árbol
    y le di un follaje tan magnífico,
era la envidia de los demás árboles del Edén,
    el jardín de Dios.

10 »”Por lo tanto, esto dice el Señor Soberano: como Egipto se volvió[aj] vanidoso y arrogante, y porque se puso tan por encima de los demás que su copa llegaba a las nubes, 11 lo entregaré en manos de una nación poderosa para que lo destruya como merece su perversidad. Ya lo he desechado. 12 Un ejército extranjero—el terror de las naciones—lo taló y lo dejó tendido en el suelo. Sus ramas quedaron esparcidas por las montañas, los valles y los barrancos de la tierra. Todos los que vivían bajo su sombra se fueron y lo dejaron allí tirado.

13 »”Las aves se posan en el tronco caído,
    y los animales salvajes se tienden entre sus ramas.
14 Que ningún árbol de ninguna otra nación
    se envanezca por su propia grandeza,
aunque supere la altura de las nubes
    y reciba agua de lo profundo.
Pues todos están condenados a morir
    y a descender a las profundidades de la tierra.
Caerán a la fosa
    junto con el resto del mundo.

15 »”Esto dice el Señor Soberano: cuando Asiria descendió a la tumba,[ak] hice que los manantiales profundos se lamentaran. Detuve el curso de sus ríos y sequé su abundante agua. Vestí de negro el Líbano e hice que se marchitaran los árboles del campo. 16 Hice que las naciones temblaran de miedo al sonido de su caída, porque la envié a la tumba junto con todos los que descienden a la fosa. Los demás árboles vanidosos del Edén, los mejores y más hermosos del Líbano, aquellos que hundían sus raíces profundamente en el agua, se consolaron al encontrar a este árbol allí con ellos en las profundidades de la tierra. 17 También sus aliados fueron destruidos y estaban muertos. Habían descendido a la tumba todas esas naciones que una vez vivieron bajo su sombra.

18 »”Oh Egipto, ¿a cuál de los árboles del Edén compararás tu fortaleza y tu gloria? Tú también serás enviado a las profundidades con todas esas naciones. Quedarás tendido entre los paganos[al] que murieron a espada. Ese será el destino del faraón y de todas sus multitudes. ¡Yo, el Señor Soberano, he hablado!”».

Advertencia al faraón

32 El 3 de marzo,[am] durante el año doce de cautividad del rey Joaquín, recibí este mensaje del Señor: «Hijo de hombre, laméntate por el faraón, rey de Egipto, y dale este mensaje:

»“Te crees un león joven y fuerte entre las naciones,
    pero en realidad solo eres un monstruo marino
que se retuerce en sus propios ríos
    y revuelve el lodo con las patas.
Por lo tanto, esto dice el Señor Soberano:
enviaré a muchas personas
    para que te atrapen con mi red
    y te arrastren fuera del agua.
Te dejaré abandonado en tierra para que mueras.
    Todas las aves de los cielos se posarán sobre ti,
y los animales salvajes de toda la tierra
    te comerán hasta saciarse.
Esparciré tu carne por las colinas
    y llenaré los valles con tus huesos.
Empaparé la tierra con la sangre que brote de ti,
    que correrá hasta las montañas
    y llenará los barrancos hasta el borde.
Cuando yo borre tu existencia,
    cubriré los cielos y oscureceré las estrellas.
Taparé el sol con una nube,
    y la luna no te dará su luz.
Oscureceré las estrellas brillantes en lo alto
    y cubriré tu territorio con tinieblas.
    ¡Yo, el Señor Soberano, he hablado!

»”Inquietaré el corazón de muchos cuando haga que se enteren de tu caída en naciones lejanas que no conocías. 10 Así es, espantaré a muchos países y sus reyes quedarán aterrados al conocer tu destino. Temblarán de miedo por su vida cuando yo esgrima mi espada ante ellos el día de tu caída. 11 Esto dice el Señor Soberano:

»“La espada del rey de Babilonia
    vendrá contra ti.
12 Destruiré a tus multitudes con las espadas de poderosos guerreros,
    el terror de las naciones.
Destrozaré el orgullo de Egipto
    y todas sus multitudes quedarán destruidas.
13 Destruiré todos tus rebaños y manadas
    que pastan junto a los arroyos.
Nunca más ni personas ni animales
    enturbiarán esas aguas con sus pies.
14 Luego dejaré que las aguas de Egipto se aquieten de nuevo,
    y fluirán tranquilas, como se desliza el aceite de oliva,
    dice el Señor Soberano.
15 Cuando yo destruya a Egipto
    y te arranque todas tus posesiones
y hiera de muerte a todo tu pueblo,
    entonces sabrás que yo soy el Señor.
16 Sí, este es el canto fúnebre
    que entonarán para Egipto.
Que todas las naciones hagan luto.
    Que se lamenten por Egipto y sus multitudes.
    ¡Yo, el Señor Soberano, he hablado!”».

Egipto cae en la fosa

17 El 17 de marzo,[an] durante el año doce, recibí otro mensaje del Señor: 18 «Hijo de hombre, laméntate por las multitudes de Egipto y por las demás naciones poderosas.[ao] Pues los enviaré al mundo de abajo, junto con los que descienden a la fosa. 19 Diles:

»“Oh Egipto, ¿acaso eres más bella que las otras naciones?
    ¡No! Así que desciende a la fosa y quédate allí, entre los paganos[ap]”.

20 Los egipcios caerán junto a todos los que murieron a espada, pues la espada se ha desenvainado contra ellos. Egipto y sus multitudes irán arrastrados a su juicio. 21 En lo profundo de la tumba,[aq] líderes poderosos, en tono de burla, darán la bienvenida a Egipto y a sus aliados diciendo: “Ya descendieron; yacen entre los paganos, entre multitudes masacradas a espada”.

22 »Allí está Asiria rodeada por las tumbas de sus soldados, los que fueron masacrados a espada. 23 Sus tumbas están en lo más hondo de la fosa, rodeadas por las de sus aliados. Antes infundían terror en el corazón de muchos por todas partes, ahora fueron masacrados a espada.

24 »Allí está Elam, rodeado por las tumbas de todas sus multitudes, los que fueron masacrados a espada. Antes infundían terror en el corazón de muchos por todas partes, ahora descendieron como paganos al mundo de abajo. Ahora yacen en la fosa, con la misma vergüenza de los que murieron antes que ellos. 25 Tienen un lugar de descanso entre los masacrados, rodeados por las tumbas de todas sus multitudes. Sí, en vida aterrorizaban a las naciones, pero ahora quedaron avergonzados junto con los demás de la fosa, todos paganos, masacrados a filo de espada.

26 »Allí están Mesec y Tubal, rodeados por las tumbas de todas sus multitudes. Antes infundían terror por todas partes en el corazón de muchos; pero ahora son paganos, todos masacrados a espada. 27 No fueron enterrados con honores, como sus héroes caídos, quienes descendieron a la tumba[ar] con sus armas: con el cuerpo cubierto por su escudo[as] y con la espada debajo de la cabeza. Ellos cargan con la culpa porque en vida aterrorizaban a todos.

28 »También tú, Egipto, yacerás aplastado y destruido entre los paganos, todos masacrados a espada.

29 »Edom está allí con sus reyes y príncipes. Aunque eran poderosos, también yacen entre los masacrados a espada, entre los paganos que descendieron a la fosa.

30 »Todos los príncipes del norte y los sidonios están allí junto a otros que han muerto. Antes sembraban el terror, ahora son avergonzados. Yacen como paganos junto a otros que fueron masacrados a espada; y cargan con la misma vergüenza de todos los que descendieron a la fosa.

31 »Cuando llegue el faraón con todo su ejército, se consolará al ver que no fue el único que perdió a sus multitudes en batalla, dice el Señor Soberano. 32 Aunque hice que sembrara el terror entre todos los seres vivientes, el faraón y sus multitudes yacerán en medio de los paganos que fueron masacrados a espada. ¡Yo, el Señor Soberano, he hablado!».

Ezequiel, centinela de Israel

33 Una vez más recibí un mensaje del Señor: «Hijo de hombre, da este mensaje a tu pueblo: “Cuando yo envío a un ejército contra un país, los habitantes de ese país escogen a uno de los suyos para que sea el centinela. Cuando el centinela ve acercarse al enemigo, toca la alarma para advertir a los habitantes. Entonces, si los que oyen la alarma se niegan a actuar y resulta que los matan, ellos mismos tendrán la culpa de su muerte. Oyeron la alarma pero no le hicieron caso, así que la responsabilidad es de ellos. Si hubieran prestado atención a la advertencia, podrían haber salvado sus vidas. Ahora bien, si el centinela ve acercarse al enemigo y no toca la alarma para advertir a la gente, él será responsable de la cautividad del pueblo. Todos morirán en sus pecados, pero haré responsable al centinela por la muerte de ellos”.

»Ahora, hijo de hombre, te pongo por centinela del pueblo de Israel. Por lo tanto, escucha lo que digo y adviérteles de mi parte. Si yo anuncio que unos malvados de cierto morirán y tú no les dices que cambien su manera de vivir, entonces ellos morirán en sus pecados y te haré a ti responsable de su muerte. En cambio, si les adviertes que se arrepientan y no lo hacen, morirán en sus pecados, pero tú te habrás salvado.

Mensaje del centinela

10 »Hijo de hombre, da este mensaje al pueblo de Israel: “Ustedes dicen: ‘Nuestros pecados son una carga pesada; ¡nos consumimos poco a poco! ¿Cómo sobreviviremos?’. 11 Tan cierto como que yo vivo, dice el Señor Soberano, no me complace la muerte de los perversos. Solo quiero que se aparten de su conducta perversa para que vivan. ¡Arrepiéntanse! ¡Apártense de su maldad, oh pueblo de Israel! ¿Por qué habrían de morir?”.

12 »Hijo de hombre, da este mensaje a tu pueblo: “La conducta recta de los justos no los salvará si se entregan al pecado, ni la mala conducta de los malvados los destruirá si se arrepienten y abandonan sus pecados. 13 Cuando les digo a los justos que vivirán, pero después pecan y piensan que se salvarán por haber sido justos anteriormente, entonces no se tomará en cuenta ninguno de sus actos de justicia. Los destruiré por sus pecados. 14 Y supongamos que les digo a unas personas malvadas que de cierto morirán, pero después abandonan sus pecados y hacen lo que es justo y recto. 15 Por ejemplo, podrían devolverle la garantía a un deudor, restituir lo que habían robado y obedecer mis leyes que dan vida dejando de hacer lo malo; si así lo hacen, entonces de cierto vivirán y no morirán. 16 No se sacará a relucir ninguno de sus pecados pasados, porque hicieron lo que es justo y recto, por eso ciertamente vivirán.

17 »”Tu pueblo dice: ‘El Señor no hace lo correcto’, pero son ellos quienes no hacen lo correcto. 18 Pues reitero, si los justos abandonan su conducta recta y pecan, morirán. 19 Sin embargo, si los malvados se apartan de su maldad y hacen lo que es justo y recto, vivirán. 20 Oh pueblo de Israel, ustedes dicen: ‘El Señor no hace lo correcto’; pero yo juzgo a cada uno de ustedes según sus acciones”».

Explicación de la caída de Jerusalén

21 El 8 de enero,[at] durante el año doce de nuestra cautividad, un sobreviviente de Jerusalén vino a verme y me dijo: «¡Ha caído la ciudad!». 22 La noche anterior, el Señor había puesto su mano sobre mí y me había devuelto la voz. De modo que pude hablar cuando llegó ese hombre a la mañana siguiente.

23 Luego recibí el siguiente mensaje del Señor: 24 «Hijo de hombre, el remanente de Israel, que vive disperso en las ciudades destruidas, sigue diciendo: “Abraham era un solo hombre y, sin embargo, llegó a poseer toda la tierra. Nosotros somos muchos; sin duda se nos ha entregado la tierra como posesión”. 25 Por lo tanto, diles a esas personas: “Esto dice el Señor Soberano: ‘Ustedes comen carne con sangre, rinden culto a ídolos[au] y asesinan a los inocentes. ¿De veras piensan que la tierra debería ser suya? 26 ¡Asesinos! ¡Idólatras! ¡Adúlteros! ¿Acaso la tierra habría de pertenecerles?’”.

27 »Diles: “Esto dice el Señor Soberano: ‘Tan cierto como que yo vivo, los que vivan en las ruinas morirán a filo de espada y enviaré animales salvajes para que devoren a los que vivan en campo abierto. Los que se escondan en fuertes y en cuevas morirán de enfermedades. 28 Destruiré la tierra por completo y destrozaré su orgullo. Se acabará su poder arrogante. Las montañas de Israel quedarán tan desiertas que nadie siquiera pasará por ellas. 29 Cuando yo haya destruido la tierra por completo a causa de los pecados detestables que cometieron, entonces sabrán que yo soy el Señor’”.

30 »Hijo de hombre, los de tu pueblo hablan de ti en sus casas y murmuran acerca de ti junto a las puertas. Se dicen unos a otros: “¡Vayamos a oír lo que el profeta tiene para contarnos de parte del Señor!”. 31 Entonces ellos se acercan fingiendo sinceridad y se sientan delante de ti. Escuchan tus palabras, pero no tienen ninguna intención de hacer lo que tú les dices. Tienen la boca llena de palabras sensuales y en su corazón solo buscan dinero. 32 Les resultas muy entretenido, como alguien que les canta canciones de amor con una hermosa voz o les toca buena música con un instrumento. ¡Oyen lo que les dices, pero se niegan a hacerlo! 33 Sin embargo, cuando les sucedan todas estas cosas terribles—que sin duda les sucederán—, entonces sabrán que hubo un profeta entre ellos».

Los pastores de Israel

34 Después recibí este mensaje del Señor: «Hijo de hombre, profetiza contra los pastores, los líderes de Israel. Dales este mensaje de parte del Señor Soberano: “¡Qué aflicción les espera a ustedes, pastores, que se alimentan a sí mismos en lugar de alimentar a sus rebaños! ¿Acaso los pastores no deben alimentar a sus ovejas? Ustedes beben la leche, se visten con la lana y matan a los mejores animales, pero dejan que sus rebaños pasen hambre. No han cuidado de las débiles; no se han ocupado de las enfermas ni han vendado las heridas; no salieron a buscar a las descarriadas y perdidas. En cambio, las gobernaron con mano dura y con crueldad. Por eso mis ovejas se dispersaron sin pastor y son presa fácil de cualquier animal salvaje. Han deambulado por todas las montañas y las colinas sobre la faz de la tierra; sin embargo, nadie salió a buscarlas.

»”Por lo tanto, pastores, oigan la palabra del Señor: tan cierto como que yo vivo, dice el Señor Soberano, ustedes abandonaron a mi rebaño y lo expusieron al ataque de toda clase de animales salvajes. Aunque ustedes eran mis pastores, no salieron a buscar a mis ovejas cuando ellas se extraviaron. Se ocuparon de sí mismos y dejaron que las ovejas pasaran hambre. Por lo tanto, pastores, oigan la palabra del Señor. 10 Esto dice el Señor Soberano: ahora me declaro enemigo de esos pastores y los haré responsables de lo que le sucedió a mi rebaño. Les quitaré el derecho de alimentar al rebaño y no dejaré que sigan alimentándose a sí mismos. Rescataré de su boca a mi rebaño; las ovejas ya no serán su presa.

El buen pastor

11 »”Esto dice el Señor Soberano: yo mismo saldré a buscar a mis ovejas y las encontraré. 12 Seré como un pastor que busca al rebaño esparcido. Encontraré a mis ovejas y las rescataré de todos los lugares por donde quedaron esparcidas ese día oscuro y nublado. 13 Las sacaré de entre los demás pueblos y naciones y las traeré de regreso a casa, a su propia tierra. Las alimentaré en las montañas de Israel, junto a los ríos y en todos los lugares habitados. 14 Así es, les daré buenos pastizales en las altas colinas de Israel. Descansarán en lugares agradables y se alimentarán con los abundantes pastizales verdes de las colinas. 15 Yo mismo cuidaré de mis ovejas y les daré un lugar para que se recuesten en paz, dice el Señor Soberano. 16 Buscaré a mis perdidas y las traeré sanas y salvas de regreso a casa. Vendaré a las heridas y fortaleceré a las débiles. Sin embargo, destruiré a las gordas y poderosas; ¡a ellas también les daré de comer, pero juicio!

17 »”En cuanto a ti, rebaño mío, esto dice el Señor Soberano a su pueblo: juzgaré entre un animal del rebaño y otro, y separaré a las ovejas de las cabras. 18 ¿No les basta quedarse con los mejores pastizales? ¿También tienen que pisotear lo que queda? ¿No les basta con beber el agua cristalina? ¿También tienen que enturbiar con las patas el resto del agua? 19 ¿Por qué mi rebaño tiene que comer lo que ustedes han pisoteado y beber el agua que han ensuciado?

20 »”Por lo tanto, esto dice el Señor Soberano: sin duda alguna, juzgaré entre las ovejas gordas y las ovejas escuálidas. 21 Pues ustedes, las ovejas gordas, han empujado, embestido y desplazado a mi rebaño enfermo y hambriento hasta esparcirlo por tierras lejanas. 22 Así que yo rescataré a mi rebaño y ya no será maltratado. Juzgaré entre un animal del rebaño y otro. 23 Sobre ellos pondré un solo pastor, a mi siervo David. Él las alimentará y será su pastor. 24 Yo, el Señor, seré su Dios y mi siervo David será un príncipe en medio de mi pueblo. ¡Yo, el Señor, he hablado!

Pacto de paz del Señor

25 »”Haré un pacto de paz con mi pueblo y alejaré de la tierra a los animales peligrosos. Entonces los israelitas podrán acampar seguros en los lugares más silvestres y dormir sin temor en el bosque. 26 Bendeciré a mi pueblo y a sus hogares alrededor de mi colina sagrada. En la temporada oportuna les enviaré las lluvias que necesiten; habrá lluvias de bendición. 27 Los huertos y los campos de mi pueblo darán cosechas abundantes y todos vivirán seguros. Una vez que yo rompa las cadenas de su esclavitud y los rescate de quienes los esclavizaron, entonces ellos sabrán que yo soy el Señor. 28 Ya no serán presa de otras naciones, ni animales salvajes los devorarán. Vivirán seguros y nadie los atemorizará.

29 »”Haré que su tierra sea famosa por sus cosechas, para que mi pueblo nunca más pase hambre ni sufra los insultos de naciones extranjeras. 30 De ese modo, sabrán que yo, el Señor su Dios, estoy con ellos y sabrán que ellos—los israelitas—son mi pueblo, dice el Señor Soberano. 31 Ustedes son mi rebaño, las ovejas de mi prado. Ustedes son mi pueblo y yo soy su Dios. ¡Yo, el Señor Soberano, he hablado!”».

Mensaje para Edom

35 Nuevamente recibí un mensaje del Señor: «Hijo de hombre, ponte de cara al monte Seir y profetiza contra sus habitantes. Dales este mensaje de parte del Señor Soberano:

»“Oh monte Seir, yo soy tu enemigo
    y levantaré mi puño contra ti
    para destruirte por completo.
Demoleré tus ciudades
    y te dejaré desolado.
Entonces sabrás que yo soy el Señor.

»”Tu eterno odio por los israelitas te llevó a masacrarlos cuando estaban indefensos, cuando ya los había castigado por todos sus pecados. Tan cierto como que yo vivo, dice el Señor Soberano, ya que no muestras rechazo alguno a la sangre, te daré tu propio baño de sangre. ¡Ahora te toca a ti! Haré del monte Seir una desolación total; mataré a los que traten de escapar y a cualquiera que regrese. Llenaré tus montes con los cadáveres. Tus colinas, valles y barrancos se colmarán de gente masacrada a espada. Te dejaré desolado para siempre; tus ciudades jamás se reconstruirán. Entonces sabrás que yo soy el Señor.

10 »”Pues dijiste: ‘Los territorios de Israel y Judá serán míos; me apoderaré de ellos. ¡Qué me importa que el Señor esté allí!’. 11 Por lo tanto, tan cierto como que yo vivo, dice el Señor Soberano, te pagaré todos tus actos de enojo con los míos. Te castigaré por todos tus actos de enojo, envidia y odio; y me daré a conocer a Israel[av] por medio de lo que yo te haga a ti. 12 Entonces sabrás que yo, el Señor, he oído cada palabra de desprecio que pronunciaste contra los montes de Israel. Pues dijiste: ‘¡Están desolados; nos fueron entregados para que los comamos!’. 13 ¡Al decir eso, se jactaron con arrogancia contra mí y lo oí todo!

14 »”Esto dice el Señor Soberano: todo el mundo se alegrará cuando te deje hecho un lugar desolado. 15 Tú te alegraste cuando el territorio de Israel fue devastado. ¡Ahora yo me alegraré de tu desolación! ¡Serán exterminados, ustedes, pueblo del monte Seir y todos los que viven en Edom! Entonces sabrán que yo soy el Señor”.

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