Bible in 90 Days
27 En el año cincuenta y dos de Azarías rey de Judá, reinó Peka hijo de Remalías sobre Israel en Samaria; y reinó veinte años.
28 E hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR; no se apartó de los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo pecar a Israel.
29 En los días de Peka rey de Israel, vino Tiglat-pileser rey de los Asirios, y tomó a Ijón, Abel-bet-maaca, Janoa, Cedes, Hazor, Galaad, Galilea, y toda la tierra de Neftalí; y los transportó a Asiria.
30 Y Oseas hijo de Ela hizo conjuración contra Peka hijo de Remalías, y lo hirió, y lo mató, y reinó en su lugar, a los veinte años de Jotam hijo de Uzías.
31 Los demás hechos de Peka, y todo lo que hizo, he aquí todo está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel.
32 En el segundo año de Peka hijo de Remalías rey de Israel, comenzó a reinar Jotam hijo de Uzías rey de Judá.
33 Cuando comenzó a reinar era de veinticinco años, y reinó dieciséis años en Jerusalén. El nombre de su madre fue Jerusa hija de Sadoc.
34 Y él hizo lo recto ante los ojos del SEÑOR; hizo conforme a todas las cosas que había hecho su padre Uzías.
35 Con todo eso los lugares altos no fueron quitados; pues el pueblo sacrificaba aún, y quemaba incienso en los lugares altos. Este también edificó la puerta más alta de la Casa del SEÑOR.
36 Los demás hechos de Jotam, y todas las cosas que hizo, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá?
37 En aquel tiempo comenzó el SEÑOR a enviar contra Judá a Rezín rey de Siria, y a Peka hijo de Remalías.
38 Y durmió Jotam con sus padres, y fue sepultado con sus padres en la ciudad de David su padre; y reinó en su lugar Acaz su hijo.
16 En el año diecisiete de Peka hijo de Remalías, comenzó a reinar Acaz hijo de Jotam rey de Judá.
2 Cuando comenzó a reinar Acaz, era de veinte años, y reinó en Jerusalén dieciséis años; y no hizo lo recto ante los ojos del SEÑOR su Dios, como David su padre;
3 antes anduvo en el camino de los reyes de Israel, y aun hizo pasar por el fuego a su hijo, según las abominaciones de los gentiles que el SEÑOR echó de delante de los hijos de Israel.
4 Asimismo sacrificó, y quemó incienso en los altos, y sobre los collados, y debajo de todo árbol umbroso.
5 Entonces Rezín rey de Siria, y Peka hijo de Remalías rey de Israel, subieron a Jerusalén para hacer guerra, y cercar a Acaz; mas no pudieron tomarla.
6 En aquel tiempo Rezín rey de Siria restituyó Elat a Siria, y echó a los Judíos de Elat; y los Sirios vinieron a Elat, y habitaron allí hasta hoy.
7 Entonces Acaz envió embajadores a Tiglat-pileser rey de Asiria, diciendo: Yo soy tu esclavo y tu hijo; sube, y defiéndeme de mano del rey de Siria, y de mano del rey de Israel, que se han levantado contra mí.
8 Y tomando Acaz la plata y el oro que se halló en la Casa del SEÑOR, y en los tesoros de la casa real, envió al rey de Asiria soborno.
9 Y le oyó el rey de Asiria; y subió el rey de Asiria contra Damasco, y la tomó, y transportó los moradores a Cirene, y mató a Rezín.
10 ¶ Y fue el rey Acaz a encontrar a Tiglat-pileser rey de Asiria en Damasco; y viendo el rey Acaz el altar que estaba en Damasco, envió a Urías el sacerdote el diseño y la descripción del altar, conforme a toda su hechura.
11 Y Urías el sacerdote edificó el altar; conforme a todo lo que el rey Acaz había enviado de Damasco, así lo hizo el sacerdote Urías, entre tanto que el rey Acaz venía de Damasco.
12 Y luego que vino el rey de Damasco, y vio el altar, se acercó el rey a él, y sacrificó en él;
13 y encendió su holocausto, y su presente, y derramó sus libaciones, y esparció la sangre de sus pacíficos junto al altar.
14 Y el altar de bronce que estaba delante del SEÑOR, lo hizo acercar delante de la frontera de la Casa, entre el altar y el templo del SEÑOR, y lo puso al lado del altar hacia el aquilón.
15 Y mandó el rey Acaz al sacerdote Urías, diciendo: En el gran altar encenderás el holocausto de la mañana y el presente de la tarde, y el holocausto del rey y su presente, y asimismo el holocausto de todo el pueblo de la tierra y su presente, y sus libaciones; y toda sangre de holocausto, y toda sangre de sacrificio, esparcirás junto a él; y el altar de bronce será mío para consultar en él.
16 E hizo el sacerdote Urías conforme a todas las cosas que el rey Acaz le mandó.
17 Y cortó el rey Acaz las molduras de las basas, y les quitó las fuentes; quitó también el mar de sobre los bueyes de bronce que estaban debajo de él, y lo puso sobre el solado de piedra.
18 Asimismo la tienda del sábado que habían edificado en la Casa, y el pasadizo de afuera del rey, los mudó a las espaldas de la Casa del SEÑOR, por amor del rey de Asiria.
19 Los demás hechos de Acaz que hizo, ¿no está todo escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá?
20 Y durmió el rey Acaz con sus padres y fue sepultado con sus padres en la ciudad de David; y reinó en su lugar Ezequías su hijo.
17 En el año duodécimo de Acaz rey de Judá, comenzó a reinar Oseas hijo de Ela en Samaria sobre Israel; y reinó nueve años.
2 E hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR, aunque no como los reyes de Israel que antes de él habían sido.
3 Contra éste subió Salmanasar rey de los Asirios; y Oseas fue hecho su esclavo, y le daba presente.
4 Mas el rey de Asiria halló que Oseas hacía conjuración; porque había enviado embajadores a So, rey de Egipto, y ya no daba presente al rey de Asiria, como cada año; y el rey de Asiria le detuvo, y le aprisionó en la casa de la cárcel.
5 Y el rey de Asiria subió por toda la tierra, y subió contra Samaria, y la cercó tres años.
6 En el año nueve de Oseas tomó el rey de Asiria a Samaria, y transportó a Israel a Asiria, y los puso en Halah, y en Habor, junto al río de Gozán, y en las ciudades de los Medos.
7 Porque como los hijos de Israel pecaron contra el SEÑOR su Dios, que los sacó de tierra de Egipto de bajo la mano de Faraón rey de Egipto, y temieran a dioses ajenos,
8 y anduvieran en los estatutos de los gentiles que el SEÑOR había lanzado delante de los hijos de Israel, y en los estatutos de los reyes de Israel, que hicieron;
9 y como los hijos de Israel hicieron en secreto cosas no rectas contra el SEÑOR su Dios, edificándose lugares altos en todas sus ciudades, desde las torres de las atalayas hasta las ciudades fuertes,
10 y se levantaran estatuas y bosques en todo collado alto, y debajo de todo árbol umbroso,
11 y quemaran allí incienso en todos los lugares altos a la manera de los gentiles, los cuales el SEÑOR había traspuesto delante de ellos, e hicieron cosas muy malas para provocar a ira al SEÑOR,
12 sirviendo a los ídolos, de los cuales el SEÑOR les había dicho: Vosotros no haréis esto.
13 El SEÑOR protestaba entonces contra Israel y contra Judá, por mano de todos los profetas, y de todos los videntes, diciendo: Volveos de vuestros malos caminos, y guardad mis mandamientos, y mis ordenanzas, conforme a todas las leyes que yo mandé a vuestros padres, y que os he enviado por mano de mis esclavos los profetas.
14 Mas ellos no escucharon, antes endurecieron su cerviz, como la cerviz de sus padres, los cuales nunca creyeron en el SEÑOR su Dios.
15 Y desecharon sus estatutos, y su pacto que él había concertado con sus padres; y sus testimonios, que él había protestado contra ellos; y siguieron la vanidad, y fueron hechos vanos, y fueron en pos de los gentiles que estaban alrededor de ellos, de las cuales les había mandado el SEÑOR que no hicieran a la manera de ellos.
16 Y dejaron todos los mandamientos del SEÑOR su Dios, y se hicieron vaciadizos, dos becerros; e hicieron bosques, y adoraron a todo el ejército del cielo, y sirvieron a Baal;
17 e hicieron pasar a sus hijos y a sus hijas por fuego; y adivinaron adivinaciones y agüeros, y se entregaron a hacer lo malo ante los ojos del SEÑOR, provocándole a ira.
18 Y el SEÑOR se airó en gran manera contra Israel, y los quitó de delante de su rostro; que no quedó sino sólo la tribu de Judá.
19 Mas ni aun Judá guardó los mandamientos del SEÑOR su Dios; antes anduvieron en los estatutos de Israel, los cuales ellos mismos hicieron.
20 Y desechó el SEÑOR toda la simiente de Israel, y los afligió, y los entregó en manos de saqueadores, hasta echarlos de su presencia.
21 Porque cortó a Israel de la casa de David, y ellos hicieron rey a Jeroboam hijo de Nabat; y Jeroboam empujó a Israel de en pos del SEÑOR, y les hizo cometer gran pecado.
22 Y los hijos de Israel anduvieron en todos los pecados de Jeroboam, que él hizo, sin apartarse de ellos;
23 hasta tanto que el SEÑOR quitó a Israel de delante de su rostro, como lo había él dicho por mano de todos los profetas sus esclavos; e Israel fue transportado de su tierra a Asiria, hasta hoy.
24 ¶ Y trajo el rey de Asiria gentiles de Babilonia, de Cuta, de Ava, de Hamat, y de Sefarvaim, y los puso en las ciudades de Samaria en lugar de los hijos de Israel; y poseyeron a Samaria, y habitaron en sus ciudades.
25 Y aconteció al principio, cuando comenzaron a habitar allí, que no temiendo ellos al SEÑOR, envió el SEÑOR contra ellos leones que los mataban.
26 Entonces dijeron ellos al rey de Asiria: Los gentiles que tú traspasaste y pusiste en las ciudades de Samaria, no saben el juicio del Dios de aquella tierra, y él ha echado leones en ellos, y he aquí los matan, porque no saben el juicio del Dios de la tierra.
27 Y el rey de Asiria mandó, diciendo: Llevad allí a alguno de los sacerdotes que trajisteis de allá; y vayan, y habiten allí, y les enseñen el juicio del Dios de la tierra.
28 Y vino uno de los sacerdotes que habían transportado de Samaria, y habitó en Bet-el, y les enseñó cómo habían de temer al SEÑOR.
29 Mas cada nación se hizo sus dioses, y los pusieron en las casas de los lugares altos que habían hecho los de Samaria; cada nación en su ciudad donde habitaba.
30 Los de Babilonia hicieron a Sucot-benot, y los de Cuta hicieron a Nergal, y los de Hamat hicieron a Asima;
31 los aveos hicieron a Nibhaz y a Tartac; y los de Sefarvaim quemaban sus hijos con fuego a Adramelec y a Anamelec, dioses de Sefarvaim.
32 Y temían al SEÑOR; e hicieron del pueblo bajo sacerdotes para los lugares altos, quienes sacrificaban para ellos en las casas de los lugares altos.
33 Temían al SEÑOR, y honraban también a sus dioses, según la costumbre de los gentiles que habían hecho traspasar de allí.
34 Hasta hoy hacen como antes; que ni temen al SEÑOR, ni guardan sus estatutos, ni sus ordenanzas; ni hacen según la ley y los mandamientos que mandó el SEÑOR a los hijos de Jacob, al cual puso el nombre de Israel;
35 con los cuales el SEÑOR había hecho pacto, y les mandó, diciendo: No temeréis a otros dioses, ni los adoraréis, ni les serviréis, ni les sacrificaréis;
36 mas solamente al SEÑOR vuestro Dios, que os sacó de tierra de Egipto con potencia grande y brazo extendido, a éste temeréis, y a éste adoraréis, y a éste haréis sacrificio.
37 Los estatutos y derechos, y la ley, y los mandamientos, que os dio por escrito, cuidaréis de cumplirlos todos los días, y no temeréis a dioses ajenos.
38 Y no olvidaréis el pacto que hice con vosotros; ni temeréis a dioses ajenos.
39 Mas temed al SEÑOR vuestro Dios, y él os librará de mano de todos vuestros enemigos.
40 Pero ellos no escucharon; antes hicieron según su costumbre antigua.
41 Así temieron al SEÑOR aquellos gentiles, y juntamente sirvieron a sus ídolos; y asimismo sus hijos y sus nietos, según que hicieron sus padres, así hacen hasta hoy.
18 En el tercer año de Oseas hijo de Ela rey de Israel, comenzó a reinar Ezequías hijo de Acaz rey de Judá.
2 Cuando comenzó a reinar era de veinticinco años, y reinó en Jerusalén veintinueve años. El nombre de su madre fue Abi hija de Zacarías.
3 El hizo lo recto ante los ojos del SEÑOR, conforme a todas las cosas que había hecho David su padre.
4 El quitó los lugares altos, y quebró las imágenes, y taló los bosques, e hizo pedazos la serpiente de bronce que había hecho Moisés, porque hasta entonces le quemaban incienso los hijos de Israel; y le llamó por nombre Nehustán (cosa de bronce).
5 En el SEÑOR Dios de Israel puso su esperanza; después ni antes de él no hubo otro como él entre todos los reyes de Judá.
6 Porque se llegó al SEÑOR, y no se apartó de él, y guardó los mandamientos que el SEÑOR mandó a Moisés.
7 Y el SEÑOR estaba con él; y en todas las cosas a que salía prosperaba. El se rebeló contra el rey de Asiria, y no le sirvió.
8 Hirió también a los filisteos hasta Gaza y sus términos, desde las torres de las atalayas hasta la ciudad fortalecida.
9 En el cuarto año del rey Ezequías, que era el año séptimo de Oseas hijo de Ela, rey de Israel, subió Salmanasar rey de los asirios contra Samaria, y la cercó.
10 Y la tomaron al cabo de tres años; esto es, en el sexto año de Ezequías, el cual era el año noveno de Oseas rey de Israel, y así fue tomada Samaria.
11 Y el rey de Asiria traspuso a Israel a Asiria, y los puso en Halah, y en Habor, junto al río de Gozán, y en las ciudades de los medos:
12 Por cuanto no habían oído la voz del SEÑOR su Dios, antes habían quebrantado su pacto; y todas las cosas que Moisés esclavo de Dios había mandado, ni las habían oído, ni las habían cumplido.
13 ¶ Y a los catorce años del rey Ezequías, subió Senaquerib rey de Asiria contra todas las ciudades fuertes de Judá, y las tomó.
14 Entonces Ezequías rey de Judá envió a decir al rey de Asiria en Laquis: Yo he pecado; retírate de mí, y yo aceptaré todo lo que me impusieres. Entonces el rey de Asiria impuso a Ezequías rey de Judá trescientos talentos de plata, y treinta talentos de oro.
15 Y Ezequías dio toda la plata que fue hallada en la Casa del SEÑOR, y en los tesoros de la casa real.
16 Entonces rompió Ezequías las puertas del templo del SEÑOR, y los quiciales que el mismo rey Ezequías había recubierto de oro, y lo dio al rey de Asiria.
17 Y el rey de Asiria envió a Tartán y a Rabsaris y a Rabsaces desde Laquis al rey Ezequías con un gran ejército contra Jerusalén; y subieron, y vinieron a Jerusalén. Y subieron, y vinieron, y pararon junto al conducto del estanque de arriba, que es en el camino de la heredad del lavador.
18 Y llamaron al rey, y salió a ellos Eliacim hijo de Hilcías, que era mayordomo, y Sebna escriba, y Joa hijo de Asaf, escritor de crónicas.
19 Y les dijo Rabsaces: Decid ahora a Ezequías: Así dice el gran rey, el rey de Asiria: ¿Qué confianza es ésta en la que tú confías?
20 Dices, (por cierto palabras de labios): Consejo tengo y fuerzas para la guerra. Mas ¿en quién confías, que te has rebelado contra mí?
21 He aquí tú confías ahora en este bordón de caña quebrado, en Egipto, en el que si alguno se apoyare, le entrará por la mano, y se le pasará. Tal es Faraón rey de Egipto, para todos los que en él confían.
22 Y si me decís: Nosotros confiamos en el SEÑOR nuestro Dios, ¿no es aquel cuyos lugares altos y altares ha quitado Ezequías, y ha dicho a Judá y a Jerusalén: Delante de este altar adoraréis en Jerusalén?
23 Por tanto, ahora yo te ruego que des rehenes a mi señor, el rey de Asiria, y yo te daré dos mil caballos, si tú pudieres dar jinetes para ellos.
24 ¿Cómo, pues, harás volver el rostro de un capitán, al menor de los esclavos de mi señor, aunque estés confiado en Egipto por sus carros y su gente de a caballo?
25 Además, ¿he venido yo ahora sin el SEÑOR a este lugar, para destruirlo? El SEÑOR me ha dicho: Sube a esta tierra, y destrúyela.
26 Entonces dijo Eliacim hijo de Hilcías, y Sebna y Joa, a Rabsaces: Te ruego que hables a tus esclavos siriaco, porque nosotros lo entendemos, y no hables con nosotros judaico a oídos del pueblo que está sobre el muro.
27 Y Rabsaces les dijo: ¿Me ha enviado mi señor a ti y a tu señor para decir estas palabras, y no antes a los hombres que están sobre el muro, para comer su estiércol, y beber el agua de sus pies con vosotros?
28 Y se paró Rabsaces, y clamó a gran voz en judaico, y habló, diciendo: Oíd la palabra del gran rey, el rey de Asiria.
29 Así dijo el rey: No os engañe Ezequías, porque no os podrá librar de mi mano.
30 Y no os haga Ezequías confiar en el SEÑOR, diciendo: De cierto nos librará el SEÑOR, y esta ciudad no será entregada en mano del rey de Asiria.
31 No oigáis a Ezequías, porque así dice el rey de Asiria: Dadme bendición, y salid a mí, y cada uno comerá de su vid, y de su higuera, y cada uno beberá las aguas de su pozo;
32 hasta que yo venga, y os lleve a una tierra como la vuestra, tierra de grano y de vino, tierra de pan y de viñas; tierra de olivas, de aceite, y de miel; y viviréis, y no moriréis. No oigáis a Ezequías, porque os engaña cuando dice: El SEÑOR nos librará.
33 ¿Por ventura han librado los dioses de los gentiles cada uno su tierra de la mano del rey de Asiria?
34 ¿Dónde está el dios de Hamat, y de Arfad? ¿Dónde está el dios de Sefarvaim, de Hena, y de Iva? ¿Pudieron éstos librar a Samaria de mi mano?
35 ¿Qué dios de todos los dioses de las provincias ha librado a su provincia de mi mano, para que libre el SEÑOR de mi mano a Jerusalén?
36 Y el pueblo calló, y no le respondieron palabra; porque había mandamiento del rey, el cual había dicho: No le respondáis.
37 Entonces Eliacim hijo de Hilcías, que era mayordomo, y Sebna el escriba, y Joa hijo de Asaf, escritor de crónicas, vinieron a Ezequías, rotos sus vestidos, y le recitaron las palabras de Rabsaces.
19 Y cuando el rey Ezequías lo oyó, rasgó sus vestidos, y se cubrió de cilicio, y entró en la Casa del SEÑOR.
2 Y envió a Eliacim el mayordomo, y a Sebna escriba, y a los ancianos de los sacerdotes, vestidos de cilicio a Isaías profeta hijo de Amós,
3 que le dijeran: Así dijo Ezequías: Este día es día de angustia, y de reprensión, y de blasfemia; porque los hijos han venido hasta la rotura, y la que da a luz no tiene fuerzas.
4 Por ventura oirá el SEÑOR tu Dios todas las palabras de Rabsaces, al cual el rey de los Asirios su señor ha enviado para injuriar al Dios vivo, y reprenderá las palabras, las cuales el SEÑOR tu Dios ha oído; por tanto, eleva oración por el remanente que aun se halla.
5 Vinieron pues los esclavos del rey Ezequías a Isaías.
6 E Isaías les respondió: Así diréis a vuestro señor: Así dijo el SEÑOR: No temas por las palabras que has oído, con las cuales me han blasfemado los siervos del rey de Asiria.
7 He aquí yo pongo en él un espíritu, y oirá rumor, y volverá a su tierra; y yo haré que en su tierra caiga a espada.
8 ¶ Y regresando Rabsaces, halló al rey de Asiria combatiendo a Libna; porque había oído que se había ido de Laquis.
9 Y oyó decir de Tirhaca rey de Etiopía: He aquí ha salido para hacerte guerra. Entonces volvió él, y envió embajadores a Ezequías, diciendo:
10 Así diréis a Ezequías rey de Judá: No te engañe tu Dios en quien tú confías, para decir: Jerusalén no será entregada en mano del rey de Asiria.
11 He aquí tú has oído lo que han hecho los reyes de Asiria a todas las tierras, destruyéndolas, ¿y has tú de escapar?
12 ¿Por ventura los libraron los dioses de los gentiles, que mis padres destruyeron, es a saber, Gozán, Harán, Resef, y los hijos de Edén que estaban en Telasar?
13 ¿Dónde está el rey de Hamat, el rey de Arfad, el rey de la ciudad de Sefarvaim, de Hena, y de Iva?
14 Y tomó Ezequías las letras de mano de los embajadores; y después que las hubo leído, subió a la Casa del SEÑOR, y las extendió Ezequías delante del SEÑOR.
15 Y oró Ezequías delante del SEÑOR, diciendo: SEÑOR Dios de Israel, que habitas sobre los querubines, tú solo eres Dios a todos los reinos de la tierra; tú hiciste el cielo y la tierra.
16 Inclina, oh SEÑOR, tu oído, y oye; abre, oh SEÑOR, tus ojos, y mira; y oye las palabras de Senaquerib, que ha enviado a blasfemar al Dios viviente.
17 Es verdad, oh SEÑOR, que los reyes de Asiria han destruido a los gentiles y sus tierras;
18 y que pusieron en el fuego a sus dioses, por cuanto ellos no eran dioses, sino obra de manos de hombres, madera o piedra, y así los destruyeron.
19 Ahora, pues, oh SEÑOR Dios nuestro, sálvanos ahora de su mano, para que sepan todos los reinos de la tierra que tú solo eres el SEÑOR Dios.
20 Entonces Isaías hijo de Amós envió a decir a Ezequías: Así dijo el SEÑOR, Dios de Israel: Lo que me rogaste acerca de Senaquerib rey de Asiria, he oído.
21 Esta es la palabra que el SEÑOR ha hablado contra él: ¿Te ha menospreciado? ¿Te ha escarnecido, oh virgen hija de Sion? Ha movido su cabeza a tus espaldas, oh hija de Jerusalén.
22 ¿A quién has injuriado y a quién has blasfemado? ¿Y contra quién has hablado alto, y has alzado en alto tus ojos? Contra el Santo de Israel.
23 Por mano de tus mensajeros has proferido injuria contra el Señor, y has dicho: Con la multitud de mis carros he subido a las cumbres de los montes; a las cuestas del Líbano, y cortaré sus altos cedros, sus hayas escogidas; y entraré a la morada de su término, al bosque de su Carmel.
24 Yo he cavado y bebido las aguas ajenas, y he secado con la planta de mis pies todos los ríos de munición.
25 ¿Nunca has oído que desde largo tiempo atrás la hice yo, y de días antiguos la he formado? Y ahora la he hecho venir, y será para destrucción de ciudades fuertes en montones de ruinas.
26 Y sus moradores, cortos de manos, quebrantados y confusos, serán cual hierba del campo, como legumbre verde; heno de los tejados, que antes que venga a madurez es seco.
27 Yo he sabido tu sentarte, tu salir y tu entrar, y tu furor contra mí.
28 Por cuanto te has airado contra mí, y tu estruendo ha subido a mis oídos; por tanto yo pondré mi anzuelo en tus narices, y mi freno en tus labios, y yo te haré volver por el camino por donde viniste.
29 Y esto te será por señal: Este año comerás lo que nacerá de suyo, y el segundo año lo que volverá a nacer de suyo; y el tercer año haréis sementera, y segaréis, y plantaréis viñas, y comeréis el fruto de ellas.
30 Y lo que hubiere escapado, lo que habrá quedado de la casa de Judá, volverá a echar raíz abajo, y hará fruto arriba.
31 Porque saldrán de Jerusalén remanente, y liberación desde el monte de Sion; el celo del SEÑOR de los ejércitos hará esto.
32 Por tanto, el SEÑOR dice así del rey de Asiria: No entrará en esta ciudad, ni echará saeta en ella; ni vendrá delante de ella escudo, ni será echado contra ella baluarte.
33 Por el camino que vino se volverá, y no entrará en esta ciudad, dice el SEÑOR.
34 Porque yo ampararé a esta ciudad para salvarla, por amor de mí, y por amor de David mi esclavo.
35 ¶ Y aconteció que la misma noche salió el ángel del SEÑOR, e hirió en el campamento de los Asirios ciento ochenta y cinco mil hombres; y cuando se levantaron por la mañana, he aquí los cuerpos de los muertos.
36 Entonces Senaquerib, rey de Asiria partió, y se fue de allí y estuvo en Nínive.
37 Y aconteció, que estando él adorando en la casa de Nisroc su dios, Adramelec y Sarezer sus hijos lo hirieron a espada; y huyeron a tierra de Ararat. Y reinó en su lugar Esar-hadón su hijo.
20 En aquellos días cayó Ezequías enfermo de muerte, y vino a él Isaías profeta hijo de Amós, y le dijo: El SEÑOR dice así: Dispón de tu casa, porque has de morir, y no vivirás.
2 Entonces volvió él su rostro a la pared, y oró al SEÑOR, y dijo:
3 Te ruego, oh SEÑOR, te ruego que hagas memoria de que he andado delante de ti en verdad y con corazón perfecto; y que he hecho las cosas que te agradan. Y lloró Ezequías con gran lloro.
4 Y antes que Isaías saliera hasta la mitad del patio, vino palabra del SEÑOR a Isaías, diciendo:
5 Vuelve, y di a Ezequías, príncipe de mi pueblo: Así dice el SEÑOR, el Dios de David tu padre: Yo he oído tu oración, y he visto tus lágrimas; he aquí yo te sano; al tercer día subirás a la Casa del SEÑOR.
6 Y añadiré a tus días quince años, y te libraré a ti y a esta ciudad de mano del rey de Asiria; y ampararé esta ciudad por amor de mí, y por amor de David mi esclavo.
7 Y dijo Isaías: Tomad masa de higos. Y tomándola, la pusieron sobre la llaga, y sanó.
8 Y Ezequías había dicho a Isaías: ¿Qué señal tendré de que el SEÑOR me sanará, y que al tercer día subiré a la Casa del SEÑOR?
9 Y respondió Isaías: Esta señal tendrás del SEÑOR, de que hará el SEÑOR esto que ha dicho: ¿Avanzará la sombra diez grados, o retrocederá diez grados?
10 Y Ezequías respondió: Fácil cosa es que la sombra decline diez grados; pero, no que la sombra vuelva atrás diez grados.
11 Entonces el profeta Isaías clamó al SEÑOR; e hizo volver la sombra por los grados que había descendido en el reloj de Acaz, diez grados atrás.
12 ¶ En aquel tiempo Merodac-baladán hijo de Baladán, rey de Babilonia, envió letras y presentes a Ezequías, porque había oído que Ezequías había caído enfermo.
13 Y Ezequías los oyó, y les mostró toda la casa de las cosas preciosas, plata, oro, y especiería, y el ungüento precioso; y la casa de sus armas, y todo lo que había en sus tesoros; ninguna cosa quedó que Ezequías no les mostrara, así en su casa como en todo su señorío.
14 Entonces el profeta Isaías vino al rey Ezequías, y le dijo: ¿Qué dijeron aquellos varones, y de dónde vinieron a ti? Y Ezequías le respondió: De lejanas tierras han venido, de Babilonia.
15 Y él le volvió a decir: ¿Qué vieron en tu casa? Y Ezequías respondió: Vieron todo lo que había en mi casa; nada quedó en mis tesoros que no les mostrara.
16 Entonces Isaías dijo a Ezequías: Oye palabra del SEÑOR:
17 He aquí vienen días, en que todo lo que está en tu casa, y todo lo que tus padres han atesorado hasta hoy, será llevado a Babilonia, sin quedar nada, dice el SEÑOR.
18 Y de tus hijos que saldrán de ti, que habrás engendrado, los tomarán; y serán eunucos en el palacio del rey de Babilonia.
19 Entonces Ezequías dijo a Isaías: La palabra del SEÑOR que has hablado, es buena. Y dijo: ¿Mas no habrá paz y verdad en mis días?
20 Los demás hechos de Ezequías, y toda su valentía, y cómo hizo el estanque y el conducto, y metió las aguas en la ciudad, ¿no está todo escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá?
21 Y durmió Ezequías con sus padres, y reinó en su lugar Manasés su hijo.
21 De doce años era Manasés cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén cincuenta y cinco años; el nombre de su madre fue Hepsiba.
2 E hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR, según las abominaciones de los gentiles que el SEÑOR había echado delante de los hijos de Israel.
3 Porque él volvió a edificar los lugares altos que Ezequías su padre había derribado, y levantó altares a Baal, e hizo bosque, como había hecho Acab rey de Israel; y adoró a todo el ejército del cielo, y sirvió a aquellas cosas.
4 Asimismo edificó altares en la Casa del SEÑOR, de la cual el SEÑOR había dicho: Yo pondré mi nombre en Jerusalén.
5 Y edificó altares para todo el ejército del cielo en los dos atrios de la casa del SEÑOR.
6 Y pasó a su hijo por fuego, y miró en tiempos, y fue agorero, e instituyó espiritistas y adivinos, y multiplicó a hacer lo malo en ojos del SEÑOR, para provocarlo a ira.
7 Y puso una entalladura del bosque que él había hecho, en la Casa de la cual había el SEÑOR dicho a David y a Salomón su hijo: Yo pondré mi nombre perpetuamente en esta Casa, y en Jerusalén, a la cual escogí de todas las tribus de Israel;
8 y no volveré a hacer que el pie de Israel sea movido de la tierra que di a sus padres, con tal que guarden y hagan conforme a todas las cosas que yo les he mandado, y conforme a toda la ley que mi esclavo Moisés les mandó.
9 Mas ellos no escucharon; y Manasés los hizo errar a que hicieran más mal que los gentiles que el SEÑOR rayó de delante de los hijos de Israel.
10 ¶ Y habló el SEÑOR por mano de sus esclavos los profetas, diciendo:
11 Por cuanto Manasés rey de Judá ha hecho estas abominaciones, y ha hecho más mal que todo lo que hicieron los amorreos que fueron antes de él, y también ha hecho pecar a Judá con sus ídolos;
12 por tanto, así dice el SEÑOR Dios de Israel: He aquí yo traigo tal mal sobre Jerusalén y sobre Judá, que el que lo oyere, le retiñirán ambos oídos.
13 Y extenderé sobre Jerusalén el cordel de Samaria, y el plomo de la casa de Acab; y yo limpiaré a Jerusalén como se limpia un vaso, que después que lo han limpiado, lo vuelven sobre su faz.
14 Y desampararé el remanente de mi heredad, y las entregaré en manos de sus enemigos; y serán para presa y para despojo a todos sus adversarios;
15 por cuanto han hecho lo malo ante mis ojos, y me han provocado a ira, desde el día que sus padres salieron de Egipto hasta hoy.
16 Fuera de esto, derramó Manasés mucha sangre inocente en gran manera, hasta llenar a Jerusalén de extremo a extremo, además de su pecado con que hizo pecar a Judá, para que hiciera lo malo ante los ojos del SEÑOR.
17 Los demás hechos de Manasés, y todas las cosas que hizo, y su pecado que cometió, ¿no está todo escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá?
18 ¶ Y durmió Manasés con sus padres, y fue sepultado en el huerto de su casa, en el huerto de Uza; y reinó en su lugar Amón su hijo.
19 De veintidós años era Amón cuando comenzó a reinar, y reinó dos años en Jerusalén. El nombre de su madre fue Mesulemet hija de Haruz de Jotba.
20 E hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR, como había hecho Manasés su padre.
21 Y anduvo en todos los caminos en que su padre anduvo, y sirvió a los ídolos a los cuales había servido su padre, y a ellos adoró;
22 y dejó al SEÑOR Dios de sus padres, y no anduvo en el camino del SEÑOR.
23 Y los esclavos de Amón conspiraron contra él, y mataron al rey en su casa.
24 Entonces el pueblo de la tierra hirió a todos los que habían conspirado contra el rey Amón; y puso el pueblo de la tierra por rey en su lugar a Josías su hijo.
25 Los demás hechos de Amón, ¿no está todo escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá?
26 Y fue sepultado en su sepulcro en el huerto de Uza, y reinó en su lugar Josías su hijo.
22 Cuando Josías comenzó a reinar era de ocho años, y reinó en Jerusalén treinta y un años. El nombre de su madre fue Jedida hija de Adaía de Boscat.
2 E hizo lo recto ante los ojos del SEÑOR, y anduvo en todo el camino de David su padre, sin apartarse a diestra ni a siniestra.
3 Y a los dieciocho años del rey Josías, aconteció que envió el rey a Safán hijo de Azalía, hijo de Mesulam, el escriba, a la Casa del SEÑOR, diciendo:
4 Ve a Hilcías, el sumo sacerdote, que completa el dinero que se ha traído la Casa del SEÑOR, que han recogido del pueblo los guardianes de la puerta,
5 y que lo pongan en manos de los que hacen la obra, que tienen cargo de la Casa del SEÑOR, y que lo entreguen a los que hacen la obra en la Casa del SEÑOR, para reparar las aberturas de la Casa;
6 a los carpinteros, a los maestros y albañiles, para comprar madera y piedra de cantería para reparar la Casa;
7 y que no se les cuente el dinero cuyo manejo se les confiare, porque ellos proceden con fidelidad.
8 Entonces dijo el sumo sacerdote Hilcías a Safán, el escriba: El libro de la ley he hallado en la Casa del SEÑOR. E Hilcías dio el libro a Safán para que lo leyera.
9 Viniendo luego Safán, el escriba al rey, dio al rey la respuesta, y dijo: Tus esclavos han juntado el dinero que se halló en el templo, y lo han entregado en poder de los que hacen la obra, que tienen cargo de la Casa del SEÑOR.
10 Asimismo Safán, el escriba declaró al rey, diciendo: Hilcías el sacerdote me ha dado un libro. Y lo leyó Safán delante del rey.
11 Y cuando el rey oyó las palabras del libro de la ley, rasgó sus vestidos.
12 Y mandó el rey a Hilcías el sacerdote, y a Ahicam hijo de Safán, y a Acbor hijo de Micaías, y a Safán escriba, y a Asaías esclavo del rey, diciendo:
13 Id, y preguntad al SEÑOR por mí, y por el pueblo, por todo Judá, acerca de las palabras de este libro que se ha hallado; porque grande ira del SEÑOR es la que ha sido encendida contra nosotros, por cuanto nuestros padres no oyeron las palabras de este libro, para hacer conforme a todo lo que nos fue escrito.
14 Entonces fue Hilcías el sacerdote, y Ahicam y Acbor y Safán y Asaías, a Hulda la profetisa, mujer de Salum hijo de Ticva hijo de Harhas, guarda de las vestiduras, la cual moraba en Jerusalén en la casa de la doctrina, y hablaron con ella.
15 Y ella les dijo: Así dice el SEÑOR Dios de Israel: Decid al varón que os envió a mí:
16 Así dice el SEÑOR: He aquí yo traigo mal sobre este lugar, y sobre los que en él moran, a saber, todas las palabras del libro que ha leído el rey de Judá;
17 por cuanto me dejaron a mí, y quemaron incienso a dioses ajenos, provocándome a ira en toda obra de sus manos; y mi furor se ha encendido contra este lugar, y no se apagará.
18 Mas al rey de Judá que os ha enviado para que preguntaseis al SEÑOR, diréis así: Así dice el SEÑOR Dios de Israel: Por cuanto oíste las palabras del libro,
19 y tu corazón se enterneció, y te humillaste delante del SEÑOR, cuando oíste lo que yo he pronunciado contra este lugar y contra sus moradores, que serían asolados y malditos, y rasgaste tus vestidos, y lloraste en mi presencia, también yo te he oído, dice el SEÑOR.
20 Por tanto, he aquí yo te recogeré con tus padres, y tú serás llevado a tu sepulcro en paz, y no verán tus ojos todo el mal que yo traigo sobre este lugar. Y ellos dieron al rey la respuesta.
23 Entonces el rey envió, y juntaron a él todos los ancianos de Judá y de Jerusalén.
2 Y subió el rey a la Casa del SEÑOR con todos los varones de Judá, y con todos los moradores de Jerusalén, con los sacerdotes y profetas y con todo el pueblo, desde el más chico hasta el más grande; y leyó, a oídos de todos, todas las palabras del libro del pacto que había sido hallado en la Casa del SEÑOR.
3 Y poniéndose el rey en pie junto a la columna, hizo pacto delante del SEÑOR, de que irían en pos del SEÑOR, y guardarían sus mandamientos, y sus testimonios, y sus estatutos, con todo el corazón y con toda el alma, y que cumplirían las palabras de la alianza que estaban escritas en aquel libro. Y todo el pueblo confirmó el pacto.
4 Entonces mandó el rey al sumo sacerdote Hilcías, y a los sacerdotes de la segunda orden, y a los guardianes de la puerta, que sacaran del templo del SEÑOR todos los vasos que habían sido hechos para Baal, y para el bosque, y para todo el ejército del cielo; y los quemó fuera de Jerusalén en el campo de Cedrón, e hizo llevar las cenizas de ellos a Bet-el.
5 Y quitó a los religiosos, que habían puesto los reyes de Judá para que quemaran incienso en los lugares altos en las ciudades de Judá, y en los alrededores de Jerusalén; y asimismo a los que quemaban incienso a Baal, al sol, y a la luna, y a los signos, y a todo el ejército del cielo.
6 Hizo también sacar la entalladura del bosque fuera de la Casa del SEÑOR, fuera de Jerusalén, al arroyo de Cedrón, y la quemó en el arroyo de Cedrón, y la tornó en polvo, y echó el polvo de ella sobre los sepulcros de los hijos del pueblo.
7 Asimismo derribó las casas de los prostitutos del culto pagano que estaban junto a la Casa del SEÑOR, en las cuales tejían las mujeres pabellones para el bosque.
8 E hizo venir todos los sacerdotes de las ciudades de Judá, y profanó los lugares altos donde los sacerdotes quemaban incienso, desde Gabaa hasta Beerseba; y derribó los lugares altos de las puertas y los que estaban a la entrada de la puerta de Josué, gobernador de la ciudad; y los que estaban a la mano izquierda, a la puerta de la ciudad.
9 Pero los sacerdotes de los lugares altos no subían al altar del SEÑOR en Jerusalén, mas comían panes sin levadura entre sus hermanos.
10 Asimismo profanó a Tofet, que está en el valle del hijo de Hinom, para que ninguno pasara su hijo o su hija por fuego a Moloc.
11 Asimismo quitó los caballos que los reyes de Judá habían dedicado al sol a la entrada del templo del SEÑOR, junto a la cámara de Natán-melec, el eunuco, el cual tenía cargo del Parbar; y quemó al fuego los carros del sol.
12 Asimismo derribó el rey los altares que estaban sobre la techumbre de la sala de Acaz, que los reyes de Judá habían hecho, y los altares que había hecho Manasés en los dos atrios de la Casa del SEÑOR; y de allí corrió y arrojó el polvo en el arroyo de Cedrón.
13 Asimismo profanó el rey los lugares altos que estaban delante de Jerusalén, a la mano derecha del monte de la destrucción, los cuales Salomón rey de Israel había edificado a Astarot, abominación de los sidonios, y a Quemos abominación de Moab, y a Milcom abominación de los hijos de Amón.
14 Y quebró las estatuas, y taló los bosques, y llenó el lugar de ellos de huesos de hombres.
15 Asimismo el altar que estaba en Bet-el, y el lugar alto que había hecho Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo pecar a Israel, aquel altar y el lugar alto destruyó; y quemó el lugar alto, y lo tornó en polvo, y puso fuego al bosque.
16 Y se volvió Josías, y vio los sepulcros que estaban allí en el monte, y envió y quitó los huesos de los sepulcros, y los quemó sobre el altar para contaminarlo, conforme a la palabra del SEÑOR la cual había proclamado el varón de Dios, que había proclamado estos negocios.
17 Y después dijo: ¿Qué título es éste que veo? Y los de la ciudad le respondieron: Este es el sepulcro del varón de Dios que vino de Judá, y proclamó estas cosas que tú has hecho sobre el altar de Bet-el.
18 Y él dijo: Dejadlo; ninguno mueva sus huesos; y así fueron salvados sus huesos, y los huesos del profeta que había venido de Samaria.
19 Finalmente todas las casas de los lugares altos que estaban en las ciudades de Samaria, las cuales habían hecho los reyes de Israel para provocar a ira, Josías las quitó, e hizo de ellas como había hecho en Bet-el.
20 Y mató sobre los altares a todos los sacerdotes de los lugares altos que allí estaban, y quemó sobre ellos los huesos de los hombres, y se volvió a Jerusalén.
21 ¶Entonces mandó el rey a todo el pueblo, diciendo: Haced la pascua al SEÑOR vuestro Dios, conforme a lo que está escrito en el libro de este pacto.
22 No fue hecha tal pascua desde los tiempos de los jueces que gobernaron a Israel, ni en todos los tiempos de los reyes de Israel, y de los reyes de Judá.
23 A los dieciocho años del rey Josías fue hecha aquella pascua al SEÑOR en Jerusalén.
24 Asimismo quemó Josías los espiritistas, adivinos, y terafines, y todas las abominaciones que se veían en la tierra de Judá y en Jerusalén, para confirmar las palabras de la ley que estaban escritas en el libro que el sacerdote Hilcías había hallado en la Casa del SEÑOR.
25 No hubo tal rey antes de él que así se convirtiera al SEÑOR con todo su corazón, y con toda su alma, y con todas sus fuerzas, conforme a toda la ley de Moisés; ni después de él nació otro tal.
26 Con todo eso el SEÑOR no se volvió del furor de su gran ira, con que se había encendido su ira contra Judá, por todas las provocaciones con que Manasés le había provocado a ira.
27 Y dijo el SEÑOR: También tengo que quitar de mi presencia a Judá, como quité a Israel, y tengo que rechazar a esta ciudad que había escogido, a Jerusalén, y a la Casa de la cual yo había dicho: Mi nombre será allí.
28 Los demás hechos de Josías, y todas las cosas que hizo, ¿no está todo escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá?
29 ¶ En aquellos días el Faraón Necao rey de Egipto subió contra el rey de Asiria al río Eufrates, y salió contra él el rey Josías; pero aquel así que le vio, lo mató en Meguido.
30 Y sus esclavos lo pusieron en un carro, y lo trajeron muerto de Meguido a Jerusalén, y lo sepultaron en su sepulcro. Entonces el pueblo de la tierra tomó a Joacaz hijo de Josías, y lo ungieron y lo pusieron por rey en lugar de su padre.
31 De veintitrés años era Joacaz cuando comenzó a reinar, y reinó tres meses en Jerusalén. El nombre de su madre fue Hamutal, hija de Jeremías de Libna.
32 Y él hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR, conforme a todas las cosas que sus padres habían hecho.
33 Y lo echó preso el Faraón Necao en Ribla en la provincia de Hamat, reinando él en Jerusalén; e impuso sobre la tierra una multa de cien talentos de plata, y uno de oro.
34 Entonces Faraón Necao puso por rey a Eliacim hijo de Josías, en lugar de Josías su padre, y le mudó el nombre por el de Joacim; y tomó a Joacaz, y se lo llevó a Egipto, y murió allí.
35 Y Joacim pagó a Faraón la plata y el oro; e hizo apreciar la tierra para dar este dinero conforme al mandamiento del Faraón, sacando de cada uno, según la estimación de su hacienda, la plata y el oro de todo el pueblo de la tierra, para darlo a Faraón Necao.
36 De veinticinco años era Joacim cuando comenzó a reinar, y once años reinó en Jerusalén. El nombre de su madre fue Zebuda hija de Pedaías, de Ruma.
37 E hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR, conforme a todas las cosas que sus padres habían hecho.
24 En su tiempo subió Nabucodonosor rey de Babilonia, al cual sirvió Joacim tres años; y volvió, y se rebeló contra él.
2 Y el SEÑOR envió contra él ejércitos de caldeos, y ejércitos de sirios, y ejércitos de moabitas, y ejércitos de amonitas; los cuales envió contra Judá para que la destruyeran, conforme a la palabra del SEÑOR que había hablado por sus esclavos los profetas.
3 Ciertamente vino esto contra Judá por dicho del SEÑOR, para quitarla de delante de su presencia, por los pecados de Manasés, conforme a todo lo que hizo;
4 asimismo por la sangre inocente que derramó, pues llenó a Jerusalén de sangre inocente; por tanto el SEÑOR no quiso perdonar.
5 Los demás hechos de Joacim, y todas las cosas que hizo, ¿no está todo escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá?
6 Y durmió Joacim con sus padres, y reinó en su lugar Joaquín su hijo.
7 Y nunca más el rey de Egipto salió de su tierra; porque el rey de Babilonia le tomó todo lo que era suyo, desde el río de Egipto hasta el río Eufrates.
8 De dieciocho años era Joaquín cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén tres meses. El nombre de su madre fue Nehusta hija de Elnatán, de Jerusalén.
9 E hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR, conforme a todas las cosas que había hecho su padre.
10 ¶ En aquel tiempo subieron los esclavos de Nabucodonosor rey de Babilonia contra Jerusalén y la ciudad fue cercada.
11 Vino también Nabucodonosor rey de Babilonia contra la ciudad, cuando sus esclavos la tenían cercada.
12 Entonces salió Joaquín rey de Judá al rey de Babilonia, él, y su madre, y sus esclavos, y sus príncipes, y sus eunucos; y lo prendió el rey de Babilonia en el octavo año de su reinado.
13 Y sacó de allí todos los tesoros de la Casa del SEÑOR, y los tesoros de la casa real, y quebró en pedazos todos los vasos de oro que había hecho Salomón rey de Israel en la Casa del SEÑOR, como el SEÑOR había dicho.
14 Y llevó cautivos a toda Jerusalén, a todos los príncipes, y a todos los hombres valientes, diez mil cautivos; asimismo a todos los oficiales y herreros; no quedó nadie, excepto los pobres del pueblo de la tierra.
15 Asimismo transportó a Joaquín a Babilonia, y a la madre del rey, y a las mujeres del rey, y a sus eunucos, y a los poderosos de la tierra; a todos los llevó cautivos de Jerusalén a Babilonia.
16 A todos los hombres de guerra, que fueron siete mil, y a los oficiales y herreros, que fueron mil, y a todos los valientes que hacían la guerra, llevó cautivos el rey de Babilonia.
17 Y el rey de Babilonia puso por rey a Matanías su tío en su lugar, y le mudó el nombre por el de Sedequías.
18 De veintiún años era Sedequías cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén once años. El nombre de su madre fue Hamutal hija de Jeremías, de Libna.
19 E hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR, conforme a todo lo que había hecho Joacim.
20 Porque la ira del SEÑOR era contra Jerusalén y Judá, hasta que los echó de delante de su presencia. Y Sedequías se rebeló contra el rey de Babilonia.
25 Y aconteció a los nueve años de su reinado, en el mes décimo, a los diez del mes, que Nabucodonosor rey de Babilonia vino con todo su ejército contra Jerusalén, y la cercó; y levantaron contra ella ingenios alrededor.
2 Y estuvo la ciudad cercada hasta el undécimo año del rey Sedequías.
3 A los nueve del mes prevaleció el hambre en la ciudad, y no hubo pan para el pueblo de la tierra.
4 Abierta ya la ciudad, huyeron de noche todos los hombres de guerra por el camino de la puerta que estaba entre los dos muros, junto a los huertos del rey, estando los caldeos alrededor de la ciudad; y se fueron por el camino de la campiña.
5 Y el ejército de los caldeos siguió al rey, y lo tomó en las llanuras de Jericó, habiéndose esparcido de él todo su ejército.
6 Tomado, pues, el rey, le trajeron al rey de Babilonia a Ribla, y profirieron contra él sentencia.
7 Y mataron a los hijos de Sedequías en presencia suya; y a Sedequías sacaron los ojos, y atado con cadenas de bronce lo llevaron a Babilonia.
8 ¶ En el mes quinto, a los siete del mes, que era el año diecinueve de Nabucodonosor rey de Babilonia, vino a Jerusalén Nabuzaradán, capitán de los de la guardia, esclavo del rey de Babilonia.
9 Y quemó la Casa del SEÑOR, y la casa del rey, y todas las casas de Jerusalén; y todas las casas de los principales quemó a fuego.
10 Y todo el ejército de los caldeos que estaba con el capitán de la guardia, derribó los muros de Jerusalén alrededor.
11 Y a los del pueblo que habían quedado en la ciudad, y a los que se habían juntado al rey de Babilonia, y a los que habían quedado del vulgo, lo transportó Nabuzaradán, capitán de los de la guardia.
12 Mas de los pobres de la tierra dejó el capitán de los de la guardia, para que labraran las viñas y las tierras.
13 Y quebraron los caldeos las columnas de bronce que estaban en la Casa del SEÑOR, y las basas, y el mar de bronce que estaba en la Casa del SEÑOR, y llevaron el bronce de ello a Babilonia.
14 Llevaron también los calderos, y las paletas, y las tenazas, y los cucharones, y todos los vasos de bronce con que ministraban.
15 Incensarios, cuencos, los que de oro, en oro, y los que de plata, en plata, todo lo llevó el capitán de los de la guardia;
16 las dos columnas, un mar, y las basas que Salomón había hecho para la Casa del SEÑOR; no había peso de todos estos vasos.
17 La altura de una columna era dieciocho codos y tenía encima un capitel de bronce, y la altura del capitel era de tres codos; y sobre el capitel había un enredado y granadas alrededor, todo de bronce; y semejante obra había en la otra columna con el enredado.
18 Asimismo tomó el capitán de los de la guardia a Seraías el primer sacerdote, y a Sofonías el segundo sacerdote, y tres guardas de la puerta;
19 y de la ciudad tomó a un eunuco, el cual era prefecto sobre los hombres de guerra, y cinco varones de los continuos del rey, que se hallaron en la ciudad; y al escriba príncipe del ejército, que hacía la reseña de la gente de la tierra, con sesenta varones del pueblo de la tierra, que se hallaron en la ciudad.
20 Estos tomó Nabuzaradán, capitán de los de la guardia, y los llevó a Ribla al rey de Babilonia.
21 Y el rey de Babilonia los hirió y mató en Ribla, en tierra de Hamat. Así fue transportado Judá de sobre su tierra.
22 ¶ Y al pueblo que Nabucodonosor rey de Babilonia dejó en tierra de Judá, puso por gobernador a Gedalías, hijo de Ahicam hijo de Safán.
23 Y oyendo todos los príncipes del ejército, ellos y los varones, que el rey de Babilonia había puesto por gobernador a Gedalías, se vinieron a Gedalías en Mizpa, es a saber, Ismael hijo de Netanías, Johanán hijo de Carea, Searías hijo de Tanhumet, el netofatita, y Jaazanías hijo de Maacati, ellos con los suyos.
24 Entonces Gedalías les hizo juramento, a ellos y a los suyos, y les dijo: No tengáis temor de los esclavos de los caldeos; habitad en la tierra, y servid al rey de Babilonia, y os irá bien.
25 Mas en el mes séptimo vino Ismael hijo de Netanías, hijo de Elisama, de la simiente real, y con él diez varones, e hirieron a Gedalías, y murió; y también a los judíos y caldeos que estaban con él en Mizpa.
26 Entonces levantándose todo el pueblo, desde el menor hasta el mayor, con los capitanes del ejército, se fueron a Egipto por temor de los caldeos.
27 ¶ Y aconteció a los treinta y siete años de la transportación de Joaquín rey de Judá, en el mes duodécimo, a los veintisiete del mes, que Evil-merodac rey de Babilonia, en el primer año de su reinado, levantó la cabeza de Joaquín rey de Judá, sacándolo de la casa de la cárcel;
28 y le habló bien, y puso su asiento sobre el asiento de los reyes que con él estaban en Babilonia.
29 Y le mudó los vestidos de su prisión, y comió pan siempre delante de él todos los días de su vida.
30 Y el rey le hacía dar su comida de continuo, cada cosa en su tiempo todos los días de su vida.
Biblia del Jubileo 2000 (JUS) © 2000, 2001, 2010, 2014, 2017, 2020 by Ransom Press International