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Bible in 90 Days

An intensive Bible reading plan that walks through the entire Bible in 90 days.
Duration: 88 days
Biblia del Jubileo (JBS)
Version
1 Crónicas 10-23

10 Los filisteos pelearon con Israel; y el varón de Israel huyó delante de ellos, y cayeron heridos en el monte de Gilboa.

Y los filisteos siguieron a Saúl y a sus hijos; y mataron los filisteos a Jonatán, y a Abinadab, y a Malquisúa, hijos de Saúl.

Y se agravó la batalla contra Saúl, y le alcanzaron los flecheros, y fue herido de los flecheros.

Entonces Saúl dijo a su escudero: Saca tu espada, y pásame con ella, para que no vengan estos incircuncisos, y hagan escarnio de mí; mas su escudero no quiso, porque tenía gran miedo. Entonces Saúl tomó la espada, y se echó sobre ella.

Y cuando su escudero vio a Saúl muerto, él también se echó sobre su espada, y se mató.

Así murió Saúl, y sus tres hijos; y toda su casa murió juntamente con él.

Y viendo todos los de Israel que habitaban en el valle, que habían huido, y que Saúl y sus hijos habían muerto, dejaron sus ciudades, y huyeron; y vinieron los filisteos, y habitaron en ellas.

Y fue que viniendo al día siguiente los filisteos a despojar a los muertos, hallaron a Saúl y a sus hijos tendidos en el monte de Gilboa.

Y luego que le hubieron desnudado, tomaron su cabeza y sus armas, y lo enviaron todo a la tierra de los filisteos por todas partes, para que fuera denunciado a sus ídolos y al pueblo.

10 Y pusieron sus armas en el templo de su dios, y colgaron la cabeza en el templo de Dagón.

11 Y oyendo todos los de Jabes de Galaad lo que los filisteos habían hecho de Saúl,

12 se levantaron todos los hombres valientes, y tomaron el cuerpo de Saúl, y los cuerpos de sus hijos, y los trajeron a Jabes; y enterraron sus huesos debajo del alcornoque en Jabes, y ayunaron siete días.

13 Así murió Saúl por su rebelión con que prevaricó contra el SEÑOR, contra la palabra del SEÑOR, la cual no guardó; y porque consultó a la espiritista, preguntándole,

14 y no consultó al SEÑOR; por esta causa le mató, y traspasó el reino a David, hijo de Jessé.

11 Entonces todo Israel se juntó a David en Hebrón, diciendo: He aquí nosotros somos tu hueso y tu carne.

Y además de esto ayer y anteayer, aun mientras Saúl reinaba, tú sacabas y metías a Israel. También el SEÑOR tu Dios te ha dicho: Tú apacentarás mi pueblo Israel, y tú serás príncipe sobre Israel mi pueblo.

Y vinieron todos los ancianos de Israel al rey en Hebrón, y David hizo con ellos pacto delante del SEÑOR; y ungieron a David por rey sobre Israel, conforme a la palabra del SEÑOR por mano de Samuel.

Entonces se fue David con todo Israel a Jerusalén, la cual es Jebus; porque allí el jebuseo habitaba en aquella tierra.

Y los moradores de Jebus dijeron a David: No entrarás acá. Mas David tomó la fortaleza de Sion, que es la ciudad de David.

Y David dijo: El que primero hiriere al jebuseo, será cabeza y príncipe. Entonces Joab hijo de Sarvia subió el primero, y fue hecho cabeza.

Y David habitó en la fortaleza, y por esto la llamaron la ciudad de David.

Y edificó la ciudad alrededor, desde Millo alrededor; y Joab edificó el resto de la ciudad.

Y David iba adelantando y creciendo, y el SEÑOR de los ejércitos estaba con él.

10 ¶ Estos son los capitanes de los valientes que David tuvo, y los que le fortalecieron en su reino, con todo Israel, para hacerle rey sobre Israel, conforme a la palabra del SEÑOR.

11 Y éste es el número de los valientes que David tuvo: Jasobeam hijo de Hacmoni, príncipe de los treinta, el cual blandió su lanza una vez contra trescientos, a los cuales mató.

12 Tras de éste fue Eleazar hijo de Dodo, ahohíta, el cual era de los tres valientes.

13 Este estuvo con David en Pasdamim, estando allí juntos en batalla los filisteos; y había allí una heredad de tierra llena de cebada, y huyendo el pueblo delante de los filisteos,

14 se pusieron ellos en medio del cultivo, y la defendieron, y vencieron a los filisteos; y los salvó el SEÑOR de gran salvación.

15 Y tres de los treinta principales descendieron a la peña a David, a la cueva de Adulam, estando el campamento de los filisteos en el valle de Refaim.

16 Y David estaba entonces en la fortaleza, y la guarnición de los filisteos estaba en Belén.

17 David deseó entonces, y dijo: ¡Quién me diera a beber de las aguas del pozo de Belén, que está a la puerta!

18 Y aquellos tres irrumpieron por el campamento de los filisteos, y sacaron agua del pozo de Belén, que está a la puerta, y tomaron y la trajeron a David; mas él no la quiso beber, sino que la derramó al SEÑOR, y dijo:

19 Guárdeme mi Dios de hacer esto. ¿Había yo de beber la sangre de estos varones con sus vidas, que con peligro de sus vidas la han traído? Y no la quiso beber. Esto hicieron aquellos tres valientes.

20 Y Abisai, hermano de Joab, era cabeza de tres, el cual blandió su lanza sobre trescientos, a los cuales hirió; y fue entre los tres nombrado.

21 Y fue el más ilustre de los tres en el segundo ternario, y fue príncipe de ellos; mas no llegó a los tres primeros.

22 Benaía hijo de Joiada, hijo de varón de esfuerzo, de grandes hechos, de Cabseel; él venció los dos leones de Moab; también descendió, e hirió un león en mitad de un foso en tiempo de nieve.

23 El mismo venció a un egipcio, hombre de cinco codos de estatura; y el egipcio traía una lanza como un rodillo de un telar; mas él descendió a él con un bastón, y arrebató al egipcio la lanza de la mano, y lo mató con su misma lanza.

24 Esto hizo Benaía hijo de Joiada, y fue nombrado entre los tres valientes.

25 Y fue el más honrado de los treinta, mas no llegó a los tres primeros. A éste puso David en su consejo.

26 Y los valientes de los ejércitos: Asael hermano de Joab, y Elhanan hijo de Dodo de Belén;

27 Samot de Arori, Heles, el pelonita;

28 Ira hijo de Iques, el tecoíta, Abiezer, el anatotita;

29 Sibecai, el husatita, Ilai, el ahohíta;

30 Maharai, el netofatita, Heled hijo de Baana, el netofatita;

31 Itai hijo de Ribai de Gabaa de los hijos de Benjamín, Benaía, el piratonita;

32 Hurai del río Gaas, Abiel, el arbatita;

33 Azmavet, el barhumita, Eliaba, el saalbonita;

34 los hijos de Hasem gizonita, Jonatán hijo de Sage, el ararita;

35 Ahíam hijo de Sacar, el ararita, Elifal hijo de Ur;

36 Hefer, el mequeratita, Ahías, el pelonita;

37 Hezro, el carmelita, Naarai hijo de Ezbai;

38 Joel hermano de Natán, Mibhar hijo de Hagrai;

39 Selec, el amonita, Naharai, el beerotita, escudero de Joab hijo de Sarvia;

40 Ira, el itrita, Gareb, el itrita;

41 Urías, el heteo, Zabad hijo de Ahlai;

42 Adina hijo de Siza, el rubenita, príncipe de los rubenitas, y con él treinta;

43 Hanán hijo de Maaca, y Josafat, el mitnita;

44 Uzías, el astarotita, Sama y Jehiel hijos de Hotam, el aroerita;

45 Jediael hijo de Simri, y Joha su hermano, el tizita;

46 Eliel de Mahavi, Jerebai y Josavía hijos de Elnaam, e Itma, el moabita;

47 Eliel, Obed, y Jaasiel de Mesobia.

12 Estos son los que vinieron ante David en Siclag, estando él aún encerrado por causa de Saúl hijo de Cis; y eran de los valientes ayudadores de la guerra.

Estaban armados de arcos, y usaban de ambas manos en tirar piedras con honda, y saetas con arco, de los hermanos de Saúl de Benjamín.

El principal era Ahiezer, después Joás, hijos de Semaa, el gabaatita; Jeziel, y Pelet, hijos de Azmavet, Beraca, y Jehú, el anatotita;

e Ismaías, el gabaonita, valiente entre los treinta, y más que los treinta; y Jeremías, Jahaziel, Johanán, Jozabad, el gederatita,

Eluzai, Jerimot, Bealías, Semarías, Sefatías, el harufita;

Elcana, Isías, Azareel, Joezer, y Jasobeam, de Coré;

y Joela, y Zebadías, hijos de Jeroham de Gedor.

También de los de Gad huyeron a David, estando en la fortaleza en el desierto, muy valientes hombres de guerra para pelear, puestos en orden con escudo y pavés; sus rostros como rostros de leones, y ligeros como las cabras monteses.

Ezer era el capitán, Obadías el segundo, Eliab el tercero,

10 Mismana el cuarto, Jeremías el quinto,

11 Atai el sexto, Eliel el séptimo,

12 Johanán el octavo, Elzabad el noveno,

13 Jeremías el décimo, Macbanai el undécimo.

14 Estos fueron capitanes del ejército de los hijos de Gad. El menor de ellos tenía a cargo cien hombres, y el mayor de mil.

15 Estos pasaron el Jordán en el mes primero, cuando se había desbordado sobre todas sus riberas; e hicieron huir a todos los de los valles al oriente y al poniente.

16 Asimismo algunos de los hijos de Benjamín y de Judá vinieron a David a la fortaleza.

17 Y David salió a ellos, y les habló diciendo: Si habéis venido a mí para paz y para ayudarme, mi corazón será unido con vosotros; mas si para engañarme en pro de mis enemigos, siendo mis manos sin violencia, véalo el Dios de nuestros padres, y demándelo.

18 Entonces se envistió el espíritu en Amasai, príncipe de treinta, y dijo: Por ti, oh David, y contigo, oh hijo de Jessé. Paz, paz contigo, y paz con tus ayudadores; pues que también tu Dios te ayuda. Y David los recibió, y los puso entre los capitanes de la cuadrilla.

19 También se pasaron a David algunos de Manasés, cuando vino con los filisteos a la batalla contra Saúl, aunque no les ayudaron; porque los cardinales de los filisteos, habido consejo, le despidieron, diciendo: Con nuestras cabezas se pasará a su señor Saúl.

20 Así que viniendo él a Siclag, se pasaron a él de los de Manasés, Adnas, Jozabad, Jediaiel, Micael, Jozabad, Eliú, y Ziletai, cabezas de millares de los de Manasés.

21 Estos ayudaron a David con una compañía; porque todos ellos eran hombres valientes, y fueron capitanes en el ejército.

22 Porque entonces todos los días venía ayuda a David, hasta hacerse un gran campamento, como el campamento de Dios.

23 Y éste es el número de las cabezas de los que estaban a punto de guerra, y vinieron a David en Hebrón, para traspasarle el reino de Saúl, conforme a la palabra del SEÑOR.

24 De los hijos de Judá que traían escudo y lanza, seis mil ochocientos, a punto de guerra.

25 De los hijos de Simeón, hombres valientes de gran valor para la guerra, siete mil cien.

26 De los hijos de Leví, cuatro mil seiscientos;

27 asimismo Joiada, príncipe de los del linaje de Aarón, y con él tres mil setecientos;

28 y Sadoc, joven valiente de valor, y de la casa de su padre veintidós príncipes.

29 De los hijos de Benjamín hermanos de Saúl, tres mil; porque aun en aquel tiempo muchos de ellos tenían la guardia de la casa de Saúl.

30 Y de los hijos de Efraín, veinte mil ochocientos, valientes de gran valor, varones ilustres en las casas de sus padres.

31 De la media tribu de Manasés, dieciocho mil, los cuales fueron designados por sus nombres para venir a poner a David por rey.

32 Y de los hijos de Isacar, doscientos príncipes, entendidos en los tiempos, y sabios de lo que Israel debía hacer, cuyo dicho seguían todos sus hermanos.

33 Y de Zabulón cincuenta mil, que salían a batalla en orden a la guerra, con toda clase de armas de guerra, dispuestos a pelear sin doblez de corazón.

34 Y de Neftalí mil príncipes, y con ellos treinta y siete mil con escudo y lanza.

35 De los de Dan, dispuestos a pelear, veintiocho mil seiscientos.

36 Y de Aser, a punto de guerra y aparejados a pelear, cuarenta mil.

37 Y del otro lado del Jordán, de los de Rubén y de los de Gad y de la media tribu de Manasés, ciento veinte mil con toda suerte de armas de guerra.

38 Todos estos hombres de guerra, ordenados para guerrear, vinieron con corazón perfecto a Hebrón, para poner a David por rey sobre todo Israel; y asimismo todos los demás de Israel tenían un mismo corazón para poner a David por rey.

39 Y estuvieron allí con David tres días comiendo y bebiendo, porque sus hermanos habían preparado para ellos.

40 Y asimismo los que les eran vecinos, hasta Isacar y Zabulón y Neftalí, trajeron pan en asnos, camellos, mulos, y bueyes; comida, y harina, masas de higos, y pasas, vino, y aceite, bueyes y ovejas en abundancia, porque en Israel había alegría.

13 Entonces David tomó consejo con los capitanes de los millares y de los cientos, y con todos los príncipes.

Y dijo David a todo la congregación de Israel: Si os parece bien y del SEÑOR nuestro Dios, enviaremos a todas partes a llamar nuestros hermanos que han quedado en todas las tierras de Israel, y a los sacerdotes y levitas que están con ellos en sus ciudades y ejidos que se junten con nosotros;

y traigamos el arca de nuestro Dios a nosotros, porque desde el tiempo de Saúl no hemos hecho caso de ella.

Y dijo toda la congregación que se hiciera así, porque la cosa parecía bien a todo el pueblo.

Entonces juntó David a todo Israel, desde Sihor de Egipto hasta entrar en Hamat, para que trajeran el arca de Dios de Quiriat-jearim.

Y subió David con todo Israel a Baala de Quiriat-jearim, que es en Judá, para pasar de allí el arca del SEÑOR Dios que habita entre los querubines, sobre la cual su nombre es invocado.

Y llevaron el arca sobre un carro nuevo de la casa de Abinadab, y Uza y su hermano guiaban el carro.

Y David y todo Israel se regocijaban delante de Dios con todas sus fuerzas, con canciones, arpas, salterios, tamboriles, címbalos y trompetas.

Y cuando llegaron a la era de Quidón, Uza extendió su mano al arca para tenerla, porque los bueyes se apartaban.

10 Y el furor del SEÑOR se encendió contra Uza, y le hirió, porque había extendido su mano al arca; y murió allí delante de Dios.

11 Y David tuvo pesar, porque el SEÑOR había hecho rotura en Uza; por lo que llamó aquel lugar Pérez-uza (división o rotura de Uza), hasta hoy.

12 Y David temió a Dios aquel día, y dijo: ¿Cómo he de traer a casa conmigo el arca de Dios?

13 Y no trajo David el arca a su casa en la ciudad de David, sino la llevó a casa de Obed-edom geteo.

14 Y el arca estuvo en casa de Obed-edom, en su casa, tres meses; y bendijo el SEÑOR la casa de Obed-edom, y todas las cosas que tenía.

14 E Hiram rey de Tiro envió embajadores a David, y madera de cedro, y albañiles y carpinteros, que le edificaran una casa.

Y entendiendo David que el SEÑOR lo había confirmado por rey sobre Israel, y que había ensalzado su reino sobre su pueblo Israel,

tomó aun David mujeres en Jerusalén, y engendró David aun hijos e hijas.

Y éstos son los nombres de los que le nacieron en Jerusalén: Samúa, Sobab, Natán, Salomón,

Ibhar, Elisúa, Elpelet,

Noga, Nefeg, Jafía,

Elisama, Beeliada y Elifelet.

¶ Y oyendo los filisteos que David había sido ungido por rey sobre todo Israel, subieron todos los filisteos en busca de David. Y cuando David lo oyó, salió contra ellos.

Y vinieron los filisteos y se extendieron por el valle de Refaim.

10 Y David consultó a Dios, diciendo: ¿Subiré contra los filisteos? ¿Los entregarás en mi mano? Y el SEÑOR le dijo: Sube, que yo los entregaré en tus manos.

11 Entonces subieron a Baal-perazim, y allí los hirió David. Dijo luego David: Dios ha partido mis enemigos por mi mano, como se parten las aguas. Por esto llamaron el nombre de aquel lugar Baal-perazim.

12 Y dejaron allí sus dioses, y David dijo que los quemaran al fuego.

13 Y volviendo los filisteos a extenderse por el valle,

14 David volvió a consultar a Dios, y Dios le dijo: No subas tras ellos, sino rodéalos, para venir a ellos por delante de los morales;

15 y cuando oyeres venir un estruendo por las copas de los morales, sal luego a la batalla; porque Dios saldrá delante de ti, y herirá el campamento de los filisteos.

16 Hizo, pues, David como Dios le mandó, e hirieron al ejército de los filisteos desde Gabaón hasta Gezer.

17 Y el nombre de David fue divulgado por todas aquellas tierras; y puso el SEÑOR el temor de David sobre todos los gentiles.

15 Hizo también casas para sí en la ciudad de David, y labró un lugar para el arca de Dios, y le tendió una tienda.

Entonces dijo David: El arca de Dios no debe ser traída sino por los levitas; porque a ellos ha elegido el SEÑOR para que lleven el arca del SEÑOR, y le sirvan perpetuamente.

Y juntó David a todo Israel en Jerusalén, para que pasaran el arca del SEÑOR a su lugar, el cual le había él preparado.

Juntó también David a los hijos de Aarón y a los levitas;

de los hijos de Coat, Uriel el principal, y sus hermanos, ciento veinte;

de los hijos de Merari, Asaías el principal, y sus hermanos, doscientos veinte;

de los hijos de Gersón, Joel el principal, y sus hermanos, ciento treinta;

de los hijos de Elizafán, Semaías el principal, y sus hermanos, doscientos;

de los hijos de Hebrón, Eliel el principal, y sus hermanos, ochenta;

10 de los hijos de Uziel, Aminadab el principal, y sus hermanos, ciento doce.

11 Y llamó también David a Sadoc y a Abiatar, sacerdotes, y a los levitas, Uriel, Asaías, Joel, Semaías, Eliel, y Aminadab;

12 y les dijo: Vosotros que sois los principales padres entre los levitas, santificaos a vosotros y a vuestros hermanos, y pasad el arca del SEÑOR Dios de Israel al lugar que le he preparado;

13 pues por no haberlo hecho así vosotros la primera vez, el SEÑOR nuestro Dios hizo en nosotros rotura, por cuanto no le buscamos según su ordenanza.

14 Así los sacerdotes y los levitas se santificaron para traer el arca del SEÑOR Dios de Israel.

15 Y los hijos de los levitas trajeron el arca de Dios puesta sobre sus hombros en las barras, como lo había mandado Moisés conforme a la palabra del SEÑOR.

16 Asimismo dijo David a los principales de los levitas, que constituyeran de sus hermanos cantores, con instrumentos de música, con salterios, arpas, y címbalos, que resonaran, y alzaran la voz en alegría.

17 Y los levitas constituyeron a Hemán hijo de Joel; y de sus hermanos, a Asaf hijo de Berequías; y de los hijos de Merari y de sus hermanos, a Etán hijo de Cusaías;

18 y con ellos a sus hermanos del segundo orden, a Zacarías, Ben y Jaaziel, Semiramot, Jehiel, Uni, Eliab, Benaía, Maasías, Matatías, Elifelehu, Micnías, Obed-edom, y Jeiel, los porteros.

19 Así Hemán, Asaf, y Etán, que eran cantores, alzaban su voz con címbalos de bronce.

20 Y Zacarías, Jaaziel, Semiramot, Jehiel, Uni, Eliab, Maasías, y Benaía, con salterios sobre Alamot.

21 Y Matatías, Elifelehu, Micnías, Obed-edom, Jeiel, y Azazías, cantaban con arpas en la octava sobresaliendo.

22 Y Quenanías, príncipe de los levitas en la profecía, porque él presidía en la profecía, porque era entendido.

23 Y Berequías y Elcana eran los porteros del arca.

24 Y Sebanías, Josafat, Natanael, Amasai, Zacarías, Benaía, y Eliezer, los sacerdotes, tocaban las trompetas delante del arca de Dios; Obed-edom y Jehías eran también porteros del arca.

25 David pues y los ancianos de Israel, y los capitanes de los millares fueron a traer el arca del pacto del SEÑOR de casa de Obed-edom, con alegría.

26 Y ayudando Dios a los levitas que llevaban el arca del pacto del SEÑOR, sacrificaban siete bueyes y siete carneros.

27 Y David iba vestido de lino fino y también todos los levitas que llevaban el arca, y asimismo los cantores; y Quenanías era príncipe de la profecía de los cantores. Y llevaba David sobre sí un efod de lino.

28 De esta manera todo Israel llevaba el arca del pacto del SEÑOR, con gritos y sonido de shofar, y trompetas, címbalos, salterios, y arpas, haciendo sonido.

29 Y cuando el arca del pacto del SEÑOR llegó a la ciudad de David, Mical, hija de Saúl, mirando por una ventana, vio al rey David que saltaba y bailaba; y le menospreció en su corazón.

16 Así trajeron el arca de Dios, y la asentaron en medio de la tienda que David había tendido para ella; y ofrecieron holocaustos y pacíficos delante de Dios.

Y cuando David hubo acabado de ofrecer el holocausto y los pacíficos, bendijo al pueblo en el nombre del SEÑOR.

Y repartió a todo Israel, así a hombres como a mujeres, a cada uno una torta de pan, y una pieza de carne, y un frasco de vino.

Y puso delante del arca del SEÑOR ministros de los levitas, para que recordaran, y confesaran, y loaran al SEÑOR Dios de Israel:

Asaf era el primero, el segundo después de él Zacarías, Jeiel, Semiramot, Jeiel, Matatías, Eliab, Benaía, Obed-edom, y Jehiel, con sus instrumentos de salterios y arpas; y Asaf resonaba con címbalos;

y Benaía y Jahaziel, sacerdotes, continuamente con trompetas delante del arca del pacto de Dios.

¶ Entonces, en aquel día, dio David principio a confesar al SEÑOR por mano de Asaf y de sus hermanos:

Confesad al SEÑOR, invocad su nombre, haced notorias en los pueblos sus obras.

Cantad a él, cantadle salmos; hablad de todas sus maravillas.

10 Gloriaos en su santo nombre; alégrese el corazón de los que buscan al SEÑOR.

11 Buscad al SEÑOR y su fortaleza; buscad su rostro continuamente.

12 Haced memoria de sus maravillas que ha obrado, de sus prodigios, y de los juicios de su boca,

13 oh vosotros, simiente de Israel su esclavo, hijos de Jacob, sus escogidos.

14 El SEÑOR, él es nuestro Dios; sus juicios, en toda la tierra.

15 Haced memoria de su pacto perpetuamente, y de la palabra que él mandó en mil generaciones.

16 El pacto que cortó con Abraham, y de su juramento a Isaac;

17 la cual él confirmó a Jacob por estatuto, y a Israel en pacto eterno,

18 diciendo: A ti daré la tierra de Canaán, cuerda de vuestra herencia;

19 siendo vosotros pocos hombres en número, y peregrinos en ella.

20 Y anduvieron de nación en nación, y de un reino a otro pueblo.

21 No permitió que nadie los oprimiera; antes por amor de ellos castigó a los reyes.

22 No toquéis, dijo, a mis ungidos, ni hagáis mal a mis profetas.

23 Cantad al SEÑOR, toda la tierra; anunciad de día en día su salud.

24 Declarad entre los gentiles su gloria, y en todos los pueblos sus maravillas.

25 Porque grande es el SEÑOR, y digno de ser grandemente loado, y de ser temido sobre todos los dioses.

26 Porque todos los dioses de los pueblos no son nada; mas el SEÑOR hizo los cielos.

27 Potencia y hermosura están delante de él; fortaleza y alegría en su morada.

28 Atribuid al SEÑOR, oh familias de los pueblos, atribuid al SEÑOR gloria y potencia.

29 Atribuid al SEÑOR la gloria de su nombre; traed presente, y venid delante de él; postraos delante del SEÑOR en la hermosura de su santidad.

30 Temed delante de su presencia, toda la tierra; que el mundo está aún afirmado para que no se conmueva.

31 Los cielos se alegren, y la tierra se goce, y digan entre los gentiles: Reina el SEÑOR.

32 El mar truene, y todo lo que en él está; alégrese el campo, y todo lo que contiene.

33 Entonces cantarán los árboles de los bosques delante del SEÑOR, porque viene a juzgar la tierra.

34 Confesad al SEÑOR, porque es bueno; porque su misericordia es eterna.

35 Y decid: Sálvanos, oh Dios, salud nuestra; júntanos, y líbranos de los gentiles, para que confesemos tu santo nombre, y nos gloriemos en tu alabanza.

36 Bendito sea el SEÑOR Dios de Israel, de eternidad a eternidad; y digan todos los pueblos, Amén; y alabanza al SEÑOR.

37 Y dejó allí, delante del arca del pacto del SEÑOR, a Asaf y a sus hermanos, para que ministraran de continuo delante del arca, cada cosa en su día.

38 Y a Obed-edom y a sus hermanos, sesenta y ocho; y a Obed-edom hijo de Jedutún, y a Asa, por porteros.

39 Y a Sadoc el sacerdote, y a sus hermanos los sacerdotes, delante del tabernáculo del SEÑOR en el lugar alto que estaba en Gabaón,

40 para que sacrificaran continuamente, a mañana y tarde, holocaustos al SEÑOR en el altar del holocausto, conforme a todo lo que está escrito en la ley del SEÑOR, que él mandó a Israel;

41 y con ellos a Hemán y a Jedutún, y los otros escogidos declarados por sus nombres, para confesar al SEÑOR, porque su misericordia es eterna.

42 Y con ellos a Hemán y a Jedutún con trompetas y címbalos para sonar, con otros instrumentos de música de Dios; y los hijos de Jedutún, por porteros.

43 Y todo el pueblo se fue cada uno a su casa; y David se volvió para bendecir su casa.

17 Y aconteció que morando David en su casa, David dijo al profeta Natán: He aquí yo habito en casa de cedro, y el arca del pacto del SEÑOR debajo de cortinas.

Y Natán dijo a David: Haz todo lo que está en tu corazón, porque Dios está contigo.

En aquella misma noche vino palabra de Dios a Natán, diciendo:

Ve y di a David mi esclavo: Así dijo el SEÑOR: no me edificarás casa en que habite;

porque no he habitado en casa alguna desde el día que saqué a los hijos de Israel hasta hoy; antes estuve de tienda en tienda, y de tabernáculo en tabernáculo.

En todo cuanto anduve con todo Israel ¿hablé una palabra a alguno de los jueces de Israel, a los cuales mandé que apacentaran mi pueblo, para decirles: Por qué no me edificáis una casa de cedro?

Por tanto, ahora dirás a mi esclavo David: Así dijo el SEÑOR de los ejércitos: Yo te tomé del redil, de detrás de las ovejas, para que fueras príncipe sobre mi pueblo Israel;

y he estado contigo en todo cuanto has andado; y he talado a todos tus enemigos de delante de ti, y te he hecho grande nombre, como el nombre de los grandes que son en la tierra.

Asimismo he dispuesto lugar a mi pueblo Israel, y lo he plantado para que habite por sí, y que no sea más conmovido; ni los hijos de iniquidad lo consumirán más, como antes,

10 desde el tiempo que puse los jueces sobre mi pueblo Israel. He humillado a todos tus enemigos, y te anuncio: El SEÑOR te ha de edificar casa.

11 Y será que, cuando tus días fueren cumplidos para irte con tus padres, despertaré tu simiente después de ti, la cual será de tus hijos, y afirmaré su reino.

12 El me edificará Casa, y yo confirmaré su trono eternalmente.

13 Yo le seré por padre, y él me será por hijo; y no quitaré de él mi misericordia, como la quité de aquel que fue antes de ti;

14 mas yo lo confirmaré en mi Casa y en mi Reino eternalmente; y su trono será firme para siempre.

15 Conforme a todas estas palabras, y conforme a toda esta visión, así habló Natán a David.

16 ¶ Y entró el rey David, y se sentó delante del SEÑOR, y dijo: SEÑOR Dios, ¿quién soy yo, y cuál es mi casa, que me has traído hasta este lugar?

17 Y aun esto, oh Dios, te ha parecido poco, pues que has hablado de la casa de tu esclavo para más lejos, y me has mirado como a un hombre excelente, oh SEÑOR Dios.

18 ¿Qué más puede añadir David pidiendo de ti para glorificar a tu esclavo? Mas tú conoces a tu esclavo.

19 Oh SEÑOR, por amor de tu esclavo y según tu corazón, has hecho toda esta grandeza, para hacer notorias todas tus grandezas.

20 SEÑOR, no hay semejante a ti, ni hay Dios sino tú, según todas las cosas que hemos oído con nuestros oídos.

21 ¿Y qué gente hay en la tierra como tu pueblo Israel, cuyo Dios fuera y se rescatara un pueblo, para hacerte nombre con grandezas y maravillas, echando a los gentiles de delante de tu pueblo, que tú redimiste de Egipto?

22 Tú has constituido a tu pueblo Israel por pueblo tuyo para siempre; y tú, el SEÑOR, has venido a ser su Dios.

23 Ahora pues, SEÑOR, la palabra que has hablado acerca de tu esclavo y de su casa, sea firme para siempre, y haz como has dicho.

24 Permanezca, pues, y sea engrandecido tu nombre para siempre, a fin de que se diga: El SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel, es Dios para Israel. Y sea la casa de tu esclavo David firme delante de ti.

25 Porque tú, Dios mío, revelaste al oído a tu esclavo que le has de edificar casa; por eso ha hallado tu esclavo motivo de orar delante de ti.

26 Ahora pues, SEÑOR, tú eres el Dios que has hablado de tu esclavo este bien;

27 y ahora has querido bendecir la casa de tu esclavo, para que permanezca perpetuamente delante de ti; porque tú, SEÑOR, la has bendecido, y será bendita para siempre.

18 Después de estas cosas aconteció que David hirió a los filisteos, y los humilló; y tomó a Gat y a sus villas de mano de los filisteos.

También hirió a Moab; y los moabitas fueron esclavos de David trayéndole presentes.

Asimismo hirió David a Hadad-ezer rey de Soba, en Hamat, yendo él a asegurar su dominio al río Eufrates.

Y les tomó David mil carros, y siete mil caballos, y veinte mil hombres de a pie; y desjarretó David los caballos de todos los carros, excepto los de cien carros que dejó.

Y viniendo Siria, la de Damasco, en ayuda de Hadad-ezer rey de Soba, David hirió de los sirios veintidós mil varones.

Y puso David guarnición en Siria, la de Damasco, y los sirios fueron hechos esclavos de David, trayéndole presentes; porque el SEÑOR salvaba a David dondequiera que iba.

Tomó también David los escudos de oro que llevaban los esclavos de Hadad-ezer, y los trajo a Jerusalén.

Asimismo de Tibhat y de Cun ciudades de Hadad-ezer, tomó David muchísimo bronce, con el que Salomón hizo el mar de bronce, las columnas, y los vasos de bronce.

Y oyendo Toi rey de Hamat, que David había deshecho todo el ejército de Hadad-ezer, rey de Soba,

10 envió a Adoram su hijo al rey David, a saludarle y a bendecirle por haber peleado con Hadad-ezer, y haberle vencido; porque Toi tenía guerra con Hadad-ezer. Y le envió toda suerte de vasos de oro, de plata y de bronce;

11 los cuales el rey David dedicó al SEÑOR, con la plata y el oro que había tomado de todos estos gentiles, de Edom, de Moab, de los hijos de Hamón, de los filisteos, y de Amalec.

12 También Abisai hijo de Sarvia hirió a Edom en el valle de la Sal a dieciocho mil hombres.

13 Y puso guarnición en Edom, y todos los idumeos fueron esclavos de David; porque el SEÑOR guardaba a David dondequiera que iba.

14 Y reinó David sobre todo Israel, y hacía juicio y justicia a todo su pueblo.

15 Y Joab hijo de Sarvia era general del ejército; y Josafat hijo de Ahilud, escritor de crónicas;

16 y Sadoc hijo de Ahitob, y Abimelec hijo de Abiatar, eran sacerdotes; y Savsa, escriba;

17 y Benaía hijo de Joiada era sobre los cereteos y peleteos; y los hijos de David eran los primeros, a la mano del rey.

19 Después de estas cosas aconteció que murió Nahas rey de los hijos de Amón, y reinó en su lugar su hijo.

Y dijo David: Haré misericordia con Hanán hijo de Nahas, porque también su padre hizo conmigo misericordia. Así David envió embajadores que lo consolaran de la muerte de su padre. Mas venidos los esclavos de David en la tierra de los amonitas a Hanán, para consolarle,

los príncipes de los hijos de Amón dijeron a Hanán: ¿A tu parecer honra David a tu padre, que te ha enviado consoladores? ¿No vienen antes sus esclavos a ti para escudriñar, e inquirir, y reconocer la tierra?

Entonces Hanán tomó los esclavos de David, y los rapó, y les cortó los vestidos por la mitad, hasta las partes vergonzosas, y los despachó.

Se fueron, pues, y fue dada la nueva a David de aquellos varones, y él envió a recibirles, porque estaban muy afrentados. Y les dijo el rey: Estaos en Jericó hasta que os crezca la barba, y entonces volveréis.

Y viendo los hijos de Amón que se habían hecho odiosos a David, Hanán y los hijos de Amón enviaron mil talentos de plata, para tomar a sueldo carros y gente de a caballo de la Siria de los ríos, de la Siria de Maaca, y de Soba.

Y tomaron a sueldo treinta y dos mil carros, y al rey de Maaca y a su pueblo, los cuales vinieron y asentaron su campamento delante de Medeba. Y se juntaron también los hijos de Amón de sus ciudades, y vinieron a la guerra.

Oyéndolo David, envió a Joab y a todo el ejército de los hombres valientes.

Y los hijos de Amón salieron, y ordenaron su escuadrón a la entrada de la ciudad; y los reyes que habían venido, estaban por sí en el campo.

10 Y viendo Joab que la faz de la batalla estaba contra él delante y a las espaldas, escogió de todos los más escogidos que había en Israel, y ordenó su escuadrón contra los sirios.

11 Puso luego el resto de la gente en mano de Abisai su hermano, ordenándolos en escuadrón contra los amonitas.

12 Y dijo: Si los sirios fueren más fuertes que yo, tú me salvarás; y si los amonitas fueren más fuertes que tú, yo te salvaré.

13 Esfuérzate, y esforcémonos por nuestro pueblo, y por las ciudades de nuestro Dios; y haga el SEÑOR lo que bien le pareciere.

14 Se acercó luego Joab y el pueblo que tenía consigo, para pelear contra los sirios; mas ellos huyeron delante de él.

15 Entonces los hijos de Amón, viendo que los Sirios habían huido, huyeron también ellos delante de Abisai su hermano, y entraron en la ciudad. Y Joab se volvió a Jerusalén.

16 Y viendo los sirios que habían caído delante de Israel, enviaron embajadores, y trajeron a los sirios que estaban al otro lado del río, cuyo capitán era Sofac, general del ejército de Hadad-ezer.

17 Y cuando el aviso fue dado a David, juntó a todo Israel, y pasando el Jordán vino a ellos, y ordenó contra ellos su ejército. Y cuando David hubo ordenado su tropa contra ellos, pelearon contra él los sirios.

18 Mas el sirio huyó delante de Israel; y mató David de los sirios los de siete mil carros, y cuarenta mil hombres de a pie; asimismo mató a Sofac, general del ejército.

19 Y viendo los esclavos de Hadad-ezer que habían caído delante de Israel, concertaron paz con David, y fueron sus siervos; y nunca más quiso el sirio ayudar a los hijos de Amón.

20 Y aconteció a la vuelta del año, en el tiempo que suelen los reyes salir a la guerra, que Joab sacó las fuerzas del ejército, y destruyó la tierra de los hijos de Amón, y vino y cercó a Rabá. Mas David estaba en Jerusalén; y Joab batió a Rabá, y la destruyó.

Y David tomó la corona de su rey de encima de su cabeza, y la halló de peso de un talento de oro, y había en ella piedras preciosas; y fue puesta sobre la cabeza de David.Y además de esto sacó de la ciudad un muy gran despojo.

Sacó también al pueblo que estaba en ella, e hizo señorío sobre ellos haciéndoles trabajar con sierras, y con trillos de hierro, y segures. Lo mismo hizo David a todas las ciudades de los hijos de Amón. Y se volvió David con todo el pueblo a Jerusalén.

¶ Después de esto aconteció que se levantó guerra en Gezer con los filisteos; e hirió Sibecai, el husatita a Sipai, del linaje de los gigantes; y fueron humillados.

Y volvió a levantarse guerra con los filisteos; e hirió Elhanán hijo de Jair a Lahmi, hermano de Goliat, el geteo, el asta de cuya lanza era como un rodillo de un telar.

Y volvió a haber guerra en Gat, donde hubo un hombre de gran estatura, el cual tenía seis dedos en sus pies y seis dedos en sus manos, en total veinticuatro; y también era hijo del gigante.

Denostó él a Israel, mas lo hirió Jonatán, hijo de Simea hermano de David.

Estos fueron hijos del gigante en Gat, los cuales cayeron por mano de David y de sus esclavos.

21 Mas Satanás se levantó contra Israel, e incitó a David a que contara a Israel.

Y dijo David a Joab y a los príncipes del pueblo: Id, contad a Israel desde Beerseba hasta Dan, y traedme el número de ellos para que yo lo sepa.

Y dijo Joab: Añada el SEÑOR a su pueblo cien veces otros tantos. Rey señor mío, ¿no son todos estos esclavos de mi señor? ¿Para qué procura mi señor esto, para que sea por culpabilidad a Israel?

Mas el mandamiento del rey pudo más que Joab. Salió, por tanto, Joab, y fue por todo Israel; y volvió a Jerusalén. Y Joab dio la cuenta del número del pueblo a David.

Y se halló en todo Israel que sacaban espada, once veces cien mil; y de Judá cuatrocientos setenta mil hombres que sacaban espada.

Entre éstos no fueron contados los levitas, ni los hijos de Benjamín, porque Joab abominaba el mandamiento del rey.

Este mandamiento también desagradó a los ojos de Dios, e hirió a Israel.

Y dijo David a Dios: He pecado gravemente en hacer esto; te ruego que hagas pasar la iniquidad de tu esclavo, porque yo he hecho muy locamente.

Y habló el SEÑOR a Gad, vidente de David, diciendo:

10 Vé, y habla a David, y dile: Así dijo el SEÑOR: Tres cosas te propongo; escoge de ellas una que yo haga contigo.

11 Y viniendo Gad a David, le dijo: Así dijo el SEÑOR:

12 Escógete, o tres años de hambre; o que por tres meses seas consumido delante de tus enemigos, y que la espada de tus adversarios te alcance; o por tres días la espada del SEÑOR y pestilencia en la tierra, y que el ángel del SEÑOR destruya en todo el término de Israel; mira pues qué he de responder al que me ha enviado.

13 Entonces David dijo a Gad: Estoy en gran angustia; ruego que yo caiga en la mano del SEÑOR; porque sus misericordias son muchas en extremo, y que no caiga yo en manos de hombres.

14 Así el SEÑOR dio pestilencia en Israel, y cayeron de Israel setenta mil hombres.

15 ¶ Y envió el SEÑOR el ángel a Jerusalén para destruirla; pero estando él destruyendo, miró el SEÑOR, y se arrepintió de aquel mal. Y dijo al ángel que destruía: Basta; detén tu mano. Y el ángel del SEÑOR estaba junto a la era de Ornán, el jebuseo.

16 Y alzando David sus ojos, vio al ángel del SEÑOR, que estaba entre el cielo y la tierra, teniendo una espada desnuda en su mano extendida contra Jerusalén. Entonces David y los ancianos se postraron sobre sus rostros, cubiertos de cilicio.

17 Y dijo David a Dios: ¿No soy yo el que hizo contar al pueblo? Yo mismo soy el que pequé, y ciertamente he hecho mal; mas estas ovejas, ¿qué han hecho? SEÑOR Dios mío, sea ahora tu mano contra mí, y contra la casa de mi padre, y no haya plaga en tu pueblo.

18 Y dijo el ángel del SEÑOR a Gad que dijera a David, que subiera y compusiera un altar al SEÑOR en la era de Ornán, el jebuseo.

19 Entonces David subió, conforme a la palabra de Gad que le había dicho en nombre del SEÑOR.

20 Y volviéndose Ornán vio al ángel; y estaban con él cuatro hijos suyos, los cuales se escondieron. Y Ornán trillaba el trigo.

21 Y viniendo David a Ornán, miró Ornán y vio a David; y saliendo de la era, se postró en tierra ante David.

22 Y dijo David a Ornán: Dame este lugar de la era, en que edifique un altar al SEÑOR, y dámelo por su cabal precio, para que cese la plaga del pueblo.

23 Y Ornán respondió a David: Tómalo para ti, y haga mi señor el rey lo que bien le pareciere; y aun los bueyes daré para el holocausto, y los trillos para leña, y trigo para el presente; yo lo doy todo.

24 Entonces el rey David dijo a Ornán: No, sino que efectivamente la compraré por su justo precio; porque no tomaré para el SEÑOR lo que es tuyo, ni sacrificaré holocausto sin costo.

25 Y dio David a Ornán por el lugar seiscientos siclos de oro por peso.

26 Y edificó allí David un altar al SEÑOR, en el cual sacrificó holocaustos y sacrificios pacíficos, e invocó al SEÑOR, el cual le respondió por fuego desde los cielos en el altar del holocausto.

27 Y cuando el SEÑOR habló al ángel, él volvió su espada a la vaina.

28 Entonces viendo David que el SEÑOR le había oído en la era de Ornán, el jebuseo, sacrificó allí.

29 Y el tabernáculo del SEÑOR que Moisés había hecho en el desierto, y el altar del holocausto, estaban entonces en el lugar alto de Gabaón;

30 mas David no pudo ir allá a consultar a Dios, porque estaba espantado a causa de la espada del ángel del SEÑOR.

22 Y dijo David: Esta será la Casa del SEÑOR Dios, y éste será el altar del holocausto para Israel.

Después mandó David que se juntaran los extranjeros que estaban en la tierra de Israel, e hizo de ellos canteros, que labraran piedras para edificar la Casa de Dios.

Asimismo aparejó David mucho hierro para la clavazón de las puertas, y para las junturas; y mucho bronce sin peso, y madera de cedro sin cuenta.

Porque los sidonios y tirios habían traído a David madera de cedro innumerable.

Y dijo David: Salomón mi hijo es aún muchacho y tierno, y la Casa que se ha de edificar al SEÑOR ha de ser magnífica por excelencia, para nombre y honra en todas las tierras; ahora pues yo le aparejaré lo necesario. Y preparó David antes de su muerte en gran abundancia.

Llamó entonces David a Salomón su hijo, y le mandó que edificara Casa al SEÑOR Dios de Israel.

Y dijo David a Salomón: Hijo mío, en mi corazón tuve el edificar templo al nombre del SEÑOR mi Dios.

Mas vino a mí palabra del SEÑOR, diciendo: Tú has derramado mucha sangre, y has traído grandes guerras; no edificarás casa a mi nombre, porque has derramado mucha sangre en la tierra delante de mí.

He aquí, un hijo te nacerá, el cual será varón de reposo, porque yo le daré quietud de todos sus enemigos en derredor; por tanto su nombre será Salomón; y yo daré paz y reposo sobre Israel en sus días.

10 El edificará Casa a mi nombre, y él me será a mí por hijo, y yo le seré por padre; y afirmaré el trono de su reino sobre Israel para siempre.

11 Ahora pues, hijo mío, sea contigo el SEÑOR, y seas prosperado, y edifiques Casa al SEÑOR tu Dios, como él ha dicho de ti.

12 Y el SEÑOR te dé entendimiento y prudencia, y él te dé mandamientos para Israel; y que guardes la ley del SEÑOR tu Dios.

13 Entonces serás prosperado, si guardares para hacer los estatutos y derechos que el SEÑOR mandó a Moisés sobre Israel. Esfuérzate pues, y cobra ánimo; no temas, ni desmayes.

14 He aquí, yo en mi estrechez he preparado para la Casa del SEÑOR cien mil talentos de oro, y un millar de millares de talentos de plata; no tiene peso el bronce ni el hierro, porque es mucho. Asimismo he preparado madera y piedra, a lo cual añadirás.

15 Tú tienes contigo muchos oficiales, canteros, albañiles, y carpinteros, y todo hombre experto en toda obra.

16 Del oro, de la plata, del bronce, y del hierro, no hay número. Levántate pues, y a la obra; que el SEÑOR será contigo.

17 Asimismo mandó David a todos los príncipes de Israel que dieran ayuda a Salomón su hijo, diciendo:

18 ¿No es con vosotros el SEÑOR vuestro Dios, el cual os ha dado quietud de todas partes? Porque él ha entregado en mi mano los moradores de la tierra, y la tierra ha sido sujetada delante del SEÑOR, y delante de su pueblo.

19 Poned, pues, ahora vuestros corazones y vuestras almas en buscar al SEÑOR vuestro Dios; y levantaos, y edificad el santuario del SEÑOR Dios, para traer el arca del pacto del SEÑOR, y los santos vasos de Dios, a la Casa edificada al nombre del SEÑOR.

23 Siendo, pues, David ya viejo y lleno de días, hizo a Salomón su hijo rey sobre Israel.

Y juntando a todos los príncipes de Israel, y a los sacerdotes y levitas,

fueron contados los levitas de treinta años arriba; y fue el número de ellos por sus cabezas, contados por varones, treinta y ocho mil.

De éstos, veinticuatro mil para dar prisa a la obra de la Casa del SEÑOR; y gobernadores y jueces, seis mil;

además cuatro mil porteros; y cuatro mil para alabar al SEÑOR, con los instrumentos que David había hecho para rendir alabanzas.

Y los repartió David en órdenes conforme a los hijos de Leví, de Gersón, de Coat, y de Merari.

Los hijos de Gersón: Laadán, y Simei.

Los hijos de Laadán, tres: Jehiel el primero, Zetam y Joel.

Los hijos de Simei, tres: Selomit, Haziel, y Arán. Estos fueron las cabezas paternas de las familias de Laadán.

10 Y los hijos de Simei: Jahat, Zina, Jeús, y Bería. Estos cuatro fueron los hijos de Simei.

11 Jahat era el primero, Zina el segundo; mas Jeús y Bería no se multiplicaron en hijos, por lo cual fueron contados por casa paterna.

12 Los hijos de Coat: Amram, Izhar, Hebrón, y Uziel, ellos cuatro.

13 Los hijos de Amram: Aarón y Moisés. Y Aarón fue apartado para ser dedicado a las más santas cosas, él y sus hijos para siempre, para que quemaran incienso delante del SEÑOR, y le ministraran, y bendijeran en su nombre, para siempre.

14 Y los hijos de Moisés, varón de Dios, fueron contados en la tribu de Leví.

15 Los hijos de Moisés fueron Gersón y Eliezer.

16 Hijo de Gersón fue Sebuel el primero.

17 E hijo de Eliezer fue Rehabías el primero. Y Eliezer no tuvo otros hijos; mas los hijos de Rehabías fueron muchos.

18 Hijo de Izhar fue Selomit el primero.

19 Los hijos de Hebrón: Jerías el primero, Amarías el segundo, Jahaziel el tercero, y Jecamán el cuarto.

20 Los hijos de Uziel: Micaía el primero, e Isías el segundo.

21 Los hijos de Merari: Mahli y Musi. Los hijos de Mahli: Eleazar y Cis.

22 Y murió Eleazar sin hijos, mas tuvo hijas; y los hijos de Cis, sus hermanos, las tomaron por mujeres.

23 Los hijos de Musi: Mahli, Eder y Jerimot, ellos tres.

24 Estos son los hijos de Leví según las casas de sus padres, cabezas paternas en su censo, contados por sus nombres, por sus cabezas, los cuales hacían obra en el ministerio de la Casa del SEÑOR, de veinte años arriba.

25 Porque David dijo: El SEÑOR ha dado reposo a su pueblo Israel, y habitará en Jerusalén para siempre.

26 Y también los levitas no llevarán más el tabernáculo, ni sus vasos para su ministerio.

27 Así que, conforme a las postreras palabras de David, fue la cuenta de los hijos de Leví de veinte años arriba.

28 Y su puesto era a la mano de los hijos de Aarón, para servir en la Casa del SEÑOR, en los atrios y en las cámaras, y en la purificación de toda cosa santificada, y en la obra del servicio de la Casa de Dios;

29 Asimismo para los panes de la proposición, para la flor de la harina para el sacrificio, para las hojuelas sin levadura, para la fruta de sartén y para lo tostado, y para toda medida y cuenta;

30 y para que asistieran cada mañana todos los días a confesar y alabar al SEÑOR, y asimismo por la tarde;

31 y para ofrecer todos los holocaustos al SEÑOR los sábados, nuevas lunas, y solemnidades por la cuenta y forma que tenían, continuamente delante del SEÑOR.

32 Y para que tuvieran la guarda del tabernáculo del testimonio, y la guarda del santuario, y la guarda de los hijos de Aarón sus hermanos, en el ministerio de la Casa del SEÑOR.

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