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Bible in 90 Days

An intensive Bible reading plan that walks through the entire Bible in 90 days.
Duration: 88 days
Nueva Traducción Viviente (NTV)
Version
Ezequiel 36:1-47:12

Restauración de Israel

36 »Hijo de hombre, profetiza a los montes de Israel y dales este mensaje: “¡Oh montañas de Israel, oigan la palabra del Señor! Esto dice el Señor Soberano: sus enemigos se mofaron de ustedes diciendo: ‘¡Ajá, ahora las alturas antiguas nos pertenecen!’”. Por lo tanto, hijo de hombre, da este mensaje a los montes de Israel de parte del Señor Soberano: “Sus enemigos los atacaron por todas partes, los hicieron propiedad de muchas naciones y objeto de mucha burla y calumnia. Por lo tanto, montes de Israel, oigan la palabra del Señor Soberano. Él habla a las colinas y a los montes; a los barrancos y a los valles; a las asoladas tierras baldías y a las ciudades abandonadas de hace tiempo, que fueron destruidas y burladas por naciones vecinas. Esto dice el Señor Soberano: el enojo de mis celos arde contra esas naciones, especialmente contra Edom, porque me trataron con total desprecio cuando, con aires de triunfo, se apoderaron de mi tierra y la tomaron como botín”.

»Por lo tanto, profetiza a las colinas y a los montes, a los barrancos y a los valles de Israel. Esto dice el Señor Soberano: “Estoy furioso porque pasaron vergüenza ante las naciones vecinas. Por lo tanto, esto dice el Señor Soberano: he jurado solemnemente que pronto esas naciones tendrán que soportar su propia vergüenza.

»”Sin embargo, los montes de Israel producirán abundantes cosechas de frutos para mi pueblo, ¡que ya pronto regresará a casa! Ya ven, ustedes me importan y les prestaré atención. Su suelo será arado y se sembrarán cultivos. 10 Aumentaré en gran manera la población de Israel y las ciudades en ruinas se reconstruirán y se llenarán de gente. 11 No solo aumentaré el número de habitantes, sino también de animales. Oh montes de Israel, traeré gente para que vuelva a habitarlos. Los haré aún más prósperos que antes. Así sabrán que yo soy el Señor. 12 Haré que mi pueblo vuelva a transitarlos y ustedes formarán parte de su territorio. Nunca más privarán ustedes a mi pueblo de sus hijos.

13 »”Esto dice el Señor Soberano: las demás naciones se mofan de ti al decir: ‘¡Israel es una tierra que devora a su propia gente y deja a la nación sin hijos!’; 14 pero nunca más devorarás a tu gente ni los dejarás sin hijos, dice el Señor Soberano. 15 No permitiré que oigas los insultos de las otras naciones y ellas dejarán de burlarse de ti. No serás una tierra que provoque la caída de su propia nación, dice el Señor Soberano”».

16 Luego recibí este otro mensaje del Señor: 17 «Hijo de hombre, cuando los israelitas vivían en su propia tierra, la contaminaron con su mala manera de vivir. Para mí, su conducta fue tan impura como el paño menstrual de una mujer. 18 Contaminaron la tierra con homicidios y con la adoración de ídolos,[a] por eso derramé mi furia sobre ellos. 19 Los esparcí por varios países a fin de castigarlos por su mala manera de vivir; 20 pero esparcidos entre las naciones, deshonraron mi santo nombre. Pues las naciones decían: “¡Estos son el pueblo del Señor, pero él no pudo protegerlos en su propia tierra!”. 21 Entonces me preocupé por mi santo nombre, al cual mi pueblo trajo vergüenza entre las naciones.

22 »Por lo tanto, da este mensaje a los israelitas de parte del Señor Soberano: “Los llevaré de regreso a su tierra, pero no porque lo merezcan, sino para proteger mi santo nombre, que deshonraron mientras estaban esparcidos entre las naciones. 23 Mostraré cuán santo es mi gran nombre, el nombre que deshonraron entre las naciones. Cuando revele mi santidad por medio de ustedes ante los ojos de las naciones, dice el Señor Soberano, entonces ellas sabrán que yo soy el Señor. 24 Pues los recogeré de entre todas las naciones y los haré regresar a su tierra.

25 »”Entonces los rociaré con agua pura y quedarán limpios. Lavaré su inmundicia y dejarán de rendir culto a ídolos. 26 Les daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de ustedes. Les quitaré ese terco corazón de piedra y les daré un corazón tierno y receptivo.[b] 27 Pondré mi Espíritu en ustedes para que sigan mis decretos y se aseguren de obedecer mis ordenanzas.

28 »”Vivirán en Israel, la tierra que hace mucho tiempo di a sus antepasados. Ustedes serán mi pueblo y yo seré su Dios. 29 Los limpiaré de su conducta inmunda. Les daré buenas cosechas de grano y no enviaré más hambrunas a su tierra. 30 Les daré abundantes cosechas de sus árboles frutales y sus campos, y nunca más las naciones vecinas podrán burlarse de su tierra a causa de las hambrunas. 31 Entonces recordarán los pecados que cometieron en el pasado y se avergonzarán de ustedes mismos por todas las cosas detestables que hicieron. 32 Sin embargo, recuerden, dice el Señor Soberano, que no lo hago porque lo merezcan. ¡Oh Israel, pueblo mío, ustedes deberían estar totalmente avergonzados por todo lo que hicieron!

33 »”Esto dice el Señor Soberano: cuando yo los limpie de sus pecados, volveré a poblar sus ciudades y se reconstruirán las ruinas. 34 Los campos que estaban vacíos y desolados, a la vista de todos, se cultivarán de nuevo. 35 Cuando los regrese a su tierra, la gente dirá: ‘¡Esta tierra era baldía y ahora se parece al jardín del Edén! ¡Las ciudades abandonadas y en ruinas ahora tienen murallas fuertes y están llenas de gente!’. 36 Entonces las naciones vecinas que hayan sobrevivido sabrán que yo, el Señor, reedifiqué lo que estaba en ruinas y volví a sembrar la tierra baldía. Pues yo, el Señor, lo he dicho, y cumpliré mi palabra.

37 »”Esto dice el Señor Soberano: estoy dispuesto a escuchar las oraciones de Israel y a aumentar su población como un rebaño. 38 Los israelitas serán tan numerosos como los rebaños sagrados que llenan las calles de Jerusalén en tiempos de los festivales. Las ciudades que estaban en ruinas estarán repletas de gente una vez más y todos sabrán que yo soy el Señor”».

Un valle de huesos secos

37 El Señor puso su mano sobre mí y fui llevado por el Espíritu del Señor hasta un valle que estaba lleno de huesos. El Señor me condujo por entre los huesos que cubrían el fondo del valle. Estaban desparramados en el suelo por todas partes y completamente secos. Luego me preguntó:

—Hijo de hombre, ¿podrán estos huesos volver a convertirse en personas vivas?

—Oh Señor Soberano—respondí—, solo tú sabes la respuesta.

Entonces me dijo:

—Anuncia un mensaje profético a estos huesos y diles: “¡Huesos secos, escuchen la palabra del Señor! Esto dice el Señor Soberano: ‘¡Atención! ¡Pondré aliento dentro de ustedes y haré que vuelvan a vivir! Les pondré carne y músculos y los recubriré con piel. Pondré aliento en ustedes y revivirán. Entonces sabrán que yo soy el Señor’”.

Así que yo anuncié el mensaje, tal como él me dijo. De repente, mientras yo hablaba, se oyó un ruido, un traqueteo por todo el valle. Se juntaron los huesos de cada cuerpo y volvieron a unirse hasta formar esqueletos enteros. Mientras yo observaba, vi que se formaron músculos y apareció carne sobre los huesos. Después se formó piel para recubrir los cuerpos, pero aún no tenían aliento de vida.

Luego me dijo: «Hijo de hombre, anuncia un mensaje profético a los vientos. Anuncia un mensaje profético y di: “Esto dice el Señor Soberano: ‘¡Ven, oh aliento, ven de los cuatro vientos y sopla en estos cuerpos muertos para que vuelvan a vivir!’”».

10 Así que yo anuncié el mensaje como él me ordenó y entró aliento en los cuerpos. Todos volvieron a la vida y se pusieron de pie; era un gran ejército.

11 Luego me dijo: «Hijo de hombre, estos huesos representan al pueblo de Israel. Ellos dicen: “Nos hemos vuelto huesos viejos y secos; hemos perdido toda esperanza. Nuestra nación está acabada”. 12 Por lo tanto, profetiza y diles: “Esto dice el Señor Soberano: ‘Oh pueblo mío, abriré las tumbas del destierro y haré que te levantes. Luego te regresaré a la tierra de Israel. 13 Cuando eso suceda, pueblo mío, sabrás que yo soy el Señor. 14 Pondré mi Espíritu en ti, volverás a vivir y regresarás a tu propia tierra. Entonces sabrás que yo, el Señor, he hablado y que he cumplido mi palabra. ¡Sí, el Señor ha hablado!’”».

Reunificación de Israel y Judá

15 Nuevamente recibí un mensaje del Señor: 16 «Hijo de hombre, toma un trozo de madera y grábale estas palabras: “Esto representa a Judá y a sus tribus aliadas”. Luego toma otro trozo y graba en él estas palabras: “Esto representa a Efraín y a las tribus del norte de Israel”[c]. 17 Ahora toma ambos trozos en tu mano como si fueran una sola pieza de madera. 18 Cuando la gente te pregunte qué significa lo que haces, 19 diles: “Esto dice el Señor Soberano: ‘Tomaré a Efraín y a las tribus del norte y las uniré a Judá. Las convertiré en una sola pieza de madera en mi mano’”.

20 »Luego coloca, a la vista del pueblo, los trozos de madera que has grabado, para que todos puedan verlos. 21 Dales este mensaje de parte del Señor Soberano: “Reuniré al pueblo de Israel de entre las naciones. Los regresaré a su propia tierra desde los lugares adonde fueron esparcidos. 22 Los unificaré para que formen una sola nación sobre los montes de Israel. Un rey los gobernará a todos; ya no estarán divididos en dos naciones o en dos reinos. 23 Nunca más se contaminarán con ídolos[d] ni con imágenes repugnantes ni rebelión, porque los salvaré de su apostasía pecaminosa[e] y los limpiaré. Entonces serán verdaderamente mi pueblo y yo seré su Dios.

24 »”Mi siervo David será su rey y tendrán un solo pastor. Obedecerán mis ordenanzas y se asegurarán de cumplir mis decretos. 25 Vivirán en la tierra que le di a mi siervo Jacob, la tierra donde vivieron sus antepasados. Tanto ellos como sus hijos y sus nietos vivirán allí para siempre, de generación en generación; y mi siervo David será su príncipe por siempre. 26 Haré con ellos un pacto de paz, un pacto eterno. Les daré su tierra y aumentaré su población,[f] y pondré mi templo en medio de ellos para siempre. 27 Haré mi hogar entre ellos. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. 28 Y cuando mi templo esté en medio de ellos para siempre, las naciones sabrán que yo soy el Señor, quien hace santo a Israel”».

Mensaje para Gog

38 Este es otro mensaje que recibí del Señor: «Hijo de hombre, ponte de cara a Gog, de la tierra de Magog, el príncipe que gobierna a las naciones de Mesec y Tubal, y profetiza contra él. Dale este mensaje de parte del Señor Soberano: “¡Gog, yo soy tu enemigo! Te haré regresar y te pondré garfios en las mandíbulas para sacarte junto con todo tu ejército: tus caballos y tus conductores de carros con toda su armadura y una inmensa multitud armada con escudos y espadas. Además te acompañarán Persia, Etiopía y Libia[g] con todas sus armas. También se sumarán Gomer y todos sus ejércitos, junto con los ejércitos de Bet-togarmá desde el lejano norte y muchos otros.

»”¡Prepárate; alístate! Mantén movilizados a todos los ejércitos que te rodean y toma el mando de ellos. Al cabo de mucho tiempo, recibirás la orden de entrar en combate. En un futuro lejano, caerás en picada sobre la tierra de Israel, la cual estará disfrutando de paz, después de haberse recuperado de la guerra y luego de que su gente haya regresado de otras tierras hacia los montes de Israel. Tú y todos tus aliados—un inmenso y temible ejército—descenderán sobre Israel como una tormenta y cubrirán la tierra como una nube.

10 »”Esto dice el Señor Soberano: en ese tiempo, te vendrán a la mente malos pensamientos y tramarás una estrategia perversa. 11 Dirás: ‘¡Israel es un país sin protección, lleno de aldeas sin murallas! ¡Marcharé contra Israel y destruiré a su pueblo, que vive tan confiado! 12 Iré a esas ciudades que antes estaban desoladas y que ahora están repletas de gente que regresó del destierro de muchas naciones. Las saquearé y me llevaré un enorme botín porque ahora los habitantes son ricos en animales y en otras posesiones. ¡Piensan que el mundo gira a su alrededor!’. 13 Sin embargo, los de Saba y Dedán, y los mercaderes de Tarsis preguntarán: ‘¿De verdad piensas que los ejércitos que has juntado podrán robarles la plata y el oro? ¿Piensas que puedes llevarte los animales, apoderarte de sus bienes y saquear su riqueza?’”.

14 »Por lo tanto, hijo de hombre, profetiza contra Gog. Dale este mensaje de parte del Señor Soberano: “Cuando mi pueblo viva en paz en su país, entonces tú te despertarás.[h] 15 Vendrás desde tu tierra natal, en el lejano norte, con tu inmensa caballería y tu poderoso ejército, 16 atacarás a mi pueblo Israel y cubrirás su tierra como una nube. En ese futuro lejano, te traeré contra mi tierra ante la vista de todos y se demostrará mi santidad, Gog, por medio de lo que te suceda a ti. Luego todas las naciones sabrán que yo soy el Señor.

17 »”Esto pregunta el Señor Soberano: ¿eres tú de quien yo hablé hace mucho tiempo, cuando anuncié mediante los profetas de Israel que en el futuro te enviaría contra mi pueblo? 18 Pero esto dice el Señor Soberano: cuando Gog invada la tierra de Israel, ¡herviré de furia! 19 En mis celos y en mi enojo ardiente prometo que ese día habrá una violenta sacudida en el territorio de Israel. 20 Todos los seres vivientes—los peces en el mar, las aves del cielo, los animales del campo, los pequeños animales que corren por el suelo y toda la gente de la tierra—temblarán de terror ante mi presencia. Se derrumbarán las montañas, se desintegrarán los acantilados y las murallas caerán al suelo. 21 Convocaré contra ti a la espada en todas las colinas de Israel, dice el Señor Soberano. Tus hombres se atacarán con la espada unos contra otros. 22 Te castigaré a ti y a tus ejércitos con enfermedades y derramamiento de sangre; ¡enviaré lluvias torrenciales, granizo, fuego y azufre ardiente! 23 De ese modo, mostraré mi grandeza y santidad, y me daré a conocer a todas las naciones del mundo. Entonces sabrán que yo soy el Señor”.

Masacre de las multitudes de Gog

39 »Hijo de hombre, profetiza contra Gog. Dale este mensaje de parte del Señor Soberano: “Yo soy tu enemigo, oh Gog, gobernante de las naciones de Mesec y Tubal. Te haré regresar, te traeré desde el lejano norte y te llevaré hacia las montañas de Israel. Te quitaré el arco de la mano izquierda y las flechas de la mano derecha y te dejaré indefenso. Tú, tu ejército y tus aliados morirán sobre las montañas. Te haré comida para los buitres y los animales salvajes. Caerás en campo abierto, porque yo he hablado, dice el Señor Soberano. Haré llover fuego sobre Magog y sobre todos tus aliados que viven seguros en las costas. Entonces sabrán que yo soy el Señor.

»”De ese modo, daré a conocer mi santo nombre en medio de mi pueblo Israel. No permitiré que nadie deshonre mi nombre; y las naciones también sabrán que yo soy el Señor, el Santo de Israel. Ese día de juicio llegará, dice el Señor Soberano. Todo sucederá tal como lo he declarado.

»”Entonces los habitantes de las ciudades de Israel saldrán a recoger tus escudos pequeños y grandes, tus arcos y flechas, tus jabalinas y tus lanzas, y lo usarán todo como leña. ¡Habrá suficiente para que les dure siete años! 10 No será necesario cortar leña de los campos ni de los bosques, porque de esas armas obtendrán toda la leña que necesiten. Saquearán a quienes pensaban saquearlos y robarán a quienes pensaban robarles, dice el Señor Soberano.

11 »”Prepararé un inmenso cementerio para Gog y sus multitudes en el valle de los Viajeros, al oriente del mar Muerto.[i] Ese lugar impedirá el paso de quienes viajen por allí y el lugar pasará a llamarse valle de las Multitudes de Gog. 12 Les llevará siete meses a los israelitas enterrar los cuerpos y limpiar la tierra. 13 Todo el pueblo colaborará, pues será una victoria gloriosa para Israel ese día, cuando demuestre mi gloria, dice el Señor Soberano.

14 »”Pasados los siete meses, se nombrarán grupos de hombres que exploren la tierra en busca de esqueletos para enterrar y así la tierra quedará limpia de nuevo. 15 Donde encuentren huesos pondrán un indicador para que los equipos encargados de enterrarlos los trasladen al valle de las Multitudes de Gog y los sepulten allí. 16 (Habrá allí una ciudad llamada Hamona, que significa ‘multitud’). Así por fin quedará limpia la tierra”.

17 »Ahora, hijo de hombre, esto dice el Señor Soberano: llama a las aves y a los animales salvajes y diles: “Reúnanse para mi gran banquete sacrificial. ¡Vengan de lejos y de cerca a los montes de Israel y coman allí carne y beban sangre! 18 ¡Coman la carne de hombres valientes y beban la sangre de príncipes como si fueran carneros, corderos, cabras y toros; todos animales engordados de Basán! 19 Devoren la carne hasta quedar hastiados; beban la sangre hasta embriagarse. Es el banquete sacrificial que he preparado para ustedes. 20 Sáciense de la mesa de mi banquete; devoren caballos y conductores de carros, hombres poderosos y toda clase de guerreros valientes, dice el Señor Soberano”.

21 »De ese modo, mostraré mi gloria a las naciones. Todos verán el castigo que les impuse y el poder de mi puño cuando golpeo. 22 A partir de entonces, el pueblo de Israel sabrá que yo soy el Señor su Dios. 23 Luego las naciones sabrán por qué los israelitas fueron enviados al destierro: fue el castigo por su pecado, porque fueron infieles a su Dios. Por lo tanto, les di la espalda y dejé que sus enemigos los destruyeran. 24 Les di la espalda y los castigué por su contaminación y por sus pecados.

Restauración del pueblo de Dios

25 »Ahora bien, esto dice el Señor Soberano: pondré fin a la cautividad de mi pueblo.[j] ¡Tendré misericordia de todo Israel, pues yo protejo celosamente mi santa reputación! 26 Una vez que regresen a su propia tierra para vivir en paz, donde nadie los molestará, asumirán la responsabilidad de[k] la deshonra e infidelidad que cometieron. 27 Cuando los haga regresar de las tierras de sus enemigos, mostraré mi santidad en medio de ellos para que la vean todas las naciones. 28 Entonces mi pueblo sabrá que yo soy el Señor su Dios, porque los envié al destierro y los regresé a su hogar. No abandonaré a ninguno de mi pueblo. 29 Nunca más esconderé mi rostro de ellos, pues derramaré mi Espíritu sobre el pueblo de Israel. ¡Yo, el Señor Soberano, he hablado!».

La nueva zona del templo

40 El 28 de abril,[l] durante el año veinticinco de nuestra cautividad—catorce años después de la caída de Jerusalén—, el Señor puso su mano sobre mí. En una visión que provenía de Dios, él me llevó a la tierra de Israel y me puso sobre una montaña muy alta. Desde allí pude ver hacia el sur lo que parecía ser una ciudad. A medida que me acercaba, vi a un hombre de pie junto a una puerta de entrada y su rostro brillaba como el bronce. En la mano tenía una cuerda de medir hecha de lino y una vara para medir.

Me dijo: «Hijo de hombre, observa y escucha. Presta mucha atención a todo lo que te voy a mostrar. Te he traído aquí para enseñarte muchas cosas. Después regresarás y le contarás al pueblo de Israel todo lo que has visto».

La puerta oriental

Pude ver un muro que rodeaba por completo la zona del templo. El hombre tomó una vara que medía tres metros con veinte centímetros[m] de largo y midió el muro, y el muro tenía tres metros con veinte centímetros[n] de espesor y tres metros con veinte centímetros de alto.

Luego se dirigió a la puerta oriental. Subió los escalones y midió el umbral de la puerta; tenía tres metros con veinte centímetros de fondo.[o] También había cuartos de vigilancia construidos a cada lado del pasillo de la entrada. Cada cuarto formaba un cuadrado de tres metros con veinte centímetros de lado; entre cuarto y cuarto había una distancia de dos metros con setenta centímetros,[p] a lo largo de la pared del pasillo. El umbral interior de la puerta, que conducía a la antesala, en el extremo interior del pasillo de la entrada, tenía tres metros con veinte centímetros de fondo. También midió la antesala de la entrada.[q] Tenía cuatro metros con veinte centímetros[r] de un extremo a otro y columnas de apoyo de un metro con diez centímetros[s] de espesor. Esa antesala estaba en el extremo interior de la estructura de la entrada y daba al templo.

10 Había tres cuartos de vigilancia a cada lado del pasillo de la entrada. Todos medían lo mismo y las paredes divisorias entre ellos también eran idénticas. 11 El hombre midió la puerta de entrada; medía cinco metros con treinta centímetros[t] de ancho en la abertura y seis metros con noventa centímetros[u] de ancho en el pasillo. 12 Delante de cada cuarto de vigilancia había un muro bajo de cincuenta y tres centímetros.[v] Los cuartos mismos medían tres metros con veinte centímetros[w] de lado.

13 Luego el hombre midió la anchura total de la entrada tomando la distancia desde la pared del fondo de un cuarto hasta la pared del fondo del cuarto del lado opuesto; daba trece metros con treinta centímetros.[x] 14 También midió las paredes divisorias a lo largo del interior de la entrada hasta la antesala de la entrada; la distancia era de treinta y un metros con ochenta centímetros.[y] 15 La longitud total del pasillo de la entrada era de veintiséis metros con cincuenta centímetros[z] desde un extremo al otro. 16 En los muros de los cuartos de vigilancia y en sus paredes divisorias había ventanas empotradas que se angostaban hacia adentro. También había ventanas en la antesala y las superficies de las paredes divisorias estaban decoradas con palmeras talladas.

El atrio exterior

17 Luego el hombre me llevó por la entrada al atrio exterior del templo. A lo largo de los muros del atrio se extendía un empedrado y había treinta habitaciones construidas contra los muros, todas daban al empedrado. 18 El empedrado flanqueaba las puertas y su distancia desde los muros hasta el atrio era equivalente a la puerta de entrada. Ese era el empedrado de abajo. 19 Luego el hombre midió la distancia a lo ancho del atrio exterior del templo entre la entrada exterior y la interior; era de cincuenta y tres metros.[aa]

La puerta norte

20 El hombre midió la puerta norte, igual como midió la del oriente. 21 En esta entrada también había tres cuartos de vigilancia a cada lado, con paredes divisorias y una antesala. Todas las medidas coincidían con las de la puerta oriental. El pasillo de la entrada tenía veintiséis metros con cincuenta centímetros de largo y trece metros con treinta centímetros de ancho entre las paredes del fondo de los cuartos de vigilancia de lados opuestos. 22 Las ventanas, la antesala y las decoraciones de palmeras eran idénticas a las de la entrada oriental. Había siete escalones que conducían a la puerta de la entrada y la antesala estaba situada en el extremo interior del pasillo de la entrada. 23 En el lado norte, tal como en el lado oriental, había otra puerta, que conducía al atrio interior del templo, la cual estaba en dirección opuesta a esta entrada exterior. La distancia de puerta a puerta era de cincuenta y tres metros.

La puerta sur

24 Luego el hombre me llevó hacia la puerta sur y midió sus diversas partes, las cuales eran exactamente iguales a las de las otras puertas. 25 Tenía ventanas en las paredes, como las otras, y había una antesala mediante la cual el pasillo de la entrada salía al atrio exterior. Y como en las demás, el pasillo de la entrada tenía veintiséis metros con cincuenta centímetros de largo, y trece metros con treinta centímetros de ancho entre las paredes del fondo de los cuartos de vigilancia en lados opuestos. 26 Esta entrada también tenía una escalera de siete escalones que conducía a la puerta, así como una antesala en el extremo interior y decoraciones de palmeras en las paredes divisorias. 27 Asimismo, en dirección opuesta a la entrada exterior, había otra puerta que conducía al atrio interior. La distancia entre puerta y puerta era de cincuenta y tres metros.

Puertas del atrio interior

28 Luego el hombre me llevó a la puerta sur que conducía al atrio interior. La midió y tenía las mismas medidas que las demás puertas. 29 Los cuartos de vigilancia, las paredes divisorias y la antesala eran del mismo tamaño que en las otras. También tenía ventanas en las paredes y en la antesala. Y como las demás, el pasillo de la entrada tenía veintiséis metros con cincuenta centímetros de largo y trece metros con treinta centímetros de ancho. 30 (Las antesalas de las entradas que conducían al atrio interior medían cuatro metros con veinte centímetros[ab] de ancho y trece metros con treinta centímetros de largo). 31 La antesala de la puerta sur daba al atrio exterior. Tenía decoraciones de palmeras en sus columnas y había ocho escalones que conducían a la entrada.

32 Luego el hombre me llevó a la puerta oriental que conducía al atrio interior. La midió y tenía las mismas medidas que las demás puertas. 33 Los cuartos de vigilancia, las paredes divisorias y la antesala eran del mismo tamaño que en las otras. También había ventanas en las paredes y en la antesala. El pasillo de la entrada medía veintiséis metros con cincuenta centímetros de largo y trece metros con treinta centímetros de ancho. 34 La antesala daba al atrio exterior. Tenía decoraciones de palmeras en sus columnas y había ocho escalones que conducían a la entrada.

35 Luego me llevó a la puerta norte que conducía al atrio interior. La midió y tenía las mismas medidas que las demás puertas. 36 Los cuartos de vigilancia, las paredes divisorias y la antesala de esta entrada medían lo mismo que en las otras y tenían la misma disposición de ventanas. El pasillo de la entrada medía veintiséis metros con cincuenta centímetros de largo y trece metros con treinta centímetros de ancho. 37 La antesala[ac] daba al atrio exterior y tenía decoraciones de palmeras en las columnas; también había ocho escalones que conducían a la entrada.

Habitaciones para preparar los sacrificios

38 En la antesala de una de las entradas interiores, había una puerta que conducía a una habitación lateral donde se lavaba la carne para los sacrificios. 39 A cada lado de esta antesala había dos mesas, en las cuales se mataban los animales sacrificiales para las ofrendas quemadas, las ofrendas por el pecado y las ofrendas por la culpa. 40 Afuera de la antesala, a cada lado de la escalera que subía hacia la puerta norte, había dos mesas más. 41 De modo que había en total ocho mesas—cuatro adentro y cuatro afuera—donde se cortaban y preparaban los sacrificios. 42 También había cuatro mesas de piedra labrada, que se usaban para preparar las ofrendas quemadas; cada una formaba un cuadrado de ochenta centímetros de lado y cincuenta y tres centímetros de alto.[ad] Sobre esas mesas se colocaban los cuchillos y demás utensilios para matar a los animales del sacrificio. 43 Había ganchos de ocho centímetros[ae] de largo, sujetados alrededor de las paredes del vestíbulo, y la carne para los sacrificios se colocaba sobre las mesas.

Habitaciones para los sacerdotes

44 Dentro del atrio interior había dos habitaciones,[af] una ubicada junto a la entrada norte, que daba al sur, y la otra ubicada junto a la entrada sur,[ag] que daba al norte. 45 Entonces el hombre me dijo: «La habitación que está junto a la entrada interior del lado norte es para los sacerdotes que supervisan el mantenimiento del templo. 46 La habitación junto a la entrada interior del lado sur es para los sacerdotes encargados del altar—los descendientes de Sadoc—, pues ellos son los únicos levitas que pueden acercarse al Señor para servirle».

El atrio interior y el templo

47 Luego el hombre midió el atrio interior y era un cuadrado de cincuenta y tres metros de ancho por cincuenta y tres metros de largo. El altar estaba ubicado en el atrio, delante del templo. 48 Después me llevó a la antesala del templo. Midió los muros a cada lado de la abertura de entrada a la antesala y tenían dos metros con setenta centímetros de espesor. La entrada misma medía siete metros con cuarenta centímetros de ancho y los muros a cada lado de la entrada tenían un metro con sesenta centímetros[ah] más de largo. 49 La antesala tenía diez metros con sesenta centímetros[ai] de ancho y seis metros con cuarenta centímetros[aj] de fondo. Había diez escalones[ak] que conducían a la antesala y una columna a cada lado de la entrada.

41 Después el hombre me llevó al santuario del templo. Midió el espesor de los muros a cada lado del portal[al] y era de tres metros con veinte centímetros.[am] El portal medía cinco metros con treinta centímetros[an] de ancho y los muros a cada lado tenían una longitud de dos metros con setenta centímetros.[ao] El santuario en sí era de veintiún metros con veinte centímetros de largo y diez metros con sesenta centímetros de ancho.[ap]

Luego él pasó del santuario a la sala interior. Midió los muros a cada lado de la entrada y tenían un espesor de un metro con diez centímetros.[aq] La entrada medía tres metros con veinte centímetros de ancho y los muros a cada lado de la entrada tenían una longitud de tres metros con setenta centímetros.[ar] La sala interior del santuario medía diez metros con sesenta centímetros[as] de largo y diez metros con sesenta centímetros de ancho. El hombre me dijo: «Este es el Lugar Santísimo».

Luego midió el muro del templo y tenía un espesor de tres metros con veinte centímetros. Había una hilera de habitaciones a lo largo del muro exterior; cada habitación medía dos metros con diez centímetros[at] de ancho. Esas habitaciones laterales estaban construidas en tres pisos, uno encima del otro, y había treinta habitaciones en cada piso. Las vigas de esas habitaciones laterales se apoyaban sobre cornisas exteriores que sobresalían del muro del templo; no estaban empotradas en el muro. El muro del templo era más estrecho a medida que aumentaba su altura y por eso cada piso era más ancho que el de abajo. Una escalera subía desde el piso de abajo por el piso intermedio hacia el piso de arriba.

Vi que el templo estaba construido sobre una plataforma elevada, la cual servía de base para las habitaciones laterales. La plataforma tenía una altura de tres metros con veinte centímetros.[au] La pared exterior de las habitaciones laterales del templo tenía un espesor de dos metros con setenta centímetros, lo cual dejaba un espacio libre entre las habitaciones laterales 10 y la hilera de habitaciones a lo largo del muro exterior del atrio interior. Ese espacio libre tenía diez metros con sesenta centímetros de ancho y rodeaba todo el templo. 11 De las habitaciones laterales salían dos puertas al atrio del terraplén, que tenía dos metros con setenta centímetros de ancho. Una puerta daba al norte y la otra daba al sur.

12 Por el occidente había un gran edificio, cuyo frente daba al atrio del templo. De ancho medía treinta y siete metros con diez centímetros, de largo cuarenta y siete metros con setenta centímetros; sus muros tenían dos metros con setenta centímetros[av] de espesor. 13 Luego el hombre midió la longitud del templo y era de cincuenta y tres metros.[aw] El atrio que rodeaba el edificio con los muros incluidos, tenía de largo cincuenta y tres metros más. 14 El atrio interior al oriente del templo también tenía cincuenta y tres metros de ancho. 15 El edificio al occidente, con sus dos muros incluidos, también tenía cincuenta y tres metros de ancho.

El santuario, la sala interior y la antesala del templo 16 tenían un revestimiento de madera, al igual que los marcos de las ventanas empotradas. Los muros interiores del templo estaban revestidos con madera por encima y por debajo de las ventanas. 17 También estaban revestidos de madera el espacio sobre la puerta que daba a la habitación interior y sus paredes, por dentro y por fuera. 18 Todas las paredes estaban decoradas con querubines tallados, cada uno con dos caras, y había una palmera tallada entre cada querubín. 19 Una cara—que era de hombre—miraba hacia la palmera de un lado; la otra cara—de un león joven—miraba hacia la palmera del otro lado. Las figuras estaban talladas por todo el interior del templo, 20 desde el piso hasta la parte superior de las paredes, incluido el muro exterior del santuario.

21 En la entrada al santuario había columnas cuadradas y eran similares a las que había en la entrada del Lugar Santísimo. 22 Había también un altar de madera, que medía un metro con sesenta centímetros de alto y un metro con diez centímetros de ancho.[ax] Las esquinas, la base y los costados del altar estaban hechos de madera. El hombre me dijo: «Esta es la mesa que está delante de la presencia del Señor».

23 Tanto el santuario como el Lugar Santísimo tenían doble entrada 24 y cada entrada consistía de dos puertas giratorias. 25 Las puertas que conducían al santuario estaban decoradas con querubines tallados y palmeras talladas, como las de los muros. Había un techo de madera frente a la antesala del templo. 26 A ambos lados de la antesala había ventanas empotradas, decoradas con palmeras talladas. Las habitaciones laterales a lo largo del muro exterior también tenían techos.

Habitaciones para los sacerdotes

42 Luego el hombre me llevó afuera del atrio del templo por la puerta norte. Entramos al atrio exterior y llegamos a un conjunto de habitaciones edificadas contra el muro norte del atrio interior. Esta estructura tenía cincuenta y tres metros[ay] de largo y veintiséis metros con cincuenta centímetros[az] de ancho; la entrada abría hacia el norte. Un grupo de habitaciones daba al espacio del atrio interior que tenía diez metros con sesenta centímetros[ba] de ancho. Otro grupo de habitaciones daba al empedrado del atrio exterior. Ambos grupos tenían tres pisos de alto y estaban construidos uno frente al otro. Entre los dos grupos de habitaciones se extendía un pasillo de cinco metros con treinta centímetros[bb] de ancho, que recorría los cincuenta y tres metros de largo del complejo,[bc] y todas las puertas daban al norte. Cada uno de los dos pisos de arriba era más angosto que el de debajo, porque era necesario dejar espacio delante de ellos para los pasillos. Dado que eran tres pisos y no tenían columnas de apoyo como las habitaciones de los atrios, cada piso de arriba comenzaba más atrás en relación con el piso de debajo. Había un muro exterior de veintiséis metros con cincuenta centímetros de largo, que separaba las habitaciones del atrio exterior. Este muro agregaba longitud al conjunto exterior de habitaciones, que medía solo veintiséis metros con cincuenta centímetros de largo, mientras que el conjunto interior—las habitaciones que daban al templo—tenía cincuenta y tres metros de largo. Desde el atrio exterior había una entrada a estas habitaciones por el oriente.

10 En el lado sur[bd] del templo había dos grupos de habitaciones, entre el templo y el atrio exterior, inmediatamente al sur del atrio interior. Estas habitaciones estaban dispuestas de la misma manera que las habitaciones del lado norte. 11 Había un pasillo entre ambos grupos de habitaciones, igual que en el complejo de edificios del lado norte del templo. Este complejo de habitaciones medía lo mismo de largo y de ancho que el otro complejo y tenía las mismas entradas y puertas. Las dimensiones de uno y otro eran idénticas. 12 De modo que había una entrada en el muro, frente a las puertas del conjunto interior de habitaciones y otra entrada en el lado oriental, al final del pasillo interior.

13 Luego el hombre me dijo: «Estas habitaciones que dan al templo desde el norte y el sur son santas. Aquí es donde los sacerdotes que ofrezcan sacrificios al Señor comerán las ofrendas más santas. Ahora bien, dado que estas habitaciones son santas, se usarán para guardar las ofrendas sagradas: las ofrendas de grano, las ofrendas por el pecado y las ofrendas por la culpa. 14 Cuando los sacerdotes salgan del santuario, no deberán ir directamente al atrio exterior. Primero tendrán que quitarse la ropa que llevaban puesta mientras oficiaban, porque esa ropa es santa. Deberán ponerse otra ropa antes de entrar a los sectores del complejo abiertos al público».

15 Cuando el hombre terminó de medir la zona interior del templo, me llevó por la entrada oriental para medir todo el perímetro. 16 Midió con su vara el lado oriental y resultó tener doscientos sesenta y cinco metros de largo.[be] 17 Luego midió el lado norte y también tenía doscientos sesenta y cinco metros. 18 El lado sur también tenía doscientos sesenta y cinco metros, 19 y lo mismo el lado occidental, doscientos sesenta y cinco metros. 20 Así que la zona medía doscientos sesenta y cinco metros en cada lado y tenía un muro alrededor para separar lo santo de lo común.

La gloria del Señor vuelve al templo

43 Después el hombre me llevó de regreso a la puerta oriental. De pronto, la gloria del Dios de Israel apareció desde el oriente. El sonido de su venida era como el rugir de aguas torrentosas y todo el paisaje resplandeció con su gloria. Esta visión fue igual a las otras que yo había tenido, primero junto al río Quebar y después cuando él vino[bf] a destruir Jerusalén. Caí con el rostro en tierra y la gloria del Señor entró al templo por la puerta oriental.

Luego el Espíritu me levantó y me llevó al atrio interior, y la gloria del Señor llenó el templo. Entonces oí que alguien me hablaba desde el interior del templo, mientras el hombre que tomaba las medidas se ponía a mi lado. El Señor me dijo: «Hijo de hombre, este es el lugar de mi trono y el lugar donde pondré los pies. Viviré aquí para siempre, entre los israelitas. Ni ellos ni sus reyes volverán a profanar mi santo nombre cometiendo adulterio al rendir culto a otros dioses y honrando las reliquias de sus reyes ya muertos.[bg] Colocaron los altares para sus ídolos junto a mi altar, con solo un muro de separación entre ellos y yo. Profanaron mi santo nombre con ese pecado tan detestable, por eso los consumí en mi enojo. Que dejen ya de rendir culto a otros dioses y de honrar las reliquias de sus reyes, y yo viviré entre ellos para siempre.

10 »Hijo de hombre, describe al pueblo de Israel el templo que te he mostrado, para que ellos se avergüencen de todos sus pecados. Deja que estudien el plano del templo 11 y se avergonzarán[bh] de lo que hicieron. Descríbeles todas las especificaciones del templo—incluidas las entradas y las salidas—y todos los demás detalles. Háblales de los decretos y las leyes del templo. Escribe todas las especificaciones y los decretos mientras ellos observan, para que sin falta los recuerden y los sigan. 12 Esta es la ley fundamental del templo: ¡santidad absoluta! Toda la cumbre del monte donde está el templo es santa. Sí, esta es la ley fundamental del templo.

El altar

13 »Estas son las medidas del altar:[bi] alrededor del altar hay una zanja de cincuenta y tres centímetros de profundidad por cincuenta y tres centímetros de ancho,[bj] con un reborde de veintitrés centímetros[bk] de ancho. Esta es la altura[bl] del altar: 14 desde la zanja, el altar se eleva un metro con diez centímetros[bm] hasta una saliente inferior de cincuenta y tres centímetros[bn] de ancho, que rodea el altar. Desde la saliente inferior, el altar se eleva dos metros con diez centímetros[bo] hasta la saliente superior, también de cincuenta y tres centímetros de ancho. 15 La parte superior del altar—la plataforma para el fuego—se eleva otros dos metros con diez centímetros y tiene un cuerno hacia arriba en cada una de las cuatro esquinas. 16 La parte superior del altar es cuadrada y mide seis metros con cuarenta centímetros de lado.[bp] 17 La saliente superior también forma un cuadrado de siete metros con cuarenta centímetros de lado,[bq] tiene una zanja de cincuenta y tres centímetros, un reborde de veintisiete centímetros[br] por alrededor y escalones para subir al altar por el lado oriental».

18 Luego me dijo: «Hijo de hombre, esto dice el Señor Soberano: cuando se construya el altar, estas serán las ordenanzas para quemar las ofrendas y rociar la sangre. 19 En ese tiempo, a los sacerdotes levitas de la familia de Sadoc, quienes ministran delante de mí, se les dará un becerro para la ofrenda por el pecado, dice el Señor Soberano. 20 Tomarás parte de la sangre del animal y con ella untarás los cuatro cuernos del altar, las cuatro esquinas de la saliente superior y el reborde que rodea la saliente. Esto limpiará el altar y hará expiación por él. 21 Luego tomarás el becerro para la ofrenda por el pecado y lo quemarás en el lugar indicado afuera de la zona del templo.

22 »El segundo día, sacrificarás como ofrenda por el pecado un cabrito que no tenga ningún defecto físico. Después, nuevamente limpiarás el altar y harás expiación por él, tal como hiciste con el becerro. 23 Cuando hayas terminado con la ceremonia de purificación, ofrecerás otro becerro que no tenga defectos y un carnero perfecto del rebaño. 24 Se los presentarás al Señor, y los sacerdotes los rociarán con sal y los ofrecerán como ofrenda quemada al Señor.

25 »Diariamente, durante siete días, se sacrificarán un cabrito, un becerro y un carnero del rebaño como ofrenda por el pecado. Esos animales no deberán tener ningún defecto físico. 26 Hazlo diariamente, durante siete días, para limpiar el altar y hacer expiación por él, y así quedará apartado para un uso santo. 27 A partir del octavo día, los sacerdotes sacrificarán a diario sobre el altar las ofrendas quemadas y las ofrendas de paz del pueblo. Entonces los aceptaré a ustedes. ¡Yo, el Señor Soberano, he hablado!».

El príncipe, los levitas y los sacerdotes

44 Luego el hombre me llevó nuevamente a la puerta oriental, ubicada en el muro exterior de la zona del templo, pero estaba cerrada. Entonces el Señor me dijo: «Esta entrada debe permanecer cerrada; nunca volverá a abrirse. Nadie jamás la abrirá ni entrará por ella, pues el Señor, Dios de Israel, entró por aquí. Por lo tanto, permanecerá siempre cerrada. Únicamente el príncipe podrá sentarse debajo de esta entrada para disfrutar de una comida en la presencia del Señor; pero solo podrá entrar y salir por la antesala de la entrada».

Luego el hombre me llevó por la entrada norte hasta el frente del templo. Miré y vi que la gloria del Señor llenaba el templo del Señor, así que caí al suelo rostro en tierra.

Entonces el Señor me dijo: «Hijo de hombre, presta mucha atención. Usa los ojos y los oídos, y escucha atentamente todo lo que te diga sobre las ordenanzas acerca del templo del Señor. Presta mucha atención a los procedimientos para usar las entradas y las salidas del templo. Da a esos rebeldes, los israelitas, este mensaje de parte del Señor Soberano: “¡Oh pueblo de Israel, basta ya con tus pecados detestables! Has traído a extranjeros incircuncisos a mi santuario, gente que no tiene corazón para Dios. De ese modo, profanaste mi templo incluso mientras me ofrecías mi alimento: la grasa y la sangre de los sacrificios. Además de todos tus otros pecados detestables, rompiste mi pacto. En lugar de proteger mis ritos sagrados, contrataste a extranjeros para que se encargaran de mi santuario.

»”Por lo tanto, esto dice el Señor Soberano: ningún extranjero, ni siquiera de los que viven entre los israelitas, entrará en mi santuario si no se ha circuncidado y entregado al Señor. 10 Además, los hombres de la tribu de Leví que me abandonaron cuando Israel se alejó de mí para rendir culto a ídolos[bs] tendrán que sufrir las consecuencias de su infidelidad. 11 Aun así podrán servir como guardias del templo y porteros, podrán matar los animales para las ofrendas quemadas y estar presentes para ayudar al pueblo. 12 Sin embargo, incitaron a mi pueblo a rendir culto a ídolos e hicieron que los israelitas cayeran en un pecado muy grave. Por eso hice un juramento solemne de que tendrán que sufrir las consecuencias por sus pecados, dice el Señor Soberano. 13 No se les permite acercarse a mí para ministrar como sacerdotes. Tampoco se les permite tocar ninguno de mis objetos santos ni las ofrendas santas, pues deberán cargar con la vergüenza de todos los pecados detestables que cometieron. 14 Servirán como cuidadores del templo a cargo del trabajo de mantenimiento y las tareas generales.

15 »”Sin embargo, los sacerdotes levitas de la familia de Sadoc continuaron sirviendo fielmente en el templo cuando los israelitas me abandonaron para rendir culto a ídolos. Estos hombres servirán como ministros míos. Estarán en mi presencia y ofrecerán la grasa y la sangre de los sacrificios, dice el Señor Soberano. 16 Solo ellos entrarán en mi santuario y se acercarán a mi mesa para servirme. Ellos cumplirán todos mis requisitos.

17 »”Cuando entren por la puerta al atrio interior, deben vestir solamente ropa de lino. No se vestirán con lana cuando estén de turno en el atrio interior o en el templo mismo. 18 Llevarán puestos turbantes de lino y ropa interior de lino. No deberán vestir nada que los haga transpirar. 19 Cuando regresen al atrio exterior donde está el pueblo, tendrán que quitarse la ropa que usaron mientras me sirvieron. Dejarán esa ropa en las habitaciones sagradas y se cambiarán, a fin de no poner a nadie en peligro al transmitirle santidad con esa ropa.

20 »”No se raparán la cabeza ni se dejarán crecer demasiado el cabello, sino que deberán recortárselo con frecuencia. 21 Los sacerdotes no beberán vino antes de entrar al atrio interior. 22 Podrán casarse únicamente con una virgen de Israel o con la viuda de un sacerdote. No podrán casarse con otras viudas ni con mujeres divorciadas. 23 Enseñarán a mi pueblo la diferencia entre lo santo y lo común, entre lo ceremonialmente puro y lo impuro.

24 »”Servirán de jueces para resolver cualquier desacuerdo que surja en mi pueblo y sus decisiones tendrán que basarse en mis ordenanzas. Y los sacerdotes mismos deberán obedecer mis instrucciones y decretos en todos los festivales sagrados y ocuparse de que los días de descanso sean apartados como días santos.

25 »”Un sacerdote no deberá contaminarse al estar en presencia de un cadáver, a menos que se trate de su padre, su madre, uno de sus hijos, de sus hermanos o hermanas solteras. En tales casos está permitido. 26 Aun así, podrá volver a desempeñar sus tareas en el templo solo después de purificarse ceremonialmente y luego esperar siete días. 27 El primer día que vuelva a su trabajo y entre al atrio interior y al santuario, deberá presentar una ofrenda por su propio pecado, dice el Señor Soberano.

28 »”Los sacerdotes no tendrán ninguna parte ni porción de la tierra, porque solo yo seré su preciada posesión. 29 Su alimento provendrá de las ofrendas y los sacrificios que el pueblo lleve al templo: las ofrendas de grano, las ofrendas por el pecado y las ofrendas por la culpa. Todo lo que alguien aparte[bt] para el Señor pertenecerá a los sacerdotes. 30 Los primeros frutos maduros y todas las ofrendas presentadas al Señor pertenecerán a los sacerdotes. También les darán a los sacerdotes la primera masa para que el Señor bendiga los hogares de ustedes. 31 Los sacerdotes tendrán prohibido comer carne de cualquier ave o animal que muera de muerte natural o por haber sido atacado por otro animal.

División de la tierra

45 »”Cuando se repartan la tierra entre las tribus de Israel, deberán apartar una sección para el Señor, la cual será su porción santa. Esa porción tendrá trece kilómetros con trescientos metros de largo por diez kilómetros con seiscientos metros de ancho.[bu] Toda el área será santa. Una parte de esta tierra—un cuadrado de doscientos sesenta y cinco metros de lado[bv]—se apartará para el templo. A su alrededor se dejará libre una franja adicional de tierra de veintiséis metros y medio[bw] de ancho. Dentro del terreno sagrado más extenso, midan una parcela de tierra de trece kilómetros con trescientos metros de largo y cinco kilómetros con trescientos metros de ancho.[bx] Allí se ubicará el santuario del Lugar Santísimo. Esta área será santa, apartada para los sacerdotes que ofician ante el Señor en el santuario. Allí estarán sus casas y allí también se pondrá mi templo. La franja de tierra sagrada junto a esta área—también de trece kilómetros con trescientos metros de largo por cinco kilómetros con trescientos metros de ancho—se destinará a las viviendas de los levitas que trabajen en el templo. El lugar les pertenecerá a ellos y será un lugar para sus aldeas.[by]

»”Junto a la tierra sagrada más extensa habrá una porción de tierra de trece kilómetros con trescientos metros de largo por dos kilómetros con seiscientos cincuenta metros de ancho,[bz] la cual se apartará para construir una ciudad donde pueda vivir cualquier israelita.

»”Apartarán también dos porciones de tierra especiales para el príncipe. La primera porción colindará con el lado oriental de las tierras sagradas y la ciudad, y la segunda colindará con el lado occidental. De modo que los límites extremos hacia el oriente y el occidente de las tierras del príncipe quedarán alineados con los límites oriental y occidental de los territorios de las tribus. Estas dos porciones de tierra se le asignarán al príncipe. Entonces mis príncipes dejarán de oprimir a mi pueblo y de robarle; repartirán el resto de la tierra al pueblo, asignando una porción a cada tribu.

Reglas para los príncipes

»”Esto dice el Señor Soberano: ¡basta ya, príncipes de Israel! Abandonen la violencia y la opresión, y hagan lo que es justo y correcto. Dejen de estafar a mi pueblo y de robarle su tierra. No los desalojen de sus casas, dice el Señor Soberano. 10 Utilicen solamente pesas y balanzas legítimas, y medidas exactas, tanto para sólidos como para líquidos.[ca] 11 El homer[cb] será la unidad estándar para medir volúmenes. Tanto el efa como el bato[cc] equivaldrán a un décimo de homer. 12 La unidad estándar para medir pesos será el siclo de plata.[cd] Un siclo equivaldrá a veinte geras y sesenta siclos equivaldrán a una mina.[ce]

Ofrendas y celebraciones especiales

13 »”Tendrán que pagarle al príncipe el siguiente impuesto: una canasta de trigo o cebada por cada sesenta[cf] que cosechen, 14 el uno por ciento de su aceite de oliva[cg] 15 y una oveja o cabra por cada doscientas que haya en los rebaños de Israel. Esas serán las ofrendas de grano, ofrendas quemadas y ofrendas de paz que harán expiación por quienes las presenten, dice el Señor Soberano. 16 Todo el pueblo de Israel debe contribuir y llevar esas ofrendas al príncipe. 17 Al príncipe le corresponderá proveer las ofrendas que se entregan en los festivales religiosos, las celebraciones de luna nueva, los días de descanso y todas las demás ocasiones similares. Él también proveerá las ofrendas por el pecado, las ofrendas quemadas, las ofrendas de grano, las ofrendas líquidas y las ofrendas de paz, para purificar a los israelitas y así hacerlos justos ante el Señor.[ch]

18 »”Esto dice el Señor Soberano: a comienzos de la primavera, el primer día de cada año nuevo,[ci] sacrifica un becerro sin defecto para purificar el templo. 19 El sacerdote tomará la sangre de ese sacrificio por el pecado y la pondrá sobre los marcos de la puerta del templo, sobre las cuatro esquinas de la saliente superior del altar y sobre los postes de la puerta de entrada al atrio interior. 20 Haz lo mismo el séptimo día del año nuevo por cualquiera que haya pecado por error o por ignorancia. De ese modo purificarás[cj] el templo.

21 »”El día catorce del primer mes,[ck] deberán celebrar la Pascua, un festival que durará siete días. El pan que coman durante ese tiempo será preparado sin levadura. 22 El día de la Pascua, el príncipe proveerá un becerro como sacrificio por su propio pecado y el pecado del pueblo de Israel. 23 Cada uno de los siete días del festival, el príncipe preparará una ofrenda quemada para el Señor, la cual consistirá en siete becerros y siete carneros sin defecto. También se entregará un cabrito cada día como ofrenda por el pecado. 24 El príncipe proveerá una canasta de harina como ofrenda de grano y unos cuatro litros de aceite de oliva[cl] con cada becerro y cada carnero.

25 »”Durante los siete días del Festival de las Enramadas, que cada año ocurre a principios del otoño,[cm] el príncipe proveerá esos mismos sacrificios para la ofrenda por el pecado, la ofrenda quemada y la ofrenda de grano, junto con la cantidad de aceite de oliva requerida.

46 »”Esto dice el Señor Soberano: la puerta oriental del atrio interior permanecerá cerrada durante los seis días laborables de cada semana, pero se abrirá los días de descanso y los días de celebración de luna nueva. El príncipe entrará a la antesala de la entrada desde afuera. Luego se quedará de pie junto al poste de la puerta de entrada mientras el sacerdote presenta su ofrenda quemada y su ofrenda de paz. Se inclinará en adoración dentro del pasillo de la entrada y luego regresará por donde entró. La puerta no se cerrará hasta el anochecer. La gente común se inclinará y adorará al Señor delante de esta entrada los días de descanso y los días de celebración de luna nueva.

»”Cada día de descanso el príncipe presentará al Señor una ofrenda quemada de seis corderos y un carnero, todos sin defecto. Para acompañar al carnero, presentará una ofrenda de grano de una canasta de harina selecta y con cada cordero la cantidad de harina que él decida, y tendrá que ofrecer unos cuatro litros de aceite de oliva[cn] por cada canasta de harina. En las celebraciones de luna nueva llevará un becerro, seis corderos y un carnero, todos sin defecto. Junto con el becerro presentará una canasta de harina selecta como ofrenda de grano. Junto con el carnero presentará otra canasta de harina y con cada cordero ofrecerá la cantidad de harina que decida. Con cada canasta de harina deberá ofrecer unos cuatro litros de aceite de oliva.

»”El príncipe tendrá que entrar por la puerta por medio de la antesala y saldrá por el mismo lugar. En cambio, durante los festivales religiosos, cuando algunos del pueblo entren por la puerta norte para adorar al Señor, tendrán que salir por la puerta sur; y los que entraron por la puerta sur deberán salir por la puerta norte. Nunca saldrán por donde entraron, sino que utilizarán siempre la entrada opuesta. 10 En esas ocasiones el príncipe entrará y saldrá con el pueblo.

11 »”Entonces en las fiestas especiales y los festivales sagrados, la ofrenda de grano consistirá de una canasta de harina selecta con cada becerro, otra canasta de harina con cada carnero y la cantidad de harina que el adorador decida presentar con cada cordero. Con cada canasta de harina, habrá que entregar unos cuatro litros de aceite de oliva. 12 Cuando el príncipe presente al Señor una ofrenda quemada o una ofrenda de paz voluntaria, se le abrirá la puerta oriental al atrio interior y ofrecerá sus sacrificios como lo hace los días de descanso. Luego saldrá y cerrarán la puerta detrás de él.

13 »”Cada mañana sacrificarás, como ofrenda quemada al Señor, un cordero de un año sin defecto. 14 Junto con el cordero, se presentará también al Señor una ofrenda de grano, que consistirá en unos tres litros de harina selecta con un litro y tercio de aceite de oliva[co] para humedecer la harina. Esta será una ley perpetua para ti. 15 El cordero, la ofrenda de grano y el aceite de oliva se entregarán como sacrificio diario, cada mañana, sin excepción.

16 »”Esto dice el Señor Soberano: si el príncipe le regala un terreno a uno de sus hijos como herencia, le pertenecerá al hijo y a sus descendientes para siempre. 17 Sin embargo, si el príncipe, de su herencia le obsequia un terreno a uno de sus siervos, el siervo solo podrá conservarlo hasta el año de jubileo, que se celebra cada cincuenta años.[cp] Llegado ese tiempo, se devolverá el terreno al príncipe. En cambio, los regalos que el príncipe les dé a sus hijos, serán permanentes. 18 Además, el príncipe nunca podrá quitarle a nadie su tierra por la fuerza. Si le regala propiedades a sus hijos, tendrán que ser de su propia tierra, porque no deseo que ninguno de mi pueblo sea desalojado injustamente de su propiedad”».

Las cocinas del templo

19 En mi visión, el hombre me llevó por la entrada que había junto a la puerta y me condujo a las habitaciones sagradas que daban al norte y estaban asignadas a los sacerdotes. Me mostró un lugar en el extremo occidental de esas habitaciones 20 y me explicó: «Aquí es donde los sacerdotes cocinarán la carne de las ofrendas por la culpa y de las ofrendas por el pecado, y donde también hornearán el pan hecho con la harina de las ofrendas de grano. Usarán este lugar, a fin de no llevar los sacrificios por el atrio exterior y poner al pueblo en peligro al transmitirle la santidad».

21 Luego me llevó nuevamente al atrio exterior y me condujo a cada una de sus cuatro esquinas. En cada esquina vi un recinto. 22 Cada recinto medía veintiún metros con veinte centímetros de largo por quince metros con noventa centímetros de ancho,[cq] y estaba rodeado por muros. 23 En el lado interior de esos muros, por todo alrededor, había una saliente de piedra con chimeneas debajo de toda la saliente. 24 El hombre me dijo: «Estas son las cocinas que usarán los ayudantes del templo para hervir los sacrificios ofrecidos por el pueblo».

El río de sanidad

47 En mi visión, el hombre me llevó nuevamente a la entrada del templo. Allí vi una corriente de agua que fluía hacia el oriente por debajo de la puerta del templo y pasaba por la derecha de la parte sur del altar. El hombre me llevó hacia afuera del muro por la puerta norte y me condujo hasta la entrada oriental. Allí pude ver que el agua fluía por el lado sur de la entrada oriental.

Me llevó a lo largo de la corriente de agua y, mientras avanzábamos, él iba midiendo; cuando llegamos a quinientos treinta metros,[cr] me llevó a través de la corriente. El agua me llegaba a los tobillos. Midió otros quinientos treinta metros y una vez más me llevó a través de la corriente. Esta vez el agua me llegaba hasta las rodillas. Después de otros quinientos treinta metros, el agua me alcanzaba a la cintura. Luego midió otros quinientos treinta metros y el río ya era demasiado profundo para cruzarlo caminando. Había buena profundidad para nadar, pero demasiada para atravesarlo a pie.

Me preguntó: «Hijo de hombre, ¿has estado observando?». Después me llevó de regreso por la orilla del río. Al volver, me sorprendió ver muchos árboles que crecían a ambos lados del río. Entonces me dijo: «Este río fluye hacia el oriente, atraviesa el desierto y desemboca en el valle del mar Muerto.[cs] Esta corriente hará que las aguas saladas del mar Muerto se vuelvan puras y dulces. Vivirán cantidad de criaturas vivientes por donde llegue el agua de este río.[ct] Abundarán los peces en el mar Muerto, pues sus aguas se volverán dulces. Florecerá la vida a donde llegue esta agua. 10 Habrá pescadores a lo largo de las costas del mar Muerto. Desde En-gadi hasta En-eglaim, toda la costa estará cubierta de redes secándose al sol. El mar Muerto se llenará de toda clase de peces, igual que en el Mediterráneo.[cu] 11 No obstante, los pantanos y las ciénagas no se purificarán; quedarán salados. 12 A ambas orillas del río crecerá toda clase de árboles frutales. Sus hojas nunca se marchitarán ni caerán y sus ramas siempre tendrán fruto. Cada mes darán una nueva cosecha, pues se riegan con el agua del río que fluye del templo. Los frutos servirán para comer, y las hojas se usarán para sanar».

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