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Bible in 90 Days

An intensive Bible reading plan that walks through the entire Bible in 90 days.
Duration: 88 days
Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Version
2 Reyes 15:27-25:30

Reinado de Peka

27 En el año cincuenta y dos de Azarías, rey de Judá, reinó Peka hijo de Remalías en Samaria sobre Israel. Reinó veinte años, 28 e hizo lo malo ante los ojos de Jehová: no se apartó de los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo pecar a Israel.

29 En los días de Peka, rey de Israel, llegó Tiglat-pileser, rey de los asirios, y tomó a Ijón, Abel-bet-maaca, Janoa, Cedes, Hazor, Galaad, Galilea, y toda la tierra de Neftalí; y llevó sus habitantes cautivos a Asiria. 30 Oseas hijo de Ela conspiró contra Peka hijo de Remalías, lo hirió de muerte y reinó en su lugar a los veinte años de Jotam hijo de Uzías.

31 Los demás hechos de Peka, y todo lo que hizo, está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel.

Reinado de Jotam(A)

32 En el segundo año de Peka hijo de Remalías, rey de Israel, comenzó a reinar Jotam hijo de Uzías, rey de Judá. 33 Cuando comenzó a reinar tenía veinticinco años, y reinó dieciséis años en Jerusalén. El nombre de su madre era Jerusa, hija de Sadoc.

34 Él hizo lo recto ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que había hecho su padre Uzías. 35 Con todo, los lugares altos no fueron quitados, pues el pueblo aún sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos. Edificó él la puerta más alta de la casa de Jehová.

36 Los demás hechos de Jotam, y todo lo que hizo, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá?

37 En aquel tiempo comenzó Jehová a enviar contra Judá a Rezín, rey de Siria, y a Peka hijo de Remalías. 38 Jotam durmió con sus padres y fue sepultado con ellos en la ciudad de David, su padre. En su lugar reinó Acaz, su hijo.

Reinado de Acaz(B)

16 En el año diecisiete de Peka hijo de Remalías comenzó a reinar Acaz hijo de Jotam, rey de Judá. Cuando comenzó a reinar Acaz tenía veinte años, y reinó en Jerusalén dieciséis años, pero no hizo lo recto ante los ojos de Jehová, su Dios, como su padre David, sino que anduvo en el camino de los reyes de Israel, y aun hizo pasar por fuego a su hijo, según las prácticas abominables de las naciones que Jehová echó de delante de los hijos de Israel. Asimismo sacrificó y quemó incienso en los lugares altos, sobre los collados y debajo de todo árbol frondoso. Entonces Rezín, rey de Siria, y Peka hijo de Remalías, rey de Israel, subieron a Jerusalén para atacarla y sitiar a Acaz, pero no pudieron tomarla. En aquel tiempo el rey de Edom recobró Elat para Edom, y echó de Elat a los hombres de Judá. Los de Edom llegaron a Elat y habitaron allí hasta hoy.

Entonces Acaz envió embajadores a Tiglat-pileser, rey de Asiria, diciendo: «Yo soy tu siervo y tu hijo. Sube y defiéndeme de manos del rey de Siria y de manos del rey de Israel, que se han levantado contra mí.»

Acaz tomó la plata y el oro que había en la casa de Jehová y en los tesoros de la casa real, y envió al rey de Asiria un presente. El rey de Asiria atendió su petición, pues subió contra Damasco y la tomó, se llevó cautivos sus habitantes a Kir y mató a Rezín.

10 Después fue el rey Acaz a encontrarse en Damasco con Tiglat-pileser, rey de Asiria. Cuando el rey Acaz vio el altar que estaba en Damasco, envió al sacerdote Urías el diseño y la descripción del altar, conforme a todos los detalles. 11 Y el sacerdote Urías edificó el altar, de acuerdo con todo lo que el rey Acaz le había enviado de Damasco. Así lo hizo el sacerdote Urías, antes que el rey Acaz regresara de Damasco.

12 Cuando el rey llegó de Damasco y vio el altar, se acercó y ofreció sacrificios en él; 13 encendió su holocausto y su ofrenda, derramó sus libaciones y esparció la sangre de sus sacrificios de paz junto al altar.

14 Trasladó el altar de bronce que estaba delante de Jehová, en la parte delantera de la Casa, entre el altar y el templo de Jehová, y lo puso al lado norte del altar. 15 Después mandó el rey Acaz al sacerdote Urías: «En el gran altar encenderás el holocausto de la mañana y la ofrenda de la tarde, el holocausto del rey y su ofrenda, asimismo el holocausto de todo el pueblo de la tierra, su ofrenda y sus libaciones; esparcirás sobre él toda la sangre del holocausto y toda la sangre del sacrificio. El altar de bronce será mío para consultar en él.»

16 El sacerdote Urías hizo conforme a todas las cosas que el rey Acaz le mandó. 17 Luego el rey Acaz cortó los tableros de las basas y les quitó las fuentes; quitó también el mar de sobre los bueyes de bronce que estaban debajo de él y lo puso sobre el suelo de piedra. 18 Por causa del rey de Asiria quitó del templo de Jehová el pórtico para el sábado que habían edificado en la Casa y el pasadizo de afuera, el del rey.

19 Los demás hechos que puso por obra Acaz, ¿no están todos escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Judá? 20 El rey Acaz durmió con sus padres y fue sepultado con ellos en la ciudad de David. En su lugar reinó su hijo Ezequías.

Caída de Samaria y cautiverio de Israel

17 En el año duodécimo de Acaz, rey de Judá, Oseas hijo de Ela comenzó a reinar en Samaria sobre Israel. Reinó nueve años, e hizo lo malo ante los ojos de Jehová, aunque no como los reyes de Israel que habían sido antes de él.

Salmanasar, rey de los asirios, subió contra Oseas, quien fue hecho su siervo y le pagaba tributo. Pero el rey de Asiria descubrió que Oseas conspiraba, pues había enviado embajadores a So, rey de Egipto, y no pagó tributo al rey de Asiria, como lo hacía cada año, por lo que el rey de Asiria lo detuvo y lo encerró en la casa de la cárcel. Luego el rey de Asiria invadió todo el país y sitió a Samaria, y estuvo sobre ella tres años. En el año nueve de Oseas, el rey de Asiria tomó Samaria y llevó a Israel cautivo a Asiria. Los estableció en Halah, en Habor junto al río Gozán, y en las ciudades de los medos.

Esto sucedió porque los hijos de Israel pecaron contra Jehová, su Dios, que los sacó de la tierra de Egipto, de bajo la mano del faraón, rey de Egipto. Adoraron a dioses ajenos y anduvieron en los estatutos de las naciones que Jehová había expulsado de delante de los hijos de Israel, así como en los estatutos que hicieron los reyes de Israel.

Los hijos de Israel hicieron secretamente cosas impropias contra Jehová, su Dios: se edificaron lugares altos en todas las ciudades, desde las torres de las atalayas hasta las ciudades fortificadas, 10 y levantaron estatuas e imágenes de Asera en todo collado alto y debajo de todo árbol frondoso. 11 Quemaron incienso en todos los lugares altos, a la manera de las naciones que Jehová había traspuesto de delante de ellos, e hicieron cosas muy malas para provocar a ira a Jehová. 12 Servían además a los ídolos, acerca de los cuales Jehová les había dicho: «Vosotros no habéis de hacer tal cosa.»

13 Jehová amonestó entonces a Israel y a Judá por medio de todos los profetas y de todos los videntes diciendo: «Volveos de vuestros malos caminos y guardad mis mandamientos y mis ordenanzas, conforme a todas las leyes que yo prescribí a vuestros padres y que os he enviado por medio de mis siervos los profetas.» 14 Pero ellos no obedecieron, sino que se obstinaron tanto como sus padres, los cuales no creyeron en Jehová, su Dios. 15 Desecharon sus estatutos, el pacto que él había hecho con sus padres y los testimonios que él les había prescrito, siguiendo en pos de vanidades y haciéndose vanos ellos mismos, por imitar a las naciones que estaban alrededor de ellos, aunque Jehová les había mandado que no obraran como ellas. 16 Dejaron todos los mandamientos de Jehová, su Dios; se hicieron imágenes fundidas de dos becerros, y también imágenes de Asera; adoraron a todo el ejército de los cielos y sirvieron a Baal; 17 hicieron pasar a sus hijos y a sus hijas por el fuego, se dieron a adivinaciones y agüeros, y se entregaron a hacer lo malo ante los ojos de Jehová, provocando su ira.

18 Por lo tanto, Jehová se enfureció tanto contra Israel, que los quitó de delante de su rostro, y sólo quedó la tribu de Judá. 19 Pero ni aun Judá guardó los mandamientos de Jehová, su Dios, sino que anduvieron en las costumbres que Israel había establecido. 20 Entonces desechó Jehová a toda la descendencia de Israel, los afligió y los entregó en manos de saqueadores, hasta echarlos de su presencia. 21 Cuando separó a Israel de la casa de David y ellos hicieron rey a Jeroboam hijo de Nabat, Jeroboam apartó a Israel del camino de Jehová y les hizo cometer un gran pecado. 22 Los hijos de Israel anduvieron en todos los pecados que cometió Jeroboam y no se apartaron de ellos, 23 hasta que Jehová apartó a Israel de su presencia, como lo había anunciado por medio de todos los profetas, sus siervos. Así Israel fue llevado cautivo de su tierra a Asiria, hasta el día de hoy.

Repoblación de Samaria

24 El rey de Asiria llevó gente de Babilonia, de Cuta, de Ava, de Hamat y de Sefarvaim, y la puso en las ciudades de Samaria, en lugar de los hijos de Israel. Así ocuparon Samaria y habitaron en sus ciudades. 25 Pero aconteció al principio, cuando comenzaron a habitar allí, que como no temían a Jehová, él envió contra ellos leones que los mataban. 26 Entonces dijeron al rey de Asiria: «Las gentes que tú trasladaste y pusiste en las ciudades de Samaria no conocen la ley del Dios de aquella tierra, y él ha echado en medio de ellos leones que los matan, porque no conocen la ley del Dios de la tierra.»

27 Y el rey de Asiria ordenó: «Llevad allá a alguno de los sacerdotes que trajisteis de ese lugar, que vaya y habite allí y les enseñe la ley del Dios del país.»

28 Entonces uno de los sacerdotes que se habían llevado cautivo de Samaria, fue y habitó en Bet-el, y les enseñó cómo habían de temer a Jehová. 29 Pero cada nación se hizo sus dioses en la ciudad donde habitaba, y los pusieron en los templos de los lugares altos que habían construido los de Samaria. 30 Los de Babilonia hicieron a Sucot-benot, los de Cuta hicieron a Nergal, y los de Hamat hicieron a Asima. 31 Los aveos hicieron a Nibhaz y a Tartac, y los de Sefarvaim quemaban sus hijos en el fuego para adorar a Adramelec y a Anamelec, dioses de Sefarvaim. 32 Temían además a Jehová, e hicieron del bajo pueblo sacerdotes para los lugares altos, los cuales sacrificaban para ellos en los templos de los lugares altos. 33 Aunque temían a Jehová, honraban a sus dioses, según la costumbre de las naciones de donde habían sido trasladados.

34 Todavía hoy hacen como antes: no temen a Jehová ni guardan sus estatutos ni sus ordenanzas, ni hacen según la ley y los mandamientos que prescribió Jehová a los hijos de Jacob, al cual puso el nombre de Israel. 35 Cuando Jehová hizo un pacto con ellos, les mandó: «No temeréis a otros dioses ni los adoraréis, ni los serviréis, ni les haréis sacrificios. 36 Sólo a Jehová, que os sacó de tierra de Egipto con gran poder y brazo extendido, a este temeréis, a este adoraréis y a éste haréis sacrificio. 37 Los estatutos, derechos, ley y mandamientos que os dio por escrito cuidaréis siempre de ponerlos por obra, y no temeréis a dioses ajenos. 38 No olvidaréis el pacto que hice con vosotros ni temeréis a dioses ajenos, 39 sino temed a Jehová, vuestro Dios, y él os librará de manos de todos vuestros enemigos.»

40 Pero ellos no escucharon, sino que hicieron según su costumbre antigua. 41 Así, aquellas gentes temieron a Jehová y al mismo tiempo sirvieron a sus ídolos. También sus hijos y sus nietos, tal como hicieron sus padres, así hacen hasta hoy.

Reinado de Ezequías(C)

18 En el tercer año de Oseas hijo de Ela, rey de Israel, comenzó a reinar Ezequías hijo de Acaz, rey de Judá. Cuando comenzó a reinar tenía veinticinco años, y reinó en Jerusalén veintinueve años. El nombre de su madre era Abi, hija de Zacarías. Hizo lo recto ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que había hecho David, su padre. Quitó los lugares altos, quebró las imágenes, rompió los símbolos de Asera e hizo pedazos la serpiente de bronce que había hecho Moisés, porque hasta entonces los hijos de Israel le quemaban incienso; y la llamó Nehustán.

En Jehová, Dios de Israel, puso su esperanza. Entre todos los reyes de Judá no hubo otro como él, antes ni después, pues siguió a Jehová y no se apartó de él, sino que guardó los mandamientos que Jehová prescribió a Moisés. Jehová estaba con él, y adondequiera que iba, prosperaba.

Ezequías se rebeló contra el rey de Asiria y no lo sirvió. También derrotó a los filisteos hasta Gaza y sus fronteras, desde las torres de las atalayas hasta la ciudad fortificada.

Caída de Samaria

En el cuarto año del rey Ezequías, que era el año séptimo de Oseas hijo de Ela, rey de Israel, subió Salmanasar, rey de los asirios, contra Samaria y la sitió. 10 La tomaron al cabo de tres años. En el año sexto de Ezequías, el cual era el año noveno de Oseas, rey de Israel, fue tomada Samaria. 11 El rey de Asiria llevó cautivo a Israel a Asiria, y los estableció en Halah, junto al río Gozán en Habor, y en las ciudades de los medos, 12 por cuanto no habían atendido a la voz de Jehová, su Dios, sino que habían quebrantado su pacto y no habían escuchado ni puesto por obra todas las cosas que Moisés, siervo de Jehová, había mandado.

Senaquerib invade a Judá(D)

13 A los catorce años del rey Ezequías subió Senaquerib, rey de Asiria, contra todas las ciudades fortificadas de Judá y las tomó. 14 Entonces Ezequías, rey de Judá, envió a decir al rey de Asiria que estaba en Laquis: «He pecado; retírate de mi país y aceptaré todo lo que me impongas.»

El rey de Asiria impuso a Ezequías, rey de Judá, trescientos talentos de plata, y treinta talentos de oro. 15 Entregó, por tanto, Ezequías toda la plata que había en la casa de Jehová y en los tesoros de la casa real. 16 En aquella ocasión Ezequías quitó el oro de las puertas del templo de Jehová y de los quiciales que el mismo rey Ezequías había recubierto de oro, y lo dio al rey de Asiria.

17 Después el rey de Asiria envió contra el rey Ezequías al jefe de los ejércitos, al jefe de los eunucos y al copero mayor, al frente de un gran ejército, y estos subieron de Laquis a Jerusalén para atacarla. Al llegar acamparon junto al acueducto del estanque de arriba, en el camino de la heredad del Lavador. 18 Llamaron luego al rey, y salió a encontrarse con ellos Eliaquim hijo de Hilcías, el mayordomo, Sebna, el escriba, y Joa hijo de Asaf, el canciller. 19 Y el copero mayor les dijo:

—Decid ahora a Ezequías: Así dice el gran rey de Asiria: “¿Qué confianza es ésta en que te apoyas? 20 Dices (pero son palabras vacías): ‘Consejo tengo y fuerzas para la guerra.’ Pero ¿en qué confías, que te has rebelado contra mí? 21 Veo que confías en este bastón de caña astillada, en Egipto, que si uno se apoya en él se le clava y le traspasa la mano. Tal es el faraón, rey de Egipto, para todos los que en él confían. 22 Si me decís: ‘Nosotros confiamos en Jehová, nuestro Dios’, ¿no es éste aquel cuyos lugares altos y altares ha quitado Ezequías, y ha dicho a Judá y a Jerusalén: ‘Delante de este altar adoraréis en Jerusalén?’ 23 Ahora, pues, te ruego que hagas un trato con mi señor, el rey de Asiria: yo te daré dos mil caballos si tú consigues jinetes para ellos. 24 ¿Cómo podrías resistir a un capitán, o al menor de los siervos de mi señor, aunque estés confiado en Egipto, con sus carros y su gente de a caballo? 25 ¿Acaso he venido yo ahora a este lugar para destruirlo sin contar con Jehová? Jehová me ha dicho: ‘Sube a esta tierra, y destrúyela.’”

26 Entonces Eliaquim hijo de Hilcías, y Sebna y Joa respondieron al copero mayor:

—Te rogamos que hables a tus siervos en arameo, porque nosotros lo entendemos, y no hables con nosotros en lengua de Judá a oídos del pueblo que está sobre el muro.

27 El copero mayor les dijo:

—¿Acaso me ha enviado mi señor para decir estas palabras a ti y a tu señor, y no a los hombres que están sobre el muro, expuestos a comer su propio estiércol y beber su propia orina con vosotros?

28 Entonces el copero mayor se puso en pie y clamó a gran voz en lengua de Judá: «Oíd la palabra del gran rey, el rey de Asiria. 29 Así ha dicho el rey: “No os engañe Ezequías, porque no os podrá librar de mis manos. 30 No os haga Ezequías confiar en Jehová, diciendo: ‘Ciertamente nos librará Jehová, y esta ciudad no será entregada en manos del rey de Asiria.’” 31 No escuchéis a Ezequías, porque así dice el rey de Asiria: “Haced conmigo las paces y rendíos ante mí; que cada uno coma de su vid y de su higuera, y beba cada uno las aguas de su pozo, 32 hasta que yo venga y os lleve a una tierra como la vuestra, tierra de grano y de vino, tierra de pan y de viñas, tierra de olivas, de aceite y de miel. Viviréis y no moriréis. No oigáis a Ezequías, porque os engaña cuando dice: ‘Jehová nos librará.’ 33 ¿Acaso alguno de los dioses de las naciones ha librado su tierra de manos del rey de Asiria? 34 ¿Dónde está el dios de Hamat y de Arfad? ¿Dónde está el dios de Sefarvaim, de Hena, y de Iva? ¿Pudieron estos dioses librar a Samaria de mis manos? 35 ¿Qué dios entre todos los dioses de estas tierras ha librado su tierra de mis manos, para que Jehová libre de mis manos a Jerusalén?”»

36 Pero el pueblo calló y no le respondió ni una palabra, porque el rey había dado una orden que decía: «No le respondáis.» 37 Entonces el mayordomo Eliaquim hijo de Hilcías, el escriba Sebna, y el canciller Joa hijo de Asaf, fueron a ver a Ezequías con sus vestidos rasgados, y le contaron las palabras del copero mayor.

Judá es librado de Senaquerib(E)

19 Cuando el rey Ezequías lo oyó, rasgó sus vestidos, se cubrió con vestiduras ásperas y entró en la casa de Jehová. Y envió a Eliaquim, el mayordomo, a Sebna, el escriba, y a los ancianos de los sacerdotes, cubiertos de ropas ásperas, a ver al profeta Isaías hijo de Amoz, para que le dijeran: «Así ha dicho Ezequías: “Este día es día de angustia, de reprensión y de blasfemia, porque los hijos están a punto de nacer y la que da a luz no tiene fuerzas. Quizá oirá Jehová, tu Dios, todas las palabras del copero mayor, a quien el rey de los asirios, su señor, ha enviado para blasfemar contra el Dios viviente y para insultar con palabras, las cuales Jehová, tu Dios, ha oído. Por tanto, eleva una oración por el remanente que aún queda.”»

Cuando los siervos del rey Ezequías llegaron a ver a Isaías, éste les respondió: «Así diréis a vuestro señor: Así ha dicho Jehová: “No temas por las palabras que has oído, con las cuales han blasfemado contra mí los siervos del rey de Asiria. Mira, voy a poner en él un espíritu, oirá un rumor, se volverá a su tierra y allí le haré caer a espada.”»

El copero mayor regresó y se encontró al rey de Asiria combatiendo contra Libna, pues oyó que se había ido de Laquis. Allí el rey de Siria se enteró de que Tirhaca, rey de Etiopía, había salido para hacerle guerra, y volvió a enviar embajadores a Ezequías diciendo: 10 «Así diréis a Ezequías, rey de Judá: “Que no te engañe el Dios en quien tú confías, diciéndote: ‘Jerusalén no será entregada en manos del rey de Asiria.’ 11 Has oído lo que han hecho los reyes de Asiria a todas las tierras que han destruido. ¿Vas a escapar tú? 12 ¿Acaso libraron sus dioses a las naciones que mis padres destruyeron, esto es, a Gozán, Harán, Resef, y a los hijos de Edén que estaban en Telasar? 13 ¿Dónde está el rey de Hamat, el rey de Arfad, y el rey de la ciudad de Sefarvaim, de Hena y de Iva?”»

14 Ezequías tomó la carta de manos de los embajadores. Después de leerla subió a la casa de Jehová y la extendió delante de Jehová. 15 Entonces oró Ezequías delante de Jehová diciendo: «Jehová, Dios de Israel, que moras entre los querubines, sólo tú eres Dios de todos los reinos de la tierra. Tú hiciste el cielo y la tierra. 16 Inclina, Jehová, tu oído y oye; abre, Jehová, tus ojos y mira. Oye las palabras que Senaquerib ha enviado a decirme para blasfemar contra el Dios viviente. 17 Es verdad, Jehová, que los reyes de Asiria han destruido las naciones y sus tierras, 18 y que han echado al fuego a sus dioses, por cuanto ellos no eran dioses, sino obra de manos humanas, de madera o de piedra, y por eso los destruyeron. 19 Ahora, pues, Jehová, Dios nuestro, sálvanos, te ruego, de sus manos, para que sepan todos los reinos de la tierra que sólo tú, Jehová, eres Dios.»

20 Entonces Isaías hijo de Amoz envió a decir a Ezequías: «Así ha dicho Jehová, Dios de Israel: “He oído lo que me pediste acerca de Senaquerib, rey de Asiria.”

21 »Ésta es la palabra que Jehová ha pronunciado acerca de él:

»“La virgen, hija de Sión, te menosprecia, se burla de ti;
a tus espaldas mueve su cabeza la hija de Jerusalén.
22 ¿A quién has insultado y contra quién has blasfemado?,
¿contra quién has alzado la voz,
y levantado altanero tus ojos?
Contra el Santo de Israel.
23 Por medio de tus mensajeros
has insultado a Jehová
y has dicho: ‘Con la multitud de mis carros
he subido a las alturas de los montes,
a lo más inaccesible del Líbano;
cortaré sus altos cedros,
sus cipreses más escogidos;
me alojaré en sus más remotos lugares,
en el bosque de sus feraces campos.
24 He cavado y bebido las aguas extrañas,
he secado con las plantas de mis pies todos los ríos de Egipto’.
25 ¿Pero nunca oíste que lo hice desde tiempos antiguos,
y que lo tengo ideado desde los días de la antigüedad?
Pues ahora lo he hecho venir:
Tú causarás desolaciones,
y reducirás a montones de escombros las ciudades fortificadas.
26 Sus habitantes, impotentes,
fueron acobardados y confundidos;
vinieron a ser como la hierba del campo,
como hortaliza verde,
como heno de los terrados,
que se marchita antes de madurar.
27 He conocido tu situación,
todos tus movimientos,
y tu furor contra mí.
28 Por cuanto te has airado contra mí,
por cuanto tu arrogancia ha subido a mis oídos,
voy a poner mi garfio en tu nariz
y mi freno en tus labios,
y te haré volver por el camino por el que viniste.

29 »”Esto te daré por señal, Ezequías:
Este año comeréis lo que nacerá de suyo,
y el segundo año lo que nacerá de suyo.
Al tercer año sembraréis y segaréis,
plantaréis viñas y comeréis el fruto de ellas.
30 Lo que haya escapado,
lo que haya quedado de la casa de Judá,
volverá a echar raíces por debajo
y llevará frutos por arriba.
31 Porque de Jerusalén saldrá un resto,
y del monte Sión los que se salven.
El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.

32 »”Por tanto, así dice Jehová acerca del rey de Asiria:
No entrará en esta ciudad,
ni lanzará flechas en ella;
ni la enfrentará con escudo,
ni levantará contra ella un baluarte.
33 Por el mismo camino que vino, volverá,
y no entrará en esta ciudad, dice Jehová.
34 Porque yo ampararé esta ciudad para salvarla,
por amor a mí mismo,
y por amor a David, mi siervo.”»

35 Aconteció que aquella misma noche salió el ángel de Jehová y mató en el campamento de los asirios a ciento ochenta y cinco mil hombres. A la hora de levantarse por la mañana, todo era cuerpos de muertos. 36 Entonces Senaquerib, rey de Asiria, partió y regresó a Nínive, donde se quedó. 37 Y aconteció que mientras él adoraba en el templo de Nisroc, su dios, sus hijos Adramelec y Sarezer lo hirieron a espada y huyeron a tierra de Ararat. En su lugar reinó Esar-hadón, su hijo.

Enfermedad de Ezequías(F)

20 En aquellos días Ezequías cayó enfermo de muerte. Y el profeta Isaías hijo de Amoz fue a verlo y le dijo:

—Jehová dice así: “Ordena tu casa, porque vas a morir, ya no vivirás.”

Entonces él volvió su rostro a la pared y oró así a Jehová: «Te ruego, Jehová, te ruego que hagas memoria de que he andado fielmente delante de ti y con corazón íntegro, que he hecho las cosas que te agradan.» Y Ezequías lloró amargamente.

Y antes que Isaías saliera hasta la mitad del patio, le habló Jehová a Isaías y le dijo: «Vuelve, y dile a Ezequías, príncipe de mi pueblo: “Así dice Jehová, el Dios de David, tu padre: He oído tu oración, he visto tus lágrimas y voy a sanarte: dentro de tres días subirás a la casa de Jehová. Añadiré a tus días quince años y te libraré a ti y a esta ciudad de manos del rey de Asiria. Ampararé a esta ciudad por amor a mí mismo y por amor a David, mi siervo.”»

Isaías dijo:

—Tomad una masa de higos.

La tomaron, la pusieron sobre la llaga y sanó. Y Ezequías había dicho a Isaías:

—¿Qué señal tendré de que Jehová me sanará y que dentro de tres días subiré a la casa de Jehová?

Respondió Isaías:

—Esta señal tendrás de Jehová, de que Jehová hará lo que ha dicho: ¿Quieres que la sombra avance diez grados o que retroceda diez grados?

10 Ezequías respondió:

—Fácil cosa es que la sombra decline diez grados, pero no que la sombra retroceda diez grados.

11 Entonces el profeta Isaías clamó a Jehová, e hizo retroceder la sombra los diez grados que había avanzado en el reloj de Acaz.

Ezequías recibe a los enviados de Babilonia(G)

12 En aquel tiempo Merodac-baladán hijo de Baladán, rey de Babilonia, envió mensajeros con cartas y presentes a Ezequías, porque había oído que Ezequías había caído enfermo. 13 Ezequías los atendió y les mostró toda la casa de sus tesoros, la plata y el oro, las especias y ungüentos preciosos, su depósito de armas y todo lo que había en sus tesoros. Ninguna cosa quedó que Ezequías no les mostrara, tanto en su casa como en todos sus dominios. 14 Entonces el profeta Isaías fue a ver al rey Ezequías, y le preguntó:

—¿De dónde vinieron esos hombres y qué te dijeron?

Ezequías le respondió:

—De lejanas tierras han venido, de Babilonia.

15 Isaías le volvió a preguntar:

—¿Qué vieron en tu casa?

Ezequías respondió:

—Vieron todo lo que había en mi casa. Nada quedó en mis tesoros que no les mostrara.

16 Entonces Isaías dijo a Ezequías:

—Oye esta palabra de Jehová: 17 “Vienen días en que todo lo que está en tu casa y todo lo que tus padres han atesorado hasta hoy será llevado a Babilonia, sin quedar nada, dice Jehová. 18 Y algunos de los hijos que salgan de ti, que hayas engendrado, los tomarán para que sean eunucos en el palacio del rey de Babilonia.”

19 Entonces Ezequías dijo a Isaías:

—La palabra que has hablado de parte de Jehová es buena.

Pues pensaba: «Al menos en mis días habrá paz y seguridad.»

Muerte de Ezequías(H)

20 Los demás hechos de Ezequías, sus proezas y cómo hizo el estanque y el conducto para dotar de agua a la ciudad, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá? 21 Ezequías durmió con sus padres, y en su lugar reinó su hijo Manasés.

Reinado de Manasés(I)

21 Doce años tenía Manasés cuando comenzó a reinar y reinó en Jerusalén cincuenta y cinco años. El nombre de su madre era Hepsiba. Pero hizo lo malo ante los ojos de Jehová, imitando las abominaciones de las naciones que Jehová había expulsado de delante de los hijos de Israel. Reedificó los lugares altos que su padre Ezequías había derribado, levantó altares a Baal e hizo una imagen de Asera, como había hecho Acab, rey de Israel. Adoró además a todo el ejército de los cielos y rindió culto a aquellas cosas. Asimismo edificó altares en la casa de Jehová, de la que Jehová había dicho: «En Jerusalén pondré mi nombre.» Y edificó altares para todo el ejército de los cielos en los dos atrios de la casa de Jehová.

Además, hizo pasar a su hijo por el fuego y se dio a observar los tiempos, fue agorero e instituyó encantadores y adivinos, multiplicando así la maldad de sus hechos ante los ojos de Jehová para provocarlo a ira. También puso una imagen de Asera hecha por él en la casa de la cual Jehová había dicho a David y a Salomón, su hijo: «Pondré mi nombre para siempre en esta casa y en Jerusalén, a la cual escogí entre todas las tribus de Israel. No volveré a hacer que Israel ande errante lejos de la tierra que di a sus padres, con tal que cumplan todas las cosas que yo les he mandado y las guarden, conforme a toda la ley que mi siervo Moisés les mandó.»

Pero ellos no escucharon, y Manasés los indujo a que obraran peor que las naciones que Jehová destruyó delante de los hijos de Israel. 10 Habló, pues, Jehová por medio de sus siervos, los profetas, diciendo: 11 «Por cuanto Manasés, rey de Judá, ha cometido estas abominaciones, y ha obrado peor que todo lo que hicieron los amorreos que le precedieron, y también ha hecho pecar a Judá con sus ídolos; 12 por tanto, así ha dicho Jehová, el Dios de Israel: “Yo traigo un mal tan grande sobre Jerusalén y sobre Judá, que al que lo oiga le zumbarán ambos oídos. 13 Mediré a Jerusalén con la misma medida que a Samaria y la misma plomada que a la casa de Acab. Limpiaré a Jerusalén como se limpia un plato que se friega y se vuelve boca abajo. 14 Abandonaré el resto de mi heredad y lo entregaré en manos de sus enemigos; serán presa y despojo de todos sus adversarios, 15 por cuanto han hecho lo malo ante mis ojos y han provocado mi ira, desde el día que sus padres salieron de Egipto hasta hoy.”»

16 Además, Manasés derramó tal cantidad de sangre inocente que llenó a Jerusalén de extremo a extremo, aparte del pecado con que hizo pecar a Judá, para que hiciera lo malo ante los ojos de Jehová. 17 Los demás hechos de Manasés, todo lo que hizo, y el pecado que cometió, ¿no está todo escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá? 18 Manasés durmió con sus padres y fue sepultado en el huerto de su casa, en el huerto de Uza. En su lugar reinó Amón, su hijo.

Reinado de Amón(J)

19 Veintidós años tenía Amón cuando comenzó a reinar y reinó dos años en Jerusalén. El nombre de su madre era Mesulemet, hija de Haruz, de Jotba. 20 E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, como lo había hecho Manasés, su padre. 21 Anduvo en todos los caminos en que su padre anduvo, sirvió a los ídolos a los cuales había servido su padre, y los adoró. 22 Dejó a Jehová, el Dios de sus padres, y no anduvo en el camino de Jehová.

23 Los siervos de Amón conspiraron contra él y mataron al rey en su casa. 24 Entonces el pueblo de la tierra mató a todos los que habían conspirado contra el rey Amón, y el pueblo de la tierra proclamó rey en su lugar a Josías, su hijo.

25 Los demás hechos de Amón, ¿no están todos escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Judá? 26 Fue sepultado en su sepulcro en el huerto de Uza. Y reinó en su lugar su hijo Josías.

Reinado de Josías(K)

22 Cuando Josías comenzó a reinar tenía ocho años de edad, y reinó en Jerusalén treinta y un años. El nombre de su madre era Jedida, hija de Adaía, de Boscat. Hizo lo recto ante los ojos de Jehová y anduvo en todo el camino de David, su padre, sin apartarse a derecha ni a izquierda.

Hallazgo del libro de la Ley(L)

En el año dieciocho del rey Josías envió el rey a Safán hijo de Azalía hijo de Mesulam, el escriba, a la casa de Jehová diciendo: «Vete a ver al sumo sacerdote Hilcías y dile que recoja el dinero que han traído a la casa de Jehová y ha sido recogido del pueblo por los guardianes de la puerta. Que se ponga en manos de los que hacen la obra, los que tienen a su cargo el arreglo de la casa de Jehová, para que lo entreguen a los que hacen la obra de la casa de Jehová, a quienes reparan las grietas de la Casa —a los carpinteros, maestros y albañiles—, y se pueda comprar madera y piedra de cantería para reparar la Casa. Pero que no se les pida cuentas del dinero cuyo manejo se les confíe, porque ellos proceden con honradez.»

Entonces el sumo sacerdote Hilcías dijo al escriba Safán: «He hallado el libro de la Ley en la casa de Jehová.»

E Hilcías entregó el libro a Safán, quien lo leyó. Luego el escriba Safán se presentó ante el rey y le rindió cuentas diciendo:

—Tus siervos han recogido el dinero que se halló en el Templo y se lo han entregado a los que hacen la obra, los que tienen a su cargo el arreglo de la casa de Jehová.

10 Asimismo el escriba Safán declaró al rey: «El sacerdote Hilcías me ha dado un libro.»

Y Safán lo leyó delante del rey. 11 Cuando el rey escuchó las palabras del libro de la Ley, rasgó sus vestidos, 12 y dio enseguida esta orden al sacerdote Hilcías, a Ahicam hijo de Safán, a Acbor hijo de Micaías, al escriba Safán y a Asaías, siervo del rey: 13 «Id y preguntad a Jehová por mí, por el pueblo y por todo Judá, acerca de las palabras de este libro que se ha hallado, ya que es grande la ira de Jehová que se ha encendido contra nosotros, por cuanto nuestros padres no escucharon las palabras de este libro y no han obrado conforme a todo lo que en él está escrito.»

14 Entonces el sacerdote Hilcías, Ahicam, Acbor, Safán y Asaías, fueron a ver a la profetisa Hulda, mujer de Salum hijo de Ticva hijo de Harhas, encargado del vestuario, la cual vivía en Jerusalén, en el barrio nuevo de la ciudad, y hablaron con ella. 15 Ella les dijo: «Así ha dicho Jehová, el Dios de Israel: “Decid al hombre que os ha enviado a mí: 16 ‘Así dijo Jehová: Voy a traer sobre este lugar, y sobre sus habitantes, todo el mal de que habla este libro que ha leído el rey de Judá, 17 por cuanto me abandonaron a mí y quemaron incienso a dioses ajenos, provocando mi ira con toda la obra de sus manos. Mi ira se ha encendido contra este lugar, y no se apagará.’ 18 Pero al rey de Judá, que os ha enviado a consultar a Jehová, le diréis: ‘Así ha dicho Jehová, el Dios de Israel: Por cuanto oíste las palabras del libro 19 y tu corazón se enterneció y te has humillado delante de Jehová al escuchar lo que yo he dicho contra este lugar y contra sus habitantes, que serán asolados y malditos, y por haberte rasgado los vestidos y haber llorado en mi presencia, también yo te he oído, dice Jehová. 20 Por tanto, haré que te reúnas con tus padres: serás llevado a tu sepulcro en paz y tus ojos no verán ninguno de los males que yo traigo sobre este lugar.’”»

Y ellos llevaron la respuesta al rey.

23 Entonces el rey mandó convocar ante él a todos los ancianos de Judá y de Jerusalén. Luego el rey subió a la casa de Jehová con todos los hombres de Judá y todos los habitantes de Jerusalén, los sacerdotes, los profetas y todo el pueblo, desde el más pequeño hasta el más grande. Allí leyó en voz alta todas las palabras del libro del pacto que había sido hallado en la casa de Jehová. Después, puesto en pie junto a la columna, el rey hizo un pacto delante de Jehová, comprometiéndose a que seguirían a Jehová y guardarían sus mandamientos, sus testimonios y sus estatutos, con todo el corazón y con toda el alma, y que cumplirían las palabras del pacto que estaban escritas en aquel libro. Y todo el pueblo confirmó el pacto.

Reformas de Josías(M)

El rey mandó al sumo sacerdote Hilcías, a los sacerdotes de segundo orden y a los guardianes de la puerta, que sacaran del templo de Jehová todos los utensilios que habían sido hechos para Baal, Asera y todo el ejército de los cielos. Los quemó fuera de Jerusalén, en el campo del Cedrón, e hizo llevar sus cenizas a Bet-el. Después quitó a los sacerdotes idólatras que habían puesto los reyes de Judá para que quemaran incienso en los lugares altos de las ciudades de Judá y en los alrededores de Jerusalén, así como a los que quemaban incienso a Baal, al sol y a la luna, a los signos del zodíaco y a todo el ejército de los cielos. Hizo también sacar la imagen de Asera fuera de la casa de Jehová, fuera de Jerusalén, al valle del Cedrón, la quemó en el valle del Cedrón, la convirtió en polvo y echó el polvo sobre los sepulcros de los hijos del pueblo. Además derribó los lugares de prostitución idolátrica que estaban en la casa de Jehová, en los cuales tejían las mujeres tiendas para Asera.

Hizo venir a todos los sacerdotes de las ciudades de Judá y profanó los lugares altos donde los sacerdotes quemaban incienso, desde Geba hasta Beerseba. Derribó los altares de las puertas que estaban a la entrada de la puerta de Josué, gobernador de la ciudad, situados al lado izquierdo de la puerta de la ciudad. Pero los sacerdotes de los lugares altos no subían al altar de Jehová en Jerusalén, sino que comían panes sin levadura entre sus hermanos.

10 Asimismo profanó el Tofet, que está en el valle del hijo de Hinom, para que ninguno pasara su hijo o su hija por fuego ante Moloc. 11 Quitó también los caballos que los reyes de Judá habían dedicado al sol a la entrada del templo de Jehová, junto a la habitación de Natán-melec, el eunuco, el cual tenía a su cargo los ejidos, y quemó los carros del sol. 12 Derribó además el rey los altares que estaban sobre la azotea de la sala de Acaz, construidos por los reyes de Judá, y los altares que había hecho Manasés en los dos atrios de la casa de Jehová. De allí corrió y arrojó el polvo al arroyo Cedrón.

13 Asimismo profanó el rey los lugares altos que estaban delante de Jerusalén, a la mano derecha del monte de la destrucción, los cuales Salomón, rey de Israel, había edificado a Astoret, ídolo abominable de los sidonios, a Quemos, ídolo abominable de Moab, y a Milcom, ídolo abominable de los hijos de Amón. 14 Quebró las estatuas, derribó las imágenes de Asera y llenó el lugar que ocupaban con huesos humanos. 15 También el altar que estaba en Bet-el y el lugar alto que había hecho Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo pecar a Israel. Destruyó aquel altar y su lugar alto, lo quemó y lo hizo polvo, y prendió fuego a la imagen de Asera.

16 Cuando regresó Josías y vio los sepulcros que estaban allí en el monte, mandó sacar los huesos de los sepulcros y los quemó sobre el altar para contaminarlo, conforme a la palabra de Jehová que había proclamado el hombre de Dios, el cual había anunciado estas cosas. 17 Después dijo:

—¿Qué monumento es éste que veo?

Los de la ciudad le respondieron:

—Éste es el sepulcro del hombre de Dios que vino de Judá y profetizó estas cosas que tú has hecho sobre el altar de Bet-el.

18 El rey dijo:

—Dejadlo; que nadie mueva sus huesos.

Así fueron preservados sus huesos y los huesos del profeta que había venido de Samaria.

19 Josías quitó también todos los templos de los lugares altos que estaban en las ciudades de Samaria, los cuales habían hecho los reyes de Israel para provocar a ira, e hizo con ellos como había hecho en Bet-el. 20 Mató además sobre los altares a todos los sacerdotes de los lugares altos que allí estaban y quemó sobre ellos huesos humanos, y volvió a Jerusalén.

Josías celebra la Pascua(N)

21 Entonces el rey ordenó a todo el pueblo: «Celebrad la Pascua a Jehová, vuestro Dios, conforme a lo que está escrito en el libro de este pacto.» 22 No había sido celebrada tal Pascua desde los tiempos en que los jueces gobernaban a Israel, ni en todos los tiempos de los reyes de Israel y de los reyes de Judá. 23 En el año dieciocho del rey Josías se celebró aquella Pascua a Jehová en Jerusalén.

Persiste la ira de Jehová contra Judá

24 Josías barrió asimismo a los encantadores, adivinos y terafines, y todas las cosas abominables que se veían en la tierra de Judá y en Jerusalén, para cumplir las palabras de la Ley que estaban escritas en el libro que el sacerdote Hilcías había hallado en la casa de Jehová. 25 No hubo otro rey antes de él que se convirtiera a Jehová con todo su corazón, con toda su alma y con todas sus fuerzas, conforme a toda la ley de Moisés, ni después de él nació otro igual.

26 Con todo, Jehová no desistió del ardor de su gran ira, que se había encendido contra Judá por todas las provocaciones con que Manasés lo había irritado. 27 Y Jehová dijo: «También apartaré de mi presencia a Judá, como aparté a Israel, y desecharé a esta ciudad que había escogido, a Jerusalén, y a la casa de la que dije: “Allí estará mi nombre.”»

Muerte de Josías(O)

28 Los demás hechos de Josías, y todo lo que hizo, ¿no está todo escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá? 29 En aquellos días el faraón Necao, rey de Egipto, subió hacia el río Éufrates al encuentro del rey de Asiria. Contra él salió el rey Josías; pero en cuanto aquél lo vio, lo mató en Meguido. 30 Sus siervos lo pusieron en un carro, lo trajeron muerto de Meguido a Jerusalén y lo sepultaron en su sepulcro. Entonces el pueblo de la tierra tomó a Joacaz hijo de Josías, lo ungieron y lo proclamaron rey en lugar de su padre.

Reinado y destronamiento de Joacaz(P)

31 Joacaz tenía veintitrés años cuando comenzó a reinar y reinó tres meses en Jerusalén. El nombre de su madre era Hamutal, hija de Jeremías, de Libna. 32 E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que sus padres habían hecho. 33 El faraón Necao lo tuvo preso en Ribla, en la provincia de Hamat, para que no reinara en Jerusalén, e impuso al país un tributo de cien talentos de plata y uno de oro. 34 Entonces el faraón Necao puso como rey a Eliaquim hijo de Josías, en lugar de Josías, su padre, y le cambió el nombre por el de Joacim. A Joacaz lo tomó y se lo llevó a Egipto, donde murió.

35 Joacim entregó al faraón la plata y el oro, pero tuvo que imponer una contribución al país para dar el dinero exigido por la orden del faraón, sacando la plata y el oro del pueblo de la tierra, según un estimado de la hacienda de cada uno, para darlo al faraón Necao.

Reinado de Joacim(Q)

36 Joacim tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar y reinó once años en Jerusalén. El nombre de su madre era Zebuda, hija de Pedaías, de Ruma. 37 Pero hizo lo malo ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que sus padres habían hecho.

24 En su tiempo, Nabucodonosor, rey de Babilonia, subió en campaña, y Joacim se convirtió en su siervo por tres años, pero luego volvió a rebelarse contra él. Jehová envió contra Joacim fuerzas de caldeos, de sirios, de moabitas y de amonitas. Las envió contra Judá para que la destruyeran, conforme a la palabra que Jehová había anunciado por medio de sus siervos, los profetas. Ciertamente vino esto contra Judá por mandato de Jehová, para apartarla de su presencia, por todos los pecados cometidos por Manasés y también por la sangre inocente que derramó, pues llenó a Jerusalén de sangre inocente. Por tanto, Jehová no quiso perdonar.

Los demás hechos de Joacim, y todo lo que hizo, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá? Joacim durmió con sus padres y en su lugar reinó Joaquín, su hijo.

El rey de Egipto nunca más salió de su tierra, porque el rey de Babilonia se apoderó de todo lo que era suyo desde el río de Egipto hasta el río Éufrates.

Joaquín y los nobles son llevados cautivos a Babilonia(R)

Joaquín tenía dieciocho años cuando comenzó a reinar y reinó en Jerusalén tres meses. El nombre de su madre era Nehusta, hija de Elnatán, de Jerusalén. E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que había hecho su padre.

10 En aquel tiempo subieron contra Jerusalén los siervos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y la ciudad fue sitiada. 11 Llegó también a la ciudad Nabucodonosor, rey de Babilonia, cuando sus siervos la tenían sitiada. 12 Entonces Joaquín, rey de Judá, junto con su madre, sus siervos, sus príncipes y sus oficiales, se rindió al rey de Babilonia. En el octavo año de su reinado, el rey de Babilonia lo tomó prisionero.

13 Después sacó de allí todos los tesoros de la casa de Jehová y los de la casa real. Tal como lo había dicho Jehová, rompió en pedazos todos los utensilios de oro que había hecho Salomón, rey de Israel, en la casa de Jehová. 14 Se llevó cautiva a toda Jerusalén, a todos los príncipes y a todos los hombres valientes, en número de diez mil cautivos, y a todos los artesanos y herreros; no quedó nadie, excepto la gente pobre del país.

15 Asimismo se llevó cautivos de Jerusalén a Babilonia a Joaquín, a la madre del rey, a las mujeres del rey, a sus oficiales y a los poderosos de la tierra. 16 A todos los hombres de guerra, que fueron siete mil, a los artesanos y herreros, que fueron mil, y a todos los hombres fuertes y aptos para la guerra, se llevó cautivos el rey de Babilonia. 17 Luego el rey de Babilonia puso como rey en lugar de Joaquín a Matanías, su tío, y le cambió el nombre por el de Sedequías.

Reinado de Sedequías(S)

18 Sedequías tenía veintiún años cuando comenzó a reinar y reinó en Jerusalén once años. El nombre de su madre era Hamutal, hija de Jeremías, de Libna. 19 Hizo lo malo ante los ojos de Jehová, conforme a todo lo que había hecho Joacim. 20 Vino, pues, la ira de Jehová contra Jerusalén y Judá, hasta que los echó de su presencia. Después Sedequías se rebeló contra el rey de Babilonia.

Caída de Jerusalén(T)

25 Aconteció en el noveno año de su reinado, el día diez del mes décimo, que Nabucodonosor, rey de Babilonia, llegó con todo su ejército contra Jerusalén, la sitió y levantó torres alrededor de ella. La ciudad estuvo sitiada hasta el año undécimo del rey Sedequías. A los nueve días del cuarto mes arreció el hambre en la ciudad y, cuando el pueblo de la tierra no tenía ya nada que comer, abrieron una brecha en el muro de la ciudad. Aunque los caldeos la tenían rodeada, todos los hombres de guerra huyeron durante la noche por el camino de la puerta que estaba entre los dos muros, junto a los huertos del rey. El rey se fue por el camino del Arabá, pero el ejército de los caldeos lo siguió y lo apresó en las llanuras de Jericó, tras haber dispersado todo su ejército. Preso, pues, el rey, lo llevaron a Ribla ante el rey de Babilonia, y dictaron sentencia contra él. Degollaron a los hijos de Sedequías en presencia suya y a él le sacaron los ojos, lo ataron con cadenas y lo llevaron a Babilonia.

Cautividad de Judá(U)

En el mes quinto, a los siete días del mes, en el año diecinueve de Nabucodonosor, rey de Babilonia, llegó a Jerusalén Nabuzaradán, capitán de la guardia, siervo del rey de Babilonia. Incendió la casa de Jehová, la casa del rey y todas las casas de Jerusalén; también prendió fuego a todas las casas de los príncipes. 10 Todo el ejército de los caldeos que acompañaba al capitán de la guardia derribó los muros que rodeaban a Jerusalén. 11 Entonces Nabuzaradán, capitán de la guardia, se llevó cautivos a los del pueblo que habían quedado en la ciudad, a los que se habían pasado al rey de Babilonia y a los que habían quedado de la gente común. 12 Nabuzaradán, capitán de la guardia, dejó algunos de los pobres de la tierra para que labraran las viñas y la tierra.

13 Los caldeos quebraron las columnas de bronce que estaban en la casa de Jehová, las basas y el mar de bronce que estaba en la casa de Jehová, y se llevaron el bronce a Babilonia. 14 También los caldeos se llevaron los calderos, las paletas, las despabiladeras, los cucharones y todos los utensilios de bronce con que ministraban: 15 incensarios, cuencos, los objetos de oro y de plata; todo se lo llevó el capitán de la guardia. 16 No era posible calcular el peso de las dos columnas, el mar y las basas que Salomón había hecho para la casa de Jehová. 17 La altura de una columna era de dieciocho codos y tenía encima un capitel de bronce; la altura del capitel era de tres codos, y sobre el capitel había una red y granadas en derredor, todo de bronce. Igual labor había en la otra columna con su red.

18 El capitán de la guardia tomó entonces presos al primer sacerdote Seraías, al segundo sacerdote Sofonías y a tres guardas de la vajilla. 19 Apresó a un oficial de la ciudad que tenía a su cargo los hombres de guerra, a cinco hombres de los consejeros del rey que estaban en la ciudad, al principal escriba del ejército, que llevaba el registro de la gente del país, y a sesenta hombres del pueblo de la tierra que se encontraban en la ciudad. 20 Nabuzaradán, capitán de la guardia, los tomó y los llevó a Ribla ante el rey de Babilonia. 21 Y el rey de Babilonia hizo que los mataran en Ribla, en tierra de Hamat.

Así fue llevado cautivo Judá lejos de su tierra.

El remanente huye a Egipto

22 Al pueblo que Nabucodonosor, rey de Babilonia, dejó en tierra de Judá, le puso como gobernador a Gedalías hijo de Ahicam hijo de Safán. 23 Cuando todos los príncipes del ejército y su gente oyeron que el rey de Babilonia había puesto por gobernador a Gedalías, se presentaron ante él en Mizpa. Eran Ismael hijo de Netanías, Johanán hijo de Carea, Seraías hijo de Tanhumet, el netofatita, y Jaazanías, hijo de un maacateo, acompañados de los suyos. 24 Gedalías les hizo juramento a ellos y a los suyos, y les dijo: «No temáis de servir a los caldeos; habitad en la tierra, servid al rey de Babilonia y os irá bien.»

25 Pero en el mes séptimo llegó Ismael hijo de Netanías hijo de Elisama, de la estirpe real, acompañado de diez hombres, hirieron y mataron a Gedalías, así como a los de Judá y a los caldeos que estaban con él en Mizpa. 26 Entonces se levantó todo el pueblo, desde el más pequeño hasta el mayor, con los capitanes del ejército, y se fueron a Egipto por temor a los caldeos.

Joaquín es liberado y recibe honores en Babilonia(V)

27 Aconteció en el año treinta y siete del cautiverio de Joaquín, rey de Judá, en el mes duodécimo, a los veintisiete días del mes, que Evil-merodac, rey de Babilonia, en el primer año de su reinado, liberó a Joaquín, rey de Judá, sacándolo de la cárcel. 28 Le habló con benevolencia y puso su trono más alto que los tronos de los reyes que estaban con él en Babilonia. 29 Le cambió los vestidos de prisionero y Joaquín comió siempre delante de él, todos los días de su vida. 30 Diariamente le fue dado su sustento de parte del rey, día tras día, todos los días de su vida.

Reina-Valera 1995 (RVR1995)

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