Print Page Options
Previous Prev Day Next DayNext

Bible in 90 Days

An intensive Bible reading plan that walks through the entire Bible in 90 days.
Duration: 88 days
Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Version
Jeremías 48 - Lamentaciones 1

Profecía sobre Moab

48 Acerca de Moab. Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel:

«¡Ay de Nebo,
porque fue destruida!
¡Deshonrada y conquistada fue Quiriataim;
la ciudadela está deshonrada y destruida!
¡Nunca más se alabará Moab!
En Hesbón maquinaron mal contra ella, diciendo:
“¡Venid y borrémosla de entre las naciones!”
También tú, Madmena, serás cortada;
la espada irá en pos de ti.

»¡Gritos vienen de Horonaim,
destrucción y gran quebrantamiento!
¡Moab fue quebrantada:
hicieron que se oyera el clamor de sus pequeños!,
pues por la cuesta de Luhit
la gente sube llorando,
porque a la bajada de Horonaim
los enemigos oyen gritos de quebranto.
¡Huid, salvad vuestra vida,
sed como la retama en el desierto!
Por cuanto confiaste en tus bienes
y en tus tesoros,
tú también serás conquistada.
Quemos será llevado en cautiverio,
junto con sus sacerdotes y sus príncipes.
Vendrá el destructor a cada una de las ciudades,
y ninguna ciudad escapará.
También el valle será arruinado
y arrasada la llanura,
como ha dicho Jehová.

»¡Dadle alas a Moab,
para que se vaya volando!,
pues quedarán desiertas sus ciudades
hasta no hallarse en ellas morador alguno.»

10 ¡Maldito el que haga con indolencia la obra de Jehová! ¡Maldito el que retraiga de la sangre su espada!

11 Tranquilo estuvo Moab desde su juventud;
sobre sus sedimentos ha estado reposado;
no fue vaciado de vasija en vasija
ni nunca estuvo en cautiverio.
Por eso conservó su propio sabor
y no ha perdido su aroma.

12 «Pero vienen días, ha dicho Jehová, en que yo le enviaré trasvasadores que lo trasvasarán, vaciarán sus vasijas y romperán sus odres. 13 Y Moab se avergonzará de Quemos, como la casa de Israel se avergonzó de Bet-el, su confianza.

14 »¿Cómo, pues, diréis: “Somos hombres valientes
y robustos para la guerra”?
15 ¡Destruido es Moab, asoladas sus ciudades
y llevados sus jóvenes al degolladero!,
ha dicho el Rey, cuyo nombre es Jehová de los ejércitos.
16 Cercano está el quebrantamiento de Moab,
a punto de llegar;
mucho se apresura su mal.
17 Compadeceos de él
todos los que estáis a su alrededor;
y todos los que sabéis su nombre, decid:
“¡Cómo se quebró la vara fuerte,
el bastón hermoso!”
18 Desciende de la gloria,
siéntate en tierra seca, moradora hija de Dibón,
porque el destructor de Moab ha subido contra ti,
ha destruido tus fortalezas.
19 Párate en el camino y mira,
moradora de Aroer;
pregunta a la que va huyendo, a la que escapó.
Dile: “¿Qué ha sucedido?”
20 Se avergonzó Moab, porque fue quebrantado.
¡Lamentaos a gritos!
¡Anunciad en el Arnón
que Moab ha sido destruido!»

21 Vino el juicio sobre la tierra de la llanura; sobre Holón, sobre Jahaza, sobre Mefaat, 22 sobre Dibón, sobre Nebo, sobre Bet-diblataim, 23 sobre Quiriataim, sobre Bet-gamul, sobre Bet-meón, 24 sobre Queriot, sobre Bosra y sobre todas las ciudades de la tierra de Moab, las de lejos y las de cerca. 25 Jehová dice:

«Cortado es el poder de Moab
y quebrantado su brazo.»

26 ¡Embriagadlo,
porque contra Jehová se engrandeció!
¡Revuélquese Moab sobre su vómito
y sea, también él, motivo de escarnio!
27 ¿Acaso Israel no fue para ti un motivo de escarnio,
como si lo hubieran sorprendido entre ladrones?
Porque tú, cuando de él hablabas,
hacías gestos de burla.

28 ¡Abandonad las ciudades
y habitad entre peñascos,
moradores de Moab!
¡Sed como la paloma que anida al borde del barranco!
29 Hemos oído de la soberbia de Moab,
que es muy soberbio, arrogante,
orgulloso, altivo y altanero de corazón.
30 Dice Jehová: «Yo conozco su cólera,
pero no tendrá efecto alguno.
Sus jactancias de nada le aprovecharán.»
31 Por tanto, yo aullaré por Moab,
por todo Moab clamaré,
y gemiré por la gente de Kir-hares.
32 Con llanto por Jazer
lloraré por ti, vid de Sibma;
tus sarmientos pasaron el mar,
llegaron hasta el mar de Jazer.
Sobre tu cosecha y sobre tu vendimia
vino el destructor.
33 La alegría y el regocijo se han acabado
en los campos fértiles de la tierra de Moab.
De los lagares haré que falte el vino,
y no habrá pisador que cante.
No habrá más cantos de júbilo.

34 El clamor de Hesbón llega hasta Eleale; hasta Jahaza dieron su voz; desde Zoar hasta Horonaim y Eglat-selesiyá, porque aun las aguas de Nimrim serán arruinadas.

35 Dice Jehová: «Exterminaré de Moab a quien sacrifique sobre los lugares altos y ofrezca incienso a sus dioses.» 36 Por eso resuena mi corazón como flautas por causa de Moab, y asimismo resuena mi corazón a modo de flautas por los hombres de Kir-hares, porque se perdieron las riquezas que habían conseguido. 37 Porque toda cabeza está rapada y toda barba recortada; en toda mano hay cortaduras, y todos llevan ropa áspera.

38 «Sobre todos los terrados de Moab, y en sus calles, todo será llanto, porque yo quebranté a Moab como a una vasija inútil», dice Jehová. 39 ¡Lamentad! ¡Cómo ha sido quebrantado! ¡Cómo volvió la espalda Moab y fue avergonzado! Fue Moab objeto de escarnio y de horror para todos los que están en sus alrededores.

40 Porque así ha dicho Jehová:
«Como un águila volará,
desplegará sus alas contra Moab.
41 Tomadas serán las ciudades
y conquistadas las fortalezas.
Aquel día, el corazón de los valientes de Moab
será como el corazón de mujer en angustias,
42 y Moab será destruido hasta dejar de ser pueblo,
porque se engrandeció contra Jehová.
43 Miedo, fosa y red contra ti, morador de Moab,
dice Jehová.
44 El que huya del miedo caerá en la fosa,
y el que salga de la fosa quedará atrapado en la red.
Porque yo traeré sobre él, sobre Moab,
el año de su castigo,
dice Jehová.

45 »A la sombra de Hesbón
se detuvieron sin fuerzas los que huían;
mas salió fuego de Hesbón
y una llama de en medio de Sehón,
y quemó el rincón de Moab
y la coronilla de los hijos revoltosos.
46 ¡Ay de ti, Moab!
¡Pereció el pueblo de Quemos!,
porque tus hijos fueron apresados, llevados en cautividad,
y tus hijas fueron puestas en cautiverio.
47 Pero haré volver a los cautivos de Moab
al final de los tiempos,
dice Jehová.»

Hasta aquí es el juicio de Moab.

Profecía sobre los amonitas

49 Acerca de los hijos de Amón. Así ha dicho Jehová:

«¿No tiene hijos Israel?
¿No tiene heredero?
¿Por qué Milcom ha hecho de Gad su heredad,
y su pueblo se ha establecido en sus ciudades?
Por tanto, vienen días,
dice Jehová,
en que haré oír el grito de guerra
en Rabá de los hijos de Amón.
Será convertida en un montón de ruinas,
sus ciudades serán incendiadas
e Israel tomará por heredad a quienes los tomaron a ellos.
Esto dice Jehová.

»¡Laméntate, Hesbón, porque Hai ha sido destruida!
¡Gritad, hijas de Rabá,
vestíos de ropas ásperas,
haced lamentación y rodead los vallados!,
porque Milcom fue llevado en cautiverio
juntamente con sus sacerdotes y sus príncipes.
¿Por qué te glorías de los valles?,
de tu fértil valle, tú, hija rebelde,
que confías en tus tesoros
y dices: “¿Quién vendrá contra mí?”
He aquí yo traigo el miedo sobre ti,
dice el Señor, Jehová de los ejércitos,
desde todos tus alrededores.
Seréis lanzados cada uno de vosotros hacia adelante, con violencia,
y no habrá quien acoja a los fugitivos.
Después de esto, haré volver a los cautivos de los hijos de Amón,
dice Jehová.»

Profecía sobre Edom

Acerca de Edom. Así ha dicho Jehová de los ejércitos:

«¿No hay más sabiduría en Temán?
¿Se agotó el consejo en los sabios?
¿Se corrompió su sabiduría?
¡Huid, volveos atrás,
habitad en lugares profundos, moradores de Dedán!,
porque el quebranto de Esaú traeré sobre él
en el tiempo en que lo castigue.
Si vendimiadores hubieran venido contra ti,
¿no habrían dejado rebuscos?
Si ladrones hubieran venido de noche,
¿no habrían tomado lo que les bastara?
10 Mas yo desnudaré a Esaú,
pondré al descubierto sus escondrijos
y no podrá esconderse;
será destruida su descendencia,
sus hermanos y sus vecinos,
y dejará de ser.
11 ¡Deja tus huérfanos, yo los criaré,
y en mí confiarán tus viudas!

12 »Así ha dicho Jehová: Los que no estaban condenados a beber la copa, la beberán ciertamente. ¿Y serás tú absuelto del todo? ¡No serás absuelto, sino que ciertamente la beberás! 13 Porque por mí mismo he jurado, dice Jehová, que espanto, afrenta, soledad y maldición será Bosra, y todas sus ciudades serán ruinas para siempre.»

14 He oído esta noticia:
que de parte de Jehová se había enviado un mensajero
a decir a las naciones:
«¡Juntaos, venid contra ella,
subid a la batalla!»
15 Te haré pequeño entre las naciones,
menospreciado entre los hombres.
16 Te engañaron tu arrogancia
y la soberbia de tu corazón.
Tú, que habitas en las hendiduras de las peñas,
que alcanzas las alturas del monte,
aunque eleves como el águila tu nido,
de allí te haré descender,
dice Jehová.

17 «Edom se convertirá en espanto. Todo aquel que pase por ella se asombrará, se burlará de todas sus calamidades. 18 Como sucedió en la destrucción de Sodoma, de Gomorra y de sus ciudades vecinas, dice Jehová, tampoco allí habitará nadie, ningún ser humano habitará en ella.

19 »Yo, como un león que sube
de la espesura del Jordán al verde prado,
muy pronto los haré huir de ella,
y pondré en ella al que yo escoja,
porque ¿quién es semejante a mí? ¿Quién me emplazará?
¿Quién será el pastor que pueda resistirme?
20 Por tanto, oíd el plan que Jehová ha acordado acerca de Edom,
y las decisiones que ha tomado acerca de los moradores de Temán.
Ciertamente, arrastrarán a los más pequeños de su rebaño,
y los destruirán junto con sus pastizales.
21 Por el estruendo de la caída de ellos, la tierra temblará,
y el eco de su voz se oirá hasta en el Mar Rojo.
22 Como un águila subirá y volará,
y desplegará sus alas contra Bosra.
Aquel día el corazón de los valientes de Edom
será como el corazón de una mujer en angustias.»

Profecía sobre Damasco

23 Acerca de Damasco.

«Hamat y Arfad se avergonzaron
porque oyeron malas noticias;
se derritieron en aguas de ansiedad, ¡no logran sosegarse!
24 Damasco se desmayó, se dispuso a huir,
le tomó temblor y angustia,
y se apoderaron de él dolores
como de una mujer que está de parto.
25 ¡Cómo abandonan la ciudad tan alabada,
la ciudad de mi gozo!
26 Por tanto, sus jóvenes caerán en las plazas,
y todos los hombres de guerra morirán en aquel día,
dice Jehová de los ejércitos.
27 En el muro de Damasco prenderé yo un fuego
que consumirá las casas de Ben-adad.»

Profecía sobre Cedar y Hazor

28 Acerca de Cedar y de los reinos de Hazor, asolados por Nabucodonosor, rey de Babilonia. Así ha dicho Jehová:

«Levantaos, subid contra Cedar
y destruid a los hijos del oriente.
29 Sus tiendas y sus ganados tomarán.
Sus cortinas, todos sus utensilios
y sus camellos tomarán para sí,
y gritarán contra ellos: “¡Hay terror por todas partes!”
30 ¡Huid, marchaos muy lejos, habitad en lugares profundos,
moradores de Hazor!,
dice Jehová;
porque Nabucodonosor, rey de Babilonia,
tomó consejo contra vosotros, y contra vosotros ha preparado un plan.
31 ¡Levantaos, subid contra una nación pacífica
que vive confiadamente,
dice Jehová,
que ni tiene puertas ni cerrojos,
que vive solitaria!
32 Sus camellos serán por botín
y la multitud de sus ganados por despojo.
Los esparciré a todos los vientos,
dispersados hasta el último rincón;
de todos lados les traeré su ruina,
dice Jehová.
33 Hazor será guarida de chacales,
quedará desolada para siempre.
Nadie morará allí;
ningún ser humano habitará en ella».

Profecía sobre Elam

34 Palabra de Jehová que vino al profeta Jeremías acerca de Elam, al comienzo del reinado de Sedequías, rey de Judá, diciendo: 35 «Así ha dicho Jehová de los ejércitos:

»Yo quiebro el arco de Elam,
parte principal de su fortaleza.
36 Traeré sobre Elam los cuatro vientos
desde los cuatro puntos del cielo,
y los aventaré a los cuatro vientos.
No habrá nación a donde no lleguen fugitivos de Elam.
37 Y haré que Elam se acobarde ante sus enemigos
y ante quienes buscan su vida.
Traeré sobre ellos mal y el ardor de mi ira,
dice Jehová,
y enviaré espada que los persiga hasta acabar con ellos.
38 Yo pondré mi trono en Elam,
y destruiré a su rey y a sus príncipes,
dice Jehová. 39 Pero acontecerá en los últimos días,
que yo haré volver a los cautivos de Elam,
dice Jehová.»

Profecía sobre Babilonia

50 Palabra que habló Jehová contra Babilonia, contra la tierra de los caldeos, por medio del profeta Jeremías:

«Anunciadlo en las naciones, hacedlo saber;
levantad también bandera, publicadlo y no lo encubráis;
decid: “¡Conquistada ha sido Babilonia!
¡Bel está avergonzado!
¡Merodac está deshecho,
destruidas sus esculturas, destrozados sus ídolos!”
¡Porque ha subido contra ella una nación del norte!,
que hará de su tierra un objeto de espanto.
No habrá hombre ni animal que en ella more;
todos han huido, se han marchado.

»En aquellos días y en aquel tiempo, dice Jehová,
vendrán los hijos de Israel,
ellos y los hijos de Judá juntamente.
Irán andando y llorando,
y buscarán a Jehová, su Dios.
Preguntarán por el camino de Sión,
hacia donde volverán sus rostros, diciendo:
“¡Venid y unámonos a Jehová
con un pacto eterno que jamás se eche en el olvido!”

»Como ovejas perdidas era mi pueblo:
sus pastores las extraviaron,
por los montes las descarriaron;
anduvieron de monte en collado
y se olvidaron de sus rediles.
Todos los hallaban, los devoraban;
decían sus enemigos: “No pecaremos,
porque ellos pecaron contra Jehová, morada de justicia,
contra Jehová, esperanza de sus padres.”

»¡Huid de en medio de Babilonia,
salid de la tierra de los caldeos,
sed como los machos cabríos que van delante del rebaño!
Porque yo levanto y hago subir contra Babilonia
una reunión de grandes pueblos de la tierra del norte;
desde allí se prepararán contra ella,
y será conquistada.
Sus flechas son como las de un valiente experto,
que no volverá vacío.
10 Y Caldea será para botín;
todos los que la saqueen se saciarán,
dice Jehová.

11 »Cómo os alegrasteis,
cómo os gozasteis destruyendo mi heredad,
cómo os llenasteis cual novilla sobre la hierba
y relinchasteis cual los caballos.
12 Vuestra madre se avergonzó mucho;
confundida quedó la que os dio a luz;
será la última de las naciones,
convertida en desierto, sequedal y páramo.
13 Por la ira de Jehová no será habitada,
sino que será asolada por completo.
Todo aquel que pase por Babilonia se asombrará
y se burlará de sus calamidades.
14 ¡Poneos en orden contra Babilonia,
rodeadla todos los que tensáis arco!
¡Tirad contra ella y no escatiméis las flechas,
porque pecó contra Jehová!
15 ¡Gritad contra ella, a su alrededor!
¡Se rindió,
han caído sus cimientos,
derribados son sus muros!
¡Ésta es la venganza de Jehová!
¡Tomad venganza de ella;
haced con ella como ella os hizo!
16 Destruid en Babilonia al que siembra
y al que mete la hoz en el tiempo de la siega.
Ante la espada destructora,
cada cual volverá el rostro hacia su pueblo,
cada cual huirá hacia su tierra.

17 »Rebaño descarriado es Israel;
leones lo dispersaron.

»Primero lo devoró el rey de Asiria; Nabucodonosor, rey de Babilonia lo deshuesó después. 18 Por tanto, así dice Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Yo castigo al rey de Babilonia y a su tierra, como castigué al rey de Asiria.

19 »Volveré a traer a Israel a su pastizal;
pacerá en el Carmelo y en Basán,
y en los montes de Efraín y en Galaad se saciará su alma.
20 En aquellos días y en aquel tiempo,
dice Jehová,
la maldad de Israel será buscada, y no aparecerá;
y los pecados de Judá, y no se hallarán;
porque perdonaré a los que yo haya dejado.

21 »¡Sube contra la tierra de Merataim,
contra ella y contra los moradores de Pecod!
¡Destruye y mata en pos de ellos,
dice Jehová,
y haz conforme a todo lo que yo te he mandado!»
22 ¡Estruendo de guerra se oye en la tierra,
y de gran quebrantamiento!
23 ¡Cómo fue cortado y quebrado
el martillo de toda la tierra!
¡Cómo se convirtió Babilonia
en objeto de espanto entre las naciones!
24 «Te puse lazos, y sin darte cuenta caíste en ellos, Babilonia;
fuiste hallada, y aun apresada,
porque provocaste a Jehová.»
25 Abrió Jehová su tesoro
y sacó los instrumentos de su furor;
porque ésta es obra de Jehová, Dios de los ejércitos,
en la tierra de los caldeos.
26 Venid contra ella desde el extremo de la tierra,
abrid sus almacenes,
convertidla en un montón de ruinas y destruidla.
¡Que no le quede nada!
27 Matad a todos sus novillos;
que vayan al matadero.
¡Ay de ellos, pues ha venido su día,
el tiempo de su castigo!

28 Se oye la voz de los que huyen
y escapan de la tierra de Babilonia,
para dar en Sión las noticias de la retribución de Jehová, nuestro Dios,
de la venganza de su Templo.

29 «Juntad flecheros contra Babilonia,
a todos los que tensan arco;
acampad alrededor de ella,
y que de ella no escape nadie.
Pagadle según su obra;
conforme a todo lo que ella hizo, haced con ella,
porque contra Jehová se ensoberbeció,
contra el Santo de Israel.
30 Por eso, sus jóvenes caerán en sus plazas,
y todos sus hombres de guerra serán destruidos en aquel día,
dice Jehová.

31 »Nación soberbia, yo estoy contra ti,
dice el Señor, Jehová de los ejércitos;
porque tu día ha venido, el tiempo en que te castigaré.
32 La nación soberbia tropezará y caerá,
y no tendrá quien la levante.
Prenderé fuego en sus ciudades
y quemaré todos sus alrededores.

33 »Así ha dicho Jehová de los ejércitos:
Oprimidos fueron los hijos de Israel
y los hijos de Judá juntamente;
todos los que los tomaron cautivos los retuvieron
y no los quisieron soltar.
34 El redentor de ellos es el Fuerte
(Jehová de los ejércitos es su nombre).
De cierto defenderá la causa de ellos,
para hacer que repose la tierra
y que se turben los moradores de Babilonia.

35 »Espada contra los caldeos,
dice Jehová,
y contra los moradores de Babilonia,
contra sus príncipes y contra sus sabios.
36 Espada contra los adivinos, y se entontecerán;
espada contra sus valientes, y serán quebrantados.
37 Espada contra sus caballos, contra sus carros
y contra todo el pueblo que está en medio de ella,
y serán como mujeres;
espada contra sus tesoros, y serán saqueados.
38 Sequedad sobre sus aguas, y se secarán;
porque es tierra de ídolos,
y se entontecen con sus ídolos grotescos.

39 »Por tanto, allí morarán fieras del desierto y chacales;
morarán también en ella polluelos de avestruz;
nunca más será poblada
ni se habitará por generaciones y generaciones.
40 Como en la destrucción que Dios hizo de Sodoma y de Gomorra y de sus ciudades vecinas,
dice Jehová,
así nadie morará allí,
ningún ser humano habitará en ella.

41 »Viene un pueblo del norte,
una gran nación, y muchos reyes
se levantarán de los extremos de la tierra.
42 Arco y lanza manejarán;
serán crueles y no tendrán compasión.
Su voz rugirá como el mar, y montarán a caballo.
¡Se prepararán contra ti
como hombres a la pelea, hija de Babilonia!
43 Oyó la noticia el rey de Babilonia
y sus manos se debilitaron;
angustia lo tomó,
dolor como el de una mujer de parto.

44 »Ciertamente yo,
como león que sube de la espesura del Jordán al verde prado,
muy pronto los haré huir de ella,
y pondré en ella al que yo escoja,
porque ¿quién es semejante a mí?
¿Quién me emplazará? ¿Quién será el pastor que pueda resistirme?
45 Por tanto, oíd el plan que Jehová ha acordado contra Babilonia,
y las decisiones que ha tomado contra la tierra de los caldeos:
Ciertamente, arrastrarán a los más pequeños de su rebaño
y los destruirán junto con sus pastizales.
46 Al grito de la conquista de Babilonia la tierra tembló,
y el clamor se oyó entre las naciones.»

Juicios de Jehová contra Babilonia

51 Así ha dicho Jehová:

«Yo levanto un viento destructor
contra Babilonia y contra sus moradores que se levantan contra mí.
Enviaré a Babilonia aventadores que la avienten,
y vaciarán su tierra;
porque se pondrán contra ella
de todas partes en el día del mal.
Ordenaré al flechero que tensa su arco
y al que se enorgullece de su coraza,
que no perdonen a sus jóvenes
y que destruyan todo su ejército.
Caerán muertos en la tierra de los caldeos
y alanceados en sus calles.
Porque Israel y Judá
no han enviudado de su Dios, Jehová de los ejércitos,
aunque su tierra fue llena de pecado
contra el Santo de Israel.

»¡Huid de en medio de Babilonia! ¡Poneos a salvo,
para que no perezcáis a causa de su maldad!,
porque es el tiempo de la venganza de Jehová:
él va a darle su merecido.
Una copa de oro que embriagó a toda la tierra
fue Babilonia en la mano de Jehová.
De su vino bebieron los pueblos;
se aturdieron las naciones.
¡De repente cayó Babilonia y se hizo pedazos!
¡Gemid por ella!
Tomad bálsamo para su dolor:
quizá sane.»
Curamos a Babilonia,
pero no ha sanado.
¡Dejadla ya, y vayámonos cada uno a nuestra tierra,
porque ha llegado hasta el cielo su juicio
y se ha alzado hasta las nubes!
10 Jehová sacó a luz nuestras justicias;
venid y contemos en Sión
la obra de Jehová, nuestro Dios.
11 ¡Limpiad las flechas! ¡Embrazad los escudos!
Jehová ha despertado el espíritu de los reyes de Media,
porque contra Babilonia es su pensamiento, para destruirla.
Porque la venganza es de Jehová,
la venganza por su templo.
12 ¡Levantad bandera sobre los muros de Babilonia,
reforzad la guardia,
poned centinelas,
preparad emboscadas!,
porque Jehová planeó y va a poner por obra
lo que ha dicho contra los moradores de Babilonia.
13 Tú, la que moras entre muchas aguas,
rica en tesoros:
ha llegado tu fin,
la medida de tu codicia.
14 Jehová de los ejércitos juró por sí mismo, diciendo:
«Yo te llenaré de hombres como de langostas,
y levantarán contra ti gritería de triunfo.»

15 Él es el que hizo la tierra con su poder,
el que afirmó el mundo con su sabiduría
y extendió los cielos con su inteligencia.
16 A su voz se producen tumultos de aguas en los cielos;
él hace subir las nubes desde lo último de la tierra.
Él trae la lluvia con los relámpagos
y saca el viento de sus depósitos.
17 Todo hombre se ha vuelto necio, carece de conocimiento.
Y todo artífice se avergüenza de su escultura,
porque mentira es su ídolo, no tiene espíritu.
18 Vanidad son y obra digna de burla,
que en el tiempo del castigo perecerán.
19 No es como ellos la porción de Jacob,
porque él (Jehová de los ejércitos es su nombre)
es el formador de todo,
e Israel es el cetro de su herencia.

20 «Martillo sois para mí,
y armas de guerra:
por medio de ti quebrantaré naciones,
y por medio de ti destruiré reinos.
21 Por medio de ti quebrantaré caballos con sus jinetes,
y por medio de ti quebrantaré carros con quienes los montan.
22 Asimismo por medio de ti quebrantaré a hombres y a mujeres;
por medio de ti quebrantaré a viejos y a jóvenes;
por medio de ti quebrantaré a muchachos y a muchachas.
23 También por medio de ti quebrantaré a pastores con sus rebaños;
por medio de ti quebrantaré a labradores con sus yuntas;
y a jefes y a príncipes quebrantaré por medio de ti.

24 »Yo pagaré a Babilonia y a todos los moradores de Caldea
todo el mal que ellos hicieron en Sión delante de vuestros ojos,
dice Jehová.
25 Ciertamente yo,
dice Jehová,
estoy contra ti, monte destructor
que destruiste toda la tierra.
Extenderé mi mano contra ti,
te haré rodar de las peñas
y te reduciré a un monte quemado.
26 Nadie tomará de ti
piedra para esquina ni piedra para cimiento,
porque serás una desolación eterna,
ha dicho Jehová.

27 »¡Alzad bandera en la tierra,
tocad trompeta en las naciones! ¡Preparad pueblos contra ella,
juntad contra ella los reinos de Ararat, de Mini y de Askenaz!
¡Nombrad contra ella un capitán,
haced subir caballos como langostas erizadas!
28 ¡Preparad contra ella naciones,
los reyes de Media, sus capitanes, todos sus príncipes
y todo territorio de su dominio!»
29 Tiembla la tierra y se aflige,
porque son confirmados contra Babilonia los planes de Jehová
para convertir la tierra de Babilonia en un desierto
donde no quede morador alguno.
30 Los valientes de Babilonia dejaron de pelear,
se encerraron en sus fortalezas;
les faltaron las fuerzas,
se volvieron como mujeres;
incendiadas están sus casas,
rotos sus cerrojos.
31 Correo se encuentra con correo,
mensajero se encuentra con mensajero
para anunciar al rey de Babilonia
que su ciudad es tomada por todas partes.
32 Los vados fueron tomados,
los baluartes incendiados
y se aterraron los hombres de guerra.
33 Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel:
«La hija de Babilonia es como una era en tiempo de trilla;
y de aquí a poco le llegará el tiempo de la siega.»

34 «Me devoró, me desmenuzó
Nabucodonosor, rey de Babilonia.
Me dejó como un vaso vacío;
me tragó como un dragón,
llenó su vientre con lo mejor de mí,
y me expulsó.
35 ¡Caiga sobre Babilonia
la violencia hecha contra mí y contra mi carne!»,
dice la moradora de Sión.
«Y caiga mi sangre sobre los moradores de Caldea»,
dice Jerusalén.

36 Por tanto, así ha dicho Jehová:

«Yo juzgo tu causa
y llevaré a cabo tu venganza.
Secaré su mar y haré que sus fuentes queden secas.
37 Y será Babilonia un montón de ruinas,
guarida de chacales,
objeto de espanto y burla, sin morador alguno.
38 Todos a una rugirán como leones;
como cachorros de leones gruñirán.
39 En medio de su calor les prepararé banquetes,
y haré que se embriaguen,
para que se alegren y duerman un sueño eterno
del que no despierten,
dice Jehová.
40 Los haré traer como corderos al matadero,
como carneros y machos cabríos.»

41 ¡Cómo fue apresada Babilonia!
¡Cómo fue conquistada la que toda la tierra había alabado!
¡Cómo vino a ser Babilonia un objeto de espanto entre las naciones!
42 Subió el mar sobre Babilonia;
por la multitud de sus olas quedó cubierta.
43 Sus ciudades fueron asoladas;
la tierra, un sequedal estéril,
será tierra en la que nadie more
ni pase por ella ningún ser humano.

44 «Juzgaré a Bel en Babilonia
y sacaré de su boca lo que se ha tragado.
Nunca más vendrán naciones a él,
y el muro de Babilonia caerá.
45 ¡Salid de en medio de ella, pueblo mío,
y salvad vuestra vida
del ardor de la ira de Jehová!
46 No desmaye vuestro corazón; no temáis
a causa del rumor que se oirá en el país.
Un año vendrá el rumor,
y nuevo rumor después de otro año.
Habrá violencia en el país
y contienda de un tirano contra otro.
47 Por tanto, he aquí vienen días
en que yo destruiré los ídolos de Babilonia.
Toda su tierra será avergonzada;
todos sus muertos caerán en medio de ella.
48 Los cielos y la tierra y todo lo que hay en ellos
cantarán de gozo contra Babilonia,
porque del norte vendrán contra ella destructores,
dice Jehová.
49 Por los muertos de Israel caerá Babilonia,
como por Babilonia cayeron los muertos de toda la tierra.»

50 ¡Los que escapasteis de la espada,
id, no os detengáis!
¡Acordaos de Jehová durante mucho tiempo!
¡Y acordaos de Jerusalén!
51 «Estamos avergonzados,
porque oímos la afrenta;
la confusión cubrió nuestros rostros,
porque vinieron extranjeros
contra los santuarios de la casa de Jehová.»

52 Por tanto, Jehová dice:
«Vienen días en que yo destruiré sus ídolos,
y en toda su tierra gemirán los heridos.
53 Aunque suba Babilonia hasta el cielo
y se fortifique en las alturas,
de mí vendrán contra ella destructores,
dice Jehová.»

54 ¡Óyese el clamor de Babilonia
y el gran quebrantamiento de la tierra de los caldeos!,
55 porque Jehová destruye a Babilonia
y quita de ella el gran bullicio.
Braman sus olas,
y como el rugir de muchas aguas resuena la voz de ellos,
56 pues viene el destructor contra ella, contra Babilonia,
y sus valientes serán apresados,
y el arco de ellos será quebrado.
Porque Jehová, Dios de retribuciones,
da la justa paga.
57 Yo embriagaré a sus príncipes y a sus sabios,
a sus jefes, a sus nobles y a sus guerreros.
Dormirán el sueño eterno y no despertarán,
dice el Rey, cuyo nombre es Jehová de los ejércitos.
58 Así dice Jehová de los ejércitos:
«El muro ancho de Babilonia
será derribado por completo
y sus altas puertas serán incendiadas.
En vano trabajaron los pueblos,
y las naciones se cansaron sólo para el fuego.»

59 Palabra que envió el profeta Jeremías a Seraías hijo de Nerías hijo de Maasías, cuando iba con Sedequías, rey de Judá, a Babilonia, en el cuarto año de su reinado. Seraías dirigía la marcha. 60 Escribió, pues, Jeremías en un libro todo el mal que había de venir sobre Babilonia, todas las palabras que están escritas contra Babilonia. 61 Y dijo Jeremías a Seraías: «Cuando llegues a Babilonia, procura con diligencia leer todas estas cosas. 62 Dirás: “Jehová, tú has dicho de este lugar que lo vas a destruir hasta no quedar en él nadie que lo habite, ni hombre ni animal, y que para siempre ha de ser asolado.” 63 Y cuando acabes de leer este libro, le atarás una piedra y lo echarás en medio del Éufrates, 64 y dirás: “Así se hundirá Babilonia, y no se levantará del mal que yo traigo sobre ella. ¡Caerán rendidos!”» Hasta aquí son las palabras de Jeremías.

Reinado de Sedequías(A)

52 Era Sedequías de edad de veintiún años cuando comenzó a reinar, y reinó once años en Jerusalén. Su madre se llamaba Hamutal, hija de Jeremías de Libna. E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, conforme a todo lo que hizo Joacim. Y a causa de la ira de Jehová contra Jerusalén y Judá, llegó a echarlos de su presencia. Y Sedequías se rebeló contra el rey de Babilonia.

Caída de Jerusalén(B)

Aconteció, pues, a los nueve años de su reinado, en el mes décimo, a los diez días del mes, que vino Nabucodonosor, rey de Babilonia, él y todo su ejército, contra Jerusalén, y acamparon contra ella. Por todas partes levantaron terraplenes para atacarla. Y permaneció sitiada la ciudad hasta el undécimo año del rey Sedequías. En el mes cuarto, a los nueve días del mes, cuando el hambre en la ciudad era ya tan grave que no había pan para el pueblo, se abrió una brecha en el muro de la ciudad, y todos los hombres de guerra huyeron. Salieron de noche de la ciudad por el camino de la puerta entre los dos muros que había cerca del jardín del rey, y se fueron por el camino del Arabá mientras los caldeos mantenían su cerco a la ciudad. Pero el ejército de los caldeos persiguió al rey hasta la llanura de Jericó. Allí dieron alcance a Sedequías, a quien todo su ejército había abandonado. Entonces apresaron al rey y lo llevaron ante el rey de Babilonia, a Ribla, en tierra de Hamat, donde pronunció sentencia contra él. 10 Y degolló el rey de Babilonia a los hijos de Sedequías ante sus ojos; y también degolló en Ribla a todos los jefes de Judá. 11 A Sedequías, el rey de Babilonia le sacó los ojos, lo ató con grillos y lo hizo llevar a Babilonia, donde lo encarceló hasta el día de su muerte.

Cautividad de Judá(C)

12 En el mes quinto, a los diez días del mes, que era el año diecinueve del reinado de Nabucodonosor, rey de Babilonia, vino a Jerusalén Nabuzaradán, capitán de la guardia, que solía permanecer cerca del rey de Babilonia. 13 Él quemó la casa de Jehová, la casa del rey y todas las casas de Jerusalén. Destruyó a fuego todo edificio grande. 14 Todo el ejército de los caldeos que venía con el capitán de la guardia destruyó los muros en todo el contorno de Jerusalén. 15 E hizo deportar Nabuzaradán, capitán de la guardia, a los pobres del pueblo, a toda la otra gente del pueblo que había quedado en la ciudad, a los desertores que se habían pasado al rey de Babilonia y a todo el resto de la multitud del pueblo. 16 Pero Nabuzaradán, capitán de la guardia, dejó de los pobres del país para que fueran viñadores y labradores.

17 Los caldeos quebraron las columnas de bronce que estaban en la casa de Jehová, las basas y el mar de bronce que estaba en la casa de Jehová, y llevaron todo el bronce a Babilonia. 18 Se llevaron también los calderos, las palas, las despabiladeras, los tazones, las cucharas y todos los utensilios de bronce usados en el culto, 19 los incensarios, tazones, copas, ollas, candelabros, escudillas y tazas; tanto lo de oro como lo de plata, se lo llevó el capitán de la guardia. 20 En cuanto a las dos columnas, el mar y los doce bueyes de bronce que estaban debajo de las basas que había hecho el rey Salomón en la casa de Jehová, el peso de todo este bronce resultó incalculable. 21 Respecto a las columnas, la altura de cada una de ellas era de dieciocho codos, y un cordón de doce codos la rodeaba. Su espesor era de cuatro dedos, y eran huecas. 22 El capitel de bronce que había sobre la columna era de cinco codos de altura; y tenía el capitel a su alrededor una red y granadas, todo de bronce. Y lo mismo era lo que tenía la segunda columna con sus granadas. 23 Había noventa y seis granadas en cada hilera; en total eran cien alrededor de la red.

24 Tomó también el capitán de la guardia a Seraías, el principal sacerdote, a Sofonías, el segundo sacerdote, y a tres guardas del atrio. 25 Y de la ciudad tomó a un oficial que era capitán de los hombres de guerra, a siete hombres de los consejeros íntimos del rey, que estaban en la ciudad, y al principal secretario de la milicia, que pasaba revista al pueblo del país, para la guerra, y a sesenta hombres del pueblo que se hallaron dentro de la ciudad. 26 Los tomó, pues, Nabuzaradán, capitán de la guardia, y los llevó al rey de Babilonia, en Ribla. 27 El rey de Babilonia los hirió y los mató en Ribla, en tierra de Hamat. Así fue deportada Judá de su tierra.

28 Éste fue el pueblo que Nabucodonosor llevó cautivo: En el año séptimo, a tres mil veintitrés hombres de Judá. 29 En el año dieciocho de Nabucodonosor, llevó él cautivas de Jerusalén a ochocientas treinta y dos personas. 30 El año veintitrés de Nabucodonosor, Nabuzaradán, capitán de la guardia, llevó cautivos a setecientos cuarenta y cinco hombres de Judá. El total, pues, de las personas fue de cuatro mil seiscientas.

Joaquín es libertado y recibe honores en Babilonia(D)

31 Sucedió que en el año treinta y siete del cautiverio de Joaquín, rey de Judá, en el mes duodécimo, a los veinticinco días del mes, Evil-merodac, rey de Babilonia, en el año primero de su reinado, levantó la cabeza de Joaquín, rey de Judá, y lo sacó de la cárcel. 32 Habló con él amigablemente, e hizo poner su trono por encima de los tronos de los reyes que estaban con él en Babilonia. 33 Le hizo mudar también los vestidos de prisionero, y ya siempre comió pan en la mesa del rey, todos los días de su vida. 34 Cada día, durante todos los días de su vida y hasta el día de su muerte, recibió una ración de parte del rey de Babilonia.

Lamentaciones de Sión cautiva

¡Qué sola ha quedado la ciudad populosa!
La grande entre las naciones se ha vuelto como una viuda;
la señora de provincias ha sido hecha tributaria.

Amargamente llora en la noche y las lágrimas corren por sus mejillas.
Entre todos sus amantes
no hay ninguno que la consuele;
todos sus amigos le faltaron, se le volvieron enemigos.

Judá ha ido en cautiverio afligida y en dura servidumbre;
ha habitado entre las naciones, sin hallar descanso;
todos sus perseguidores la alcanzaron y pusieron en estrechuras.

Las calzadas de Sión están de luto, porque no hay quien venga a las fiestas solemnes;
todas sus puertas están asoladas, sus sacerdotes gimen,
sus vírgenes están afligidas y ella está llena de amargura.

Sus enemigos fueron hechos príncipes, sus aborrecedores fueron prosperados,
porque Jehová la afligió a causa de sus muchas rebeliones.
Sus hijos fueron en cautividad delante del enemigo.

Desapareció toda la hermosura de la hija de Sión;
sus príncipes, como ciervos que no hallan pasto,
anduvieron sin fuerzas delante del perseguidor.

Jerusalén, cuando cayó su pueblo en manos del enemigo y no hubo quien la ayudara,
se acordó de los días de su aflicción, de sus rebeliones,
y de todas las cosas agradables que tuvo desde los tiempos antiguos.
La miraron los enemigos y se burlaron de su caída.

Gravemente ha pecado Jerusalén, por lo cual ha sido movida de su lugar;
cuantos la honraban la desprecian al ver su vergüenza,
y ella suspira y se vuelve atrás.

Su inmundicia está en sus faldas. No pensó en su fin.
Cayó de manera sorprendente sin tener quien la consolara.
Mira, Jehová, mi aflicción, porque el enemigo se ha engrandecido.

10 Extendió su mano el enemigo a todas sus cosas preciosas;
ella ha visto entrar en su santuario a las gentes
acerca de las cuales mandaste que no entraran en tu congregación.

11 Todo su pueblo buscó gimiendo su pan;
por la comida, para seguir viviendo, dieron todas sus cosas preciosas,
¡Mira, Jehová, y ve cuán abatida estoy!

12 ¿No os conmueve a cuantos pasáis por el camino?
Mirad y ved si hay dolor como el dolor que me ha venido;
porque Jehová me ha angustiado en el día de su ardiente furor.

13 Desde lo alto envió un fuego que consume mis huesos,
ha tendido una red a mis pies, me ha vuelto atrás,
me dejó desolada y con dolor todo el día.

14 Él ha atado con su mano el yugo de mis rebeliones:
ataduras ha echado sobre mi cuello y ha debilitado mis fuerzas.
¡El Señor me ha entregado en manos contra las cuales no podré levantarme!

15 El Señor pisoteó en medio de mí a todos mis hombres fuertes;
llamó a gente contra mí, para destruir a mis jóvenes;
pisoteó el Señor, como en un lagar, a la virgen hija de Judá.

16 Por eso estoy llorando; por eso de mis ojos fluyen lágrimas,
porque de mí se ha alejado el que consuela y da reposo a mi alma.
Mis hijos han sido destruidos, porque el enemigo prevaleció.

17 Sión extendió sus manos, mas no tiene quien la consuele;
Jehová ordenó contra Jacob que sus vecinos fueran sus enemigos,
y Jerusalén fue objeto de abominación entre ellos.

18 Pero Jehová es justo, pues yo me había rebelado contra su palabra.
Oíd ahora, pueblos todos, ved mi dolor:
mis vírgenes y mis jóvenes fueron llevados en cautiverio.

19 Llamé a voces a mis amantes, mas ellos me han engañado.
Mis sacerdotes y mis ancianos perecieron en la ciudad,
mientras buscaban comida para seguir viviendo.

20 Mira, Jehová, que estoy atribulada, que mis entrañas hierven;
mi corazón se trastorna dentro de mí, porque me he rebelado en gran manera.
Por fuera hace estragos la espada; por dentro se enseñorea la muerte.

21 Me han oído gemir, mas no hay quien me consuele.
Todos mis enemigos han sabido de mi mal y se alegran de lo que tú hiciste;
pero tú harás venir el día que has anunciado, y serán como yo.

22 Venga ante ti toda su maldad,
y haz con ellos como hiciste conmigo por todas mis rebeliones,
porque muchos son mis suspiros y mi corazón está adolorido.

Reina-Valera 1995 (RVR1995)

Copyright © 1995 by United Bible Societies