Bible in 90 Days
Oración de Daniel por su pueblo
9 «En el primer año de Darío hijo de Asuero, de la nación de los medos, que vino a ser rey sobre el reino de los caldeos, 2 en el primer año de su reinado, yo, Daniel, miré atentamente en los libros el número de los años de que habló Jehová al profeta Jeremías, en los que habían de cumplirse las desolaciones de Jerusalén: setenta años. 3 Volví mi rostro a Dios, el Señor, buscándolo en oración y ruego, en ayuno, ropas ásperas y ceniza. 4 Oré a Jehová, mi Dios, e hice confesión diciendo: “Ahora, Señor, Dios grande, digno de ser temido, que guardas el pacto y la misericordia con los que te aman y guardan tus mandamientos, 5 hemos pecado, hemos cometido iniquidad, hemos actuado impíamente, hemos sido rebeldes y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus ordenanzas. 6 No hemos obedecido a tus siervos los profetas, que en tu nombre hablaron a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros padres y a todo el pueblo de la tierra. 7 Tuya es, Señor, la justicia, y nuestra la confusión de rostro que en el día de hoy lleva todo hombre de Judá, los habitantes de Jerusalén y todo Israel, los de cerca y los de lejos, en todas las tierras adonde los has echado a causa de su rebelión con que se rebelaron contra ti. 8 Nuestra es, Jehová, la confusión de rostro, y de nuestros reyes, de nuestros príncipes y de nuestros padres, porque contra ti pecamos. 9 De Jehová, nuestro Dios, es el tener misericordia y el perdonar, aunque contra él nos hemos rebelado 10 y no obedecimos a la voz de Jehová, nuestro Dios, para andar en sus leyes, que él puso delante de nosotros por medio de sus siervos los profetas. 11 Todo Israel traspasó tu Ley, apartándose para no obedecer a tu voz. Por lo cual ha caído sobre nosotros la maldición y el juramento que está escrito en la ley de Moisés, siervo de Dios, porque contra Dios pecamos. 12 Y él ha cumplido la palabra que habló contra nosotros y contra nuestros jefes que nos gobernaron, trayendo sobre nosotros tan gran mal; pues nunca fue hecho debajo del cielo nada semejante a lo que se ha hecho contra Jerusalén. 13 Conforme está escrito en la ley de Moisés, todo este mal vino sobre nosotros; pero no hemos implorado el favor de Jehová, nuestro Dios, y no nos hemos convertido de nuestras maldades ni entendido tu verdad. 14 Por tanto, Jehová veló sobre el mal y lo trajo sobre nosotros; porque justo es Jehová, nuestro Dios, en todas sus obras que ha hecho, y nosotros no obedecimos a su voz.
15 »”Ahora pues, Señor, Dios nuestro, que sacaste a tu pueblo de la tierra de Egipto con mano poderosa y te hiciste renombre cual lo tienes hoy, hemos pecado, hemos actuado impíamente. 16 Señor, conforme a todos tus actos de justicia, apártese ahora tu ira y tu furor de sobre tu ciudad Jerusalén, tu santo monte; porque a causa de nuestros pecados y por la maldad de nuestros padres, Jerusalén y tu pueblo son el oprobio de todos los que nos rodean. 17 Ahora pues, Dios nuestro, oye la oración y los ruegos de tu siervo, y haz que tu rostro resplandezca sobre tu santuario asolado, por amor del Señor. 18 Inclina, Dios mío, tu oído, y oye; abre tus ojos y mira nuestras desolaciones y la ciudad sobre la cual es invocado tu nombre; porque no elevamos nuestros ruegos ante ti confiados en nuestras justicias, sino en tus muchas misericordias. 19 ¡Oye, Señor! ¡Señor, perdona! ¡Presta oído, Señor, y hazlo! No tardes, por amor de ti mismo, Dios mío, porque tu nombre es invocado sobre tu ciudad y sobre tu pueblo.”
Profecía de las setenta semanas
20 »Aún estaba hablando, orando y confesando mi pecado y el pecado de mi pueblo Israel, y derramaba mi ruego delante de Jehová, mi Dios, por el monte santo de mi Dios; 21 aún estaba hablando en oración, cuando el varón Gabriel, a quien había visto en la visión, al principio, volando con presteza vino a mí como a la hora del sacrificio de la tarde. 22 Me hizo entender, y habló conmigo diciendo: “Daniel, ahora he salido para darte sabiduría y entendimiento. 23 Al principio de tus ruegos fue dada la orden, y yo he venido para enseñártela, porque tú eres muy amado. Entiende, pues, la orden, y entiende la visión.
24 »”Setenta semanas están determinadas
sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad,
para terminar la prevaricación,
poner fin al pecado
y expiar la iniquidad,
para traer la justicia perdurable,
sellar la visión y la profecía
y ungir al Santo de los santos.
25 Sabe, pues, y entiende
que desde la salida de la orden
para restaurar y edificar a Jerusalén
hasta el Mesías Príncipe,
habrá siete semanas y sesenta y dos semanas;
se volverán a edificar la plaza y el muro
en tiempos angustiosos.
26 Después de las sesenta y dos semanas
se quitará la vida al Mesías,
y nada ya le quedará.
El pueblo de un príncipe que ha de venir
destruirá la ciudad y el santuario,
su final llegará como una inundación,
y hasta el fin de la guerra
durarán las devastaciones.
27 Por otra semana más confirmará el pacto con muchos;
a la mitad de la semana
hará cesar el sacrificio y la ofrenda.
Después, con la muchedumbre de las abominaciones,
vendrá el desolador, hasta que venga la consumación
y lo que está determinado
se derrame sobre el desolador.”»
Visión de Daniel junto al río
10 En el tercer año de Ciro, rey de Persia, fue revelada palabra a Daniel, llamado Beltsasar. La palabra era verdadera y el conflicto grande, pero él comprendió la palabra y tuvo inteligencia en la visión.
2 «En aquellos días yo, Daniel, estuve afligido por espacio de tres semanas. 3 No comí manjar delicado, ni entró en mi boca carne ni vino, ni me ungí con perfume, hasta que se cumplieron las tres semanas. 4 El día veinticuatro del primer mes estaba yo a la orilla del gran río Hidekel. 5 Alcé mis ojos y miré, y vi un varón vestido de lino y ceñida su cintura con oro de Ufaz. 6 Su cuerpo era como de berilo, su rostro parecía un relámpago, sus ojos como antorchas de fuego, sus brazos y sus pies como de color de bronce bruñido, y el sonido de sus palabras como el estruendo de una multitud.
7 »Sólo yo, Daniel, vi aquella visión. No la vieron los hombres que estaban conmigo, sino que se apoderó de ellos un gran temor y huyeron y se escondieron. 8 Quedé, pues, yo solo ante esta gran visión, pero no quedaron fuerzas en mí, antes bien, mis fuerzas se cambiaron en desfallecimiento, pues me abandonaron totalmente. 9 Pero oí el sonido de sus palabras; y al oír el sonido de sus palabras caí sobre mi rostro en un profundo sueño, con mi rostro en tierra. 10 Y una mano me tocó e hizo que me pusiera sobre mis rodillas y sobre las palmas de mis manos. 11 Me dijo: “Daniel, varón muy amado, está atento a las palabras que he de decirte y ponte en pie, porque a ti he sido enviado ahora.”
»Mientras hablaba esto conmigo, me puse en pie temblando. 12 Entonces me dijo: “Daniel, no temas, porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido. 13 Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días; pero Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y quedé allí con los reyes de Persia. 14 He venido para hacerte saber lo que ha de sucederle a tu pueblo en los últimos días, porque la visión es para esos días.”
15 »Mientras me decía estas palabras, yo tenía los ojos puestos en tierra y había enmudecido. 16 Pero uno con semejanza de hijo de hombre tocó mis labios. Entonces abrí la boca y hablé, y dije al que estaba delante de mí: “Señor mío, con la visión me han sobrevenido dolores y no me quedan fuerzas. 17 ¿Cómo, pues, podrá el siervo de mi señor hablar con mi señor? Porque al instante me faltaron las fuerzas, y no me quedó aliento.”
18 »Aquel que tenía semejanza de hombre me tocó otra vez, me fortaleció 19 y me dijo: “Muy amado, no temas; la paz sea contigo; esfuérzate y cobra aliento.” Mientras él me hablaba, recobré las fuerzas y dije: “Hable mi señor, porque me has fortalecido.” 20 Él me dijo: “¿Sabes por qué he venido a ti? Ahora tengo que volver para pelear contra el príncipe de Persia; al terminar con él, el príncipe de Grecia vendrá. 21 Pero yo te declararé lo que está escrito en el libro de la verdad: nadie me ayuda contra ellos, sino Miguel vuestro príncipe.”
11 »También yo en el primer año de Darío, el medo, estuve para animarlo y fortalecerlo.
Los reyes del norte y del sur
2 »Ahora yo te mostraré la verdad. Aún habrá tres reyes en Persia, y el cuarto se hará de grandes riquezas, más que todos ellos. Éste, al hacerse fuerte con sus riquezas, levantará a todos contra el reino de Grecia. 3 Se levantará luego un rey valiente, que dominará con gran poder y hará su voluntad. 4 Pero cuando se haya levantado, su reino será quebrantado y repartido hacia los cuatro vientos del cielo; pero no será para sus descendientes, ni según el dominio con que él dominó, porque su reino quedará deshecho y será para otros aparte de ellos.
5 »El rey del sur se hará fuerte, pero uno de sus príncipes será más fuerte que él, se hará poderoso y su dominio será grande. 6 Al cabo de unos años harán alianza, y la hija del rey del sur vendrá al rey del norte para hacer la paz. Pero ella no podrá retener la fuerza de su brazo, y ni él ni su brazo permanecerán; porque ella será entregada a la muerte, y también los que la habían traído, y su hijo y los que estaban de parte de ella en aquel tiempo.
7 »Pero un renuevo de sus raíces se levantará sobre su trono, vendrá con un ejército contra el rey del norte, entrará en la fortaleza y hará con ellos a su arbitrio, y predominará. 8 Y aun a los dioses de ellos, sus imágenes fundidas y sus objetos preciosos de plata y de oro, llevará cautivos a Egipto; y durante años se mantendrá él alejado del rey del norte. 9 Así entrará en el reino el rey del sur, y volverá a su tierra.
10 »Pero los hijos de aquél se airarán y reunirán multitud de grandes ejércitos. Vendrá uno apresuradamente, inundará y pasará adelante; luego volverá y llevará la guerra hasta su fortaleza. 11 Por eso se enfurecerá el rey del sur, y saldrá y peleará contra el rey del norte; éste pondrá en campaña una gran multitud, pero toda esa multitud será entregada en manos de aquél. 12 Al llevarse él la multitud, se elevará su corazón y derribará a muchos millares; pero no prevalecerá. 13 El rey del norte volverá a poner en campaña una multitud, mayor que la primera, y al cabo de algunos años vendrá rápidamente, con un gran ejército y muchas riquezas.
14 »En aquellos tiempos se levantarán muchos contra el rey del sur. Hombres turbulentos de tu pueblo se levantarán, para que se cumpla la visión, pero caerán. 15 Vendrá, pues, el rey del norte, levantará baluartes y tomará la ciudad fuerte; y las fuerzas del sur no podrán sostenerse, ni sus tropas escogidas, porque no habrá fuerzas para resistir. 16 El que vendrá contra él hará su propia voluntad, y no habrá quien se le pueda enfrentar; y permanecerá en la tierra gloriosa, que será consumida bajo su poder. 17 Afirmará luego su rostro para venir con el poder de todo su reino. Hará convenios con aquél, y le dará una hija por mujer, para destruirlo; pero no permanecerá ni tendrá éxito. 18 Volverá después su rostro a las costas, y tomará muchas; pero un príncipe le hará cesar en su afrenta, y aun hará volver sobre él su oprobio. 19 Luego volverá su rostro a las fortalezas de su tierra; pero tropezará y caerá, y no será hallado.
20 »En su lugar se levantará uno que hará pasar un cobrador de tributos por la gloria del reino; pero en pocos días será muerto, aunque no con ira ni en batalla.
21 »Ocupará su lugar un hombre despreciable, al cual no darán la honra del reino. Vendrá sin aviso y tomará el reino con halagos. 22 Las fuerzas enemigas serán barridas delante de él como por inundación de aguas; serán del todo destruidas, junto con el príncipe del pacto. 23 Él, después del pacto, engañará, subirá y saldrá vencedor con poca gente. 24 Estando la provincia en paz y en abundancia, entrará y hará lo que no hicieron sus padres ni los padres de sus padres; botín, despojos y riquezas repartirá entre sus soldados, y contra las fortalezas formará sus designios. Esto durará un tiempo.
25 »Despertará sus fuerzas y su ardor con un gran ejército, contra el rey del sur, y el rey del sur se empeñará en la guerra con un ejército grande y muy fuerte; pero no prevalecerá, porque le harán traición. 26 Aun los que coman de sus manjares lo quebrantarán; su ejército será destruido, y muchos caerán muertos. 27 En su corazón, estos dos reyes tramarán hacer mal. Sentados a una misma mesa, se mentirán el uno al otro; pero no servirá de nada, porque el plazo aún no habrá llegado. 28 Él volverá a su tierra con gran riqueza, y pondrá su corazón contra el pacto santo; hará su voluntad y volverá a su tierra. 29 Al tiempo señalado volverá al sur; pero la última venida no será como la primera. 30 Porque vendrán contra él naves de Quitim, y él se contristará y retrocederá, se enojará contra el pacto santo y hará según su voluntad; volverá, pues, y se entenderá con los que abandonen el santo pacto.
31 »Se levantarán sus tropas, que profanarán el santuario y la fortaleza, quitarán el sacrificio continuo y pondrán la abominación desoladora. 32 Con lisonjas seducirá a los violadores del pacto; pero el pueblo que conoce a su Dios se esforzará y actuará. 33 Los sabios del pueblo instruirán a muchos; pero durante algunos días caerán a espada y a fuego, en cautividad y despojo. 34 En su caída serán ayudados con un pequeño socorro, y muchos se juntarán a ellos con lisonjas. 35 También algunos de los sabios caerán para ser depurados, limpiados y emblanquecidos, hasta el tiempo determinado; porque aun para esto hay plazo.
36 »El rey hará su voluntad, se ensoberbecerá y se engrandecerá sobre todo dios; contra el Dios de los dioses hablará maravillas, y prosperará hasta que sea consumada la ira, porque lo determinado se cumplirá. 37 Del Dios de sus padres no hará caso, ni del amor de las mujeres, ni respetará a dios alguno, porque sobre todo se engrandecerá. 38 Pero honrará en su lugar al dios de las fortalezas, un dios que sus padres no conocieron; lo honrará con oro y plata, con piedras preciosas y cosas de gran precio. 39 Con un dios ajeno se hará de las fortalezas más inexpugnables, colmará de honores a los que lo reconozcan, los hará gobernar sobre muchos y repartirá tierras como recompensa.
40 »Al cabo del tiempo, el rey del sur contenderá con él; y el rey del norte se levantará contra él como una tempestad, con carros y gente de a caballo y muchas naves; y entrará por las tierras, las invadirá y pasará. 41 Entrará en la tierra gloriosa, y muchas provincias caerán; pero escaparán de sus manos Edom, Moab y la mayoría de los hijos de Amón. 42 Extenderá su mano contra las tierras, y no escapará el país de Egipto. 43 Se apoderará de los tesoros de oro y plata, y de todas las cosas preciosas de Egipto. Los de Libia y de Etiopía lo seguirán. 44 Pero noticias del oriente y del norte lo atemorizarán, y saldrá con gran ira para destruir y matar a muchos. 45 Plantará las tiendas de su palacio entre los mares y el monte glorioso y santo; pero llegará a su fin, y no tendrá quien lo ayude.
El tiempo del fin
12 »En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo.
»Será tiempo de angustia,
cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces;
pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo,
todos los que se hallen inscritos en el libro.
2 Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra
serán despertados: unos para vida eterna,
otros para vergüenza y confusión perpetua.
3 Los entendidos resplandecerán
como el resplandor del firmamento;
y los que enseñan la justicia a la multitud,
como las estrellas, a perpetua eternidad.
4 »“Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia aumentará.”
5 »Yo, Daniel, miré y vi a otros dos que estaban en pie, uno a este lado del río y el otro al otro lado. 6 Y dijo uno al varón vestido de lino que estaba sobre las aguas del río: “¿Cuándo será el fin de estas maravillas?” 7 Oí al varón vestido de lino, que estaba sobre las aguas del río, el cual alzó su mano derecha y su mano izquierda al cielo y juró por el que vive por los siglos, que será por tiempo, tiempos y la mitad de un tiempo. Y cuando se acabe la dispersión del poder del pueblo santo, todas estas cosas se cumplirán.
8 »Yo oí, pero no entendí. Dije entonces: “Señor mío, ¿cuál será el fin de estas cosas?” 9 Él respondió: “Anda, Daniel, pues estas palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del fin. 10 Muchos serán limpios, emblanquecidos y purificados; los impíos procederán impíamente, y ninguno de los impíos entenderá; pero los entendidos comprenderán. 11 Desde el tiempo en que sea quitado el sacrificio continuo hasta la abominación desoladora, habrá mil doscientos noventa días. 12 Bienaventurado el que espere, y llegue a mil trescientos treinta y cinco días. 13 En cuanto a ti, tú irás hasta el fin, y reposarás, y te levantarás para recibir tu heredad al fin de los días.”»
La esposa y los hijos de Oseas
1 Palabra que Jehová dirigió a Oseas hijo de Beeri, en días de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá, y en días de Jeroboam hijo de Joás, rey de Israel.
2 Comienzo de la palabra que Jehová habló por medio de Oseas. Dijo Jehová a Oseas:
«Ve, toma por mujer a una prostituta
y ten hijos de prostitución con ella,
porque la tierra se prostituye
apartándose de Jehová.»
3 Fue, pues, y tomó a Gomer, hija de Diblaim, la cual concibió y le dio a luz un hijo. 4 Entonces Jehová le dijo:
«Ponle por nombre Jezreel,
porque dentro de poco castigaré a la casa de Jehú
a causa de la sangre derramada en Jezreel,
y haré cesar el reinado de la casa de Israel.
5 Aquel día quebraré el arco de Israel
en el valle de Jezreel.»
6 Concibió Gomer otra vez y dio a luz una hija. Dios dijo a Oseas:
«Ponle por nombre Lo-ruhama,
porque no me compadeceré más de la casa de Israel,
ni los perdonaré.
7 »Pero de la casa de Judá tendré misericordia: los salvaré por Jehová, su Dios. No los salvaré con arco, ni con espada, ni con guerra, ni con caballos ni jinetes».
8 Después de haber destetado a Lo-ruhama, Gomer concibió y dio a luz un hijo. 9 Y dijo Dios:
«Llámalo Lo-ammi,
porque vosotros no sois mi pueblo
ni yo seré vuestro Dios.»
10 Con todo, el número de los hijos de Israel
será como la arena del mar,
que no se puede medir ni contar.
Y en el lugar donde se les dijo:
«Vosotros no sois mi pueblo»,
se les dirá:
«Sois hijos del Dios viviente.»
11 Se congregarán los hijos de Judá y de Israel,
nombrarán un solo jefe
y se levantarán de la tierra,
porque grande será el día de Jezreel.
El amor de Jehová hacia su pueblo infiel
2 Decid a vuestros hermanos: «Pueblo mío»,
y a vuestras hermanas: «Compadecida».
2 ¡Contended con vuestra madre, contended,
porque ella no es mi mujer
ni yo su marido!
Que aparte de su rostro sus prostituciones,
y sus adulterios de entre sus pechos,
3 no sea que yo la despoje, la desnude
y la deje como el día en que nació;
haga de ella un desierto,
la convierta en tierra seca
y la mate de sed.
4 No tendré misericordia de sus hijos,
porque son hijos de prostitución.
5 Pues su madre se prostituyó,
la que los dio a luz se deshonró,
porque dijo: «Iré tras mis amantes,
que me dan mi pan y mi agua,
mi lana y mi lino,
mi aceite y mi bebida.»
6 Por tanto, cerraré con espinos su camino,
la cercaré con seto
y no hallará sus caminos.
7 Seguirá a sus amantes,
pero no los alcanzará;
los buscará, pero no los hallará.
Entonces dirá: «Regresaré a mi primer marido,
porque mejor me iba entonces que ahora.»
8 Ella no reconoció
que yo era quien le daba
el trigo, el vino y el aceite,
quien multiplicaba la plata y el oro
que ofrecían a Baal.
9 Por tanto, volveré y tomaré
mi trigo a su tiempo
y mi vino en su estación;
le quitaré mi lana y mi lino
que le había dado para cubrir su desnudez.
10 Ahora descubriré su locura
delante de los ojos de sus amantes,
y nadie la librará de mis manos.
11 Haré cesar todo su gozo,
sus fiestas, sus nuevas lunas,
sus sábados
y todas sus solemnidades.
12 Haré talar sus vides y sus higueras,
de las cuales dijo:
«Éste es el salario
que me dieron mis amantes.»
Las convertiré en un matorral
y se las comerán las bestias del campo.
13 La castigaré por los días
en que quemaba incienso a los baales,
cuando se adornaba con sortijas y collares
y se iba tras sus amantes
olvidándose de mí, dice Jehová.
14 Por eso voy a seducirla;
la llevaré al desierto
y hablaré a su corazón.
15 Le daré sus viñas desde allí,
y haré del valle de Acor
una puerta de esperanza.
Y allí cantará, como en los días de su juventud,
como en el día de su subida de la tierra de Egipto.
16 En aquel tiempo, dice Jehová,
me llamarás Ishi,
y nunca más me llamarás Baali.
17 Porque quitaré de su boca los nombres de los baales,
y nunca más se mencionarán sus nombres.
18 En aquel tiempo haré en favor de ellos un pacto
con las bestias del campo,
con las aves del cielo
y las serpientes de la tierra.
Quitaré de la tierra el arco, la espada y la guerra,
y te haré dormir segura.
19 Te desposaré conmigo para siempre;
te desposaré conmigo en justicia,
juicio, benignidad y misericordia.
20 Te desposaré conmigo en fidelidad,
y conocerás a Jehová.
21 En aquel tiempo yo responderé, dice Jehová;
responderé a los cielos,
y ellos responderán a la tierra,
22 y la tierra responderá al trigo,
al vino y al aceite,
y ellos responderán a Jezreel.
23 La sembraré para mí en la tierra;
tendré misericordia de Lo-ruhama
y diré a Lo-ammi: «¡Tú eres mi pueblo!»,
y él dirá: «¡Dios mío!»
Oseas y la adúltera
3 Me dijo otra vez Jehová: «Ve y ama a una mujer amada de su compañero y adúltera; así ama Jehová a los hijos de Israel, aunque ellos se vuelven a dioses ajenos y aman las tortas de pasas.» 2 Entonces la compré para mí por quince siclos de plata y un homer y medio de cebada. 3 Le dije: «Tú serás mía durante muchos días; no fornicarás ni te entregarás a otro hombre, y yo haré lo mismo contigo.»
4 Porque muchos días estarán los hijos de Israel sin rey, sin príncipe, sin sacrificio, sin estatua, sin efod y sin terafines. 5 Después volverán los hijos de Israel, buscarán a Jehová, su Dios, y a David, su rey; y temerán a Jehová y a su bondad al fin de los días.
Controversia de Jehová con Israel
4 Oíd la palabra de Jehová,
hijos de Israel,
porque Jehová contiende
con los moradores de la tierra,
pues no hay verdad, ni misericordia,
ni conocimiento de Dios en la tierra.
2 El perjurio y la mentira,
el asesinato, el robo y el adulterio prevalecen,
y se comete homicidio tras homicidio.
3 Por lo cual se enlutará la tierra
y se extenuará todo morador de ella;
las bestias del campo, las aves del cielo
y aun los peces del mar morirán.
4 «¡Que nadie acuse ni reprenda a otro!
Tu pueblo es como los que resisten al sacerdote.
5 Tropezarás por tanto en pleno día,
y de noche el profeta tropezará contigo,
y a tu madre destruiré.
6 Mi pueblo fue destruido
porque le faltó conocimiento.
Por cuanto desechaste el conocimiento,
yo te echaré del sacerdocio;
puesto que olvidaste la ley de tu Dios,
también yo me olvidaré de tus hijos.
7 »Cuanto más aumentaban,
más pecaban contra mí;
pues también yo cambiaré su honra en afrenta.
8 Del pecado de mi pueblo comen,
y en su maldad levantan su alma.
9 Lo mismo será con el pueblo que con el sacerdote:
los castigaré por su conducta
y les pagaré conforme a sus obras.
10 Comerán, mas no se saciarán;
fornicarán, mas no se multiplicarán,
porque dejaron de servir a Jehová.
11 »Fornicación, vino y mosto
quitan el juicio.
12 Mi pueblo consulta a su ídolo de madera,
y el leño le responde;
porque un espíritu de fornicación lo hizo errar,
y dejaron a su Dios por fornicar.
13 Sobre las cimas de los montes sacrificaron,
y quemaron incienso sobre los collados,
y debajo de las encinas, álamos y olmos,
pues buena es su sombra.
Por tanto, vuestras hijas fornicarán
y vuestras nueras cometerán adulterio.
14 No castigaré a vuestras hijas cuando forniquen,
ni a vuestras nueras cuando cometan adulterio;
porque ellos mismos se van con rameras,
y con malas mujeres sacrifican.
Por tanto, el pueblo sin entendimiento caerá.
15 »Si tú, Israel, fornicas,
que al menos no peque Judá.
¡No entréis en Gilgal,
ni subáis a Bet-avén,
ni juréis: “Vive Jehová”!
16 Porque como novilla indómita
se apartó Israel;
¿los apacentará ahora Jehová
como a corderos en ancho prado?
17 Efraín es dado a ídolos,
¡déjalo!
18 Su bebida se corrompió,
fornicaron sin cesar,
sus príncipes amaron lo que avergüenza.
19 ¡Un viento los llevará en sus alas,
y se avergonzarán de sus sacrificios!»
La apostasía de Israel será castigada
5 «Sacerdotes, oíd esto,
casa de Israel, estad atentos,
casa del rey, escuchad:
Contra vosotros es el juicio,
pues habéis sido un lazo en Mizpa,
una red tendida sobre Tabor.
2 Haciendo víctimas han bajado hasta lo profundo;
por tanto, los castigaré a todos ellos.
3 Yo conozco a Efraín,
e Israel no me es desconocido;
tú, Efraín, ahora te has prostituido,
y se ha contaminado Israel.»
4 No piensan en convertirse a su Dios,
pues en medio de ellos hay un espíritu de fornicación
y no conocen a Jehová.
5 La soberbia de Israel testificará en su contra;
Israel y Efraín tropezarán por su pecado,
y Judá tropezará también con ellos.
6 Con sus ovejas y con sus vacas andarán buscando a Jehová,
mas no lo hallarán:
¡Se ha apartado de ellos!
7 Contra Jehová prevaricaron,
porque han engendrado hijos de extraños;
ahora serán consumidos en un solo mes
ellos y sus heredades.
8 ¡Tocad la bocina en Gabaa
y la trompeta en Ramá!
¡Sonad la alarma en Bet-avén!
¡Alerta, Benjamín!
9 Efraín será asolado en el día del castigo;
entre las tribus de Israel
hice conocer la verdad.
10 «Los príncipes de Judá han sido
como los que traspasan los linderos;
¡pero sobre ellos derramaré
a raudales mi ira!
11 Efraín está oprimido,
violados sus derechos,
porque quiso andar
en pos de vanidades.
12 Yo, pues, seré como polilla a Efraín
y como carcoma a la casa de Judá.
13 Verá Efraín su enfermedad
y Judá su llaga;
irá entonces Efraín a Asiria
y pedirá ayuda al gran rey,
pero él no podrá sanaros
ni os curará la llaga.
14 Porque yo seré como león a Efraín
y como cachorro de león a la casa de Judá;
yo, yo mismo los despedazaré, y me iré;
los arrebataré, y nadie podrá librarlos.
Insinceridad del arrepentimiento de Israel
15 »Volveré luego a mi lugar,
hasta que reconozcan su pecado
y busquen mi rostro.
¡En medio de su angustia me buscarán!»
6 Venid y volvamos a Jehová,
pues él nos destrozó, mas nos curará;
nos hirió, mas nos vendará.
2 Después de dos días nos hará revivir,
al tercer día nos levantará,
y viviremos delante de él.
3 Esforcémonos por conocer a Jehová:
cierta como el alba es su salida.
Vendrá a nosotros como la lluvia,
como la lluvia tardía y temprana viene a la tierra.
4 «¿Qué haré contigo, Efraín?
¿Qué haré contigo, Judá?
Vuestra piedad es como nube matinal,
como el rocío de la madrugada, que se desvanece.
5 Por eso los he quebrantado mediante los profetas;
con las palabras de mi boca los maté,
y tus juicios brotarán como la luz.
6 Porque misericordia quiero y no sacrificios,
conocimiento de Dios más que holocaustos.
7 »Pero ellos, cual Adán, violaron el pacto;
allí han pecado contra mí.
8 Galaad, ciudad de malhechores,
toda manchada de sangre.
9 Como ladrones al acecho de un hombre,
así una compañía de sacerdotes
mata y comete infamias
en el camino hacia Siquem.
10 En la casa de Israel he visto cosas horribles:
allí fornicó Efraín
y se contaminó Israel.
11 Para ti también, Judá, está preparada una siega,
cuando yo haga volver el cautiverio de mi pueblo.»
Iniquidad y rebelión de Israel
7 «Mientras curaba yo a Israel,
se descubrió la iniquidad de Efraín
y las maldades de Samaria,
pues practican el engaño;
el ladrón entra
y el salteador despoja afuera.
2 No consideran en su corazón
que tengo memoria de toda su maldad.
Ahora los acorralan sus propias obras,
que están delante de mí.
3 »Con su maldad alegran al rey;
con sus mentiras, a los príncipes.
4 Todos ellos son adúlteros;
son como horno encendido,
que el hornero cesa de avivar
desde que se amasa la harina
hasta que se ha fermentado.
5 En el día de nuestro rey,
los príncipes lo hicieron enfermar
con copas de vino;
él extendió su mano con los que se burlaban.
6 Disponen su corazón para la intriga,
como se prepara un horno;
toda la noche duerme su hornero,
pero a la mañana está encendido
como llama de fuego.
7 Todos ellos arden como un horno
y devoran a sus jueces.
Así han caído todos sus reyes;
no hay entre ellos quien me invoque.
8 Efraín se ha mezclado con los demás pueblos;
Efraín es como torta no volteada.
9 Gente extraña ha devorado su fuerza,
y él no lo sabe.
Ya se ha cubierto de canas,
y él no lo sabe.
10 La soberbia de Israel testificará en su contra.
Con todo, ellos no se vuelven
ni buscan a Jehová, su Dios.
11 Efraín es como paloma incauta,
sin discernimiento:
claman a Egipto, acuden a Asiria.
12 Cuando vayan allá,
tenderé sobre ellos mi red,
los haré caer como aves del cielo,
los castigaré conforme a lo anunciado en sus asambleas.
13 »¡Ay de ellos! porque se apartaron de mí;
destrucción vendrá sobre ellos,
porque contra mí se rebelaron.
Yo los redimiría,
pero ellos hablan mentiras contra mí.
14 No clamaron a mí de corazón,
cuando se lamentaban sobre sus lechos;
Por trigo y mosto se congregaron,
y se han rebelado contra mí.
15 Aunque yo los enseñé y fortalecí sus brazos,
traman el mal contra mí.
16 Volvieron, pero no al Altísimo;
fueron como arco que yerra.
Sus príncipes cayeron a espada
por la soberbia de su lengua:
¡esto será motivo de burla
en la tierra de Egipto!»
Reprensión de la idolatría de Israel
8 «Lleva a tu boca la trompeta,
pues un águila viene
sobre la casa de Jehová,
porque traspasaron mi pacto
y se rebelaron contra mi Ley.
2 A mí clamará Israel: “Dios mío,
te hemos conocido.”
3 Israel desechó el bien:
el enemigo lo perseguirá.
4 »Ellos establecieron reyes, pero no escogidos por mí;
constituyeron príncipes, mas yo no lo supe;
de su plata y de su oro hicieron ídolos para sí,
para ser ellos mismos destruidos.
5 Tu becerro, Samaria, te hizo alejarte.
Se encendió mi enojo contra ellos:
¿Cuándo alcanzaréis la purificación?
6 Porque ese becerro es de Israel;
un artífice lo hizo. No es Dios,
por lo que será deshecho en pedazos
el becerro de Samaria.
7 Porque sembraron vientos,
segarán tempestades.
No tendrán mies
ni su espiga dará harina;
y si la da, los extranjeros la comerán.
8 ¡Devorado será Israel!
Pronto será entre las naciones
como vasija que no se estima,
9 pues ellos subieron a Asiria
como un solitario asno salvaje.
Efraín se ha alquilado amantes.
10 Aunque las alquile entre las naciones,
ahora los reuniré,
y serán afligidos un poco de tiempo
bajo la carga del rey y de los príncipes.
11 »Porque multiplicó Efraín los altares para pecar,
tuvo altares sólo para pecar.
12 Le escribí las grandezas de mi Ley,
y fueron tenidas por cosa extraña.
13 En los sacrificios de mis ofrendas
sacrificaron carne y comieron;
Jehová no los quiso aceptar.
Ahora se acordará él de su iniquidad,
castigará su pecado
y tendrán que volver a Egipto.
14 Olvidó, pues, Israel a su Hacedor,
y edificó templos.
Judá multiplicó sus ciudades fortificadas,
mas yo mandaré a sus ciudades fuego
que consumirá sus palacios.»
Castigo de la persistente infidelidad de Israel
9 No te alegres, Israel,
no saltes de gozo como otros pueblos,
pues has fornicado al apartarte de tu Dios.
Amaste el salario de rameras
en todas las eras de trigo.
2 La era y el lagar no los sustentarán,
y les fallará el mosto.
3 No se quedarán en la tierra de Jehová,
sino que Efraín volverá a Egipto y a Asiria,
donde comerán vianda inmunda.
4 No harán libaciones a Jehová
ni sus sacrificios le serán gratos;
cual pan de duelo será para ellos,
y todos los que coman de él serán impuros.
Su pan será, pues, para ellos mismos:
ese pan no entrará en la casa de Jehová.
5 ¿Qué haréis en el día de la solemnidad,
y en el día de la fiesta de Jehová?
6 Ellos se fueron a causa de la destrucción.
Egipto los recogerá, Menfis los enterrará.
La ortiga conquistará lo deseable de su plata,
y el espino crecerá en sus moradas.
7 Vinieron los días del castigo,
vinieron los días de la retribución.
¡Israel lo sabrá!
Necio es el profeta,
insensato es el hombre de espíritu,
a causa de la enormidad de tu maldad
y de la inmensidad de tu odio.
8 El profeta, atalaya de Efraín,
está junto a mi Dios;
lazos de cazador se le tienden en todos sus caminos,
se le odia aun en la casa de su Dios.
9 Llegaron hasta lo más bajo en su corrupción,
como en los días de Gabaa.
Él se acordará de su iniquidad
y castigará su pecado.
10 «Como uvas en el desierto
hallé a Israel;
vi a vuestros padres en sus primicias
como la fruta temprana de la higuera.
Pero al acudir ellos a Baal-peor,
se apartaron para vergüenza,
y se hicieron abominables
como aquello que amaban.
11 La gloria de Efraín volará cual ave,
de modo que no habrá nacimientos
ni embarazos ni concepciones.
12 Aunque lleguen a crecer sus hijos,
los quitaré de entre los hombres.
¡Ay de ellos también, cuando de ellos me aparte!
13 Efraín, según veo, es semejante a Tiro,
situado en un lugar delicioso;
pero Efraín llevará sus hijos a la matanza.»
14 Dales, Jehová,
lo que les has de dar;
dales matriz que aborte
y pechos enjutos.
15 «Toda la maldad de ellos se manifestó en Gilgal;
allí, pues, les tomé aversión.
Por la perversidad de sus obras
los echaré de mi Casa.
Ya no los amaré más;
todos sus príncipes son desleales.
16 Efraín fue herido,
su raíz está seca,
no dará más fruto.
Aunque engendren,
yo haré morir el precioso fruto de su vientre.»
17 Mi Dios los desechará
porque ellos no lo oyeron,
y andarán errantes entre las naciones.
10 Israel es una frondosa viña
que da de sí abundante fruto.
Cuanto más abundante era su fruto,
más se multiplicaban los altares;
cuanto mayor era la bondad de su tierra,
mejor hacía sus ídolos.
2 Su corazón está dividido.
Ahora serán hallados culpables.
Jehová demolerá sus altares
y destruirá sus ídolos.
3 Seguramente dirán ahora:
«No tenemos rey
porque no temimos a Jehová.
Pero, ¿qué haría el rey por nosotros?»
4 Ellos pronuncian palabras,
juran en vano al hacer un pacto;
por tanto, el juicio florecerá
como ajenjo en los surcos del campo.
5 Por las becerras de Bet-avén
serán atemorizados los moradores de Samaria.
Sí, su pueblo se lamentará a causa del becerro,
lo mismo que los sacerdotes
que se regocijaban de su gloria,
la cual será disipada.
6 El propio becerro será llevado a Asiria
como presente al gran rey.
Efraín será avergonzado,
e Israel se avergonzará de su consejo.
7 De Samaria fue cortado su rey
como espuma sobre la superficie de las aguas.
8 Los lugares altos de Avén,
el pecado de Israel,
serán destruidos;
sobre sus altares crecerá espino y cardo.
Y dirán a los montes: «¡Cubridnos!»;
y a los collados: «¡Caed sobre nosotros!»
9 «Desde los días de Gabaa,
tú has pecado, Israel.
¡Allí se han quedado!
¿No tomará la guerra en Gabaa
a estos inicuos?
10 Los castigaré cuando lo desee;
los pueblos se juntarán contra ellos
cuando sean castigados por su doble crimen.
11 »Efraín es como una novilla domada
a la que le gusta trillar.
Mas yo pasaré el yugo sobre su lozana cerviz;
yo unciré a Efraín,
Judá tendrá que arar
y Jacob quebrará sus terrones.
12 Sembrad para vosotros en justicia,
segad para vosotros en misericordia;
haced para vosotros barbecho,
porque es el tiempo de buscar a Jehová,
hasta que venga y os enseñe justicia.
13 Habéis arado impiedad
y segasteis iniquidad;
comeréis fruto de mentira.
Porque confiaste en tu camino
y en la multitud de tus valientes,
14 en medio de tus pueblos se levantará un alboroto;
todas tus fortalezas serán destruidas,
como destruyó Salmán a Bet-arbel
en el día de la batalla,
cuando fue destrozada la madre con sus hijos.
15 Así hará con vosotros Bet-el,
por causa de vuestra gran maldad:
al despuntar el día desaparecerá para siempre
el rey de Israel.»
Dios se compadece de su pueblo obstinado
11 «Cuando Israel era muchacho, yo lo amé,
y de Egipto llamé a mi hijo.
2 Cuanto más yo los llamaba,
tanto más se alejaban de mí.
A los baales sacrificaban,
y a los ídolos quemaban incienso.
3 Con todo, yo enseñaba a andar a Efraín,
tomándolo por los brazos;
más ellos no comprendieron que yo los cuidaba.
4 Con cuerdas humanas los atraje,
con cuerdas de amor;
fui para ellos como los que alzan
el yugo de sobre su cerviz,
y puse delante de ellos la comida.
5 No volverá a tierra de Egipto,
sino que el asirio mismo será su rey,
porque no se quisieron convertir.
6 La espada caerá sobre sus ciudades
y consumirá sus aldeas;
las consumirá a causa de sus propios consejos.
7 Mi pueblo está aferrado a la rebelión contra mí;
aunque me llaman el Altísimo,
ninguno absolutamente me quiere enaltecer.
8 »¿Cómo podré abandonarte, Efraín?
¿Te entregaré yo, Israel?
¿Cómo podré hacerte como a Adma,
o dejarte igual que a Zeboim?
Mi corazón se conmueve dentro de mí,
se inflama toda mi compasión.
9 No ejecutaré el ardor de mi ira
ni volveré a destruir a Efraín,
porque Dios soy, no hombre;
soy el Santo en medio de ti,
y no entraré en la ciudad.»
10 En pos de Jehová caminarán.
Él rugirá como un león;
rugirá, y los hijos vendrán
temblando desde el occidente.
11 «Como aves acudirán velozmente de Egipto,
y de la tierra de Asiria como palomas;
y yo los haré habitar en sus casas»,
dice Jehová.
12 «Me rodeó Efraín de mentira,
y la casa de Israel de engaño.
Pero Judá aún gobierna con Dios,
y es fiel con los santos.»
Efraín, reprendido por su mala conducta
12 «Efraín se apacienta de viento,
anda tras el viento del este todo el día;
multiplica la mentira y la violencia,
porque hicieron pacto con los asirios
y llevan el aceite a Egipto.»
2 Pleito tiene Jehová con Judá
para castigar a Jacob conforme a su conducta;
le pagará conforme a sus obras.
3 En el seno materno tomó por el calcañar a su hermano,
y con su poder venció al ángel.
4 Luchó con el ángel y prevaleció;
lloró y le rogó;
lo halló en Bet-el,
y allí habló con nosotros.
5 Mas Jehová es Dios de los ejércitos:
¡Jehová es su nombre!
6 Tú, pues, vuélvete a tu Dios;
guarda misericordia y juicio,
y en tu Dios confía siempre.
7 «Canaán tiene en su mano pesas falsas,
le gusta defraudar.
8 Efraín dijo: “Ciertamente me he enriquecido,
me he labrado una fortuna;
nadie hallará iniquidad en mí,
ni pecado en todos mis trabajos.”
9 Pero yo soy Jehová, tu Dios,
desde la tierra de Egipto;
aún te haré morar en tiendas,
como en los días de la fiesta.
10 »He hablado a los profetas,
multipliqué las profecías
y por medio de los profetas hablé en parábolas.
11 ¿Es Galaad iniquidad?
Ciertamente vanidad han sido:
En Gilgal sacrificaron bueyes,
y sus altares son como montones de piedras
sobre los surcos del campo.»
12 Pero Jacob huyó a la tierra de Aram;
Israel sirvió para adquirir una mujer,
y por adquirir una mujer fue pastor.
13 Por medio de un profeta,
Jehová hizo subir a Israel de Egipto,
y por un profeta fue guardado.
14 Efraín ha irritado a Dios amargamente;
por tanto, su Señor hará recaer sobre él
la sangre derramada
y le pagará sus agravios.
Predicción de la total destrucción de Efraín
13 Cuando Efraín hablaba, cundía el temor;
fue exaltado en Israel,
mas pecó en Baal y murió.
2 Ahora siguen en su pecado;
con su plata se han hecho imágenes de fundición,
ídolos de su invención,
¡todo obra de artífices!
Y entonces dicen a los sacrificadores
que besen a los becerros.
3 Por tanto, serán como la niebla de la mañana
y como el rocío de la madrugada, que se disipa;
como la paja que la tempestad arroja de la era,
como el humo que sale por la chimenea.
4 «Mas yo soy Jehová, tu Dios,
desde la tierra de Egipto;
no conocerás, pues, otro dios fuera de mí,
ni otro salvador sino a mí.
5 Yo te conocí en el desierto,
en tierra seca.
6 »En sus pastos se saciaron
y, una vez repletos,
se ensoberbeció su corazón;
por esta causa se olvidaron de mí.
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