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Bible in 90 Days

An intensive Bible reading plan that walks through the entire Bible in 90 days.
Duration: 88 days
Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Version
Oseas 13:7 - Amós 9:10

Por tanto, yo seré para ellos como león;
como un leopardo en el camino los acecharé.
Como osa que ha perdido a sus hijos los atacaré
y desgarraré las fibras de su corazón,
y allí los devoraré como león;
fiera del campo los despedazará.
Te perdiste, Israel,
mas en mí está tu ayuda.
10 ¿Dónde está tu rey, para que te salve
en todas tus ciudades,
y tus jueces, a los que dijiste:
“Dame un rey y príncipes”?
11 Te di un rey en mi furor,
y te lo quité en mi ira.

12 »Atada está la maldad de Efraín,
su pecado está guardado.
13 Le vendrán dolores de mujer que da a luz;
pero es un hijo insensato,
pues no se colocó a tiempo
en el punto mismo de nacer.
14 De manos del seol los redimiré,
los libraré de la muerte.
Muerte, yo seré tu muerte;
yo seré tu destrucción, seol.
La compasión se ocultará de mi vista.
15 Aunque él fructifique entre sus hermanos,
vendrá el viento del este,
el viento de Jehová que sube del desierto,
y se secará su manantial,
se agotará su fuente.
Él despojará el tesoro
de todas sus preciosas alhajas.
16 Samaria será asolada,
porque se rebeló contra su Dios;
caerán a espada,
sus niños serán estrellados,
y abiertas sus mujeres encintas.»

Súplica a Israel para que vuelva a Jehová

14 ¡Vuelve, Israel, a Jehová, tu Dios,
pues por tu pecado has caído!
Llevad con vosotros palabras de súplica,
volved a Jehová y decidle:
«Quita toda iniquidad,
acepta lo bueno,
te ofreceremos la ofrenda de nuestros labios.
No nos librará el asirio;
ya no montaremos a caballo,
ni nunca más diremos a la obra de nuestras manos:
“Dioses nuestros”,
porque en ti el huérfano alcanzará misericordia.»

«Yo los sanaré de su rebelión,
los amaré de pura gracia,
porque mi ira se apartó de ellos.
Yo seré a Israel como rocío:
él florecerá como lirio
y hundirá sus raíces como el Líbano.
Se extenderán sus ramas,
su gloria será como la del olivo
y perfumará como el Líbano.
Volverán a sentarse a su sombra;
serán vivificados como el trigo
y florecerán como la vid;
su olor será como de vino del Líbano.
Efraín dirá: “¿Qué tengo que ver con los ídolos?”
Yo lo oiré y velaré por él;
yo seré para él como un pino siempre verde;
de mí procederá tu fruto.»

¿Quién es sabio para que sepa esto,
y prudente para que lo comprenda?
Porque los caminos de Jehová son rectos,
por ellos andarán los justos,
mas los rebeldes caerán en ellos.

Profecía de la devastación del país

Palabra de Jehová que vino a Joel hijo de Petuel.

«Oíd esto, ancianos,
y escuchad, todos los moradores de la tierra.
¿Ha acontecido algo semejante en vuestros días
o en los días de vuestros padres?
De esto contaréis a vuestros hijos,
y vuestros hijos a sus hijos,
y sus hijos a la siguiente generación.
Lo que dejó la oruga
se lo comió el saltón;
lo que dejó el saltón
se lo comió el revoltón;
y la langosta se comió
lo que el revoltón había dejado.

»Despertad, borrachos, y llorad;
gemid, todos los que bebéis vino,
porque el vino se os ha quitado de vuestra boca.
Porque un pueblo fuerte e innumerable
subió a mi tierra;
sus dientes son dientes de león,
y sus muelas, muelas de león.
Asoló mi vid y descortezó mi higuera;
del todo la desnudó y derribó;
sus ramas quedaron blancas.

»Llora tú,
como joven vestida de ropas ásperas
por el marido de su juventud.
Desapareció de la casa de Jehová
la ofrenda y la libación;
los sacerdotes ministros de Jehová
están de duelo.
10 El campo está asolado
y se enlutó la tierra,
porque el trigo fue destruido,
el mosto está pasado
y se perdió el aceite.

11 »Confundíos, labradores;
gemid, viñadores,
por el trigo y la cebada,
porque se perdió la mies del campo.
12 La vid está seca y pereció la higuera;
también el granado, la palmera y el manzano:
Todos los árboles del campo se secaron.
Y así se extinguió el gozo
de los hijos de los hombres.

13 »Vestíos de luto y lamentad, sacerdotes;
gemid, ministros del altar;
venid, dormid con ropas ásperas,
ministros de mi Dios;
porque quitada es de la casa de vuestro Dios
la ofrenda y la libación.
14 Proclamad ayuno, convocad asamblea,
congregad a los ancianos
y a todos los moradores de la tierra
en la casa de Jehová, vuestro Dios,
y clamad a Jehová.

15 »¡Ay del día!,
porque cercano está el día de Jehová;
vendrá como destrucción
de parte del Todopoderoso.
16 ¿No fue arrebatado el alimento
de delante de nuestros ojos,
la alegría y el placer
de la casa de nuestro Dios?
17 El grano se pudrió debajo de los terrones;
los graneros fueron asolados
y los silos destruidos
porque se había secado el trigo.
18 ¡Cómo gemían las bestias!
¡Cuán turbados andaban los hatos de los bueyes,
porque no tenían pastos!
Y fueron también asolados
los rebaños de las ovejas.

19 »A ti, Jehová, clamaré;
porque el fuego consumió los pastos del desierto,
la llama abrasó los árboles del campo.
20 Las bestias del campo
bramarán también a ti,
pues se secaron los arroyos de las aguas,
y el fuego consumió las praderas del desierto.

»Tocad la trompeta en Sión
y dad la alarma en mi santo monte.
Tiemblen todos cuantos moran en la tierra,
porque viene el día de Jehová,
porque está cercano:
día de tinieblas y de oscuridad,
día de nube y de sombra.»

«Como sobre los montes se extiende el alba,
así vendrá un pueblo grande y fuerte;
semejante a él no lo hubo jamás,
ni después de él lo habrá
en los años de muchas generaciones.

»Delante de él consumirá el fuego;
detrás de él abrasará la llama.
Como el huerto del Edén
será la tierra delante de él,
y detrás de él
como desierto asolado;
nadie habrá que de él escape.
Su aspecto, como aspecto de caballos,
y como gente de a caballo correrán.
Como estruendo de carros saltarán
sobre las cumbres de los montes;
como sonido de llama de fuego
que consume hojarascas,
como pueblo fuerte dispuesto para la batalla.
Delante de él temerán los pueblos;
se pondrán pálidos todos los semblantes.
Como valientes correrán,
como hombres de guerra escalarán el muro;
cada cual marchará por su camino
y no torcerá su rumbo.
Nadie empujará a su compañero,
cada uno irá por su carrera;
y aun cayendo sobre la espada no se herirán.
Irán por la ciudad,
correrán por el muro,
subirán por las casas,
entrarán por las ventanas
a manera de ladrones.

10 »Delante de él temblará la tierra
y se estremecerán los cielos;
el sol y la luna se oscurecerán,
y las estrellas perderán su resplandor.
11 Y Jehová dará su orden
delante de su ejército,
porque muy grande es su campamento
y fuerte es el que ejecuta su orden;
porque grande es el día de Jehová
y muy terrible.
¿Quién podrá soportarlo?

12 »Ahora, pues, dice Jehová,
convertíos ahora a mí
con todo vuestro corazón,
con ayuno, llanto y lamento.
13 Rasgad vuestro corazón y no vuestros vestidos,
y convertíos a Jehová, vuestro Dios;
porque es misericordioso y clemente,
tardo para la ira y grande en misericordia,
y se duele del castigo.
14 ¡Quién sabe si volverá,
se arrepentirá
y dejará bendición tras sí;
esto es, ofrenda y libación
para Jehová, vuestro Dios!

15 ¡Tocad trompeta en Sión,
proclamad ayuno,
convocad asamblea,
16 reunid al pueblo,
santificad la reunión,
juntad a los ancianos,
congregad a los niños,
aun a los que maman,
y salga de su alcoba el novio
y de su lecho nupcial la novia!
17 Entre la entrada y el altar
lloren los sacerdotes ministros de Jehová,
y digan: “Perdona, Jehová, a tu pueblo,
y no entregues al oprobio tu heredad
para que no la dominen las naciones.
¿Por qué han de decir entre los pueblos:
‘Dónde está su Dios’?”

18 »Y Jehová, solícito por su tierra,
perdonará a su pueblo.
19 Responderá Jehová y dirá a su pueblo:
Yo os envío pan, mosto y aceite,
y seréis saciados de ellos;
y nunca más os pondré
en oprobio entre las naciones.
20 Haré alejar de vosotros al del norte,
y lo echaré en tierra seca y desierta:
su faz hacia el mar oriental, y su final hacia al mar occidental.
Exhalará su hedor y subirá su pudrición,
porque hizo grandes cosas.

21 »Tierra, no temas; alégrate y gózate,
porque Jehová hará grandes cosas.
22 Animales del campo, no temáis,
porque los pastos del desierto reverdecerán
y los árboles llevarán su fruto;
la higuera y la vid darán sus frutos.
23 Vosotros también, hijos de Sión,
alegraos y gozaos en Jehová, vuestro Dios;
porque os ha dado la primera lluvia a su tiempo,
y hará descender sobre vosotros
lluvia temprana y tardía, como al principio.
24 Las eras se llenarán de trigo
y los lagares rebosarán de vino y aceite.

25 »Yo os restituiré los años que comió la oruga,
el saltón, el revoltón y la langosta,
mi gran ejército que envié contra vosotros.
26 Comeréis hasta saciaros,
y alabaréis el nombre de Jehová, vuestro Dios,
el cual hizo maravillas con vosotros;
y nunca jamás será mi pueblo avergonzado.
27 Conoceréis que en medio de Israel estoy yo,
y que yo soy Jehová, vuestro Dios, y no hay otro;
y mi pueblo nunca jamás será avergonzado.

28 »Después de esto derramaré
mi espíritu sobre todo ser humano,
y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas;
vuestros ancianos soñarán sueños,
y vuestros jóvenes verán visiones.
29 También sobre los siervos y las siervas
derramaré mi espíritu en aquellos días.
30 Haré prodigios en el cielo y en la tierra,
sangre, fuego y columnas de humo.
31 El sol se convertirá en tinieblas
y la luna en sangre,
antes que venga el día, grande y espantoso, de Jehová.
32 Y todo aquel que invoque el nombre de Jehová, será salvo;
porque en el monte Sión y en Jerusalén
habrá salvación,
como ha dicho Jehová,
y entre el resto al cual él habrá llamado.

»Ciertamente en aquellos días,
en aquel tiempo en que haré volver
la cautividad de Judá y de Jerusalén,
reuniré a todas las naciones
y las haré descender al valle de Josafat;
allí entraré en juicio con ellas
a causa de mi pueblo,
de Israel, mi heredad,
al cual ellas esparcieron entre las naciones,
y repartieron mi tierra.

»Echaron suertes sobre mi pueblo,
cambiaron los niños por una ramera
y vendieron las niñas por vino para beber.

»¿Qué tengo yo con vosotras, Tiro y Sidón,
y con todo el territorio de Filistea?
¿Queréis vengaros de mí?
Y si de mí os vengáis,
bien pronto haré yo recaer
la paga sobre vuestra cabeza.
Porque os habéis llevado mi plata y mi oro,
y mis cosas preciosas y hermosas
metisteis en vuestros templos;
y vendisteis los hijos de Judá
y los hijos de Jerusalén
a los hijos de los griegos,
para alejarlos de su tierra.
Yo los levantaré
del lugar donde los vendisteis
y volveré vuestra paga sobre vuestra cabeza;
venderé vuestros hijos y vuestras hijas
a los hijos de Judá,
y ellos los venderán a los sabeos,
nación lejana;
porque Jehová ha hablado.

»¡Proclamad esto entre las naciones,
proclamad guerra,
despertad a los valientes!
¡Acérquense, vengan todos los hombres de guerra!
10 Forjad espadas de vuestros azadones,
lanzas de vuestras hoces
y diga el débil: “¡Fuerte soy!”
11 Juntaos y venid,
naciones todas de alrededor, y congregaos.
¡Haz venir allí, Jehová, a tus fuertes!
12 Despiértense las naciones
y suban al valle de Josafat,
porque allí me sentaré
para juzgar a todas las naciones de alrededor.
13 Meted la hoz, porque la mies está ya madura.
Venid, descended, porque el lagar está lleno
y rebosan las cubas;
porque mucha es la maldad de ellos.
14 Muchos pueblos en el valle de la Decisión;
porque cercano está el día de Jehová
en el valle de la Decisión.

15 »El sol y la luna se oscurecerán,
y las estrellas perderán su resplandor.

16 »Jehová rugirá desde Sión,
dará su voz desde Jerusalén
y temblarán los cielos y la tierra;
pero Jehová será la esperanza de su pueblo,
la fortaleza de los hijos de Israel.
17 Entonces conoceréis
que yo soy Jehová, vuestro Dios,
que habito en Sión, mi santo monte.
Jerusalén será santa
y extraños no pasarán más por ella.

18 »Sucederá en aquel tiempo,
que los montes destilarán mosto,
de los collados fluirá leche
y por todos los arroyos de Judá correrán las aguas.
Saldrá una fuente de la casa de Jehová
y regará el valle de Sitim.
19 Egipto será destruido
y Edom será vuelto en desierto asolado,
a causa de la injuria hecha a los hijos de Judá;
porque derramaron en su tierra sangre inocente.
20 Pero Judá será habitada para siempre,
y Jerusalén por generación y generación.
21 Yo limpiaré la sangre de los que no había limpiado.
Y Jehová morará en Sión.»

Las palabras de Amós, que fue uno de los pastores de Tecoa, que profetizó acerca de Israel en días de Uzías, rey de Judá, y en días de Jeroboam hijo de Joás, rey de Israel, dos años antes del terremoto. Dijo:

«Jehová rugirá desde Sión,
dará su voz desde Jerusalén,
los campos de los pastores se enlutarán
y se secará la cumbre del Carmelo.»

Así ha dicho Jehová:
«Por tres pecados de Damasco,
y por el cuarto,
no revocaré su castigo:
porque trillaron a Galaad con trillos de hierro.
Prenderé fuego a la casa de Hazael
y consumirá los palacios de Ben-adad.
Quebraré los cerrojos de Damasco
y destruiré a los moradores del valle de Avén
y a los gobernadores de Bet-edén,
y el pueblo de Siria será transportado a Kir,
dice Jehová.»

Así ha dicho Jehová:
«Por tres pecados de Gaza,
y por el cuarto,
no revocaré su castigo:
porque llevó cautivo a todo un pueblo
para entregarlo a Edom.
Prenderé fuego al muro de Gaza
y consumirá sus palacios.
Destruiré a los moradores de Asdod
y a los gobernadores de Ascalón;
volveré mi mano contra Ecrón
y el resto de los filisteos perecerá,
ha dicho Jehová, el Señor.»

Así ha dicho Jehová:
«Por tres pecados de Tiro,
y por el cuarto,
no revocaré su castigo:
porque entregaron a todo un pueblo cautivo a Edom
y no se acordaron del pacto de hermanos.
10 Prenderé fuego al muro de Tiro
y consumirá sus palacios.»

11 Así ha dicho Jehová:
«Por tres pecados de Edom,
y por el cuarto,
no revocaré su castigo:
porque persiguió a espada a su hermano
y violó todo afecto natural;
en su furor le ha robado siempre
y ha guardado perpetuamente el rencor.
12 Prenderé fuego a Temán
y consumirá los palacios de Bosra.»

13 Así ha dicho Jehová:
«Por tres pecados de los hijos de Amón,
y por el cuarto,
no revocaré su castigo:
porque para ensanchar sus tierras
abrieron a las mujeres de Galaad
que estaban embarazadas.
14 Encenderé fuego en el muro de Rabá
y consumirá sus palacios con estruendo
en el día de la batalla,
con tempestad en día tempestuoso;
15 y su rey irá en cautiverio
con todos sus príncipes,
dice Jehová.»

Así ha dicho Jehová:
«Por tres pecados de Moab,
y por el cuarto,
no revocaré su castigo:
porque quemó los huesos del rey de Edom
hasta calcinarlos.
Prenderé fuego a Moab
y consumirá los palacios de Queriot;
y morirá Moab en el tumulto,
con estrépito y sonido de trompeta.
Quitaré al juez de en medio de él
y mataré con él a todos sus príncipes,
dice Jehová.»

Así ha dicho Jehová:
«Por tres pecados de Judá,
y por el cuarto,
no revocaré su castigo:
porque menospreciaron la ley de Jehová,
no guardaron sus ordenanzas
y los hicieron errar sus mentiras,
en pos de las cuales anduvieron sus padres.
Prenderé, por tanto, fuego a Judá,
el cual consumirá los palacios de Jerusalén.»

Así ha dicho Jehová:
«Por tres pecados de Israel,
y por el cuarto,
no revocaré su castigo:
porque vendieron por dinero al justo,
y al pobre por un par de zapatos.
Pisotean en el polvo de la tierra
las cabezas de los desvalidos
y tuercen el camino de los humildes.
El hijo y el padre se allegan a la misma joven,
profanando mi santo nombre.
Sobre las ropas empeñadas se acuestan
junto a cualquier altar,
y el vino de los multados beben en la casa de sus dioses.
Yo destruí delante de ellos a los amorreos
que eran altos como los cedros
y fuertes como las encinas;
destruí su fruto arriba y sus raíces abajo.
10 A vosotros os hice subir de la tierra de Egipto
y os conduje por el desierto cuarenta años,
para que tomarais posesión de la tierra del amorreo.
11 Y levanté profetas entre vuestros hijos
y nazareos entre vuestros jóvenes.
¿No es esto cierto, hijos de Israel?,
dice Jehová.
12 Mas vosotros disteis a beber vino a los nazareos,
y a los profetas mandasteis diciendo:
“No profeticéis.”
13 Por eso, yo os apretaré en vuestro lugar,
como se aprieta el carro lleno de gavillas:
14 el ligero no podrá huir,
al fuerte no le ayudará su fuerza
ni el valiente librará su vida;
15 el que maneja el arco no resistirá,
ni escapará el ligero de pies
ni el jinete salvará su vida.
16 El esforzado entre los valientes
huirá desnudo aquel día,
dice Jehová.»

El rugido del león

Oíd esta palabra que ha hablado Jehová contra vosotros, hijos de Israel, contra toda la familia que hice subir de la tierra de Egipto:

«A vosotros solamente he conocido
de todas las familias de la tierra;
por tanto, os castigaré por todas vuestras maldades.»

¿Andarán dos juntos
si no están de acuerdo?
¿Rugirá el león en la selva
sin haber presa?
¿Rugirá el cachorro de león desde su guarida
sin haber cazado nada?
¿Caerá el ave a tierra, en la trampa,
si no hay cebo?
¿Saltará la trampa del suelo
si no ha atrapado algo?
¿Se tocará la trompeta en la ciudad
y no se alborotará el pueblo?
¿Habrá algún mal en la ciudad,
que Jehová no haya enviado?
Porque no hará nada Jehová, el Señor,
sin revelar su secreto a sus siervos los profetas.
Si el león ruge,
¿quién no temerá?
Si habla Jehová, el Señor,
¿quién no profetizará?

Destrucción de Samaria

Proclamad en los palacios de Asdod
y en los palacios de la tierra de Egipto,
y decid: «Reuníos sobre los montes de Samaria
y ved las muchas opresiones en medio de ella
y las violencias cometidas en su medio.»
10 No saben hacer lo recto, dice Jehová;
atesoran rapiña y despojo en sus palacios.

11 Por eso, Jehová, el Señor, ha dicho:
«Un enemigo vendrá por todos lados de la tierra
y derribará tu fortaleza,
y tus palacios serán saqueados.»

12 Así ha dicho Jehová:
«De la manera como el pastor libra de la boca del león
dos piernas o la punta de una oreja,
así escaparán los hijos de Israel
que moran en Samaria,
que se sientan en un rincón del diván,
en un cómodo lecho.»

13 Oíd y testificad contra la casa de Jacob,
dice Jehová, Dios de los ejércitos:
14 «El día que castigue
las rebeliones de Israel,
castigaré también los altares de Bet-el;
los cuernos del altar serán cortados
y caerán a tierra.
15 Derribaré la casa de invierno
junto con la casa de verano,
y las casas de marfil desaparecerán.
Muchas casas serán destruidas,
dice Jehová.»

Oíd esta palabra, vacas de Basán,
que estáis en el monte de Samaria,
que oprimís a los pobres
y quebrantáis a los menesterosos,
que decís a vuestros señores: «Traed de beber.»
Jehová, el Señor, juró por su santidad:
«Sobre vosotras vienen días
en que os llevarán con ganchos,
y a vuestros descendientes con anzuelos de pescador;
saldréis por las brechas una tras otra
y seréis echadas del palacio,
dice Jehová.»

Aunque castigado, Israel no aprende

¡Id a Bet-el y pecad!
¡Aumentad en Gilgal la rebelión!
Traed de mañana vuestros sacrificios,
y vuestros diezmos cada tres días.
Ofreced sacrificio de alabanza con pan leudado
y proclamad, publicad ofrendas voluntarias,
pues que así lo queréis, hijos de Israel,
dice Jehová, el Señor.

Os hice pasar hambre en todas vuestras ciudades
y hubo falta de pan en todos vuestros pueblos;
mas no os volvisteis a mí,
dice Jehová.

También os detuve la lluvia
tres meses antes de la siega;
hice llover sobre una ciudad
y sobre otra ciudad no hice llover;
sobre una parte llovió,
y la parte sobre la cual no llovió se secó.
Venían entonces dos o tres ciudades
a una ciudad para beber agua,
y no se saciaban.
Con todo, no os volvisteis a mí,
dice Jehová.

Os herí con viento del este y con oruga;
la langosta devoró vuestros muchos huertos y vuestras viñas,
vuestros higuerales y vuestros olivares,
pero nunca os volvisteis a mí,
dice Jehová.

10 Envié contra vosotros mortandad
tal como en Egipto;
maté a espada a vuestros jóvenes,
vuestros caballos fueron capturados
e hice subir el hedor de vuestros campamentos
hasta vuestras narices;
mas no os volvisteis a mí,
dice Jehová.

11 Os trastorné como Dios trastornó
a Sodoma y a Gomorra,
y fuisteis como tizón escapado del fuego;
mas no os volvisteis a mí,
dice Jehová.

12 Por eso, Israel, haré lo mismo contigo;
y porque te he de hacer esto,
prepárate, Israel,
para venir al encuentro de tu Dios.

13 Ciertamente el que forma los montes
y crea el viento,
el que anuncia al hombre su pensamiento,
hace de las tinieblas mañana
y pasa sobre las alturas de la tierra:
Jehová, Dios de los ejércitos, es su nombre.

Exhortación al arrepentimiento

Oíd esta palabra de lamentación
que yo levanto sobre vosotros, casa de Israel.
Cayó la virgen de Israel y no podrá levantarse ya más;
postrada quedó sobre su tierra
y no hay quien la levante.
Porque así ha dicho Jehová, el Señor:
«La ciudad que salga con mil,
volverá con cien,
y la que salga con cien
volverá con diez, en la casa de Israel.»

Pero así dice Jehová a la casa de Israel:
«Buscadme y viviréis;
mas no busquéis a Bet-el
ni entréis en Gilgal
ni paséis a Beerseba,
porque Gilgal será llevada en cautiverio
y Bet-el será deshecha.»

Buscad a Jehová y vivid,
no sea que acometa como fuego a la casa de José
y la consuma, sin haber en Bet-el quien lo apague.
¡Ay de los que convierten en ajenjo el juicio
y echan por tierra la justicia!

Buscad al que hace las Pléyades y el Orión,
vuelve las tinieblas en mañana
y hace oscurecer el día como noche;
el que llama a las aguas del mar
y las derrama sobre la faz de la tierra:
Jehová es su nombre.
Él trae la ruina sobre el fuerte
y hace caer la destrucción sobre la fortaleza.

10 Ellos aborrecieron al reprensor en la puerta de la ciudad,
y al que hablaba lo recto detestaron.
11 Por tanto, puesto que humilláis al pobre
y recibís de él carga de trigo,
no habitaréis las casas
de piedra labrada que edificasteis
ni beberéis del vino
de las hermosas viñas que plantasteis.
12 Yo sé de vuestras muchas rebeliones
y de vuestros grandes pecados;
sé que afligís al justo,
recibís cohecho
y en los tribunales hacéis perder su causa a los pobres.
13 Por tanto, el prudente en tal tiempo calla,
porque el tiempo es malo.

14 Buscad lo bueno y no lo malo,
para que viváis;
y así Jehová, Dios de los ejércitos,
estará con vosotros, como decís.
15 Aborreced el mal, amad el bien
y estableced la justicia en juicio;
quizá Jehová, Dios de los ejércitos,
tendrá piedad del remanente de José.

16 Por tanto, esto ha dicho
Jehová, Dios de los ejércitos:
«En todas las plazas habrá llanto
y en todas las calles dirán: “¡Ay! ¡Ay!”;
al labrador llamarán a lloro,
y a endecha a los que sepan endechar.
17 Y en todas las viñas habrá llanto;
porque pasaré en medio de ti,
dice Jehová.»

18 ¡Ay de los que desean el día de Jehová!
¿Para qué queréis este día de Jehová?
Será de tinieblas y no de luz.
19 Será como el que huye del león
y se encuentra con el oso;
o como el que, al entrar en casa,
apoya su mano en la pared
y lo muerde una culebra.
20 ¿No será el día de Jehová tinieblas
y no luz;
oscuridad, que no tiene resplandor?

21 Aborrecí, desprecié vuestras solemnidades
y no me complaceré en vuestras asambleas.
22 Y si me ofrecéis
vuestros holocaustos y vuestras ofrendas,
no los recibiré,
ni miraré las ofrendas de paz
de vuestros animales engordados.
23 Quita de mí la multitud de tus cantares,
pues no escucharé las salmodias de tus instrumentos.
24 Pero corra el juicio como las aguas
y la justicia como arroyo impetuoso.

25 ¿Me ofrecisteis sacrificios
y ofrendas en el desierto
en cuarenta años,
casa de Israel?
26 Antes bien, llevabais el tabernáculo
de vuestros Moloc y Quiún,
ídolos vuestros,
la estrella de vuestros dioses que os hicisteis.
27 Os haré, pues, transportar
más allá de Damasco,
ha dicho Jehová,
cuyo nombre es Dios de los ejércitos.

La destrucción de Israel

¡Ay de los que reposan en Sión
y de los que confían en el monte de Samaria,
los notables y principales entre las naciones,
a quienes acude la casa de Israel!
Pasad a Calne y mirad;
de allí id a la gran Hamat
y descended luego a Gat de los filisteos.
¿Sois vosotros mejores que esos reinos?
¿Es su territorio más extenso que el vuestro?
¡Vosotros, que creéis alejar el día malo,
acercáis el reino de la maldad!
Duermen en camas de marfil
y reposan sobre sus lechos;
comen los corderos del rebaño
y los novillos sacados del establo;
gorjean al son de la flauta
e inventan instrumentos musicales, como David;
beben vino en tazones
y se ungen con los perfumes más preciosos,
pero no se afligen por el quebrantamiento de José.
Por tanto, ahora irán
a la cabeza de los que van a cautividad,
y se acercará el duelo
de los que se entregan a los placeres.

Jehová, el Señor, juró por sí mismo,
Jehová, Dios de los ejércitos, ha dicho:
«Desprecio la grandeza de Jacob,
aborrezco sus palacios;
entregaré al enemigo la ciudad y cuanto hay en ella.»
Acontecerá que, si diez hombres quedan
en una casa, morirán.
10 Y un pariente tomará a cada uno
y lo quemará para sacar los huesos de casa;
y dirá al que esté en el rincón de la casa:
«¿Hay aún alguien contigo?»
El otro dirá: «No»;
y añadirá: «Calla, porque no podemos mencionar
el nombre de Jehová.»
11 Porque Jehová mandará,
y herirá con hendiduras la casa mayor,
y la casa menor con aberturas.

12 ¿Correrán los caballos por las peñas?
¿Ararán en ellas con bueyes?
¿Por qué habéis convertido vosotros el juicio en veneno
y el fruto de justicia en ajenjo?
13 Vosotros, que os alegráis por nada,
que decís:
«¿No hemos adquirido poder con nuestra fuerza?»
14 Pues de cierto, casa de Israel,
dice Jehová, Dios de los ejércitos,
levantaré yo sobre vosotros a una nación
que os oprimirá desde la entrada de Hamat
hasta el arroyo del Arabá.

Tres visiones de destrucción

Esto me ha mostrado Jehová, el Señor: Él criaba langostas cuando comenzaba a crecer el heno tardío, el heno tardío que viene después de las siegas del rey. Y aconteció que cuando acabaron de comer la hierba de la tierra, yo dije: «Señor, Jehová, perdona ahora, pero ¿quién levantará a Jacob, que es tan pequeño?» Se arrepintió Jehová de esto: «No será», dijo Jehová.

Jehová, el Señor, me mostró esto: Jehová, el Señor, llamaba al fuego para juzgar; y el fuego consumió el gran abismo y también una parte de la tierra. Y dije: «Señor, Jehová, cesa ahora; pues ¿quién levantará a Jacob, que es tan pequeño?» Se arrepintió Jehová de esto: «No será esto tampoco», dijo Jehová, el Señor.

Me mostró también esto: El Señor estaba sobre un muro hecho a plomo, y en su mano tenía una plomada de albañil. Jehová entonces me preguntó:

—¿Qué ves, Amós?

Yo respondí:

—Una plomada de albañil.

Y el Señor dijo:

—Yo pongo plomada de albañil en medio de mi pueblo Israel; no lo toleraré más. Los lugares altos de Isaac serán destruidos, los santuarios de Israel serán asolados y me levantaré con espada sobre la casa de Jeroboam.

Amós y Amasías

10 Entonces el sacerdote Amasías de Bet-el envió a decir a Jeroboam, rey de Israel: «Amós se ha levantado contra ti en medio de la casa de Israel; la tierra no puede sufrir todas sus palabras. 11 Porque así ha dicho Amós: “Jeroboam morirá a espada, e Israel será llevado de su tierra en cautiverio.”» 12 Y Amasías dijo a Amós:

—Vidente, vete, huye a tierra de Judá, come allá tu pan y profetiza allá; 13 pero no profetices más en Bet-el, porque es santuario del rey, y capital del reino.

14 Entonces respondió Amós y dijo a Amasías:

—No soy profeta ni soy hijo de profeta, sino que soy boyero y recojo higos silvestres. 15 Y Jehová me tomó de detrás del ganado, y me dijo: “Ve y profetiza a mi pueblo Israel.”

16 »Ahora, pues, oye palabra de Jehová. Tú dices: “No profetices contra Israel ni hables contra la casa de Isaac.” 17 Por tanto, así ha dicho Jehová: “Tu mujer será ramera en medio de la ciudad, tus hijos y tus hijas caerán a espada y tu tierra será repartida por suertes; tú morirás en tierra inmunda e Israel será llevado cautivo lejos de su tierra.”

El canastillo de fruta de verano

Esto me mostró Jehová, el Señor: un canastillo de fruta de verano. Y me preguntó:

—¿Qué ves, Amós?

Y respondí:

—Un canastillo de fruta de verano.

Y me dijo Jehová:

—Ha venido el fin sobre mi pueblo Israel; no lo toleraré más.

Y los cantores del Templo gemirán en aquel día, dice Jehová, el Señor. Muchos serán los cuerpos muertos, y en silencio serán arrojados en cualquier lugar.

El juicio sobre Israel se acerca

Oíd esto, los que explotáis a los menesterosos y arruináis a los pobres de la tierra, diciendo: «¿Cuándo pasará el mes y venderemos el trigo; y la semana, y abriremos los graneros del pan? Entonces achicaremos la medida, subiremos el precio, falsearemos con engaño la balanza, compraremos a los pobres por dinero y a los necesitados por un par de zapatos, y venderemos los desechos del trigo.»

Jehová juró por la gloria de Jacob: «No olvidaré jamás ninguna de sus obras.»

¿No se estremecerá la tierra por esto?
¿No llorarán todos sus habitantes?
Subirá toda ella como un río;
crecerá y mermará como el río de Egipto.

Aquel día, dice Jehová, el Señor,
haré que se ponga el sol a mediodía:
cubriré de tinieblas la tierra en el día claro.
10 Cambiaré vuestras fiestas en lloro
y todos vuestros cantares en lamentaciones;
haré que toda cintura vista tela áspera
y que se rape toda cabeza.
Y volveré la tierra
como en llanto por el hijo único,
y su final será como día amargo.

11 Ciertamente vienen días, dice Jehová, el Señor,
en los cuales enviaré hambre a la tierra,
no hambre de pan ni sed de agua,
sino de oír la palabra de Jehová.
12 E irán errantes de mar a mar;
desde el norte hasta el oriente
andarán buscando palabra de Jehová,
y no la hallarán.
13 En aquel tiempo,
las muchachas hermosas y los jóvenes
desmayarán de sed.
14 Los que juran por el pecado de Samaria
y dicen: «Por tu Dios, Dan»,
y: «Por el camino de Beerseba»,
caerán y nunca más se levantarán.

Los juicios de Jehová son ineludibles

Vi al Señor, que estaba sobre el altar y dijo:

«Derriba el capitel y estremézcanse las puertas,
y hazlos pedazos sobre la cabeza de todos.
Al postrero de ellos mataré a espada;
no habrá de ellos quien huya ni quien escape.
Aunque caven hasta el seol,
de allá los tomará mi mano;
y aunque suban hasta el cielo,
de allá los haré descender.
Si se esconden en la cumbre del Carmelo,
allí los buscaré y los tomaré;
y aunque de delante de mis ojos
se escondan en lo profundo del mar,
allí mandaré a la serpiente y los morderá.
Y si van en cautiverio delante de sus enemigos,
allí mandaré la espada y los matará;
y pondré sobre ellos mis ojos
para mal y no para bien.

»El Señor, Jehová de los ejércitos,
toca la tierra y ésta se derrite,
y lloran todos los que en ella moran;
crecerá toda ella como un río
y mermará luego como el río de Egipto.
Él edificó en el cielo su habitación
y ha establecido su expansión sobre la tierra;
él llama a las aguas del mar
y sobre la faz de la tierra las derrama:
Jehová es su nombre.

»Hijos de Israel,
¿no me sois vosotros como hijos de etíopes?,
dice Jehová.
¿No hice yo subir a Israel de la tierra de Egipto,
de Caftor a los filisteos,
y de Kir a los arameos?

»Ciertamente, los ojos de Jehová, el Señor,
están contra el reino pecador
y yo lo borraré de la faz de la tierra:
mas no destruiré del todo la casa de Jacob,
dice Jehová.
Porque, yo mandaré que la casa de Israel
sea zarandeada entre todas las naciones,
como se zarandea el grano en una criba
sin que caiga un granito en la tierra.
10 A espada morirán todos los pecadores de mi pueblo,
que dicen: “No se acercará ni nos alcanzará el mal.”»

Reina-Valera 1995 (RVR1995)

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