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Bible in 90 Days

An intensive Bible reading plan that walks through the entire Bible in 90 days.
Duration: 88 days
Nueva Biblia de las Américas (NBLA)
Version
Jueces 15:13 - 1 Samuel 2:29

13 Ellos le respondieron[a]: «No, sino que te ataremos bien y te entregaremos en sus manos. Ciertamente no te mataremos». Entonces lo ataron con dos sogas nuevas y lo sacaron de la peña.

14 Al llegar él a Lehi, los filisteos salieron a su encuentro gritando. Y el Espíritu del Señor vino[b] sobre él(A) con poder, y las sogas que estaban en sus brazos fueron como lino quemado con fuego y las ataduras cayeron[c] de sus manos. 15 Y halló una quijada de asno fresca aún, y extendiendo su mano, la tomó y mató[d] a 1,000 hombres con ella(B).

16 Entonces Sansón dijo:

«Con la quijada de un asno,
Montones sobre montones[e],
Con la quijada de un asno
He matado[f] a 1,000 hombres».

17 Al terminar de hablar, arrojó la quijada de su mano, y llamó a aquel lugar Ramat Lehi[g].

18 Después sintió una gran sed, y clamando al Señor(C), dijo: «Tú has dado esta gran liberación por mano de Tu siervo, y ahora, ¿moriré yo[h] de sed y[i] caeré en manos de los incircuncisos?». 19 Y abrió Dios la cuenca que está en Lehi y salió agua de ella. Cuando bebió, recobró sus fuerzas[j] y se reanimó(D). Por eso llamó a aquel lugar[k] En Hacore[l], el cual está en Lehi hasta el día de hoy.

20 Sansón juzgó a Israel veinte años(E) en los días de los filisteos(F).

Sansón y Dalila

16 Sansón fue a Gaza(G), y allí vio a una ramera y se llegó a ella. Entonces fue dicho a los de Gaza: «Sansón ha venido acá». Y ellos cercaron el lugar y se apostaron a la puerta de la ciudad toda la noche, acechándolo(H). Y estuvieron callados toda la noche y dijeron: «Esperemos hasta que amanezca[m], entonces lo mataremos». Pero Sansón permaneció acostado hasta la medianoche, y a la medianoche se levantó, y tomando las puertas de la ciudad con los dos postes, las arrancó junto con las trancas. Entonces se las echó sobre los hombros y las llevó hasta la cumbre del monte que está frente a Hebrón.

Después de esto, Sansón se enamoró de una mujer del[n] valle de Sorec, que se llamaba Dalila. Los príncipes de los filisteos(I) fueron a ella y le dijeron: «Persuádelo(J), y ve dónde está su gran fuerza, y cómo[o] podríamos dominarlo para atarlo y castigarlo[p]. Entonces cada uno de nosotros te dará 1,100 monedas de plata». Dalila le dijo a Sansón: «Te ruego que me declares dónde está tu gran fuerza y cómo se te puede atar para castigarte[q]». Sansón le respondió: «Si me atan con siete cuerdas frescas que no se hayan secado, me debilitaré y seré como cualquier otro hombre».

Los príncipes de los filisteos le llevaron siete cuerdas frescas que no se habían secado, y Dalila lo ató con ellas. Y ella tenía hombres al acecho en un aposento interior. Entonces le dijo: «¡Sansón, los filisteos se te echan encima[r]!». Pero él rompió las cuerdas como se rompe un hilo de estopa cuando toca[s] el fuego. Así que no se descubrió el secreto de su fuerza.

10 Entonces Dalila dijo a Sansón: «Mira, me has engañado y me has dicho mentiras. Ahora pues, te ruego que me declares cómo se te puede atar». 11 «Si me atan fuertemente con sogas nuevas que no se hayan usado[t]», le respondió él, «me debilitaré y seré como cualquier otro hombre». 12 Dalila tomó sogas nuevas, lo ató con ellas, y le dijo: «¡Sansón, los filisteos se te echan encima[u]!». Pues los hombres estaban al acecho en el aposento interior. Pero él rompió las sogas[v] de sus brazos como un hilo.

13 Dalila entonces dijo a Sansón: «Hasta ahora me has engañado y me has dicho mentiras. Declárame, ¿cómo se te puede atar?». «Si tejes siete trenzas de mi cabellera[w] con la tela [x]y la aseguras con una clavija», le dijo él, «entonces me debilitaré y seré como cualquier otro hombre». 14 Y mientras él dormía, Dalila tomó las siete trenzas de su cabellera[y] y las tejió con la tela. Entonces la aseguró con la clavija, y le dijo: «¡Sansón, los filisteos se te echan encima[z]!». Pero él despertó de su sueño y arrancó la clavija del telar y la tela.

15 Así que ella le dijo: «¿Cómo puedes decir: “Te quiero”, cuando tu corazón no está conmigo(K)? Me has engañado estas tres veces y no me has declarado dónde reside tu gran fuerza». 16 Y[aa] como ella le presionaba diariamente con sus palabras y le apremiaba, su alma se angustió hasta[ab] la muerte.

17 Él le reveló[ac], pues, todo lo que había en su corazón, diciéndole: «Nunca ha pasado navaja sobre mi cabeza, pues he sido nazareo para Dios desde el vientre de mi madre(L). Si me cortan el cabello[ad], mi fuerza me dejará y me debilitaré y seré como cualquier otro hombre».

18 Viendo Dalila que él le había declarado todo lo que había en su corazón, mandó llamar a los príncipes de los filisteos y dijo: «Vengan una vez más, porque él me ha declarado todo lo que hay en su corazón». Entonces los príncipes de los filisteos vinieron a ella y trajeron el dinero en sus manos. 19 Y ella lo hizo dormir sobre sus rodillas, y mandó llamar a un hombre que le rasuró las siete trenzas de su cabellera[ae]. Luego ella comenzó a afligirlo y su fuerza lo dejó.

20 Ella entonces dijo: «¡Sansón, los filisteos se te echan encima[af]!». Y él despertó de su sueño, y dijo: «Saldré como las otras veces y escaparé[ag]». Pero no sabía que el Señor se había apartado de él(M). 21 Los filisteos lo prendieron y le sacaron los ojos. Y llevándolo a Gaza, lo ataron con cadenas de bronce y lo pusieron a girar el molino[ah] en la prisión. 22 Pero el cabello de su cabeza comenzó a crecer de nuevo después de rasurado.

23 Los príncipes de los filisteos se reunieron para ofrecer un gran sacrificio a su dios Dagón(N), y para regocijarse, pues decían:

«Nuestro dios ha entregado a nuestro enemigo Sansón en nuestras manos».

24 Cuando la gente lo vio, alabaron a su dios(O), pues decían:

«Nuestro dios ha entregado en nuestras manos a nuestro enemigo(P),
Al que asolaba nuestra tierra,
Y multiplicaba nuestros muertos».

25 Y cuando estaban bien alegres[ai], dijeron: «Llamen a Sansón para que nos divierta». Llamaron, pues, a Sansón de la cárcel, y él los divertía[aj]. Y lo pusieron de pie entre las columnas. 26 Entonces Sansón dijo al muchacho que lo tenía de la mano: «Déjame tocar las columnas sobre las que el edificio[ak] descansa, para apoyarme en ellas». 27 El edificio estaba lleno de hombres y mujeres, y todos los príncipes de los filisteos estaban allí. Y sobre la azotea había como 3,000 hombres y mujeres mirando mientras Sansón los divertía.

28 Entonces Sansón invocó al Señor(Q) y dijo: «Señor Dios[al], te ruego que te acuerdes de mí, y te suplico que me des fuerzas solo esta vez, oh Dios, para vengarme ahora de los filisteos por mis dos ojos(R)». 29 Sansón palpó las dos columnas del medio sobre las que el edificio descansaba y se apoyó contra ellas, con su mano derecha sobre una y con su mano izquierda sobre la otra.

30 Y dijo Sansón: «¡Muera yo con los filisteos!». Y se inclinó con todas sus fuerzas y el edificio se derrumbó sobre los príncipes y sobre todo el pueblo que estaba en él. Así que los[am] que mató al morir fueron más que los que había matado durante su vida.

31 Entonces descendieron sus hermanos y toda la casa de su padre, y tomándolo, lo llevaron y lo sepultaron entre Zora y Estaol en la tumba de Manoa, su padre. Sansón había juzgado a Israel veinte años(S).

Idolatría de Micaía

17 Había un hombre de la región montañosa de Efraín, llamado Micaía. Y él dijo a su madre: «Las 1,100 monedas de plata que te quitaron, acerca de las cuales proferiste una maldición a mis oídos[an], mira, esa plata está en mi poder[ao]; yo la tomé». «Bendito sea mi hijo por el Señor», le dijo su madre. Entonces él devolvió las 1,100 monedas de plata a su madre, y su madre dijo: «Yo de corazón[ap] dedico la plata de mi mano al Señor por mi hijo, para hacer una imagen tallada y una de fundición(T); ahora, por tanto, yo te las[aq] devuelvo».

Cuando él devolvió la plata a su madre, su madre tomó 200 monedas de plata y se las dio al platero que las[ar] convirtió en una imagen tallada y una de fundición, las cuales quedaron[as] en casa de Micaía. Y este hombre Micaía tenía un santuario[at](U). Hizo un efod e ídolos domésticos[au](V), y consagró a[av] uno de sus hijos para que fuera su sacerdote(W).

En aquellos días no había rey en Israel(X). Cada uno hacía lo que le parecía(Y) bien ante sus propios ojos.

Había un joven de Belén de Judá(Z), de la familia de Judá, que era levita y extranjero allí. Y el hombre salió de la ciudad, de Belén de Judá, para residir donde encontrara lugar; y mientras proseguía[aw] su camino, llegó a la región montañosa de Efraín(AA), a la casa de Micaía. «¿De dónde vienes?», le preguntó Micaía. «Soy un levita de Belén de Judá», le respondió él; «y voy a residir donde encuentre lugar».

10 Entonces Micaía le dijo: «Quédate conmigo y sé padre y sacerdote para mí(AB), y yo te daré diez monedas de plata por año[ax], el[ay] vestido y la comida». Entonces el levita entró[az]. 11 El levita consintió en quedarse con el hombre, y el joven fue para él como uno de sus hijos.

12 Micaía consagró al[ba] levita, y el joven vino a ser su sacerdote(AC), y vivió[bb] en la casa de Micaía. 13 Entonces Micaía dijo: «Ahora sé que el Señor me prosperará, porque tengo un levita por sacerdote».

Los danitas en busca de heredad

18 En aquellos días no había rey en Israel(AD). Y por aquel tiempo[bc] la tribu de los danitas buscaba para sí una heredad donde habitar, porque hasta entonces ninguna heredad se le había asignado[bd] como le correspondía[be] entre las tribus de Israel(AE). Los hijos de Dan enviaron de su tribu[bf], de entre todos ellos, a cinco hombres, hombres valientes[bg] de Zora y Estaol(AF), a reconocer la tierra y explorarla. Y les dijeron: «Vayan, exploren la tierra». Y llegaron a la región montañosa de Efraín(AG), a la casa de Micaía, y se hospedaron allí.

Cuando estaban cerca de la casa de Micaía, reconocieron la voz del joven levita; y llegándose allá, le dijeron: «¿Quién te trajo aquí? ¿Qué estás haciendo en este lugar y qué tienes aquí?». Él les dijo: «Así y de esta manera me ha hecho Micaía, me ha tomado a sueldo y ahora soy su sacerdote(AH)».

Y le dijeron: «Te rogamos que consultes a Dios para saber si el[bh] camino en que vamos será próspero». El sacerdote les respondió: «Vayan en paz; el[bi] camino en que andan tiene la aprobación[bj] del Señor».

Entonces los cinco hombres salieron y llegaron a Lais(AI) y vieron al pueblo que había en ella viviendo en seguridad, tranquilo y confiado, según la costumbre de los sidonios. Porque no había gobernante[bk] humillándolos en nada en aquella[bl] tierra, y estaban lejos de los sidonios, y no tenían relaciones con nadie. Al regresar a sus hermanos en Zora y Estaol, sus hermanos les dijeron: «¿Qué noticias tienen?[bm]».

Y ellos respondieron: «Levántense, subamos contra ellos, porque hemos visto la tierra, la cual es muy buena. ¿Estarán, pues, quietos? No se demoren en ir, para entrar a tomar posesión de la tierra. 10 Cuando entren, llegarán a un pueblo confiado, con una tierra espaciosa que Dios ha entregado en manos de ustedes. Es un lugar donde no falta nada de lo que hay sobre la tierra(AJ)».

11 Entonces de la familia de los danitas, de Zora y de Estaol, salieron 600 hombres con armas de guerra. 12 Subieron y acamparon en Quiriat Jearim en Judá. Por tanto, llamaron aquel lugar Majané Dan[bn](AK) hasta hoy. Está al occidente[bo] de Quiriat Jearim. 13 De allí pasaron a la región montañosa de Efraín y llegaron a la casa de Micaía.

14 Y los cinco hombres que fueron a reconocer la región de Lais, les dijeron a sus parientes: «¿No saben que en estas casas hay un efod, ídolos domésticos[bp](AL), una imagen tallada y una imagen de fundición? Ahora pues, consideren lo que deben hacer». 15 Allí se desviaron y llegaron a la casa del joven levita, a la casa de Micaía, y le preguntaron cómo estaba. 16 Y los 600 hombres armados con sus armas de guerra, que eran de los hijos de Dan, se pusieron a la entrada de la puerta.

17 Y los cinco hombres que fueron a reconocer la tierra subieron y entraron allí, y tomaron la imagen tallada, el efod, los ídolos domésticos y la imagen de fundición(AM), mientras el sacerdote estaba junto a la entrada de la puerta con los 600 hombres con armas de guerra. 18 Cuando aquellos entraron a la casa de Micaía y tomaron la imagen tallada, el efod, los ídolos domésticos y la imagen de fundición, el sacerdote les dijo: «¿Qué hacen?».

19 Ellos le respondieron: «Calla, pon la mano sobre tu boca(AN) y ven con nosotros, y sé padre y sacerdote para nosotros(AO). ¿Te es mejor ser sacerdote para la casa de un hombre, o ser sacerdote para una tribu y una familia de Israel?». 20 Y se alegró el corazón del sacerdote, y tomó el efod, los ídolos domésticos y la imagen tallada, y se fue en medio del pueblo.

21 Entonces ellos se volvieron y salieron, y pusieron los niños, el ganado y sus bienes por delante. 22 Cuando se alejaron de la casa de Micaía, los hombres que estaban en las casas cerca de la casa de Micaía, se juntaron y alcanzaron a los hijos de Dan.

23 Y gritaron a los hijos de Dan, y estos se volvieron[bq] y dijeron a Micaía: «¿Qué te pasa[br] que has juntado gente?». 24 Y él respondió: «Ustedes se han llevado mis dioses que yo hice, también al sacerdote, y se han marchado, ¿y qué me queda? ¿Cómo, pues, me dicen: “¿Qué pasa[bs]?”?». 25 Los hijos de Dan le dijeron: «Que no se oiga tu voz entre nosotros, no sea que caigan sobre ti hombres fieros[bt] y pierdas[bu] tu vida y las vidas de los de tu casa». 26 Y los hijos de Dan prosiguieron su camino. Cuando Micaía vio que eran muy fuertes para él, dio la vuelta y regresó a su casa.

27 Entonces los danitas tomaron lo que Micaía había hecho, y al sacerdote que le había pertenecido, y llegaron a Lais(AP), a un pueblo tranquilo y confiado. Y los hirieron a filo de espada e incendiaron la ciudad. 28 Y no había nadie que la librara, porque estaba lejos de Sidón, en el valle que está cerca de Bet Rehob(AQ), y ellos no tenían trato con nadie. Después los danitas reedificaron la ciudad y habitaron en ella. 29 Le pusieron el nombre de Dan a la ciudad, según el nombre de Dan su padre, que le nació a Israel. Pero el nombre de la ciudad anteriormente era Lais(AR). 30 Y los hijos de Dan levantaron para sí la imagen tallada(AS). Jonatán, hijo de Gersón(AT), hijo de Manasés[bv], y[bw] sus hijos fueron sacerdotes(AU) para la tribu de los danitas, hasta el día del cautiverio de la tierra. 31 Levantaron, pues, para sí la imagen tallada que Micaía había hecho, todo el tiempo que la casa de Dios estuvo en Silo(AV).

El levita y su concubina

19 En aquellos días, cuando no había rey en Israel(AW), había un levita que residía en la parte más remota de la región montañosa de Efraín, el cual tomó para sí una concubina de Belén de Judá. Pero su concubina cometió adulterio contra él, y ella se fue de su lado, a la casa de su padre en Belén de Judá, y estuvo allí por espacio de cuatro meses. Su marido se levantó y fue tras ella para hablarle cariñosamente[bx](AX) y hacerla volver, llevando[by] consigo a su criado y un par de asnos. Y ella lo llevó dentro de la casa de su padre, y cuando el padre de la joven lo vio, se alegró de conocerlo. Su suegro, el padre de la joven, lo retuvo, y se quedó con él tres días. Y comieron, bebieron y se alojaron allí.

Al cuarto día se levantaron muy de mañana y el levita se preparó[bz] para irse; y el padre de la joven dijo a su yerno: «Aliméntate[ca] con un bocado de pan y después se pueden ir(AY)». Se sentaron, pues, los dos y comieron y bebieron juntos. Y el padre de la joven dijo al hombre: «Te ruego que te dignes pasar la noche, y que se alegre tu corazón(AZ)». El hombre se levantó para irse, pero su suegro insistió, de modo que pasó allí la noche otra vez.

Y al quinto día se levantó muy de mañana para irse, y el padre de la joven dijo: «Aliméntate[cb], te ruego, y espera hasta la tarde[cc]»; y los dos comieron. Cuando el hombre se levantó para irse con su concubina y su criado, su suegro, el padre de la joven, le dijo: «Mira, ya ha declinado el día[cd]; te ruego que pases la noche, pues el día llega a su fin. Pasa la noche aquí para que se alegre tu corazón. Y mañana se levantarán temprano para su viaje y te irás a tu casa[ce]».

10 Pero el hombre no quiso pasar la noche, así que se levantó y partió, y fue hasta un lugar frente a Jebús, es decir, Jerusalén(BA). Y estaban con él un par de asnos aparejados; también con él estaba su concubina. 11 Cuando estaban cerca de Jebús, el día casi había declinado. Y el criado dijo a su señor(BB): «Te ruego que vengas, nos desviemos, y entremos en esta ciudad de los jebuseos y pasemos la noche en ella». 12 Pero su señor le dijo: «No nos desviaremos para entrar en la ciudad de extranjeros que no son de los israelitas, sino que iremos hasta Guibeá». 13 Y dijo a su criado: «Ven, acerquémonos a uno de estos lugares; y pasaremos la noche en Guibeá o en Ramá».

14 Así que pasaron de largo y siguieron su camino, y el sol se puso sobre ellos cerca de Guibeá que pertenece a Benjamín. 15 Y se desviaron allí para entrar y alojarse en Guibeá. Cuando entraron, se sentaron[cf] en la plaza de la ciudad porque nadie los llevó a su casa para pasar la noche.

16 Entonces, un anciano venía de su trabajo del campo al anochecer. Y el hombre era de la región montañosa de Efraín(BC) y se alojaba[cg] en Guibeá, pero los hombres del lugar eran benjamitas(BD). 17 Y alzó sus ojos y vio al viajero en la plaza de la ciudad. Y el anciano dijo: «¿A dónde vas y de dónde vienes?».

18 Y él le dijo: «Estamos pasando de Belén de Judá a la parte más remota de la región montañosa de Efraín, pues soy de allí. Fui hasta Belén de Judá, y ahora voy a mi casa[ch], pero no hay quien me reciba en su casa. 19 Sin embargo, tenemos[ci] paja y forraje para nuestros asnos, y también pan y vino para mí, para tu sierva[cj] y para el joven que está con tu siervo(BE); no nos falta nada». 20 «Paz sea contigo(BF)», dijo el anciano. «Permíteme suplir todas tus necesidades. Pero no pases la noche en la plaza». 21 Y lo llevó a su casa y dio forraje a los asnos. Ellos se lavaron los pies, comieron y bebieron(BG).

22 Mientras ellos se alegraban[ck], los hombres de la ciudad, hombres perversos[cl](BH), rodearon la casa; y golpeando la puerta, hablaron al dueño de la casa, al anciano, diciendo: «Saca al hombre que entró en tu casa para que tengamos relaciones[cm] con él(BI)». 23 Entonces el hombre, el dueño de la casa, salió a ellos y les dijo: «No, hermanos míos, no se porten tan vilmente. Puesto que este hombre ha entrado en mi casa, no cometan esta terrible ofensa[cn](BJ). 24 Aquí está mi hija virgen y la concubina de él. Permítanme que las saque para que abusen de ellas y hagan con ellas lo que quieran[co], pero no cometan semejante ofensa contra este hombre(BK)».

25 Pero los hombres no quisieron escucharle, así que el levita[cp] tomó a su concubina y la trajo a ellos. Y ellos la ultrajaron y abusaron de ella toda la noche hasta la mañana; entonces la dejaron libre al amanecer. 26 Cuando amanecía[cq], la mujer vino y cayó a la entrada de la casa del hombre donde estaba su señor hasta que se hizo de día.

27 Al levantarse su señor por la mañana, abrió las puertas de la casa y salió para seguir su camino, y vio que su concubina estaba tendida a la entrada de la casa, con sus manos en el umbral. 28 Y él le dijo: «Levántate y vámonos». Pero ella no respondió[cr](BL). Entonces la recogió, y colocándola sobre el asno, el hombre se levantó y se fue a su casa[cs].

29 Cuando entró en su casa tomó un cuchillo, y tomando a su concubina, la cortó en doce pedazos, miembro por miembro, y la envió por todo el territorio de Israel(BM). 30 Y todos los que lo veían, decían: «Nada como esto jamás ha sucedido ni se ha visto desde el día en que los israelitas subieron de la tierra de Egipto hasta el día de hoy. Considérenlo, tomen consejo y hablen(BN)».

Guerra contra Benjamín

20 Entonces salieron todos los israelitas, desde Dan hasta Beerseba, incluyendo la tierra de Galaad, y la congregación se reunió al Señor como un solo hombre en Mizpa(BO). Y los jefes[ct] de todo el pueblo, de todas las tribus de Israel, tomaron su puesto en la asamblea del pueblo de Dios, 400,000 soldados[cu](BP) de a pie que sacaban espada.

(Y los hijos de Benjamín oyeron que los israelitas habían subido a Mizpa). Entonces los israelitas preguntaron: «Dígannos, ¿cómo ocurrió esta maldad?». El levita, marido de la mujer que había sido asesinada, respondió: «Vine con mi concubina a pasar la noche en Guibeá de Benjamín. Pero los hombres de Guibeá se levantaron contra mí, y rodearon la casa por la noche por causa mía(BQ). Tenían intención de matarme. Pero en vez de esto, violaron a mi concubina de tal manera que murió(BR). Tomé entonces a mi concubina, la corté en pedazos y la envié por todo el territorio de la heredad de Israel(BS), porque han cometido lascivia y terrible ofensa[cv] en Israel(BT). Así que todos ustedes, israelitas, den aquí su parecer y consejo(BU)».

Entonces todo el pueblo se levantó como un solo hombre y dijeron: «Ninguno de nosotros irá a su tienda, ni ninguno de nosotros volverá a su casa. Esto es lo que haremos ahora a Guibeá: subiremos contra la ciudad[cw] por sorteo. 10 Tomaremos diez hombres de cada 100 por todas las tribus de Israel, y 100 de cada 1,000 y 1,000 de cada 10,000 para proveer[cx] víveres para el ejército[cy], que vaya a Guibeá de Benjamín a castigarlos por toda la infamia que han cometido en Israel». 11 Así se juntaron contra la ciudad todos los hombres de Israel, como un solo hombre.

12 Entonces las tribus de Israel enviaron hombres por toda la tribu[cz] de Benjamín y dijeron: «¿Qué es esta infamia que se ha cometido entre ustedes? 13 Entreguen ahora a los hombres, esos perversos[da](BV) en Guibeá, para que les demos muerte y quitemos esta infamia de Israel(BW)». Pero los de la tribu de Benjamín no quisieron escuchar la voz de sus hermanos, los israelitas.

14 Y los benjamitas, de sus[db] ciudades, se reunieron en Guibeá para salir a combatir contra los israelitas. 15 De las ciudades fueron contados[dc] en aquel día, de los benjamitas, 26,000 hombres que sacaban espada(BX), además de los habitantes de Guibeá que fueron contados[dd], 700 hombres escogidos. 16 De toda esta gente, 700 hombres escogidos eran zurdos(BY); capaces cada uno de lanzar con la honda una piedra a un cabello sin errar.

17 Entonces los hombres de Israel, aparte de Benjamín, fueron contados[de], 400,000 hombres que sacaban espada. Todos estos eran hombres de guerra. 18 Los israelitas se levantaron, subieron a Betel[df], y consultaron a Dios(BZ), y preguntaron: «¿Quién de nosotros subirá primero a pelear contra la tribu de Benjamín?». Entonces el Señor respondió: «Judá subirá primero».

19 Los israelitas se levantaron por la mañana y acamparon contra Guibeá. 20 Los hombres de Israel salieron a combatir contra Benjamín, y los hombres de Israel se pusieron en orden de batalla contra ellos en Guibeá. 21 Pero los benjamitas salieron de Guibeá y derribaron[dg] por tierra en aquel día 22,000 hombres de Israel(CA).

22 Pero el pueblo, los hombres de Israel, se reanimaron, y se pusieron otra vez en orden de batalla en el lugar donde se habían puesto el primer día. 23 Y subieron los israelitas y lloraron delante del Señor hasta la noche(CB), y consultaron al Señor(CC), diciendo: «¿Nos acercaremos otra vez para combatir contra los hijos de mi hermano Benjamín?». Y el Señor dijo: «Suban contra él».

24 Entonces los israelitas fueron contra[dh] los de Benjamín el segundo día. 25 Y salió Benjamín de Guibeá contra[di] ellos el segundo día y otra vez hizo caer[dj] 18,000 hombres de los israelitas. Todos estos sacaban espada.

26 Todos los israelitas y todo el pueblo subieron y vinieron a Betel y lloraron(CD); y permanecieron allí delante del Señor y ayunaron ese día hasta la noche. Y ofrecieron holocaustos y ofrendas de paz delante del Señor. 27 Los israelitas consultaron al Señor(CE), porque el arca del pacto de Dios estaba allí en aquellos días, 28 y Finees, hijo de Eleazar, hijo de Aarón, estaba delante de ella para ministrar en aquellos días y preguntó: «¿Volveré a salir otra vez a combatir contra los hijos de mi hermano Benjamín, o desistiré?». Y el Señor respondió: «Suban, porque mañana lo entregaré en tu mano(CF)».

Derrota y exterminio de los benjamitas

29 Puso, pues, Israel emboscadas alrededor de Guibeá(CG). 30 Los israelitas subieron contra los de Benjamín al tercer día, y se pusieron en orden de batalla contra Guibeá como las otras veces. 31 Salieron los hijos de Benjamín contra[dk] el pueblo, y fueron alejados de la ciudad(CH). Comenzaron como las otras veces a herir y a matar a algunos del pueblo por los caminos, uno de los cuales sube a Betel[dl] y el otro a Guibeá, en campo abierto. Y mataron a unos treinta hombres de Israel. 32 Y los hijos de Benjamín dijeron: «Están derrotados delante de nosotros como la primera vez». Pero los israelitas dijeron: «Huyamos para que los alejemos de la ciudad hacia los caminos».

33 Entonces todos los hombres de Israel se levantaron de sus puestos y se pusieron en orden de batalla en Baal Tamar. Y los emboscados de Israel salieron de sus puestos(CI), de Maareh Geba. 34 Cuando 10,000 hombres escogidos de todo Israel fueron contra Guibeá, la batalla se hizo reñida[dm]; pero Benjamín no sabía[dn] que el desastre[do] se le acercaba[dp](CJ). 35 Y el Señor hirió a Benjamín delante de Israel, de modo que los israelitas mataron ese día a 25,100 hombres de Benjamín, todos ellos[dq] sacaban espada.

36 Y los de Benjamín vieron que estaban derrotados[dr]. Cuando los hombres de Israel cedieron terreno[ds] a Benjamín porque confiaban en las emboscadas que habían puesto contra Guibeá(CK), 37 los emboscados se apresuraron y se lanzaron contra Guibeá. Entonces se desplegaron e hirieron toda la ciudad a filo de espada(CL).

38 La señal convenida entre los hombres de Israel y los emboscados, era de que ellos harían que se levantara una gran nube de humo de la ciudad(CM), 39 entonces los hombres de Israel regresarían a la batalla. Y los de Benjamín empezaron a herir y matar a unos treinta hombres de Israel, porque dijeron: «Ciertamente están derrotados[dt] delante de nosotros como en la primera batalla(CN)».

40 Pero cuando la nube de humo como columna empezó a levantarse de la ciudad, los de Benjamín miraron tras sí; y de toda la ciudad subía humo al cielo(CO). 41 Entonces los hombres de Israel se volvieron, y los de Benjamín se aterrorizaron porque vieron que el desastre[du] se les acercaba[dv](CP). 42 Por tanto, volvieron la espalda ante los hombres de Israel en dirección al desierto, pero la batalla los alcanzó, y los que salían de las ciudades los destruían en medio de ellos(CQ). 43 Cercaron a Benjamín, lo persiguieron sin tregua y lo aplastaron frente a Guibeá(CR), hacia el oriente[dw]. 44 Cayeron 18,000 hombres de Benjamín; todos ellos eran valientes guerreros.

45 Cuando los demás[dx] se volvieron y huyeron al desierto, a la peña de Rimón(CS), los israelitas capturaron[dy] a 5,000 de ellos en los caminos, y a otros los persiguieron muy de cerca hasta Gidom y mataron[dz] a 2,000 de ellos. 46 El total de los de Benjamín que cayeron aquel día fue de 25,000 hombres que sacaban espada, todos ellos valientes guerreros. 47 Pero 600 hombres se volvieron y huyeron al desierto, a la peña de Rimón, y permanecieron en la peña de Rimón cuatro meses. 48 Entonces los hombres de Israel se volvieron contra los hijos de Benjamín y los hirieron a filo de espada, a toda[ea] la ciudad, así como el ganado y todo lo que encontraron; también prendieron fuego a todas las ciudades que hallaron.

Mujeres para los benjamitas

21 Los hombres de Israel habían jurado en Mizpa y dijeron: «Ninguno de nosotros dará su hija por mujer a los de Benjamín(CT)». Entonces el pueblo vino a Betel[eb], y permaneció allí delante de Dios hasta la noche. Y alzaron sus voces y lloraron amargamente[ec](CU). «¿Por qué, oh Señor, Dios de Israel», dijeron, «ha sucedido esto en Israel, que falte hoy una tribu en Israel?». Y al día siguiente el pueblo se levantó temprano, y edificaron allí un altar y ofrecieron holocaustos y ofrendas de paz(CV).

Después los israelitas dijeron: «¿Quién de entre todas las tribus de Israel no subió a[ed] la asamblea del[ee] Señor?». Porque habían hecho[ef] gran juramento en cuanto a todo aquel que no subiera al Señor en Mizpa, diciendo: «Ciertamente se le dará muerte(CW)». Los israelitas se entristecieron por su hermano Benjamín, y dijeron: «Hoy ha sido cortada una tribu de Israel. ¿Qué haremos para conseguir mujeres para los que han quedado, ya que hemos jurado por el Señor no darles ninguna de nuestras hijas en matrimonio(CX)?».

Entonces dijeron: «¿Cuál de las tribus de Israel no subió al Señor en Mizpa?». Y sucedió que ninguno de Jabes Galaad había venido al campamento, a la asamblea. Porque cuando contaron al pueblo, ninguno de los habitantes de Jabes Galaad estaba allí. 10 La congregación envió a 12,000 de los hombres de guerra[eg] allá, y les mandaron diciendo: «Vayan y hieran a los habitantes de Jabes Galaad a filo de espada, con las mujeres y los niños(CY). 11 Esto es lo que harán: destruirán a todo hombre y a toda mujer que se haya acostado[eh] con varón(CZ)». 12 Y hallaron entre los habitantes de Jabes Galaad a 400 vírgenes que no se habían acostado[ei] con varón. Y las llevaron al campamento en Silo, que está en la tierra de Canaán.

13 Toda la congregación envió palabra, y hablaron a los benjamitas que estaban en la peña de Rimón(DA), y les hablaron de paz(DB). 14 Volvieron entonces los benjamitas, y les dieron las mujeres que habían guardado vivas de entre las mujeres de Jabes Galaad. Pero no había suficientes para todos[ej]. 15 Y el pueblo tuvo tristeza por Benjamín, porque el Señor había abierto una brecha en las tribus de Israel.

16 Entonces los ancianos de la congregación dijeron: «¿Qué haremos para conseguir mujeres para los que quedan, ya que las mujeres de Benjamín fueron destruidas?». 17 Y dijeron: «Debe haber herencia para los benjamitas que han escapado, para que no sea exterminada[ek] una tribu de Israel. 18 Pero nosotros no le podemos dar mujeres de nuestras hijas». Porque los israelitas habían jurado: «Maldito el que dé mujer a los de Benjamín(DC)».

19 Y dijeron: «Cada año hay una fiesta del Señor en Silo(DD), que está al norte de Betel[el], al lado oriental del camino que sube de Betel a Siquem, y al sur de Lebona». 20 Y dieron esta orden a los benjamitas: «Vayan, y embósquense en las viñas, 21 y velen. Cuando las hijas de Silo salgan a tomar parte[em] en las danzas(DE), entonces ustedes saldrán de las viñas y cada uno tomará una[en] mujer de las hijas de Silo, y vuelvan[eo] a la tierra de Benjamín. 22 Y cuando sus padres o sus hermanos vengan a quejarse a nosotros, les diremos: “Dénnoslas voluntariamente, porque no pudimos tomar en batalla una[ep] mujer para cada hombre de Benjamín. Tampoco[eq] ustedes se las dieron, pues entonces serían culpables(DF)”».

23 Así lo hicieron los benjamitas, y tomaron mujeres conforme a su número de entre las que danzaban, de las que se apoderaron. Entonces se fueron y volvieron a su heredad, reedificaron las ciudades y habitaron en ellas(DG). 24 Los israelitas se fueron entonces de allí, cada uno a su tribu y a su familia. Cada uno de ellos salió de allí para su heredad.

25 En esos días no había rey en Israel(DH); cada uno hacía lo que le parecía bien ante sus propios ojos.

Rut y Noemí

Aconteció que en los días en que gobernaban[er] los jueces(DI), en Israel hubo hambre en el país(DJ). Y un hombre de Belén de Judá(DK) fue a residir en los campos de Moab con[es] su mujer y sus dos hijos. Aquel hombre se llamaba Elimelec, y su mujer se llamaba Noemí. Los nombres de sus dos hijos eran Mahlón y Quelión, efrateos de Belén de Judá. Y llegaron a los campos de Moab(DL) y allí se quedaron. Y murió Elimelec, marido de Noemí, y quedó ella con sus dos hijos. Ellos se casaron con[et] mujeres moabitas; el nombre de una era Orfa y el nombre de la otra Rut. Y vivieron allí unos diez años. Murieron también los dos[eu], Mahlón y Quelión, y la mujer quedó privada de sus dos hijos y de su marido.

Entonces se levantó con sus nueras para regresar de la tierra de Moab, porque ella había oído en la tierra de Moab que el Señor había visitado a Su pueblo(DM) dándole alimento(DN). Salió, pues, del lugar donde estaba, y sus dos nueras con ella, y se pusieron en camino para volver a la tierra de Judá. Y Noemí dijo a sus dos nueras: «Vayan, regrese cada una a la casa de su madre. Que el Señor tenga misericordia(DO) de ustedes como ustedes la han tenido con los que murieron y conmigo. Que el Señor les conceda que hallen descanso, cada una en la casa de su marido». Entonces las besó, y ellas alzaron sus voces y lloraron, 10 y le dijeron: «No, sino que ciertamente volveremos contigo a tu pueblo». 11 Pero Noemí dijo: «Vuélvanse, hijas mías. ¿Por qué quieren ir conmigo? ¿Acaso tengo aún hijos en mis entrañas para que sean sus maridos(DP)? 12 Vuélvanse, hijas mías. Váyanse, porque soy demasiado vieja para tener marido. Si dijera que tengo esperanza, y si aun tuviera un marido esta noche y también diera a luz hijos, 13 ¿esperarían por eso hasta que fueran mayores? ¿Dejarían ustedes de casarse por eso? No, hijas mías, porque eso es más difícil[ev] para mí que para ustedes, pues la mano del Señor se ha levantado[ew] contra mí(DQ)». 14 Y ellas alzaron sus voces y lloraron otra vez; y Orfa besó a su suegra, pero Rut se quedó con ella.

15 Entonces Noemí dijo: «Mira, tu cuñada ha regresado a su pueblo y a sus dioses(DR); vuelve tras tu cuñada». 16 Pero Rut le respondió: «No insistas en que te deje o que deje de seguirte; porque adonde tú vayas, yo iré, y donde tú mores, moraré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. 17 Donde tú mueras, allí moriré, y allí seré sepultada. Así haga el Señor conmigo, y aún peor[ex](DS), si algo, excepto la muerte, nos separa». 18 Al ver Noemí que Rut estaba decidida a ir con ella, no le insistió más[ey](DT).

19 Caminaron, pues, las dos hasta que llegaron a Belén. Cuando llegaron a Belén, toda la ciudad se conmovió(DU) a causa de ellas, y las mujeres decían: «¿No es esta Noemí?». 20 Ella les dijo: «No me llamen Noemí[ez], llámenme Mara[fa], porque el trato del Todopoderoso[fb] me ha llenado de amargura[fc](DV). 21 Llena me fui, pero vacía me ha hecho volver el Señor(DW). ¿Por qué me llaman Noemí, ya que el Señor ha dado testimonio contra mí y el Todopoderoso[fd] me ha afligido?».

22 Y volvió Noemí, y con ella su nuera Rut la moabita, regresando así de los campos de Moab. Llegaron a Belén al comienzo de la siega de la cebada(DX).

Rut en el campo de Booz

Noemí tenía un pariente[fe] de su marido, un hombre de mucha riqueza[ff], de la familia de Elimelec(DY), el cual se llamaba Booz. Y Rut la moabita dijo a Noemí: «Te ruego que me dejes ir al campo a recoger espigas(DZ) en pos de aquel a cuyos ojos halle gracia». Ella le respondió: «Ve, hija mía». Partió, pues, y espigó en el campo en pos de los segadores; y fue a[fg] la parte del campo que pertenecía a Booz, que era de la familia de Elimelec. En ese momento vino Booz de Belén, y dijo a los segadores: «El Señor sea con ustedes(EA)». «Que el Señor te bendiga», le respondieron ellos. Entonces Booz dijo a su siervo que estaba a cargo de[fh] los segadores: «¿De quién es esta joven?». Y el siervo a cargo de los segadores respondió: «Es la joven moabita que volvió con Noemí de la tierra de Moab. Y ella me dijo: “Te ruego que me dejes espigar y recoger tras los segadores entre las gavillas”. Y vino y ha permanecido desde la mañana hasta ahora; solo se ha sentado en la casa por un momento».

Rut y Booz

Entonces Booz dijo a Rut: «Oye[fi], hija mía. No vayas a espigar a otro campo; tampoco pases de aquí, sino quédate con mis criadas. Fíjate en el campo donde ellas siegan y síguelas, pues he ordenado a los siervos que no te molesten[fj]. Cuando tengas sed, ve a las vasijas y bebe del agua que sacan los siervos». 10 Ella bajó su rostro, se postró en tierra(EB) y le dijo: «¿Por qué he hallado gracia ante sus ojos para que se fije en mí, siendo yo extranjera?». 11 Booz le respondió: «Todo lo que has hecho por tu suegra después de la muerte de tu esposo me ha sido informado en detalle, y cómo dejaste a tu padre, a tu madre y tu tierra natal, y viniste a un pueblo que antes no conocías. 12 Que el Señor recompense tu obra(EC) y que tu pago sea completo de parte del Señor, Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte(ED)». 13 Entonces ella dijo: «Señor mío, he hallado gracia ante sus ojos, porque me ha consolado y en verdad ha hablado con bondad a su[fk] sierva, aunque yo no soy ni como una de sus criadas».

14 A la hora de comer, Booz le dijo a Rut: «Ven acá[fl] para que comas del pan y mojes tu pedazo de pan en el vinagre». Así pues ella se sentó junto a los segadores. Booz le sirvió[fm] grano tostado, y ella comió hasta saciarse y aún le sobró(EE). 15 Cuando ella se levantó para espigar, Booz ordenó a sus siervos y les dijo: «Déjenla espigar aun entre las gavillas y no la avergüencen. 16 También sacarán a propósito para ella un poco de grano de los manojos y lo dejarán para que ella lo recoja. No la reprendan».

17 Rut espigó en el campo hasta el anochecer, y desgranó lo que había espigado, y fue como 22 litros de cebada. 18 Ella lo tomó y fue a la ciudad, y su suegra vio lo que había recogido. Rut sacó también lo que le había sobrado después de haberse saciado[fn] y se lo dio a Noemí[fo](EF). 19 Entonces su suegra le dijo: «¿Dónde espigaste y dónde trabajaste hoy? Bendito sea aquel que se fijó en ti(EG)». Y ella informó a su suegra con quién había trabajado, y dijo: «El hombre con quien trabajé hoy se llama Booz». 20 Noemí dijo a su nuera: «Sea él bendito del Señor, porque no ha rehusado Su bondad ni a los vivos ni a los muertos(EH)». Le dijo también Noemí: «El hombre es nuestro pariente[fp]; es uno de nuestros parientes más cercanos». 21 Entonces Rut la moabita dijo: «Además[fq], él me dijo: “Debes estar cerca de mis siervos hasta que hayan terminado toda mi cosecha”». 22 Noemí dijo a Rut su nuera: «Es bueno, hija mía, que salgas con sus criadas, no sea que en otro campo te maltraten[fr]». 23 Y Rut se quedó cerca de las criadas de Booz espigando hasta que se acabó la cosecha(EI) de cebada y de trigo. Y ella vivía con su suegra.

Rut pide a Booz que sirva de redentor

Después su suegra Noemí le dijo: «Hija mía, ¿no he de buscar seguridad[fs] para ti, para que te vaya bien? Ahora pues, ¿no es Booz nuestro pariente[ft](EJ), con cuyas criadas estabas? Mira, él va a aventar cebada en la era esta noche. Lávate, pues, perfúmate y ponte tu mejor vestido y baja a la era; pero no te des a conocer al hombre hasta que haya acabado de comer y beber. Y sucederá que cuando él se acueste, notarás[fu] el lugar donde se acuesta; irás, descubrirás sus pies y te acostarás; entonces él te dirá lo que debes hacer». Ella respondió: «Todo lo que me dices, haré(EK)».

Descendió, pues, Rut a la era e hizo todo lo que su suegra le había mandado. Cuando Booz hubo comido y bebido, y su corazón estaba contento(EL), fue a acostarse al pie[fv] del montón de grano; y ella vino calladamente, le destapó los pies y se acostó. A medianoche Booz se sorprendió, y al voltearse[fw] notó que una mujer estaba acostada a sus pies. Booz le preguntó: «¿Quién eres?». Y ella respondió: «Soy Rut, su sierva. Extienda, pues, su manto sobre su sierva, por cuanto es pariente cercano[fx]». 10 Entonces él dijo: «Bendita seas del Señor(EM), hija mía. Has hecho tu última bondad mejor que la primera, al no ir en pos de los jóvenes, ya sean pobres o ricos. 11 Ahora, hija mía, no temas. Haré por ti todo lo que me pidas[fy], pues todo mi pueblo en la ciudad[fz] sabe que eres una mujer virtuosa(EN). 12 Ahora bien, es verdad que soy pariente cercano[ga], pero hay un pariente[gb] más cercano que yo. 13 Quédate esta noche, y cuando venga la mañana, si él quiere redimirte[gc], bien, que te redima(EO). Pero si no quiere redimirte[gd], entonces, como que el Señor(EP) vive, yo te redimiré. Acuéstate hasta la mañana».

14 Ella se acostó a sus pies hasta la mañana, y se levantó antes que una persona pudiera reconocer a otra; y él dijo: «Que no se sepa que ha venido mujer a la era(EQ)». 15 Luego Booz le dijo: «Dame el manto que tienes puesto y sujétalo». Y ella lo sujetó, y él midió seis porciones de cebada y se las puso encima. Entonces ella[ge] entró en la ciudad. 16 Cuando llegó a donde estaba su suegra, esta le preguntó: «¿Cómo te fue[gf], hija mía?». Y Rut le contó todo lo que Booz había hecho por ella. 17 Y añadió: «Me dio estas seis porciones de cebada, pues dijo: “No vayas a tu suegra con las manos vacías”». 18 Entonces Noemí dijo: «Espera, hija mía, hasta que sepas cómo se resolverá[gg] el asunto; porque este hombre no descansará hasta que lo haya arreglado[gh] hoy mismo».

Booz redime la heredad de Elimelec

Booz subió a la puerta y allí se sentó, y cuando el pariente más cercano[gi](ER) de quien Booz había hablado iba pasando, le dijo: «Oye, amigo[gj], ven acá y siéntate». Y él vino y se sentó. Y Booz tomó diez hombres de los ancianos de la ciudad(ES), y les dijo: «Siéntense aquí». Y ellos se sentaron. Entonces dijo al pariente más cercano: «Noemí, que volvió de la tierra de Moab, tiene que vender la parte de la tierra que pertenecía a nuestro hermano(ET) Elimelec. Y pensé informarte[gk], diciéndote: “Cómprala en presencia de los que están aquí sentados, y en presencia de los ancianos de mi pueblo. Si la vas a redimir, redímela(EU); y si no[gl], dímelo para que yo lo sepa; porque no hay otro aparte de ti que la redima(EV), y yo después de ti”». Él dijo: «La redimiré». Entonces Booz dijo: «El día que compres el campo de manos de Noemí, también debes adquirir a Rut la moabita, viuda[gm] del difunto, a fin de conservar el nombre del difunto en su heredad(EW)». Y el pariente más cercano(EX) respondió: «No puedo redimirla para mí mismo, no sea que perjudique[gn] mi heredad. Redímela para ti; usa tú mi derecho de redención, pues yo no puedo redimirla».

Y la costumbre en tiempos pasados en Israel tocante a la redención y el intercambio de tierras para confirmar cualquier asunto era esta: uno se quitaba la sandalia y se la daba al otro; y esta era la manera de confirmar tratos en Israel(EY). El pariente más cercano dijo a Booz: «Cómprala para ti». Y se quitó la sandalia. Entonces Booz dijo a los ancianos y a todo el pueblo: «Ustedes son testigos hoy que he comprado de la mano de Noemí todo lo que pertenecía a Elimelec y todo lo que pertenecía a Quelión y a Mahlón. 10 Además, he adquirido a Rut la moabita, la viuda de Mahlón, para que sea mi mujer a fin de preservar el nombre del difunto en su heredad, para que el nombre del difunto no sea cortado de entre sus hermanos(EZ), ni del atrio[go] de su lugar de nacimiento; ustedes son testigos hoy». 11 Y todo el pueblo que estaba en el atrio, y los ancianos, dijeron: «Somos testigos. Haga el Señor a la mujer que entra en tu casa como a Raquel y a Lea(FA), las cuales edificaron la casa de Israel; y que tú adquieras riquezas[gp] en Efrata y seas célebre[gq] en Belén. 12 Además, sea tu casa como la casa de Fares, el que Tamar dio a luz a Judá(FB), por medio de la descendencia[gr] que el Señor te dará de esta joven».

Booz se casa con Rut

13 Booz tomó a Rut y ella fue su mujer, y se llegó a ella. Y el Señor hizo que concibiera[gs], y ella dio a luz un hijo(FC). 14 Entonces las mujeres dijeron a Noemí: «Bendito sea el Señor que no te ha dejado hoy sin redentor[gt]; que su nombre sea célebre[gu](FD) en Israel. 15 Que el niño también sea para ti restaurador de tu vida y sustentador de tu vejez; porque tu nuera, que te ama y que es de más valor para ti que siete hijos(FE), lo ha dado a luz». 16 Entonces Noemí tomó al niño, lo puso en su regazo[gv] y se encargó de criarlo. 17 Las mujeres vecinas le dieron un nombre y dijeron: «Le ha nacido un hijo a Noemí». Y lo llamaron Obed. Él es el padre de Isaí, padre de David.

18 (FF)Estas son las generaciones de Fares: Fares fue el padre de Hezrón(FG), 19 Hezrón el padre de Ram, Ram el padre de Aminadab, 20 Aminadab el padre de Naasón, Naasón el padre de Salmón, 21 Salmón el padre de Booz, Booz el padre de Obed, 22 Obed el padre de Isaí e Isaí fue el padre de David.

Oración de Ana

Había un hombre de Ramataim de Zofim(FH), de la región montañosa de Efraín(FI), que se llamaba Elcana, hijo de Jeroham(FJ), hijo de Eliú, hijo de Tohu, hijo de Zuf, el efrateo. Elcana tenía dos mujeres(FK): el nombre de una era Ana(FL) y el[gw] de la otra Penina. Penina tenía hijos, pero Ana no los tenía[gx]. Todos los años(FM) aquel hombre subía de su ciudad para adorar y ofrecer sacrificio al Señor de los ejércitos(FN) en Silo(FO). Allí los dos hijos de Elí, Ofni y Finees, eran sacerdotes del Señor.

Cuando llegaba el día en que Elcana ofrecía sacrificio, daba porciones a Penina su mujer y a todos sus hijos e hijas(FP); pero a Ana le daba una doble porción, pues él amaba a Ana, aunque el Señor no le había dado hijos[gy](FQ). Su rival, Penina, la provocaba amargamente para irritarla, porque el Señor no le había dado hijos(FR). Esto sucedía año tras año; siempre que ella subía a la casa del Señor, Penina[gz] la provocaba, por lo que Ana lloraba y no comía. Entonces Elcana su marido le dijo: «Ana, ¿por qué lloras y no comes? ¿Por qué está triste tu corazón? ¿No soy yo para ti mejor que diez hijos(FS)?».

Pero Ana se levantó después de haber comido y bebido estando en Silo, y mientras el sacerdote Elí estaba sentado en la silla junto al poste de la puerta del templo del Señor(FT), 10 ella, muy angustiada[ha], oraba al Señor y lloraba amargamente. 11 Entonces hizo voto(FU) y dijo: «Oh Señor de los ejércitos, si te dignas mirar la aflicción de Tu sierva(FV), te acuerdas de mí y no te olvidas de Tu sierva, sino que das un hijo[hb] a Tu sierva, yo lo dedicaré al Señor por todos los días de su vida y nunca pasará navaja sobre su cabeza(FW)».

12 Mientras ella continuaba en[hc] oración delante del Señor, Elí le estaba observando la boca. 13 Pero Ana hablaba en su corazón(FX), solo sus labios se movían y su voz no se oía. Elí, pues, pensó que estaba ebria. 14 Entonces Elí le dijo: «¿Hasta cuándo estarás embriagada(FY)? Echa de ti tu vino». 15 Pero Ana respondió: «No, señor mío, soy una mujer angustiada[hd] en espíritu. No he bebido vino ni licor, sino que he derramado mi alma delante del Señor(FZ). 16 No tenga[he] a su sierva por mujer indigna[hf]. Hasta ahora he estado orando[hg] a causa de mi gran congoja y aflicción[hh]». 17 «Ve en paz(GA)», le respondió Elí, «y que el Dios de Israel te conceda la petición que le has hecho[hi](GB)». 18 «Halle su sierva gracia ante sus ojos(GC)», le dijo ella. Entonces la mujer se puso en camino, comió y ya no estaba triste su semblante(GD).

Nacimiento y dedicación de Samuel

19 A la mañana siguiente se levantaron bien temprano, adoraron delante del Señor y regresaron[hj] de nuevo a su casa en Ramá(GE). Y Elcana se llegó a[hk] Ana su mujer, y el Señor se acordó de ella(GF). 20 Y a su debido tiempo[hl], después de haber concebido, Ana dio a luz un hijo, y le puso por nombre Samuel[hm], diciendo: «Porque se lo he pedido al Señor(GG)».

21 Subió el varón Elcana con toda su casa a ofrecer al Señor el sacrificio anual y a pagar su voto(GH). 22 Pero Ana no subió, pues dijo a su marido: «No subiré hasta que el niño sea destetado. Entonces lo llevaré para que se presente delante del Señor(GI) y se quede allí para siempre(GJ)». 23 Elcana su marido(GK) le dijo: «Haz lo que mejor te parezca[hn]. Quédate hasta que lo hayas destetado; solamente confirme el Señor Su palabra(GL)». Ana se quedó y crió a su hijo hasta que lo destetó. 24 Después de haberlo destetado, llevó consigo al niño, y lo trajo a la casa del Señor en Silo(GM), aunque el niño era pequeño. También llevó un novillo de tres años[ho], un efa (22 litros) de harina y un odre de vino(GN).

25 Entonces sacrificaron el novillo(GO), y trajeron el niño a Elí(GP). 26 «¡Oh señor mío!», dijo Ana. «Vive su alma(GQ), señor mío. Yo soy la mujer que estuvo aquí junto a usted orando al Señor. 27 Por este niño oraba, y el Señor me ha concedido la petición que le hice[hp](GR). 28 Por lo cual yo también lo he dedicado[hq] al Señor. Todos los días de su vida estará dedicado[hr](GS) al Señor». Y adoró[hs] allí al Señor(GT).

Cántico de Ana

Entonces Ana oró y dijo(GU):

«Mi corazón se regocija en el Señor,
Mi fortaleza[ht] en el Señor se exalta(GV);
Mi boca habla sin temor[hu] contra mis enemigos,
Por cuanto me regocijo en Tu salvación(GW).
-»No hay santo como el Señor(GX);
En verdad, no hay otro fuera de Ti(GY),
Ni hay roca como nuestro Dios(GZ).
-»No se jacten más[hv] ustedes con tanto orgullo,
No salga la arrogancia de su boca(HA).
Porque el Señor es Dios de sabiduría(HB),
Y por Él son pesadas las acciones(HC).
-»Quebrados son los arcos de los fuertes(HD),
Pero los débiles se ciñen de poder(HE).
-»Los que estaban saciados se alquilan por pan,
Y dejan de tener hambre los que estaban hambrientos.
Aun la estéril da a luz a siete(HF),
Pero la que tiene muchos hijos desfallece(HG).
-»El Señor da muerte y da vida(HH);
Hace bajar al Seol[hw] y hace subir(HI).
-»El Señor empobrece y enriquece(HJ);
Humilla y también exalta(HK).
-»Levanta del polvo al pobre(HL),
Del muladar levanta al necesitado(HM)
Para hacerlos sentar con los príncipes(HN),
Y heredar un sitio de honor;
Pues las columnas de la tierra son del Señor(HO),
Y sobre ellas ha colocado el mundo.
-ȃl guarda los pies de Sus santos(HP),
Pero los malvados son acallados en tinieblas(HQ),
Pues no por la fuerza ha de prevalecer el hombre(HR).
10 -»Los que se oponen al Señor serán quebrantados(HS),
Él tronará desde los cielos contra ellos(HT).
El Señor juzgará los confines de la tierra(HU),
Dará fortaleza a Su rey(HV),
Y ensalzará el poder[hx] de Su ungido(HW)».

11 Entonces Elcana regresó a Ramá(HX), a su casa. Y el niño Samuel se quedó sirviendo al Señor delante del sacerdote Elí(HY).

El pecado de los hijos de Elí

12 Pero los hijos de Elí eran hombres indignos[hy](HZ); no conocían al Señor 13 ni la costumbre de los sacerdotes con el pueblo: cuando alguien ofrecía sacrificio(IA), venía el criado del sacerdote con un tenedor de tres dientes en su mano mientras se cocía la carne, 14 lo introducía en la cazuela, la olla, la caldera o el caldero, y todo lo que el tenedor sacaba, lo tomaba el sacerdote para sí. Así hacían ellos en Silo con todos los israelitas que iban allí. 15 Además, antes de quemar la grasa(IB), el criado del sacerdote venía y decía al hombre que ofrecía el sacrificio: «Da al sacerdote carne para asar, pues no aceptará de ti carne cocida, sino solamente cruda». 16 Y si el hombre le decía: «Ciertamente deben quemar primero[hz] la grasa y después toma todo lo que quieras[ia]»; él respondía: «No, sino que me la darás ahora, y si no la tomaré por la fuerza». 17 El pecado de los jóvenes era muy grande delante del Señor, porque[ib] despreciaban la ofrenda del Señor(IC).

Los hijos de Ana

18 Samuel, siendo niño, ministraba delante del Señor(ID) usando[ic] un efod de lino(IE). 19 Su madre le hacía una túnica pequeña cada año(IF), y se la traía cuando subía con su marido a ofrecer el sacrificio anual(IG). 20 Entonces Elí bendecía a Elcana y a su mujer, y decía(IH): «Que el Señor te dé hijos[id] de esta mujer en lugar del que ella dedicó[ie] al Señor(II)». Y regresaban a su casa[if]. 21 El Señor visitó a Ana(IJ), y ella concibió y dio a luz tres hijos y dos hijas. Y el niño Samuel crecía delante del Señor(IK).

Elí reprende a sus hijos

22 Elí era ya muy anciano; y oyó todo lo que sus hijos estaban haciendo a todo Israel(IL), y cómo se acostaban con las mujeres que servían a la entrada de la tienda de reunión(IM), 23 y les preguntó: «¿Por qué hacen estas cosas, las cosas malas de que oigo hablar a todo este pueblo? 24 No, hijos míos; porque no es bueno el informe que oigo circular por el[ig] pueblo del Señor(IN). 25 Si un hombre peca contra otro, Dios mediará por él(IO); pero si un hombre peca contra el Señor, ¿quién intercederá por él(IP)?». Pero ellos no escucharon la voz de su padre, porque el Señor quería que murieran(IQ). 26 Y el niño Samuel crecía en estatura y en gracia[ih] para con el Señor y para con los hombres(IR).

Profecía contra la casa de Elí

27 Entonces un hombre de Dios(IS) vino a Elí y le dijo: «Así dice el Señor: “¿No me revelé ciertamente a la casa de tu padre cuando ellos estaban en Egipto(IT) como esclavos de la casa de Faraón? 28 ¿No los escogí de entre todas las tribus de Israel para ser Mis sacerdotes, para subir a Mi altar, para quemar incienso, para llevar un efod delante de Mí(IU)? ¿No le di a la casa de tu padre todas las ofrendas encendidas de los israelitas(IV)? 29 ¿Por qué pisotean Mi sacrificio(IW) y Mi ofrenda que he ordenado en Mi morada(IX), y honras a tus hijos más que a Mí(IY), engordándose ustedes con lo mejor[ii] de cada ofrenda de Mi pueblo Israel?”.

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