Bible in 90 Days
21 Entonces el pueblo de Israel se dividió en dos partes: la mitad del pueblo siguió a Tibni, hijo de Ginat, para hacerlo rey; la otra mitad siguió a Omri. 22 Pero el pueblo que siguió a Omri prevaleció sobre el pueblo que siguió a Tibni, hijo de Ginat. Y Tibni murió, y Omri comenzó a reinar.
23 En el año treinta y uno de Asa, rey de Judá, Omri comenzó a reinar sobre Israel, y reinó doce años; seis años reinó en Tirsa(A). 24 Y compró a Semer el monte Samaria por 68 kilos de plata; edificó sobre el monte, y a la ciudad que edificó puso por nombre Samaria(B), del nombre de Semer, dueño del monte. 25 Omri(C) hizo lo malo ante los ojos del Señor, y obró más perversamente que todos los que fueron antes que él(D); 26 pues anduvo en todos los caminos de Jeroboam(E), hijo de Nabat, y en los pecados con que hizo pecar a Israel, provocando al Señor, Dios de Israel, con sus ídolos. 27 Los demás hechos que Omri hizo y el poderío que mostró ¿no están escritos en el libro de las Crónicas de los reyes de Israel(F)? 28 Y durmió Omri con sus padres y fue sepultado en Samaria; y su hijo Acab reinó en su lugar.
Reinado de Acab
29 Acab, hijo de Omri, comenzó a reinar sobre Israel en el año treinta y ocho de Asa, rey de Judá, y Acab, hijo de Omri, reinó veintidós años sobre Israel en Samaria. 30 Y Acab, hijo de Omri, hizo lo malo a los ojos del Señor más que todos los que fueron antes que él(G). 31 Como si fuera poco el andar en los pecados(H) de Jeroboam, hijo de Nabat, tomó por mujer a Jezabel, hija de Et Baal, rey de los sidonios, y fue a servir a Baal y lo adoró(I). 32 Edificó un altar a Baal en la casa de Baal(J) que edificó en Samaria. 33 Acab hizo también una Asera[a](K). Así Acab hizo más para provocar al Señor, Dios de Israel, que todos los reyes de Israel que fueron antes que él(L).
34 En tiempos de Acab, Hiel de Betel[b] reedificó Jericó. A costa de la vida de Abiram su primogénito puso sus cimientos, y a costa de la vida de su hijo menor Segub levantó sus puertas, conforme a la palabra que el Señor había hablado por medio de Josué(M), hijo de Nun.
Elías predice la sequía
17 Elías el tisbita, que era de los moradores de Galaad[c](N), dijo a Acab: «Vive el Señor, Dios(O) de Israel, delante de quien estoy, que ciertamente no habrá rocío ni lluvia en estos años, sino por la palabra de mi boca(P)». 2 Y vino a Elías la palabra del Señor, diciendo: 3 «Sal de aquí y dirígete hacia el oriente, y escóndete junto al arroyo Querit, que está al oriente del Jordán. 4 Y beberás del arroyo, y he ordenado a los cuervos que te sustenten allí(Q)». 5 Él fue e hizo conforme a la palabra del Señor, pues fue y habitó junto al arroyo Querit, que está al oriente del Jordán. 6 Y los cuervos le traían pan y carne por la mañana, y pan y carne al atardecer, y bebía del arroyo. 7 Sucedió que después de algún tiempo el arroyo se secó, porque no había caído lluvia en la tierra.
Elías y la viuda de Sarepta
8 Vino después a él la palabra del Señor, diciendo: 9 «Levántate, ve a Sarepta, que pertenece a Sidón, y quédate allí; porque yo he mandado a una viuda de allí(R) que te sustente(S)». 10 Él se levantó y fue a Sarepta. Cuando llegó a la entrada de la ciudad, allí estaba una viuda recogiendo leña, entonces la llamó y le dijo: «Te ruego que me consigas un poco de agua en un vaso para que yo beba(T)». 11 Cuando ella iba a conseguirla, la llamó y le dijo: «Te ruego que me traigas también un bocado de pan en tu mano». 12 Pero ella respondió: «Vive el Señor tu Dios(U), que no tengo pan[d], solo tengo un puñado de harina en la tinaja y un poco de aceite en la vasija(V) y estoy recogiendo unos[e] trozos de leña para entrar y prepararlo para mí y para mi hijo, para que comamos y muramos(W)».
13 Entonces Elías le dijo: «No temas; ve, haz como has dicho, pero primero hazme una pequeña torta de eso y tráemela; después harás para ti y para tu hijo. 14 Porque así dice el Señor, Dios de Israel: “No se acabará la harina en la tinaja ni se agotará el aceite en la vasija, hasta el día en que el Señor mande lluvia sobre la superficie de la tierra”». 15 Entonces ella fue e hizo conforme a la palabra de Elías, y ella, él y la casa de ella comieron por muchos días. 16 La harina de la tinaja no se acabó ni se agotó el aceite de la vasija, conforme a la palabra que el Señor había hablado por medio de Elías.
17 Pero sucedió que después de estas cosas, se enfermó el hijo de la mujer dueña de la casa; y su enfermedad fue tan grave que no quedó aliento en él. 18 Y ella le dijo a Elías: «¿Qué tengo que ver contigo(X), oh hombre de Dios(Y)? ¡Has venido para traer a memoria mis iniquidades y hacer morir a mi hijo!». 19 «Dame a tu hijo», le respondió Elías. Y él lo tomó de su regazo y lo llevó a la cámara alta donde él vivía, y lo acostó en su propia cama. 20 Y clamó al Señor: «Oh Señor, Dios mío, ¿has traído también mal a la viuda con quien estoy hospedado[f] haciendo morir a su hijo?». 21 Entonces se tendió tres veces sobre el niño(Z), y clamó al Señor: «Oh Señor, Dios mío, te ruego que el alma de este niño vuelva a él[g]». 22 El Señor escuchó la voz de Elías, y el alma del niño volvió a él y revivió(AA). 23 Y Elías tomó al niño, lo bajó de la cámara alta a la casa y se lo dio a su madre; y Elías dijo: «Mira, tu hijo vive». 24 Entonces la mujer dijo a Elías: «Ahora conozco que tú eres hombre de Dios(AB), y que la palabra del Señor en tu boca es verdad».
Encuentro de Elías y Acab
18 Después de muchos días, la palabra del Señor vino a Elías en el tercer año(AC), diciéndole: «Ve, muéstrate a Acab, y enviaré lluvia sobre la superficie de la tierra(AD)». 2 Y Elías fue a mostrarse a Acab. Y el hambre era intensa en Samaria. 3 Y Acab llamó a Abdías que era mayordomo de la casa(AE). (Y Abdías temía[h] en gran manera al Señor(AF); 4 pues cuando Jezabel destruyó[i] a los profetas del Señor(AG), Abdías tomó a cien profetas y los escondió de cincuenta en cincuenta en una cueva, y los sustentó(AH) con pan y agua). 5 Entonces Acab dijo a Abdías: «Ve por la tierra a todas las fuentes de agua y a todos los valles; quizá hallaremos hierba y conservaremos con vida los caballos y los mulos, y no tendremos que matar parte del ganado». 6 Y dividieron la tierra entre ellos para recorrerla; Acab se fue solo por un camino, y Abdías se fue solo por otro.
7 Abdías estaba en el camino cuando Elías le salió al encuentro, y Abdías lo reconoció(AI) y cayó sobre su rostro, y le dijo: «¿Es usted Elías, mi señor?». 8 Él le respondió: «Yo soy. Ve, dile a tu señor: “Aquí está Elías”». 9 Y él dijo: «¿Qué pecado he cometido, que entrega a su siervo en manos de Acab para que me mate? 10 Vive el Señor su Dios(AJ), que no hay nación ni reino adonde mi señor no haya enviado a buscarlo; y cuando decían: “No está aquí”, hacía jurar al reino o a la nación que no lo habían hallado. 11 Y ahora dices: “Ve, dile a tu señor: ‘Aquí está Elías’”. 12 Y sucederá que cuando lo deje, el Espíritu del Señor(AK) lo llevará adonde yo no sepa; así que cuando yo vaya y se lo diga a Acab y él no pueda encontrarlo, me matará, aunque yo su siervo he temido[j] al Señor desde mi juventud. 13 ¿No le han contado a mi señor lo que hice cuando Jezabel mató a los profetas del Señor, que escondí a cien de los profetas del Señor de cincuenta en cincuenta en una cueva, y los sustenté con pan y agua(AL)? 14 Y ahora usted me dice: “Ve, dile a tu señor: ‘Aquí está Elías’”; entonces me matará». 15 Elías le dijo: «Vive el Señor de los ejércitos(AM), delante de quien estoy, que hoy ciertamente me mostraré a él».
16 Abdías fue al encuentro de Acab, y le dio aviso; y Acab fue al encuentro de Elías. 17 Cuando Acab vio a Elías, Acab le dijo(AN): «¿Eres tú, perturbador de Israel?». 18 Y él respondió: «Yo no he perturbado a Israel, sino tú y la casa de tu padre, porque ustedes han abandonado los mandamientos del Señor(AO) y han seguido a los Baales(AP). 19 Ahora pues, envía a reunir conmigo a todo Israel en el monte Carmelo(AQ), junto con 450 profetas de Baal(AR) y 400 profetas de la Asera(AS) que comen a la mesa de Jezabel».
Elías y los profetas de Baal
20 Acab envió mensaje a todos los israelitas y reunió a los profetas en el monte Carmelo. 21 Elías se acercó a todo el pueblo y dijo: «¿Hasta cuándo vacilarán entre[k] dos opiniones(AT)? Si el Señor es Dios, síganlo(AU); y si Baal, síganlo a él». Pero el pueblo no le respondió ni una palabra. 22 Entonces Elías dijo al pueblo: «Solo yo he quedado como profeta del Señor(AV), pero los profetas de Baal son 450 hombres(AW). 23 Que nos den, pues, dos novillos. Que escojan un novillo para ellos y lo despedacen, y lo coloquen sobre la leña, pero que no le pongan fuego debajo; y yo prepararé el otro novillo y lo colocaré sobre la leña, y no le pondré fuego. 24 Entonces invoquen el nombre de su dios, y yo invocaré el nombre del Señor; y el Dios que responda por fuego, ese es Dios(AX)». Y todo el pueblo respondió: «La idea es buena».
25 Y Elías dijo a los profetas de Baal: «Escojan un novillo para ustedes y prepárenlo primero, pues son los más, e invoquen el nombre de su dios, pero no le pongan fuego». 26 Entonces tomaron el novillo que les dieron y lo prepararon, e invocaron el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía, diciendo: «Oh Baal, respóndenos». Pero no hubo voz(AY) ni nadie respondió. Y danzaban[l] alrededor del altar que habían hecho[m]. 27 Como al mediodía, Elías se burlaba de ellos y decía: «Clamen en voz alta, pues es un dios; tal vez estará meditando o se habrá desviado, o estará de viaje, quizá esté dormido y habrá que despertarlo». 28 Y gritaban a grandes voces y se sajaban, según su costumbre(AZ), con espadas y lanzas hasta que la sangre chorreaba sobre ellos. 29 Pasado el mediodía, se pusieron a gritar frenéticamente[n] hasta la hora de ofrecerse el sacrificio de la tarde(BA); pero no hubo voz, ni nadie respondió ni nadie hizo caso.
30 Entonces Elías dijo a todo el pueblo: «Acérquense a mí». Y todo el pueblo se acercó a Elías. Entonces él reparó el altar del Señor que había sido derribado(BB). 31 Elías tomó doce piedras conforme al número de las tribus de los hijos de Jacob, a quien había venido la palabra del Señor, diciendo: «Israel será tu nombre(BC)». 32 Con las piedras edificó un altar en el nombre del Señor(BD), e hizo una zanja alrededor del altar, suficientemente grande para contener dos medidas (14.6 litros) de semilla. 33 Dispuso después la leña, cortó el novillo en pedazos y lo colocó sobre la leña(BE). 34 Y dijo: «Llenen cuatro cántaros de agua y derrámenla sobre el holocausto y sobre la leña». Después dijo: «Háganlo por segunda vez; y lo hicieron por segunda vez». Y añadió: «Háganlo por tercera vez»; y lo hicieron por tercera vez. 35 El agua corría alrededor del altar, y también llenó la zanja de agua. 36 Y a la hora de ofrecerse el sacrificio de la tarde(BF), el profeta Elías se acercó y dijo: «Oh Señor, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel(BG), que se sepa hoy que Tú eres Dios en Israel(BH), que yo soy Tu siervo y que he hecho todas estas cosas por palabra Tuya(BI). 37 Respóndeme, oh Señor, respóndeme, para que este pueblo sepa que Tú, oh Señor, eres Dios, y que has hecho volver sus corazones». 38 Entonces cayó el fuego del Señor, y consumió el holocausto(BJ), la leña, las piedras y el polvo, y secó el agua de la zanja. 39 Cuando todo el pueblo lo vio, se postraron sobre su rostro y dijeron: «El Señor, Él es Dios(BK); el Señor, Él es Dios». 40 Entonces Elías les dijo: «Prendan a los profetas de Baal, que no se escape ninguno de ellos». Los prendieron, y Elías los hizo bajar al torrente Cisón(BL) y allí los degolló(BM).
Fin de la sequía
41 Y Elías dijo a Acab: «Sube, come y bebe; porque se oye el estruendo de mucha lluvia». 42 Acab subió a comer y a beber, pero Elías subió a la cumbre del Carmelo(BN); y allí se agachó en tierra(BO) y puso su rostro entre las rodillas. 43 Y dijo a su criado: «Sube ahora, y mira hacia el mar». Y él subió, miró y dijo: «No hay nada». Y Elías dijo siete veces: «Vuelve a mirar». 44 Y sucedió que a la séptima vez, él dijo: «Veo una nube(BP) tan pequeña como la mano de un hombre, que sube del mar». Y Elías le dijo: «Sube, y dile a Acab: “Prepara[o] tu carro y desciende, para que la fuerte lluvia no te detenga”». 45 Al poco tiempo, el cielo se oscureció con nubes y viento, y hubo gran lluvia. Y Acab montó en su carro y fue a Jezreel(BQ). 46 Y la mano del Señor estaba sobre Elías(BR), quien ajustándose el cinturón(BS) corrió delante de Acab hasta Jezreel.
Elías huye de Jezabel
19 Acab le contó a Jezabel todo lo que Elías había hecho y cómo[p] había matado a espada a todos los profetas(BT). 2 Entonces Jezabel envió un mensajero a Elías, diciendo: «Así me hagan los dioses y aun me añadan(BU), si mañana a estas horas yo no he puesto tu vida como la vida de uno de ellos». 3 Elías tuvo miedo[q], y se levantó y se fue para salvar su vida; y vino a Beerseba(BV) de Judá y dejó allí a su criado, 4 y anduvo por el desierto un día de camino, y vino y se sentó bajo un arbusto[r]; pidió morirse(BW) y dijo: «Basta ya, Señor, toma mi vida porque yo no soy mejor que mis padres». 5 Y acostándose bajo el arbusto, se durmió; pero un ángel lo tocó(BX) y le dijo: «Levántate, come». 6 Entonces vio que en su cabecera había una torta cocida sobre piedras calientes y una vasija de agua. Comió y bebió, y volvió a acostarse. 7 El ángel del Señor volvió por segunda vez, lo tocó y le dijo: «Levántate, come, porque es muy largo el camino para ti». 8 Se levantó, pues, y comió y bebió, y con la fuerza de aquella comida caminó cuarenta días y cuarenta noches(BY) hasta Horeb, el monte de Dios(BZ).
Elías se encuentra con Dios
9 Allí entró en una cueva y pasó en ella la noche; y vino a él la palabra del Señor(CA), y Él le dijo: «¿Qué haces aquí, Elías?». 10 Y él respondió: «He tenido mucho celo por el Señor(CB), Dios de los ejércitos; porque los israelitas han abandonado Tu pacto, han derribado Tus altares y han matado a espada a Tus profetas. He quedado yo solo(CC) y buscan mi vida para quitármela(CD)».
11 Entonces el Señor le dijo: «Sal y ponte en el monte delante del Señor(CE)». En ese momento el Señor pasaba, y un grande y poderoso viento(CF) destrozaba los montes y quebraba las peñas delante del Señor; pero el Señor no estaba en el viento. Después del viento, un terremoto; pero el Señor no estaba en el terremoto. 12 Después del terremoto, un fuego; pero el Señor no estaba en el fuego. Y después del fuego, el susurro de una brisa apacible(CG). 13 Cuando Elías lo oyó, se cubrió el rostro(CH) con su manto, y salió y se puso a la entrada de la cueva. Y una voz vino a él y le preguntó: «¿Qué haces aquí, Elías(CI)?». 14 Entonces él respondió: «He tenido mucho celo por el Señor, Dios de los ejércitos; porque los israelitas han abandonado Tu pacto, han derribado Tus altares y han matado a espada a Tus profetas. He quedado yo solo y buscan mi vida para quitármela(CJ)».
15 Y el Señor le dijo: «Ve, regresa por tu camino al desierto de Damasco y cuando hayas llegado, ungirás a Hazael(CK) por rey sobre Aram; 16 y a Jehú, hijo de Nimsi(CL), ungirás por rey sobre Israel; y a Eliseo, hijo de Safat(CM) de Abel Mehola, ungirás por profeta en tu lugar. 17 Al que escape de la espada de Hazael(CN), Jehú lo matará(CO), y al que escape de la espada de Jehú, Eliseo lo matará. 18 Pero dejaré 7,000 en Israel, todas las rodillas que no se han doblado ante Baal(CP) y toda boca que no lo ha besado(CQ)».
Llamamiento de Eliseo
19 Elías partió de allí y encontró a Eliseo, hijo de Safat, que estaba arando con doce yuntas de bueyes delante de él, y él estaba con la última. Elías pasó adonde él estaba y le echó su manto encima(CR). 20 Dejando él los bueyes, corrió tras Elías, y dijo: «Permítame besar a mi padre y a mi madre, entonces lo seguiré(CS)». Y él le dijo: «Ve, vuélvete, pues, ¿qué te he hecho yo?». 21 Entonces se volvió, dejando de seguirlo, tomó un par de bueyes y los sacrificó, y con los aparejos de los bueyes coció su carne(CT), y la dio a la gente y ellos comieron. Después se levantó y fue tras Elías, y le servía.
Guerra contra Ben Adad
20 Entonces Ben Adad, rey de Aram(CU), reunió todo su ejército, y tenía con él treinta y dos reyes con caballos y carros(CV); y subió, sitió a Samaria(CW) y peleó contra ella. 2 Envió mensajeros a la ciudad, a Acab, rey de Israel, diciéndole: «Así dice Ben Adad: 3 “Tu plata y tu oro son míos; míos son también tus mujeres y tus hijos más hermosos”». 4 El rey de Israel le respondió: «Sea conforme a tu palabra, oh rey, señor mío; tuyo soy yo y todo lo que tengo». 5 Después volvieron los mensajeros y dijeron: «Así dice Ben Adad: “Por cierto que envié a decirte: ‘Me darás tu plata, tu oro, tus mujeres y tus hijos’. 6 Pero mañana como a esta hora te enviaré mis siervos, y registrarán tu casa y las casas de tus siervos; y todo lo que sea agradable a tus ojos lo tomarán en su mano y se lo llevarán”».
7 El rey de Israel llamó a todos los ancianos del país, y les dijo: «Miren cómo este solo busca hacer daño(CX); pues él envió a pedirme mis mujeres, mis hijos, mi plata y mi oro, y no se los negué». 8 Y todos los ancianos y todo el pueblo le dijeron: «No escuche ni consienta». 9 Entonces él respondió a los mensajeros de Ben Adad: «Digan a mi señor el rey: “Haré todo lo que mandaste a tu siervo la primera vez, pero esto otro no lo puedo hacer”». Se fueron los mensajeros y le llevaron la respuesta. 10 Y Ben Adad envió a decirle: «Así me hagan los dioses y aun me añadan(CY), si el polvo de Samaria bastará para llenar las manos de todo el pueblo que me sigue». 11 Respondió el rey de Israel: «Díganle: “No se jacte(CZ) el que se pone las armas como el que se las quita”». 12 Cuando Ben Adad oyó esta palabra, estaba bebiendo(DA) con[s] los reyes en las tiendas, y dijo a sus siervos: «Tomen posiciones». Y tomaron posiciones contra la ciudad.
13 Y un profeta se acercó a Acab, rey de Israel, y le dijo: «Así dice el Señor: “¿Has visto toda esta gran multitud? Hoy la entregaré en tu mano, y sabrás que Yo soy el Señor(DB)”». 14 Acab le preguntó: «¿Por medio de quién?». Y él dijo: «Así dice el Señor: “Por medio de los jóvenes de los jefes de las provincias”». Entonces Acab dijo: «¿Quién comenzará[t] la batalla?». Y él respondió: «Tú». 15 Entonces pasó revista a los jóvenes de los jefes de las provincias y eran 232; después de ellos, pasó revista a todo el pueblo, es decir, todos los israelitas, 7,000.
16 Salieron al mediodía, mientras Ben Adad estaba bebiendo hasta emborracharse en las tiendas(DC) junto con[u] los treinta y dos reyes que lo ayudaban. 17 Los jóvenes de los jefes de las provincias salieron primero; y envió Ben Adad mensajeros que le avisaron, diciendo: «Han salido hombres de Samaria». 18 Entonces dijo: «Si en paz han salido, préndanlos vivos; o si en guerra han salido, préndanlos vivos(DD)». 19 Salieron, pues, aquellos de la ciudad, los jóvenes de los jefes de las provincias y el ejército que los seguía. 20 Y mató cada uno a su hombre; los arameos huyeron e Israel los persiguió, y Ben Adad, rey de Aram, escapó a caballo con algunos jinetes. 21 El rey de Israel salió y atacó los caballos y los carros, y derrotó a los arameos causándoles gran matanza.
22 Entonces el profeta se acercó al rey de Israel(DE), y le dijo: «Vaya, fortalézcase, y entienda bien lo que tiene que hacer; porque a la vuelta del año(DF) el rey de Aram subirá contra usted». 23 Y los siervos del rey de Aram le dijeron: «Sus dioses son dioses de los montes(DG), por eso fueron más fuertes que nosotros; mejor peleemos contra ellos en la llanura, pues ¿no seremos más fuertes que ellos? 24 Haga, pues, esto: quite a los reyes, cada uno de su puesto, y ponga capitanes en su lugar. 25 Aliste un ejército como el ejército que perdió, caballo por caballo y carro por carro. Entonces pelearemos contra ellos en la llanura, pues ¿no seremos más fuertes que ellos?». Él escuchó su consejo[v] y lo hizo así.
26 A la vuelta del año(DH), Ben Adad alistó a los arameos y subió a Afec(DI) para pelear contra Israel. 27 Y los israelitas fueron alistados y provistos de raciones, y salieron a su encuentro. Los israelitas acamparon delante de ellos como dos rebaños pequeños de cabras pero los arameos llenaban la tierra(DJ). 28 Entonces un hombre de Dios(DK) se acercó y habló al rey de Israel, y dijo: «Así dice el Señor: “Porque los arameos han dicho: ‘El Señor es un dios de los montes(DL), pero no es un dios de los valles; por tanto, entregaré a toda esta gran multitud en tu mano, y sabrás que Yo soy el Señor(DM)’”». 29 Acamparon unos frente a otros por siete días. Al séptimo día comenzó la batalla, y los israelitas mataron de los arameos a 100,000 hombres de a pie en un solo día. 30 Los demás huyeron a Afec(DN), a la ciudad, y el muro cayó sobre los 27,000 hombres que quedaban. También Ben Adad huyó y se refugió en la ciudad en un aposento interior(DO).
31 Y sus siervos le dijeron(DP): «Hemos oído que los reyes de la casa de Israel son reyes misericordiosos; le rogamos que nos deje poner cilicio en nuestros lomos(DQ) y cuerdas sobre nuestras cabezas, y salgamos al rey de Israel; quizás él salve su vida». 32 Se ciñeron cilicio en sus lomos, pusieron cuerdas sobre sus cabezas y vinieron al rey de Israel(DR), y dijeron: «Su siervo Ben Adad(DS) dice: “Te ruego que me perdones la vida”». Y él dijo: «¿Vive todavía? Es mi hermano». 33 Y los hombres tomaron esto como señal[w], y tomando de él la palabra prestamente dijeron: «Tu hermano Ben Adad vive». Y él dijo: «Vayan y tráiganlo». Entonces Ben Adad salió a él, y él le hizo subir en el carro. 34 Y Ben Adad(DT) le dijo al rey: «Devolveré las ciudades que mi padre tomó de tu padre, y te harás calles en Damasco, como mi padre hizo en Samaria. “Y yo”, dijo Acab, con este pacto te dejaré ir». Hizo, pues, pacto con él y lo dejó ir.
35 Y cierto hombre de los hijos de los profetas(DU) dijo a otro por palabra del Señor(DV): «Te ruego que me hieras». Pero el hombre se negó a herirlo. 36 Entonces le dijo: «Porque no has atendido a la voz del Señor, tan pronto como te apartes de mí, un león te matará(DW)». Y tan pronto se apartó de él, un león lo encontró y lo mató. 37 Entonces halló a otro hombre y le dijo: «Te ruego que me hieras». Y el hombre le dio un golpe, hiriéndolo. 38 Y el profeta se fue y esperó al rey en el camino; se había disfrazado(DX) con una venda sobre los ojos. 39 Cuando el rey pasaba, clamó al rey y dijo: «Su siervo fue al centro de la batalla; y allí, un hombre se apartó de las filas y me trajo a uno, y me dijo: “Guarda a este hombre; si por alguna razón llega a faltar, entonces tu vida responderá por su vida(DY) o pagarás 34 kilos de plata”. 40 Mientras su siervo estaba ocupado aquí y allá, él desapareció». Y el rey de Israel le dijo: «Así será tu sentencia; tú mismo lo has decidido». 41 Entonces él se apresuró a quitarse la venda de los ojos, y el rey de Israel lo reconoció como uno de los profetas. 42 Y él le dijo: «Así dice el Señor: “Porque has dejado salir de tu mano al hombre a quien Yo había destinado a la destrucción, tu vida responderá por su vida(DZ) y tu pueblo por su pueblo”». 43 El rey de Israel se fue a su casa disgustado y molesto(EA), y entró en Samaria.
La viña de Nabot
21 Después de estas cosas aconteció que Nabot de Jezreel tenía una viña que estaba en Jezreel, junto al palacio de Acab(EB), rey de Samaria, 2 y Acab le dijo a Nabot: «Dame tu viña(EC) para que me sirva de huerta para hortaliza porque está cerca, al lado de mi casa, y en su lugar yo te daré una viña mejor; si prefieres, te daré su precio en dinero». 3 Pero Nabot le dijo a Acab: «No permita el Señor que le dé la herencia de mis padres(ED)». 4 Acab entonces se fue a su casa disgustado y molesto(EE) a causa de la palabra que Nabot de Jezreel le había dicho; pues dijo: «No le daré la herencia de mis padres». Acab se acostó en su cama, volvió su rostro y no comió.
5 Pero Jezabel su mujer se acercó a él, y le preguntó: «¿Por qué está tu espíritu tan decaído que no comes?». 6 Entonces Acab le respondió: «Porque le hablé a Nabot de Jezreel, y le dije: “Dame tu viña por dinero; o, si prefieres, te daré una viña en su lugar”. Pero él dijo: “No te daré mi viña”». 7 Su mujer Jezabel le dijo: «¿No reinas ahora sobre Israel? Levántate, come, y alégrese tu corazón. Yo te daré la viña(EF) de Nabot de Jezreel». 8 Y ella escribió cartas en nombre de Acab, las selló con su sello(EG) y envió las cartas a los ancianos(EH) y a los nobles que vivían en la ciudad con Nabot. 9 Y escribió en las cartas: «Proclamen ayuno y sienten a Nabot a la cabeza del pueblo. 10 Sienten a dos hombres malvados(EI) delante de él que testifiquen contra él, diciendo: “Tú has blasfemado a Dios y al rey”. Entonces sáquenlo y apedréenlo(EJ) para que muera(EK)».
11 Los hombres de su ciudad, los ancianos y los nobles que vivían en su ciudad, hicieron como Jezabel les había mandado, tal como estaba escrito en las cartas que ella les había enviado. 12 Proclamaron ayuno(EL) y sentaron a Nabot a la cabeza del pueblo. 13 Entonces entraron los dos hombres malvados y se sentaron delante de él; y los dos hombres malvados testificaron contra él, es decir, contra Nabot delante del pueblo, diciendo: «Nabot ha blasfemado a Dios y al rey». Y lo llevaron fuera de la ciudad, lo apedrearon y murió(EM). 14 Después enviaron un mensaje a Jezabel, diciendo: «Nabot ha sido apedreado y ha muerto».
15 Cuando Jezabel oyó que Nabot había sido apedreado y había muerto, Jezabel dijo a Acab: «Levántate, toma posesión de la viña de Nabot de Jezreel, la cual él se negó a dártela por dinero, porque Nabot no está vivo, sino muerto». 16 Así que cuando Acab oyó que Nabot había muerto, se levantó para descender a la viña de Nabot de Jezreel, para tomar posesión de ella.
17 Entonces vino la palabra del Señor a Elías el tisbita, diciendo: 18 «Levántate, desciende al encuentro de Acab, rey de Israel(EN), que está en Samaria; ahora él está en la viña de Nabot, adonde ha descendido a tomar posesión de ella. 19 Le hablarás: “Así dice el Señor: ‘¿Has asesinado, y además has tomado posesión de la viña(EO)?’”. También le hablarás: “Así dice el Señor: ‘En el lugar donde los perros lamieron la sangre de Nabot, los perros lamerán tu sangre, tu misma sangre(EP)’”».
20 Y Acab dijo a Elías(EQ): «¿Me has encontrado, enemigo mío?». Y él respondió: «Te he encontrado, porque te has vendido para hacer el mal ante los ojos del Señor(ER). 21 Por tanto, traeré mal sobre ti, te barreré completamente y cortaré(ES) de Acab todo varón, tanto siervo como libre en Israel. 22 Haré tu casa como la casa de Jeroboam(ET), hijo de Nabat, y como la casa de Baasa(EU), hijo de Ahías, por la provocación con la que me has provocado a ira y porque has hecho pecar a Israel(EV). 23 También de Jezabel ha hablado el Señor: “Los perros comerán a Jezabel en la parcela[x] de Jezreel(EW)”. 24 Cualquiera de Acab que muera en la ciudad, lo comerán los perros, y el que muera en el campo, lo comerán las aves del cielo(EX)».
25 Ciertamente no hubo nadie como Acab que se vendiera para hacer lo malo(EY) ante los ojos del Señor, porque Jezabel su mujer lo había convencido. 26 Su conducta fue muy abominable, pues fue tras los ídolos(EZ) conforme a todo lo que habían hecho los amorreos(FA), a los que el Señor había echado de delante de los israelitas.
27 Cuando Acab oyó estas palabras, rasgó sus vestidos, puso cilicio sobre sí y ayunó, se acostó con el cilicio y andaba abatido[y](FB). 28 Entonces la palabra del Señor vino a Elías el tisbita, diciendo: 29 «¿Ves como Acab se ha humillado delante de Mí? Porque se ha humillado delante de Mí, no traeré el mal en sus días; pero en los días de su hijo(FC) traeré el mal sobre su casa».
Micaías y los falsos profetas
22 Pasaron tres años sin que hubiera guerra entre Aram e Israel. 2 (FD)Al tercer año, Josafat, rey de Judá, descendió a visitar al rey de Israel(FE). 3 El rey de Israel dijo a sus siervos: «¿Saben que Ramot de Galaad(FF) nos pertenece, y no estamos haciendo nada para quitarla de mano del rey de Aram?». 4 Y le preguntó a Josafat: «¿Quieres venir conmigo a pelear contra Ramot de Galaad?». Respondió Josafat al rey de Israel: «Yo soy como tú, mi pueblo como tu pueblo, mis caballos como tus caballos(FG)».
5 Josafat dijo además al rey de Israel: «Te ruego que consultes primero[z] la palabra del Señor». 6 Entonces el rey de Israel reunió a los profetas(FH), unos 400 hombres, y les dijo: «¿Debo ir a pelear contra Ramot de Galaad o debo desistir?». Y ellos respondieron: «Suba porque el Señor la entregará en manos del rey».
7 Pero Josafat dijo: «¿No queda aún aquí algún profeta del Señor, para que lo consultemos(FI)?». 8 Y el rey de Israel dijo a Josafat: «Todavía queda un hombre por medio de quien podemos consultar al Señor, pero lo aborrezco, porque no profetiza lo bueno en cuanto a mí, sino lo malo. Es Micaías, hijo de Imla». Pero Josafat dijo: «No hable el rey así». 9 Entonces el rey de Israel llamó a un oficial, y le dijo: «Trae pronto a Micaías, hijo de Imla». 10 El rey de Israel y Josafat, rey de Judá, estaban sentados cada uno en su trono, vestidos con sus mantos reales, en la era a la entrada de la puerta de Samaria; y todos los profetas(FJ) estaban profetizando delante de ellos. 11 Y Sedequías, hijo de Quenaana, se había hecho unos cuernos(FK) de hierro y decía: «Así dice el Señor: “Con estos acornearás a los arameos hasta acabarlos(FL)”». 12 Y todos los profetas profetizaban así: «Suba a Ramot de Galaad y tendrá éxito, pues el Señor la entregará en manos del rey».
13 Y el mensajero que fue a llamar a Micaías le dijo: «Mira, las palabras de los profetas son unánimes en favor del rey. Te ruego que tu palabra sea como la palabra de uno de ellos, y que hables favorablemente». 14 Pero Micaías dijo: «Vive el Señor(FM) que lo que el Señor me diga, eso hablaré(FN)». 15 Cuando llegó al rey, este le dijo: «Micaías, ¿iremos a Ramot de Galaad a pelear, o debemos desistir?». Y él le respondió: «Suba, y tendrá éxito, y el Señor la entregará en manos del rey(FO)».
16 Entonces el rey le dijo: «¿Cuántas veces he de tomarte juramento de que no me digas más que la verdad en el nombre del Señor?». 17 Micaías respondió:
«Vi a todo Israel
Esparcido por los montes,
Como ovejas sin pastor;
Y el Señor dijo: “Estos no tienen señor,
Que cada uno vuelva a su casa en paz(FP)”».
18 Entonces el rey de Israel dijo a Josafat: «¿No te dije que no profetizaría lo bueno acerca de mí, sino lo malo(FQ)?». 19 Respondió Micaías: «Por tanto, escuche la palabra del Señor. Yo vi al Señor sentado en Su trono(FR), y todo el ejército de los cielos estaba junto a Él(FS), a Su derecha y a Su izquierda. 20 Y el Señor dijo: “¿Quién persuadirá a Acab para que suba y caiga en Ramot de Galaad?”. Y uno decía de una manera, y otro de otra. 21 Entonces un espíritu se adelantó, y se puso delante del Señor, y dijo: “Yo lo persuadiré”. 22 El Señor le preguntó: “¿Cómo?”. Y él respondió: “Saldré y seré espíritu de mentira en boca de todos sus profetas(FT)”. Entonces Él dijo: “Lo persuadirás y también prevalecerás. Ve y hazlo así”. 23 Y ahora el Señor ya ha puesto un espíritu de mentira en boca de todos estos sus profetas; pues el Señor ha decretado el mal contra usted(FU)».
24 Entonces se acercó Sedequías, hijo de Quenaana(FV), y golpeó a Micaías en la mejilla y dijo: «¿Cómo es que el Espíritu del Señor pasó de mí para hablarte a ti(FW)?». 25 Respondió Micaías: «Tú mismo lo verás aquel día en que entres en un aposento interior para esconderte(FX)». 26 Entonces el rey de Israel dijo: «Toma a Micaías y llévaselo a Amón, gobernador de la ciudad, y a Joás, hijo del rey, 27 y dile: “Así dice el rey: ‘Echen a este a la cárcel, y aliméntenlo con poco pan y poca agua[aa] hasta que yo vuelva en paz(FY)’”». 28 Micaías le respondió: «Si en verdad vuelves en paz, el Señor no ha hablado por mí(FZ)». Y añadió: «Oigan, pueblos todos(GA)».
29 El rey de Israel y Josafat, rey de Judá, subieron contra Ramot de Galaad(GB). 30 Y el rey de Israel dijo a Josafat: «Yo me disfrazaré para entrar en la batalla(GC), pero tú ponte tus ropas reales». El rey de Israel se disfrazó y entró en la batalla. 31 Pero el rey de Aram había ordenado a los treinta y dos capitanes de sus carros, diciendo: «No peleen contra chico ni contra grande, sino solo contra el rey de Israel(GD)». 32 Cuando los capitanes de los carros vieron a Josafat, dijeron: «Ciertamente este es el rey de Israel», y se desviaron para pelear contra él, pero Josafat gritó. 33 Al ver los capitanes de los carros que no era el rey de Israel, dejaron de perseguirlo.
Muerte de Acab
34 Un hombre disparó su arco al azar e hirió al rey de Israel por entre la juntura de la armadura. Y él dijo a su cochero: «Da la vuelta[ab] y sácame de la batalla, pues estoy gravemente herido(GE)». 35 Pero la batalla arreció aquel día, y el rey fue sostenido en su carro frente a los arameos y al atardecer murió. La sangre de la herida corría hasta el fondo del carro. 36 A la puesta del sol, pasó un grito por el ejército que decía: «Cada hombre a su ciudad y cada uno a su tierra(GF)».
37 Pues el rey había muerto. Y fue llevado a Samaria, y sepultaron al rey en Samaria. 38 Lavaron el carro junto al estanque de Samaria y los perros lamieron su sangre (y allí se bañaban las rameras), conforme a la palabra que el Señor había hablado(GG). 39 Los demás hechos de Acab y todo lo que hizo, la casa de marfil(GH) que edificó y todas las ciudades que edificó, ¿no están escritos en el libro de las Crónicas de los reyes de Israel(GI)? 40 Durmió, pues, Acab con sus padres; y su hijo Ocozías reinó en su lugar.
Reinados de Josafat y Ocozías
41 (GJ)Josafat, hijo de Asa, comenzó a reinar sobre Judá en el cuarto año de Acab, rey de Israel. 42 Josafat tenía treinta y cinco años cuando comenzó a reinar, y reinó veinticinco años en Jerusalén. El nombre de su madre era Azuba, hija de Silhi. 43 Anduvo en todo el camino de su padre Asa(GK); no se desvió de él, haciendo lo recto ante los ojos del Señor. Sin embargo, los lugares altos no fueron quitados; todavía el pueblo sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos(GL). 44 También Josafat hizo la paz con el rey de Israel(GM).
45 Los demás hechos de Josafat, el poderío que mostró y cómo peleó en las guerras, ¿no están escritos en el libro de las Crónicas de los reyes de Judá(GN)? 46 Y echó fuera de la tierra al resto de los sodomitas(GO) que habían quedado desde los días de su padre Asa. 47 No había entonces ningún rey en Edom(GP); había gobernador en lugar de rey. 48 Josafat se construyó naves de Tarsis para ir a Ofir por oro(GQ), pero no fueron porque las naves se rompieron(GR) en Ezión Geber(GS). 49 Entonces Ocozías, hijo de Acab, dijo a Josafat: «Permite que mis siervos vayan con tus siervos en las naves». Pero Josafat no quiso. 50 Josafat durmió con sus padres y fue sepultado con ellos en la ciudad de su padre David; y su hijo Joram reinó en su lugar(GT).
51 Ocozías, hijo de Acab, comenzó a reinar sobre Israel(GU) en Samaria en el año diecisiete de Josafat, rey de Judá, y reinó dos años sobre Israel. 52 Pero hizo lo malo ante los ojos del Señor, y anduvo en el camino de su padre, en el camino de su madre y en el camino de Jeroboam, hijo de Nabat, el que hizo pecar a Israel(GV). 53 Sirvió, pues, a Baal y lo adoró, y provocó a ira al Señor, Dios de Israel(GW), conforme a todo lo que había hecho su padre.
Muerte de Ocozías
1 Después de la muerte de Acab, Moab se rebeló contra Israel(GX). 2 En Samaria, Ocozías se cayó por la ventana de su aposento alto, y se enfermó. Entonces envió mensajeros diciéndoles: «Vayan, consulten a Baal Zebub, dios de Ecrón, si he de sanar de esta enfermedad(GY)». 3 Pero el ángel del Señor dijo a Elías el tisbita: «Levántate, sube al encuentro de los mensajeros del rey(GZ) de Samaria y diles: “¿Acaso no hay Dios en Israel para que ustedes vayan a consultar a Baal Zebub, dios de Ecrón(HA)?”. 4 Por tanto, así dice el Señor: “No te levantarás del lecho donde te has acostado, sino que ciertamente morirás(HB)”». Entonces Elías se fue.
5 Cuando los mensajeros volvieron al rey[ac], este les dijo: «¿Por qué han vuelto[ad]?». 6 Ellos le respondieron: «Un hombre vino a nuestro encuentro y nos dijo: “Vayan, vuelvan al rey que los envió, y díganle: ‘Así dice el Señor: “¿Acaso no hay Dios en Israel para que envíes a consultar a Baal Zebub, dios de Ecrón(HC)? Por tanto, no te levantarás del lecho donde te has acostado, sino que ciertamente morirás”’”». 7 Y él rey les preguntó: «¿Qué aspecto tenía el hombre que subió al encuentro de ustedes y les habló estas palabras?». 8 «Era un hombre cubierto de pelo, con un cinturón de cuero ceñido a sus lomos(HD)», respondieron ellos. «Es Elías el tisbita», dijo el rey.
9 Entonces el rey envió un capitán de cincuenta con sus cincuenta hombres a buscarlo. El capitán subió a él(HE), y allí estaba Elías sentado en la cumbre del monte, y le dijo: «Hombre de Dios, el rey dice: “Desciende”». 10 Elías respondió al capitán de cincuenta: «Si yo soy hombre de Dios, que descienda fuego del cielo y te consuma a ti y a tus cincuenta(HF)». Entonces descendió fuego del cielo, y lo consumió a él y a sus cincuenta(HG).
11 De nuevo el rey envió a él otro capitán de cincuenta con sus cincuenta que le habló: «Hombre de Dios, así dice el rey: “Desciende inmediatamente”». 12 «Si yo soy hombre de Dios», respondió Elías, «que descienda fuego del cielo y te consuma a ti y a tus cincuenta». Entonces el fuego de Dios descendió del cielo y lo consumió a él y a sus cincuenta.
13 De nuevo el rey le envió al tercer capitán de cincuenta con sus cincuenta. Cuando el tercer capitán de cincuenta subió, vino y se postró de rodillas delante de Elías y le rogó, diciéndole(HH): «Hombre de Dios, le ruego que mi vida[ae] y la vida[af] de estos cincuenta siervos suyos sean de valor ante sus ojos. 14 Ya que ha descendido fuego del cielo y ha consumido a los dos primeros capitanes de cincuenta con sus cincuenta; pero ahora, sea mi vida preciosa ante sus ojos».
15 Entonces el ángel del Señor dijo a Elías: «Desciende con él y no le tengas miedo(HI)». Se levantó Elías y descendió con él a ver al rey(HJ), 16 y le dijo: «Así dice el Señor: “Por cuanto has enviado mensajeros a consultar a Baal Zebub, dios de Ecrón (¿acaso no hay Dios en Israel para consultar Su palabra(HK)?), por tanto no bajarás del lecho al que has subido, sino que ciertamente morirás”».
17 Ocozías murió conforme a la palabra del Señor que Elías había hablado. Y Joram reinó en su lugar durante el año segundo de Joram, hijo de Josafat, rey de Judá(HL), porque Ocozías no tenía ningún hijo. 18 Los demás hechos de Ocozías, lo que hizo, ¿no están escritos en el libro de las Crónicas de los reyes de Israel?
Eliseo sucesor de Elías
2 Y sucedió que cuando el Señor iba a llevarse a Elías al cielo(HM) en un torbellino, Elías venía de Gilgal(HN) con Eliseo(HO). 2 Y Elías le dijo a Eliseo: «Te ruego que te quedes aquí(HP), porque el Señor me ha enviado hasta Betel[ag](HQ)». Pero Eliseo le dijo: «Vive el Señor y vive tu alma, que no me apartaré de ti(HR)». Así que ambos descendieron a Betel.
3 Entonces los hijos de los profetas que estaban en Betel salieron al encuentro de Eliseo y le dijeron: «¿Sabes que hoy el Señor va a quitarte a tu señor[ah](HS)?». Y él dijo: «Sí, yo lo sé; cállense». 4 Elías entonces le dijo: «Eliseo, te ruego que te quedes aquí(HT), porque el Señor me ha enviado a Jericó(HU)». Pero él dijo: «Vive el Señor y vive tu alma, que no me apartaré de ti(HV)». Y fueron juntos a Jericó. 5 También los hijos de los profetas que estaban en Jericó se acercaron a Eliseo y le dijeron: «¿Sabes que hoy el Señor va a quitarte a tu señor[ai]?». Y él respondió: «Sí, yo lo sé; cállense(HW)». 6 Entonces Elías le dijo: «Te ruego que te quedes aquí, porque el Señor me ha enviado al Jordán(HX)». Pero Eliseo dijo: «Vive el Señor y vive tu alma, que no me apartaré de ti». Y los dos siguieron caminando(HY).
7 Y cincuenta hombres de los hijos de los profetas fueron y se pararon frente(HZ) a ellos, a lo lejos, mientras ellos dos se detuvieron junto al Jordán. 8 Entonces Elías tomó su manto(IA), lo dobló y golpeó las aguas, y estas se dividieron a uno y a otro lado, y los dos pasaron por tierra seca(IB). 9 Cuando ya habían pasado, Elías le dijo a Eliseo: «Pide lo que quieras que yo haga por ti antes de que yo sea separado de ti». Y Eliseo le respondió: «Te ruego que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí(IC)». 10 Elías le dijo: «Has pedido una cosa difícil. Sin embargo, si me ves cuando sea llevado(ID) de tu lado, así te sucederá; pero si no, no será así.»
11 Mientras ellos iban andando y hablando, de pronto, apareció un carro de fuego y caballos de fuego(IE) que separó a los dos. Y Elías subió al cielo en un torbellino. 12 Eliseo lo vio y clamó: «Padre mío, padre mío, los carros de Israel y su gente de a caballo(IF)». Y no lo vio más. Entonces tomó sus vestidos y los rasgó(IG) en dos pedazos. 13 También recogió el manto de Elías que se le había caído, y regresó y se paró a la orilla del Jordán. 14 Y tomando el manto de Elías que se le había caído, golpeó las aguas, y dijo: «¿Dónde está el Señor, el Dios de Elías?». Y cuando él golpeó también las aguas, estas[aj] se dividieron a uno y a otro lado, y Eliseo pasó(IH).
15 Cuando lo vieron los hijos de los profetas que estaban en Jericó frente a él(II), dijeron: «El espíritu de Elías reposa sobre Eliseo». Entonces fueron a su encuentro y se postraron ante él, 16 y le dijeron: «Aquí entre tus siervos hay cincuenta hombres fuertes; te rogamos que los dejes ir a buscar a tu señor; tal vez el Espíritu del Señor lo ha levantado y lo ha echado en algún monte o en algún valle(IJ)». Y él dijo: «No los envíen». 17 Pero cuando le insistieron hasta la saciedad(IK), dijo: «Envíenlos». Entonces enviaron cincuenta hombres; y buscaron durante tres días, pero no lo hallaron. 18 Volvieron a Eliseo que se había quedado en Jericó, y él les dijo: «¿No les dije: “No vayan”?».
19 Entonces los hombres de la ciudad dijeron a Eliseo: «El emplazamiento de esta ciudad es bueno, como mi señor ve, pero el agua es mala y la tierra estéril». 20 Y él dijo: «Tráiganme una vasija nueva, y pongan sal en ella». Y se la trajeron. 21 Eliseo fue al manantial de las aguas, echó sal en él, y dijo: «Así dice el Señor: “He purificado[ak] estas aguas; de allí no saldrá[al] más muerte ni esterilidad(IL)”». 22 Y las aguas han quedado purificadas[am] hasta hoy, conforme a la palabra que habló Eliseo.
23 Después subió de allí a Betel[an]; y mientras subía por el camino, unos muchachos salieron de la ciudad y se burlaban(IM) de él, diciéndole: «¡Sube, calvo; sube, calvo!». 24 Cuando él miró hacia atrás y los vio, los maldijo(IN) en el nombre del Señor. Entonces salieron dos osas del bosque y despedazaron de ellos a cuarenta y dos muchachos. 25 De allí, Eliseo fue al monte Carmelo(IO), y desde allí regresó a Samaria.
Rebelión y derrota de Moab
3 Joram, hijo de Acab, comenzó a reinar sobre Israel en Samaria en el año dieciocho de Josafat, rey de Judá(IP); y reinó doce años. 2 Hizo lo malo ante los ojos del Señor, aunque no como su padre y su madre, pues quitó el pilar sagrado de Baal(IQ) que su padre había hecho(IR). 3 Sin embargo, se aferró a los pecados de Jeroboam(IS), hijo de Nabat, con los que hizo pecar a Israel(IT), y no se apartó de ellos.
4 Y Mesa, rey de Moab, era criador de ovejas, y pagaba al rey de Israel 100,000 corderos(IU) y la lana de 100,000 carneros. 5 Pero cuando Acab murió, el rey de Moab se rebeló contra el rey de Israel(IV). 6 Y aquel mismo día el rey Joram salió de Samaria y alistó a todo Israel. 7 Y fue y envió palabra a Josafat, rey de Judá, diciendo: «El rey de Moab se ha rebelado contra mí. ¿Irás conmigo a pelear contra Moab?». Y él respondió: «Subiré. Yo soy como tú, mi pueblo como tu pueblo, mis caballos como tus caballos(IW)». 8 Y le preguntó: «¿Por qué camino subiremos?». Y Joram respondió: «Por el camino del desierto de Edom».
9 Entonces el rey de Israel(IX) fue con el rey de Judá(IY) y el rey de Edom(IZ); y después de dar un rodeo de siete días de camino, no había agua para el ejército ni para los animales que los seguían. 10 Así que el rey de Israel dijo: «¡Ah! Porque el Señor ha llamado a estos tres reyes para entregarlos en manos de Moab». 11 Pero Josafat dijo: «¿No hay aquí un profeta del Señor para que consultemos al Señor por medio de él(JA)?». Y uno de los siervos del rey de Israel respondió: «Aquí está Eliseo, hijo de Safat(JB), el que vertía agua en las manos de Elías(JC)». 12 Y Josafat dijo: «La palabra del Señor está con él». Así que el rey de Israel y Josafat y el rey de Edom fueron adonde estaba Eliseo.
13 Entonces Eliseo dijo al rey de Israel: «¿Qué tengo que ver con usted? Vaya a los profetas de su padre y a los profetas de su madre(JD)». Y el rey de Israel le dijo: «No, porque el Señor ha llamado a estos tres reyes para entregarlos en mano de Moab». 14 Y Eliseo dijo: «Vive el Señor de los ejércitos, ante quien estoy(JE), que si no fuera por respeto a la presencia de Josafat, rey de Judá, no lo miraría ni lo atendería. 15 Pero tráiganme ahora un músico(JF)».
Y sucedió que mientras el músico tocaba, la mano del Señor vino sobre Eliseo(JG), 16 y él dijo: «Así dice el Señor: “Hagan en este valle muchas zanjas”. 17 Pues así dice el Señor: “No verán viento, ni verán lluvias; sin embargo ese valle se llenará de agua(JH), y beberán ustedes y sus ganados y sus bestias. 18 Aun esto es poco ante los ojos del Señor(JI); también entregará en manos de ustedes a los moabitas. 19 Ustedes destruirán[ao] toda ciudad fortificada y toda ciudad principal, talarán todo árbol bueno, cegarán todas las fuentes de agua y dañarán con piedras todo terreno fértil(JJ)”». 20 Y aconteció que por la mañana, a la hora de ofrecer el sacrificio(JK), el agua vino por el camino de Edom, y la tierra se llenó de agua.
21 Y todos los moabitas oyeron que los reyes habían subido a pelear contra ellos. Y convocaron a todos, desde los que podían ponerse armadura[ap] en adelante, y se colocaron en la frontera. 22 Se levantaron muy de mañana, y cuando el sol brilló sobre el agua, los moabitas vieron el agua frente a ellos tan roja como la sangre. 23 Entonces dijeron: «Esto es sangre; sin duda los reyes han peleado entre sí, y se han matado unos a otros. Ahora pues, ¡Moab, al despojo!». 24 Pero cuando llegaron al campamento de Israel, los israelitas se levantaron e hirieron a los moabitas, y estos huyeron delante de ellos; y los israelitas invadieron el país matando a los moabitas. 25 Destruyeron las ciudades, y cada uno arrojó su piedra en toda parcela de tierra buena, y las llenaron. Cegaron todas las fuentes de agua y talaron todos los árboles buenos(JL), hasta dejar en Kir Hareset(JM) solo sus piedras; no obstante, los honderos la rodearon y la destruyeron[aq]. 26 Al ver el rey de Moab que la batalla arreciaba contra él, tomó consigo 700 hombres que sacaban espada, para abrir brecha hacia el rey de Edom, pero no pudieron. 27 Entonces tomó a su hijo primogénito que había de reinar en su lugar, y lo ofreció en holocausto sobre la muralla. Y hubo gran ira contra los israelitas, quienes se apartaron de allí(JN) y regresaron a su tierra.
Eliseo y la viuda
4 Y una mujer de las mujeres de los hijos de los profetas(JO) clamó a Eliseo, diciendo: «Su siervo, mi marido, ha muerto, y usted sabe que su siervo temía al Señor; y ha venido el acreedor a tomar a mis dos hijos para esclavos suyos(JP)». 2 Y Eliseo le dijo: «¿Qué puedo hacer por ti? Dime qué tienes en casa». Y ella respondió: «Su sierva no tiene en casa más que una vasija de aceite(JQ)».
3 Entonces Eliseo le dijo: «Ve, pide vasijas prestadas por todas partes de todos tus vecinos, vasijas vacías; no pidas pocas. 4 Luego entra y cierra la puerta detrás de ti y de tus hijos y echa el aceite en todas estas vasijas, poniendo aparte las que estén llenas». 5 Y ella se fue de su lado, y cerró la puerta tras sí y de sus hijos; y ellos traían las vasijas y ella echaba el aceite. 6 Cuando las vasijas estuvieron llenas(JR), ella dijo a un hijo suyo: «Tráeme otra vasija». Y él le dijo: «No hay más vasijas». Y cesó el aceite. 7 Entonces ella fue y se lo contó al hombre de Dios(JS). Y él le dijo: «Ve, vende el aceite y paga tu deuda, y tú y tus hijos pueden vivir de lo que quede».
Eliseo y la sunamita
8 Un día pasaba Eliseo por Sunem(JT), donde había una mujer distinguida, y ella lo persuadió a que comiera. Y sucedía que siempre que pasaba, entraba allí a comer. 9 Y ella dijo a su marido: «Ahora entiendo que este que siempre pasa por nuestra casa, es un santo hombre de Dios(JU). 10 Te ruego que hagamos un pequeño aposento alto, con paredes, y pongamos allí para él una cama, una mesa, una silla y un candelero; y cuando venga a nosotros, se podrá retirar allí(JV)».
11 Y un día que Eliseo vino por allí, se retiró al aposento alto y allí se acostó. 12 Después dijo a Giezi su criado(JW): «Llama a esta sunamita». Y cuando la llamó, ella se presentó delante de él. 13 Entonces Eliseo le dijo a Giezi: «Dile ahora: “Ya que te has preocupado por nosotros con todo este cuidado[ar], ¿qué puedo hacer por ti? ¿Quieres que hable por ti al rey o al jefe del ejército?”». Y ella respondió: «Yo vivo en medio de mi pueblo[as]». 14 Eliseo entonces preguntó: «¿Qué, pues, se puede hacer por ella?». Y Giezi respondió: «En verdad ella no tiene ningún hijo y su marido es viejo». 15 Y Eliseo dijo: «Llámala». Cuando él la llamó, ella se detuvo a la entrada. 16 Entonces Eliseo le dijo: «Por este tiempo, el año que viene[at], abrazarás un hijo(JX)». Y ella dijo: «No, señor mío, hombre de Dios, no engañe usted a su sierva(JY)». 17 Pero la mujer concibió y dio a luz un hijo al año siguiente en el[au] tiempo que Eliseo le había dicho.
18 Cuando el niño creció, llegó el día en que salió al campo adonde estaba su padre con los segadores, 19 y dijo a su padre: «¡Ay, mi cabeza, mi cabeza!». Y el padre dijo a un criado: «Llévalo a su madre». 20 Y tomándolo, el criado lo llevó a su madre, y el niño estuvo sentado en sus rodillas hasta el mediodía, y murió. 21 Entonces ella subió y lo puso sobre la cama(JZ) del hombre de Dios(KA), cerró la puerta, y salió. 22 Luego llamó a su marido y le dijo: «Te ruego que me envíes uno de los criados y una de las asnas, para que yo vaya corriendo al hombre de Dios y regrese». 23 Y él dijo: «¿Por qué vas hoy a él? No es luna nueva ni día de reposo(KB)». Y ella respondió: «Quédate en paz».
24 Entonces ella aparejó el asna y dijo a su criado: «Arrea[av] y anda; no detengas el paso[aw] por mí a menos que yo te lo diga». 25 Y ella fue y llegó al hombre de Dios en el monte Carmelo(KC). Cuando el hombre de Dios la vio a lo lejos, dijo a Giezi su criado: «Mira, allá viene la sunamita. 26 Te ruego que corras ahora a su encuentro y le digas: “¿Te va bien a ti? ¿Le va bien a tu marido? ¿Le va bien al niño?”». Y ella respondió: «Estamos bien». 27 Pero cuando ella llegó al monte, al hombre de Dios(KD), se abrazó de sus pies. Y Giezi se acercó para apartarla, pero el hombre de Dios dijo: «Déjala, porque su alma está angustiada y el Señor me lo ha ocultado y no me lo ha revelado». 28 Entonces ella dijo: «¿Acaso pedí un hijo a mi señor? ¿No dije: “No me engañe usted(KE)?”».
29 Entonces Eliseo dijo a Giezi: «Prepárate(KF), toma mi báculo en tu mano, y vete(KG). Si encuentras a alguien, no lo saludes, y si alguien te saluda, no le respondas(KH), y pon mi báculo sobre el rostro del niño(KI)». 30 Y la madre del niño dijo: «Vive el Señor y vive su alma, que no me apartaré de usted(KJ)». Entonces Eliseo se levantó y la siguió. 31 Y Giezi se adelantó a ellos y puso el báculo sobre el rostro del niño, pero no hubo voz ni reacción[ax]. Así que volvió para encontrar a Eliseo, y le dijo: «El niño no ha despertado(KK)».
32 Cuando Eliseo entró en la casa, el niño ya estaba muerto, tendido sobre su cama. 33 Y entrando, cerró la puerta tras ambos y oró al Señor(KL). 34 Entonces subió y se acostó sobre el niño, y puso la boca sobre su boca, los ojos sobre sus ojos y las manos sobre sus manos, y se tendió sobre él; y la carne del niño entró en calor(KM). 35 Entonces Eliseo volvió y caminó por la casa de un lado para otro, y subió y se tendió sobre él(KN); y el niño estornudó siete veces y abrió sus ojos. 36 Eliseo llamó a Giezi y le dijo: «Llama a la sunamita». Y él la llamó. Cuando ella vino a Eliseo, él le dijo: «Toma a tu hijo». 37 Entonces ella entró, cayó a sus pies y se postró en tierra, y tomando a su hijo, salió(KO).
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