Print Page Options
Previous Prev Day Next DayNext

The Daily Audio Bible

This reading plan is provided by Brian Hardin from Daily Audio Bible.
Duration: 731 days

Today's audio is from the NIV. Switch to the NIV to read along with the audio.

Nueva Biblia de las Américas (NBLA)
Version
Jonás 1-4

Desobediencia de Jonás

La palabra del Señor vino a Jonás(A), hijo de Amitai: «Levántate, ve a Nínive, la gran ciudad(B), y proclama contra ella(C), porque su maldad ha subido hasta Mí(D)». Jonás se levantó, pero para huir a Tarsis, lejos de la presencia del Señor. Y descendiendo a Jope(E), encontró un barco que iba a Tarsis, pagó el pasaje y entró en él para ir con ellos a Tarsis(F), lejos de la presencia del Señor(G).

Pero el Señor desató sobre el mar un fuerte viento, y hubo una tempestad tan grande en el mar(H) que el barco estuvo a punto de romperse. Los marineros tuvieron miedo y cada uno clamaba a su dios(I); y arrojaron al mar la carga que estaba en el barco para aligerarlo(J). Pero Jonás había bajado a la bodega del barco, se había acostado y dormía profundamente. El capitán se le acercó y le dijo: «¿Cómo es que estás durmiendo? ¡Levántate, invoca a tu Dios(K)! Quizás tu Dios piense en nosotros y no pereceremos(L)». Y cada uno dijo a su compañero: «Vengan, echemos suertes(M) para saber por causa de quién nos ha venido esta calamidad». Y echaron suertes, y cayó la suerte sobre Jonás(N). Entonces le dijeron: «Decláranos ahora(O) por causa de quién nos ha venido esta calamidad. ¿Qué oficio tienes(P), y de dónde vienes? ¿Cuál es tu tierra, y de qué pueblo eres?». Él les respondió: «Soy hebreo(Q), y temo al Señor(R) Dios del cielo(S), que hizo el mar y la tierra(T)».

10 Los hombres se atemorizaron en gran manera y le dijeron: «¿Qué es esto que has hecho?». Porque ellos sabían que él huía de la presencia del Señor(U), por lo que él les había declarado. 11 Ellos le preguntaron: «¿Qué haremos contigo para que el mar se calme alrededor nuestro?». Pues el mar se embravecía más y más. 12 Y él les respondió: «Tómenme y láncenme al mar, y el mar se calmará alrededor de ustedes, pues yo sé que por mi causa ha venido esta gran tempestad sobre ustedes(V)». 13 Los hombres se pusieron a remar con afán para volver a tierra firme, pero no pudieron, porque el mar seguía embraveciéndose contra ellos. 14 Entonces invocaron al Señor(W), y dijeron: «Te rogamos, oh Señor, no permitas que perezcamos ahora por causa de la vida de este hombre, ni pongas sobre nosotros sangre inocente; porque Tú, Señor, has hecho como has deseado(X)».

15 Tomaron, pues, a Jonás y lo lanzaron al mar; y el mar cesó en su furia(Y). 16 Y aquellos hombres temieron en gran manera al Señor; ofrecieron un sacrificio al Señor y le hicieron votos(Z).

17 [a]Y el Señor dispuso un gran pez que se tragara a Jonás; y Jonás estuvo en el vientre del pez tres días y tres noches(AA).

Oración de Jonás

[b]Entonces Jonás oró al Señor su Dios desde el vientre del pez(AB), y dijo:

«En mi angustia clamé al Señor(AC),
Y Él me respondió.
Desde el seno del Seol[c] pedí auxilio,
Y Tú escuchaste mi voz(AD).
-»Pues me habías echado a lo profundo,
En el corazón de los mares,
Y la corriente me envolvió(AE);
Todas tus encrespadas olas y tus ondas pasaron sobre mí(AF).
-»Entonces dije: “He sido expulsado de delante de Tus ojos(AG);
Sin embargo, volveré a mirar hacia Tu santo templo(AH)”.
-»Me rodearon las aguas hasta el alma,
El gran abismo me envolvió(AI),
Las algas se enredaron en mi cabeza.
-»Descendí hasta las raíces de los montes(AJ),
La tierra con sus cerrojos me ponía cerco para siempre(AK);
Pero Tú sacaste de la fosa mi vida(AL), oh Señor, Dios mío.
-»Cuando en mí desfallecía mi alma(AM),
Del Señor me acordé(AN);
Y mi oración llegó hasta Ti(AO),
Hasta Tu santo templo(AP).
-»Los que confían en ídolos vanos(AQ)
Su propia misericordia abandonan.
-»Pero yo con voz de acción de gracias
Te ofreceré sacrificios(AR).
Lo que prometí, pagaré(AS).
La salvación es del Señor(AT)».

10 Entonces el Señor dio orden al pez(AU), y este vomitó a Jonás en tierra firme.

Predicación de Jonás en Nínive

La palabra del Señor vino por segunda vez a Jonás: «Levántate, ve a Nínive, la gran ciudad(AV), y proclama en ella el mensaje que Yo te diré(AW)». Y Jonás se levantó y fue a Nínive conforme a la palabra del Señor. Nínive era una ciudad muy grande[d](AX), de un recorrido de tres días. Entonces Jonás comenzó a recorrer[e] la ciudad camino de un día, y proclamaba(AY): «Dentro de cuarenta días Nínive será arrasada».

Entonces los habitantes de Nínive creyeron en Dios, y proclamaron ayuno(AZ) y se vistieron de cilicio desde el mayor hasta el menor de ellos. Cuando llegó la noticia al rey de Nínive, se levantó de su trono, se despojó de su manto, se cubrió de cilicio y se sentó sobre ceniza(BA). Y mandó proclamar y anunciar en Nínive, por decreto del rey y de sus grandes: «Ni hombre ni animal, ni buey ni oveja prueben cosa alguna. No dejen que pasten o beban agua(BB). Cúbranse de cilicio hombres y animales, y clamen a Dios(BC) con fuerza, y vuélvase cada uno de su mal camino(BD) y de la violencia que hay en sus manos. ¡Quién sabe! Quizá Dios se vuelva, se arrepienta y aparte el ardor de Su ira, y no perezcamos(BE)».

10 Cuando Dios vio sus acciones, que se habían apartado de su mal camino(BF), entonces Dios se arrepintió del mal que había dicho que les haría(BG), y no lo hizo.

Queja de Jonás y respuesta de Dios

Pero esto desagradó a Jonás en gran manera, y se enojó(BH). Y oró al Señor(BI): «¡Ah Señor! ¿No era esto lo que yo decía cuando aún estaba en mi tierra? Por eso me anticipé a huir a Tarsis(BJ). Porque yo sabía que Tú eres un Dios clemente y compasivo, lento para la ira y rico en misericordia, y que te arrepientes del mal anunciado(BK). Y ahora, oh Señor, te ruego que me quites la vida(BL), porque mejor me es la muerte que la vida(BM)». Y el Señor dijo: «¿Tienes acaso razón para enojarte?».

Entonces salió Jonás de la ciudad y se sentó al oriente de la misma. Allí se hizo un cobertizo y se sentó bajo la sombra de él, hasta ver qué sucedería en la ciudad(BN). Y el Señor Dios dispuso que una planta creciera sobre Jonás para que hiciera sombra sobre su cabeza y lo librara de su incomodidad. Y Jonás se alegró grandemente por la planta. Pero al rayar el alba del día siguiente Dios dispuso que un gusano atacara la planta, y esta se secó(BO). Y sucedió que al salir el sol, Dios dispuso un sofocante viento del este(BP), y el sol hirió la cabeza de Jonás, así que él desfallecía(BQ), y con toda su alma deseaba morir, y decía: «Mejor me es la muerte que la vida(BR)».

Entonces Dios le preguntó a Jonás: «¿Tienes acaso razón para enojarte por causa de la planta?». «Tengo mucha razón para enojarme hasta la muerte», le respondió. 10 Entonces el Señor le dijo: «Tú te apiadaste de la planta por la que no trabajaste ni hiciste crecer, que nació en una noche y en una noche pereció, 11 ¿y no he de apiadarme Yo de Nínive(BS), la gran ciudad, en la que hay más de 120,000 personas que no saben distinguir entre su derecha y su izquierda(BT), y también muchos animales(BU)?».

Apocalipsis 5

El Cordero y el libro de los siete sellos

En la mano derecha de Aquel que estaba sentado en el trono(A) vi un libro[a] escrito por dentro y por fuera[b](B), sellado con siete sellos(C). Vi también a un ángel poderoso[c](D) que anunciaba a gran voz: «¿Quién es digno de abrir el libro y de desatar sus sellos?». Y nadie, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra(E), podía abrir el libro ni mirar su contenido[d]. Yo lloraba mucho, porque nadie había sido hallado digno de abrir el libro ni de mirar su contenido[e].

Entonces uno de los ancianos me dijo*: «No llores; mira, el León(F) de la tribu de Judá(G), la Raíz de David(H), ha vencido para abrir el libro y sus siete sellos». Miré, y vi entre el trono (con los cuatro seres vivientes) y los ancianos(I), a un Cordero(J), de pie, como inmolado(K), que tenía siete cuernos(L) y siete ojos(M), que son los siete Espíritus de Dios(N) enviados por toda la tierra. Él vino y tomó el libro de la mano derecha(O) de Aquel que estaba sentado en el trono(P). Cuando tomó el libro, los cuatro seres vivientes(Q) y los veinticuatro ancianos(R) se postraron(S) delante del Cordero(T). Cada uno tenía un arpa(U) y copas[f] de oro(V) llenas de incienso, que son las oraciones de los santos(W). Y cantaban* un cántico nuevo(X), diciendo:

«Digno eres de tomar el libro(Y) y de abrir sus sellos, porque Tú fuiste inmolado(Z), y con Tu sangre compraste[g] para Dios(AA) a gente de toda tribu(AB), lengua, pueblo y nación.

10 Y los has hecho un reino(AC) y sacerdotes(AD) para nuestro Dios; y reinarán sobre la tierra(AE)».

11 Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono(AF) y de los seres vivientes(AG) y de los ancianos(AH). El número de ellos era miríadas de miríadas, y millares de millares(AI), 12 que decían a gran voz:

«El Cordero(AJ) que fue inmolado(AK) es digno de recibir el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, el honor, la gloria y la alabanza».

13 Y oí decir a toda cosa creada que está en el cielo, sobre la tierra, debajo de la tierra y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay(AL):

«Al que está sentado en el trono(AM), y al Cordero(AN), sea la alabanza, la honra, la gloria y el dominio por los siglos de los siglos(AO)».

14 Los cuatro seres vivientes(AP) decían: «Amén(AQ)», y los ancianos(AR) se postraron y adoraron[h](AS).

Salmos 133

Salmo 133

Excelencia del amor fraternal

Cántico de ascenso gradual; de David.

133 Miren cuán bueno y cuán agradable es
Que los hermanos habiten juntos en armonía(A).
Es como el óleo precioso sobre la cabeza(B),
El cual desciende sobre la barba,
La barba de Aarón,
Que desciende hasta el borde de sus vestiduras(C).
Es como el rocío(D) de Hermón(E),
Que desciende sobre los montes de Sión(F);
Porque allí mandó el Señor la bendición(G), la vida para siempre(H).

Proverbios 29:26-27

26 Muchos buscan el favor[a] del gobernante(A),
Pero del Señor viene la justicia[b] para el hombre(B).
27 Abominación para los justos es el malvado(C),
Y abominación para el impío es el recto en su camino(D).

Nueva Biblia de las Américas (NBLA)

Nueva Biblia de las Américas™ NBLA™ Copyright © 2005 por The Lockman Foundation