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Bible in 90 Days

An intensive Bible reading plan that walks through the entire Bible in 90 days.
Duration: 88 days
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version
Salmos 135 - Proverbios 6

Los grandes hechos de Dios

135 ¡Aleluya![a]. ¡Alaben el nombre del SEÑOR!

Alábenle, oh siervos del SEÑOR,
ustedes que están en la casa del SEÑOR, en los atrios de la casa de nuestro Dios.
Alaben al SEÑOR[b] porque el SEÑOR es bueno;
canten salmos a su nombre porque
es agradable.
Porque el SEÑOR[c] ha escogido a Jacob para sí,
a Israel como su especial tesoro.
Porque yo sé que grande es el SEÑOR; nuestro Señor es más que todos los dioses.
El SEÑOR ha hecho todo lo que
ha querido
en los cielos y en la tierra,
en los mares y en todos los océanos.
Él hace subir la neblina desde los extremos de la tierra.
Hace los relámpagos para la lluvia
y saca el viento de sus depósitos.
Él es quien hirió a los primogénitos
de Egipto[d],
tanto del hombre como del animal.
Él envió señales y prodigios en medio de ti, oh Egipto;
sobre el faraón y sobre todos sus servidores.
10 Él derrotó a muchas naciones
y dio muerte a reyes poderosos:
11 a Sejón[e], rey de los amorreos,
a Og, rey de Basán,
y a todos los reinos de Canaán.
12 Él dio la tierra de ellos en heredad,
en heredad a Israel su pueblo.
13 Oh SEÑOR, eterno es tu nombre;
tu memoria, oh SEÑOR, de generación en generación.
14 Ciertamente el SEÑOR juzgará
a su pueblo
y tendrá misericordia de sus siervos.
15 Los ídolos de las naciones son de plata y oro,
obra de manos de hombres.
16 Tienen boca pero no hablan; tienen ojos pero no ven;
17 tienen orejas pero no oyen;
tampoco hay aliento en su boca.
18 Como ellos, son los que los hacen
y todos los que en ellos confían.
19 ¡Oh casa de Israel, bendigan al SEÑOR! ¡Oh casa de Aarón, bendigan al SEÑOR!
20 ¡Oh casa de Leví, bendigan al SEÑOR! ¡Los que temen al SEÑOR, bendigan al SEÑOR!
21 ¡Bendito sea el SEÑOR desde Sion! ¡Él mora en Jerusalén! ¡Aleluya!

Salmo de alabanza antifonal

136 Alaben al SEÑOR, porque es bueno:

¡Porque para siempre es su misericordia!
Alaben al Dios de dioses:
¡Porque para siempre es su misericordia!
Alaben al Señor de señores:
¡Porque para siempre es su misericordia!
Al único que hace grandes maravillas: ¡Porque para siempre es su misericordia!
Al que con entendimiento hizo los cielos: ¡Porque para siempre es su misericordia!
Al que extendió la tierra sobre las aguas: ¡Porque para siempre es su misericordia!
Al que hizo los grandes astros luminosos: ¡Porque para siempre es su misericordia!
El sol para que domine en el día: ¡Porque para siempre es su misericordia!
La luna y las estrellas para que dominen en la noche:
¡Porque para siempre es su misericordia!
10 Al que golpeó a Egipto en sus primogénitos:
¡Porque para siempre es su misericordia!
11 Al que sacó a Israel de en medio de ellos: ¡Porque para siempre es su misericordia!
12 Con mano fuerte y brazo extendido: ¡Porque para siempre es su misericordia!
13 Al que dividió el mar Rojo en dos partes[f]: ¡Porque para siempre es su misericordia!
14 E hizo pasar a Israel por medio de él: ¡Porque para siempre es su misericordia!
15 Arrojó al faraón y a su ejército en el mar Rojo[g]:
¡Porque para siempre es su misericordia!
16 Al que encaminó a su pueblo por
el desierto:
¡Porque para siempre es su misericordia!
17 Al que derrotó a grandes reyes: ¡Porque para siempre es su misericordia!
18 Y dio muerte a reyes poderosos: ¡Porque para siempre es su misericordia!
19 A Sejón, el rey amorreo[h]:
¡Porque para siempre es su misericordia!
20 Y a Og, el rey de Basán:
¡Porque para siempre es su misericordia!
21 Y dio la tierra de ellos en heredad: ¡Porque para siempre es su misericordia!
22 En heredad a Israel su siervo: ¡Porque para siempre es su misericordia!
23 En nuestra humillación se acordó
de nosotros:
¡Porque para siempre es su misericordia!
24 Y nos rescató de nuestros enemigos: ¡Porque para siempre es su misericordia!
25 Él da alimento a toda criatura: ¡Porque para siempre es su misericordia!
26 Alaben al Dios de los cielos: ¡Porque para siempre es su misericordia!

Nostalgia por Jerusalén

137 Junto a los ríos de Babilonia nos sentábamos y llorábamos

acordándonos de Sion.
Sobre los sauces en medio de ella colgábamos nuestras liras.
Los que allá nos habían llevado cautivos nos pedían cantares;
los que nos habían hecho llorar nos pedían alegría, diciendo:
“Cántennos algunos de los cánticos
de Sion”.
¿Cómo cantaremos las canciones del SEÑOR en tierra de extraños?
Si me olvido de ti, oh Jerusalén, que mi mano derecha olvide su destreza.
Mi lengua se pegue a mi paladar
si no me acuerdo de ti,
si no ensalzo a Jerusalén
como principal motivo de mi alegría.
Acuérdate, oh SEÑOR,
de los hijos de Edom
que en el día de Jerusalén decían: “¡Arrásenla!
¡Arrásenla hasta los cimientos!”.
Oh hija de Babilonia, la despojadora[i]: ¡Bienaventurado el que te dé la paga por lo que tú nos hiciste!
¡Bienaventurado el que tome
a tus pequeños
y los estrelle contra la roca!

Gratitud por el favor de Dios

138 Salmo de David.

Te doy gracias con todo mi corazón; delante de los dioses
te cantaré salmos.
Me postro hacia tu santo templo
y doy gracias a tu nombre
por tu misericordia y tu verdad, porque has engrandecido tu nombre
y tu palabra sobre todas las cosas.
El día que clamé, me respondiste; mucho valor infundiste a mi alma.
Oh SEÑOR, todos los reyes de la tierra te alabarán
cuando escuchen los dichos de tu boca.
Cantarán acerca de los caminos del SEÑOR
pues grande es la gloria del SEÑOR.
Aunque el SEÑOR es sublime, mira al humilde;
pero al altivo lo reconoce de lejos.
Aunque yo camine en medio de
la angustia,
tú me preservarás la vida.
Contra la ira de mis enemigos extenderás tu mano
y me salvará tu diestra.
El SEÑOR cumplirá su propósito en mí. Oh SEÑOR, tu misericordia es para siempre;
no desampares la obra de tus manos.

Omnipresencia y omnisciencia de Dios

139 Al músico principal. Salmo de David.Oh SEÑOR, tú me has examinado y conocido.

Tú conoces cuando me siento y cuando me levanto;
desde lejos entiendes mi pensamiento.
Mi caminar y mi acostarme has considerado;
todos mis caminos te son conocidos.
Pues aún no está la palabra en mi lengua, y tú, oh SEÑOR, ya la sabes toda.
Detrás y delante me rodeas,
y sobre mí pones tu mano.
Tal conocimiento me es maravilloso; tan alto que no lo puedo alcanzar.
¿A dónde me iré de tu Espíritu?
¿A dónde huiré de tu presencia?
Si subo a los cielos, allí estás tú;
si en el Seol hago mi cama, allí tú estás.
Si tomo las alas del alba
y habito en el extremo del mar,
10 aun allí me guiará tu mano
y me asirá tu diestra.
11 Si digo: “Ciertamente, las tinieblas me encubrirán
y se hará noche la luz que me rodea”,
12 aun las tinieblas no encubren de ti
y la noche resplandece como el día. Lo mismo te son las tinieblas que la luz.
13 Porque tú formaste mis entrañas; me entretejiste en el vientre de mi madre.
14 Te doy gracias, porque
has[j]hecho maravillas.
Maravillosas son tus obras,
y mi alma lo sabe muy bien.
15 No fueron encubiertos de ti mis huesos a pesar de que fui hecho en lo oculto
y entretejido en lo profundo de la tierra.
16 Tus ojos vieron mi embrión
y en tu libro estaba escrito todo aquello que a su tiempo fue formado,
sin faltar nada de ello.
17 ¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos!
¡Cuán grande es la suma de ellos!
18 Si los enumerara, serían más que la arena. Despierto, y aún estoy contigo.
19 ¡Oh Dios, si dieras muerte al impío
de modo que los sanguinarios se apartaran de mí!
20 Porque contra ti urden planes;
se rebelan en vano contra ti.
21 ¿Acaso no aborrezco, oh SEÑOR,
a los que te aborrecen
y contiendo contra los que se levantan contra ti?
22 Los aborrezco por completo; los tengo por enemigos.
23 Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón;
pruébame y conoce mis pensamientos.
24 Ve si hay en mí camino de perversidad
y guíame por el camino eterno.

Súplica por la protección divina

140 Al músico principal. Salmo de David.Líbrame, oh SEÑOR, del hombre malo;

guárdame del hombre violento.
Ellos maquinan males en su corazón,
y cada día entablan contiendas.
Agudizan su lengua como una serpiente; veneno de víbora hay debajo de sus labios.
Selah[k]
Guárdame, oh SEÑOR, de manos del impío;
protégeme del hombre violento,
quienes han planeado trastornar mis pasos.
Los arrogantes me han escondido trampa y cuerdas;
han tendido red junto a la senda
y me han puesto lazos. Selah[l]
Dije al SEÑOR: “¡Tú eres mi Dios!”. Escucha, oh SEÑOR, la voz de mis ruegos.
Oh Dios, oh SEÑOR[m], fortaleza
de mi salvación,
tú cubres mi cabeza en el día
de la batalla.
Oh SEÑOR, no concedas al impío sus deseos;
ni saques adelante sus planes,
no sea que se enorgullezca. Selah[n]
En cuanto a los que me rodean,
la maldad de sus propios labios les cubrirá su cabeza.
10 Sobre ellos caerán brasas ardientes. Dios les hará caer en el fuego,
en profundos hoyos de donde no podrán salir.
11 El hombre suelto de lengua no será firme en la tierra;
al hombre violento el mal le perseguirá a empujones.
12 Yo sé que el SEÑOR amparará la causa del pobre
y el derecho de los necesitados.
13 Ciertamente los justos darán gracias
a tu nombre;
los rectos morarán en tu presencia.

Oración ante la seducción del mal

141 Salmo de David.

Oh SEÑOR, a ti clamo;
acude pronto a mí.
Escucha mi voz cuando te invoco.
Sea constante mi oración delante de ti, como el incienso;
mis manos alzadas, como el sacrificio del atardecer.
Pon, oh SEÑOR, guardia a mi boca; guarda la puerta de mis labios.
No dejes que mi corazón se incline
a cosa mala
para hacer obras perversas
con los hombres que obran iniquidad. No coma yo de sus manjares.
Que el justo me castigue y me reprenda será un favor.
Pero que el aceite del impío[o]
no embellezca mi cabeza,
pues mi oración será continuamente contra sus maldades.
Sean derribados sus jueces en lugares peñascosos,
y oigan mis palabras, que son agradables.
Como cuando se ara y se rompe la tierra, así son esparcidos nuestros huesos
en la boca del Seol.
Por eso, oh SEÑOR Dios[p], hacia ti miran mis ojos.
En ti me refugio; no expongas mi vida.
Guárdame de los lazos que me han tendido,
y de las trampas de los que
obran iniquidad.
10 Caigan juntos los impíos en sus propias redes
mientras yo paso a salvo.

Oración de un hombre afligido

142 Masquil[q] de David. Su oración cuando estaba en la cueva.

Con mi voz clamo al SEÑOR; con mi voz pido al SEÑOR
misericordia.
Delante de él derramo mi lamento; delante de él expreso mi angustia.
Cuando mi espíritu está desmayado dentro de mí
tú conoces mi senda.
En el camino en que he de andar han escondido una trampa para mí.
Miro a la derecha y observo,
y no hay quien me reconozca. No tengo refugio;
no hay quien se preocupe por mi vida.
A ti clamo, oh SEÑOR.
Digo: “Tú eres mi refugio
y mi porción en la tierra de los vivientes”.
Escucha mi clamor porque estoy muy afligido;
líbrame de los que me persiguen porque son más fuertes que yo.
Saca mi alma de la prisión
para que alabe tu nombre.
Los justos me rodearán
porque me colmarás de bien.

Oración por liberación y dirección

143 Salmo de David.

Oh SEÑOR, escucha mi oración;
atiende mis ruegos.
Respóndeme por tu fidelidad, por tu justicia.
No entres en juicio con tu siervo porque no se justificará delante de ti ningún viviente.
Porque el enemigo ha perseguido
mi alma;
ha postrado en tierra mi vida, me ha hecho habitar en lugares tenebrosos como los muertos de antaño.
Mi espíritu desmaya dentro de mí;
mi corazón queda asombrado.
Me acuerdo de los días de antaño, medito en todos tus hechos
y reflexiono en las obras de tus manos.
Extiendo mis manos hacia ti;
mi alma te anhela como la tierra sedienta. Selah[r]
Respóndeme pronto, oh SEÑOR, porque mi espíritu desfallece. No escondas de mí tu rostro
para que no sea yo como los que descienden a la fosa.
Hazme oír por la mañana tu misericordia porque en ti confío.
Hazme conocer el camino en que
he de andar
porque hacia ti levanto mi alma.
Líbrame de mis enemigos, oh SEÑOR, porque en ti me refugio[s].
10 Enséñame a hacer tu voluntad porque tú eres mi Dios;
tu buen Espíritu me guíe a tierra
de rectitud.
11 Vivifícame, oh SEÑOR, por amor
de tu nombre;
por tu justicia saca mi alma de la angustia.
12 Por tu misericordia silencia
a mis enemigos;
destruye a todos los adversarios
de mi alma
porque yo soy tu siervo.

Oración por victoria y prosperidad

144 Salmo de David.

Bendito sea el SEÑOR, mi roca,
quien adiestra mis manos para la batalla y mis dedos para la guerra.
Misericordia mía y castillo mío;
mi refugio y mi libertador;
mi escudo en quien he confiado;
el que sujeta los pueblos[t] debajo de mí.
Oh SEÑOR, ¿qué es el hombre para que pienses en él?
¿Qué es el hijo del hombre para que
lo estimes?
El hombre es semejante a un soplo; sus días son como la sombra que pasa.
Oh SEÑOR, inclina tus cielos y desciende; toca las montañas y humeen.
Despide relámpagos y dispérsalos; envía flechas y túrbalos.
Extiende tu mano desde lo alto, rescátame y líbrame de las
aguas caudalosas,
de la mano de los hombres extranjeros
cuya boca habla vanidad
y cuya derecha es mano de mentira.
Oh Dios, a ti cantaré un cántico nuevo; te cantaré con arpa de diez cuerdas.
10 Tú eres el que da victoria a los reyes,
el que rescata a su siervo David
de la maligna espada.
11 Rescátame y líbrame
de la mano de los hombres extranjeros cuya boca habla vanidad
y cuya derecha es mano de mentira.
12 Nuestros hijos sean como plantas crecidas en su juventud,
y nuestras hijas como columnas labradas de las esquinas de un palacio.
13 Nuestros graneros estén llenos, proveyendo toda clase de grano; nuestros rebaños se multipliquen en nuestros campos
por millares y decenas de millares,
14 y nuestras vacas estén cargadas de crías. ¡Que no haya muerte ni aborto
ni gemido en nuestras plazas!
15 Bienaventurado el pueblo al cual así
le sucede.
¡Bienaventurado el pueblo cuyo Dios es el SEÑOR!

Alabanza al SEÑOR el Rey

145 Salmo de alabanza[u]. De David.Te exaltaré, mi Dios, el Rey,

y bendeciré tu nombre
eternamente y para siempre.
Cada día te bendeciré
y alabaré tu nombre
eternamente y para siempre.
Grande es el SEÑOR
y digno de suprema alabanza.
Su grandeza es inescrutable.
Una generación celebrará tus obras ante otra generación,
y anunciará tus poderosos hechos.
Hablarán[v] del esplendor de tu gloriosa majestad,
y meditaré en tus maravillas.
Hablarán de la fuerza de tus portentos,
y contaré tu grandeza.
Manifestarán el recuerdo de tu inmensa bondad
y cantarán tu justicia.
Clemente y compasivo es el SEÑOR, lento para la ira y grande
en misericordia.
Bueno es el SEÑOR para con todos,
y su misericordia está en todas sus obras.
10 Todas tus obras, oh SEÑOR,
te alabarán;
y tus fieles te bendecirán.
11 Hablarán de la gloria
de tu reino y de tu poder,
12 para anunciar tus[w] proezas a los hijos del hombre
y la gloria del majestuoso esplendor
de tu[x] reino.
13 Tu reino es reino de todos los siglos,
y tu dominio es de generación en generación.
14 El SEÑOR sostiene a todos los que caen y levanta a todos los que han sido doblegados.
15 Los ojos de todos tienen su esperanza puesta en ti
y tú les das su comida a su
debido tiempo.
16 Abres tu mano y satisfaces
el deseo de todo ser viviente.
17 Justo es el SEÑOR en todos sus caminos y bondadoso en todas sus obras.
18 Cercano está el SEÑOR a todos los que le invocan,
a todos los que le invocan de verdad.
19 Cumplirá el deseo de los que le temen. Asimismo, oirá el clamor de ellos
y los salvará.
20 El SEÑOR guarda a todos los
que le aman
pero destruirá a todos los impíos.
21 Mi boca expresará la alabanza del SEÑOR:
¡Bendiga todo mortal su santo nombre, eternamente y para siempre!

Alabanzas al Rey libertador

146 ¡Aleluya!

¡Alaba, oh alma mía, al SEÑOR!
Alabaré al SEÑOR en mi vida;
a mi Dios cantaré salmos mientras viva.
No confíen en príncipes ni en hijo de hombre
porque no hay en él liberación.
Su espíritu ha de salir
y él volverá al polvo.
En aquel día perecerán sus pensamientos.
Bienaventurado aquel cuya ayuda
es el Dios de Jacob,
cuya esperanza está puesta en el SEÑOR su Dios;
quien hizo los cielos, la tierra, el mar
y todo lo que en ellos hay;
quien guarda la verdad para siempre;
quien hace justicia a los oprimidos
y da pan a los hambrientos.
El SEÑOR suelta a los prisioneros;
el SEÑOR abre los ojos a los ciegos;
el SEÑOR levanta a los que han sido doblegados;
el SEÑOR ama a los justos.
El SEÑOR guarda a los forasteros; sostiene al huérfano y a la viuda pero trastorna el camino de los impíos.
10 El SEÑOR reinará para siempre;
tu Dios, oh Sion, de generación en generación.
¡Aleluya!

Alabanza al Dios providente

147 [y] ¡Aleluya!

Ciertamente es bueno cantar salmos a nuestro Dios;
ciertamente es agradable y bella
la alabanza.
El SEÑOR edifica a Jerusalén
y reúne a los dispersados de Israel.
Sana a los quebrantados de corazón
y venda sus heridas.
Cuenta el número de las estrellas;
a todas ellas llama por su nombre.
Grande es el Señor nuestro,
y de mucho poder;
su entendimiento es infinito.
El SEÑOR ayuda a los humildes pero a los impíos humilla hasta el suelo.
Canten al SEÑOR con acción de gracias; canten con arpa a nuestro Dios.
Él es el que cubre los cielos de nubes,
el que prepara la lluvia para la tierra,
el que hace que las colinas produzcan hierba.
Da al ganado su alimento;
y a las crías de los cuervos cuando gritan.
10 No se deleita en la fuerza del caballo
ni se complace en los músculos del hombre.
11 El SEÑOR se complace en los que
le temen
y en los que esperan en su misericordia.
12 ¡Celebra al SEÑOR, oh Jerusalén! ¡Alaba a tu Dios, oh Sion!
13 Porque ha fortalecido el cerrojo de tus puertas,
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti.
14 Ha traído paz a tu territorio,
y te ha saciado con abundancia de trigo.
15 Envía su mensaje a la tierra;
velozmente corre su palabra.
16 Pone la nieve como lana,
y derrama la escarcha como ceniza.
17 Echa su hielo como migas de pan. ¿Quién se mantendrá ante su frío?
18 Envía su palabra y los derrite; hace que sople su viento y corren las aguas.
19 Ha manifestado sus palabras a Jacob, sus leyes y sus decretos a Israel.
20 No ha hecho esto con otras naciones,
y no han conocido sus juicios. ¡Aleluya!

Todo el universo alaba al SEÑOR

148 ¡Aleluya!

¡Alaben al SEÑOR desde los cielos!
¡Alábenle en las alturas!
¡Alábenle, ustedes todos sus ángeles! ¡Alábenle, ustedes todos sus ejércitos!
¡Alábenle, sol y luna!
¡Alábenle, ustedes todas las
estrellas relucientes!
¡Alábenle, cielos de los cielos
y las aguas que están sobre los cielos!
Alaben el nombre del SEÑOR porque él mandó y fueron creados.
Él los estableció para siempre,
por la eternidad;
les puso ley que no será quebrantada.
Alaben al SEÑOR desde la tierra, los grandes animales acuáticos y todos los océanos,
el fuego y el granizo,
la nieve y el vapor,
el viento tempestuoso que ejecuta
su palabra,
los montes y todas las colinas, los árboles frutales y todos los cedros,
10 los animales y todo el ganado, los reptiles y las aves que vuelan,
11 los reyes de la tierra y todas las naciones, los príncipes y todos los jueces de la tierra,
12 los jóvenes y también las jóvenes, los ancianos junto con los niños.
13 Alaben el nombre del SEÑOR porque solo su nombre es sublime;
su majestad es sobre tierra y cielos.
14 Él enaltece el poderío de su pueblo;
la alabanza de todos sus fieles, los hijos de Israel, el pueblo a él cercano. ¡Aleluya!

Exhortación a la alabanza

149 ¡Aleluya!

Canten al SEÑOR un cántico nuevo;
sea su alabanza en la congregación
de los fieles.
Alégrese Israel en su Hacedor; gócense en su Rey los hijos de Sion.
Alaben su nombre con danzas; canten al son del pandero y de la lira.
Porque el SEÑOR se agrada de su pueblo, a los humildes adornará con salvación.
Los fieles se regocijarán con gloria;
cantarán desde sus camas.
Exalten a Dios con su garganta,
y con espada de dos filos en sus manos
para tomar venganza de las naciones
y dar castigo a los pueblos,
para aprisionar a los reyes con grilletes
y a sus nobles con cadenas de hierro,
para ejecutar en ellos la sentencia escrita. Él será esplendor para todos sus fieles. ¡Aleluya!

Todo lo que respira alabe al SEÑOR

150 ¡Aleluya!

¡Alaben a Dios en su santuario!
¡Alábenle en su poderoso firmamento!
¡Alábenle por sus proezas!
¡Alábenle por su inmensa grandeza!
¡Alábenle con toque de corneta! ¡Alábenle con lira y arpa!
¡Alábenle con panderos y danza! ¡Alábenle con instrumentos
de cuerda y flauta!
¡Alábenle con címbalos resonantes! ¡Alábenle con címbalos de júbilo!
¡Todo lo que respira alabe al SEÑOR[z]! ¡Aleluya!

Tema y propósito del libro

Los proverbios de Salomón hijo de David, rey de Israel:

para conocer sabiduría y disciplina; para comprender los dichos
de inteligencia;
para adquirir disciplina y enseñanza, justicia, derecho y equidad;
para dar sagacidad a los ingenuos
y a los jóvenes conocimiento
y prudencia.
El sabio oirá y aumentará su saber,
y el entendido adquirirá habilidades.
Comprenderá los proverbios y los
dichos profundos,
las palabras de los sabios y sus enigmas.
El temor del SEÑOR es el principio
del conocimiento;
los insensatos desprecian la sabiduría y la disciplina.

Advertencia contra la codicia

Escucha, hijo mío, la disciplina
de tu padre
y no abandones la instrucción
de tu madre;
porque diadema de gracia serán
a tu cabeza
y collares a tu cuello.
10 Hijo mío, si los pecadores te quisieran persuadir, no lo consientas.
11 Si te dicen: “Ven con nosotros;
estemos al acecho para derramar sangre
y embosquemos sin motivo a los inocentes;
12 los tragaremos vivos como el Seol, enteros como los que descienden
a la fosa;
13 hallaremos riquezas de toda clase; llenaremos nuestras casas de ganancias;
14 echa tu suerte con nosotros;
tengamos todos una sola bolsa…”.
15 Hijo mío, no andes en el camino de ellos; aparta tu pie de sus senderos,
16 porque sus pies corren al mal
y se apresuran a derramar sangre.
17 Ciertamente en vano se tiende la red ante los ojos de toda ave.
18 Pero ellos ponen acechanzas
a su propia sangre;
a sus propias vidas ponen trampa.
19 Tales son las sendas de todo el que es dado a la codicia,
la cual quita la vida a los que la poseen.

Resultados de rechazar la sabiduría

20 La sabiduría llama en las calles;
da su voz en las plazas.
21 Proclama sobre las murallas[aa],
en las entradas de las puertas de la ciudad pronuncia sus dichos:
22 “¿Hasta cuándo, oh ingenuos, amarán la ingenuidad?
¿Hasta cuándo los burladores desearán el burlarse
y los necios aborrecerán
el conocimiento?
23 ¡Vuélvanse ante mi reprensión! ¡He aquí, yo les manifestaré mi espíritu
y les haré saber mis palabras!
24 “Pero, por cuanto llamé y se resistieron; extendí mis manos y no hubo quien escuchara
25 (más bien, desecharon todo consejo mío y no quisieron mi reprensión),
26 yo también me reiré en su calamidad. Me burlaré cuando les llegue lo que temen,
27 cuando llegue como destrucción lo que temen,
cuando su calamidad llegue como
un torbellino
y vengan sobre ustedes tribulación
y angustia.
28 “Entonces me llamarán y no responderé;
me buscarán con diligencia
y no me hallarán,
29 por cuanto aborrecieron
el conocimiento
y no escogieron el temor del SEÑOR.
30 No quisieron mi consejo
y menospreciaron toda reprensión mía.
31 Entonces comerán del fruto de
su camino
y se saciarán de sus propios consejos.
32 Porque su descarrío matará a los ingenuos
y su dejadez echará a perder a los necios.
33 Pero el que me escuche habitará confiadamente
y estará tranquilo, sin temor del mal”.

Resultados de aceptar la sabiduría

Hijo mío, si aceptas mis palabras

y atesoras mis mandamientos dentro de ti,
si prestas oído a la sabiduría
e inclinas tu corazón al entendimiento,
si invocas a la inteligencia
y al entendimiento llamas a gritos,
si como a la plata la buscas
y la rebuscas como a tesoros escondidos,
entonces entenderás el temor del SEÑOR
y hallarás el conocimiento de Dios.
Porque el SEÑOR da la sabiduría,
y de su boca provienen el conocimiento y el entendimiento.
Él atesora eficiente sabiduría para los rectos;
es el escudo de los que caminan en
integridad.
Preserva las sendas del juicio
y guarda el camino de sus piadosos.
Entonces entenderás la justicia, el derecho y la equidad: todo buen camino.
10 Cuando la sabiduría entre en
tu corazón
y el conocimiento sea agradable
a tu alma,
11 te guardará la sana iniciativa
y te preservará el entendimiento.
12 Te librará del mal camino,
de los hombres que hablan
perversidades,
13 que abandonan las sendas derechas para andar en caminos tenebrosos,
14 que se alegran haciendo el mal
y que se gozan en las perversidades del mal,
15 cuyos senderos son torcidos
y perversos sus caminos.
16 Te librará de la mujer ajena,
de la extraña que halaga con sus palabras,
17 que abandona al compañero
de su juventud
y se olvida del pacto de su Dios[ab].
18 Ciertamente su casa se hunde hacia
la muerte
y sus sendas hacia los muertos.
19 Todos los que con ella tengan
relaciones no volverán
ni lograrán alcanzar los senderos
de la vida.
20 Hará que andes por el camino de los buenos
y guardes las sendas de los justos.
21 Porque los rectos habitarán la tierra
y los íntegros permanecerán en ella.
22 Pero los impíos serán exterminados
de la tierra
y los traicioneros serán desarraigados de ella.

Hijo mío, no te olvides de mi instrucción

y guarde tu corazón mis mandamientos;
porque abundancia de días
y años de vida y bienestar te
aumentarán.
No se aparten de ti la misericordia
y la verdad;
átalas a tu cuello.
Escríbelas en las tablas de tu corazón,
y hallarás gracia y buena opinión ante los ojos de Dios y de los hombres.
Confía en el SEÑOR con todo
tu corazón
y no te apoyes en tu propia inteligencia.
Reconócelo en todos tus caminos
y él enderezará tus sendas.
No seas sabio en tu propia opinión: Teme al SEÑOR y apártate del mal,
porque será medicina para tu carne
y refrigerio para tus huesos.
Honra al SEÑOR con tus riquezas
y con las primicias de todos tus frutos.
10 Así tus graneros estarán llenos con abundancia,
y tus lagares rebosarán de vino nuevo.
11 No deseches, hijo mío, la disciplina del SEÑOR
ni te resientas por su reprensión;
12 porque el SEÑOR disciplina al que ama, como el padre al hijo a quien quiere.
13 Bienaventurado el hombre
que halla sabiduría
y el que obtiene entendimiento;
14 porque su provecho es mayor
que el de la plata,
y su resultado es mejor que el oro fino.
15 Es más valiosa que las perlas; nada de lo que desees podrá compararse con ella.
16 Abundancia de días hay
en su mano derecha;
y en su izquierda, riquezas y honra.
17 Sus caminos son caminos agradables
y en todas sus sendas hay paz.
18 Es árbol de vida a los que
de ella echan mano;
bienaventurados los que la retienen.
19 El SEÑOR fundó la tierra
con sabiduría;
afirmó los cielos con entendimiento.
20 Con su conocimiento fueron divididos los océanos,
y los cielos destilan rocío.

Cómo alcanzar la bendición de Dios

21 Hijo mío, no se aparten estas cosas
de tus ojos;
guarda la iniciativa y la prudencia,
22 y serán vida para tu alma
y gracia para tu cuello.
23 Entonces andarás confiadamente por tu camino
y tu pie no tropezará.
24 Cuando te acuestes no tendrás temor; más bien, te acostarás y tu sueño será dulce.
25 No tendrás temor del espanto repentino ni de la ruina de los impíos,
cuando llegue,
26 porque el SEÑOR será tu confianza
y él guardará tu pie de caer en la trampa.
27 No niegues un bien a quien es debido,
teniendo poder para hacerlo.
28 No digas a tu prójimo:
“Anda y vuelve; mañana te lo daré”, cuando tienes contigo qué darle.
29 No trames mal contra tu prójimo,
estando él confiado en ti.
30 No pleitees con alguno sin razón,
si es que no te ha hecho agravio.
31 No envidies al hombre violento
ni escojas ninguno de sus caminos;
32 porque el SEÑOR abomina al perverso, pero su íntima comunión es
con los rectos.
33 La maldición del SEÑOR está
en la casa del impío,
pero él bendice la morada de los justos.
34 Ciertamente él se burlará
de los que se burlan,
pero a los humildes concederá gracia.
35 Los sabios poseerán honra,
pero los necios cargarán con la afrenta.

Consejos de un padre

Oigan, hijos, la enseñanza de un padre; estén atentos para adquirir entendimiento.

No abandonen mi instrucción, porque yo les doy buena enseñanza.
Pues yo también fui hijo de mi padre, tierno y singular delante de mi madre.
Y él me enseñaba y me decía: “Retenga tu corazón mis palabras; guarda mis mandamientos y vivirás”.
¡Adquiere sabiduría!
¡Adquiere entendimiento!
No te olvides ni te apartes de los dichos de mi boca.
No la abandones y ella te guardará; ámala y te preservará.
¡Sabiduría ante todo!
¡Adquiere sabiduría!
Y antes que toda posesión,
adquiere entendimiento.
Apréciala y ella te levantará;
y cuando la hayas abrazado, te honrará.
Diadema de gracia dará a tu cabeza; corona de hermosura te otorgará.
10 Escucha, hijo mío, y recibe mis dichos
y se te multiplicarán años de vida.
11 En el camino de la sabiduría te he instruido
y por sendas de rectitud te he hecho andar.
12 Cuando camines, tus pasos no hallarán impedimento;
y si corres, no tropezarás.
13 Aférrate a la disciplina y no la sueltes; consérvala, porque ella es tu vida.
14 No entres en el sendero de los impíos
ni pongas tu pie en el camino de los malos.
15 Evítalo; no pases por él.
Apártate de él; pasa de largo.
16 Porque ellos no duermen si no han hecho mal;
pierden el sueño si no han hecho caer a alguno.
17 Pues comen pan de impiedad
y beben vino de violencia.
18 Pero la senda de los justos es como
la luz de la aurora
que va en aumento hasta que es pleno día.
19 El camino de los impíos es como la oscuridad;
no saben en qué tropiezan.
20 Hijo mío, pon atención a mis palabras;
inclina tu oído a mis dichos.
21 No se aparten de tus ojos;
guárdalos en medio de tu corazón.
22 Porque ellos son vida a los que los hallan
y medicina para todo su cuerpo.
23 Sobre toda cosa guardada,
guarda tu corazón;
porque de él emana la vida.
24 Aparta de ti la perversidad de la boca
y aleja de ti la falsedad de los labios.
25 Miren tus ojos lo que es recto
y diríjase tu vista a lo que está frente a ti.
26 Considera la senda de tus pies
y todos tus caminos sean correctos.
27 No te apartes ni a la izquierda
ni a la derecha;
aparta tu pie del mal.

Hijo mío, pon atención a mi sabiduría, y a mi entendimiento inclina tu oído;

para que guardes la sana iniciativa,
y tus labios conserven el conocimiento.

Amonestación contra el adulterio

Los labios de la mujer extraña gotean miel
y su paladar es más suave que el aceite;
pero su fin es amargo como el ajenjo, agudo como una espada de dos filos.
Sus pies descienden a la muerte; sus pasos se precipitan al Seol.
No considera el camino de la vida; sus sendas son inestables
y ella no se da cuenta.
Ahora pues, hijos, óiganme
y no se aparten de los dichos
de mi boca.
Aleja de ella tu camino
y no te acerques a la puerta de su casa,
no sea que des a otros tu honor
y tus años a alguien que es cruel;
10 no sea que los extraños se sacien con tus fuerzas,
y los frutos de tu trabajo vayan a dar
a la casa de un desconocido.
11 Entonces gemirás al final de tu vida, cuando tu cuerpo y tu carne se hayan consumido.
12 Y dirás: “¡Cómo aborrecí la disciplina
y mi corazón menospreció la reprensión!
13 No escuché la voz de mis maestros,
y a los que me enseñaban no incliné
mi oído.
14 Casi en todo mal he estado,
en medio de la sociedad y de la congregación”.

El legítimo placer conyugal

15 Bebe el agua de tu propia cisterna
y de los raudales de tu propio pozo.
16 ¿Se han de derramar afuera tus manantiales,
tus corrientes de aguas por las calles?
17 ¡Que sean para ti solo
y no para los extraños contigo!
18 Sea bendito tu manantial
y alégrate con la mujer de tu juventud,
19 como una preciosa cierva o una graciosa gacela.
Sus pechos te satisfagan en todo tiempo y en su amor recréate siempre.
20 ¿Por qué, hijo mío, andarás apasionado por una mujer ajena
y abrazarás el seno de una extraña?
21 Los caminos del hombre están ante los ojos del SEÑOR,
y él considera todas sus sendas.
22 Sus propias maldades apresarán al impío
y será atrapado en las cuerdas de su propio pecado.
23 Él morirá por falta de disciplina,
y a causa de su gran insensatez se echará a perder.

Consejos sobre la fianza imprudente

Hijo mío, si diste fianza por tu prójimo y estrechaste la mano con un extraño,

te has enredado con tus palabras
y has quedado atrapado con los dichos de tu boca.
Ahora pues, haz esto, hijo mío, para quedar libre
ya que has caído en las manos
de tu prójimo:
Anda, humíllate, importuna a tu prójimo;
no des sueño a tus ojos
ni dejes dormitar tus párpados.
Escapa como el venado de mano del cazador,
como ave de mano del que tiende la red.

Amonestación contra la pereza

Ve a la hormiga, oh perezoso; observa sus caminos y sé sabio.
Ella no tiene jefe
ni comisario ni gobernador;
pero prepara su comida en el verano,
y guarda su sustento en el tiempo
de la siega.
Perezoso: ¿Hasta cuándo has de estar acostado?
¿Cuándo te levantarás de tu sueño?
10 Un poco de dormir, un poco de dormitar
y un poco de cruzar las manos
para reposar.
11 Así vendrá tu pobreza como
un vagabundo,
y tu escasez como un hombre armado.

Características del hombre inicuo

12 El hombre depravado, el hombre inicuo, anda en la perversidad de boca,
13 guiña los ojos,
hace señas con sus pies
e indica con sus dedos.
14 Perversidades hay en su corazón;
en todo tiempo anda pensando el mal, provocando discordia.
15 Por eso, su calamidad vendrá de repente; súbitamente será quebrantado,
y no habrá remedio.
16 Seis cosas aborrece el SEÑOR,
y aun siete abomina su alma:
17 Los ojos altivos,
la lengua mentirosa,
las manos que derraman sangre inocente,
18 el corazón que maquina pensamientos inicuos,
los pies que se apresuran a correr
al mal,
19 el testigo falso que respira calumnias
y el que provoca discordia entre los hermanos.

Acerca de las mujeres disolutas

20 Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre
y no abandones la instrucción
de tu madre.
21 Átalos siempre a tu corazón
y enlázalos en tu cuello.
22 Te guiarán cuando camines;
te guardarán cuando te acuestes
y hablarán contigo cuando te despiertes.
23 Porque el mandamiento es antorcha
y la instrucción es luz.
Y las reprensiones de la disciplina son camino de vida.
24 Te guardarán de la mala mujer,
de la suavidad de lengua de la extraña.
25 En tu corazón no codicies
su hermosura
ni te prenda ella con sus ojos;
26 porque por una prostituta el hombre
es reducido a un bocado de pan,
y la mujer ajena caza una vida valiosa.
27 ¿Tomará el hombre fuego en su seno sin que se quemen sus vestidos?
28 ¿Andará el hombre sobre las brasas sin que se le quemen los pies?
29 Así sucede con el que se enreda
con la mujer de su prójimo;
no quedará impune ninguno
que la toque.
30 ¿Acaso no desprecian al ladrón, aunque robe para saciar su apetito cuando tiene hambre,
31 y si es sorprendido pagará siete veces
y entregará todo lo que posee
en su casa?
32 Así también el que comete adulterio con una mujer es falto de
entendimiento;
el que hace tal cosa se destruye
a sí mismo.
33 Heridas e ignominia encontrará
y su afrenta no será borrada;
34 porque los celos del hombre
son su furor,
y él no perdonará en el día
de la venganza.
35 No aceptará ninguna restitución;
ni consentirá, aunque sea grande
tu soborno.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

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