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Bible in 90 Days

An intensive Bible reading plan that walks through the entire Bible in 90 days.
Duration: 88 days
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version
Isaías 41:19-52:12

19 Haré crecer en el desierto cedros, acacias, mirtos y olivos. Pondré en la región árida cipreses, olmos y abetos, 20 para que vean y conozcan; para que juntos reflexionen y entiendan que la mano del SEÑOR ha hecho esto, y que el Santo de Israel lo ha creado.

El Señor reta a naciones y dioses

21 “Presenten su causa, dice el SEÑOR; expongan sus argumentos, dice el Rey de Jacob. 22 Que se acerquen y nos anuncien lo que ha de suceder. Declárennos las cosas que han sucedido desde el principio, y prestaremos atención. O hágannos oír de las cosas por venir, y sabremos su final.

23 “Dígannos lo que ha de venir después, para que sepamos que ustedes son dioses. Por lo menos, hagan el bien o el mal, para que nosotros tengamos miedo y también temamos. 24 He aquí que ustedes nada son, y sus obras no existen; el que los escoja es una abominación.

25 “Del norte desperté a uno, y vendrá; desde el lugar donde nace el sol, él invocará mi nombre. Y pisoteará[a] a gobernantes como a lodo, como el alfarero pisa el barro. 26 ¿Quién lo anunció desde el principio, para que lo supiéramos? ¿Quién lo dijo de antemano, para que dijéramos: ‘Él tenía razón’? Ciertamente no hay quien lo diga ni quien lo anuncie. Tampoco hay quien oiga sus palabras. 27 He aquí que yo fui el primero que declaré estas cosas a Sion, y a Jerusalén le daré un portador de buenas nuevas”.

28 Miré, y no había ninguno. Entre ellos no había consejeros a quienes les preguntara para que me dieran respuesta. 29 He aquí que todos son iniquidad, y la obra de ellos nada es. Viento y vanidad son sus imágenes de fundición.

Misión mundial del siervo del Señor

42 “He aquí mi siervo, a quien sostendré; mi escogido en quien se complace mi alma. Sobre él he puesto mi Espíritu, y él traerá justicia a las naciones. No gritará ni alzará su voz ni la hará oír en la calle. No quebrará la caña cascada ni apagará la mecha que se está extinguiendo; según la verdad traerá justicia. No se desalentará ni desfallecerá hasta que haya establecido la justicia en la tierra. Y las costas esperarán su ley”.

Así dice Dios el SEÑOR, el que crea los cielos y el que los despliega; el que extiende la tierra y sus productos, y el que da respiración al pueblo que está en ella y aliento a los que andan por ella: “Yo, el SEÑOR, te he llamado en justicia y te asiré de la mano. Te guardaré y te pondré como pacto para el pueblo, y como luz para las naciones, a fin de que abras los ojos que están ciegos y saques de la cárcel a los presos, y de la prisión a los que moran en las tinieblas. Yo, el SEÑOR; este es mi nombre. No daré mi gloria a otros ni mi alabanza a los ídolos. He aquí, ya sucedieron las cosas primeras; ahora les anuncio las cosas nuevas. Antes que salgan a luz, yo se las anuncio”.

Cántico de alabanza al Señor

10 Canten al SEÑOR un cántico nuevo,

su alabanza desde el extremo de la tierra, los que navegan en el mar y su plenitud; las costas y sus habitantes.

11 Alcen la voz el desierto y sus ciudades,

las aldeas donde habita Quedar. Canten de júbilo los habitantes de Sela, y griten desde la cumbre de los montes.

12 Den gloria al SEÑOR;

proclamen en las costas su alabanza.

13 El SEÑOR saldrá como valiente,

y como hombre de guerra

despertará su celo.

Gritará, ciertamente lanzará el grito; sobre sus enemigos prevalecerá.

El Señor redime a su siervo Israel

14 “Por mucho tiempo he callado; he guardado silencio y me he contenido. Pero ahora gemiré como la que está de parto, jadeando y resoplando a la vez. 15 Devastaré montes y colinas, y haré secar toda su hierba. Los ríos convertiré en islotes, y haré secar las lagunas. 16 Conduciré a los ciegos por un camino que no han conocido, y por sendas que no han conocido los guiaré. Delante de ellos transformaré las tinieblas en luz, y los lugares escabrosos en llanuras. Estas cosas haré por ellos y no los desampararé. 17 Serán vueltos atrás y en extremo avergonzados los que confían en ídolos y dicen a las imágenes de fundición: ‘Ustedes son nuestros dioses’.

18 “¡Sordos, oigan; y ciegos, miren para ver! 19 ¿Quién es ciego, sino mi siervo? ¿Quién es sordo, sino mi mensajero que he enviado? ¿Quién es ciego como el emisario y ciego como el siervo del SEÑOR? 20 Tú ves muchas cosas, pero no las guardas. Los oídos están abiertos, pero nadie escucha. 21 Sin embargo, el SEÑOR se ha complacido en hacer grande y gloriosa la ley a causa de su justicia”.

22 Pero este es un pueblo despojado y saqueado. Todos ellos han sido atrapados en hoyos y están escondidos en cárceles. Han sido objeto de despojo sin que haya quien los libre. Han sido objeto de saqueo sin que haya quien diga: “¡Restitúyanlos!”.

23 ¿Quién de entre ustedes oirá esto? ¿Quién atenderá y escuchará con respecto al porvenir? 24 ¿Quién entregó a Jacob al saqueador, y a Israel a los despojadores? ¿Acaso no fue el SEÑOR, contra quien hemos pecado? Ellos no quisieron andar en sus caminos ni obedecieron su ley. 25 Por tanto, Dios derramó sobre él el furor de su ira y la violencia de la guerra. Le prendió fuego en derredor; sin embargo, no entendió. Lo incendió, pero él no lo tuvo en cuenta.

43 Pero ahora, así ha dicho el SEÑOR, el que te creó, oh Jacob; el que te formó, oh Israel: “No temas, porque yo te he redimido. Te he llamado por tu nombre; tú eres mío. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y cuando pases por los ríos, no te inundarán. Cuando andes por el fuego, no te quemarás ni la llama te abrasará. Porque yo soy el SEÑOR tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador. A Egipto he entregado por tu rescate; a Etiopía y a Seba he dado por ti. Puesto que ante mis ojos tú eres de gran estima, y eres honorable, y yo te amo, daré hombres por ti, y pueblos por tu vida.

“No temas, porque yo estoy contigo. Del oriente traeré a tus descendientes, y del occidente te recogeré. Diré al norte: ‘¡Entrégamelos!’. Y al sur: ‘¡No los retengas!’ Trae de lejos a mis hijos, y a mis hijas de los confines de la tierra. A cada uno que es llamado según mi nombre y a quien he creado para mi gloria, yo lo formé. Ciertamente yo lo hice.

Misión de Israel como testigo

“Haz salir a un pueblo que es ciego, aunque tiene ojos, y que es sordo, aunque tiene oídos. Congréguense a una todas las naciones, y reúnanse todos los pueblos. ¿Quién de ellos hay que nos anuncie esto y que nos haga oír las cosas antiguas? Que se presenten sus testigos, y que se justifiquen; que escuchen, y digan: ‘Es verdad’.

10 “Ustedes son mis testigos, dice el SEÑOR; mi siervo que yo escogí, para que me conozcan y me crean, a fin de que entiendan que Yo Soy[b]. Antes de mí no fue formado ningún dios ni lo será después de mí. 11 Yo, yo el SEÑOR; fuera de mí no hay quien salve. 12 Yo anuncié y salvé; yo proclamé, y no algún dios[c] extraño entre ustedes. Ustedes son mis testigos, y yo soy Dios, dice el SEÑOR. 13 Aun antes que hubiera día, Yo Soy[d], y no hay quien pueda librar de mi mano. Lo que hago, ¿quién lo deshará?”.

El Señor libra a Israel de Babilonia

14 Así dice el SEÑOR, su Redentor, el Santo de Israel: “Por la causa de ustedes enviaré a Babilonia, y haré descender a todos como fugitivos; y aun a los caldeos en sus naves de placer. 15 Yo soy el SEÑOR, el Santo de ustedes, el Creador de Israel, su Rey”.

16 Así ha dicho el SEÑOR —el que abre camino en el mar, y senda en las aguas impetuosas; 17 el que saca al carro y al caballo y al ejército junto con su poderío, y yacen para no levantarse jamás; son extinguidos y apagados como una mecha—: 18 “No se acuerden de las cosas pasadas ni consideren las cosas antiguas. 19 He aquí que yo hago una cosa nueva; pronto surgirá. ¿No la conocerán? Otra vez les haré un camino en el desierto, y ríos en el sequedal. 20 Los animales del campo me honrarán; también los chacales y los avestruces. Porque daré aguas en el desierto y ríos en el sequedal para dar de beber a mi pueblo escogido. 21 Este es el pueblo que yo he formado para mí; ellos proclamarán mi alabanza.

El SEÑOR justifica por su gracia

22 “Sin embargo, no me invocaste, oh Jacob; sino que te cansaste de mí, oh Israel. 23 No me trajiste corderos como tus holocaustos ni me honraste con tus sacrificios. No te hice servir con ofrendas ni te fatigué con incienso. 24 No compraste para mí caña aromática por dinero ni me saciaste con el sebo de tus sacrificios. Más bien, me abrumaste con tus pecados; me fatigaste con tus iniquidades.

25 “Yo soy, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí, y no me acordaré más de tus pecados. 26 Házmelo recordar; entremos juntos a juicio. Habla tú para justificarte. 27 Tu primer padre pecó, y tus mediadores también han transgredido contra mí. 28 Por tanto, yo profané a los principales del santuario, y entregué a Jacob como anatema, y como oprobio a Israel.

44 “Y ahora escucha, oh Jacob, siervo mío; y tú, oh Israel, a quien yo escogí. Así ha dicho el SEÑOR, tu Hacedor, el que te formó desde el vientre y el que te ayudará: No temas, oh siervo mío Jacob; y tú, oh Jesurún, a quien yo escogí. Porque yo derramaré aguas sobre el suelo sediento, y torrentes sobre la tierra seca. Derramaré mi Espíritu sobre tus descendientesc, y mi bendición sobre tus vástagos. Brotarán comod entre la hierba, como los sauces junto a las corrientes de las aguas. Este dirá: ‘Yo soy del SEÑOR’, ese será llamado por el nombre de Jacob, y aquel escribirá sobre su mano: ‘Del SEÑOR’, y será llamado con el nombre de Israel”. Así ha dicho el SEÑOR, Rey de Israel, y su Redentor, el SEÑOR de los Ejércitos: “Yo soy el primero y yo soy el último, y fuera de mí no hay Dios.

¿Quién es como yo? ¡Que lo proclame! Que declare y relate delante de mí las cosas que han sucedido desde que establecí al pueblo antiguo, y declaren las cosas por venir. Sí, ¡declárenlas!

“No teman, ni tengan miedo. ¿No te lo hice oír y te lo dije desde antaño? Y ustedes son mis testigos. ¿Hay Dios aparte de mí? No, no hay otra Roca; no conozco ninguna”.

El Señor y la vanidad de la idolatría

Los que dan forma a las imágenes talladas, todos son solo vanidad; lo más precioso de ellos no sirve para nada. Y en cuanto a sus testigos, ellos mismos no ven ni conocen, para su propia vergüenza. 10 ¿Quién forma un dios o funde una imagen que para nada aprovecha? 11 He aquí que todos sus compañeros serán avergonzados, porque los mismos escultores solo son hombres. Que se reúnan todos y se pongan de pie; que teman y sean avergonzados a una.

12 El herrero toma una herramienta y trabaja sobre las brasas. Le da forma con el martillo y trabaja con la fuerza de su brazo. Luego tiene hambre, y le faltan las fuerzas; no bebe agua, y desfallece. 13 El carpintero tiende la regla, hace el trazo con un marcador, labra con el formón, traza con el compás y le da forma de hombre y de belleza humana, para colocarlo en una casa. 14 Corta cedros para sí; escoge una conífera o un roble y lo deja crecer entre los árboles del bosque. Planta un pino y la lluvia lo hace crecer. 15 Luego se sirve de ellos para hacer fuego. Toma uno y con él se calienta; prende fuego y cuece pan. Hace, además, un dios y lo adora; hace un ídolo y se postra ante él. 16 Quema parte del leño en el fuego y sobre él prepara carne asada, come y se sacia. Luego se calienta y dice: “¡Ah! Me caliento mientras contemplo el fuego”. 17 Después, lo que sobra lo transforma en la imagen tallada de un dios. Se postra ante él y lo adora, y le ruega diciendo: “¡Líbrame, porque tú eres mi dios!”.

18 No conocen ni entienden; porque sus ojos están tapados para no ver; también su corazón, para no comprender. 19 Nadie reflexiona; nadie tiene conocimiento ni entendimiento para decir: “Parte de esto quemé en el fuego y sobre sus brasas cocí pan, asé carne y comí. ¿He de convertir en una abominación lo que sobra de él? ¿Me he de postrar ante un tronco de árbol?”. 20 Se alimenta de ceniza; su corazón engañado lo desvía. No libra su alma ni dice: “¿Acaso no es una mentira lo que tengo en mi mano derecha?”.

21 “Acuérdate de estas cosas, oh Jacob; y tú, oh Israel, porque eres mi siervo. Yo te formé; tú eres mi siervo. Oh Israel, no me olvides. 22 He borrado como niebla tus rebeliones, y como nube tus pecados. Vuelve a mí, porque yo te he redimido”.

23 Canten loores, oh cielos,

porque el SEÑOR lo ha hecho. Griten con júbilo,

oh profundidades de la tierra. Prorrumpan en cántico, oh montes,

el bosque y todos sus árboles, porque el SEÑOR ha redimido a Jacob

y será glorificado en Israel.

Ciro es movido a restaurar Jerusalén

24 Así ha dicho el SEÑOR, tu Redentor; el que te formó desde el vientre: “Yo, el SEÑOR, hago todas las cosas. Yo solo despliego los cielos y extiendo la tierra, sin la ayuda de nadie. 25 Soy quien deshace las señales de los adivinos y enloquece a los magos. Soy quien hace volver atrás a los sabios y convierte en necedad su erudición. 26 Soy quien confirma la palabra de su siervo y cumple el plan de sus mensajeros. Soy quien dice a Jerusalén: ‘Serás habitada’; y a las ciudades de Judá: ‘Serán reedificadas; yo levantaré sus ruinas’. 27 Soy quien dice a las profundidades del mar: ‘¡Séquense!’ y ‘Yo secaré tus ríos’. 28 Soy quien dice de Ciro[e]: ‘Él es mi pastor’. Él cumplirá todo mi deseo al decir de Jerusalén: ‘Sea edificada’, y del templo: ‘Sean puestos tus cimientos’.

45 “Así ha dicho el SEÑOR a su ungido, a Ciroa, a quien tomé por su mano derecha para sojuzgar a las naciones delante de él, para desvestir a los reyes de sus armaduras y para abrir puertas delante de él, de modo que las puertas de las ciudades no se cierren: ‘Yo iré delante de ti y allanaré las montañas. Romperé las puertas de bronce y haré pedazos los cerrojos de hierro. Yo te daré los tesoros de la oscuridad, las riquezas de los lugares secretos, para que sepas que yo soy el SEÑOR Dios de Israel, que te llama por nombre. A causa de mi siervo Jacob, y de Israel mi escogido, yo te llamo por tu nombre. Te doy un título de honor, aunque tú no me conoces. Yo soy el SEÑOR, y no hay otro. Aparte de mí no hay Dios. Yo te ciño, aunque tú no me conoces, para que desde el nacimiento del sol y hasta el occidente se sepa que no hay nadie más que yo. Yo soy el SEÑOR, y no hay otro. Yo soy quien forma la luz y crea las tinieblas, quien hace la paz y crea la adversidad. Yo, el SEÑOR, soy quien hace todas estas cosas’.

“Destilen, oh cielos, desde arriba; derramen justicia las nubes. Ábrase la tierra, brote[f] la salvación y juntamente crezca la justicia. Yo, el SEÑOR, lo he creado”.

¡Ay del que contiende con su Hacedor, siendo nada más que un pedazo de tiesto entre los tiestos de tierra! ¿Dirá el barro al que le da forma: “¿Qué haces?” o “Tu obra no tiene asas”? 10 ¡Ay del que dice al padre: “¿Qué engendras?”, y a la mujer: “¿Qué das a luz?”! 11 Así ha dicho el SEÑOR, el Santo de Israel y su Hacedor: “¿Me pedirán señales acerca de mis hijos, o me darán órdenes respecto a la obra de mis manos? 12 Yo hice la tierra y creé al hombre sobre ella. Son mis propias manos las que han desplegado los cielos, y soy yo quien ha dado órdenes a todo su ejército.

13 “Yo lo levantaré a él en justicia, y allanaré todos sus caminos. Él edificará mi ciudad y dejará ir a mis cautivos; no por precio ni por soborno”, dice el SEÑOR de los Ejércitos.

El Señor vindicará a su pueblo

14 Así ha dicho el SEÑOR: “Los productos de Egipto, las mercaderías de Etiopía y de los sabeos, hombres de alta estatura, pasarán a ti y serán tuyos. Irán en pos de ti, pasarán encadenados. Ante ti se postrarán, y a ti te suplicarán diciendo: ‘Ciertamente Dios está en ti, y no hay otro; no hay otro Dios’ ”.

15 Verdaderamente tú eres un Dios misterioso, oh Dios de Israel, el Salvador. 16 Todos ellos quedarán avergonzados y afrentados; irán con afrenta todos los que fabrican ídolos.

17 Israel será salvado por el SEÑOR con salvación eterna. No se avergonzarán ni serán afrentados, por los siglos de los siglos. 18 Porque así ha dicho el SEÑOR —el que ha creado los cielos, él es Dios; el que formó la tierra y la hizo, él la estableció; no la creó para que estuviera vacía, sino que la formó para que fuera habitada—: “Yo soy el SEÑOR, y no hay otro. 19 Yo no he hablado en secreto, en un lugar de tierra tenebrosa. No he dicho a la generación de Jacob: ‘Búsquenme en vano’. Yo soy el SEÑOR, que hablo lo que es justo y que declaro lo que es recto.

Las naciones reconocerán al Señor

20 “¡Reúnanse y vengan! ¡Acérquense, todos los sobrevivientes de entre las naciones! No tienen conocimiento los que cargan un ídolo de madera y ruegan a un dios que no puede salvar. 21 Hablen, presenten su causa[g]. Sí, que deliberen juntos. ¿Y quién ha anunciado esto desde la antigüedad? ¿Quién lo ha dicho desde entonces? ¿No he sido yo, el SEÑOR? No hay más Dios aparte de mí: Dios justo y Salvador. No hay otro fuera de mí.

22 “¡Miren a mí y sean salvos, todos los confines de la tierra! Porque yo soy Dios, y no hay otro. 23 Por mí mismo lo he jurado; de mi boca salió palabra en justicia, y no será revocada: que delante de mí se doblará toda rodilla, y jurará toda lengua. 24 De mí se dirá: ‘Ciertamente, en el SEÑOR está la justicia y el poder’ ”.

A él vendrán[h], y serán avergonzados todos los que se enfurecen contra él. 25 En el SEÑOR será justificada y se gloriará toda la descendencia de Israel.

Lamento por los dioses de Babilonia

46 ¡Bel se ha postrado; Nebo se ha doblegado! Sus ídolos fueron puestos sobre animales y sobre bestias; las cosas que llevan son pesadas, una carga para las bestias cansadas. Se han doblegado y se han postrado juntos; no pudieron rescatar la carga y ellos mismos han ido en cautividad.

“Escúchenme, oh casa de Jacob y todo el remanente de Israel, los que son cargados por mí desde el vientre y llevados desde la matriz. Hasta su vejez yo seré el mismo, y hasta las canas yo los sostendré. Yo lo he hecho así, y los seguiré llevando. Yo los sostendré y los libraré.

“¿A quién me harán semejante, o a quién me harán igual? ¿A quién me compararán para que seamos semejantes? Hay quienes sacan el oro de la bolsa y pesan la plata en la balanza. Luego contratan a un platero para hacer de ello un dios. ¡Luego se postran y lo adoran! Lo cargan sobre los hombros y lo llevan; lo colocan en su lugar. Allí permanece y no se mueve de su sitio. Aunque alguien lo invoque, no responde ni lo libra de la tribulación.

“Acuérdense de esto y tengan valor; vuelvan en sí, oh transgresores. Acuérdense de las cosas del pasado que son desde la antigüedad, porque yo soy Dios, y no hay otro. Yo soy Dios, y no hay nadie semejante a mí.

10 “Yo anuncio lo porvenir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no ha sido hecho. Digo: ‘Mi plan se realizará, y haré todo lo que quiero’. 11 Yo llamo desde el oriente al ave de rapiña, y de tierra lejana al hombre que llevará a cabo mi plan. Yo hablé, y yo haré que suceda. Lo he planeado y también lo haré.

12 “Óiganme, duros de corazón, que están lejos de la justicia. 13 Haré que se acerque mi justicia; no se alejará. Mi salvación no se tardará. Pondré salvación en Sion, y para Israel será mi gloria.

Inevitable caída de Babilonia

47 “Desciende y siéntate en el polvo, oh virgen hija de Babilonia. Siéntate en la tierra, sin trono, oh hija de los caldeos; porque nunca más volverás a ser llamada ‘tierna y delicada’. Toma el molino y muele harina. Quita tu velo, alza tu larga falda, descubre tus piernas, vadea los ríos. Tu desnudez será descubierta, y vista tu afrenta. Tomaré venganza, y no habrá quien interceda”a, diceb nuestro Redentor, cuyo nombre es el SEÑOR de los Ejércitos, el Santo de Israel.

“Siéntate en silencio y entra en la penumbra, oh hija de los caldeos, porque nunca más te volverán a llamar soberana de reinos. Yo me enojé contra mi pueblo, profané mi heredad y los entregué en tus manos. Pero tú no tuviste misericordia de ellos. Hiciste muy pesado tu yugo sobre los viejos, y dijiste: ‘Para siempre seré soberana’. No consideraste esto en tu corazón ni te acordaste de su resultado.

“Ahora pues, escucha esto, oh voluptuosa que habitas confiadamente y dices en tu corazón: ‘Yo, y nadie más. No quedaré viuda ni conoceré la privación de hijos’. Pero estas dos cosas te sucederán de repente, en un mismo día; privación de hijos y viudez vendrán de lleno sobre ti, a pesar de tus muchas hechicerías y de tus muchos encantamientos. 10 Confiaste en tu maldad y dijiste: ‘Nadie me ve’. Tu sabiduría y tu conocimiento te han engañado, y dijiste en tu corazón: ‘Yo, y nadie más’. 11 Vendrá sobre ti un mal que no podrás impedir con conjuros. Caerá sobre ti una ruina que no podrás evitar con rescate. De repente vendrá sobre ti una devastación que no te imaginas.

12 “Persiste, pues, en tus encantamientos y en tus muchas hechicerías, con las cuales te has desvelado desde tu juventud. Quizás puedas sacar algún provecho; quizás puedas ocasionar terror. 13 Te has agotado con tus muchos planes. Pues que se pongan de pie y te libren tus astrólogos, los que contemplan las estrellas y anuncian el comienzo de los meses, para pronosticar lo que vendrá sobre ti. 14 He aquí que serán como paja; el fuego los quemará. No librarán sus propias vidas del poder de la llama de fuego. No quedará brasa para calentarse, ni lumbre ante la cual se sienten. 15 Así serán aquellos con quienes tanto te has afanado, quienes han negociado contigo desde tu juventud. Cada uno divagará por su lado; no habrá quien te salve”.

El Señor invita a la reflexión

48 Oigan esto, oh casa de Jacob, los que son llamados con el nombre de Israel, los que han salido de las entrañasc de Judá, los que juran por el nombre del SEÑOR e invocan al Dios de Israel, pero no en verdad ni con justicia. Porque dicen pertenecer a la Santa Ciudad y se apoyan en el Dios de Israel, cuyo nombre es el SEÑOR de los Ejércitos.

“Las cosas primeras las manifesté con anticipación. De mi boca salieron; yo las anuncié. Repentinamente las hice, y llegaron a ser. Porque sé que eres duro, que tu cuello es como un tendón de hierro, y tu frente de bronce. Por eso te lo declaré desde entonces; antes que sucediera te lo anuncié, no sea que digas: ‘Mi ídolo las hizo; mi imagen tallada y mi imagen de fundición ordenaron estas cosas’. Tú lo has oído; considéralo todo. ¿Acaso no dirás que es verdad? Desde ahora te hago oír cosas nuevas, y cosas ocultas que tú no sabes. Hoy han sido creadas, y no en el pasado. No habías oído de ellas antes de este día, para que no digas: ‘He aquí que yo lo sabía’. Ni tú habías oído de ellas ni nunca las habías conocido. Tampoco fue abierto desde entonces tu oído, porque yo sabía que ciertamente me traicionarías; por tanto, desde el vientre se te ha llamado rebelde.

“Por amor de mi nombre refreno mi furor; para alabanza mía lo reprimo, para no destruirte. 10 He aquí que te he purificado, pero no como a plata; te he probado[i] en el horno de la aflicción. 11 Por mí, por amor de mí mismo lo hago; pues, ¿cómo ha de ser profanado mi nombre[j]? ¡No daré a otro mi gloria!

12 “Escúchame, oh Jacob; y tú, oh Israel, a quien he llamado. Yo Soy[k]. Yo soy el primero, y también soy el último[l]. 13 Ciertamente mi mano puso los fundamentos de la tierra; mi mano derecha extendió los cielos. Cuando yo los convoco, ellos comparecen juntos.

14 “Reúnanse todos ustedes y escuchen: ¿Quién hay entre ustedes[m] que revele estas cosas? Aquel a quien el SEÑOR ama, él[n] hará su voluntad sobre Babilonia, y su brazo estará sobre los caldeos. 15 Yo, yo mismo he hablado; en verdad lo he llamado. Yo lo he traído, y haré prosperar[o] su camino. 16 Acérquense a mí y oigan esto: Desde el principio no he hablado en secreto; desde que las cosas sucedieron, allí he estado yo”.

Y ahora me ha enviado el SEÑOR Dios[p] y su Espíritu. 17 Así ha dicho el SEÑOR, tu Redentor, el Santo de Israel: “Yo soy el SEÑOR tu Dios que te enseña provechosamente, y que te conduce por el camino en que has de andar. 18 ¡Oh, si hubieras estado atento a mis mandamientos! Tu paz habría sido como un río, y tu justicia como las ondas del mar. 19 Tu descendencia sería como la arena, y los que salen de tus entrañas como sus granos. Su nombre nunca sería eliminado ni borrado de mi presencia.

20 “¡Salgan de Babilonia! ¡Huyan de entre los caldeos! Anuncien esto con voz de alegría; háganlo oír. Difúndanlo hasta el extremo de la tierra. Digan: ‘El SEÑOR ha redimido a su siervo Jacob’. 21 No tuvieron sed cuando los llevó por lugares secos; él hizo brotar agua de la roca para su pueblo. Partió la peña, y fluyeron aguas[q].

22 “¡No hay paz para los malos!”, dice el SEÑOR.

Restauración de Israel a su suelo

49 ¡Óiganme, oh costas, y atiendan, oh pueblos lejanos! El SEÑOR me llamó desde el vientre; desde las entrañas de mi madre mencionó mi nombre. Hizo de mi boca una espada puntiaguda; me cubrió con la sombra de su mano. Hizo de mí una flecha afilada; me guardó en su aljaba. Y me dijo: “Mi siervo eres tú, oh Israel; en ti me gloriaré”. Pero yo dije: “Por demás me he afanado; en vano y sin provecho he consumido mis fuerzas. Sin embargo, mi causa está con el SEÑOR, y mi recompensa con mi Dios”.

Y ahora el SEÑOR —quien me formó desde el vientre para ser su siervo, a fin de hacer que Jacob volviera a él y lograr que Israel se adhiriera a él, pues yo soy estimado en los ojos del SEÑOR, y mi Dios es mi fortaleza— dice: “Poca cosa es que tú seas mi siervo para levantar a las tribus de Israel y restaurar a los sobrevivientes de Israel. Yo te pondré como luz para las naciones, a fin de que seas mi salvación hasta el extremo de la tierra”.

Así ha dicho el SEÑOR, el Redentor de Israel y el Santo suyo, al de alma menospreciada, al abominado por las naciones, al siervo de los tiranos: “Los reyes lo verán y se levantarán; también los príncipes, y se postrarán, a causa del SEÑOR, quien es fiel, y por el Santo de Israel, el cual te escogió”.

Así ha dicho el SEÑOR: “En tiempo favorable te he respondido, y en el día de salvación te he ayudado. Te guardaré y te pondré por pacto para el pueblo, a fin de que restablezcas la tierra y poseas las heredades desoladas; para que digas a los presos: ‘¡Salgan!’; y a los que están en tinieblas: ‘¡Muéstrense!’. En los caminos serán apacentados, y en todas las cumbres áridas estarán sus pastizales. 10 No tendrán hambre ni sed; ni el calor ni el sol los golpeará. Porque el que tiene misericordia de ellos los guiará y los conducirá a manantiales de aguas. 11 Yo convertiré en camino todos mis montes, y mis calzadas serán levantadas. 12 He aquí, estos vendrán desde lejos; he aquí, esos vendrán del norte y del occidente; y aquellos, de la tierra de Sevene[r]”.

13 ¡Griten de júbilo, oh cielos!

¡Regocíjate, oh tierra!

¡Prorrumpan en cántico, oh montes! Porque el SEÑOR ha consolado

a su pueblo

y de sus afligidos tendrá misericordia.

14 Pero Sion dijo: “El SEÑOR me ha abandonado; el Señor se ha olvidado de mí”.

15 “¿Acaso se olvidará la mujer de su bebé, y dejará de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque ellas se olviden, yo no me olvidaré de ti. 16 He aquí que en las palmas de mis manos te tengo grabada; tus murallas están siempre delante de mí. 17 Tus edificadores[s] vendrán aprisa, y tus destructores y desoladores se irán de ti. 18 Alza tus ojos alrededor y mira: Todos estos se han reunido y han venido a ti. ¡Vivo yo, dice el SEÑOR, que con todos ellos te vestirás como si fueran joyas! ¡Y con ellos te adornarás como una novia! 19 En cuanto a tus ruinas, tu desolación y tu tierra destruida, ciertamente ahora serás demasiado estrecha para los habitantes; y tus destructores estarán lejos. 20 Aun los hijos de los cuales fuiste privada te dirán a los oídos: ‘Este lugar es demasiado estrecho para mí; dame espacio para habitar’. 21 Entonces dirás en tu corazón: ‘¿Quién me dio a luz a estos? Porque yo estuve sola y estéril, desterrada y apartada. He aquí que yo fui dejada sola; ¿de dónde, pues, han venido estos? ¿Quién los crió?’ ”.

22 Así ha dicho el SEÑOR Dios[t]: “He aquí, yo alzaré mi mano hacia las naciones, y levantaré mi bandera a los pueblos. Ellos traerán en su seno a tus hijos, y tus hijas serán traídas en hombros. 23 Reyes serán tus tutores, y sus princesas tus nodrizas. Con el rostro a tierra se postrarán ante ti y lamerán el polvo de tus pies. Así sabrás que yo soy el SEÑOR, y que los que esperan en mí no serán avergonzados”.

24 ¿Le será quitado el botín al valiente guerrero? ¿Será librado el cautivo de las manos de un tirano[u]? 25 Pues así ha dicho el SEÑOR: “Ciertamente el cautivo le será quitado al valiente guerrero, y el botín será librado del tirano. Yo contenderé con los que contienden contra ti, y yo salvaré a tus hijos. 26 A los que te oprimen, los haré comer sus propias carnes; se embriagarán con su propia sangre, como con vino nuevo. Y sabrá todo mortal que yo soy el SEÑOR tu Salvador, tu Redentor, el Fuerte de Jacob”.

Exhortación a ser fiel al Señor

50 Así ha dicho el SEÑOR: “¿Dónde está la carta de divorcio de su madre, con la cual yo la he repudiado? ¿O cuál de mis acreedores es aquel a quien los he vendido?e. He aquí que por sus maldades fueron vendidos, y por sus rebeliones su madre fue repudiada.

“¿Por qué vine, y nadie apareció? ¿Por qué llamé, y nadie respondió? ¿Acaso es demasiado corto mi brazo[v] que no pueda rescatar? ¿Acaso no hay en mí fuerzas para librar? He aquí que con mi reprensión haré que el mar se seque; convertiré los ríos en desierto hasta que se pudran sus peces y se mueran de sed por falta de agua. Yo vestiré de oscuridad los cielos, y les pondré cilicio como cobertura”.

El SEÑOR Dios[w] me ha dado una lengua adiestrada para saber responder palabra al cansado. Me despierta cada mañana; cada mañana despierta mi oído para que yo escuche, como los que son adiestrados. El SEÑOR Dios[x] me abrió el oído, y no fui rebelde ni me volví atrás. Entregué mis espaldas a los que me golpeaban, y mis mejillas a los que me arrancaban la barba. No escondí mi cara de las afrentas ni de los escupitajos. Porque el SEÑOR Dios[y] me ayuda, no he sido confundido. Por eso puse mi rostro firme como un pedernal y sé que no seré avergonzado.

Cercano está a mí el que me justifica. ¿Quién contenderá conmigo? Comparezcamos juntos. ¿Quién es el adversario de mi causa? Acérquese a mí. He aquí que el SEÑOR Dios[z] me ayudará; ¿quién me podrá condenar? He aquí que todos ellos se envejecerán como un vestido, y se los comerá la polilla.

10 ¿Quién entre ustedes teme al SEÑOR y escucha la voz de su siervo? El que anda en tinieblas y carece de luz, confíe en el nombre del SEÑOR y apóyese en su Dios. 11 Pero he aquí que todos ustedes encienden el fuego y prenden[aa] las antorchas. ¡Anden a la luz de su propio fuego, y de las antorchas que han encendido! De mi mano les vendrá esto: ¡Acabarán por yacer en el lugar del tormento!

El Señor traerá eterna salvación

51 “Óiganme, los que siguen la justicia, los que buscan al SEÑOR. Miren la roca de donde fueron cortados, y la cantera de donde fueron extraídos. Miren a Abraham, su padre; y a Sara, que los dio a luz. Porque cuando él era uno solo, yo lo llamé, lo bendije y lo multipliqué”.

Ciertamente el SEÑOR consolará a Sion; él consolará todas sus ruinas. Convertirá su desierto en Edén y su región árida en huerto del SEÑOR. Alegría y gozo habrá en ella, acciones de gracias y sonido de cánticos.

“Estén atentos a mí, oh pueblo mío, y óiganme, oh nación mía; porque de mí saldrá la ley, y mi mandato será para luz de los pueblos. Mi justicia está cercana; la salvación ya se ha iniciado, y mis brazos juzgarán a los pueblos. En mí esperarán las costas, y en mis brazos pondrán su esperanza.

“Alcen sus ojos hacia los cielos, y miren abajo hacia la tierra. Porque los cielos se desvanecerán como humo; la tierra se envejecerá como vestidura, y sus habitantes morirán como moscas. Pero mi salvación permanecerá para siempre, y mi justicia no perecerá.

“Óiganme, los que conocen la justicia, el pueblo en cuyo corazón está mi ley. No teman la afrenta de los hombres, ni se atemoricen ante sus ultrajes. Porque la polilla se los comerá como a vestidura; la larva los consumirá[ab] como a la lana. Pero mi justicia permanecerá para siempre, y mi salvación de generación en generación”.

¡Despierta, despierta, vístete de poder, oh brazo del SEÑOR! Despierta como en los días de la antigüedad, en las generaciones del pasado. ¿No eres tú el que despedazó a Rahab[ac]y el que hirió al monstruo marino? 10 ¿No eres tú el que secó el mar, las aguas del gran océano? ¿No eres tú el que convirtió las profundidades del mar en camino, para que pasaran los redimidos?[ad].

11 “Los rescatados del SEÑOR volverán y entrarán en Sion con cánticos. Y sobre sus cabezas habrá alegría perpetua. Alcanzarán gozo y alegría, y huirán la tristeza y el gemido. 12 Yo soy, yo soy su Consolador[ae]. ¿Quién eres tú para que temas al hombre, que es mortal; al hijo del hombre, que es tratado como el pasto? 13 ¿Te has olvidado ya del SEÑOR, tu Hacedor, que desplegó los cielos y puso los fundamentos de la tierra, para que continuamente y todo el día temas la furia del opresor, cuando se dispone a destruir? Pero, ¿dónde está la furia del opresor? 14 Pronto el que está en cadenas será puesto en libertad; no morirá para ir a la fosa, ni le faltará su alimento. 15 Pues yo soy el SEÑOR tu Dios, quien agita el mar y hace rugir sus olas; el SEÑOR de los Ejércitos es su nombre. 16 Habiendo yo extendido[af] los cielos y fundado la tierra, y habiendo dicho a Sion: ‘Tú eres mi pueblo’, pongo mis palabras en tu boca y te cubro con la sombra de mi mano”.

El Señor aparta su ira de los cautivos

17 ¡Despierta! ¡Despierta! Levántate, oh Jerusalén, que de la mano del SEÑOR bebiste la copa de su furor y que bebiste hasta la última gota de la copa del vértigo. 18 Entre todos los hijos que ella dio a luz, no hay quien la guíe. Entre todos los hijos que crió, no hay quien la tome de la mano. 19 Estas dos cosas te han sobrevenido. ¿Quién se dolerá de ti? Te han sobrevenido la destrucción y la ruina, el hambre y la espada. ¿Quién te consolará?[ag]. 20 Tus hijos se han desmayado; como un antílope en una red, yacen tendidos en las esquinas de todas las calles, llenos de la ira del SEÑOR y de la reprensión de tu Dios.

21 Escucha, pues, esto, miserable y ebria, aunque no de vino. 22 Así ha dicho tu SEÑOR y Dios[ah], tu Dios, quien contiende por su pueblo: “He aquí, he quitado de tu mano la copa del vértigo, la copa de mi ira. Nunca más tendrás que beberla. 23 La pondré en la mano de los que te atormentan, los que dicen a tu alma: ‘Póstrate para que pasemos’. Y tú pusiste tu espalda como tierra, y como calle para los que pasaban”.

Las buenas nuevas de la salvación

52 ¡Despierta! ¡Despierta! Vístete de tu poder, oh Sion; vístete de tu ropa de gala, oh Jerusalén, ciudad santa. Porque nunca más volverá a entrar en ti ningún incircunciso ni impuro.

Despréndete del polvo; levántate y toma asiento, oh Jerusalén[ai]. Suelta las ataduras de tu cuello, oh cautiva hija de Sion. Porque así ha dicho el SEÑOR: “De balde fueron vendidos; por tanto, sin dinero serán rescatados”. Porque así ha dicho el SEÑOR Dios[aj]: “En el pasado mi pueblo descendió a Egipto[ak] para residir allá; después Asiria[al] lo ha oprimido sin motivo. Y ahora, dice el SEÑOR, ¿qué tengo que ver yo aquí, ya que mi pueblo fue traído sin causa? Los que se enseñorean de él se mofan[am], dice el SEÑOR. Continuamente y todo el día mi nombre es blasfemado. Por tanto, mi pueblo conocerá mi nombre en aquel día, pues yo soy el que dice: ‘¡Aquí estoy!’ ”.

¡Cuán hermosos son, sobre los montes, los pies del que trae buenas nuevas, del que anuncia la paz, del que trae buenas nuevas del bien, del que anuncia la salvación, del que dice a Sion: “¡Tu Dios reina!”.

¡Una voz! Tus centinelas alzan la voz. Juntos dan gritos de júbilo, porque cuando el SEÑOR vuelva a Sion, lo verán con sus propios ojos. Prorrumpan juntas con gritos de júbilo, oh ruinas de Jerusalén, porque el SEÑOR ha consolado a su pueblo; ha redimido a Jerusalén. 10 El SEÑOR ha descubierto el brazo de su santidad ante los ojos de todas las naciones. Todos los confines de la tierra verán la salvación de nuestro Dios.

11 ¡Apártense! ¡Apártense! ¡Salgan de allí! ¡No toquen lo impuro! ¡Salgan de en medio de ella! ¡Purifíquense los que llevan los utensilios del SEÑOR! 12 Pues no saldrán con apresuramiento ni irán huyendo; porque el SEÑOR irá delante de ustedes, y el Dios de Israel irá a su retaguardia.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

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