Bible in 90 Days
38 Los oficiales informaron esto a los magistrados superiores, y al saber que eran ciudadanos romanos, tuvieron temor(A). 39 Entonces vinieron y les suplicaron, y después de sacarlos, les rogaban que salieran de la ciudad(B). 40 Cuando salieron de la cárcel, fueron a casa de Lidia(C), y al ver a los hermanos(D), los consolaron[a] y se fueron.
Pablo y Silas en Tesalónica
17 Después de pasar por Anfípolis y Apolonia, Pablo y Silas llegaron a Tesalónica(E), donde había una sinagoga de los judíos. 2 Y Pablo, entró según su costumbre(F), y por tres días de reposo[b](G) discutió con ellos basándose en las Escrituras(H), 3 explicando[c] y presentando[d] evidencia de que era necesario que el Cristo[e] padeciera(I) y resucitara de entre los muertos(J), y diciendo: «Este Jesús, a quien yo les anuncio, es el Cristo(K)». 4 Algunos de ellos creyeron, y se unieron(L) a Pablo y a Silas(M), junto con[f] una gran multitud de griegos(N) temerosos de Dios(O) y muchas[g] de las mujeres principales(P).
5 Pero los judíos, llenos de envidia, llevaron[h] algunos hombres malvados[i] de la plaza pública, organizaron una turba y alborotaron la ciudad(Q). Asaltando la casa de Jasón(R), procuraban sacarlos al pueblo. 6 Al no encontrarlos, arrastraron a Jasón y a algunos de los hermanos ante las autoridades de la ciudad, gritando: «Esos que han trastornado al mundo(S) han venido acá también(T); 7 y Jasón los[j] ha recibido(U). Todos ellos actúan contra los decretos de César, diciendo que hay otro rey, Jesús(V)». 8 Y alborotaron a la multitud y a las autoridades de la ciudad que oían esto. 9 Pero después de recibir una fianza de Jasón(W) y de los otros, los soltaron.
Pablo y Silas enviados a Berea
10 Enseguida los hermanos(X) enviaron de noche a Pablo y a Silas(Y) a Berea(Z), los cuales, al llegar, fueron a la sinagoga de los judíos(AA). 11 Estos eran más nobles que los de Tesalónica(AB), pues[k] recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando diariamente las Escrituras, para ver si estas cosas eran así. 12 Por eso muchos de ellos creyeron(AC), así como también un buen número de[l] griegos, hombres y mujeres(AD) de distinción(AE).
13 Pero cuando los judíos de Tesalónica(AF) supieron que la palabra de Dios había sido proclamada por Pablo también en Berea(AG), fueron también allá para agitar y alborotar a las multitudes. 14 Entonces los hermanos(AH) inmediatamente enviaron a Pablo para que fuera hasta el mar; pero Silas(AI) y Timoteo(AJ) se quedaron allí. 15 Los que conducían a Pablo(AK) lo llevaron hasta Atenas(AL); y después de recibir órdenes de que Silas y Timoteo(AM) se unieran[m] a él(AN) lo más pronto posible, se fueron.
Pablo en Atenas
16 Mientras Pablo los esperaba en Atenas(AO), su espíritu se enardecía dentro de él al contemplar la ciudad llena de ídolos. 17 Así que discutía en la sinagoga(AP) con los judíos y con los gentiles temerosos de Dios(AQ), y diariamente en la plaza con los que estuvieran presentes.
18 También discutían con él algunos de los filósofos epicúreos y estoicos. Y algunos decían: «¿Qué quiere decir este palabrero[n](AR)?». «Parece ser un predicador de divinidades extrañas[o]», decían otros; porque les predicaba a[p] Jesús y la resurrección(AS).
19 Entonces tomaron a Pablo(AT) y lo llevaron al[q] Areópago[r](AU), diciendo: «¿Podemos saber qué es esta nueva enseñanza(AV) que usted proclama[s]? 20 Porque le oímos decir[t] cosas extrañas; por tanto, queremos saber qué significan». 21 Pues todos los atenienses y los extranjeros de visita allí(AW), no pasaban el tiempo en otra cosa sino en decir o en oír algo nuevo.
22 Entonces Pablo poniéndose en pie en medio del Areópago[u], dijo: «Varones atenienses(AX), percibo que ustedes son muy religiosos[v](AY) en todo sentido. 23 Porque mientras pasaba y observaba los objetos de su adoración(AZ), hallé también un altar con esta inscripción: “AL[w] DIOS DESCONOCIDO”. Pues lo que ustedes adoran sin conocer(BA), eso les anuncio yo.
24 »El Dios que hizo el mundo y todo lo que en él hay(BB), puesto que es Señor del cielo y de la tierra(BC), no mora en templos hechos por manos de hombres(BD), 25 ni es servido por manos humanas, como si necesitara de algo(BE), puesto que Él da a todos vida y aliento y todas las cosas.
26 »De uno solo, Dios hizo todas las naciones del mundo(BF) para que habitaran sobre toda la superficie de la tierra, habiendo determinado sus tiempos y las fronteras de los lugares donde viven(BG), 27 para que buscaran a Dios, y de alguna manera, palpando, lo hallen, aunque Él no está lejos de ninguno de nosotros(BH). 28 Porque en Él vivimos, nos movemos y existimos[x](BI), así como algunos de los poetas de ustedes han dicho: “Porque también nosotros somos linaje Suyo”.
29 »Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Naturaleza Divina sea semejante a oro, plata o piedra, esculpidos por el[y] arte y el pensamiento humano(BJ). 30 Por tanto, habiendo pasado por alto los tiempos de ignorancia(BK), Dios declara ahora a todos los hombres, en todas partes, que se arrepientan(BL). 31 Porque Él ha establecido un día en el cual juzgará(BM) al mundo(BN) en justicia, por medio de un Hombre(BO) a quien Él ha designado(BP), habiendo presentado pruebas a todos los hombres cuando lo resucitó de entre los muertos(BQ)».
32 Cuando oyeron de la resurrección de los muertos(BR), algunos se burlaban, pero otros dijeron: «Le escucharemos otra[z] vez acerca de esto». 33 Entonces Pablo salió de entre ellos. 34 Pero algunos se unieron a él y creyeron, entre los cuales estaban[aa] Dionisio el areopagita(BS), una mujer llamada Dámaris y otros con ellos.
Pablo en Corinto
18 Después de esto Pablo salió de Atenas(BT) y fue a Corinto(BU). 2 Allí se encontró con un judío que se llamaba Aquila(BV), natural del Ponto(BW), quien acababa de llegar de Italia(BX) con Priscila(BY) su mujer, pues el emperador Claudio(BZ) había ordenado a todos los judíos que salieran de Roma. Pablo fue a verlos, 3 y como él era del mismo oficio, se quedó con ellos y trabajaban(CA) juntos, pues el oficio de ellos era hacer tiendas de campaña. 4 Y discutía en la sinagoga(CB) todos los días de reposo(CC), tratando de persuadir a judíos y a griegos(CD).
5 Cuando Silas y Timoteo(CE) llegaron(CF) de Macedonia(CG), Pablo comenzó a dedicarse por completo a la predicación de la palabra, testificando solemnemente a los judíos(CH) que Jesús era el Cristo[ab](CI). 6 Pero cuando los judíos se le opusieron y blasfemaron, él sacudió sus ropas(CJ) y les dijo: «Su sangre sea sobre sus cabezas(CK); yo soy limpio; desde ahora me iré a los gentiles(CL)».
7 Partiendo de allí, se fue a la casa de un hombre llamado Ticio Justo, que adoraba a Dios(CM), cuya casa estaba junto a la sinagoga. 8 Crispo(CN), el oficial(CO) de la sinagoga, creyó en el Señor con toda su casa(CP). También muchos de los corintios(CQ), al oír, creían y eran bautizados.
9 Por medio de una visión(CR) durante la noche, el Señor dijo a Pablo: «No temas, sigue hablando y no calles; 10 porque Yo estoy contigo, y nadie te atacará para hacerte daño, porque Yo tengo mucha gente en esta ciudad». 11 Entonces Pablo se quedó allí un año y seis meses, enseñando la palabra de Dios entre ellos.
Pablo ante Galión
12 Pero siendo Galión procónsul(CS) de Acaya(CT), los judíos(CU) se levantaron a una contra Pablo y lo trajeron ante el tribunal(CV). 13 «Este persuade a los hombres a que adoren a Dios en forma contraria a la ley(CW)», dijeron ellos.
14 Cuando Pablo iba a hablar[ac](CX), Galión dijo a los judíos: «Si fuera cuestión de una injusticia o de un crimen depravado, oh judíos, yo les toleraría, como sería razonable. 15 Pero si son cuestiones de palabras y nombres, y de su propia ley(CY), allá ustedes; yo no estoy dispuesto a ser juez de estas cosas».
16 Y los echó del tribunal(CZ). 17 Entonces todos ellos agarraron a Sóstenes(DA), el oficial de la sinagoga(DB), y lo golpeaban frente al tribunal(DC), pero Galión no hacía caso de nada de esto.
Fin del segundo viaje misionero de Pablo, y principio del tercero
18 Pablo, después de quedarse muchos días más, se despidió(DD) de los hermanos(DE) y se embarcó hacia Siria(DF), y con él iban Priscila y Aquila(DG). Y en Cencrea(DH) se hizo cortar el cabello, porque tenía hecho un voto(DI). 19 Llegaron a Éfeso(DJ) y dejó allí a Priscila y Aquila. Y entrando Pablo a la sinagoga, discutía con los judíos(DK). 20 Cuando le rogaron que se quedara más tiempo, no consintió, 21 sino que se despidió de ellos(DL), diciendo[ad]: «Volveré a ustedes otra vez, si Dios quiere(DM)». Y embarcándose, se fue de Éfeso(DN).
22 Al llegar a Cesarea(DO), subió a Jerusalén para saludar a la iglesia, y luego descendió a Antioquía(DP). 23 Después de pasar allí algún tiempo, Pablo fue recorriendo por orden la región de Galacia y de Frigia(DQ), fortaleciendo a todos los discípulos.
Apolos en Éfeso
24 Llegó entonces a Éfeso(DR) un judío que se llamaba Apolos(DS), natural de Alejandría(DT), hombre elocuente[ae], y que era poderoso en las Escrituras. 25 Este había sido instruido en el camino del Señor(DU), y siendo ferviente de espíritu, hablaba y enseñaba con exactitud las cosas referentes a Jesús, aunque solo conocía el bautismo de Juan(DV). 26 Y comenzó a hablar abiertamente en la sinagoga. Pero cuando Priscila y Aquila(DW) lo oyeron, lo llevaron aparte y le explicaron con mayor exactitud el camino de Dios(DX).
27 Cuando Apolos quiso pasar a Acaya(DY), los hermanos(DZ) lo animaron, y escribieron a los discípulos(EA) que lo recibieran. Cuando llegó, ayudó mucho a los que por la gracia habían creído[af], 28 porque refutaba vigorosamente en público a los judíos, demostrando por las Escrituras(EB) que Jesús era el Cristo[ag](EC).
Pablo en Éfeso
19 Mientras Apolos(ED) estaba en Corinto(EE), Pablo, después de haber recorrido las regiones superiores(EF), llegó a Éfeso(EG) y encontró a algunos discípulos, 2 y les preguntó: «¿Recibieron el Espíritu Santo(EH) cuando creyeron(EI)?». Ellos le respondieron: «No, ni siquiera hemos oído si hay un Espíritu Santo[ah](EJ)».
3 Entonces Pablo les preguntó: «¿En qué bautismo, pues, fueron bautizados?». «En el bautismo de Juan(EK)», contestaron ellos. 4 Y Pablo les dijo: «Juan bautizó con el bautismo de arrepentimiento(EL), diciendo al pueblo que creyeran en Aquel que vendría después de él(EM), es decir, en Jesús».
5 Al oír esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús(EN). 6 Cuando Pablo les impuso las manos(EO), vino sobre ellos el Espíritu Santo, y hablaban en lenguas(EP) y profetizaban(EQ). 7 Eran en total unos doce hombres.
La iglesia se establece en Éfeso
8 Pablo entró en la sinagoga, y por tres meses continuó hablando abiertamente(ER), discutiendo y persuadiéndoles acerca[ai] del reino de Dios(ES). 9 Pero cuando algunos se endurecieron y se volvieron desobedientes, hablando mal del Camino(ET) ante la multitud(EU), Pablo se apartó de ellos llevándose a los discípulos(EV), y discutía diariamente en la escuela de Tirano. 10 Esto continuó por dos años(EW), de manera que todos los que vivían en Asia[aj](EX) oyeron la palabra del Señor(EY), tanto judíos como griegos.
11 Dios hacía milagros[ak] extraordinarios(EZ) por mano de Pablo, 12 de tal manera que incluso llevaban pañuelos o delantales de su cuerpo a los enfermos(FA), y las enfermedades los dejaban y los malos espíritus se iban de ellos(FB). 13 Pero también algunos de los judíos, exorcistas(FC) ambulantes, trataron de invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus malos, diciendo: «Les ordeno que salgan, en el Nombre de Jesús a quien Pablo predica». 14 Siete hijos de un tal Esceva, uno de los principales sacerdotes judíos, eran los que hacían esto. 15 Pero el espíritu malo les respondió: «A Jesús conozco[al], y sé quién es Pablo, pero ustedes, ¿quiénes son?».
16 Y el hombre en quien estaba el espíritu malo se lanzó sobre ellos, y los[am] dominó y pudo más que ellos, de manera que huyeron de aquella casa desnudos y heridos. 17 Supieron esto todos los habitantes de Éfeso(FD), tanto judíos como griegos. El temor se apoderó de[an] todos ellos, y el nombre del Señor Jesús era exaltado.
18 También muchos de los que habían creído continuaban viniendo, confesando y declarando las cosas que practicaban[ao]. 19 Muchos de los que practicaban la magia, juntando sus libros, los quemaban a la vista de todos. Calcularon su precio y hallaron que llegaba a 50,000 monedas de plata(FE) (180 kilogramos). 20 Así crecía poderosamente(FF) y prevalecía la palabra del Señor[ap](FG).
Los planes de Pablo
21 Pasadas estas cosas, Pablo decidió en el espíritu[aq] ir a Jerusalén(FH) después de recorrer Macedonia(FI) y Acaya(FJ), diciendo: «Después que haya estado allí, debo visitar[ar] también Roma(FK)». 22 Y habiendo enviado a Macedonia(FL) a dos de sus ayudantes(FM), Timoteo(FN) y Erasto(FO), él se quedó en Asia[as](FP) por algún tiempo.
El tumulto de los plateros
23 Por aquel tiempo se produjo un alboroto no pequeño por motivo del Camino(FQ). 24 Porque cierto platero que se llamaba Demetrio, que labraba templecillos de plata de Diana[at] y producía no pocas ganancias(FR) a los artífices, 25 reunió a estos junto con los obreros de oficios semejantes, y dijo: «Compañeros[au], ustedes saben que nuestra prosperidad depende de[av] este comercio. 26 Pueden ver y oír que no solo en Éfeso(FS), sino en casi toda Asia(FT), este Pablo ha persuadido a una gran cantidad de gente, y la ha apartado, diciendo que los dioses hechos con las manos no son dioses verdaderos(FU). 27 Y no solo corremos el peligro de que nuestro oficio caiga en descrédito, sino también de que el templo de la gran diosa Diana[aw] se considere sin valor, y que ella, a quien adora toda Asia(FV) y el mundo(FW) entero[ax], sea despojada de su grandeza».
28 Cuando oyeron esto, se llenaron de ira, y comenzaron a gritar: «¡Grande es Diana[ay] de los efesios(FX)!». 29 La ciudad se llenó de confusión y a una se precipitaron en el teatro, arrastrando[az] consigo a Gayo y a Aristarco(FY), los compañeros de viaje de Pablo(FZ), que eran de Macedonia(GA). 30 Cuando Pablo quiso ir a la multitud[ba], los discípulos(GB) no se lo permitieron. 31 También algunas de las autoridades de la provincia de Asia, que eran amigos de Pablo[bb], le enviaron mensaje y repetidamente le rogaron que no se aventurara[bc] a presentarse en el teatro.
32 Así que unos gritaban una cosa y otros otra(GC), porque había confusión en la asamblea[bd], y la mayoría no sabía por qué razón[be] se habían reunido. 33 Algunos de la multitud pensaron que se trataba de Alejandro[bf], puesto que los judíos lo habían empujado hacia adelante. Entonces Alejandro, haciendo señal de silencio con la mano(GD), quería hacer su defensa ante la asamblea[bg]. 34 Pero cuando se dieron cuenta de que era judío, un clamor se levantó de todos ellos, gritando como por dos horas: «¡Grande es Diana[bh] de los efesios!».
35 Entonces el secretario[bi], después de calmar a la multitud, dijo*: «Ciudadanos[bj] de Éfeso(GE), ¿hay acaso algún hombre que no sepa que la ciudad de los efesios es guardiana del templo de la gran Diana[bk] y de la imagen que descendió del cielo[bl]? 36 Puesto que estos hechos son innegables, deben guardar calma y no hacer nada precipitadamente. 37 Porque han traído a estos hombres que ni roban templos(GF), ni blasfeman a nuestra diosa[bm].
38 »Así pues, si Demetrio y los artífices que están con él tienen queja contra alguien, los tribunales están abiertos y los procónsules(GG) dispuestos; presenten sus acusaciones unos contra otros. 39 Pero si demandan algo más que esto, se decidirá en asamblea[bn] legítima[bo]. 40 Porque ciertamente corremos peligro de ser acusados de crear problemas en relación con lo acontecido hoy, ya que no existe causa justificada para esto, y por ello no podremos explicar este alboroto[bp]». 41 Y habiendo dicho esto, despidió la asamblea[bq].
Viaje de Pablo por Macedonia y Grecia
20 Después que cesó el alboroto, Pablo mandó llamar a los discípulos(GH), y habiéndolos exhortado, despidiéndose, partió para ir(GI) a Macedonia(GJ). 2 Y después de recorrer aquellas regiones y de haberlos exhortado mucho, llegó a Grecia. 3 Pasó allí tres meses, y habiéndose tramado un plan en su contra de parte de los judíos(GK) cuando estaba por embarcarse para Siria(GL), tomó la decisión de regresar por Macedonia(GM).
4 Lo acompañaban Sópater de Berea(GN), hijo de Pirro; Aristarco(GO) y Segundo de los tesalonicenses(GP); Gayo(GQ) de Derbe(GR), y Timoteo(GS); Tíquico(GT) y Trófimo(GU) de Asia[br](GV). 5 Pero estos se habían adelantado y nos(GW) esperaban en Troas(GX). 6 Nos embarcamos(GY) en Filipos(GZ) después de los días de la Fiesta de los Panes sin Levadura[bs](HA), y en cinco días llegamos adonde ellos estaban en Troas(HB); y allí nos quedamos siete días.
Despedida de Pablo en Troas
7 El primer día de la semana(HC), cuando estábamos reunidos(HD) para partir el pan(HE), Pablo les hablaba, pensando salir al día siguiente, y prolongó su discurso[bt] hasta la medianoche. 8 Había muchas lámparas(HF) en el aposento alto(HG) donde estábamos reunidos. 9 Y estaba sentado en la ventana un joven llamado Eutico. Como Pablo continuaba hablando, Eutico fue cayendo en un profundo sueño hasta que, vencido por el sueño, se cayó desde el tercer piso y lo levantaron muerto. 10 Pero Pablo bajó y se tendió sobre él(HH), y después de abrazarlo, dijo: «No se alarmen[bu], porque está vivo[bv](HI)».
11 Volviendo arriba, después de partir el pan(HJ) y de comer[bw], conversó largamente con ellos hasta el amanecer, y entonces se marchó. 12 Al muchacho se lo llevaron vivo, y quedaron grandemente[bx] consolados.
Viaje de Troas a Mileto
13 Entonces nosotros(HK), adelantándonos a tomar la nave, salimos para Asón, con el propósito de recoger allí a Pablo, pues así lo había decidido, deseando él ir por tierra[by] hasta Asón. 14 Cuando nos encontró en Asón, lo recibimos a bordo y nos dirigimos a Mitilene. 15 Saliendo de allí, al día siguiente llegamos frente a Quío; y al otro día atracamos en Samos. Habiendo hecho escala en Trogilio[bz], al día siguiente llegamos a Mileto(HL). 16 Porque Pablo había decidido dejar a un lado a Éfeso(HM) para no detenerse en Asia(HN), pues se apresuraba para estar, en Jerusalén(HO) el día de Pentecostés(HP) si le era posible.
17 Desde Mileto mandó mensaje a Éfeso(HQ) y llamó a los ancianos(HR) de la iglesia.
Despedida en Mileto
18 Cuando vinieron a él, les dijo:
«Ustedes bien saben cómo he sido con ustedes todo el tiempo, desde el primer día que estuve[ca] en Asia(HS). 19 He servido al Señor con toda humildad, con lágrimas y con pruebas que vinieron sobre mí por causa de las intrigas de los judíos(HT). 20 Bien saben cómo no rehuí declararles a ustedes(HU) nada que fuera útil, y de enseñarles públicamente y de casa en casa[cb], 21 testificando(HV) solemnemente, tanto a judíos como a griegos, del arrepentimiento(HW) para con Dios y de la fe en nuestro Señor Jesucristo(HX).
22 »Ahora yo, atado en espíritu[cc], voy a Jerusalén(HY) sin saber lo que allá me sucederá, 23 salvo que el Espíritu Santo(HZ) solemnemente me da testimonio(IA) en cada ciudad, diciendo que me esperan cadenas y aflicciones(IB). 24 Pero en ninguna manera estimo(IC) mi vida como valiosa para mí mismo, a fin de poder terminar mi carrera[cd](ID) y el ministerio(IE) que recibí del Señor Jesús(IF), para dar testimonio(IG) solemnemente del evangelio de la gracia de Dios(IH).
25 »Y ahora, yo sé que ninguno de ustedes, entre quienes anduve predicando el reino(II), volverá a ver mi rostro. 26 Por tanto, les doy testimonio[ce] en este día de que soy inocente[cf](IJ) de la sangre de todos, 27 pues no rehuí declararles(IK) todo el propósito[cg] de Dios(IL).
28 »Tengan cuidado de sí mismos y de toda la congregación(IM), en medio de la cual el Espíritu Santo les ha hecho obispos[ch] para pastorear la iglesia de Dios(IN), la cual Él compró[ci] con Su propia sangre(IO). 29 Sé que después de mi partida, vendrán lobos feroces(IP) entre ustedes que no perdonarán el rebaño(IQ). 30 También de entre ustedes mismos se levantarán algunos[cj] hablando cosas perversas para arrastrar a los discípulos(IR) tras ellos. 31 Por tanto, estén alerta, recordando que por tres años(IS), de noche y de día, no cesé de amonestar a cada uno con lágrimas(IT).
32 »Ahora los encomiendo a Dios[ck](IU) y a la palabra de Su gracia(IV), que es poderosa para edificarlos(IW) y darles la herencia entre todos los santificados(IX). 33 Ni la plata, ni el oro, ni la ropa de nadie he codiciado(IY). 34 Ustedes saben que estas manos(IZ) me sirvieron para mis propias necesidades y las de los que estaban conmigo(JA). 35 En todo les mostré que así, trabajando, deben ayudar a los débiles, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: “Más bienaventurado es dar que recibir”».
36 Cuando Pablo terminó de hablar[cl], se arrodilló y oró(JB) con todos ellos. 37 Comenzaron todos a llorar desconsoladamente[cm], y abrazando a[cn] Pablo, lo besaban(JC). 38 Estaban afligidos[co] especialmente por la palabra que había dicho de que ya no volverían a ver su rostro(JD). Y lo acompañaron(JE) hasta el barco.
Despedida en Tiro
21 Después de separarnos(JF) de ellos, salimos y navegamos con rumbo directo(JG) a Cos, al día siguiente a Rodas, y de allí a Pátara. 2 Al encontrar un barco que iba para Fenicia(JH), subimos a bordo y nos hicimos a la vela.
3 Cuando vimos la isla de Chipre(JI), dejándola a la izquierda, navegamos hacia Siria(JJ), y desembarcamos en Tiro(JK) porque la nave(JL) debía dejar allí su cargamento. 4 Después de hallar a los discípulos(JM), nos quedamos allí siete días, y ellos le decían a Pablo, por el Espíritu[cp](JN), que no fuera a Jerusalén[cq].
5 Pasados aquellos días[cr] partimos y emprendimos nuestro viaje mientras que todos ellos, con sus mujeres e hijos, nos acompañaron(JO) hasta las afueras de la ciudad. Después de arrodillarnos y orar(JP) en la playa, nos despedimos unos de otros. 6 Entonces subimos al barco y ellos regresaron a sus hogares(JQ).
Pablo en Cesarea
7 Terminado el viaje desde Tiro(JR), llegamos a Tolemaida, y después de saludar a los hermanos(JS), nos quedamos con ellos un día. 8 Al día siguiente partimos y llegamos a Cesarea(JT), y entrando en la casa de Felipe, el evangelista(JU), que era uno de los siete(JV), nos quedamos con él. 9 Este tenía cuatro hijas vírgenes que profetizaban(JW).
10 Y deteniéndonos allí varios días, descendió de Judea cierto profeta llamado Agabo(JX), 11 quien vino[cs] a vernos, y tomando el cinto de Pablo(JY), se ató las manos y los pies, y dijo: «Así dice el Espíritu Santo(JZ): “Así atarán(KA) los judíos en Jerusalén al dueño de este cinto, y lo entregarán en manos de los gentiles(KB)”».
12 Al escuchar esto, tanto nosotros como los que vivían allí[ct] le rogábamos que no subiera a Jerusalén(KC). 13 Entonces Pablo respondió: «¿Qué hacen, llorando y quebrantándome el corazón? Porque listo estoy no solo a ser atado, sino también a morir en Jerusalén por el nombre del Señor Jesús(KD)». 14 Como no se dejaba persuadir, dejamos de insistir, diciéndonos: «Que se haga la voluntad del Señor(KE)».
15 Después de estos días nos preparamos y comenzamos a subir hacia Jerusalén(KF). 16 Nos acompañaron también algunos de los discípulos(KG) de Cesarea(KH), quienes nos condujeron a Mnasón, de Chipre(KI), un antiguo(KJ) discípulo con quien deberíamos hospedarnos.
Pablo en Jerusalén
17 Cuando llegamos a Jerusalén, los hermanos(KK) nos recibieron con regocijo. 18 Al día siguiente Pablo fue[cu] con nosotros a ver a Jacobo[cv](KL), y todos los ancianos(KM) estaban presentes. 19 Después de saludarlos, comenzó a referirles una por una las cosas que Dios había hecho entre los gentiles(KN) mediante su ministerio(KO).
20 Ellos, cuando lo oyeron, glorificaban a Dios(KP) y le dijeron: «Hermano, ya ves cuántos miles[cw] hay entre los judíos que han creído, y todos son celosos de la ley(KQ). 21 Se les ha contado acerca de ti, que enseñas a todos los judíos entre los gentiles que se aparten de Moisés(KR), diciéndoles que no circunciden(KS) a sus hijos ni observen[cx] las tradiciones(KT). 22 Entonces, ¿qué es lo que se debe hacer? Porque sin duda la multitud se reunirá[cy] pues oirán que has venido.
23 »Por tanto, haz esto que te decimos. Tenemos cuatro hombres que han hecho un voto[cz](KU); 24 tómalos y purifícate junto con ellos(KV), y paga sus gastos[da] para que se rasuren la cabeza(KW). Así todos sabrán que no hay nada cierto en lo que se les ha dicho acerca de ti, sino que tú también vives ordenadamente, guardando la ley. 25 Pero en cuanto a los gentiles que han creído, nosotros les hemos escrito, habiendo decidido que deben abstenerse de todo lo que ha sido sacrificado a los ídolos, de sangre y de comer carne de animales estrangulados y de fornicación(KX)».
26 Entonces Pablo tomó consigo a los hombres, y al día siguiente, purificándose[db] junto con ellos(KY), fue al templo, notificando de la terminación de los días de purificación(KZ), hasta que el sacrificio se ofreciera por cada uno de ellos.
El tumulto en el templo
27 Cuando estaban para cumplirse los siete días(LA), los judíos(LB) de Asia[dc](LC), al verlo en el templo alborotaron a todo el pueblo y le echaron mano, 28 gritando: «¡Hombres de Israel[dd], ayúdennos! Este es el hombre que enseña[de] a todos, por todas partes, contra nuestro pueblo, la ley y este lugar(LD). Además, incluso ha traído griegos al templo, y ha profanado este lugar santo(LE)». 29 Pues anteriormente habían visto a Trófimo(LF) el Efesio(LG) con él en la ciudad, y pensaban que Pablo lo había traído al templo.
30 Se alborotó toda la ciudad, y llegó el pueblo corriendo de todas partes[df]. Apoderándose de Pablo lo arrastraron fuera del templo(LH), y al instante cerraron las puertas. 31 Mientras procuraban matarlo, llegó aviso al comandante[dg] de la compañía[dh] romana(LI) que toda Jerusalén estaba en confusión. 32 Inmediatamente tomó consigo algunos soldados y centuriones, y corrió hacia ellos; cuando el pueblo vio al comandante y a los soldados, dejaron de golpear a Pablo(LJ).
33 Entonces el comandante llegó y lo arrestó, y ordenó que lo ataran(LK) con dos cadenas(LL), y preguntaba quién era y qué había hecho. 34 Pero entre la muchedumbre unos gritaban una cosa y otros otra(LM), y como él no pudo averiguar con certeza los hechos, debido al tumulto, ordenó que llevaran a Pablo al cuartel(LN). 35 Cuando Pablo llegó a las gradas(LO), los soldados tuvieron que cargarlo por causa de la violencia de la turba[di]; 36 porque la multitud del pueblo lo seguía, gritando: «¡Muera(LP)!».
Defensa de Pablo en Jerusalén
37 Cuando estaban para meterlo en el cuartel(LQ), Pablo dijo al comandante: «¿Puedo decirte algo?». Y él dijo*: «¿Sabes griego? 38 ¿Entonces tú no eres el egipcio que hace tiempo[dj] levantó una revuelta y sacó los 4,000 hombres(LR) de los asesinos[dk] al desierto(LS)?».
39 Pablo respondió: «Yo soy judío de Tarso(LT) de Cilicia(LU), ciudadano de una ciudad no sin importancia. Te suplico que me permitas hablar al pueblo». 40 Cuando el comandante le concedió el permiso, Pablo, de pie sobre las gradas(LV), hizo señal al pueblo con su mano(LW), y cuando hubo[dl] gran silencio, les habló en el idioma hebreo[dm](LX):
22 «Hermanos y padres, escuchen(LY) mi defensa que ahora presento ante ustedes», decía Pablo.
2 Cuando oyeron que se dirigía a ellos en el idioma hebreo[dn](LZ), observaron aún más silencio. El continuó*:
Pablo da testimonio de su conversión
3 «Yo soy judío(MA), nacido en Tarso(MB) de Cilicia(MC), pero criado en esta ciudad, educado bajo[do] Gamaliel(MD) en estricta conformidad(ME) a la ley de nuestros padres[dp], siendo tan celoso de Dios como todos ustedes lo son(MF) hoy. 4 Perseguí este Camino(MG) hasta la muerte, encadenando y echando en cárceles tanto a hombres como a mujeres(MH), 5 de lo cual pueden testificar[dq] el sumo sacerdote(MI) y todo el Concilio[dr] de los ancianos(MJ). De ellos recibí cartas(MK) para los hermanos[ds](ML), y me puse en marcha para Damasco con el fin de traer presos[dt] a Jerusalén(MM) también a los que estaban allá, para que fueran castigados.
6 »(MN)Y aconteció que cuando iba de camino, estando ya cerca de Damasco, como al mediodía, de repente una luz muy brillante fulguró desde el cielo a mi alrededor. 7 Caí al suelo y oí una voz que me decía: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?”. 8 Y respondí: “¿Quién eres, Señor?”. Y Él me dijo: “Yo soy Jesús el Nazareno(MO), a quien tú persigues”.
9 »Los que estaban conmigo vieron la luz(MP), ciertamente, pero no comprendieron[du] la voz(MQ) de Aquel que me hablaba. 10 Y yo dije: “¿Qué debo hacer(MR), Señor?”. Y el Señor me dijo: “Levántate y entra a Damasco; y allí se te dirá todo lo que se ha ordenado que hagas”.
11 »Pero como yo no veía por causa del resplandor[dv] de aquella luz, los que estaban conmigo me llevaron de la mano y entré a Damasco(MS). 12 Y uno llamado Ananías(MT), hombre piadoso según las normas de la ley, y de quien daban buen testimonio todos los judíos(MU) que vivían allí, 13 vino a mí, y poniéndose a mi lado, me dijo: “Hermano Saulo, recibe la vista(MV)”. En ese mismo instante[dw](MW) alcé los ojos y lo miré.
14 »Y él dijo: “El Dios de nuestros padres(MX) te ha designado[dx](MY) para que conozcas Su voluntad, y para que veas(MZ) al Justo(NA) y oigas palabra[dy] de Su boca. 15 Porque tú serás testigo(NB) Suyo a todos los hombres de lo que has visto y oído(NC). 16 Y ahora, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate(ND), y lava tus pecados(NE) invocando Su nombre(NF)”.
17 »Cuando regresé a Jerusalén(NG) y me hallaba orando en el templo, caí en un éxtasis(NH), 18 y vi al Señor que me decía: “Apresúrate y sal pronto de Jerusalén porque no aceptarán tu testimonio acerca de Mí(NI)”.
19 »Entonces yo dije: “Señor, ellos saben bien que en las sinagogas, una tras otra, yo encarcelaba(NJ) y azotaba(NK) a los que creían en Ti. 20 Cuando se derramaba la sangre de Tu testigo Esteban, allí estaba también yo dando mi aprobación, y cuidando los mantos de los que lo estaban matando(NL)”. 21 Pero Él me dijo: “Ve, porque te voy a enviar lejos, a los gentiles(NM)”».
Pablo bajo vigilancia del comandante
22 La multitud lo oyó hasta que dijo esto[dz], entonces alzaron sus voces y dijeron: «¡Quita de la tierra a ese hombre(NN)! No se le debe permitir que viva(NO)».
23 Como ellos vociferaban, y arrojaban sus mantos(NP), y echaban polvo(NQ) al aire, 24 el comandante[ea] ordenó que llevaran a Pablo al cuartel(NR), diciendo que debía ser sometido(NS) a[eb] azotes para saber la razón por qué la gente gritaban contra él de aquella manera. 25 Cuando lo estiraron con[ec] correas, Pablo dijo al centurión que estaba allí: «¿Les es lícito azotar a un ciudadano[ed] romano(NT) sin haberle hecho juicio?».
26 Al oír esto el centurión, fue al comandante y le avisó: «¿Qué vas a hacer? Porque este hombre es ciudadano romano». 27 Vino el comandante a Pablo y le dijo: «Dime, ¿eres ciudadano romano?». «Sí», contestó él. 28 Y el comandante respondió: «Yo adquirí esta ciudadanía por una gran cantidad de dinero». «Pero yo soy ciudadano romano de nacimiento», le dijo Pablo.
29 Entonces los que iban a someterlo a[ee] azotes(NU), al instante lo soltaron[ef]. También el comandante tuvo temor cuando supo que Pablo era ciudadano romano(NV), y porque lo había atado con cadenas(NW).
Pablo ante el Concilio
30 Al día siguiente, queriendo el comandante saber con certeza(NX) la causa por la cual los judíos lo acusaban a Pablo, lo soltó, y ordenó a los principales sacerdotes y a todo el Concilio[eg](NY) que se reunieran. Después llevó[eh] a Pablo y lo puso ante ellos(NZ).
23 Entonces Pablo, mirando fijamente al Concilio[ei](OA), dijo: «Hermanos[ej](OB), hasta este día yo he vivido delante de Dios con una conciencia perfectamente limpia[ek](OC)».
2 Y el sumo sacerdote Ananías(OD) ordenó a los que estaban junto a él, que lo golpearan(OE) en la boca. 3 Entonces Pablo le dijo: «¡Dios lo golpeará a usted, pared blanqueada(OF)! ¿Se sienta usted para juzgarme conforme a la ley, y viola la ley ordenando que me golpeen(OG)?».
4 Los que estaban allí observando, dijeron: «¿Al sumo sacerdote de Dios injurias?». 5 Y Pablo dijo: «No sabía, hermanos, que él era el sumo sacerdote; porque escrito está: “No hablarás mal de una de las autoridades de tu pueblo(OH)”».
6 Entonces Pablo, dándose cuenta de que una parte eran saduceos y otra fariseos(OI), alzó la voz en el Concilio(OJ): «Hermanos[el](OK), yo soy fariseo(OL), hijo de fariseos. Se me juzga a causa de la esperanza de[em] la resurrección de los muertos(OM)». 7 Cuando dijo esto, se produjo un altercado entre los fariseos y los saduceos, y la asamblea se dividió. 8 Porque los saduceos dicen que no hay resurrección(ON), ni ángel, ni espíritu, pero los fariseos creen todo esto.
9 Se produjo entonces un gran alboroto. Y levantándose algunos de los escribas del grupo de los fariseos(OO), discutían enérgicamente, diciendo: «No encontramos nada malo en este hombre(OP); pero ¿y si un espíritu o un ángel le ha hablado(OQ)?». 10 Al surgir un gran altercado, el comandante[en] tuvo temor de que Pablo fuera despedazado por ellos, y ordenó que las tropas descendieran, lo sacaran de entre ellos a la fuerza y lo llevaran al cuartel(OR).
11 A la noche siguiente el Señor se le apareció a Pablo y le dijo(OS): «Ten ánimo(OT), porque como has testificado fielmente(OU)de Mi causa en Jerusalén(OV), así has de testificar también en Roma».
Conspiración de los judíos contra Pablo
12 Cuando se hizo de día, los judíos tramaron una conspiración[eo](OW) y se comprometieron bajo juramento[ep], diciendo que no comerían ni beberían hasta que hubieran matado a Pablo(OX). 13 Los que tramaron este plan eran más de cuarenta hombres, 14 los cuales fueron a los principales sacerdotes y a los ancianos y dijeron: «Nos hemos comprometido bajo solemne juramento[eq] a no probar nada hasta que hayamos matado a Pablo(OY). 15 Ahora pues, ustedes y[er] el Concilio(OZ), avisen al comandante para que lo haga comparecer[es] ante ustedes, como si quisieran hacer una investigación más minuciosa para resolver su caso. Nosotros por nuestra parte estamos listos para matarlo antes de que llegue».
16 Pero el hijo de la hermana de Pablo se enteró de la emboscada, y fue y entró[et] al cuartel(PA) y dio aviso a Pablo. 17 Pablo, llamando a uno de los centuriones, dijo: «Lleva a este joven al comandante, porque tiene algo que informarle».
18 Él entonces, tomándolo consigo, lo condujo al comandante, y le dijo*: «Pablo, el preso(PB), me llamó y me pidió que te trajera a este joven, pues tiene algo que decirte». 19 El comandante, tomándolo de la mano, y llevándolo aparte, le preguntó: «¿Qué es lo que tienes que informarme?».
20 Y el joven respondió: «Los judíos se han puesto de acuerdo en pedirle que mañana lleve a Pablo al Concilio(PC) con el pretexto de hacer una indagación más a fondo sobre él(PD). 21 Pero no les preste atención[eu], porque más de cuarenta hombres de ellos, que se han comprometido bajo juramento[ev] a no comer ni beber hasta que lo hayan matado(PE), esperan emboscados(PF). Ellos ya están listos esperando promesa de parte suya[ew]». 22 Entonces el comandante dejó ir al joven, encomendándole: «No digas a nadie que me has informado de estas cosas».
23 Y llamando a dos de los centuriones, dijo: «Preparen 200 soldados para las nueve de la noche, con[ex] setenta jinetes y 200 lanceros[ey], para que vayan a Cesarea(PG)». 24 Debían preparar también cabalgaduras para Pablo y llevarlo a salvo al gobernador Félix(PH).
Carta de Claudio Lisias a Félix
25 También el comandante escribió una carta en estos términos:
26 «Claudio Lisias, al excelentísimo(PI) gobernador Félix: Salud(PJ).
27 Cuando este hombre fue arrestado por los judíos, y estaba a punto de ser muerto por ellos, al saber que era romano(PK), fui con las tropas y lo rescaté(PL).
28 Queriendo cerciorarme de la causa por la cual lo acusaban, lo llevé a su Concilio(PM)
29 y hallé que lo acusaban sobre cuestiones de su ley(PN), pero no de ningún[ez] cargo que mereciera muerte o prisión[fa](PO).
30 Cuando se me informó de que había un plan(PP) en contra del hombre, se lo envié enseguida, instruyendo también a sus acusadores(PQ) que presenten los cargos[fb] contra él delante de usted[fc]».
31 Así que los soldados, de acuerdo con las órdenes que tenían, tomaron a Pablo y lo llevaron de noche a Antípatris. 32 Al día siguiente regresaron al cuartel(PR) dejando que los de a caballo(PS) siguieran con él, 33 los cuales, después de llegar a Cesarea(PT) y de entregar la carta al gobernador(PU), le presentaron también a Pablo.
34 Cuando el gobernador leyó la carta, preguntó de qué provincia(PV) era Pablo. Y al enterarse de que era de Cilicia(PW), 35 dijo: «Te oiré cuando estén presentes también tus acusadores(PX)». Y mandó que lo guardaran(PY) en el Pretorio[fd] de Herodes.
Los judíos acusan a Pablo ante Félix
24 Cinco días más tarde(PZ) el sumo sacerdote Ananías(QA) descendió a Cesarea con algunos ancianos y con un abogado[fe] llamado Tértulo; y[ff] presentaron al gobernador(QB) sus cargos[fg] contra Pablo. 2 Después que llamaron a Pablo[fh], Tértulo comenzó a acusarlo, diciendo al gobernador:
«Ya que por usted hemos obtenido mucha paz, y que por providencia suya se están llevando a cabo reformas en favor de esta nación, 3 nosotros, por todos los medios y en todas partes, reconocemos esto con profunda gratitud, oh excelentísimo Félix(QC).
4 »Pero para no molestarle más, le suplico que, con su habitual bondad, nos conceda una breve audiencia[fi]. 5 Pues hemos descubierto[fj] que este hombre es verdaderamente una plaga[fk], y que provoca disensiones entre todos los judíos por el mundo entero, y es líder de la secta(QD) de los nazarenos. 6 Hasta trató de profanar el templo(QE). Entonces[fl] lo arrestamos [fm]y quisimos juzgarlo conforme a nuestra ley.
7 »Pero interviniendo el comandante[fn] Lisias, con gran violencia lo quitó de nuestras manos, 8 mandando a sus acusadores que vinieran a usted. Si usted mismo lo interroga sobre todo lo que he dicho[fo], podrá confirmar las cosas de que lo acusamos». 9 Los judíos se unieron también a la acusación[fp](QF), asegurando que, efectivamente, así era todo.
Defensa de Pablo
10 Después que el gobernador(QG) le hizo una señal para que hablara, Pablo respondió: «Sabiendo que por muchos años usted ha sido juez de esta nación, con gusto presento mi defensa, 11 puesto que usted puede comprobar el hecho de que no hace más de doce días(QH) que subí a Jerusalén a adorar. 12 Y ni en el templo(QI), ni en las sinagogas, ni en la ciudad misma me encontraron discutiendo con nadie o provocando un tumulto[fq](QJ). 13 Ni tampoco pueden probar de lo que ahora me acusan(QK).
14 »Pero esto admito ante usted, que según el Camino(QL) que ellos llaman secta(QM), yo sirvo al Dios de nuestros padres[fr](QN), creyendo todo lo que es conforme a la ley y lo que está escrito en los profetas(QO); 15 teniendo la misma esperanza en Dios que estos también abrigan, de que ciertamente habrá una resurrección tanto de los justos como de los impíos[fs](QP). 16 Por esto, yo también me esfuerzo por conservar[ft] siempre una conciencia irreprensible delante de Dios(QQ) y delante de los hombres.
17 »Después de varios años(QR), he venido para traer limosnas[fu](QS) a mi nación y a presentar ofrendas. 18 En esto estaba cuando me encontraron en el templo, después de haberme purificado(QT), no con multitud ni con alboroto(QU). Pero estaban allí ciertos judíos de Asia[fv](QV), 19 y que deberían haberse presentado aquí ante usted y acusarme(QW) si tuvieran algo contra mí.
20 »O si no, que estos mismos digan qué delito encontraron cuando comparecí ante el Concilio[fw](QX), 21 a no ser por esta sola declaración[fx] que hice en voz alta mientras estaba entre ellos: “Por la resurrección de los muertos soy juzgado hoy ante ustedes(QY)”».
22 Entonces Félix, que conocía con bastante exactitud acerca del Camino(QZ), dejó el fallo para después, diciendo[fy]: «Cuando venga[fz] el comandante Lisias decidiré el caso de ustedes». 23 Y dio órdenes al centurión de que tuviera a Pablo[ga] bajo custodia(RA), pero con alguna medida de libertad(RB), y que no impidiera a ninguno de sus amigos[gb] que lo sirvieran(RC).
Pablo preso por dos años en Cesarea
24 Pero pocos días más tarde, llegó Félix con Drusila su mujer[gc], que era judía, y mandó traer a Pablo y lo oyó hablar acerca de la fe en Cristo Jesús(RD). 25 Al disertar Pablo[gd] sobre la justicia(RE), el dominio propio(RF) y el juicio venidero(RG), Félix, atemorizado dijo[ge]: «Vete por ahora, pero cuando tenga tiempo te mandaré llamar».
26 Al mismo tiempo, tenía esperanza de que Pablo le diera dinero(RH). Por eso acostumbraba llamarlo con frecuencia y conversar con él. 27 Pero transcurridos dos años, Porcio Festo(RI) llegó como sucesor de Félix[gf], y deseando hacer un favor a los judíos(RJ), Félix dejó preso a Pablo(RK).
Pablo ante Festo
25 Festo, entonces, tres días después de haber llegado a la provincia(RL), subió a Jerusalén desde Cesarea(RM). 2 Y los principales sacerdotes y los judíos más influyentes le presentaron acusaciones contra Pablo(RN), e insistían con Festo[gg], 3 pidiéndole, el favor[gh] de que hiciera traer a Pablo a Jerusalén[gi], preparando ellos, al mismo tiempo, una emboscada para matarlo(RO) en el camino.
4 Pero Festo respondió(RP) que Pablo estaba bajo custodia(RQ) en Cesarea(RR), y que en breve él mismo saldría para allá. 5 Por tanto dijo*: «Que los más influyentes de ustedes vayan allá[gj] conmigo, y si hay algo malo en el hombre, que lo acusen».
Pablo apela a César
6 Después de haberse quedado no más de ocho o diez días entre ellos, descendió a Cesarea(RS), y al día siguiente se sentó en el tribunal(RT) y ordenó que trajeran a Pablo. 7 Cuando este llegó, lo rodearon los judíos que habían descendido de Jerusalén, presentando contra él muchas y graves acusaciones(RU) que no podían probar(RV), 8 mientras Pablo decía en defensa propia: «No he cometido ningún delito, ni contra la ley de los judíos, ni contra el templo(RW), ni contra César».
9 Pero Festo, queriendo hacer un favor a los judíos(RX), respondió a Pablo, y dijo: «¿Estás dispuesto a subir a Jerusalén y a ser juzgado delante de mí por estas acusaciones(RY)?». 10 Entonces Pablo respondió: «Ante el tribunal(RZ) de César estoy, que es donde debo ser juzgado. Ningún agravio he hecho a los judíos, como también usted muy bien sabe. 11 Si soy, pues, un malhechor y he hecho algo digno de muerte, no rehúso morir. Pero si ninguna de esas cosas de que estos me acusan es verdad, nadie puede entregarme a ellos. Apelo a César(SA)». 12 Entonces Festo, habiendo deliberado con el consejo[gk], respondió: «A César has apelado, a César irás».
Pablo ante Herodes Agripa II
13 Pasados varios días, el rey Herodes Agripa II y Berenice llegaron a Cesarea(SB) y fueron a saludar a Festo[gl]. 14 Como estuvieron allí muchos días, Festo presentó el caso de Pablo ante el rey, diciendo: «Hay un hombre que Félix dejó preso(SC), 15 acerca del cual, estando yo en Jerusalén, los principales sacerdotes y los ancianos de los judíos presentaron acusaciones contra él(SD), pidiendo sentencia condenatoria contra él. 16 Yo les respondí(SE) que no es costumbre de los romanos entregar a un hombre sin que antes el acusado confronte a sus acusadores(SF), y tenga la oportunidad de defenderse de los cargos.
17 »Así que cuando[gm] se reunieron aquí, sin ninguna demora, al día siguiente me senté en el tribunal(SG) y ordené traer al hombre. 18 Levantándose los acusadores, presentaban acusaciones contra él, pero no de la clase de crímenes que yo suponía, 19 sino que simplemente tenían contra él ciertas cuestiones(SH) sobre su propia religión[gn](SI), y sobre cierto Jesús, ya muerto, de quien Pablo afirmaba que estaba vivo.
20 »Pero estando yo perplejo cómo investigar estas cuestiones, le pregunté si estaba dispuesto a ir a Jerusalén y ser juzgado de estas cosas allá(SJ). 21 Pero como Pablo apeló(SK) que se le tuviera bajo custodia para que el emperador Nerón diera el fallo, ordené que continuara bajo custodia hasta que yo lo enviara a César». 22 Entonces Agripa II(SL) dijo a Festo: «A mí también me gustaría oír al hombre». «Mañana lo oirás», dijo* Festo.
23 Así que al día siguiente, cuando Agripa II y Berenice(SM) entraron al auditorio en medio de gran pompa, acompañados por[go] los comandantes[gp] y los hombres importantes de la ciudad, por orden de Festo, fue traído Pablo. 24 Y Festo dijo*: «Rey Agripa y todos los demás[gq] aquí presentes con nosotros; este es el hombre acerca del cual los judíos(SN), tanto en Jerusalén como aquí, me hicieron una petición declarando a gritos que no debe vivir más(SO).
25 »Pero a mí me parece que no ha hecho nada digno de muerte(SP), pero como él mismo apeló al emperador[gr], he decidido enviarlo(SQ) a Roma. 26 Sin embargo, no tengo nada definido sobre él[gs] para escribirle a mi señor. Por eso lo he traído ante ustedes, y especialmente ante ti, rey Agripa, para que después de que se le interrogue[gt], yo tenga algo que escribir. 27 Porque me parece absurdo, al enviar un preso, no informar también de los cargos en su contra».
Defensa de Pablo ante Herodes Agripa II
26 Agripa II(SR) dijo a Pablo: «Se te permite hablar en tu favor». Entonces Pablo, extendiendo la mano, comenzó su defensa:
2 «Con respecto a todo aquello de que los judíos me acusan, me considero afortunado, oh rey Agripa, de poder[gu] presentar hoy mi defensa delante de usted, 3 sobre todo, porque es experto[gv] en todas las costumbres y controversias entre los judíos(SS). Por lo cual le ruego que me escuche con paciencia.
4 »Pues bien, todos los judíos conocen(ST) mi vida[gw] desde mi juventud, que desde el principio transcurrió entre los de mi pueblo[gx] y en Jerusalén; 5 puesto que ellos han sabido de mí desde hace mucho tiempo, si están dispuestos a testificar, que viví como fariseo(SU), de acuerdo con la secta(SV) más estricta(SW) de nuestra religión.
6 »Y ahora soy sometido a juicio por la esperanza(SX) de la promesa hecha por Dios a nuestros padres(SY): 7 que nuestras doce tribus(SZ) esperan alcanzar al servir fielmente a Dios noche y día. Y por esta esperanza(TA), oh rey, soy acusado por los judíos(TB). 8 ¿Por qué se considera increíble entre ustedes que Dios resucite a los muertos(TC)?
9 »Yo ciertamente había creído que debía hacer muchos males(TD) en contra del nombre de Jesús de Nazaret(TE). 10 Esto es precisamente[gy] lo que hice en Jerusalén. No solo encerré en cárceles a muchos de los santos(TF) con la autoridad recibida de los principales sacerdotes(TG), sino que también, cuando eran condenados a muerte, yo añadía mi voto(TH). 11 Castigándolos con frecuencia en todas las sinagogas(TI), procuraba obligarlos a blasfemar, y enfurecido contra ellos(TJ), seguía persiguiéndolos aun hasta en las ciudades extranjeras[gz](TK).
Relato de la conversión de Pablo
12 »(TL)Ocupado en esto[ha], cuando iba para Damasco con autoridad y comisión de los principales sacerdotes, 13 al mediodía, oh rey, yendo de camino, vi una luz procedente del cielo más brillante que el sol, que resplandecía alrededor mío y de los que viajaban conmigo. 14 Después de que todos caímos al suelo(TM), oí una voz que me decía en el idioma hebreo[hb](TN): “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces contra el aguijón”.
15 »Yo entonces dije: “¿Quién eres, Señor?”. Y el Señor dijo: “Yo soy Jesús a quien tú persigues. 16 Pero levántate y ponte en pie(TO); porque te he aparecido con el fin de designarte(TP)como ministro y testigo(TQ), no solo de las cosas que[hc]has visto, sino también de aquellas en que me apareceré a ti(TR). 17 Te rescataré(TS)del pueblo judío y de los gentiles(TT), a los cuales Yo te envío, 18 para que les abras sus ojos(TU)a fin de que se conviertan de las tinieblas a la luz(TV), y del dominio de Satanás a Dios(TW), para que reciban, por la fe en Mí(TX), el perdón de pecados(TY)y herencia entre los que han sido santificados(TZ)”.
19 »Por tanto, oh rey Agripa, no fui desobediente a la visión celestial, 20 sino que anunciaba, primeramente a los que estaban en Damasco(UA) y también en Jerusalén(UB), y después por toda la región de Judea, y aun a los gentiles(UC), que debían arrepentirse(UD) y volverse a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento(UE).
21 »Por esta causa, algunos judíos me prendieron en el templo(UF) y trataron de matarme(UG). 22 Así que habiendo recibido ayuda de Dios, continúo hasta este día testificando(UH) tanto a pequeños como a grandes, no declarando más que lo que los profetas y Moisés dijeron que sucedería(UI): 23 que[hd] el Cristo[he] había de padecer[hf](UJ), y que por motivo de Su resurrección de entre los muertos(UK), Él debía ser el primero en proclamar luz tanto al pueblo judío como a los gentiles(UL)».
Pablo exhorta a Herodes Agripa II
24 Mientras Pablo decía esto en su defensa, Festo dijo* a gran voz: «¡Pablo, estás loco! ¡Tu mucho saber[hg](UM) te está haciendo perder la cabeza[hh]!». 25 Pero Pablo le respondió*: «No estoy loco, excelentísimo(UN) Festo, sino que hablo palabras de verdad y de cordura. 26 Porque el rey entiende estas cosas(UO), y también le hablo con confianza, porque estoy persuadido de que él no ignora nada de esto; pues esto no se ha hecho en secreto[hi]. 27 Rey Agripa, ¿cree usted en los profetas? Yo sé que cree».
28 Entonces Agripa II le dijo a Pablo: «En poco tiempo[hj] me persuadirás[hk] a que me haga cristiano(UP)». 29 Y Pablo contestó: «Quisiera[hl] Dios que, ya fuera en poco tiempo o en mucho[hm], no solo usted, sino también todos los que hoy me oyen, llegaran a ser tal como yo soy, a excepción de estas cadenas(UQ)».
30 El rey, el gobernador, Berenice(UR) y los que estaban sentados con ellos se levantaron, 31 y mientras se retiraban, hablaban entre sí, diciendo: «Este hombre no ha hecho* nada que merezca muerte o prisión[hn](US)». 32 Agripa II le dijo a Festo: «Este hombre podría haber sido puesto en libertad(UT), si no hubiera apelado a César(UU)».
Pablo sale para Roma
27 Cuando se decidió que deberíamos(UV) embarcarnos para Italia(UW), fueron entregados Pablo y algunos otros presos a un centurión de la compañía[ho](UX) Augusta, llamado Julio. 2 Embarcándonos en una nave Adramitena que estaba para salir hacia las regiones de la costa de Asia[hp](UY), nos hicimos a la mar acompañados por Aristarco, un macedonio(UZ) de Tesalónica(VA).
3 Al día siguiente llegamos a Sidón(VB). Julio trató con benevolencia(VC) a Pablo, permitiéndole ir a sus amigos y ser atendido por ellos(VD). 4 De allí partimos y navegamos al amparo de la isla de Chipre(VE), porque los vientos eran contrarios(VF). 5 Después de navegar atravesando el mar frente a[hq] las costas de Cilicia(VG) y de Panfilia(VH), llegamos a Mira de Licia. 6 Allí el centurión halló una nave alejandrina(VI) que iba[hr] para Italia(VJ), y nos embarcó en ella.
7 Después de navegar lentamente por muchos días, y de llegar con dificultad frente a Gnido, pues el viento no nos permitió(VK) avanzar más[hs], navegamos al amparo de la isla de Creta(VL), frente a Salmón. 8 Costeándola(VM) con dificultad, llegamos a un lugar llamado Buenos Puertos, cerca del cual estaba la ciudad de Lasea.
La tempestad en el mar
9 Cuando ya había pasado mucho tiempo y la navegación se había vuelto peligrosa, pues hasta el Ayuno[ht](VN) había pasado ya, Pablo los amonestaba, 10 diciéndoles: «Amigos[hu], veo que de seguro este viaje va a ser con perjuicio y graves pérdidas(VO), no solo del cargamento y de la nave, sino también de nuestras vidas».
11 Pero el centurión se persuadió más por lo que fue dicho por el piloto(VP) y el capitán[hv] del barco, que por lo que Pablo decía. 12 Como el puerto no era adecuado para invernar, la mayoría tomó la decisión de hacerse a la mar desde allí, para ver si les era posible arribar a Fenice, un puerto de Creta(VQ) que mira hacia el nordeste y el sudeste[hw], y pasar el invierno allí.
13 Cuando comenzó a soplar un moderado[hx] viento del sur, creyendo que habían logrado su propósito, levaron anclas y navegaban(VR) costeando a Creta(VS). 14 Pero no mucho después, desde tierra[hy] comenzó a soplar[hz] un viento huracanado(VT) que se llama Euroclidón[ia], 15 y siendo azotada[ib] la nave, y no pudiendo hacer frente al viento nos abandonamos a él y nos dejamos llevar a la deriva.
16 Navegando[ic] al amparo de una pequeña isla llamada Clauda[id], con mucha dificultad pudimos sujetar el bote salvavidas. 17 Después que lo alzaron, usaron amarras[ie] para sujetar la nave. Temiendo encallar(VU) en los bancos de Sirte, echaron el ancla flotante[if] y[ig] se abandonaron a la deriva.
18 Al día siguiente, mientras éramos sacudidos furiosamente por la tormenta, comenzaron a arrojar la carga[ih](VV). 19 Al tercer día, con sus propias manos arrojaron al mar los aparejos de la nave. 20 Como ni el sol ni las estrellas aparecieron por muchos días, y una tempestad no pequeña se abatía sobre nosotros, desde entonces fuimos abandonando toda esperanza de salvarnos.
21 Cuando habían pasado muchos días sin comer[ii], Pablo se puso en pie en medio de ellos y dijo: «Amigos[ij], debían haberme hecho caso[ik] y no haber salido de Creta(VW), evitando[il] así este perjuicio y pérdida(VX). 22 Pero ahora los exhorto a tener buen ánimo(VY), porque no habrá pérdida de vida entre ustedes, sino solo del barco.
23 »Porque esta noche estuvo en mi presencia(VZ) un ángel del Dios(WA) de quien soy y a quien sirvo(WB), 24 diciendo: “No temas, Pablo; has de comparecer ante César(WC); pero ahora, Dios te ha concedido todos los que navegan contigo(WD)”. 25 Por tanto, tengan buen ánimo(WE) amigos[im], porque yo confío en Dios, que acontecerá[in] exactamente como se me dijo. 26 Pero tenemos que encallar(WF) en alguna isla(WG)».
27 Llegada la decimocuarta noche, mientras éramos llevados a la deriva en el mar Adriático, a eso de la medianoche los marineros presentían que se estaban acercando a tierra[io]. 28 Echaron la sonda y hallaron que había 20 brazas (36 metros) de profundidad. Pasando un poco más adelante volvieron a echar la sonda y hallaron 15 brazas (27 metros). 29 Temiendo que en algún lugar fuéramos a dar contra los escollos[ip](WH), echaron cuatro anclas por la popa y ansiaban que amaneciera.
30 Como los marineros trataban de escapar de la nave y habían bajado el bote salvavidas(WI) al mar, bajo pretexto de que se proponían echar las anclas desde la proa, 31 Pablo dijo al centurión y a los soldados: «Si estos no permanecen en la nave, ustedes no podrán salvarse». 32 Entonces los soldados cortaron las amarras(WJ) del bote y dejaron que se perdiera.
33 Cuando estaba a punto de amanecer, Pablo exhortaba a todos a que tomaran alimento, diciendo: «Hace ya catorce días[iq] que, velando continuamente, están en ayunas, sin tomar ningún alimento. 34 Por eso les aconsejo que tomen alimento, porque esto es necesario para sobrevivir. Porque ni un solo cabello de la cabeza de ninguno de ustedes perecerá(WK)».
35 Habiendo dicho esto, Pablo tomó pan y dio gracias a Dios en presencia de todos; y partiéndolo(WL), comenzó a comer. 36 Entonces todos, teniendo ya buen ánimo(WM), tomaron también alimento. 37 En total éramos en la nave 276 personas[ir](WN). 38 Una vez saciados, aligeraron la nave arrojando el trigo al mar(WO).
39 Cuando se hizo de día, no reconocían la tierra(WP), pero podían distinguir una bahía que tenía playa, y decidieron[is] lanzar la nave hacia ella[it], si les era posible. 40 Cortando las anclas(WQ), las dejaron[iu] en el mar, aflojando al mismo tiempo las amarras de los timones. Izando la vela de proa al viento, se dirigieron hacia la playa. 41 Pero chocando contra un escollo[iv] donde se encuentran dos corrientes[iw], encallaron la nave; la proa se clavó y quedó inmóvil, pero la popa se rompía por la fuerza de las olas.
42 El plan de los soldados era matar a los presos, para que ninguno de ellos escapara(WR) a nado. 43 Pero el centurión, queriendo salvar a Pablo(WS), impidió su propósito, y ordenó que los que pudieran nadar se arrojaran primero por la borda y llegaran a tierra, 44 y que los demás siguieran, algunos en tablones, y otros en diferentes objetos de la nave. Y así sucedió que todos llegaron salvos a tierra(WT).
Pablo en Malta
28 Una vez que ellos estaban a salvo, nos enteramos(WU) de que la isla(WV) se llamaba Malta[ix](WW). 2 Los habitantes[iy](WX) de la isla nos mostraron toda clase de atenciones, porque a causa de la lluvia que caía y del frío, encendieron una hoguera y nos acogieron a todos(WY).
3 Pero cuando Pablo recogió una brazada de leña y la echó al fuego, una víbora salió huyendo del calor y se le prendió en la mano. 4 Cuando los habitantes[iz](WZ), vieron el animal colgando de su mano, decían entre sí: «Sin duda que este hombre es un asesino, pues aunque fue salvado del mar, la diosa Justicia no le ha concedido vivir(XA)». 5 Pablo, sin embargo, sacudiendo la mano, arrojó el animal al fuego y no sufrió ningún daño(XB). 6 Ellos esperaban que comenzara a hincharse, o que súbitamente cayera muerto. Pero después de esperar por largo rato, y de no observar nada anormal en él, cambiaron de parecer y decían que Pablo era un dios(XC).
7 Cerca de allí había unas tierras que pertenecían al hombre principal de la isla, que se llamaba Publio, el cual nos recibió y nos hospedó con toda amabilidad por tres días. 8 Como el padre de Publio estaba en cama, enfermo con fiebre y disentería, Pablo entró a verlo, y después de orar(XD) puso las manos sobre él, y lo sanó(XE).
9 Cuando esto sucedió, los demás habitantes de la isla que tenían enfermedades venían a él y eran curados. 10 También nos honraron con muchas demostraciones de respeto[ja], y cuando estábamos para salir, nos suplieron[jb] con todo lo necesario[jc].
Continúa el viaje a Roma
11 Después de tres meses, nos hicimos a la vela en una nave alejandrina(XF) que había invernado en la isla, y que tenía por insignia a los Hermanos Gemelos[jd]. 12 Al llegar a Siracusa, nos quedamos allí por tres días. 13 Saliendo[je] de allí, seguimos la costa hasta llegar a Regio. Al día siguiente se levantó un viento del sur y en dos días llegamos a Puteoli. 14 Allí[jf] encontramos algunos hermanos(XG), que nos invitaron a permanecer con ellos por siete días. Y así llegamos a Roma.
15 Al tener noticia de nuestra llegada[jg], los hermanos(XH) vinieron desde allá a recibirnos hasta el Foro de Apio[jh] y Las Tres Tabernas[ji]; y cuando Pablo los vio, dio gracias a Dios y cobró ánimo.
Pablo en Roma
16 Cuando entramos en Roma, el centurión entregó los presos al prefecto militar, pero[jj] a Pablo se le permitió vivir aparte(XI), con el soldado que lo custodiaba.
Nueva Biblia de las Américas™ NBLA™ Copyright © 2005 por The Lockman Foundation