Bible in 90 Days

Dios habla por el hijo su palabra final al hombre

1 Dios, habiendo hablado^(A) hace mucho tiempo, en muchas ocasiones^[a] y de muchas maneras^(B) a los padres por^[b] los profetas^(C), ² en estos últimos días^[c](D) nos ha hablado^(E) por^[d] Su Hijo^(F), a quien constituyó heredero de todas las cosas^(G), por medio de quien hizo^(H) también el universo^[e](I). ³ Él es^[f] el resplandor de Su gloria y la expresión exacta de Su naturaleza^(J), y sostiene^[g] todas las cosas por la palabra de Su poder^(K). Después de llevar a cabo la purificación de los pecados^(L), el Hijo se sentó a la diestra^(M) de la Majestad en las alturas^(N), ⁴ siendo mucho mejor que^[h] los ángeles, por cuanto ha heredado un nombre más excelente^(O) que ellos.

El Hijo, superior a los ángeles

⁵ Porque ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás:

y otra vez:

⁶ De nuevo, cuando trae^[i] al Primogénito al mundo^(R), dice:

⁷ De los ángeles dice:

⁸ Pero del Hijo dice:

¹⁰ También:

¹³ Pero, ¿a cuál de los ángeles jamás ha dicho Dios:

¹⁴ ¿No son todos ellos espíritus ministradores^[m](AF), enviados para servir por causa de los que heredarán^(AG) la salvación^(AH)?

Peligro de la negligencia

2 Por tanto, debemos prestar mucha mayor atención a lo que hemos oído^[n], no sea que nos desviemos^(AI). ² Porque si la palabra hablada^(AJ) por medio de ángeles^(AK) resultó ser inmutable, y toda transgresión y desobediencia^(AL) recibió una justa retribución^(AM), ³ ¿cómo escaparemos nosotros si descuidamos^(AN) una salvación^(AO) tan grande? La cual, después que fue anunciada^[o](AP) primeramente por medio del Señor, nos fue confirmada^(AQ) por los que la oyeron. ⁴ Dios testificó junto con ellos, tanto por señales^[p](AR) como por prodigios^(AS), y por diversos milagros^[q](AT) y por dones repartidos del Espíritu Santo^(AU) según Su propia voluntad^(AV).

Cristo coronado de gloria y honor

⁵ Porque no sujetó a los ángeles el mundo venidero^(AW), acerca del cual estamos hablando. ⁶ Pero uno ha testificado en un lugar^(AX) de las Escrituras diciendo:

Porque al sujetarlo todo a él, no dejó nada que no le sea sujeto. Pero ahora no vemos aún todas las cosas sujetas a él^(BB).

⁹ Pero vemos a Aquel que fue hecho un poco inferior a los ángeles^(BC), es decir, a Jesús, coronado de gloria y honor^(BD) a causa del padecimiento de la muerte^(BE), para que por la gracia de Dios^(BF) probara la muerte^(BG) por todos^(BH). ¹⁰ Porque convenía que Aquel^(BI) para quien son todas las cosas y por quien son todas las cosas^(BJ), llevando muchos hijos a la gloria, hiciera perfecto^(BK) por medio de los padecimientos al autor^[s] de la salvación de ellos^(BL). ¹¹ Porque tanto el que santifica^(BM) como los que son santificados^(BN), son todos de un Padre^(BO); por lo cual Él no se avergüenza de llamarlos hermanos^(BP), ¹² cuando dice:

¹³ Otra vez:

Y otra vez:

¹⁴ Así que, por cuanto los hijos participan de carne y sangre^[v](BT), también Jesús participó de lo mismo^(BU), para anular mediante la muerte el poder^(BV) de aquel que tenía el poder de la muerte, es decir, el diablo^(BW), ¹⁵ y librar a los que por el temor a la muerte, estaban sujetos a esclavitud^(BX) durante toda la vida. ¹⁶ Porque ciertamente no ayuda a los ángeles, sino que ayuda a^[w] la descendencia^[x] de Abraham.

¹⁷ Por tanto, tenía que ser^[y] hecho semejante a Sus hermanos^(BY) en todo, a fin de que llegara a ser un sumo sacerdote^(BZ) misericordioso y fiel^(CA) en las cosas que a Dios atañen^(CB), para hacer propiciación^(CC) por los pecados del pueblo. ¹⁸ Pues por cuanto Él mismo fue tentado^(CD) en el sufrimiento, es poderoso para socorrer a^[z] los que son tentados.

Jesús, superior a Moisés

3 Por tanto, hermanos santos^(CE), participantes del llamamiento celestial^(CF), consideren a Jesús, el Apóstol^(CG) y Sumo Sacerdote^(CH) de nuestra fe^[aa](CI). ² El cual fue fiel^[ab] al que lo designó, como también lo fue Moisés en toda la casa de Dios^[ac](CJ). ³ Porque Jesús ha sido considerado digno de más gloria que Moisés^(CK), así como el constructor de la casa tiene más honra que la casa. ⁴ Porque toda casa es hecha por alguno, pero el que hace todas las cosas es Dios.

⁵ Moisés fue fiel en toda la casa de Dios^[ad](CL) como siervo^(CM), para testimonio^(CN) de lo que se iba a decir más tarde^(CO). ⁶ Pero Cristo^[ae] fue fiel como Hijo sobre la casa de Dios^(CP), cuya casa somos nosotros^(CQ), si retenemos firme^(CR) hasta el fin nuestra confianza^(CS) y la gloria^[af] de nuestra esperanza^(CT).

⁷ Por lo cual, como dice el Espíritu Santo^(CU):

¹² Tengan cuidado^(DB), hermanos, no sea que en alguno de ustedes haya un corazón malo de incredulidad, para apartarse^[ag] del Dios vivo^(DC). ¹³ Antes, exhórtense los unos a los otros cada día^(DD), mientras todavía se dice: «Hoy»; no sea que alguno de ustedes sea endurecido por el engaño del pecado^(DE). ¹⁴ Porque somos hechos^[ah] partícipes de Cristo, si es que retenemos^(DF) firme hasta el fin el principio de nuestra seguridad^(DG). ¹⁵ Por lo cual se dice:

¹⁶ Porque ¿quiénes, habiendo oído, lo provocaron^(DI)? ¿Acaso no fueron todos los que salieron de Egipto^(DJ) guiados por Moisés? ¹⁷ ¿Con quiénes se disgustó por cuarenta años? ¿No fue con aquellos que pecaron, cuyos cuerpos cayeron en el desierto^(DK)? ¹⁸ ¿Y a quiénes juró que no entrarían en Su reposo^(DL), sino a los que fueron desobedientes^(DM)? ¹⁹ Vemos, pues, que no pudieron entrar a causa de su incredulidad^(DN).

Reposo de Dios y del creyente

4 Por tanto, temamos, no sea que permaneciendo aún la^[ai] promesa de entrar en Su reposo^[aj], alguno de ustedes parezca no haberlo alcanzado^(DO). ² Porque en verdad, a nosotros se nos ha anunciado las buenas nuevas, como también a ellos. Pero la palabra que ellos oyeron^[ak] no les aprovechó por no ir acompañada por la fe en^[al] los que la oyeron^(DP). ³ Porque los que hemos creído entramos en ese reposo, tal como Él ha dicho:

aunque las obras de Él estaban acabadas desde la fundación del mundo^(DR).

⁴ Porque así ha dicho en cierto lugar^(DS) acerca del séptimo día: «Y Dios reposó en el séptimo día de todas Sus obras^(DT)»; ⁵ y otra vez en este pasaje: «No entrarán en Mi reposo^(DU)». ⁶ Por tanto, puesto que todavía falta que algunos entren en él, y aquellos a quienes antes se les anunció las buenas nuevas no entraron por causa de su desobediencia^[am](DV),

⁷ Dios otra vez fija un día: Hoy. Diciendo por medio de^[an] David después de mucho tiempo, como se ha dicho antes:

⁸ Porque si Josué^[ao] les hubiera dado reposo^(DX), Dios no habría hablado de otro día después de ese. ⁹ Queda, por tanto, un reposo sagrado para el pueblo de Dios.

¹⁰ Pues el que ha entrado a Su reposo^[ap], él mismo ha reposado de sus obras^(DY), como Dios reposó de las Suyas^(DZ). ¹¹ Por tanto, esforcémonos por entrar en ese reposo, no sea que alguien caiga siguiendo el mismo ejemplo^(EA) de desobediencia^(EB).

Poder de la palabra de Dios

¹² Porque la palabra de Dios^(EC) es viva^(ED) y eficaz^(EE), y más cortante que cualquier espada de dos filos^(EF). Penetra hasta la división del alma y del espíritu^(EG), de las coyunturas y los tuétanos, y es poderosa para discernir^[aq] los pensamientos y las intenciones del corazón^(EH). ¹³ No hay cosa creada oculta a Su vista^[ar](EI), sino que todas las cosas están al descubierto^[as] y desnudas^(EJ) ante los ojos de Aquel a quien tenemos que dar cuenta.

Jesús, el gran Sumo Sacerdote

¹⁴ Teniendo, pues, un gran Sumo Sacerdote^(EK) que trascendió^[at](EL) los cielos, Jesús, el Hijo de Dios^(EM), retengamos nuestra fe^[au](EN). ¹⁵ Porque no tenemos un Sumo Sacerdote^(EO) que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino Uno que ha sido tentado en todo como nosotros^(EP), pero sin pecado^(EQ). ¹⁶ Por tanto, acerquémonos^(ER) con confianza^(ES) al trono de la gracia para que recibamos misericordia, y hallemos gracia para la ayuda oportuna.

Jesús como Sumo Sacerdote

5 Porque todo sumo sacerdote tomado de entre los hombres^(ET) es constituido a favor de los hombres en las cosas que a Dios se refieren^(EU), para presentar ofrendas y sacrificios^(EV) por los pecados^(EW). ² Puede^[av] obrar con benignidad^[aw](EX) para con los ignorantes^(EY) y extraviados^(EZ), puesto que él mismo está sujeto a flaquezas^(FA). ³ Por esa causa está obligado a ofrecer sacrificios por los pecados^(FB), tanto por sí mismo como por el pueblo^(FC). ⁴ Nadie toma este honor para sí mismo^(FD), sino que lo recibe cuando es llamado por Dios, así como lo fue Aarón^(FE).

⁵ De la misma manera, Cristo no se glorificó a Él mismo^(FF) para hacerse Sumo Sacerdote^(FG), sino que lo glorificó el que le dijo^(FH):

⁶ como también dice en otro pasaje:

⁷ Cristo^[ax], en los días de Su carne, habiendo ofrecido oraciones y súplicas^(FK) con gran clamor y lágrimas^(FL) al que lo podía librar de la muerte^[ay](FM), fue oído a causa de Su temor reverente^(FN). ⁸ Aunque era Hijo^(FO), aprendió obediencia^(FP) por lo que padeció; ⁹ y habiendo sido hecho perfecto^(FQ), vino a ser fuente de eterna salvación para todos los que le obedecen, ¹⁰ siendo constituido por Dios como sumo sacerdote^(FR) según el orden de Melquisedec^(FS).

Crecimiento en la madurez espiritual

¹¹ Acerca de esto^[az] tenemos mucho que decir, y es difícil de explicar, puesto que ustedes se han hecho tardos para oír. ¹² Pues aunque ya^[ba] debieran ser maestros, otra vez tienen necesidad de que alguien les enseñe los principios^(FT) elementales^[bb](FU) de los oráculos^[bc] de Dios^(FV), y han llegado a tener necesidad de leche^(FW) y no de alimento sólido. ¹³ Porque todo el que toma solo leche, no está acostumbrado a la palabra de justicia, porque es niño^(FX). ¹⁴ Pero el alimento sólido es para los adultos^[bd](FY), los cuales por la práctica tienen los sentidos ejercitados^(FZ) para discernir el bien y el mal^(GA).

6 Por tanto, dejando^(GB) las enseñanzas elementales^[be](GC) acerca de Cristo^[bf], avancemos hacia la madurez^(GD), no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas^(GE) y de la fe en Dios, ² de la enseñanza sobre lavamientos^[bg](GF), de la imposición de manos^(GG), de la resurrección de los muertos^(GH) y del juicio eterno^(GI). ³ Y esto haremos, si Dios lo permite^(GJ).

⁴ Porque en el caso de los que fueron una vez iluminados^(GK), que probaron del don celestial^(GL) y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo^(GM), ⁵ que gustaron^(GN) la buena palabra de Dios^(GO) y los poderes del siglo venidero^(GP), ⁶ pero después cayeron, es imposible renovarlos otra vez^(GQ) para arrepentimiento, puesto que de nuevo crucifican para sí mismos al Hijo de Dios^(GR) y lo exponen a la ignominia pública.

⁷ Porque la tierra que bebe la lluvia que con frecuencia cae^[bh] sobre ella y produce vegetación útil a aquellos por los cuales es cultivada^(GS), recibe bendición de Dios. ⁸ Pero si produce espinos y cardos no vale nada, está próxima a ser maldecida^[bi](GT), y termina por ser quemada^[bj].

Esperanza de cosas mejores

⁹ Pero en cuanto a ustedes, amados^(GU), aunque hablemos de esta manera, estamos persuadidos de las cosas que son mejores y que pertenecen a la salvación. ¹⁰ Porque Dios no es injusto^(GV) como para olvidarse de la obra de ustedes y del amor^(GW) que han mostrado hacia Su nombre, habiendo servido, y sirviendo aún, a los santos^(GX). ¹¹ Pero deseamos que cada uno de ustedes muestre la misma solicitud hasta el fin^(GY), para alcanzar la plena seguridad^(GZ) de la esperanza, ¹² a fin de que no sean perezosos, sino imitadores^(HA) de los que mediante la fe y la paciencia^(HB) heredan las promesas^(HC).

La promesa de Dios es segura

¹³ Pues cuando Dios hizo la promesa a Abraham^(HD), no pudiendo jurar por uno mayor, juró por Él mismo^(HE), ¹⁴ diciendo: «Ciertamente te bendeciré y ciertamente te multiplicaré^(HF)». ¹⁵ Y así, habiendo esperado con paciencia^(HG), Abraham obtuvo la promesa. ¹⁶ Porque los hombres juran por uno mayor que ellos mismos^(HH), y para ellos un juramento dado como confirmación es el fin de toda discusión^(HI).

¹⁷ Por lo cual^[bk] Dios, deseando mostrar más plenamente a los herederos de la promesa^(HJ) la inmutabilidad de Su propósito^(HK), interpuso^[bl] un juramento, ¹⁸ a fin de que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta^(HL), los que hemos buscado refugio seamos grandemente animados^[bm] para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros^(HM).

¹⁹ Tenemos como ancla del alma, una esperanza^(HN) segura y firme, y que penetra hasta detrás^[bn] del velo^(HO), ²⁰ adonde Jesús entró por nosotros^(HP) como precursor, hecho, según el orden de Melquisedec^(HQ), Sumo Sacerdote para siempre.

El sacerdocio de Melquisedec

7 Porque este Melquisedec^(HR), rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo^(HS), que salió al encuentro de Abraham cuando este regresaba de la matanza de los reyes, y lo bendijo, ² y Abraham le entregó^[bo] el diezmo de todos los despojos. El nombre Melquisedec significa primeramente rey de justicia, y luego también rey de Salem, esto es, rey de paz. ³ Sin tener padre, ni madre, y sin genealogía^(HT), no teniendo principio de días ni fin de vida, siendo hecho semejante al Hijo de Dios^(HU), permanece sacerdote a perpetuidad.

Grandeza de Melquisedec

⁴ Consideren, pues, la grandeza de este Melquisedec a quien Abraham, el patriarca^(HV), dio el diezmo^(HW) de lo mejor del botín^[bp]. ⁵ Y en verdad los hijos de Leví^(HX) que reciben el oficio de sacerdote, tienen mandamiento en^[bq] la ley de recoger el diezmo^[br] del pueblo, es decir, de sus hermanos, aunque estos son descendientes de Abraham^[bs]. ⁶ Pero aquel cuya genealogía^(HY) no viene de ellos, recibió el diezmo^[bt](HZ) de Abraham y bendijo^(IA) al que tenía las promesas^(IB). ⁷ Y sin discusión alguna, el menor es bendecido por el mayor.

⁸ Aquí, ciertamente hombres mortales reciben el diezmo, pero allí, los recibe uno de quien se da testimonio de que vive^(IC). ⁹ Y, por decirlo así, por medio de Abraham también Leví, que recibía diezmos, pagaba diezmos, ¹⁰ porque aún estaba en los lomos de su padre cuando Melquisedec le salió al encuentro.

Cristo, sacerdote para siempre

¹¹ Ahora bien, si la perfección era por medio del sacerdocio levítico^(ID), (pues sobre esa base recibió el pueblo la ley^(IE)), ¿qué necesidad había de que se levantara otro sacerdote según el orden de Melquisedec^(IF), y no designado según el orden de Aarón? ¹² Porque cuando se cambia el sacerdocio, necesariamente ocurre también un cambio de la ley. ¹³ Pues aquel^(IG) de quien se dicen estas cosas^(IH), pertenece a otra tribu, de la cual nadie ha servido en el altar. ¹⁴ Porque es evidente que nuestro Señor descendió^[bu] de Judá^(II), una tribu de la cual Moisés no dijo nada tocante a sacerdotes.

¹⁵ Y esto es aún más evidente, si a semejanza de Melquisedec se levanta otro sacerdote, ¹⁶ que ha llegado a serlo, no sobre la base de una ley de requisitos físicos^(IJ), sino según el poder de una vida indestructible^(IK). ¹⁷ Pues de Cristo se da testimonio:

¹⁸ Porque ciertamente, queda anulado el mandamiento anterior por ser débil e inútil^{(IM) 19} (pues la ley nada hizo perfecto^(IN)), y se introduce una mejor esperanza^(IO), mediante la cual nos acercamos a Dios^(IP).

²⁰ Y por cuanto no fue sin juramento, ²¹ pues en verdad ellos llegaron a ser sacerdotes sin juramento, pero Él, por un juramento del que le dijo:

²² Por eso, Jesús ha venido a ser fiador^[bx](IS) de un mejor pacto^(IT).

²³ Los sacerdotes anteriores eran más numerosos porque la muerte les impedía continuar, ²⁴ pero Jesús conserva Su sacerdocio inmutable^[by] puesto que permanece para siempre^(IU). ²⁵ Por lo cual Él también es poderoso para salvar para siempre^[bz](IV) a los que por medio de Él se acercan a Dios^(IW), puesto que vive perpetuamente para interceder por ellos^(IX).

²⁶ Porque convenía que tuviéramos tal Sumo Sacerdote^(IY): santo^(IZ), inocente^(JA), inmaculado, apartado de los pecadores, y exaltado más allá de los cielos^(JB), ²⁷ que no necesita, como aquellos sumos sacerdotes, ofrecer sacrificios diariamente^(JC), primero por sus propios pecados y después por los pecados del pueblo^(JD). Porque esto Jesús lo hizo una vez para siempre^(JE), cuando Él mismo se ofreció^(JF). ²⁸ Porque la ley designa como sumos sacerdotes a hombres débiles^(JG), pero la palabra del juramento, que vino después de la ley, designa al Hijo^(JH), hecho perfecto para siempre^(JI).

Jesús, Sumo Sacerdote del santuario celestial

8 Ahora bien, el punto principal de lo que se ha dicho es este: tenemos tal Sumo Sacerdote^(JJ), que se ha sentado a la diestra del trono^(JK) de la Majestad en los cielos^(JL), ² como ministro^(JM) del^[ca] santuario y del^[cb] tabernáculo verdadero^[cc](JN), que el Señor erigió, no el hombre^(JO). ³ Porque todo sumo sacerdote^(JP) está constituido para presentar ofrendas y sacrificios^(JQ), por lo cual es necesario que este Sumo Sacerdote también tenga algo que ofrecer.

⁴ Así que si Él estuviera sobre la tierra, ni siquiera sería sacerdote, habiendo sacerdotes que presentan las ofrendas según la ley^(JR); ⁵ los cuales sirven a lo que es copia^(JS) y sombra de las cosas celestiales^(JT), tal como Moisés fue^[cd] advertido por Dios cuando estaba a punto de erigir el tabernáculo^[ce](JU). Pues, dice Él: «Haz todas las cosas conforme al modelo que te fue mostrado en el monte^(JV)».

Cristo, mediador de un mejor pacto

⁶ Pero ahora Jesús ha obtenido un ministerio tanto mejor, por cuanto Él es también el mediador^(JW) de un mejor pacto^(JX), establecido sobre mejores promesas. ⁷ Pues si aquel primer pacto hubiera sido sin defecto^(JY), no se hubiera buscado lugar para el segundo. ⁸ Porque reprochándolos, Él dice:

¹³ Cuando Dios dijo^[ci]: «Un nuevo pacto^(KI)», hizo anticuado al primero; y lo que se hace anticuado y envejece, está próximo a desaparecer^(KJ).

El santuario terrenal

9 Ahora bien, aun el primer pacto tenía ordenanzas para el culto^(KK) y el santuario terrenal^(KL). ² Porque había un tabernáculo^[cj] preparado^(KM) en la parte anterior^[ck], en el cual estaban el candelabro^(KN), la mesa^(KO), y los panes consagrados^[cl](KP). Este se llama el lugar santo. ³ Y detrás del segundo velo^(KQ) había un tabernáculo llamado el Lugar Santísimo^(KR), ⁴ el cual tenía el altar de oro del incienso^[cm](KS) y el arca del pacto^(KT) cubierta toda de oro, en la cual había una urna de oro^(KU) que contenía el maná y la vara de Aarón^(KV) que retoñó y las tablas del pacto^(KW). ⁵ Sobre el arca estaban los querubines de gloria^(KX) que daban sombra al propiciatorio^(KY). Pero de estas cosas no se puede hablar ahora en detalle.

⁶ Así preparadas estas cosas, los sacerdotes entran continuamente^(KZ) al primer^[cn] tabernáculo para oficiar en el culto. ⁷ Pero en el segundo^(LA), solo entra el sumo sacerdote^(LB) una vez al año^(LC), no sin llevar sangre^(LD), la cual ofrece por sí mismo^(LE) y por los pecados del pueblo cometidos en ignorancia^[co](LF).

⁸ Queriendo el Espíritu Santo^(LG) dar a entender esto: que el camino al Lugar Santísimo^[cp](LH) aún no había sido revelado en tanto que el primer tabernáculo permaneciera en pie. ⁹ Esto es un símbolo para el tiempo presente, según el cual se presentan ofrendas y sacrificios^(LI) que no pueden hacer perfecto^(LJ) en su conciencia al que practica ese culto, ¹⁰ ya que tienen que ver solo con comidas^(LK) y bebidas^(LL), y diversos lavamientos^[cq](LM), ordenanzas para el cuerpo^[cr](LN) impuestas hasta el tiempo de reformar las cosas^(LO).

La sangre del nuevo pacto

¹¹ Pero cuando Cristo apareció como Sumo Sacerdote^(LP) de los bienes futuros^[cs](LQ), a través de^[ct] un mayor y más perfecto tabernáculo^(LR), no hecho con manos^(LS), es decir, no de esta creación^(LT), ¹² entró al Lugar Santísimo una vez para siempre, no por medio de la sangre de machos cabríos y de becerros^(LU), sino por medio de Su propia sangre^(LV), obteniendo^[cu] redención eterna^(LW).

¹³ Porque si la sangre de los machos cabríos y de los toros^(LX), y la ceniza de la novilla^(LY), rociadas sobre los que se han contaminado^[cv], santifican para la purificación^[cw] de la carne, ¹⁴ ¿cuánto más la sangre de Cristo^(LZ), quien por el Espíritu eterno^[cx](MA) Él mismo se ofreció sin mancha a Dios^(MB), purificará nuestra conciencia^(MC) de obras muertas^(MD) para servir al Dios vivo^(ME)?

¹⁵ Por eso Cristo^(MF) es el mediador^(MG) de un nuevo pacto^[cy](MH), a fin de que habiendo tenido lugar una muerte para la redención de las transgresiones que se cometieron bajo el primer pacto^[cz], los que han sido llamados^(MI) reciban la promesa^(MJ) de la herencia eterna^(MK). ¹⁶ Porque donde hay un testamento^[da], necesario es que ocurra^[db] la muerte del testador. ¹⁷ Pues un testamento^[dc] es válido solo en caso de muerte^[dd], puesto que no se pone en vigor mientras vive el testador^[de]. ¹⁸ Por tanto, ni aun el primer pacto^[df] se inauguró sin sangre.

¹⁹ Porque cuando Moisés terminó de promulgar^[dg] todos los mandamientos a todo el pueblo^(ML), conforme a la ley^(MM), tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos^(MN), con agua y lana escarlata e hisopo^(MO), y roció el libro mismo^(MP) y a todo el pueblo, ²⁰ diciendo: «Esta es la sangre del pacto que Dios les ordenó a ustedes^[dh](MQ)». ²¹ De la misma manera roció con sangre el tabernáculo^(MR) y todos los utensilios del ministerio. ²² Y según la ley, casi todo^(MS) ha de ser purificado con sangre, y sin derramamiento de sangre no hay perdón^(MT).

El sacrificio definitivo

²³ Por tanto, fue necesario que las representaciones^[di] de las cosas en los cielos^(MU) fueran purificadas de esta manera, pero las cosas celestiales mismas^(MV), con mejores sacrificios que estos. ²⁴ Porque Cristo^[dj] no entró en un lugar santo^[dk](MW) hecho por manos, una representación^[dl] del verdadero^(MX), sino en el cielo mismo^(MY), para presentarse ahora en la presencia de Dios por nosotros^(MZ), ²⁵ y no para ofrecerse a sí mismo muchas veces, como el sumo sacerdote^(NA) entra al Lugar Santísimo^[dm](NB) cada año con sangre ajena.

²⁶ De otra manera, a Cristo le hubiera sido necesario sufrir muchas veces^[dn] desde la fundación del mundo^(NC); pero ahora, una sola vez^(ND) en la consumación de los siglos^(NE), se ha^[do] manifestado^(NF) para destruir^[dp] el pecado por el sacrificio de Sí mismo^[dq](NG). ²⁷ Y así como está decretado^[dr](NH) que los hombres mueran una sola vez, y después de esto, el juicio^(NI), ²⁸ así también Cristo, habiendo sido ofrecido una vez^(NJ) para llevar los pecados de muchos^(NK), aparecerá por segunda vez^(NL), sin relación con el pecado^(NM), para salvación^(NN) de los que ansiosamente lo esperan^(NO).

La ley no puede quitar los pecados

10 Pues ya que la ley solo tiene la sombra^(NP) de los bienes futuros^(NQ) y no la forma^[ds] misma de las cosas, nunca puede^[dt], por los mismos sacrificios que ellos ofrecen continuamente año tras año^(NR), hacer perfectos a los que se acercan^(NS). ² De otra manera, ¿no habrían cesado de ofrecerse, ya que los adoradores, una vez purificados^[du], no tendrían ya más conciencia de pecado^(NT)? ³ Pero en esos sacrificios hay^[dv] un recordatorio de pecados año tras año^(NU). ⁴ Porque es imposible^(NV) que la sangre de toros y de machos cabríos quite los pecados^(NW).

⁵ Por lo cual, al entrar Cristo en el mundo^(NX), dice:

⁸ Habiendo dicho anteriormente: «Sacrificios y ofrendas^(OD) y holocaustos^(OE), y sacrificios por el pecado no has querido^(OF), ni en ellos Tú te has complacido» (los cuales se ofrecen según la ley), ⁹ entonces dijo: «Mira, Yo he venido para hacer Tu voluntad^(OG)». Él quita lo primero para establecer lo segundo. ¹⁰ Por esa voluntad^[dw] hemos sido santificados^(OH) mediante la ofrenda^(OI) del cuerpo de Jesucristo^(OJ) ofrecida una vez para siempre^(OK).

Cristo puede quitar los pecados

¹¹ Ciertamente todo sacerdote está de pie, día tras día, ministrando y ofreciendo muchas veces^(OL) los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados^(OM). ¹² Pero Cristo, habiendo ofrecido un solo sacrificio por los pecados^(ON) para siempre^(OO), se sentó^[dx] a la diestra de Dios^(OP), ¹³ esperando de ahí en adelante hasta que Sus enemigos sean puestos por estrado de Sus pies^(OQ). ¹⁴ Porque por una ofrenda Él ha hecho perfectos^(OR) para siempre a los que son santificados^(OS).

¹⁵ También el Espíritu Santo nos da testimonio^(OT). Porque después de haber dicho:

¹⁸ Ahora bien, donde hay perdón de estas cosas, ya no hay ofrenda por el pecado.

Exhortación a la perseverancia

¹⁹ Entonces, hermanos, puesto que tenemos confianza^(OW) para entrar al Lugar Santísimo^(OX) por la sangre de Jesús, ²⁰ por un camino nuevo y vivo^(OY) que Él inauguró para nosotros por medio del velo^(OZ), es decir, Su carne, ²¹ y puesto que tenemos un gran Sacerdote^(PA) sobre la casa de Dios^(PB), ²² acerquémonos con corazón sincero^(PC), en plena certidumbre de fe^(PD), teniendo nuestro corazón purificado^[dz] de mala conciencia^(PE) y nuestro cuerpo lavado con agua pura^(PF).

²³ Mantengamos firme la profesión^[ea](PG) de nuestra esperanza^(PH) sin vacilar, porque fiel es Aquel que prometió^(PI). ²⁴ Consideremos cómo estimularnos unos a otros^(PJ) al amor y a las buenas obras^(PK), ²⁵ no dejando de congregarnos^(PL), como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos unos a otros^(PM), y mucho más al ver que el día se acerca^(PN).

Advertencia a los que continúan pecando

²⁶ Porque si continuamos pecando deliberadamente^(PO) después de haber recibido el conocimiento de la verdad^(PP), ya no queda sacrificio alguno por los pecados, ²⁷ sino cierta horrenda expectación de juicio^(PQ), y la furia de un fuego que ha de consumir a los adversarios^(PR). ²⁸ Cualquiera que viola la ley de Moisés muere sin misericordia por el testimonio de dos o tres testigos^(PS).

²⁹ ¿Cuánto mayor castigo piensan ustedes que merecerá^(PT) el que ha pisoteado bajo sus pies al Hijo de Dios^(PU), y ha tenido por inmunda la sangre del pacto^(PV) por la cual fue santificado^(PW), y ha ultrajado al Espíritu de gracia^(PX)? ³⁰ Pues conocemos a Aquel que dijo: «Mía es la venganza, Yo pagaré^(PY)». Y otra vez: «El Señor juzgará a Su pueblo^(PZ)». ³¹ ¡Horrenda cosa^(QA) es caer en las manos del Dios vivo^(QB)!

Necesidad de perseverar

³² Pero recuerden los días pasados^(QC), cuando^[eb] después de haber sido iluminados^(QD), ustedes soportaron una gran lucha de padecimientos^(QE). ³³ Por una parte, siendo hechos un espectáculo público^(QF) en oprobios y aflicciones, y por otra, siendo compañeros^(QG) de los que eran tratados así. ³⁴ Porque tuvieron compasión^(QH) de los prisioneros y aceptaron con gozo^(QI) el despojo de sus bienes, sabiendo que tienen para ustedes mismos una mejor y más duradera posesión^(QJ). ³⁵ Por tanto, no desechen su confianza^(QK), la cual tiene gran recompensa^(QL). ³⁶ Porque ustedes tienen necesidad de paciencia^[ec](QM), para que cuando hayan hecho la voluntad de Dios, obtengan la promesa^(QN).

³⁹ Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para la preservación^[ed] del alma.

La fe y sus héroes

11 Ahora bien, la fe es la certeza^(QR) de lo que se espera^(QS), la convicción de lo que no se ve^(QT). ² Porque por ella recibieron aprobación^[ee](QU) los antiguos^[ef](QV). ³ Por la fe entendemos que el universo^[eg] fue preparado^(QW) por^(QX) la palabra de Dios^(QY), de modo que lo que se ve no fue hecho de cosas visibles^(QZ).

⁴ Por la fe Abel ofreció a Dios un mejor sacrificio que Caín^(RA), por^[eh] lo cual alcanzó el testimonio de que era justo^(RB), dando Dios testimonio de sus ofrendas^[ei](RC); y por^[ej] la fe^[ek], estando muerto, todavía habla^(RD). ⁵ Por la fe Enoc fue trasladado al cielo para que no viera muerte^(RE); y no fue hallado porque Dios lo trasladó^(RF); porque antes de ser trasladado recibió testimonio de haber agradado a Dios. ⁶ Y sin fe es imposible agradar a Dios. Porque es necesario que el que se acerca a Dios^(RG) crea que Él existe, y que recompensa a los que lo buscan.

⁷ Por la fe Noé^(RH), siendo advertido^(RI) por Dios acerca de cosas que aún no se veían^(RJ), con temor reverente^(RK) preparó un arca para la salvación de su casa^(RL), por la cual^[el] condenó al mundo, y llegó a ser heredero de la justicia que es según la fe^(RM). ⁸ Por la fe Abraham, al ser llamado, obedeció^(RN), saliendo para un lugar que había de recibir como herencia^(RO); y salió sin saber adónde iba. ⁹ Por la fe habitó como extranjero en la tierra de la promesa^(RP) como en tierra extraña, viviendo en tiendas como^[em] Isaac y Jacob^(RQ), coherederos de la misma promesa^(RR), ¹⁰ porque esperaba la ciudad^(RS) que tiene cimientos^(RT), cuyo arquitecto y constructor es Dios^(RU).

¹¹ También por la fe Sara misma recibió fuerza para concebir^[en](RV), aun pasada ya la edad propicia, pues consideró fiel a Aquel que lo había prometido^(RW). ¹² Por lo cual también nació de uno, y este casi muerto^(RX) con respecto a esto, una descendencia como las estrellas del cielo en número, e innumerable como la arena que está a la orilla del mar^(RY).

¹³ Todos estos murieron en fe^(RZ), sin haber recibido las promesas^(SA), pero habiéndolas visto desde lejos^(SB) y aceptado con gusto,^[eo] confesando que eran extranjeros y peregrinos^[ep] sobre la tierra^(SC). ¹⁴ Porque los que dicen tales cosas, claramente dan a entender que buscan una patria propia. ¹⁵ Y si en verdad hubieran estado pensando en aquella patria de donde salieron, habrían tenido oportunidad de volver^(SD). ¹⁶ Pero en realidad, anhelan una patria mejor, es decir, la celestial^(SE). Por lo cual, Dios no se avergüenza^(SF) de ser^[eq] llamado Dios de ellos^(SG), pues les ha preparado una ciudad^(SH).

¹⁷ Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac^(SI); y el que había recibido las promesas^(SJ) ofrecía a su único^[er] hijo. ¹⁸ Fue a él a quien se le dijo: «En Isaac te será llamada descendencia^[es](SK)». ¹⁹ Él consideró^[et] que Dios era poderoso para levantar aun de entre los muertos^(SL), de donde también, en sentido figurado^[eu](SM), lo volvió a recibir.

²⁰ Por la fe Isaac bendijo a Jacob y a Esaú^(SN), aun respecto a cosas futuras. ²¹ Por la fe Jacob, al morir, bendijo a cada uno de los hijos de José^(SO), y adoró, apoyándose sobre el extremo de su bastón^(SP). ²² Por la fe José, al morir, mencionó el éxodo de los israelitas, y dio instrucciones acerca de sus huesos^(SQ).

²³ Por la fe Moisés, cuando nació, fue escondido por sus padres durante tres meses, porque vieron que era un niño hermoso^(SR) y no temieron el edicto del rey^(SS). ²⁴ Por la fe Moisés, cuando ya era grande, rehusó ser llamado hijo de la hija de Faraón^(ST), ²⁵ escogiendo más bien ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los placeres temporales del pecado^(SU). ²⁶ Consideró como mayores riquezas el oprobio de Cristo^[ev] que los tesoros de Egipto^(SV), porque tenía la mirada puesta en la recompensa^(SW).

²⁷ Por la fe Moisés salió de Egipto^(SX) sin temer la ira del rey^(SY), porque se mantuvo firme como viendo al Invisible^(SZ). ²⁸ Por la fe celebró la Pascua y el rociamiento de la sangre^(TA), para que el exterminador de los primogénitos no los tocara a ellos^(TB). ²⁹ Por la fe pasaron el mar Rojo como por tierra seca, y cuando los egipcios intentaron hacer lo mismo, se ahogaron^[ew](TC).

³⁰ Por la fe cayeron los muros de Jericó^(TD), después de ser rodeados por siete días^(TE). ³¹ Por la fe la ramera Rahab no pereció con los desobedientes, por haber recibido a los espías en^[ex] paz^(TF).

³² ¿Y qué más diré? Pues el tiempo me faltaría para contar de Gedeón^(TG), Barac^(TH), Sansón^(TI), Jefté^(TJ), David^(TK), Samuel y los profetas^(TL); ³³ quienes por la fe conquistaron reinos^(TM), hicieron justicia^(TN), obtuvieron promesas^(TO), cerraron bocas de leones^(TP), ³⁴ apagaron la violencia del fuego^(TQ), escaparon del filo de la espada^(TR). Siendo débiles^[ey], fueron hechos fuertes, se hicieron poderosos en la guerra^(TS), pusieron en fuga a ejércitos extranjeros^(TT).

³⁵ Las mujeres recibieron a sus muertos mediante la resurrección^(TU). Otros fueron torturados, no aceptando su liberación^[ez] a fin de obtener una mejor resurrección. ³⁶ Otros experimentaron^[fa] insultos y azotes, y hasta cadenas y prisiones^(TV). ³⁷ Fueron apedreados^(TW), aserrados^(TX), tentados^[fb], muertos a espada^(TY). Anduvieron de aquí para allá cubiertos con pieles de ovejas y de cabras^(TZ); destituidos, afligidos, maltratados^{(UA) 38} (de los cuales el mundo no era digno), errantes por desiertos y montañas, por cuevas y cavernas de la tierra^(UB).

³⁹ Y todos estos, habiendo obtenido aprobación^[fc] por su fe^(UC), no recibieron la promesa^(UD), ⁴⁰ porque Dios había provisto^[fd] algo mejor para nosotros^(UE), a fin de que ellos no fueran hechos perfectos sin nosotros^(UF).

La carrera del cristiano

12 Por tanto, puesto que tenemos en derredor nuestro tan gran nube de testigos, despojémonos también de todo peso y del pecado^(UG) que tan fácilmente nos envuelve, y corramos^(UH) con paciencia^[fe](UI) la carrera que tenemos por delante, ² puestos los ojos en^[ff] Jesús, el autor y consumador^[fg] de la fe^(UJ), quien por el gozo puesto delante de Él soportó la cruz^(UK), despreciando la vergüenza^(UL), y se ha sentado a la diestra del trono de Dios^(UM).

³ Consideren, pues, a Aquel que soportó tal hostilidad de^[fh] los pecadores contra Él mismo^(UN), para que no se cansen ni se desanimen en su corazón^[fi](UO). ⁴ Porque todavía, en su lucha contra el pecado, ustedes no han resistido^(UP) hasta el punto de derramar sangre^[fj](UQ). ⁵ Además, han olvidado la exhortación que como a hijos se les dirige:

⁷ Es para su corrección^[fk] que sufren. Dios los trata como a hijos^(UV); porque ¿qué hijo hay a quien su padre no discipline? ⁸ Pero si están sin disciplina, de la cual todos han sido hechos participantes, entonces son hijos ilegítimos y no hijos verdaderos^(UW). ⁹ Además, tuvimos padres terrenales^[fl] para disciplinarnos, y los respetábamos^(UX), ¿con cuánta más razón no estaremos sujetos al Padre de nuestros^[fm] espíritus^(UY), y viviremos^(UZ)? ¹⁰ Porque ellos nos disciplinaban por pocos días como les parecía, pero Él nos disciplina para nuestro bien, para que participemos de Su santidad^(VA).

¹¹ Al presente ninguna^[fn] disciplina parece ser^[fo] causa de gozo, sino de tristeza^[fp](VB). Sin embargo, a los que han sido ejercitados^[fq] por medio de^[fr] ella, después les da fruto apacible de justicia^(VC). ¹² Por tanto, fortalezcan^[fs] las manos débiles^[ft] y las rodillas que flaquean^(VD), ¹³ y hagan sendas derechas para sus pies^(VE), para que la pierna coja no se descoyunte, sino que se sane^(VF).

Exhortación a la fidelidad

¹⁴ Busquen la paz con todos^(VG), y la santidad^(VH), sin la cual nadie verá al Señor^(VI). ¹⁵ Cuídense de que nadie deje de alcanzar la gracia de Dios^(VJ); de que ninguna raíz de amargura^(VK), brotando, cause dificultades y por ella muchos sean contaminados^(VL). ¹⁶ Que no haya ninguna persona inmoral^(VM) ni profana^(VN) como Esaú, que vendió su primogenitura por una comida^(VO). ¹⁷ Porque saben que aun después, cuando quiso heredar la bendición, fue rechazado, pues no halló ocasión para el arrepentimiento, aunque la buscó con lágrimas^(VP).

Contraste entre el monte Sinaí y el monte Sión

¹⁸ Porque ustedes no se han acercado^(VQ) a un monte que se puede tocar, ni a fuego ardiente, ni a tinieblas, ni a oscuridad, ni a torbellino^(VR), ¹⁹ ni a sonido de trompeta^(VS), ni a ruido de palabras^(VT) tal, que los que oyeron rogaron que no se les hablara más^(VU). ²⁰ Porque ellos no podían soportar el mandato: «Si aun una bestia toca el monte, será apedreada^(VV)». ²¹ Tan terrible era el espectáculo, que Moisés dijo: «Estoy aterrado y temblando^(VW)».

²² Ustedes, en cambio, se han acercado al monte Sión^(VX) y a la ciudad^(VY) del Dios vivo^(VZ), la Jerusalén celestial^(WA), y a miríadas de ángeles^(WB), ²³ a la asamblea general^[fu] e iglesia de los primogénitos^(WC) que están inscritos en los cielos^(WD), y a Dios, el Juez de todos^(WE), y a los espíritus de los justos hechos ya perfectos^(WF), ²⁴ y a Jesús, el mediador del nuevo pacto^(WG), y a la sangre rociada^(WH) que habla mejor que la sangre de Abel^(WI).

²⁵ Tengan cuidado de no rechazar^(WJ) a Aquel que habla^(WK). Porque si aquellos no escaparon^[fv](WL) cuando rechazaron^(WM) al que les amonestó^[fw] sobre la tierra^(WN), mucho menos^[fx] escaparemos nosotros si nos apartamos de Aquel que nos amonesta^[fy] desde el cielo^(WO). ²⁶ Su voz hizo temblar entonces la tierra^(WP), pero ahora Él ha prometido, diciendo: «Aún una vez más, Yo haré temblar no solo la tierra, sino también el cielo^(WQ)». ²⁷ Y esta expresión: Aún, una vez más, indica la remoción de las cosas movibles^(WR), como las cosas creadas, a fin de que permanezcan las cosas que son inconmovibles. ²⁸ Por lo cual, puesto que recibimos un reino que es inconmovible^(WS), demostremos^[fz] gratitud, mediante la cual ofrezcamos a Dios un servicio aceptable^(WT) con temor y reverencia; ²⁹ porque nuestro Dios es fuego consumidor^(WU).

Deberes cristianos

13 Permanezca^[ga] el amor fraternal^(WV). ² No se olviden de mostrar hospitalidad^[gb](WW), porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles^(WX). ³ Acuérdense^(WY) de los presos^(WZ), como si estuvieran presos con ellos, y de los maltratados, puesto que también ustedes están en el cuerpo. ⁴ Sea el matrimonio honroso en todos^(XA), y el lecho matrimonial sin deshonra, porque a los inmorales^[gc] y a los adúlteros^(XB) los juzgará Dios.

⁵ Sea el carácter de ustedes sin avaricia^(XC), contentos con lo que tienen^(XD), porque Él mismo ha dicho: «Nunca te dejaré ni te desampararé^(XE)», ⁶ de manera que decimos confiadamente:

⁷ Acuérdense de sus guías^(XG) que les hablaron la palabra de Dios^(XH), y considerando el resultado de su conducta^[gd], imiten su fe^(XI). ⁸ Jesucristo es el mismo^(XJ) ayer y hoy y por los siglos. ⁹ No se dejen llevar por doctrinas^[ge] diversas y extrañas^(XK). Porque es buena cosa para el corazón el ser fortalecido por la gracia^(XL), no por alimentos^(XM), de los que no recibieron beneficio los que de ellos se ocupaban^[gf](XN).

¹⁰ Nosotros tenemos un altar del cual^(XO) no tienen derecho a comer los que sirven en el tabernáculo^[gg](XP). ¹¹ Porque los cuerpos de aquellos animales, cuya sangre es llevada al santuario por el sumo sacerdote como ofrenda por el pecado, son quemados fuera del campamento^(XQ). ¹² Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo^(XR) mediante Su propia sangre^(XS), padeció fuera de la puerta^(XT). ¹³ Así pues, salgamos a Su encuentro fuera del campamento, llevando Su oprobio^(XU). ¹⁴ Porque no tenemos aquí una ciudad permanente^(XV), sino que buscamos la que está por venir^(XW).

¹⁵ Por tanto, ofrezcamos continuamente mediante Él^(XX), sacrificio de alabanza a Dios^(XY), es decir, el fruto de labios que confiesan^[gh] Su nombre^(XZ). ¹⁶ Y no se olviden ustedes de hacer el bien y de la ayuda mutua^[gi](YA), porque de tales sacrificios se agrada Dios^(YB). ¹⁷ Obedezcan a sus pastores^(YC) y sujétense a ellos, porque ellos velan por sus almas^(YD), como quienes han de dar cuenta. Permítanles que lo hagan^[gj] con alegría y no quejándose, porque eso no sería provechoso para ustedes.

Bendición y saludos finales

¹⁸ Oren por nosotros^(YE), pues confiamos en que tenemos una buena conciencia^(YF), deseando conducirnos honradamente en todo. ¹⁹ Es más, les exhorto a hacer esto, a fin de que yo les sea restituido^(YG) muy pronto.

²⁰ Y el Dios de paz^(YH), que resucitó de entre los muertos^(YI) a Jesús nuestro Señor, el gran Pastor de las ovejas^(YJ) mediante^[gk] la sangre^(YK) del pacto eterno^(YL), ²¹ los haga aptos en toda obra buena^(YM) para hacer Su voluntad, obrando Él en nosotros^(YN) lo que es agradable^(YO) delante de Él mediante Jesucristo, a quien sea la gloria por los siglos de los siglos^(YP). Amén.

²² Les ruego^(YQ), hermanos^(YR), que soporten^[gl] la palabra de exhortación, pues les he escrito brevemente^(YS). ²³ Sepan que nuestro hermano Timoteo^(YT) ha sido puesto en libertad, con el cual, si viene pronto, he de verlos. ²⁴ Saluden a todos sus pastores^(YU) y a todos los santos^(YV). Los de Italia^(YW) los saludan.

²⁵ La gracia sea con todos ustedes^(YX). Amén.^[gm]

Saludo

1 Santiago^[gn](YY), siervo de Dios^(YZ) y del Señor Jesucristo^(ZA):

A las doce tribus^(ZB) que están en la dispersión^[go](ZC): Saludos^(ZD).

Fe y sabiduría

² Tengan por sumo gozo^(ZE), hermanos míos, cuando se hallen en^[gp] diversas pruebas^[gq](ZF), ³ sabiendo que la prueba^(ZG) de su fe^(ZH) produce paciencia^[gr](ZI), ⁴ y que la paciencia^[gs](ZJ) tenga su perfecto resultado^[gt], para que sean perfectos^[gu](ZK) y completos, sin que nada les falte.

⁵ Y si a alguno de ustedes le falta sabiduría^(ZL), que se la pida a Dios, quien da a todos abundantemente y sin reproche^[gv], y le será dada^(ZM). ⁶ Pero que pida con fe^(ZN), sin dudar^(ZO). Porque el que duda es semejante a la ola del mar, impulsada por el viento y echada de una parte a otra^(ZP). ⁷ No piense, pues, ese hombre, que recibirá cosa alguna del Señor, ⁸ siendo hombre de doble ánimo^[gw](ZQ), inestable en todos sus caminos^(ZR).

Lo transitorio de las riquezas

⁹ Pero que el hermano de condición humilde se gloríe en su alta posición^(ZS), ¹⁰ y el rico en su humillación, pues él pasará como la flor de la hierba^(ZT). ¹¹ Porque el sol sale con calor abrasador^(ZU) y seca la hierba^(ZV), y su flor se cae y la hermosura de su apariencia perece. Así también se marchitará el rico en medio de sus empresas.

La tentación explicada

¹² Bienaventurado el hombre que persevera^(ZW) bajo la prueba, porque una vez que ha sido aprobado, recibirá la corona de la vida^(ZX) que el Señor ha prometido^(ZY) a los que lo aman^(ZZ). ¹³ Que nadie diga cuando es tentado: «Soy tentado por^[gx] Dios^(AAA)». Porque Dios no puede ser tentado por el mal^[gy] y Él mismo no tienta a nadie. ¹⁴ Sino que cada uno es tentado cuando es llevado y seducido por su propia pasión^[gz]. ¹⁵ Después, cuando la pasión^[ha] ha concebido^(AAB), da a luz el pecado; y cuando el pecado es consumado^(AAC), engendra la muerte.

¹⁶ Amados hermanos míos^(AAD), no se engañen^(AAE). ¹⁷ Toda buena dádiva y todo don perfecto viene^[hb] de lo alto^(AAF), desciende del Padre de las luces^(AAG), con el cual no hay cambio^(AAH) ni sombra de variación. ¹⁸ En el ejercicio de Su voluntad^(AAI), Él nos hizo nacer^(AAJ) por la palabra de verdad^(AAK), para que fuéramos las^[hc] primicias de sus criaturas^(AAL).

Hacedores de la palabra

¹⁹ Esto lo saben^(AAM), mis amados hermanos^(AAN). Pero que cada uno sea pronto para oír, tardo para hablar^(AAO), tardo para la ira^(AAP); ²⁰ pues la ira del hombre no obra la justicia de Dios^(AAQ). ²¹ Por lo cual, desechando toda inmundicia^(AAR) y todo resto de malicia^[hd], reciban ustedes con humildad la palabra implantada^(AAS), que es poderosa para salvar sus almas.

²² Sean hacedores de la palabra^(AAT) y no solamente oidores que se engañan a sí mismos. ²³ Porque si alguien es oidor de la palabra, y no hacedor, es semejante a un hombre que mira su rostro natural^[he] en un espejo^(AAU); ²⁴ pues después de mirarse a sí mismo e irse, inmediatamente^[hf] se olvida de qué clase de persona es. ²⁵ Pero el que mira atentamente^[hg] a la ley perfecta, la ley de la libertad^(AAV), y permanece en ella, no habiéndose vuelto un oidor olvidadizo sino un hacedor eficaz^[hh], este será bienaventurado en lo que hace^[hi](AAW).

²⁶ Si alguien se cree religioso, pero no refrena su lengua^(AAX), sino que engaña a su propio corazón, la religión del tal es vana. ²⁷ La religión pura y sin mancha delante de nuestro Dios y Padre^(AAY) es esta: visitar^(AAZ) a los huérfanos^(ABA) y a las viudas en sus aflicciones^[hj], y guardarse sin mancha del mundo^(ABB).

El pecado de la parcialidad

2 Hermanos míos^(ABC), no tengan su fe^(ABD) en nuestro glorioso Señor Jesucristo^(ABE) con una actitud de favoritismo^(ABF). ² Porque si en su congregación^[hk] entra un hombre con anillo de oro y vestido de ropa lujosa^[hl](ABG), y también entra un pobre con ropa sucia^[hm](ABH), ³ y dan atención especial al que lleva la ropa lujosa^(ABI), y dicen: «Siéntese aquí, en un buen lugar»; y al pobre dicen: «Tú estate allí de pie, o siéntate junto a mi estrado»; ⁴ ¿acaso no han hecho distinciones entre ustedes mismos, y han venido a ser jueces con malos pensamientos^[hn](ABJ)?

⁵ Hermanos míos amados^(ABK), escuchen: ¿No escogió Dios a los pobres^(ABL) de este^[ho] mundo para ser ricos en fe^(ABM) y herederos del reino^(ABN) que Él prometió^(ABO) a los que lo aman? ⁶ Pero ustedes han despreciado^[hp] al pobre. ¿No son los ricos los que los oprimen y personalmente^[hq] los arrastran a los tribunales^(ABP)? ⁷ ¿No blasfeman ellos^(ABQ) el buen nombre por el cual ustedes han sido llamados^[hr]? ⁸ Si en verdad ustedes cumplen la ley real^(ABR) conforme a la Escritura: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo^(ABS)», bien hacen. ⁹ Pero si muestran favoritismo^(ABT), cometen pecado y son hallados culpables por la ley como transgresores.

¹⁰ Porque cualquiera que guarda toda la ley, pero falla^(ABU) en un punto, se ha hecho culpable de todos^(ABV). ¹¹ Pues el que dijo: «No cometas^[hs] adulterio^(ABW)», también dijo: «No mates^[ht](ABX)». Ahora bien, si tú no cometes adulterio, pero matas, te has convertido en transgresor de la ley. ¹² Así hablen ustedes y así procedan, como los que han de ser juzgados por la ley de la libertad^(ABY). ¹³ Porque el juicio será sin misericordia^(ABZ) para el que no ha mostrado misericordia. La misericordia triunfa sobre^[hu] el juicio.

La fe y las obras

¹⁴ ¿De qué sirve^[hv](ACA), hermanos míos^(ACB), si alguien dice que tiene fe, pero no tiene obras? ¿Acaso puede esa^[hw] fe salvarlo? ¹⁵ Si un hermano o una hermana no tienen ropa^[hx](ACC) y carecen del sustento diario, ¹⁶ y uno de ustedes les dice: «Vayan en paz^(ACD), caliéntense y sáciense», pero no les dan lo necesario para su cuerpo, ¿de qué sirve^[hy]? ¹⁷ Así también la fe^(ACE) por sí misma, si no tiene obras, está muerta. ¹⁸ Pero alguien dirá: «Tú tienes fe y yo tengo obras^(ACF). Muéstrame tu fe sin las obras^(ACG), y yo te mostraré mi fe^(ACH) por mis obras^(ACI)». ¹⁹ Tú crees que Dios es uno^[hz](ACJ). Haces bien^(ACK); también los demonios creen^(ACL), y tiemblan. ²⁰ Pero, ¿estás dispuesto a admitir^[ia], oh hombre vano^[ib](ACM), que la fe sin obras es estéril^[ic](ACN)?

²¹ ¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre^(ACO) cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? ²² Ya ves que la fe actuaba juntamente con sus obras^(ACP), y como resultado de las obras^[id](ACQ), la fe fue perfeccionada; ²³ y se cumplió la Escritura que dice: «Y Abraham creyó a Dios y le fue contado por^[ie] justicia^(ACR)», y fue llamado amigo de Dios^(ACS). ²⁴ Ustedes ven que el hombre es justificado por las obras y no solo por la fe.

²⁵ Y de la misma manera, ¿no fue la ramera Rahab^(ACT) también justificada por las obras cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino^(ACU)? ²⁶ Porque así como el cuerpo sin el espíritu está muerto, así también la fe sin las obras está muerta^(ACV).

El poder de la lengua

3 Hermanos míos^(ACW), que no se hagan maestros muchos de ustedes^(ACX), sabiendo que recibiremos un juicio más severo. ² Porque todos fallamos^[if] de muchas maneras^(ACY). Si alguien no falla en lo que dice^[ig](ACZ), es un hombre perfecto^(ADA), capaz también de refrenar todo el cuerpo^(ADB). ³ Ahora bien, si ponemos el freno en la boca de los caballos^(ADC) para que nos obedezcan, dirigimos también todo su cuerpo. ⁴ Miren también las naves; aunque son tan grandes e impulsadas por fuertes vientos, son, sin embargo, dirigidas mediante un timón muy pequeño por donde la voluntad^[ih] del piloto quiere.

⁵ Así también la lengua es un miembro pequeño, y sin embargo, se jacta de grandes cosas^(ADD). ¡Pues qué gran bosque se incendia con tan pequeño fuego^(ADE)! ⁶ También la lengua es un fuego^(ADF), un mundo de iniquidad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, la cual contamina todo el cuerpo^(ADG), es encendida por el infierno^[ii](ADH) e inflama el curso^[ij] de nuestra vida^[ik]. ⁷ Porque toda clase^[il] de fieras y de aves, de reptiles y de animales marinos, se puede domar y ha sido domado por el ser^[im] humano, ⁸ pero ningún hombre puede domar la lengua. Es un mal turbulento y lleno de veneno mortal^(ADI).

⁹ Con ella bendecimos a nuestro Señor y Padre^(ADJ), y con ella maldecimos a los hombres, que han sido hechos a la imagen de Dios^(ADK). ¹⁰ De la misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así. ¹¹ ¿Acaso una fuente echa agua dulce y amarga por la misma abertura? ¹² ¿Acaso, hermanos míos, puede una higuera producir aceitunas^(ADL), o una vid higos? Tampoco la fuente de agua salada puede producir agua dulce.