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Bible in 90 Days

An intensive Bible reading plan that walks through the entire Bible in 90 days.
Duration: 88 days
La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
Version
Job 8-24

Defensa de la justicia

Bildad de Súaj respondió así:

¿Hasta cuándo hablarás de ese modo,
con el viento impetuoso de tus palabras?
¿Puede Dios trastocar el derecho,
pervertir la justicia el Todopoderoso?
Si tus hijos pecaron contra él,
ya los hizo cargar con su delito.
Mas si buscas cuanto antes a Dios,
si diriges tu súplica al Todopoderoso,
si eres honrado e intachable,
entonces se ocupará de ti,
te devolverá tu legítima heredad.
Tu pasado será insignificante
comparado con tu glorioso futuro.
Ve y pregunta a pasadas generaciones,
seguras en la experiencia de sus mayores.
Ayer nacimos, nada sabemos;
nuestra vida en este mundo es una sombra.
10 Pero ellos te enseñarán, te informarán
con máximas que brotan de su reflexión.
11 ¿Brota el papiro fuera de la marisma
o prosperan los juncos si falta el agua?
12 Todavía verdes, sin ser segados,
pueden agostarse antes que otra hierba.
13 Así acaba quien se olvida de Dios,
la esperanza del malvado sucumbe;
14 su confianza no es más que un hilo;
su seguridad, una tela de araña;
15 si se apoya en ella, no lo aguanta;
si se aferra a ella, no lo sostiene.
16 Como planta lozana a pleno sol,
sus tallos brotaban por el jardín;
17 sus raíces escalaban el muro,
se adherían firmes a las tapias.
18 Pero si es arrancada de su sitio,
este la niega: “Nunca te he visto”.
19 Así acabará su existencia,
otros brotarán en su lugar.
20 Pero Dios no rechaza al honrado,
ni tiende la mano al malvado.
21 Llenará de nuevo tu boca de risas,
tus labios gritarán jubilosos.
22 Tus enemigos quedarán avergonzados,
la tienda del malvado dejará de existir.

La aparente injusticia divina

Respondió Job:

Sé que las cosas son así:
que no es justo ante Dios el ser humano.
Si quiere litigar con él,
no le rebatirá de mil razones una.
Dios es sabio y poderoso,
¿quién le hace frente y queda ileso?
Con su cólera remueve los montes,
los desplaza y nadie lo nota.
Sacude la tierra en sus cimientos,
hace que vacilen sus pilares;
si lo ordena, el sol ya no brilla
y retiene bajo sello a las estrellas.
Él solo despliega los cielos
y camina sobre la espalda del Mar;
él ha hecho la Osa y el Orión,
las Pléyades y las Cámaras del Sur.
10 Hace prodigios inexplicables,
realiza maravillas incontables.
11 Si pasa a mi vera, no lo veo;
me roza y no me doy cuenta;
12 si apresa algo, ¿quién se lo impedirá
o quién le dirá: “qué estás haciendo”?
13 Dios no renuncia a su cólera,
a él se someten los aliados de Rahab.
14 ¡Cuánto menos podré yo defenderme,
afinando argumentos contra él!
15 Aun teniendo yo razón, no respondería;
tendría que suplicar a mi adversario;
16 aunque respondiera a mi requerimiento,
no creo que atendiera a mis palabras.
17 ¡Él es capaz de aplastarme por una tontería,
de multiplicar sin motivo mis heridas;
18 no me deja respirar tranquilo,
me tiene saciado de amargura!
19 Si es cuestión de fuerza,
ahí está su poder;
si se trata de justicia,
¿quién lo emplazará?
20 Aun teniendo yo razón,
su boca me condenaría;
aun siendo yo inocente,
demostraría mi culpa.
21 Pero ¿soy inocente?
Ni siquiera lo sé.
¡Desprecio mi existencia!
22 Aunque da lo mismo. Así que afirmo:
destruye igual al inocente que al culpable.
23 Si una peste matase de repente,
se burlaría del dolor del inocente.
24 Entrega un país a un malvado
y ciega los ojos de los magistrados.
¿Quién puede hacerlo, sino él?
25 Mis días corren más que un correo,
escapan sin que pueda ver la dicha;
26 se deslizan como balsas de junco,
como el águila al caer sobre la presa.
27 Si me digo: “Olvidaré la tristeza,
que la alegría cambie mi semblante”,
28 tengo miedo de lo que pueda sufrir,
pues sé que no me crees inocente.
29 Y si resulta que soy culpable,
¿qué sentido tiene luchar en vano?
30 Aunque me lavase con jabón
y frotara mis manos con sosa,
31 tú me arrastrarías por la porquería
hasta que me diera asco mi ropa.
32 No es un ser humano como yo para decirle:
“Enfrentémonos juntos en un juicio”.
33 Pero no existe un mediador
que ponga su mano entre los dos,
34 que retire su vara de mi espalda
y me libre del terror que me atenaza.
35 Si lo hubiera, le hablaría sin miedo,
pues creo que no soy culpable.

10 Me da asco mi existencia,
daré rienda suelta a mis quejas,
hablaré repleto de amargura.
Diré a Dios: “No me declares culpable;
y dime por qué eres mi adversario.
¿Disfrutas acaso oprimiéndome,
rechazando la obra de tus manos,
y aprobando los planes del malvado?
¿Son acaso tus ojos de carne
y ves las cosas lo mismo que un humano?
¿Es tu vida la de un simple mortal,
tu existencia la de un ser humano,
para que busques algo malo en mí
e indagues si tengo pecado?
De sobra sabes que no soy culpable,
pero nadie me librará de tus manos.
Tus manos me modelaron, me hicieron,
¿y ahora te vuelves y me destruyes?
Recuerda que me hiciste de barro
y que al polvo me vas a devolver.
10 ¿No me vertiste como leche
y me cuajaste como al queso?
11 Me forraste de piel y carne,
me tejiste con huesos y tendones.
12 Me concediste el favor de la vida,
rodeaste mi existencia de atenciones.
13 Pero algo planeabas en secreto,
sé que planeabas lo siguiente:
14 si pecaba, me estarías vigilando
y no disculparías mis fallos;
15 si era culpable, ¡pobre de mí!;
si inocente, no alzaría la frente,
saciado de afrentas, harto de aflicción;
16 si tratara de mostrarme firme,
me darías caza como un león,
repitiendo tus hazañas a mi costa;
17 renovarías tu enemistad contra mí,
contra mí aumentarías tu furor
atacándome con tropas de relevo.
18 ¿Para qué me sacaste del vientre?
Habría muerto sin que nadie lo viese,
19 sería como si no hubiera existido,
arrastrado del vientre a la tumba.
20 ¡Qué rápida discurre mi vida!
¡Déjame! ¡Aléjate de mí!
Deja que disfrute un poco,
21 antes de que vaya al país de tinieblas,
y de sombras de muerte,
sin que pueda regresar,
22 al país lúgubre como la oscuridad,
con sombras de muertos, caótico,
donde la luz sólo es oscuridad”.

La sabiduría divina descubre la culpa

11 Sofar de Naamat contestó así:

¿Quedará sin respuesta tanta palabrería
y tendrá razón un charlatán?
¿Hará callar a otros tu verborrea
y te burlarás sin que nadie te contradiga?
Tú has dicho: “Mi conducta es limpia,
nada malo me puedes reprochar”.
Pero ojalá Dios te hablase,
abriese la boca para responderte:
te enseñaría secretos de sabiduría,
que son prodigios de habilidad.
Entonces acabarías sabiendo
que aún te perdona parte de tu culpa.
¿Puedes sondear la profundidad de Dios,
descubrir la perfección del Todopoderoso?
Es más alta que el cielo: ¿qué harás?
Más honda que el reino de los muertos:
¿qué podrás saber tú?
Es más larga que la tierra
y más ancha que el mar.
10 Si se presenta y encierra en prisión,
si cita a juicio, ¿quién lo impedirá?
11 Pues conoce a quienes nada valen,
cuando ve la maldad se fija bien.
12 Y es que el necio se hará sensato
cuando un asno salvaje se haga manso.
13 Pero si no vacila tu mente,
si extiendes las manos hacia él,
14 si apartas tu mano de la maldad
y no alojas en tu tienda la injusticia,
15 podrás alzar la frente sin mancilla;
te acosarán, pero no tendrás miedo;
16 podrás olvidar tu infortunio,
recordándolo como agua que pasó.
17 Tu vida será más luminosa que el mediodía,
tus tinieblas serán como un amanecer;
18 vivirás seguro y con esperanza,
te sentirás protegido, dormirás tranquilo;
19 descansarás libre de sobresaltos
y muchos buscarán tu favor.
20 Pero los ojos del malvado se apagan,
no podrá encontrar un refugio,
su esperanza es sólo un suspiro.

Job reta al poder divino

12 Job respondió así:

¡Desde luego, ustedes son de esa gente
con la cual se agotará la sabiduría!
Pero también yo soy inteligente,
no me creo inferior a ustedes.
¿Quién no sabe tales cosas?
El hazmerreír de sus vecinos, ese soy yo;
yo, que me comunicaba con Dios.
¡El hazmerreír, siendo íntegro y honrado!
“¡Respondamos con burla a la desgracia
—dice quien se siente satisfecho—,
empujemos al suelo al que se tambalea!”.
¡Pero los bandidos habitan en paz,
viven seguros quienes provocan a Dios,
los que tienen a Dios en un puño!
Pregunta a las bestias y te instruirán,
a las aves del cielo y te informarán;
habla con los reptiles y te enseñarán,
te lo contarán los peces del mar.
¿Quién de todos ellos no sabe
que la mano del Señor lo hizo todo?
10 Él retiene la vida de los seres,
el aliento de todo ser humano.
11 ¿No distingue el oído las palabras
y el paladar saborea la comida?
12 ¿No es propia de los ancianos la sabiduría
y destaca la prudencia entre los viejos?
13 Pues él posee sabiduría y poder,
prudencia e inteligencia son suyas.
14 Si él destruye, nadie reconstruye;
si aprisiona, no hay escapatoria;
15 si retiene la lluvia, llega la sequía;
si la deja libre, se inunda la tierra.
16 Él dispone de fuerza y eficacia,
suyos son el engañado y el que engaña;
17 hace ir descalzos a los consejeros,
hace enloquecer a los magistrados;
18 deja a los reyes sin insignias,
les ata una soga a la cintura;
19 hace ir descalzos a los sacerdotes,
arruina a los que están bien situados;
20 retira la palabra a los confidentes,
deja sin discreción a los ancianos;
21 llena de desprecio a los señores,
afloja el cinturón de los robustos.
22 Revela la hondura de las tinieblas,
saca a la luz las densas sombras;
23 levanta pueblos y los destruye,
ensancha naciones y las destierra;
24 priva de su talento a los jefes,
los guía por desiertos intransitables,
25 por donde caminan a tientas y a oscuras,
tropezando lo mismo que borrachos.

13 Todo esto ya lo han visto mis ojos,
mis oídos lo oyeron y lo entendí.
Sé lo que ustedes saben,
no soy inferior a ustedes.
Pero quiero hablar con el Todopoderoso,
deseo disputar con Dios,
pues ustedes todo lo blanquean con mentiras,
parecen médicos sin serlo.
¡Cuándo acabarán de hablar
demostrando así que son sabios!
A ver si escuchan mis descargos
y oyen los argumentos que pronuncio.
¿Falsean la realidad por defender a Dios
y son capaces de mentir por él?
¿Tratan por ventura de excusarlo
y disputan acaso a su favor?
¿Qué tal si él los sondease?
¿Lo engañarían igual que a un humano?
10 Seguro que les pediría cuentas
por ser parciales con disimulo.
11 Su majestad los dejaría aterrados,
su terror se abatiría sobre ustedes.
12 Las acusaciones de ustedes serían como ceniza;
sus argumentos, argumentos de barro.
13 Silencio, que quiero hablar,
pues pase lo que me pase,
14 voy a jugármelo todo,
pienso arriesgar mi vida.
15 Aunque quiera matarme,
no me queda otra esperanza;
quiero defenderme en su presencia;
16 con eso me sentiría salvado,
pues el malvado no comparece ante él.
17 Escuchen con atención mis palabras,
presten oído a mi declaración;
18 tengo preparada mi defensa
y sé que soy inocente.
19 ¿Alguien quiere pleitear conmigo?
Estoy dispuesto a callar y morir.
20 Concédeme sólo estas dos cosas
y permaneceré siempre en tu presencia:
21 que mantendrás tu mano lejos de mí
y que no me espantarás con tu terror.
22 Después acúsame y responderé,
o deja que me explique y tú replicarás.
23 ¿Cuántos son mis errores y mis culpas?
¡Demuéstrame mis delitos y errores!
24 ¿Por qué me ocultas tu rostro
y me tratas como a un enemigo?
25 ¿Acosarías a una hoja volandera
o perseguirías a una paja ya agostada?
26 Anotas en mi cuenta rebeldías,
me acusas de faltas de juventud;
27 metes en cepos mis pies,
vigilas todas mis andanzas,
indagas las huellas de mis pasos.
28 ¡A uno que se desgasta como un odre,
como vestido comido por la polilla!

14 El ser humano, nacido de mujer,
es corto de días y largo de aflicciones;
como brote florece y se marchita,
huye como sombra pasajera.
¿Y en uno así clavas los ojos
y lo llevas a juicio contigo?
¡Nadie hará puro lo impuro!
Si sus días están ya contados,
si conoces el número de sus meses
(una frontera infranqueable),
deja de mirarlo y que descanse,
hasta que acabe sus días de jornalero.
Aunque un árbol sea talado,
tiene esperanza de retoñar,
de que no le faltarán renuevos.
Aunque sean viejas sus raíces soterradas,
aunque agonice su tocón en el polvo,
reverdece cuando siente el agua,
rebrota como una planta joven.
10 Pero el ser humano, al morir, desaparece;
cuando expira el mortal, ¿dónde está?
11 Como agua evaporada en un lago,
como río que se seca y aridece,
12 el ser humano se acuesta y no se levanta;
se desgastarán los cielos y no despertará,
nadie lo espabilará de su sueño.
13 ¡Ojalá me escondieras
en el reino de los muertos
oculto hasta que pase tu cólera!
¡Ojalá pusieras una fecha para acordarte de mí!
14 ¿Pero puede un muerto revivir?
¡Aguardaría todo el tiempo de mi milicia,
esperando que llegase mi relevo!
15 Llamarías y yo respondería,
añorarías la obra de tus manos.
16 Seguro que contarías mis pasos,
pero no vigilarías mis errores;
17 meterías mis delitos en un saco
y cubrirías con cal mis fallos.
18 Como monte que se hunde erosionado,
como riscos desplazados de su sitio,
19 como agua que desgasta las rocas
y avenida que arrastra la tierra,
así destruyes la esperanza del mortal.
20 Lo destrozas para siempre y se va,
lo desfiguras y lo haces desaparecer.
21 Si prosperan sus hijos, no lo sabe;
si se hunden en la miseria, ni se entera.
22 Sólo siente su propio dolor,
lamenta sólo su existencia.

Segundo ciclo de discursos (15—21)

Sus desafíos condenan a Job

15 Elifaz de Temán respondió así:

¿Da un sabio respuestas vanas?
¿Llena su vientre de viento del este?
¿Propone argumentos inútiles,
palabras que no valen nada?
Peor tú, que te muestras impío
y anulas así los coloquios con Dios.
Tu pecado inspira tus palabras,
usas el lenguaje de la astucia.
Tu boca te condena, no yo;
tus labios testifican contra ti.
¿Eres el primogénito de la humanidad
y te engendraron antes que a las colinas?
¿Has asistido al consejo divino?
¿Sólo tú posees sabiduría?
¿Qué sabes tú que nosotros no sepamos,
qué entiendes tú que nosotros no entendamos?
10 Entre nosotros hay ancianos venerables,
más repletos de días que tu padre.
11 ¿Te parece poco el consuelo de Dios,
las amables palabras que escuchas?
12 ¿Por qué dejas que te domine la pasión
y miras con ojos desorbitados,
13 haciendo a Dios objeto de tu cólera
y lanzando esas palabras por tu boca?
14 ¿Qué es el ser humano para sentirse puro,
el nacido de mujer para creerse inocente?
15 Si Dios no confía en sus santos
ni le parecen puros los cielos,
16 ¿qué decir del infame y corrompido,
del ser humano que se sacia de maldad?
17 Escúchame, que quiero hablarte,
voy a decirte lo que he visto,
18 lo que han contado los sabios
y han transmitido sus antepasados,
19 aquellos a quienes entregaron el país,
cuando no había mezcla de extranjeros.
20 El malvado vive entre tormentos,
al tirano le esperan años contados;
21 le zumban los oídos con ecos de terrores,
lo asalta el Devastador mientras vive en paz.
22 Que no piense que escapará de las tinieblas,
pues está destinado a la espada;
23 desechado como pasto de buitres,
sabe que es cierta su ruina.
24 Los días tenebrosos lo aterran,
lo atenazan angustia y ansiedad,
como a un rey que se lanza al ataque.
25 Y es que alzó su mano contra Dios
e intentó retar al Todopoderoso,
26 arremetiendo directo contra él
tras la maciza panza de su escudo.
27 Aunque rebosen grasa sus cachetes
y el sebo forre sus lomos,
28 vivirá en pueblos arruinados,
en casas donde nadie habita,
destinadas a ser escombreras.
29 No se enriquecerá ni durarán sus bienes,
no crecerán sus posesiones sobre la tierra.
30 No podrá huir de la oscuridad,
una llama secará sus brotes,
el viento barrerá sus renuevos.
31 Que no confíe en su buena talla,
pues su rama acabará fracasando.
32 Antes de tiempo se marchitará,
sus ramas no reverdecerán.
33 Será viña cuyas uvas no maduran,
olivo que pierde sus flores.
34 No da frutos la casta de los impíos,
el fuego consume sus hogares.
35 Quien se preña de maldad, pare desgracia;
en su vientre se prepara la decepción.

Injusticia humana y justicia divina

16 Job respondió así:

Muchas cosas parecidas he oído,
el consuelo de ustedes sólo es agobio.
¿Acabará tanta palabra vana?
¿Dime qué es lo que te impulsa a replicar?
¿Les hablaría yo como ustedes
si por ventura estuvieran en mi lugar?
¿Los atacaría lanzando discursos
y agitaría la cabeza contra ustedes?
¡No! Mis palabras los confortarían,
mis labios los tranquilizarían.
Pero si hablo, no se alivia mi dolor;
si me callo, permanece junto a mí.
Ahora el dolor me tiene agotado,
(restas valor a mi testimonio y me acosas).
Mi agotamiento se ha convertido en testigo
que se alza y me acusa a la cara.
Su cólera me ataca y me desgarra;
me enseña sus dientes rechinando
y me observa con ojos hostiles.
10 La gente se burla en mi cara,
me afrentan dándome bofetadas,
todos se alían contra mí.
11 Dios me entrega a gente injusta,
me arroja en manos de malvados.
12 Vivía yo tranquilo y me zarandeó,
me asió por la nuca y me hizo trizas;
me convirtió en su diana,
13 sus arqueros me pusieron cerco;
me atravesó las entrañas sin piedad,
regando la tierra con mi hiel.
14 Me desgarró cubriéndome de brechas,
atacándome lo mismo que un guerrero.
15 He cosido un saco a mi piel,
he enterrado en el polvo mi honor.
16 El llanto enrojece mi rostro,
mis ojos sombríos reflejan la muerte,
17 aunque no he obrado con violencia
ni es interesada mi oración.
18 ¡Tierra, no cubras mi sangre!
¡Que el sepulcro no ahogue mi grito!
19 Mi testigo está ahora en el cielo,
mi defensor habita en lo alto
20 —es mi grito quien habla por mí,
aguardo inquieto la respuesta divina—;
21 que juzgue entre Dios y el ser humano,
como es habitual entre mortales,
22 pues me esperan años contados
y recorreré un camino sin vuelta.

17 Me falta el aliento,
mis días se extinguen,
me espera la tumba.
Vivo rodeado de escarnios,
las provocaciones me desvelan.
Conviértete tú en mi garantía,
¿quién, si no, me defenderá?
Has cerrado su mente a la razón
y no permitirás que salgan airosos.
¿O eres como quien invita a sus amigos,
mientras sus hijos se ven necesitados?
Me ha convertido en burla de la gente,
mi cara es blanco de salivazos.
La agonía consume mis ojos,
mi cuerpo es sólo una sombra.
Los justos se espantan al verlo,
el inocente se revuelve contra el impío.
Pero el justo se mantiene en su camino,
el de manos limpias redobla su energía.
10 Venga, ustedes, síganme atacándo,
que no encontraré un sabio entre ustedes.
11 Mis días y mis planes han pasado,
se van desvaneciendo mis esperanzas.
12 ¿Pretenden que crea que la noche es día,
que hay luz cuando sólo hay tinieblas?
13 Únicamente espero habitar
en el reino de los muertos,
hacer mi lecho en las tinieblas,
14 llamar al sepulcro “padre mío”,
“madre” y “hermana” a los gusanos.
15 ¿Dónde está mi esperanza?
¿Alguien ha visto mi dicha?
16 ¿Descenderán conmigo
al reino de los muertos
y reposaremos juntos en el polvo?

El orden divino acaba con el malvado

18 Bildad de Súaj habló así:

¿Cuándo acabarán con tanto discurso?
Reflexionen primero y hablemos después.
¿Por qué dejarnos tratar como animales?
¿O piensan acaso que carecemos de talento?
Tu cólera está acabando contigo,
¿pero quedará por eso deshabitada la tierra
y serán las rocas desencajadas de su sitio?
La lámpara del malvado se apaga,
ya no brilla el resplandor de su hogar.
La luz de su tienda va menguando,
el candil que lo alumbra se extingue.
Pierde fuerza su pie vigoroso,
lo descarrían sus propios proyectos;
sus pies lo conducen a la red,
camina por encima de una malla;
un lazo le atrapa los tobillos,
un cepo se cierra sobre ellos;
10 un nudo se oculta en el suelo,
una trampa lo aguarda en el camino.
11 Lo rodean terrores espantosos,
lo acosan cuando intenta caminar:
12 la Desgracia lo persigue hambrienta,
el Desastre espera su traspiés;
13 la Enfermedad devora su piel,
la Muerte corroe sus miembros.
14 Arrancado del amparo de su tienda,
lo arrastran ante el Rey de los terrores.
15 El fuego se instala en su tienda,
esparcen azufre en su morada;
16 por abajo se pudren sus raíces,
por arriba se secan sus ramas;
17 su memoria se borra en el país,
se queda sin nombre en la comarca.
18 Lo llevan de la luz a las tinieblas,
acaba expulsado del mundo,
19 sin familia ni prole entre los suyos,
sin nadie que ocupe su terruño.
20 Su destino espanta al Occidente,
el terror atenaza a los de Oriente.
21 Así acaba la morada del malvado,
el lugar de quien no reconoce a Dios.

Todos atacan a Job

19 Job respondió así:

¿Hasta cuándo seguirán atormentándome,
machacándome con tanta palabrería?
Ya me han humillado bastante,
me han atacado sin reparos.
Aun pensando que hubiera pecado,
sólo a mí afectaría mi culpa.
Pero ya que quieren prevalecer sobre mí
usando mi dolor como prueba,
sepan bien que Dios me ha atacado,
que me ha atrapado en sus redes.
Si grito “violencia”, nadie responde;
imploro “socorro”, pero no hay justicia.
Ha vallado mi camino y me impide pasar,
ha ocultado mi senda con densa oscuridad.
Me ha despojado de mi honor,
ha dejado mi cabeza sin corona.
10 Me socava por doquier y me deshago,
ha arrancado la raíz de mi esperanza.
11 Ha atizado su cólera contra mí,
me trata como a un enemigo.
12 Llegan sus tropas en masa,
construyen rampas de ataque,
asedian mi tienda por doquier.
13 Mis parientes se alejan de mi lado,
mis conocidos me tienen por extraño;
14 me abandonan vecinos y deudos,
se olvidan de mí mis invitados.
15 Mis siervas me tienen por intruso,
me tratan igual que a un extraño;
16 mi siervo no responde a mi llamada,
aunque se lo pida por favor.
17 Mi aliento repugna a mi esposa,
doy asco a mis propios hermanos.
18 Incluso los niños me desprecian;
me levanto y se burlan de mí.
19 Todos mis íntimos me detestan,
mis mejores amigos me atacan.
20 Mis huesos se pegan a la piel y a la carne,
he escapado con la piel de mis dientes.
21 ¡Piedad, amigos míos, piedad,
que me ha herido la mano de Dios!
22 ¿Por qué, igual que Dios, me acosan
y no se hartan de escarnecerme?
23 ¡Ojalá se escribieran mis palabras!
¡Ojalá se grabaran en cobre,
24 con cincel de hierro y con plomo,
impresas para siempre en la roca!
25 Yo sé que vive mi Vengador,
que se alzará el último sobre el polvo,
26 que después que me arranquen la piel,
ya sin carne, podré ver a Dios.
27 Sí, yo mismo lo contemplaré;
mis ojos lo verán, no un extraño.
¡Tal ansia me consume por dentro!
28 Ustedes dicen: “¿Cómo lo acosaremos?
¿Qué pretexto encontraremos contra él?”.
29 Pero tiemblen entonces ante la espada
(pues su cólera merece la espada)
y piensen que hay un juicio por llegar.

La justicia divina es inflexible

20 Sofar de Naamat respondió:

Mi turbación me obliga a contestar,
debido a la impaciencia que siento.
He oído una reflexión bochornosa,
y mi inteligencia me inspira la respuesta.
¿No sabes tú que ya desde antaño,
desde que la humanidad existe,
el triunfo del malvado es pasajero,
efímera la alegría del impío?
Aunque su talla alcance los cielos
y su cabeza llegue a las nubes,
desaparece para siempre, como estiércol;
los que lo vieron preguntan: “¿Dónde está?”.
Vuela como un sueño pasajero,
se esfuma como visión nocturna.
El ojo que lo vio ya no lo ve,
su morada ya no lo contempla.
10 Sus hijos piden limosna a los mendigos,
pues tuvo que abandonar sus bienes.
11 Aunque sus huesos desborden energía,
acabarán con él en el polvo.
12 Aunque le sepa dulce la maldad
y la guarde debajo de la lengua,
13 —atento a no dejarla escapar
y reteniéndola pegada al paladar—,
14 acabará pudriéndose en su vientre,
transformada en veneno de víboras.
15 Vomitará la riqueza que devoró,
Dios hace que la eche del vientre.
16 Chupaba ponzoña de víboras,
lo matará la lengua del áspid.
17 No disfrutará de arroyos de aceite,
de torrentes de miel y requesón.
18 Devolverá sus ganancias sin catarlas,
sin gozar del fruto de sus negocios,
19 pues defraudó sin pudor al pobre,
robando casas que no construyó.
20 Su vientre no se veía satisfecho,
nada escapaba a su ambición;
21 comió sin dejar nada a los demás,
así que no durará su prosperidad.
22 En plena abundancia sucumbirá,
la mano de la desgracia lo alcanzará.
23 Para que el malvado sacie su vientre,
Dios le enviará su cólera ardiente,
como lluvia que le sirva de alimento.
24 Aunque evite el arma de hierro,
la flecha de bronce lo traspasará;
25 intentará arrancarla de su espalda,
de su hígado la punta bruñida,
pero los terrores se abatirán sobre él.
26 Lo acosan profundas tinieblas,
lo consume un fuego no atizado
que devora los restos de su tienda.
27 El cielo desvela su culpa,
la tierra, en pie, lo denuncia.
28 Un diluvio arrambla con su casa,
los torrentes del día de la cólera.
29 Esto es lo que Dios depara al malvado,
la herencia que le tiene reservada.

El éxito de los malvados

21 Job respondió así:

Escuchen atentos mis palabras,
concédanme al menos ese consuelo.
Tengan paciencia mientras hablo;
cuando termine, se podrán burlar.
¿Me quejo acaso de alguno
o pierdo la paciencia sin razón?
Escúchenme, quedarán atónitos
y no sabrán qué decir.
Al pensarlo, me lleno de horror,
escalofríos me atenazan el cuerpo.
¿Por qué siguen vivos los malvados,
envejecen mientras aumenta su poder?
Ven a sus hijos medrar seguros,
contemplan cómo fructifican sus retoños:
sus casas, prósperas y tranquilas,
el castigo de Dios no los alcanza.
10 Sus toros fecundan sin fallar,
sus vacas nunca malparen.
11 Sus hijos retozan como corderos,
sus niños brincan satisfechos.
12 Cantan con liras y tambores,
se divierten al son de la flauta;
13 gozan dichosos de la vida
y bajan en paz al reino de los muertos.
14 Y eso que decían a Dios:
“¡Déjanos en paz!
No queremos conocer tus designios.
15 ¿Por qué serviremos al Todopoderoso?
¿Qué sacamos en limpio con invocarlo?”.
16 ¿No depende del malvado su dicha,
aunque su plan esté lejos de Dios?
17 ¿Cuándo se apaga la lámpara del malvado?
¿Cuándo le sobreviene la desgracia
o la cólera divina lo colma de dolor?
18 ¿Son paja acosada por el viento
o tamo que avienta el huracán?
19 ¿Va a castigar Dios a sus hijos?
¡Que lo pague él y escarmiente!
20 ¡Que él mismo asista a su ruina,
que absorba la cólera del Todopoderoso!
21 ¿Qué le importa su hacienda una vez muerto,
cuando sus meses no puedan ya contarse?
22 ¿Quién puede enseñar algo a Dios,
si sólo él es capaz de gobernar el cielo?
23 Hay quien muere en pleno vigor,
rebosante de dicha y de paz,
24 con sus lomos forrados de grasa
y jugosa la médula de sus huesos.
25 Y hay quien muere saciado de amargura,
sin haber experimentado la dicha.
26 Pero ambos se acostarán en el polvo
bajo una cubierta de gusanos.
27 Bien me sé lo que piensan,
todo lo que traman contra mí.
28 Dicen: “¿Dónde está la casa del soberbio,
la tienda donde moraban los impíos?”.
29 ¿Por qué no preguntan a quienes viajan
y sabrán bien lo que piensan?
30 El malvado se libra el día del desastre,
se encuentra a salvo el día de la cólera.
31 ¿Quién le reprocha su conducta
o le pasa cuentas de lo que ha hecho?
32 Es conducido al cementerio,
la gente vela junto a su tumba,
33 no siente el peso de la tierra.
Tras él desfila todo el mundo,
lo precede una turba innumerable.
34 ¿A qué entonces me consuelan con vaciedades?
¡Si tan sólo argumentan con engaños!

Tercer ciclo de discursos (22—27)

Job es invitado a arrepentirse

22 Elifaz de Temán respondió así:

¿Puede un mortal ser útil a Dios
cuando apenas el sabio lo es para sí?
¿Le importa al Todopoderoso tu honradez?
¿Le aprovecha en algo tu recta conducta?
¿Crees que te castiga por tu piedad,
o te emplaza a juicio por eso?
¿No será por tu maldad sin límites,
por tus incontables delitos?
Exigías sin motivo prendas a tus hermanos,
despojabas de su ropa al desnudo;
no dabas agua al sediento,
negabas el pan al hambriento;
Como poderoso dueño del país,
arrogante habitante de él,
despedías a las viudas de vacío
y debilitabas los brazos de los huérfanos.
10 Por eso te encuentras entre redes,
te asalta de improviso el terror,
11 la oscuridad no te permite ver,
te engullen aguas caudalosas.
12 ¿No está Dios en lo alto del cielo?
¡Bajo él contempla las altas estrellas!
13 Y encima dices: “¿Qué sabe Dios?
¿Podrá ver a través de las nubes?
14 El manto de nubes no le deja ver
cuando recorre la órbita del cielo”.
15 ¿Caminarás por la antigua ruta
que hollaron perversos mortales,
16 aventados antes de tiempo,
cuando la riada arrancó sus cimientos?
17 Decían a Dios: “¡Déjanos en paz!,
¿qué puede hacernos el Todopoderoso?”.
18 Y eso que colmaba sus casas de bienes.
¡Lejos de mí el consejo de los malvados!
19 Los justos se alegran al verlo,
los rectos se burlan de ellos,
20 pues sus posesiones han sido barridas,
su abundancia ha sido consumida por el fuego.
21 Reconcíliate con él y haz las paces,
de ese modo te devolverá la dicha.
22 Acepta la instrucción de su boca,
piensa siempre en lo que te dice.
23 Si vuelves al Todopoderoso con humildad,
si alejas de tu hogar la injusticia,
24 si arrojas tu oro al polvo,
el Ofir a las piedras del arroyo,
25 el Todopoderoso será tu tesoro,
será tu plata en abundancia;
26 el Todopoderoso será tu delicia,
mirarás a Dios con confianza.
27 Él escuchará tus plegarias
y podrás cumplir tus votos;
28 tendrás éxito en tus decisiones,
la luz iluminará tu camino.
29 Él humilla a los arrogantes,
el humilde encontrará un salvador;
30 incluso el culpable se verá a salvo
gracias a la pureza de tus manos.

Triunfo del mal y aparente ausencia de Dios

23 Job respondió así:

También hoy me lamento y me rebelo
pues su mano multiplica mis gemidos.
¡Si supiera al menos dar con él,
si pudiese entrar en su morada!
Expondría mi causa ante él,
llenaría mi boca de razones;
sabría en qué términos se defiende,
entendería lo que quiere decirme.
¿Recurriría en el pleito a su gran fuerza?
No creo; me escucharía con atención.
Yo discutiría limpiamente con él
y ganaría finalmente el caso.
Mas voy a Oriente y no está allí;
a Occidente y no puedo distinguirlo;
se oculta en el Norte y no lo veo;
escondido en el Sur, no lo descubro.
10 Él, en cambio, conoce mis andanzas;
si me prueba, saldré purificado como el oro.
11 He seguido de cerca sus huellas,
firme en su camino, sin desviarme;
12 no me he apartado de las normas de su boca,
he guardado en el pecho sus decretos.
13 Pero él es firme en sus decisiones,
¿quién podrá disuadirlo?
Siempre lleva a cabo sus proyectos.
14 Seguro que ejecuta mi sentencia,
como hace en casos parecidos.
15 Por eso tengo miedo de verlo;
cuando pienso en ello, me espanto.
16 Dios me ha arrancado el valor,
me aterroriza el Todopoderoso.
17 ¡Ojalá desapareciese en la tiniebla
y la oscuridad ocultase mi rostro!

24 Si Dios todopoderoso
se reserva tiempos de juicio,
¿por qué sus fieles no los descubren?
Hay personas que remueven linderos,
roban rebaños y los llevan a apacentar;
se llevan el asno del huérfano,
y en prenda el buey de la viuda;
apartan del camino a los necesitados,
los pobres de la región se esconden.
Hay otros que, como onagros,
viajeros de la estepa,
madrugan para iniciar su tarea,
en busca de la presa,
mientras la estepa alimenta a sus crías.
Espigan en el campo del inicuo,
rebuscan en la viña del malvado;
pasan la noche desnudos,
sin ropa alguna que ponerse,
sin abrigo, expuestos al frío.
La lluvia del monte los empapa;
sin refugio, se arriman a las rocas.
Arrancan del pecho al huérfano
y toman en prenda al hijo del pobre.
10 Andan desnudos, sin ropa;
hambrientos, acarrean gavillas.
11 Prensan aceite en el molino;
sedientos, pisan en el lagar.
12 Moribundos gimen en la ciudad,
¡gritos de auxilio de los heridos!
Pero Dios nada malo ve en ello.
13 Otros son rebeldes a la luz:
no conocen sus caminos,
no suelen andar por sus senderos.
14 El asesino madruga con el alba
para matar a pobres y necesitados;
por la noche se dedica a robar.
15 El adúltero acecha entre dos luces
y piensa que no hay quien lo vea,
pues lleva cubierto su rostro.
16 De noche asaltan casas,
de día se encierran en ellas;
ignoran lo que es la luz.
17 Para ellos la mañana es sombra,
habituados al terror de la noche.
18 Son broza que arrastra el agua,
su hacienda es maldita en la tierra,
nadie toma el sendero de su viña.
19 Sequía y bochorno derriten la nieve;
de igual modo el reino de los muertos
arrebata a los pecadores.
20 El seno materno los olvida,
son la delicia de los gusanos;
su nombre no es recordado.
¡Es tronchada como un árbol la injusticia!
21 Maltratan a la estéril sin hijos
y privan de bienes a la viuda.
22 Aunque siga el poderoso en el poder
y parezca prosperar, su vida es insegura;
23 Dios puede hacer que se sienta confiado,
pero sus ojos vigilan todos sus pasos.
24 Se encumbra un momento y ya no existe;
se abate como flor que se marchita,
se agosta lo mismo que una espiga.
25 Esto es así, ¿quién me dejará por mentiroso,
restando valor a mis argumentos?

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España